Derecho A La Salud. Un Derecho Humano. Desde la Perspectiva de la Atención Primaria

Transcripción

1 Derecho A La Salud. Un Derecho Humano Desde la Perspectiva de la Atención Primaria

2 DERECHO A LA SALUD. UN DERECHO HUMANO Desde la Perspectiva de la Atención Primaria Las políticas públicas en relación a los municipios saludables fueron lanzadas por la Organización Panamericana de la Salud OPS/OMS en 1991, cuando asumió el liderazgo de Latinoamérica. Esta tarea sólo puede llevarse a cabo desde un marco integral que comprometa las estrategias conjuntas intersectoriales que ya están en juego en el municipio y las que se han de encarar en miras de enriquecer el recurso aunando esfuerzos y estrategias. La construcción social desde el eje salud-biopsicosocioambiental de los municipios saludables, coadyuva al empoderamiento ciudadano, es decir al ejercicio efectivo de los derechos humanos. También es cierto que deben sumarse otros dos elementos que coadyuvan a tal emprendimiento: el despliegue del desarrollo vertiginoso que ha tenido la promoción de la salud desde una perspectiva de la equidad a partir de la denominada Carta de Ottawa del año 1986 por un lado, y la desconcentración que propicia el desarrollo local en la cual el municipio se convierte en protagonista del cambio social, por otro. La Salud en la Argentina es un derecho social de raigambre constitucional desde la reforma constitucional de Con lo cual se hace referencia a la definición conceptual de la desconcentración como una de las estrategias de acercar salud a la comunidad. Ella no implica un desentendimiento en la obligación de solventar los recursos por parte del Estado, en este caso del Estado Provincial, sino que los mismos deberían ser adjudicados según ponderación de la realidad biopsicosocioeconómica de los ciudadanos bonaerenses.

3 SALUD PÚBLICA Y DERECHOS HUMANOS EL DERECHO A LA SALUD: El cuidado de la salud y la Atención de la Enfermedad Antecedentes Normativos El derecho a la salud tiene en Argentina estatuto constitucional desde la reforma de En el artículo 75 inc. 22 se han incorporado once pactos y convenciones internacionales, entre las cuales se halla la Declaración Universal de los Derechos del Hombre de la Organización de Naciones Unidas de Sin embargo si bien este es un logro en términos de derechos ciudadanos, no podemos dejar de señalar con orgullo que el antecedente normativo en Argentina se remonta a la Constitución Nacional de 1949, durante la presidencia del Gral. Juan Domingo Perón. Durante su mandato se creó el Ministerio de Salud y el primer Ministro de Salud de la Nación fue el honorable Dr. Ramón Carrillo. No es casual que la preocupación de la salud de nuestras familias, de la mujer y del hombre que trabaja, de la niñez y de la ancianidad, de la mujer embarazada, entre otras, encuentre expresión constitucional a sólo un año de la Declaración Universal de los Derechos Humanos del 10 de diciembre de Sólo un año después la Argentina le daba rango constitucional a muchos de los derechos humanos declamados en el documento de Naciones Unidas de entonces. Hoy tiene rango constitucional desde la última reforma de nuestra Carta Magna, según reseñamos oportunamente. Al marco normativo nacional descripto se le suma que la Argentina ha suscripto recientemente a la Declaración del Milenio, que la compromete a cumplir con los objetivos del milenio en plena concordancia con lo que declara nuestra Constitución Nacional. Veamos: Declaración del Milenio: se aprobó un marco de 8 objetivos, 18 metas y 48 indicadores para medir los progresos hacia los objetivos de desarrollo del Milenio mediante un consenso de expertos de la Secretaría de las Naciones Unidas, el FMI, la OCDE y el Banco Mundial. Erradicar la pobreza extrema y el hambre. Lograr la Enseñanza Primaria Universal.

4 Promover la igualdad entre los sexos y la autonomía de la mujer. Reducir la mortalidad de los niños de 5 años. Mejorar la Salud Materna. Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades. Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente. Fomentar una asociación mundial para el desarrollo. De acuerdo a lo expuesto se desprende que los objetivos conducen a aquello que dio en denominarse políticas públicas saludables, que tienen como columna vertebral a la persona y la familia. La Constitución de la Provincia de Buenos Aires asume los mismos principios rectores de la Constitución Nacional vigente, en pleno ejercicio del federalismo, con lo cual se compromete entre otras cosas a brindar salud. A su vez los Municipios se comprometen a mantener las condiciones de salubridad, cuidado ambiental y a fomentar por todos los medios disponibles la implementación de la Atención Primaria de la Salud APS- comprendida como la articulación en los tres niveles de atención. Todo ello lleva a pensar estrategias entre la Provincia y los municipios, de manera de poder dar respuesta a todas las necesidades y obligaciones asumidas. Como se sabe, los recursos económicos siempre son escasos, en especial si refiere a brindar salud. Hoy, podemos aseverar que el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires encamina sus esfuerzos por preservar la gratuidad en la atención de la salud, como garantía efectiva del ejercicio de los derechos del ciudadano. Ello implica generar estrategias para que la población en su conjunto tenga acceso directo al primer nivel de atención y con él entrar al sistema de salud articulado en sus tres niveles de atención según requerimiento de complejidad en la atención de la enfermedad que el paciente demande en la asistencia socio-sanitaria. El fortalecimiento de la misma desde la promoción y la prevención de la salud, tendrá como consecuencia lógica en su implementación, una merma en la demanda del segundo y del tercer nivel de atención. Ello conlleva entre otras consideraciones- un criterio de racionamiento equitativo en la distribución del recurso. El gasto en salud deja de ser tal, para ser visto como inversión en salud.

5 PROMOCIÓN DE CIUDADANÍA La perspectiva de promoción de la salud permite pensar las políticas sociales en salud desde políticas públicas saludables -las pps- según las cuales los esfuerzos desde una consideración de Salud Pública se hallan coordinados en objetivos comunes intersectoriales que posibilitan optimizar los recursos. En el trabajo oportuno con el referente barrial en su comunidad, se busca detectar aquellas situaciones de riesgo sociosanitario y consolidar la implementación de los programas de salud y desarrollo humano para y desde la comunidad. Desde la estrategia de APS se complementan las acciones preventivas en vistas de un fin social y epidemiológico que se canaliza en los diversos programas de prevención, acciones desde la promoción de la salud en pos de un bien individual y poblacional. Sin desmedro de una medicina asistencial sustentada en el bien individual como fin, desde el diagnóstico y terapéutica de la patología. El Empoderamiento y La Acción Comunitaria. El término empoderamiento -empowerment- ha dado lugar a discusiones en cuanto a su significado, por lo cual lo definimos en PS según Wallerstein (1992) como el:...proceso de acción-social que promueve la participación de las personas, organizaciones y comunidades hacia metas de incremento del control individual y comunitario, eficacia política, mejora de la calidad de la vida en comunidad y justicia social. Una de las formas de sinergias con la sociedad civil es la que se plasma en la formación del promotor de ciudadanía como eje de la estrategia de APS sustentada en la Promoción de la Salud Pública como mecanismo de participación ciudadana. El empoderamiento de grupos e individuos se vuelve una herramienta esencial en la promoción de los derechos humanos. Ahora bien, a quiénes se empodera? A los grupos en exclusión social, que no sólo los constituyen las personas pobres, indigentes y marginales sino aquellos que han sido excluidos del aparato productivo de un país que por diversas razones, tales como cuestiones de género (en especial la vulnerabilidad de la mujer), etnia, edad (niñez / ancianidad), religión, origen social, discapacidad han perdido todo poder de decisión y por ende de participación social en la comunidad de pertenencia.

6 También se empodera a aquellas personas/grupos que puedan generar acciones positivas para el mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos postergados tales como líderes religiosos y políticos, líderes comunitarios, promotores sociales, a la comunidad en general. Y en especial se empoderan a los profesionales de la salud para su cabal ejercicio y comprensión acerca de la Promoción de la Salud -PS- en términos de derechos humanos. Rol del Promotor de ciudadanía saludable. Un operador social. El Promotor de ciudadanía saludable es quien Da a conocer el funcionamiento en red de la intersectorialidad, en especial en la articulación de las diferentes áreas de incumbencias socio ambiental sanitario. Pone en conocimiento a su comunidad de referencia de los programas de prevención y atención en salud, desarrollo social, educación, cuidado del ambiente, entre otros. Detecta a personas o familias en riesgo socio ambiental sanitario, sea por condición de vulnerabilidad respecto a edad, género, discapacidad, mal nutrición y desnutrición, ausencia de escolaridad, violencia familiar, factores socio ambientales, entre otros. Asiste en la promoción del conocimiento sobre cuestiones de salud, problemas y alternativas factibles. Colabora en la modificación de conductas nocivas que hacen a ciertos estilos de vida que son perjudiciales. Colabora en incrementar la demanda pertinente de los servicios de salud, educación, desarrollo social, etc. Ayuda a reforzar conocimientos y modos de vida saludables.

7 Asiste en la detección de signos de alarma familiar en pacientes ambulatorios pero de cuidado, según criterio médico o social, en el trabajo articulado con el primer nivel de atención. Pone en práctica y colabora para que otros lo hagan, el ejercicio ciudadano en el empoderamiento de los derechos humanos como condición esencial de una vida en democracia. Cada uno de nuestros ciudadanos debiera ser un agente multiplicador de estilos de vida saludable. Se sabe que esta es una inversión en capital social a largo plazo que redundará en una mejor calidad de vida de la comunidad. La sustentabilidad de las políticas públicas, depende de nuestra capacidad de inserción en nuestras comunidades de referencia, no contentándonos sólo con ser capaces de dar respuesta inmediata en relación a la satisfacción de las necesidades básicas, sino de generar las demandas sociales de nuestros ciudadanos empoderados en términos de derechos humanos. Es nuestra tarea, nuestro compromiso y nuestra obligación. El cumplimiento de los Objetivos del Milenio de la OMS, sólo es viable si desarrollamos las capacidades humanas en su plenitud en pos de una mejor calidad de vida, y ello es lo mismo que decir garantizar el ejercicio efectivo del derecho al acceso a la vivienda digna, al trabajo, al cuidado de la salud y a la atención de la enfermedad, a la educación, a la capacitación permanente y al ejercicio efectivo de todos los derechos humanos, que pueden resumirse en el derecho que los subsume a todos, en palabras de Ronald Dworkin: el derecho a la igual consideración y respeto. Sólo de este modo la sustentabilidad de los derechos humanos en el tiempo dejará de ser un ideal a seguir, virando en un proceso de construcción de ciudadanía, como el modo de expresión más certero de lo que una democracia contemporánea hoy demanda. Mg. Prof. Beatriz Firmenich