Curso de Tanatología y Duelo Primera sesión

Transcripción

1 Curso de Tanatología y Duelo Primera sesión

2 Centro San Camilo Bienaventurado y dichoso el servidor de los enfermos que gasta su vida en ese santo servicio con las manos metidas en la masa de la caridad" (San Camilo)

3 MISIÓN, VISIÓN Y VALORES MISIÓN. Somos una Asociación Civil dedicada a la humanización del mundo del sufrimiento y de la salud, capacitando a profesionistas y voluntarios para el acompañamiento a personas que sufren, incidiendo en la cultura de la vida y la salud.

4 VISIÓN: humanizar las relaciones e instituciones para la salud y la asistencia, crear redes de apoyo para quienes sufren por diferentes causas, fomentar una cultura de valoración de la vida y la salud como bienes preciosos y frágiles.

5 VALORES Orientación a la persona que busca crecimiento o vive una etapa de sufrimiento. Confianza en el deseo de toda persona a superarse y trascender. Respeto e interés por las personas en cualquier situación existencial. Responsabilidad comunitaria y espíritu de servicio.

6 Integridad ética en las prácticas de enseñanza y de acompañamiento. Trabajo en equipo. Valoración del voluntariado y limitación de la burocracia: dirección participativa. Transparencia y comunicación abierta. Búsqueda de la excelencia. Innovación y mejora continua: práctica de la verificación y la supervisión.

7 Líneas de antropología 1. La persona humana, en su realidad de misterio, nos pide una actitud de asombro y respeto. El hombre, como criatura que es, no puede definirse simplemente a partir de su materialidad. Existe en él un anhelo hacia bienes que lo trascienden y, finalmente, hacia el Bien por excelencia. Por otro lado, tampoco se le puede comprender a prescindir de su creaturalidad, del hecho que tiene un cuerpo frágil y una capacidad racional y de afectos limitada. 2. Cualquier acercamiento a la realidad humana, nos pide tener siempre en cuenta no sólo la altura infinita de este misterio que roza el cielo, sino también sus raíces que se hunden en la tierra, en el humus de la materia. Una visión integral del ser humano quiere tener en cuenta todos estos aspectos.

8 3. El hombre es un ser inteligente, dotado de libertad y responsabilidad, capaz de escoger y conseguir cuanto quiere. Es a la vez un ser emocional, habitado por instintos y pasiones. No son raras las veces en que estas dos dimensiones del hombre entran en conflicto entre sí: sabe que una cosa es mala y, sin embargo, la escoge porque le apetece y le satisface. 4. El hombre experimenta en sí también tendencias destructivas y egoístas que lo embrutecen y lo llevan al dominio sobre los demás. Es aquí donde se percibe con más claridad una contraposición entre el anhelo al bien y a la vez el rechazo de este mismo bien que desea con todo el corazón.

9 5. Una visión cristiana del hombre nos ayuda a dar un nombre a estas dos fuerzas que se contraponen y combaten dentro del ser humano. Dios, que nos ha hecho a su imagen y semejanza, nos llama a vivir cada vez más conformes a esta imagen, pero nuestra libertad nos lleva en ocasiones a oponernos a este proyecto en nombre de nuestra supuesta autonomía. 6. La experiencia del pecado es lo que más contradice el plan de Dios Padre sobre el hombre, lo que nos puede dar la impresión de ser dueños de nuestra vida, de ser los que tienen la última palabra en determinar dónde está nuestro verdadero bien. 7. Hay también otras resistencias, que sin llegar a ser pecados, nos alejan de aquella imagen que Dios ha impreso en nuestro ser. Son a veces resistencias psicológicas, inconscientes, resistencias que vienen de nuestras costumbres y hábitos, de nuestros esquemas culturales y familiares.

10 8. Nuestra existencia se juega en la posibilidad de aumentar nuestro espacio de libertad para ser cada vez más conformes con el proyecto que Dios tiene para con nosotros. La presencia de resistencias nos pide una lucha y una educación constantes. Dios nos entrega su Espíritu para combatir con nosotros esta lucha que, sin Él, estaría destinada al fracaso 9. Hay pues, un camino que recorrer al que podemos dar el nombre de conversión, de crecimiento, de maduración, de superación del narcisismo. Dios en su Hijo Jesús, en su vida entregada por nosotros, nos da el modelo, la razón y el fin de este camino. Cualquier esfuerzo para crecer debe tender hacia Cristo, llevarnos a hacer nuestros sus sentimientos, sus valores, sus pensamientos y anhelos.

11 10. Por eso el amor, la caridad que sabe entregarse hasta dar la vida por los demás, es la cumbre no sólo de la vida cristiana, sino de la vida humana como tal en su madurez. No sería una persona auténtica quien no supiera amar, quien no supiera perder la propia vida por amor. 11. Este amor adquiere todo su espesor, toda su hondura, cuando se entrega a quienes no tienen nada que devolvernos, a quienes están en el dolor, en el sufrimiento, a quienes nos rechazan, nos maldicen o nos quitan la vida. 12. La actividad formativa del CSC, sustentada en la confianza de que cualquier ser humano tiene la capacidad de aprender, quiere ser una ayuda, para todos aquellos que quiere hacer de la caridad hacia quien sufre el fin de su vida.

12 13. La formación, tanto académica como a través de prácticas de servicio, se estructura de forma tal que se favorece el desarrollo de las potencialidades de la persona humana, ayudándola en su camino de maduración. 14. Pedimos a todos, maestros colaboradores voluntarios, el respeto de la filosofía del CSC, expresada en estos puntos. Al mismo tiempo, el CSC está abierto a la colaboración con personas (también alumnos) e instituciones que tienen otra filosofía de vida y otras creencias.