EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

Transcripción

1 INICIATIVA CON PROYECTO DE DECRETO QUE REFORMA LOS ARTÍCULOS 62, 63, Y 64 Y DEROGA LOS ARTÍCULOS 66, 67, 68 Y 69 DE LA SECCIÓN QUINTA SOBRE DISPOSICIONES RELATIVAS A LA PRODUCCIÓN DE FERTILIZANTES DE LA LEY DE PETRÓLEOS MEXICANOS QUE PRESENTA EL SENADOR HELADIO RAMÍREZ LÓPEZ DEL GRUPO PARLAMENTARIO DEL PRI. El suscrito, Heladio Ramírez López, Senador de la República, en ejercicio de la facultad que me concede la fracción II del artículo 71 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, presenta ante esta Soberanía la Iniciativa con Proyecto de Decreto que reforma los artículos 62, 63 y 64 y deroga los artículos 66, 67, 68 y 69 de la Sección Quinta sobre disposiciones relativas a la producción de fertilizantes de la Ley de Petróleos Mexicanos, a partir de la siguiente: EXPOSICIÓN DE MOTIVOS Los fertilizantes nitrogenados son los insumos básicos que mayor impacto tienen en la productividad agrícola. Se obtienen del amoníaco y éste de la mezcla del aire, el agua y el gas natural. Resulta por ello indispensable reactivar su producción nacional ante los altos costos que representan los fertilizantes importados para los agricultores mexicanos. Hace 40 años, se abordó en México el plan para el desarrollo de la producción estatal de fertilizantes nitrogenados a gran escala, a través de la empresa FERTIMEX, que se estableció con la orientación de aprovechar el gas natural, lo que implicó la construcción de grandes plantas de productos de alta concentración de nitrógeno, principalmente la urea. Para lograr una producción competitiva, las plantas de fertilizantes se ubicaron cerca de las fuentes de las materias primas y es por ello que todas las plantas productoras de urea, se instalaron contiguas a las de amoniaco y anhídrido carbónico. Para 1982, FERTIMEX contaba con 64 plantas productoras de fertilizantes. En 1991, en la plenitud de la política privatizadora de las empresas estatales, FERTIMEX anunció su retiro de la distribución secundaria y su sistema de comercialización se orientó al de ventas a consignación, lo que generó la red de distribuidores privados como paso previo a la privatización de esa industria. La privatización de las unidades de FERTIMEX se inició con la unidad Torreón, el 4 de marzo de 1991 y se concluyó el 21 de diciembre de 1992 con la venta de la unidad Lázaro Cárdenas. En 1993, la industria de fertilizantes, ya en manos de la iniciativa privada, estaba formada por 12 plantas distribuidas en las regiones centro, golfo y noreste del territorio nacional, que tenían una capacidad instalada de 4.5 millones de toneladas, sobresaliendo la producción de urea y sulfato de amonio con el 67% de la producción. El proceso de privatización, sin embargo, tuvo una vida rentable de solamente 4 años ya que las plantas productoras de urea firmaron en 1993 los primeros contratos de compra de amoníaco con Pemex y, en 1997 se vieron forzadas a suspender operaciones. La inviabilidad no obedeció a problemas tecnológicos ni a obsolescencia de la infraestructura de producción, sino a la aplicación de una política de precios del gas natural que sacaba del mercado a los industriales. A partir de 1994, durante el período de arranque de la privatización de las empresas estatales, el Gobierno de México alineó los precios del gas natural de acuerdo con el índice del Corredor de Houston de los Estados Unidos, precisamente cuando ése era el precio más alto del mundo. Esta decisión afectó a toda la industria, ya que, en el lustro comprendido entre 1995 y 1999, los precios del gas natural en México fueron 88% más altos que los precios del gas natural en el Mar Negro, en cuyo litoral se encuentran los mayores productores de fertilizantes del mundo y, en consecuencia, los precios del amoniaco de

2 producción nacional, resultaron inviables para la producción de fertilizantes por lo que las plantas mexicanas de urea y nitrato de amonio suspendieron operaciones en En el siguiente lustro, entre 2000 y 2004, la asimetría de los precios del gas natural se hizo aún más desfavorable para México ya que los precios nacionales fueron en promedio 533% más elevados que los precios del Mar Negro por lo que se abandonó en el país todo intento de reiniciar la producción de urea y nitrato de amonio y las plantas productoras de amoniaco del organismo subsidiario de Petróleos Mexicanos, redujeron la producción hasta el 16 % de su capacidad instalada. Con esa preocupación, los esfuerzos por conseguir un marco jurídico favorable a la producción de fertilizantes, se iniciaron en 2003 con la iniciativa de Ley de Gas Natural de Proceso, Amoníaco y Fertilizantes Nitrogenados, que proponía dar un precio de estímulo al gas de proceso, menor al del gas combustible, ya que en el caso particular de la fabricación de amoníaco, el gas se usa como insumo y no como combustible. La iniciativa fue aprobada por el Pleno de la Cámara de Diputados pero fue desechada en la Cámara de Senadores por la fuerte oposición contra los precios de estímulo del gas para una actividad específica. El debate legislativo en torno al tema de los fertilizantes cobró aún mayor interés a partir del año 2007, cuando se desató un alza sin precedentes del precio de los fertilizantes a nivel mundial que causó también especulación y alza en los precios de sus fletes marítimos. El alto precio de los fertilizantes de importación en México reclamó la necesidad de reiniciar las operaciones para la producción nacional de urea, aún soportando los altos precios internos del amoniaco y del anhídrido carbónico. Desafortunadamente, los resultados de este esfuerzo no pudieron fructificar del todo, pues estos insumos, permanecieron fuera del alcance de la mayoría de los agricultores mexicanos. La caída en la aplicación de fertilizantes que sufrió la agricultura mexicana, causó un estancamiento considerable en los rendimientos agrícolas. Esto fue así porque los altos precios del gas natural que prevalecieron en México sobre todo durante la década , respecto a los bajos precios de ese insumo en los principales países productores de fertilizantes, fueron la causa directa de la reducción de la producción nacional de amoniaco y fertilizantes nitrogenados. Con esa preocupación el 20 de septiembre de 2007, se presentó la Iniciativa de Ley de Fertilizantes Nitrogenados y Captura de Anhídrido Carbónico cuyo propósito era facilitar el acceso a los fertilizantes nitrogenados como insumos básicos para la agricultura y la captura de cantidades significativas de anhídrido carbónico como parte de la Estrategia Nacional de Acciones contra el Cambio Climático. Es decir, los bonos de carbono capturados en la fabricación de la urea, operarían como descuentos en los precios del gas. En la actualidad esa tendencia desfavorable ha cambiado radicalmente, pues a partir de febrero de 2010 los precios del gas natural mexicano fueron 18% inferiores a los precios del Mar Negro y para abril ya habían alcanzado una diferencia del 60% a favor de México; la diferencia favorable continuó durante 2011 y los análisis realizados por la Secretaría de Energía apuntan a que esta tendencia de los precios del gas natural, favorable para México, prevalecerá a largo plazo. Por esa razón, y en virtud de que se decidió incluir en la nueva Ley de Petróleos Mexicanos una Sección Quinta, que contiene las disposiciones relativas a la producción de fertilizantes, la Iniciativa de Ley de Fertilizantes Nitrogenados y Captura de Anhídrido Carbónico, fue retirada por los legisladores que la presentaron para evitar duplicidad. Sin embargo, y aunque la Ley de Petróleos Mexicanos entró en vigor el 28 de noviembre de 2008, fue hasta mayo de 2010 cuando la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, dio a conocer los Lineamientos de Operación para que la industria de fertilizantes pudiera tener acceso a un esquema de precios fijos

3 de amoniaco. Sin embargo, quedó un vacío administrativo al no existir un mecanismo que permita a los fabricantes de fertilizantes adquirir gas natural y realizar contratos con Petróleos Mexicanos para su transformación en amoniaco. Asimismo, los lineamientos de operación carecieron de utilidad, debido a que en su planteamiento no se consideraron las siguientes cuestiones importantes: 1. La ley no previó los mecanismos para que los precios del gas natural, actualmente muy competitivos, se reflejaran en una baja del costo del amoniaco, por lo que la fabricación de fertilizantes nitrogenados en México sigue siendo inviable. 2. Esto es así porque PEMEX sigue fijando el precio del amoniaco de acuerdo con el índice de Tampa, que es especulativo, ya que no toma en cuenta los costos del gas sino la alta demanda de amoniaco para fabricar localmente fertilizantes fosfatados. En consecuencia, para comprender cabalmente el alcance de la presente Iniciativa, resulta indispensable aclarar que plantea la desvinculación entre los precios del gas y del amoníaco en el índice de Tampa que actualmente usa PEMEX. Lo anterior se justifica porque en Tampa no se produce amoníaco, pero en la Península de la Florida se encuentran los mayores yacimientos de roca fosfórica del mundo y con roca fosfórica y amoniaco se fabrica el fertilizante más caro en la actualidad que es el fosfatado, denominado DAP. Los altos precios del DAP hacen que el amoniaco pueda ofertarse a precios elevados que no tienen que ver con su costo de producción. Explicado en términos prácticos, mientras que el fabricante de DAP en Florida puede comprar amoniaco a un precio elevado sin perder rentabilidad, el fabricante de urea en México queda fuera de mercado. En este contexto, es preciso reiterar que existe capacidad instalada de la industria nacional para producir fertilizantes. Sin embargo, no puede recibir insumos para fabricarlos, debido a la falta de operación de las plantas productoras de amoniaco de Petróleos Mexicanos a las que están conectadas. Por estas razones, consideramos que es imprescindible reformar los artículos 62, 63 y 64 de la Ley de Pemex para dotar a la empresa de los mecanismos idóneos que permitan a los fabricantes de fertilizantes del país adquirir gas natural y contratar con PEMEX su transformación en amoniaco. Sólo de esta manera pueden ofertar a los productores agrícolas de México fertilizantes más baratos y accesibles que los importados. Con esta reforma se abre la posibilidad de que los empresarios nacionales de fertilizantes inviertan en el reacondicionamiento y modernización de las plantas de amoniaco de PEMEX que actualmente están abandonadas en varias regiones del país. Por otra parte, los lineamientos de operación de la Ley de PEMEX dieron responsabilidades a SAGARPA lo cual es obviamente inadecuado ya que SAGARPA y PEMEX no tienen ningún vínculo orgánico, ni SAGARPA puede influir en la fabricación de fertilizantes. Por eso consideramos imprescindible realizar las reformas a la Ley de Petróleos Mexicanos para derogar los artículos correspondientes a SAGARPA e incluir la modalidad de los contratos de producción y venta conjunta de amoníaco entre PEMEX y las empresas productoras de fertilizantes. Con la derogación a los artículos 66, 67, 68 y 69 de la Ley de Petróleos Mexicanos, que propone esta Iniciativa, se elimina la responsabilidad que tenía la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación de inscribir a los productores de fertilizantes en un esquema cuyos lineamientos de fabricación no le corresponden.

4 Esta iniciativa cobra especial relevancia ante el recrudecimiento de los efectos adversos del cambio climático, y un escenario de crisis alimentaria global, que demandan una moderna política de fomento capaz de rescatar al sector agrícola del rezago y de su baja competitividad. Hoy más que nunca, México requiere mejorar las condiciones estructurales en la agricultura, para dar paso a instrumentos de política agrícola que estimulen la productividad, rentabilidad y generación de empleos. En este marco, las acciones orientadas a incentivar la producción y uso de los fertilizantes nitrogenados nacionales permitirán incrementar los rendimientos agrícolas y mejorar las condiciones de competitividad y los ingresos de los campesinos y agricultores de México. Por lo anteriormente expuesto y con fundamento en lo dispuesto en la Fracción II del Artículo 71 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, presento ante esta Soberanía la Iniciativa con Proyecto de Decreto que reforma los Artículos 62, 63 y 64 y deroga los Artículos 66, 67, 68 y 69 de la Sección Quinta sobre Disposiciones Relativas a la Producción de Fertilizantes de la Ley de Petróleos Mexicanos como sigue: PROYECTO DE DECRETO ARTÍCULO ÚNICO.- Se reforman los artículos 62, 63 y 64 y se derogan los artículos 66, 67, 68 y 69 de la Ley de Petróleos Mexicanos para quedar como sigue: Artículo 62.- Petróleos Mexicanos y sus organismos subsidiarios podrán celebrar con los productores de fertilizantes, preferentemente nacionales, contratos de compraventa para la adquisición de gas natural y su transformación en amoniaco. A la celebración de estos contratos, las partes deberán sujetarse, a lo siguiente: I. En los contratos deberá incluirse el precio del gas natural; los costos de transformación del gas natural en amoniaco; los costos del manejo y la entrega del amoniaco y el anhídrido carbónico, y II. Los mecanismos a través de los cuales se determinaron dichos costos. Artículo 63.- Conforme a los lineamientos que apruebe el Consejo de Administración, a propuesta del Comité de Estrategia e Inversiones, Petróleos Mexicanos y sus organismos subsidiarios procurarán el mantenimiento y recuperación de la infraestructura, maquinaria y equipo de producción de amoniaco y el uso de tecnologías eficientes en su producción. Artículo 64.- Petróleos mexicanos y sus organismos subsidiarios podrán suscribir contratos con los fabricantes de fertilizantes que contemplen la producción y venta compartida de amoníaco y anhídrido carbónico. El esquema deberá contemplar la posibilidad de que los productores de fertilizantes inviertan en el reacondicionamiento y modernizacion de las plantas productoras de amoniaco. Artículo 66. Se deroga Artículo 67. Se deroga Artículo 68. Se deroga Artículo 69. Se deroga TRANSITORIOS

5 ARTÍCULO ÚNICO. El presente Decreto entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la Federación, y se derogan todos aquellos ordenamientos y disposiciones que se contrapongan.