La vulnerabilidad femenina al fenómeno migratorio desde sus dos visiones.

Transcripción

1 Polanco, G. (2009). La vulnerabilidad femenina al fenómeno migratorio desde sus dos visiones. En Meza, L. (Eds). La Vulnerabilidad de los grupos migrantes: el caso de México. Universidad Iberoamericana: México. pp ISBN La vulnerabilidad femenina al fenómeno migratorio desde sus dos visiones. Graciela Polanco Hernández. Departamento de Psicología. Universidad Iberoamericana, Ciudad de México. La migración es una de las temáticas más analizadas por su participación histórica en el desarrollo de la humanidad. El estudio del fenómeno migratorio ha sido abordado desde diferentes disciplinas, sin embargo, durante la revisión de la literatura nos damos cuenta que se ha dejado de lado el análisis de este desde la Psicología. Es por esto, que el propósito del capítulo es darle una lectura desde la salud mental a este fenómeno. Para poder entender la migración desde la salud mental consideramos necesario tener presente que el migrante no es sólo una persona que envía remesa económica, sino que es también miembro de un grupo social y familiar en el que participa activamente a distancia. El estudio del fenómeno migratorio, se ha dirigido principalmente hacia la migración masculina adulta y la implicación económica del envío de las remesas; dejando de lado a otros grupos vulnerables y a la repercusión psico-social de este fenómeno en la cultura mexicana en ambos lados de la frontera norte. Las esposas de los migrantes desempeñan un papel primordial en la familia; ellas son figura clave para que se de la cohesión y el equilibrio en el funcionamiento de esta. Por esta razón, creímos importante conocer la construcción psico-social que viven las mujeres de familias mexicanas ante el fenómeno de la migración a los Estados Unidos desde sus dos visiones: Mujeres que esperan y Mujeres hacia el sueño americano. 1

2 Mujeres que esperan Mujeres que esperan Es un estudio realizado con esposas de migrantes mexicanos en los Estados Unidos que residen en sus comunidades de origen en el estado de Michoacán en México. Se realizó una fase cualitativa que nos permitió explorar y conocer el fenómeno a estudiar a través de entrevistas a profundidad en las casas de las 55 participantes. Posteriormente, se les aplicó la escala de Auto-atribución de roles de género tipo likert pictórica de tres espacios (Polanco, 2004) adaptada para población migrante. Esta escala fue construida a través de la técnica exploratoria de las redes semánticas, propuesta por Reyes- Lagunes (1993). La cual nos permitió conocer el concepto psicológico de mujer típica y mujer ideal para este grupo cultural. Esta técnica fue modificada al no solicitarles la jerarquización de los conceptos por la dificultad que esto era para las participantes. Para la selección de las participantes se consideraron como criterios de inclusión que fueran esposas de migrantes en los EU y tuvieran contacto telefónico frecuente con sus esposos, así como también que recibieran cada mes la remesa. Se utilizó la técnica de muestreo por Bola de nieve para la recolección de datos, debido a que es una población muy específica y cerrada para brindar información en caso de no conocer al investigador, debido a la situación indocumentada de sus familiares. Los estudiosos de la familia (Olson y DeFrain, 2000; Burin y Meler, 2001; Rage, 1997) la definen como dos o más personas que tienen vínculos afectivos y de intimidad, además de que comparten responsabilidades y recursos económicos. Sin embargo, las familias que viven el fenómeno migratorio masculino presentan cambios en su estructura tradicional, debido a la ausencia física y la frecuente movilidad que tienen los hombres de estas comunidades. Como consecuencia a la reestructuración familiar, los roles de género son reasignados a cada uno de los miembros. Las esposas que se quedan en las comunidades de origen, durante la ausencia masculina desempeñan roles mixtos o andróginos, tanto femeninos como masculinos; sin embargo, al regreso de sus parejas vuelven a desempeñar roles tradicionales femeninos. Los niños desde temprana edad apoyan formalmente a su madre en la labores del hogar. Durante la ausencia del marido, las mujeres permanecen es sus hogares como cabeza de familia, en donde ellas tienen el deber de administrar el dinero de la remesa destinándolo al cuidado y la educación de los hijos, la alimentación, la vestimenta y reservando un porcentaje para la construcción de su casa en México. Keijzer (1998) menciona que la migración masculina a los EU ha hecho que cambie la dinámica tradicional de la familia mexicana de estas comunidades, esto debido a la semi-presencia del padre que sólo participa por periodos cortos de 2

3 tiempo en la crianza de los hijos. Sin embargo, es importante mencionar que la madre se encarga de construir la identidad simbólica del padre ausente en sus hijos; así como también de darle presencia y peso a las decisiones que el marido considere desde la distancia. Estas mujeres están conscientes del peligro que su matrimonio vive al irse su esposo a los EU. Mencionan que este estilo de vida de pareja a distancia lo han observado desde niñas con la migración de sus padres; al mismo tiempo saben que sus maridos podrían formar una nueva relación de pareja y otra familia; sin embargo, muchas veces ellas prefieren callar para no dejar de recibir la remesa que él les envía, pues en la mayoría de los casos es el único ingreso económico que reciben. La comunicación de estas parejas con kilómetros de distancia entre ellos, se reduce a una llamada telefónica semanal basada principalmente en el tema de los hijos y las necesidades económicas del hogar; dejando de lado su relación de amor. A pesar de esto, ellas tienen una actitud de entrega total al cuidado y la educación de sus hijos, de fidelidad y apoyo incondicional hacia su pareja, no importando la distancia física y el tiempo de su ausencia. Frank y Wildsmith (2005) consideran que las familias que viven el fenómeno de la migración tienen un estilo de vida aceptado, que se acompaña de desventajas para los que se quedan en casa, con un miedo persistente al abandono financiero o a la separación. La dependencia de estas mujeres está limitada por las normas sociales impuestas por sus comunidades, que las desalienta a buscar trabajo fuera de casa o aprovechar otras oportunidades para alcanzar metas personales. Ante la vulnerabilidad económica y emocional que viven estas mujeres durante la ausencia del marido, ellas se fortalecen a través de redes sociales de apoyo (padres, hermanas, comadres y suegros) con quienes comparten actividades diarias, problemas de salud, emocionales y económicos. Los familiares desempeñan un papel muy importante de apoyo y protección en este proceso vulnerable en el que se encuentra la esposa con sus hijos. El 60.6% de las esposas entrevistadas comentaron que les gustaría irse a los Estados Unidos para estar con ellos, sólo el 5% de ellas han ido, pero como no les ha gustado la vida allá se han regresado. Cerrutti y Massey (2001) consideran que la migración de la mujer se da por dos razones, la primera sería por la influencia de un pariente cercano que es en la mayoría de las veces la madre y la segunda siendo esta la más frecuente dentro de la migración femenina es el reunirse con su marido. Con las descripciones que estas mujeres enlistan, podemos darnos cuenta del alto concepto que ellas tienen de sus maridos, considerándolos trabajadores, responsables, buena gente, alegres, hombres valientes que sufren y dan su vida por enviarles dinero a sus hijos y a ellas. Sin embargo, también ellas expresan emociones negativas de dolor, tristeza, soledad y falta de apoyo cuando los maridos no están en México. Topete y Polanco (2007) consideran que la familia 3

4 que experimenta la separación a causa de la migración masculina, vive un desequilibrio transitorio, presentando sentimientos de enojo, culpa y frustración por parte de los miembros que se quedan en las comunidades de origen hacia el migrante; recuperando más tarde este equilibrio con la presencia y el apoyo de la familia extensa en la cotidianidad. Polanco y Jiménez (2006) consideran que estas mujeres desempeñan dentro del fenómeno migratorio un rol muy importante; teniendo a su cargo la administración de la remesa, la educación y crianza de los hijos, así como, el brindar el sostén emocional tanto a la familia que se queda como al esposo a distancia. Mujeres que esperan Son aquellas mujeres que sus hombres emigran a los Estados Unidos y ellas esperan que... el marido les mande dinero, que les llame, y también esperan a que algún día él regrese... Mujeres hacia el sueño americano. Mujeres hacia el sueño americano, son aquellas que deciden cruzar la frontera hacia los Estados Unidos en busca de una mejor calidad de vida. Es un estudio realizado con mujeres migrantes mexicanas en los Estados Unidos. El estudio se llevó a cabo a través de entrevistas a profundidad en las casas de las 30 participantes. Posteriormente, también se les aplicó la escala de Autoatribución de roles de género tipo likert pictórica de tres espacios (Polanco, 2004) adaptada para población migrante; misma escala que se utilizó en el estudio Mujeres que esperan... La migración femenina hacia los Estados Unidos es cada día más frecuente entre la cultura mexicana. Este fenómeno migratorio gira alrededor de la idea del sueño americano, el cual está envuelto por fantasías e ideales para alcanzar una mejor calidad de vida de la que tienen en México. Estas mujeres deciden arriesgar su vida cruzando la frontera de manera indocumentada por la búsqueda de mejores oportunidades de estudio, laborales y de nivel de vida; la mayoría de ellas para alcanzar estas metas al lado de su marido y sus hijos. A lo largo del estudio encontramos dos principales razones por las que las mujeres deciden migrar; la primera de estas es la reunificación familiar; alcanzar a su marido, sola o con hijos y la segunda razón son mujeres con el sueño de encontrar un mejor trabajo u oportunidad de estudios. Pérez-Monterosa (2003), Rees y Nettles (2000) coinciden en que los hombres son seguidos actualmente por sus parejas a pocos años de su migración en promedio a los dos o tres años; sin embargo, estos autores mencionan que antes de los años 70s si es que llegaban a reunirse con su marido era en promedio a los 15 años de la estancia de él en los EU. 4

5 El sueño que estas mujeres tienen sobre su reunificación familiar y el tener una mejor calidad de vida, son motivadores fuertes para que ellas decidan irse a los EU a pesar de todos los riesgos. Su situación indocumentada y su bajo ingreso económico, el no hablar inglés, la falta de medios de transporte, el clima extremoso y la ausencia de sus familiares son algunos de los factores estresores a los que se enfrentan diariamente, propiciando una condición muy vulnerable de vida en ese país. Desencadenándose como respuesta a esto, el estrés por aculturación como lo define Berry (1997). El proceso de aculturación a la nueva sociedad con la que se enfrentan es complejo. Berry (1990) define como aculturación al resultado de los cambios culturales y psicológicos que vive una persona cuando entra en contacto con una nueva cultura. Berry y Sam (1997) mencionan que en este proceso la actitud más sana que debiera tomar una persona hacia su cultura receptora es la integración. Estos mismos autores mencionan que la edad y el tiempo de residencia son dos factores importantes de considerar en el proceso de la aculturación; entre más joven llegue la persona, más fácil será la adaptación. Ante esta situación tan vulnerable a la que se enfrentan, ellas buscan soporte a través de redes sociales de apoyo (algún familiar o amigo); papel importante que juegan en el proceso de aculturación. Las familias migrantes, día con día ajustan sus actividades y comportamientos para una mejor adaptación y supervivencia. Baltazar (2003) menciona que el aspecto económico es uno de los elementos más afectados por el fenómeno migratorio y a su vez, este repercute en varios aspectos de la familia. Las participantes mencionan que el pago de los bills (los servicios y la renta) son muy caros, gastos que no tenían en México o eran más bajos, debido al apoyo de sus padres y suegros. La situación económica tan limitada en la que viven las familias mexicanas migrantes en los EU, hace que las mujeres busquen trabajo remunerado fuera del hogar. Este cambio en la dinámica familiar propicia que los roles de género sean modificados para cada miembro. Olson y De Frain (2000) encontraron que los hombres mexicanos americanos en los EU son más cálidos, equitativos y se encuentran más cercanos en la crianza de sus hijos, contraponiendo el estereotipo del hombre macho mexicano. Las participantes mencionan que sus maridos en los EU son menos machos que en México. Ellas se refieren a que sus maridos son más participativos en las actividades del hogar, la educación y crianza de los hijos; así como también, que les permitan tener un trabajo remunerado. Podemos pensar que esto se debe a que la mujer, al salir del hogar propicia que los roles de género de cada uno de los miembros de la familia sean más equitativos, por lo que el hombre se involucra más en la vida familiar. Castañeda (2002) expresa que los hombres en la cultura mexicana que intentan cambiar los esquemas del machismo se topan con 5

6 obstáculos que la propia sociedad pone; por lo que consideramos que estos hombres mexicanos viviendo en una cultura en donde los roles son más equitativos, seguramente adquieren comportamientos de esta. Estas mujeres reportan de manera significativa ser más felices, comprensivas, trabajadoras, independientes, responsables, luchonas, cariñosas, sinceras y buenas madres en comparación con las mujeres que se quedan en sus lugares de origen (México). Vázquez (1985) considera que la mujer que sólo realiza el rol de ama de casa, vive más tensa y tiende más a la depresión. Cornelius (1991) explica que las mujeres migrantes empiezan a trabajar en actividades domésticas informales y luego se incorporan a trabajos asalariados como en hoteles y restaurantes, pero la mayoría en situación indocumentada. Como arriba se menciona, una de las principales razones de la migración femenina es la de la reunificación familiar. La evaluación de resultados de PROGRESA (2000) reporta que generalmente el tipo de migración femenina es definitiva, es decir, que hay poca migración de retorno. Mendoza (2005) reporta que mientras el 37% de los hombres que migran a los EU regresan a México, sólo el 26% de las mujeres realiza una migración de retorno. A lo largo de las entrevistas, las mujeres mencionan querer regresar a México, debido a que extrañan mucho a la familia; sin embargo, por la falta de visa, no lo hacen. Esto no quita la ilusión de ahorrar para regresar a su tierra y construir su casa. López-Villar (2006) considera que no se da la migración de retorno debido a que los vínculos con las localidades de destino se van haciendo más fuertes y las de origen en México más débiles. Así mismo el crecimiento de las redes familiares en los EU facilita la obtención de un empleo. Para finalizar, es importante tener presente la vulnerabilidad a la que día con día estas mujeres se enfrentan para obtener una mejor calidad de vida. Siendo ellas pieza clave dentro del fenómeno migratorio en las dos visiones. Tanto las mujeres que se quedan desempeñando el papel de esposa, madre o hija que afronta la responsabilidad y el sostén psicológico de la familia y del esposo a distancia. Y también aquellas mujeres que se van al norte no importando los costos de estar en una nueva cultura por la búsqueda de mejores oportunidades tanto para ellas como para su familia. Agradecimiento: La presente investigación se realizó con el financiamiento otorgado por la Dirección de Investigación (DINV), Universidad Iberoamericana, Ciudad de México. 6

7 Referencias bibliográficas: Baltazar, S. (2003). Migración paterna, cambio de roles en la familia? Estudios sobre las familias. Vol. 2 DIF Jalisco: México. Disponible en gracion.pdf Berry, J. y Sam, D.(1997). Acculturation and Adaptation. Chapter 8. En Berry, J; Segall, M; Kagitcibasi, C. (1997). Handbook of Cross-Cultural Psychology: Social Behavior and applications. 2 edition. Vol. 3. Allyn and Bacon: USA. Burin, M y Meler, I. (2001). Género y Familia. Poder, amor y sexualidad en la construcción de la subjetividad. Paidos: Argentina. De Keijzer, B. (1998). Paternity and gender transition. En B. Schmuckler (1998). Families and gender relations in transformation (pp ). EDAMEX and The Population Council Inc: Mexico. Díaz-Guerrero, R. (1972). Hacia una teoría histórica-biopsico-socio-cultural del comportamiento humano. Trillas: México. Cerrutti, M. y Massey, D. (2001). On the auspices of female migration from Mexico to the Unites States. Demography 38(2): Frank, R. y Wildsmith, E. (2005). The Grass Widows of Mexico. Social Forces. 83(3): INEGI. (2000). XII Censo General de Población y Vivienda. López-Villar (2006). Migración de mexicanos desde y hacia Estados Unidos de América: Estadísticas, problemáticas y retos. Boletín de los Sistemas Nacionales Estadísticos y de Información Geográfica. Vol. 1, num 2. Matsumoto, D. (1996). Culture and Psychology. BOOKS/COLE PUBLISHING COMPANY: USA Mendoza, C. (2005). La migración femenina en el contexto de cambio de patrón migratorio México - Estados Unidos: Aportes de cuatro encuestas de los noventa. Universidad Autónoma Metropolitana- Iztapalapa: México. Olson, D.H y DeFrain, J. (2000). Marriage and the Family. Diversity and Strengths. Mayfield: USA. Pérez-Monterosas, M. (2003). Las redes sociales de la migración emergente de Veracruz a los Estados Unidos. Migraciones Internacionales, Vol. 2, núm 1, Colegio de la Frontera norte: México. 7

8 Polanco, G y Jiménez, N. (2006). Familias mexicanas migrantes: Mujeres que esperan... Psicología Iberoamericana Vol. 14 No Polanco, G. (2004). Los roles sociales en la cultura. Tesis Doctoral no publicada. Facultad de Psicología. Universidad Nacional Autónoma de México. México. Progresa (2000). Evaluación de resultados del Programa de Educación, Salud y Alimentación: Más oportunidades para las familias pobres. México. Rage, E. (1997). Ciclo vital de la pareja y la familia. Plaza y Valdes - UIA: México. Rees, M. y Nettles, J. (2000). Los hogares internacionales: migrantes mexicanos a Atlanta y Georgia. Disponible en www. laneta.apc.org/cgi-bin Topete, I. y Polanco, G. (2007). La experiencia subjetiva de la migración temporal desde la mirada de las mujeres que esperan. isip, Psicología Social. Disponible en Triandis, H.C. (1994). Culture and Social Behavior. McGraw-Hill: U.S.A. Senado de la Republica (2005). Los problemas de la migración desde la perspectiva de género. I foro Internacional de mujeres parlamentarias: México. Disponible en Vázquez, E. (1985). Diferencias de la Personalidad de la mujer profesionista y la mujer ama de casa. Tesis doctoral inédita. Universidad Iberoamericana: México. 8