LA CIUDAD QUE CAMBIA: PARTICIPACION Y DEMOCRACIA A ESCALA COMUNAL. Manuel Luis Rodríguez U.

Transcripción

1 LA CIUDAD QUE CAMBIA: PARTICIPACION Y DEMOCRACIA A ESCALA COMUNAL Manuel Luis Rodríguez U. 2011

2 PRESENTACIÓN Este documento, en forma de minuta de trabajo, sintetiza un conjunto de propuestas orientadas a organizar y contribuir al debate acerca de las diferentes posibilidades y escenarios de participación ciudadana en la gestión comunal, en la perspectiva de fortalecer la consulta e intervención de los ciudadanos organizados en los asuntos públicos de la ciudad. Necesitamos superar las formas restrictivas y conceptos limitados de participación e información pública. Reconocemos que la participación ciudadana, en las condiciones del siglo xxi y del cambio de mentalidad socio-política de la ciudadanía, no puede ser asumida solamente como el ejercicio de consultar e informar a la gente respecto de las decisiones adoptadas o por adoptar por parte de las autoridades, sino que debiera ser entendida como formas de expresión, compromiso, intervención e involucramiento de los ciudadanos en los asuntos públicos y en los procesos de toma de decisiones de las instituciones del Estado. Manuel Luis Rodríguez U. Punta Arenas Magallanes, primavera de

3 LA PARTICIPACIÓN COMO HERRAMIENTA DEMOCRÁTICA La ciudad como entorno de vida y de realización de las personas en la sociedad moderna, puede ser comprendida también como un espacio donde tienen lugar la convivencia en común, la vida cotidiana y la posibilidad de compartir proyectos. Se ha subrayado desde distintas Ciencias Sociales el hecho que el primer espacio donde las personas tienen y exigen ser escuchados y tomados en cuenta, es en el espacio de la ciudad, en el ámbito del barrio y de la comuna. La ciudad es entonces el espacio público privilegiado donde los habitantes toman conciencia de sus problemas y aspiraciones, y donde esperan ser considerados como ciudadanos. La ciudadanía se vive en primer lugar en el espacio urbano, en los territorios de la ciudad. La ciudad es entonces espacio de vida y espacio de participación. Y por lo tanto, la participación no puede ser vista solamente como un recurso accesorio para algunas de las decisiones de las autoridades elegidas, o como una serie de estructuras establecidas por ley, sino como una herramienta de poder y de decisión protagónico en que la ciudadanía organizada se siente comprometida y se involucra. Intentamos entonces superar las formas tradicionales de entender la participación. Participar no es solamente informar o ser informado. Cuando la ciudadanía no se siente interpretada ni convocada ni escuchada por los órganos de participación que crea la ley, crea sus propios espacios de interlocución con la autoridad, inventa sus propias formas de organización y de articulación para hacerse oir por las autoridades. Allí donde la participación institucional no funciona, los ciudadanos crean sus propias redes de intervención en el espacio público: es la experiencia por ejemplo- de los numerosos comités de reconstrucción y comités de campamentos surgidos en las zonas golpeadas por el terremoto de 2010, de la Asamblea Ciudadana de Magallanes surgida en 2010 como respuesta organizacional al plebiscito digital inventado por el actual gobierno para limitar las formas de consulta a la ciudadanía

4 Es necesario y urgente reconocer que la participación ciudadana, en las condiciones renovadas e innovadoras del siglo xxi y del profundo cambio de mentalidad socio-política de la ciudadanía al que estamos asistiendo, no puede ser asumida solamente como el mero ejercicio de consultar e informar a la gente respecto de las decisiones adoptadas o por adoptar por parte de las autoridades, sino que debiera ser entendida como formas de expresión, compromiso, intervención e involucramiento de los ciudadanos en los asuntos públicos y en los procesos de toma de decisiones de las instituciones del Estado. En las condiciones actuales del cambio socio-cultural de la ciudadanía, un aspecto relevante de las formas e instancias de participación es el carácter vinculante o no vinculante de las consultas a la ciudadanía. Estamos avanzando a un estado de conciencia cívica y política, en que cada vez que la ciudadanía entiende que alguna forma de participación tiene carácter vinculante, se siente más ampliamente involucrada e interesada en tomar parte y ser parte. LOS TRES NIVELES DE LA PARTICIPACIÓN EN LA COMUNA La participación como proceso de involucramiento de las personas en la toma de decisiones, descansa en una pirámide de tres niveles, cada uno de ellos asociado a formas diversas de organización de los ciudadanos. Un primer nivel o de base, sería el barrio y la unidad vecinal y estaría representado organizacionalmente por la Junta de Vecinos, Clubes Deportivos, Comités de Vivienda, organizaciones juveniles, Clubes de la Tercera Edad y otras organizaciones comunitarias funcionales. En este nivel también debieran considerarse los Centros de Alumnos, Centros de Padres y Apoderados y organizaciones estudiantiles de los establecimientos educacionales instalados dentro de una determinada unidad vecinal, sí como las ONG allí avecindadas. Un segundo nivel de participación sería el territorio comunal en su conjunto, donde encuentran asiento las Uniones Comunales de juntas de vecinos, las Uniones Comunales de adultos mayores, las Centrales Unitarias de Trabajadores, la Asambleas Ciudadanas, entre otras, y cuya función principal es la de recoger e integrar amplios conjuntos de demandas y aspiraciones a escala comunal (y regional). Un tercer nivel de participación sería la comuna, como espacio público de poder local y como una forma institucionalizada del poder político y - 4 -

5 administrativo, en el cual operan la Municipalidad, el Alcalde, el Concejo Comunal y el Consejo Comunal de Organizaciones de la Sociedad Civil, entre otras instancias. Para que la participación ciudadana funcione eficazmente, la Municipalidad debe reconocer la existencia de cada una de las entidades, redes y organizaciones existentes en la comuna, independiente de su carácter legal o no legal. TAREAS E INSTRUMENTOS DE PARTICIPACIÓN EN LA COMUNA Intentar contener, controlar o institucionalizar la participación ciudadana es como tratar de sujetar una marea con las manos. En nuestro concepto de participación, la ciudadanía debe dar rienda suelta a sus propias iniciativas de intervención y de presencia en los asuntos públicos, estando al mismo tiempo dentro y fuera de las estructuras legales de la participación. Se trata entonces de dar cauce, desde la institución municipal y también desde fuera de ella, a una corriente de participación que enriquece la comuna pero no se agota en ella. Hay participación allí donde los ciudadanos deciden intervenir, dentro y fuera de los límites de las instituciones. Hablemos entonces de participación flexible o de flexibilidad participativa. Se trata entonces de configurar un conjunto de instancias de consulta, intervención y decisión comunal de manera que la ciudadanía organizada o no organizada, se involucre en todas o en algunas de ellas, dando paso a una flexibilidad organizacional y participativa que permita adaptarse a las condiciones cambiantes del espacio social. Conforme a este concepto, las organizaciones de la sociedad civil podrán participar institucionalmente en los órganos municipales que la ley establece, pero deberán ser siempre consultadas por las autoridades municipales en materias de interés público que conciernen a toda la comuna. Entidades como la Asamblea Ciudadana, por ejemplo, puede ser parte del nivel territorial y también del ámbito comunal de participación, sin que deje de ser una instancia comunal-territorial de alcance regional, pero donde la - 5 -

6 consulta y la participación alcance a la propia Asamblea (como colectivo de organizaciones) y a cada una de las organizaciones que la componen. Veamos un repertorio -siempre incompleto- de mecanismos de participación ciudadana en la comuna. Son herramientas de participación en el nivel territorial de base o barrial, entre otras: a) las consultas ciudadanas en temas de interés del sector en cuestión; b) las asambleas de juntas de vecinos u otras organizaciones con la presencia de concejales y/o el Alcalde; c) las peticiones presentadas por las organizaciones de base de la sociedad civil a la autoridad municipal; d) los cabildos abiertos por barrio. Son herramientas de participación en el nivel territorial comunal, entre otras: a) las consultas ciudadanas en temas de interés de toda la comuna; b) los plebiscitos comunales; c) las asambleas, cabildos abiertos y otras formas de reunión amplia de la ciudadanía organizada con alguna autoridad municipal; d) los cabildos abiertos de la comuna. Son herramientas de participación a nivel de la institución municipal, entre otras: a) las sesiones públicas del Concejo municipal tanto en el recinto municipal como en las juntas de vecinos y otras sedes de organizaciones de la sociedad civil de la comuna; b) el Consejo Comunal de Organizaciones de la Sociedad Civil; c) los cabildos abiertos de la comuna; d) participación de representantes ciudadanos en las comisiones de trabajo del Concejo comunal; e) los presupuestos participativos; f) las consultas ciudadanas periódicas; y g) los plebiscitos comunales. En este contexto, la integración de las herramientas de participación en la gestión comunal debiera dar paso a la configuración de una Estrategia de Participación Ciudadana en la comuna, vigente por cada período de 4 años, respondiendo al estado de la opinión ciudadana y a una decisión política de cada equipo de gestión alcaldicia y municipal. ** - 6 -