Salud laboral: visualizar el daño para mejorar la prevención

Transcripción

1 Salud laboral: visualizar el daño para mejorar la prevención

2 Jesús Uzkudun 22/04/2017 Después de 21 años de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y con ocasión el próximo 28 de abril del Día Internacional de la Salud de los Trabajadores/as, es necesario seguir denunciando el

3 incumplimiento de las obligaciones preventivas de las empresas y el fraude que supone la masiva ocultación de las enfermedades y daños a la salud a las clases trabajadoras. Responder a la ocultación de enfermedades del trabajo es un enorme reto sindical para lograr mejorar las condiciones de trabajo. Realidad ante la cual los profesionales de la Sanidad pública deben convertirse en agentes protagonistas, ya que la ocultación del origen laboral de numerosas enfermedades cuestiona la viabilidad de la propia sanidad pública al tener que correr con gastos que no son de su competencia. La siniestralidad laboral aumento un 5% en el Reino de España durante el 2016, destacando el incremento en la Hostelería y la industria manufacturera. Este aumento, no es consecuencia exclusiva de la Precariedad en la contratación, es un factor añadido por el incumplimiento empresarial de realizar las necesarias inversiones preventivas que mejoren las condiciones de trabajo. Pese al intento de las Mutuas por derivar injustamente a los trabajadores accidentados en el trabajo a la Sanidad Pública, sumado a las presiones de las empresas por no declarar los accidentes de trabajo ni asumir sus consecuencias, me sorprende que hayan causado baja por accidente de trabajo personas. Comparto plenamente el llamamiento de Guy Ryder, Director de la OIT, a favor de la Prevención de las enfermedades profesionales y no centrarse solo en los accidentes laborales, ya que estas generan mayor sufrimiento, perdida en horas trabajo y vidas humanas. Como señala la Organización Internacional, anualmente se producen 2,34 millones de muertes en el mundo relacionadas con el trabajo, de ellas 2,02 millones son como consecuencia de Enfermedades Profesionales. La propia Comisión Europea señala al cáncer como la primera causa de mortalidad laboral en Europa, atribuyéndole el 53% de las muertes laborales. Expertos de OSALAN estiman más de 350 muertes por cáncer de origen laboral en 2012 en Euskadi. Una guerra sangrienta y silenciada, cuyas víctimas enferman o mueren mientras buscan el sustento propio o familiar. Datos que bien merecen una reflexión y un cambio de actitud de la CEOE-CONFEBASK, los gobiernos y las organizaciones sindicales y sociales. Y como evolucionan las Enfermedades Profesionales? En el 2016 aumentaron respecto al 2015 un 7,6%, hasta las , la mitad de ellas sin baja. Este pequeño incremento resulta positivo, en tanto el 70% de estas enfermedades quedan ocultas como comunes. Con esa ocultación perdemos la mayoría social, ya que no se adoptan, ni requieren medidas preventivas en los puestos de trabajo, la victima pierde prestaciones económicas de la Seguridad Social, y la Sanidad pública, OSAKIDETZA en nuestro caso, corre con los gastos que les correspondería pagar a las Mutuas en caso de ser declarada su causa laboral.

4 Es evidente: cuando el daño no es inmediato, como en los Accidentes de Trabajo, no se percibe o no se diagnostica la pérdida auditiva, la neumoconiosis, el túnel Carpiano o el cáncer pulmonar hasta después de décadas del trabajo con riesgo, dificultando la percepción y el reconocimiento del origen profesional, especialmente si la vigilancia sanitaria anual del Servicio de Prevención ha sido rutinaria y no se tienen en cuenta los riesgos reales. En muchas ocasiones, me preguntan por los centenares de miles de euros que obligamos a pagar a las empresas, tras sentencia judicial, en concepto de daños y perjuicios y otro tanto por Recargos derivados de la falta de medidas de seguridad a las victimas del amianto, la silicosis, etc. Sin duda, pagan por que incumplieron la legislación vigente de Seguridad e Higiene y la prevención de las enfermedades profesionales. Adoptar las medidas que requiere la ley hubiera sido mucho más barato y rentable para todos, especialmente para las victimas. Es una lección que algunas empresas no terminan de aprender, ni preocupa a los Servicios de Prevención, en tanto no se les requiera responsabilidad alguna por su gestión. Al parecer confían que la acción de las Mutuas y del propio INSS les libre de responsabilidad, negando lo evidente. Obligando al enfermo a pelear el origen laboral de innumerables enfermedades: hipoacusias por ruido, lesiones músculo-esqueléticas, respiratorias, la epidemia de cáncer profesional, entre otras, sin olvidarnos del estrés o enfermedades psicológicas generadas por la tóxica organización del trabajo. Denunciar estos hechos no es suficiente: el sindicalismo en su conjunto debe asumir que la prevención no avanza sin la compensación y reparación del daño causado. La responsabilidad de las empresas es ineludible, pero resulta inadmisible que las Unidades Sanitarias de los Servicios de Prevención, conocedoras de los riesgos laborales, callen y oculten las enfermedades detectadas en la vigilancia sanitaria anual los trabajadores/as, eludiendo la Comunicación de Sospecha de su origen laboral. Incumplir dicha obligación, es un fraude a la prevención y a la deontología médica, a combatir de forma contundente desde el sindicalismo. Tristemente, la ocultación y por tanto falta de prevención de las enfermedades producidas por nocivas condiciones de trabajo no se resuelve reclamando la disolución de las Mutuas el 28 de Abril, como plantea el sindicalismo independentista vasco. Requiere una respuesta cotidiana, por ejemplo, rechazando en las empresas el contrato con las Mutuas de la gestión de las bajas de enfermedad común o impulsar campañas entre personas afiliadas el reconocimiento de las múltiples enfermedades laborales. Sin esa respuesta cotidiana, la reclamación de la disolución de las Mutuas se convierte en un brindis al sol. Resulta asimismo sorprendente que el sindicalismo nacionalista rechace participar en Jornadas de Sensibilización de Riesgos Laborales, como las organizadas en colaboración con OSALAN y el

5 Departamento de Educación, u otras dirigida a los estudiantes de Instituto o Centros de Formación Profesional, como el Proyecto ADI gestionado por la Fundación de la Siderurgia Integral, donde venimos participando año tras año, sindicalistas de CCOO o enfermos miembros de ASVIAMIE (victimas del Amianto), logrando conectar con los estudiantes, posibilitando que estos conozcan experiencias en directo, de quienes han sufrido un grave accidente de trabajo o padece graves enfermedades laborales, como silicosis, asbestosis o el cáncer pulmonar. El impacto que generan estas charlas produce mayor sensibilización preventiva que la adquirida mediante libros de texto o charlas técnicas de los profesores. Para terminar, necesitamos cortar la sangrienta y silenciosa hemorragia. Para ello, necesitamos fortalecer el activismo sindical en defensa de la salud laboral, luchando por visualizar las enfermedades y daños a la salud producidos por la criminal ausencia de medidas preventivas en el puesto de trabajo y exigir la máxima compensación por las infracciones preventivas. Solo así lograremos que las empresas prioricen la prevención, mejorando las condiciones de trabajo. Por último recordar al lector que si no luchas por defender tu salud laboral, no esperes que otras instituciones lo hagan por ti. Igualmente, si pierdes tu salud en el trabajo, con seguridad perderás el empleo y con ello el mínimo bienestar. Convirtamos el 28 Abril en un día de recuerdo a los compañeros enfermos, inválidos y fallecidos por el trabajo y de lucha para combatir los riesgos en el trabajo. Jesús Uzkudun amigo y colaborador de Sin Permiso, es activista sindical por la salud laboral. Fuente: 23 de abril 2017 URL de origen (Obtenido en 20/06/ :57):