"De Lo Que Le Hace Signo Al Analista"

Transcripción

1 "De Lo Que Le Hace Signo Al Analista" (*) Reunión Lacanoamericana De Psicoanálisis. Buenos Aires Liliana Aguirre El inconciente se limita a algo que es supuesto estar bajo. Lo que el psicoanálisis enuncia es que eso no es mas que una deducción supuesta. Eso a lo que traté de darle cuerpo con la creación de lo simbólico. Como es posible que eso se enuncie? Esta es la interrogación central del psicoanálisis. Jacques Lacan. Seminario 24 Retomo esta pregunta que, Lacan señala como la interrogación central del psicoanálisis : Como es posible que eso se enuncie? Por mi parte, agrego: Cómo se manifiesta el inconciente en la clínica? Como toma cuerpo? A que nos convoca como analistas? Lacan dice que intenta darle cuerpo con la creación de lo simbólico Se presenta solo por vía de lo simbólico o podrá adoptar otros modos de presentación? Intentar ir respondiendo estas preguntas es lo que orientara mi recorrido. Como analistas estamos convocados a recibir las demandas, sostener la transferencia en su articulación con el deseo de analista, hace a nuestra función. Sabemos que no suele ser tarea fácil pero, de eso se trata. Rehusarla sería, como dice Freud, convocar a los espíritus del Averno para luego despedirlos sin interrogarlos. No hay algo deliberado que haga el analista para convocarlos, la transferencia se produce o no mas allá de su voluntad. Si bien no es deliberado tampoco ingenuo, siendo la transferencia el artificio del que nos valemos para dirigir la cura, apostamos a que se produzca. Una vez que se presentan los demonios del Averno hay que vérselas con ellos. Es nuestra responsabilidad ética responder sin rehusar, soportando con la presencia, jugando la escena - Página 1 de 7 -

2 a la que somos convocados. Dice Lacan en el seminario XI. El analista no basta que sostenga la función de Tiresias. Es preciso también, como dice Apollinaire, que tenga tetas No basta con soportar la suposición de saber, ficción necesaria a sostener advertidos que esta condenada a caer. Es un acto de fe, afirma Lacan. Quien se dice analista, se afirma en dar fe de lo que no hay, no hay sujeto para el saber, no es el analista el que sabe, el saber es inconciente. Cuando decimos que no basta es porque el concepto de transferencia excede al Sujeto Supuesto Saber, lo incluye pero lo excede, también hay que tener tetas. Dicho de otro modo, no se trata solo de la dimensión del significante incluye también la dimensión del objeto, vertiente real de la trasferencia que está presente desde el inicio. Dirigimos la cura desde el lugar de semblante, lugar de un hacer verdadero, dice Lacan. Desde allí el analista juega la escena, aun sin conocer el texto. Saber cual es el lugar que le es adjudicado en cada escena, cada vez, con cada analizante, requiere de una lectura del analista. Lectura que hará posible ir escribiendo el argumento. En ocasiones el analizante, asocia, relata sus sueños, interroga sus síntomas. El trabajo con el significante, los juegos retóricos propios del inconciente que de múltiples formas hace su retorno, permiten al analista una posición de cierta comodidad. No hay tormentas pasionales, la interpretación suele ser eficaz, intervenimos por vía de lo Simbólico. Jugamos con la homofonía, el malentendido, el equivoco cortamos la sesión, hacemos chistes. Se produce el Unbewusste que opera con la lógica. El inconciente estructurado como un lenguaje, el saber no sabido, lo que podemos llamar efecto de significantes. En otras ocasiones, aun con el mismo analizante, no hay retorno de lo reprimido ni sustituciones metafóricas, no contamos con el saber no sabido propio del Unbewustte, es decir, de la cara simbólica del inconciente. Se pone en juego otra perspectiva del saber, el saber como medio de goce, saber en lo real. Algo se presenta interpelando al analista, interrogándolo, a veces, incomodándolo, ya que lo sacude de esa posición de cierta comodidad que antes mencionábamos. Se muestra algo del objeto, objeto al que el analizante se encuentra identificado, lugar en el que está atrapado. Son casos en que la presencia del analista se juega de un modo particular. Es nuestra responsabilidad reconocer ese lugar en el que el analizante quedó capturado como objeto. Sin saber de que objeto se trata, el analista tendrá que ir produciendo una lectura al tiempo que avanza el juego. Como intervenir en esos casos? Voy a comentar una breve cuestión clínica que operó como causa de este recorrido. Carlos tiene un modo particular de pagar por sus sesiones. Cuando extiende la mano para - Página 2 de 7 -

3 darme el dinero dice: Servite. Al tiempo que, con un leve movimiento, adelanta el cuerpo como marcando una reverencia. Algo de esa particular forma de pagar incomoda. Me pregunto por qué. Pienso que no se trata del pago por hablar en sus sesiones, algo se filtra, se desliza entre los dichos sin decirse. No intervengo, pienso que es tiempo de callar hasta poder hacer lectura de este particular gesto que, para Carlos, pasa inadvertido. La escena se repite al final de cada sesión. Con esta reverencia parece inclinarse ante el Otro a la vez que lo invita a que se sirva de él, una invitación a ser servido. Se me arma la hipótesis que se trata de una posición semejante a la de la hembra que es servida por el macho. Advierto que esa posición en la que, Carlos se ofrece como objeto para el goce del Otro, es lo que me incomoda, ya que convoca, invita a gozarlo, a servirse de él. Que estatuto darle a esta mostración? No se trata del inconciente estructurado como un lenguaje, no es retorno de lo reprimido. Tampoco hay interrogación, ya que, para él, pasa desapercibido. Es otra dimensión del inconciente que se presenta en transferencia de modo mudo, haciendo presente su borde real, es decir, aquello del inconciente que no es saber no sabido, es saber ignorado. Paradójicamente se presenta a la vez mudo y ruidoso. Mudo porque no es un decir y ruidoso porque haciendo signo al analista, le hace ruido. Es otra perspectiva del saber, la del goce que se muestra en la repetición, una y otra vez. De ese modo hace su emergencia lo real en la transferencia, se muestra en acto. Es otro modo de presentación del inconciente. Podríamos decir que se trata del l une-bévue como lo real del inconciente? Toca lo Real siendo un gesto que no dice, imposible de decir, un gesto que se desliza en la escena del análisis, seria del orden del hacer. Hay un saber en eso que se hace, un saber ignorado. Si la estructura es RSI, el analista esta convocado a leer no solo en lo que se dice, también en lo que se muestra. Torsión que pone lo Real sobre lo Imaginario haciéndole signo a la analista, seña que le señala algo, un signo de goce que orienta. Hacia donde? En que dirección? Como todo signo, no es interpretable pero abre un surco, una huella, que no es letra ni significante, el analista toma noticia de que allí hay algo de que ocuparse. Servite no seria un significante en tanto no hace par con otro significante. Entonces, que estatuto tiene? Es trabajo del análisis sintomatizar el signo. Pero el signo no es interpretable, entonces, como intervenir en ese borde real? como franquear el muro del lenguaje en el seno mismo de una experiencia de palabra? - Página 3 de 7 -

4 Una intervención en esta misma línea. A raíz de un cambio de horario de 15 minutos que le pido, aclarando que sería por esa única vez, responde: Si, si, no hay problema, si querés, puedo venir siempre en ese horario o también cambiar el día, como vos quieras. Digo: No, no te pido tanto Suelta una carcajada. Esa intervención en la que la analista exagera el gesto con tono cómico, produjo efectos. Algo le vuelve, lo toca, algo que no fue una interpretación pero operó en ese sentido, la carcajada da cuenta de ello. Son intervenciones del analista que no van por la vía de lo simbólico, en tanto no hay algo a descifrar ya que no se trata de una escritura jeroglífica. Son, al decir de Isidoro Vegh, intervenciones en lo real. Al poco tiempo relata bastante sorprendido un ofrecimiento que le hace a un hombre casi desconocido. Esta persona comenta que tiene que viajar a Rosario, Carlos se ofrece a llevarlo en su auto, ya que ese mismo día, se dirige a San Vicente por trabajo. El hombre rechaza la invitación aclarando que no es necesario, que además no quiere molestarlo ya que, si lo llevara, se desviaría mucho de su ruta. Carlos insiste hasta que lo convence. Se pregunta en sesión, como anoticiándose, por que ofrecer algo que le implica una pérdida de tiempo, haciendo mas largo el trayecto, por qué ofrecer algo que lo complica y nadie le pidió. Repite sorprendido: Él no me lo pidió, yo insistí por qué? será como dice mi mujer que soy demasiado servicial? que parezco un boy- scout? Había traído antes estos dichos de la mujer acerca de su posición servicial, como repitiendo algo que se escucha sin implicarse, como si no estuvieran referidos a él. Esa era su manera de traerlo a análisis, como un dicho de otro. Lo interesante es que, a partir de esa sesión y en adelante, no volvió a repetir el gesto semejante a una reverencia acompañado del servirte, en el momento de pagar. Me pregunto que pasó, lo digo en el sentido de pasaje. Cómo pensar este movimiento? Servite y servicial hacen par significante? El los asocia por 1 vez a partir de un dicho de otro que había escuchado muchas veces, recién ahora los enlaza y se lo apropia. Se pregunta por qué me ofrezco a algo que nadie me pidió? Que estatuto darle al gesto de reverencia y la invitación a servirse de él tal como es mostrada en la escena transferencial? En acto se muestra una y otra vez en la cura la posición que Carlos sostiene en relación al Otro. Tanto cuando se ofrece a aceptar concurrir a sus sesiones cuando su analista lo disponga, como cuando le ofrece a alguien casi desconocido llevarlo, desviándose de su ruta sin que se lo pida. En ningún caso se lo piden, él lo ofrece, poniéndose a total disposición del Otro. - Página 4 de 7 -

5 Pero hay una diferencia. En el 1 tiempo no está advertido ni se interroga acerca de ello, lo hace sin saberlo. En un 2 tiempo se pregunta por qué tanto ofrecimiento? y surge el significante: servicial, tantas veces dicho por su mujer. Lo nuevo, en esta última oportunidad, es que se pregunta acerca de su posición, posición servicial que ahora advierte. Se sintomatiza lo que era puesta en acto, se traslada, hay un desplazamiento del goce al Inconciente. Un signo que, recortado como tal, le hace seña al analista, como goce mudo de una posición, deviene síntoma. En la pregunta: Por qué me pasa esto? se articula una suposición de saber dirigida a la analista, la convoca con Sujeto Supuesto Saber. Hubo un pasaje, pasaje a partir del cual, algo se puede empezar a escribir. Como se produjo este pasaje? Entre estos dos tiempos hubo una intervención de la analista, en la que, apelando a la comicidad y sin interpretar, dice: no te pido tanto. Señala así un exceso: Carlos se ofrece demasiado. Decíamos que en estas manifestaciones no hay metáfora, lo que opera es la metonimia desenlazada de la metáfora. Entendemos la metonimia como la formula Lacan en Radiofonía como una operación de crédito, un traspaso de fondos. Hacer pasar el goce al inconciente, es decir, a la contabilidad, es un desplazamiento, un desplazamiento de lo real en lo simbólico, desplazamiento que se juega en transferencia. La metonimia opera produciendo un traspaso de goce al Inconciente, al terreno del Unbewusste, de lo posible de escriturar. Esa sería la dirección, vía metonimia, el pasaje de signo de goce a la escritura de la letra. Un episodio de su historia relatado en el tiempo de la reverencia y el: servite, permitió la lectura de la posición pasiva de Carlos en relación a otro hombre. Cuando cumple la mayoría de edad, un hombre de su familia paterna, constituye una sociedad y lo nombra Socio Gerente. No le ofrece un trabajo, le demanda prestar su nombre y su firma. Carlos accede, al poco tiempo la empresa quiebra, él queda como único responsable. Este abuso por parte de un hombre se repite en otras dos oportunidades. Cada vez, en distintas empresas los socios que él elige, lo cagan, según su decir. Cuando lo relata no hay interrogación acerca de su implicancia, mas bien parece atribuirlo a la mala suerte. Algo similar a lo que Freud llama: Neurosis de Destino, como quien es presa de un destino fatal ya que se encuentra una y otra vez en situaciones no placenteras. Retomo la pregunta del acápite en relación al inconciente como una deducción supuesta. Cómo es posible que eso se enuncie? La vía simbólica seria un modo de tomar cuerpo, lo que produce las formaciones del inconciente. Otra manera de presentarse seria como una puesta en acto en la que se muestra - Página 5 de 7 -

6 lo Real sobre lo Imaginario. Así, lo imaginario permite hacernos una idea de lo real. Serían dos maneras de presentación del inconciente. El Unbewusste, cara simbólica del inconciente y l une-bévue, lo real del inconciente. No pensamos que Lacan elabore un nuevo concepto de inconciente que sustituye y supera al anterior, l ún- bévue por el Unbewusste, sino que a esta altura de su enseñanza, destaca lo real del inconciente. El analista no elige entre uno u otro, interviene según cada cual se vaya presentando. Al decir de Cristina Marrone lo que el unbewusste no pudo traducir, lo que no pudo pasar por la lógica del inconciente, queda como restos de goce que se acumulan y constituyen la raíz del fantasma. El un-desliz no tiene el estatuto de la escena del sueño, por ejemplo, como formación del inconciente pero hace escena, es decir, abre el surco por el que transitar en la construcción del fantasma. Ya que, como dice Lacan, en el fantasma esta la gloria de la marca. Es una zona de repetición, repetición que es en el borde de la Represión Primaria. Freud nos enseña en Pegan a un niño que la segunda fase de la constitución de la fantasía, así lo llama él, solo puede construirse en análisis, se construye una frase, un axioma. Es el analista quien construye una frase a partir de lo que es captado, no en el decir sino en el hacer, en la acción del analizante. En el fantasma lo real aparece enmarcado en la escena. La frase de la escena fantasmatica se construye en análisis. Podemos pensar que la frase es: Mi padre se sirve de mi Habría un pasaje de la gramática de la pulsión a la lógica del inconciente? Pasaje que permitió que cesara de repetirse el gesto de reverencia acompañado del Servite? BIBLIOGRAFIA Freud Sigmund: - Psicopatológica de la vida cotidiana (1901) Amorrortu Ed. - El chiste y su relación con lo inconciente (1905) Amorrortu Editores. Lacan, Jacques: - Psicoanálisis Radiofonía y Televisión (1970) Editorial Anagrama. El reverso del psicoanálisis Seminario 17.Editorial Piados L Insu que Sait de L Une-Bévue S Aile A Mourre.76/77 Seminario 24 Marrone, Cristina:- L Une- Bévue: Entre metonimia y escritura Cuaderno - Página 6 de 7 -

7 Sigmund Freud: El inconciente en Freud y en Lacan. Editorial Escuela Freudiana de Bs.As.2009 Presentación Foro de Psicoanálisis: Inconciente. E.F.B.A. Año 2012 Meroni, Maria del Carmen: Presentación Foro de Psicoanálisis E.F.B.A Año 2013 Safoaun, Moustapha: Lacaniana: Los Seminarios de J.Lacan Página 7 de 7 -