"Reinventar El Psicoanálisis: Práctica De Escuela Y Transmisión"

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1 "Reinventar El Psicoanálisis: Práctica De Escuela Y Transmisión" (*) Publicado En El Cuadernos Sigmund Freud. Nro 29 (2015) Mariela Weskamp El texto de Carlos Ruiz, Forzado a reinventar el psicoanálisis, me llevó a escribir respecto de la formación del analista y la posibilidad de la transmisión del psicoanálisis. Desde la enseñanza de Freud, conocemos los pilares de la formación del analista: sus recorridos de análisis, la formación teórica y el análisis de control. Desde mi experiencia agrego, con énfasis, la práctica de escuela, el necesario lazo con otros analistas. Creo necesario destacar que la práctica de escuela no es equivalente a participar en una institución. Cuando Lacan se refiere a la Situación del psicoanálisis, en 1956, (1) señala que, si Freud hubiera tenido en cuenta los efectos que produce la identificación con el líder, se habría interrogado sobre las vías que exige la transmisión de su doctrina, ya que la institución es necesaria para asegurarla, pero con solo organizar una comunidad no se garantiza su transmisión. Evidentemente, no alcanza con organizar una comunidad y llamarla escuela para que lo sea, sino que el modo de funcionamiento dará forma hacia una escuela de psicoanálisis o hacia una institución; a su vez, de los efectos producidos podemos inferir la estructura y de ella apostar a un funcionamiento. Las instituciones arman grupos; Lacan propone para la escuela, el cartel. Las instituciones tienen jerarquías; la escuela, grados, jurados y el dispositivo del pase. Es así que la forma sugiere la estructura que la sostiene. Cuando las producciones son efecto del trabajo de cartel, promoverán efectos de escuela, y si hubo grupos de trabajos, se afianzará la institución. Las instituciones pueden ser cómodas, estables y confortables. El trabajo de escuela no lo es, no es un trabajo en común, no se avanza en conjunto sino con el otro, en la diferencia. Por eso, soportando el malestar y el desencuentro, genera el deseo de leer los síntomas que en ella se promueven. Nuestra Escuela Freudiana de Buenos Aires es una institución que funciona muy bien y, en ocasiones, opera como escuela, produciendo efectos de transmisión. En las escuelas de psicoanálisis son necesarios los maestros para la formación teórica. Un maestro transmite la enseñanza del psicoanálisis cuando provoca el saber hacer en los otros, - Página 1 de 5 -

2 (2) cuando puede sostener el enigma y transmite la falta en su enunciación, propiciando el deseo de investigar. Porque aquel que desea enseñar coloca al saber en fracaso, lo que implica ubicar un saber que no tiene que ver con el conocimiento sino con el saber inconsciente y, además, soportar el límite de lo simbólico. El conocimiento se enseña, mientras que lo que se transmite es el saber hacer con ese saber agujereado por la imposibilidad. Lo transmisible del psicoanálisis por la vía de la enseñanza, es correlativo de la caída de ideales que fascinaron y a los que se seguía sin cuestionar. A partir de que se acepta la deuda que la castración instaura, se transmite sostenido en la imposibilidad, por eso no se trata solo de contenidos sino de la enunciación que soporta el decir. Transmitir es conducir o ser el medio a través del cual se pasa algo desde un lugar a otro, es dejar pasar; también es un traspaso, en el sentido de ceder el derecho, dominio o atribución que se tiene sobre algo. La transmisión, necesariamente, pone en juego el ceder, perder algo para cederlo a otro, y en este sentido pone en juego el amor. En El psicoanálisis y su enseñanza, Lacan dice que lo más verdaderamente propio que el psicoanálisis nos enseña es el inconsciente. La pregunta es cómo se hace pasar, cómo se transmite la experiencia del inconsciente? En los recorridos del análisis se transforman los goces, se conmueven los ideales, se confronta con que el Otro no existe. Se va escribiendo la particular gramática que sostiene el fantasma. El saber hacer, con el particular síntoma de cada quien, se produce en el análisis, no se enseña, la cuestión es cómo transmitir ese saber. Porque la enseñanza produce conocimientos, mientras que el saber ocupa el lugar de la verdad en el discurso del analista que articula una lógica de la incompletud. La relación con la falta, en tanto confronta con lo real, con lo imposible, permite ubicar de este modo al saber. El analista es agente del discurso cuando puede escuchar más allá de su fantasma y depone su persona siendo soporte del objeto que está en juego para el analizante, permitiendo que sea este el que dé el tono y el color a la escena. El analista aparenta ser eso que causa, pero lo hace sin saberlo, no posee un saber previo que lo lleve a actuar en consecuencia, sino que siendo incauto y dejándose tomar en la transferencia podrá luego saber algo de la verdad que estaba en cuestión. Su posición no depende de una formación aprendida (formación necesaria pero no suficiente), sino de ese saber hacer con el síntoma, efecto de su análisis. En 1978, en el cierre de las jornadas de transmisión, Lacan dice que intentó tener un testimonio sobre la manera en que se deviene analista y ubica la posibilidad de transmisión del psicoanálisis en el dispositivo de pase. Concluye que [ ] el psicoanálisis es intransmisible [ ] porque es muy molesto que cada psicoanalista se vea forzado a reinventar el psicoanálisis. Y agrega que el pase lo decepcionó porque en él nada testimonia [ ] que el sujeto sabe curar una neurosis. (3) El pase es el testimonio de que se ha ubicado un final respecto del análisis. Entonces, la cuestión será, qué entendemos por fin respecto del camino del análisis. Que se trate de El fin o de un final posible es una cuestión que orienta la idea del pase y de la transmisión en - Página 2 de 5 -

3 sentidos muy diferentes. El final, en el sentido de finalidad o de llegar a un punto en que algo se consuma, se termina idealmente, presume la idea del encuentro. En tanto que un final posible como un límite, porque confronta a cada quien con el término de lo que de su estructura, hasta ese momento, puede escribirse, exige reinventar a partir de la verificación de lo insoportable que el encuentro con lo real implica. Se trata de una conclusión que arroja una verdad respecto de la cifra ciega de la singularidad. A partir de esos mínimos trazos a los que nos reducimos siendo necesarias innumerables vueltas y vueltas de blabletas, precipita la letra que permite escribir en nombre propio. Se espera, de la transmisión de esta conclusión, que puedan leerse las operaciones lógicas efectuadas en el análisis que permitieron el devenir, del síntoma a la identificación con el sinthome. Respecto del testimonio de estas operaciones: si se supone que se otorga un título de analista a una persona, entramos nuevamente en el campo de lo instituido, mientras que si se trata de una escritura del pasaje de analizante a analista, la transmisión sí es posible. No estoy segura de afirmar tal como lo hace Lacan en esa charla (4) que el psicoanálisis es intransmisible porque hace falta que cada psicoanalista reinvente la manera por la que el psicoanálisis puede durar. Me pregunto, por qué esto lo haría intransmisible? El psicoanálisis no es una técnica enseñable y es preciso que cada uno reinvente, pero esto no implica el fin de la transmisión. Por eso me resulta más cercana la lectura del texto de Carlos Ruiz para pensar que la reinvención supone la pausa para hacer los ajustes necesarios que permitirán volver a transmitir en otro momento. En este punto la desilusión es de Lacan, desilusión por otra parte necesaria para servirse de los maestros y reinventar. La invención pone en juego algo nuevo, el invento fue de Freud; el reinvento tiene que ver con recrear para no quedar cómodamente instalado y que el psicoanálisis se convierta en una técnica enseñable. Todos llegamos segundo, siempre alguien ya dijo. Cada analista reinventa el psicoanálisis porque en cada caso se trata de algo distinto, el truco es uno, cada vez y de cada quien con su propio estilo. Pero sobre todo, se reinventa porque la clínica exige escribir lo que por estructura no puede escribirse. Advertidos, a su vez, del límite de la escritura: no todo se escribe. El analista no descubre algo que estaba sino que reinventa un saber que hace borde a lo real con lo que se encuentra en la clínica, invita a dar cuenta de eso que lo simbólico no cubre. El deseo del analista permite ser agente de un discurso, por lo cual siempre es a confirmar si hubo o no analista sosteniendo el acto. El analista, definido por el acto que realiza, es responsable por sus consecuencias y se espera que dé cuenta de su acto. En el momento en que da razones sobre su práctica, se produce en el lazo social. Entonces, la reinvención está íntimamente relacionada con el acto y la escritura. La reinvención en la escritura es bordear la falta en lo que leemos, surge en ese límite que muerde lo real. Pero para escribir es necesario haber escuchado y leído muchos otros. Es un tiempo de inscripción que pone en juego una pérdida de otra índole que el parloteo. El analista da - Página 3 de 5 -

4 razones de su práctica cuando escribe haciendo lectura de su clínica para ser leído por otros analistas. Allí puede leerse y teorizar los efectos de sus actos. Cuando eso ocurre, puede hacerse trabajo de escuela, y hace lazo nuevamente porque lo que está escrito necesita de la lectura para que se convierta en escritura. Para la elaboración de un trabajo psicoanalítico es necesario que un analista tenga la remisión de su palabra por otro analista, ya que la escritura incluye la voz, la escritura como marca espera ser fonetizada, necesita de un lector. En ocasiones fugaces, en el trabajo de escuela se escucha el testimonio de quienes hacen lectura del acto haciendo transmisión del psicoanálisis. La transmisión no se planea, ocurre o no ocurre, y que eso pase o no depende de la enunciación, ya que: La verdad puede no convencer, el saber pasa en acto. (5) Entiendo que la lectura es un tiempo para comprender y que la decisión precipita en el momento de conclusión en la escritura, que incluye el encuentro con lo real y da sentido al tiempo de comprender. Este tiempo de conclusión puede ser provisorio, pero es necesario. Como dice Lacan en la Conferencia en Ginebra : Hasta cierto punto, se concluye siempre demasiado pronto. Pero ese demasiado pronto es la evitación de un demasiado tarde. (6) Cuando precipita la decisión del acto de escritura, es un momento de afirmación, un acto de inscripción, nominante. En ese sentido, la escritura que historiza el recorrido del análisis hace posible servirse del traumatismo para que eso mortífero del goce se transforme en un goce que nos recuerde que estamos vivos. Carlos Ruiz sostiene que [ ] el tema de la transmisión está [ ] centrado en cómo hay algunos que saben levantar el síntoma. (7) Agrego porque algo han podido hacer con el propio. Lacan se pregunta: cómo comunicar el virus de este sinthome bajo la forma del significante? Entiendo que ese virus en ocasiones se contagia en el trabajo de escuela, cuando la enunciación deja pasar. Esto posibilita que el psicoanálisis pueda durar, ya que el porvenir del psicoanálisis no depende de su difusión necesaria, por otra parte sino de su transmisión posible. NOTAS: (1) Jacques Lacan: Situación del psicoanálisis y formación del psicoanalista en 1956, en Escritos 1, Siglo Veintiuno editores, Buenos Aires, (2) Jacques Lacan: El Seminario, Libro XXIV: L insu que sait de l une-bévue s aile à mourre, clase del 26 de febrero de 1977, inédito. (3) Jacques Lacan: Conclusiones del IX Congreso de la EFP, 9 de julio de 1978, inédito. (4) Ibíd. (5) Jacques Lacan: Alocución sobre la enseñanza. Pronunciada para la clausura de congreso de la Escuela Freudiana de París, el 19 de abril de 1970, por su director, en Otros escritos, Ed. Paidós, Buenos Aires, 2012, pág (6) Jacques Lacan: Conferencia en Ginebra sobre el síntoma, en Intervenciones y textos 2, Ed. Manantial, Buenos Aires, 1988, pág (7) Carlos Ruiz: Forzado a reinventar el psicoanálisis, texto presentado en la Reunión - Página 4 de 5 -

5 Lacanoamericana de Psicoanálisis de Buenos Aires, Página 5 de 5 -