Vínculo intersubjetivo y adolescencia. Anexo 1

Transcripción

1 Vínculo intersubjetivo y adolescencia. Anexo 1 Vínculo como uno de los pilares de la subjetividad. Transmisiones psíquicas: Intergeneracionales, transgeneracionales. Prof. Adrián Grassi Fantasía de autoengendramiento como un modo de tomar distancia, de diferenciarse, de autonomizarse del sistema genealógico y de las estructuras de parentesco. Lo adolescente requiere de hacerse otro, otro de los otros y otro de sí mismo. Altero. Cómo se constituye el adolescente como otro, diferente de los otros pero a la vez diferente del que era, otro de sí mismo. Adolescencia como momento fundacional.. autoengendramiento: como modo de diferenciarse de los otros, de sí mismo El destino del hombre individual depende de sus relaciones con los otros hombres. S. Freud; Nuevas conferencias de Intr. al Psi. (1932). La oposición entre Psicología individual y psicología social o de las masas, que a primera vista nos parece muy sustancial, pierde buena parte de su nitidez si se la considera mas a fondo. Es verdad que la psicología individual se ciñe al ser humano singular y estudia los caminos por los cuales busca alcanzar la satisfacción de sus mociones pulsionales. Pero sólo rara vez, bajo determinadas condiciones de excepción, puede prescindir de los vínculos de este individuo con otros. En la vida anímica del individuo el otro cuenta con total regularidad, como modelo, 1

2 como objeto, como auxiliar y como enemigo y por eso desde el comienzo mismo la psicología individual es simultáneamente psicología social en este sentido mas lato, pero enteramente legítimo.. Freud S. Psicología de las masas y análisis del Yo (1921) AE T. XVIII pag. 67. ENEMIGO, AUXILIAR, MODELO, OBJETO. Vínculo-el otro- los otros- lo otro, lo diferente, lo altero: Cómo se constituye el adolescente sujeto otro diferenciado de los otros y de sí mismo. Cómo constituye al otro como altero, sujeto de deseo, autónomo, diferenciado. Alteridad e intersubjetividad como categorías filosóficas: Hegel (La fenomenología del espíritu), J. Habermas (Escuela de Frankfurt, E. Levinas ( Etica e infinito). Desde el Psicoanálisis: grupos, parejas, familias, instituciones. P. Riviere, J. Bleger, D. Anzieu, D. Stern El reconocimiento de la alteridad, la diferencia y la autonomía a partir de la destrucción: una paradoja. 1º parte: el enemigo Los procesos de diferenciación en la adolescencia se producen en contra de un enemigo, un opositor. Para que haya proceso adolescente de diferenciación, tiene que constituir-se el lugar de opositor. 2

3 Lo adolescente para constituir-se como diferente, sujeto autónomo, requiere de la oposición, (oposicionismo), requiere del lugar del enemigo, del enfrentamiento. (Objeto subjetivo Winnicott). La (auto)afirmación en la oposición. Aparece la necesidad de constituir a otro-otros (los padres, como representantes de ) en rivales, enemigos, opositores, a quienes atacar y destruir ó de quienes cuidarse por poder provenir de allí un ataque intrusivo-destructivo. Temor a la intrusión. El rival como función necesaria para la diferencia y la autonomía. Se plantea una tensión constante entre la autonomía y oposición al otro. El otro puede aparecer como presencia acechante, amenzante, intruso ante lo que se está constituyendo como intimidad (la intimidd del si-mismo M. Kahan). 2º parte: Reconocimiento Lo que le da el carácter de paradoja es que lo adolescente pide que sea desde el lugar del enemigo de donde provenga el reconocimiento de la diferencia y la autonomía. Necesito que Uds. (a quienes constituyo en enemigos necesarios), confimen mi autonomía (de Uds.) Mirénme, vean lo independiente (de Uds. ) que soy. En una forma mas extrema funcionaría como: háganme independiente de Uds. como respuesta al crecé!. Cómo entender para avanzar sobre la paradoja: El narcisismo, esa pretendida absoluta autonomía, el cierre del sujeto (adolescente) sobre sí mismo, no necesito de Uds. para 3

4 hacerme diferente, (autoengendramiento) autoafirmación absoluta del self, no obstante requiere del reconocimiento del otro, del pedido al otro, de la mirada y la confirmación del Otro. Constituir al otro como enemigo necesario para el reconocimiento es un modo de conservar el vínculo al otro, a la genealogía, a la cadena filiatoria (Fractura de historia P. Aulagnier) Esto nos introduce en otro costado de esta paradoja ya que si el crecimiento se le plantea al hijo/a adolescente en estos términos, a los padres también se le plantea como una paradoja, pero formulada de otra manera: Se requiere que las respuestas de esos otros, en este caso los padres, impliquen un sostén y acompañamiento del proceso, en el sentido de que alguien tiene que haber allí y no reaccionar especularmente, para que otro se pueda oponer (Winnicott fantasía de asesinato). No responder como enemigo efectivamente. Si sobrevive sin vengarse ni retirarse ante el ataque, le permite al adolescente, ir mas allá de una relación con el objeto subjetivamente concebido. Permite transitar desde una relación que es intrapsíquica hacia un uso del objeto, estableciendo un vínculo con otro al que se percibe objetivamente con una existencia exterior al propio self. Es que existe como objeto (uso del objeto), por fuera de un producto mental, (objeto subjetivo). Es necesario que el adolescente constituya al otro en esa posición de enemigo opositor, pero también que desde la realidad del otro, se de una respuesta no reactiva a la agresión, una respuesta como sostén, auxiliar, acompañante para que la operación de reconocimiento de la autonomía pueda desarrollarse como función simbólica. 4

5 Se trata de que los padres tienen que metabolizar lo extraño que trae lo adolescente. Lo familiar que era el niño se torna hetero, diferencia, extrañeza. Lo que el proceso pide desde la función de adultos es acompañar como auxiliares la extrañeza que trae lo adolescente. Será la extrañeza del cuerpo puberal de la naciente genitalidad, los amigos como extraños, las parejas. Todo eso que presentifica lo nuevo, lo extraño puede tener el signo de amenazante. (Padres que no reconocen lo nuevo del hijo/a, No lo reconozco mas como mi hijo, este no es mi hijo, no hacía estas cosas cuando era chico, es por culpa de los amigos con los cuales se junta ). A la vez hay otro sentido que toma la extrañeza y es la que vive el adolescente en relación a sí mismo. El hecho de que él se hizo extraño a sí mismo, de que algo le sobreviene como extrañeza: la propia alteridad. Ahí hay algo que también tiene que metabolizar y lo hace con el auxilio del grupo de pares. El grupo como lugar de procesamiento de nuevas identificaciones, ante la caída y las des-identificaciones del Yo infantil. El grupo como lugar de embandamiento. Modelo: Yo ideal-ideal del Yo. 5