II ENCUENTRO HACIA UNA PEDAGOGÍA

Transcripción

1 CENTRO CULTURAL DE LA COOPERACIÓN FLOREAL GORINI II ENCUENTRO HACIA UNA PEDAGOGÍA EMANCIPATORIA EN NUESTRA AMÉRICA DIRECTORES DE LA PUBLICACIÓN: PABLO FRISCH NATALIA STOPPANI Publicación Anual - Nº 2 ISSN: X

2 Título de la publicación: II Encuentro hacia una pedagogía emancipatoria en Nuestra América Directores de la publicación: Pablo Frisch y Natalia Stoppani Título del artículo: Abriendo puertas Autor/es del artículo: Antonio Sanchez, Betina Peluso, Diego Tejerina y Laura Navarro. Director del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini: Prof. Juan Carlos Junio Subdirector: Ing. Horacio López Director Artístico: Juano Villafañe Secretario de Ediciones y Biblioteca: Jorge C. Testero Secretario de Investigaciones: Pablo Imen Secretario de Comunicaciones: Luis Pablo Giniger Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini Av. Corrientes 1543 (C1042AAB) - Ciudad de Buenos Aires - [011] De los autores

3 ABRIENDO PUERTAS Integrantes : Antonio Sanchez Betina Peluso Diego Tejerina Laura Navarro Resumen Se intentará describir y analizar las dimensiones que configuran las personas privadas de la libertad para obtener una visión más clara y precisa de quiénes están en la cárcel y el impacto que el encierro produce en los sujetos, como punto inicial para pensar qué tipo de educación respondería al contexto. Intentando paliar algunos de los efectos que la cárcel produce en los sujetos que están alojados en ella. Donde la educación de esta manera se convierta en un verdadero derecho humano. Se tomarán en cuenta las siguientes dimensiones: Dimensión educativa: La educación es considerada como una recompensa, basada en un mecanismo de premio o castigo dependiendo de la conducta y adaptación del sujeto a la institución. Dimensión social: Las personas privadas de la libertad viven en una situación de extrema pobreza y vulnerabilidad. Esto marcado también por las condiciones de partida en la dinámica social que los excluye tornándose invisibles para el estado. Dimensión Laboral: El trabajo es un elemento central en la vida de las personas. En el ámbito carcelario no es concebido como un derecho sino como un beneficio dependiendo de los informes psicológicos y lo que decida el proceso judicial. Salud (cuerpos): Se produce un despojamiento institucionalizado donde se degrada las condiciones de existencia, despojando a los sujetos de su sentido de individuación, de su propia historia y de los afectos que son parte de ellos. El cuerpo sometido, la mirada, dan cuenta del sufrimiento de sujetos objetivizados a los que se les acalla su palabra.

4 Es altamente improbable, reparar el desequilibrio existente en las oportunidades de vida y de participación en la sociedad sin el previo reconocimiento del DERECHO a la EDUCACIÓN Al analizar la descripción de las configuraciones de un sujeto, nos lleva a pensar nuestra existencia en este mundo. Estas configuraciones no ocurren naturalmente sino que tienen que ver con ciertos dispositivos que van moldeando nuestra subjetividad. En las personas privadas de la libertad. La disciplina, el encierro, van moldeando una forma de ser y estar en el mundo, producto de mecanismos disciplinarios. La cárcel, como institución total, crea y reproduce un tipo de subjetividad. Esto nos remite a una cita del autor Larrosa donde expresa: Lo que no es otra cosa que el modo en que nos comprendemos; el modo en que nos comprendemos es análogo al modo como construimos textos en relación con nosotros mismos; y cómo son esos textos depende de su relación con otros textos, y de los distintos dispositivos sociales en los que se realiza la producción y la interpretación de los textos de identidad Esta cita expresa un concepto central: la subjetividad y la identidad no son efecto de acciones y voluntades individuales. Las historias que nos constituyen están producidas en el interior de determinadas prácticas sociales más o menos institucionalizadas, como por ejemplo la escuela, la prisión, instituto de menores. Otro aspecto muy importante es el tiempo muerto, que tal como lo describe Emilio Tenti Fanfani en su libro La escuela y la cuestión social,el tiempo libre se convierte en un tiempo muerto, un tiempo inútil, un tiempo sin sentido. Esta experiencia no puede dejar de afectar la estructura psíquica y emocional de los sujetos. Si no existe organización del tiempo ni actividades formativas útiles, que organicen una rutina diaria, que les permita decidir y planificar sus tiempos. Esto produce efectos nocivos en el sujeto, impidiendo la construcción de proyectos, metas y de un mejor aprovechamiento del tiempo en el encierro. Debido a que no cualquiera es seleccionado para ser criminalizado, tal como lo describe Zaffaroni en su texto La filosofía del sistema penitenciario contemporáneo, el estereotipo se introyecta en la persona privada de la libertad para que asuman el modo que los demás lo ven. Todo esto hace que algunas

5 personas sean más vulnerables al poder punitivo que otras posicionándose como el poder punitivo espera de él. Esto a su vez, va destruyendo su subjetividad, internalizando su proceso de aniquilamiento al convencerse de si mismo que es un fracaso. Reproduciendo el discurso dominante que se instala en la sociedad. Siguiendo al autor Goofman,(2007),la disciplina se confunde con mortificaciones que pueden llegar hasta el punto de hacer perder el sentido de seguridad personal; una institución se configura como total cuando en sus procedimientos y normativas, sus diseños organizacionales borra o diluye los límites propios de la vida personal hasta inmiscuirse en la más recóndita intimidad. Esto provoca una despersonalización donde el sujeto pasa al lugar de objeto, aniquilando su proyección a futuro, quedando atrapado en la inmediatez de su presente. La seguridad es el imperativo dominante que prevalece por encima de cualquier dimensión. El desconocimiento y falta de respuesta en su parte judicial. Sumado a que la concepción del tiempo no es la misma para la justicia, que para el sujeto privado de su libertad, el no poder contar con un defensor que intervenga en su situación, teniendo nulo contacto con el profesional. Todo este entramado de no respuestas posiciona al sujeto en una total incertidumbre y torna su vida caótica sin tener una perspectiva de su futuro, ni una proyección de lo que depara su destino, solo le queda como recurso sobrevivir a la cárcel; tratando de matar el día. El tiempo y el espacio de la cárcel genera un avasallamiento de los dispositivos de control generando una homogeneidad de castigo. La prisionalización lleva a un proceso total de despersonalización. La institución total tiene como fin principal controlar al sujeto, el mismo se logra a través de la reconstrucción de los signos identitarios de la persona a través de la homogeneización, masificación, clasificación y el despeje de todos los derechos. Una vez descriptas algunas de las dimensiones de cómo impacta el encierro en las personas privadas de su libertad, nos permite replantearnos Cuál seria la función del encierro? Cuando todos esos derechos están vulnerados. De esta forma, el encierro sólo funciona como un mecanismo disciplinador y domesticador, donde el

6 resentimiento y la venganza son los sentimientos que protagonizan la vida de los sujetos. Cómo el sujeto va a poder tener conciencia de sus derechos, tener voz construyendo nuevos soportes y anclajes sociales y culturales? A partir de aquí es que pensamos en la importancia de la educación en las cárceles, que tiene la particularidad que se encuentra atravesada por dos lógicas totalmente opuestas: las que tienen que ver con el sistema penitenciario y las propiamente educativas. Y no solamente poder pensar el lugar que ocupa en un contexto tan particular como este la educación, sino qué tipo de prácticas educativas se van a poner en juego que puedan paliar los efectos nocivos que el encierro produce en los sujetos y cómo la educación se pueda convertir en una experiencia que coincida y respete los derechos humanos. El docente que trabaje en espacios educativos dentro de la cárcel tendrá que poder habilitar el proceso de filiación simbólica necesario para cualquier lazo social. Tomando como referencia el texto sobre Reflexiones sobre la educación de adolescentes y adultos de las autoras Duschatzky, Mariño, Areco. Los docentes son aquellos que cambiando el posicionamiento tienen la posibilidad de ofrecer una mirada diferente sobre el sujeto, de imprimir una duda con respecto a la certeza que tienen los otros sociales y ellos respecto a si mismos. Que puedan sentir al docente como parte del proceso educativo, para construir un diálogo que permita un lazo de confianza. Y en este contexto tan particular nos permite entender a la persona privada de su libertad desde todas estas dimensiones, habilitando la posibilidad que el estudiante se sienta comprendido y a la vez implica una motivación para el mismo. Apropiándose de nuevas experiencias de subjetivación. Esto nos llevaría a la construcción de una educación interpretativa, que corresponda al contexto en todas sus dimensiones. La educación debería producir un efecto que implique disminuir los mecanismos disciplinadores y domesticadores. Sentirse parte de la educación les permite apropiarse de una voz, que es escuchada y respetada. Tomando conciencia de sus derechos, los cuales siempre estuvieron vulnerados. Al ser protagonista de su propio proceso educativo, se podrían apropiar de nuevos elementos de subjetivación.

7 A partir de aquí es que nos preguntamos Cómo promover prácticas e interacciones más democráticas y brindar oportunidades que tengan relación con el cumplimiento y el respeto de sus derechos? Se podría establecer un proceso de concientización para que los sujetos puedan tomar parte activa de la transformación. La educación se tornaría de este modo, como un efecto que intente disminuir los efectos nocivos que produce cada uno de los dispositivos que produce la institución penitenciaria, como lo explicitamos al comienzo del trabajo. Siguiendo a Francisco Scarfo (2006), pensar la educación en la cárcel, en tanto su para qué, es pensarla en virtud desde lo que señala su concepción como derecho humano y su orientación hacia el desarrollo integral de la persona. El desarrollo de la persona en la cárcel requiere primero pensar en la educación como derecho humano y no como parte de un tratamiento terapéutico (educación como herramienta o metodología de los re ) En segundo lugar, requiere de una visión correspondida de la cárcel y de lo que ocurre en ella. Hablar de la educación en la cárcel como derecho es promover el desarrollo de la persona y esta orientación sólo tiene validez en el marco de una reducción de la vulnerabilidad, ya que la cárcel ha fracasado en buena medida al llevar adelante los re, en ser deteriorante y aventurar la prevención del delito. De este modo, es indudable que la educación es un factor clave en la vida de la persona privada de libertad y en términos de una política criminal y penitenciaria basada en los derechos humanos, mejora su calidad de vida. La educación dentro de una institución penitenciaria deberá tener en cuenta que las prácticas educativas de los profesionales de la educación respeten y respondan al sujeto y al contexto en el cual está inmerso. De esta forma la educación no se convertirá en otro mecanismo de homogenización y disciplinamiento, sino en una herramienta que respete los derechos humanos, habilitando al sujeto a que se sienta parte del mundo educativo a pesar de todos los condicionamientos, estableciendo lazos de confianza, posicionándose como protagonista de su propio destino. Atenuando de otra forma la incertidumbre que genera el sistema penal.

8 Así podrán transitar de otra manera su vida en el encierro, como así también planificar y proyectar su vida a futuro, una vez cumplida su pena produciéndose otras marcas subjetivantes en la vida de la persona. Bibliografía: Scarfó Francisco. Trabajo de investigación final de tesina Los fines de la educación básica en las cárceles en la Provincia de Buenos Aires La Plata, octubre Goofman, E internados. Ensayos sobre la situación social de los enfermos mentales 2da edición, Buenos Aires, Tenti, Fanfani Emilio La escuela y la cuestión social. Ensayos de sociología de la educación. Buenos Aires: Siglo XIX, Primera edición, Zaffaroni, Eugenio. La filosofía del sistema penintenciario contemporáneo Cuadernos de la Cárcel. Edición especial de No hay derecho (Belloff, M; Bovino, A y curtis, C, comps) Edit La Galera, Buenos Aires, 1991.