TEJIDOS 1 Los tejidos se definen como grupos de células que aúnan sus esfuerzos para efectuar una o varias funciones. El organismo se compone de cuatro tejidos fundamentales: epitelial, conjuntivo, muscular y nervioso. Cada uno de ellos presenta a su vez varias subclases, todas las cuales se combinan de diferentes maneras para constituir los órganos. Los cuatro tipos principales de tejidos presentan las siguientes características: El tejido epitelial está constituido por, células muy próximas entre sí, sin material fibroso entre ellas. En el tejido epitelial sólo existe, en general, una pequeña porción de espacio intercelular (espacio entre las células). El tejido conectivo se compone de células que pueden hallarse considerablemente alejadas unas de otras y separadas por una gran cantidad de substancia intercelular. La composición de esta substancia intercelular varía de un tipo de tejido conjuntivo a otro. Tanto el tejido epitelial como el conjuntivo se caracterizan de acuerdo con la estructura que presentan. Sin embargo al establecer las características de los tejidos muscular y nervioso es conveniente atenerse a una base de carácter funcional. Teniendo en cuenta esta premisa, el tejido muscular se diferencia de los demás tejidos por su capacidad de contracción y el tejido nervioso por su capacidad para transmitir impulsos nerviosos. TEJIDO EPITELIAL (EPITELIO) El tejido epitelial o epitelio está constituido por células adyacentes sin fibras intercelulares entre ellas, se organiza para formar superficies o glándulas y siempre se asocia al tejido conjuntivo. Entre el epitelio y el tejido conjuntivo se dispone una capa de unión denominada membrana basal. El grosor de esta membrana varía según las diferentes localizaciones de acuerdo con la función del epitelio en cada una de ellas. Así, mientras la membrana basal situada debajo del epitelio traqueal presenta un grosor considerable, la membrana basal sobre la que descansan otros epitelios resulta tan delgada que únicamente puede visualizarse con el empleo de técnicas especiales de tinción. Como es lógico, el empleo del microscopio electrónico permite localizar con facilidad la membrana basal entre el epitelio y el tejido conjuntivo subyacente. Al examinar un corte de membrana basal, ésta aparece como una túnica delgada que recibe el nombre de lamina basal. En esta obra se utilizarán indistintamente los términos membrana basal y lamina basal. La lamina basal puede faltar o aparecer incompleta en ciertas localizaciones, como hígado u vasos linfáticos. Existen varias clases de tejido epitelial: epitelio escamoso, cúbico y cilíndrico, cada uno de los cuales puede dividirse en simple y estratificado; epitelio cilíndrico pseudoestratificado; epitelio de transición y neuroepitelio. EPITELIO ESCAMOSO El epitelio escamoso simple y el estratificado constituyen las dos clases principales de epitelio escamoso. El primero de ellos está compuesto por una capa simple de células planas. Cuando se examinan estas células por su cara mas ancha aparecen como grandes áreas de citoplasma con el núcleo situado en su centro. Estas células establecen contacto con las poblaciones celulares vecinas y se unen unas con otras formando una superficie continua de gran extensión. Si se visualizan de perfil dan una imagen de estructuras
2 aplanadas. La cantidad de citoplasma entre las partes superior e inferior de la célula delimitadas por la membrana celular, puede ser tan escasa. Que al visualizar estas membranas con el microscopio tan sólo se observa una simple línea. Si el corte que se examina contiene un núcleo se aprecia que la célula forma una protuberancia a su alrededor. La figura revela cómo desperecen gran cantidad de núcleos al preparar una muestra determinada para el examen microscópico. Por esta razón las células parecen carecer de núcleo. Cuando existe mas de una capa de células escamosas el epitelio se denomina escamoso estratificado. En este caso las células superficiales están aplanadas como en el epitelio escamoso simple. Sin embargo las células profundas son de un grosor superior, y las que ocupan el plano más hondo presentan una forma cúbica o en ocasiones cilíndrica. El número de células que determinan el grosor del epitelio escamoso estratificado es variable. Los epitelios escamosos simple y estratificado tiene la misión fundamental de revestir las superficies en las que se hallan. Cuando se requiere un revestimiento grueso el epitelio será de tipo estratificado. Así el epitelio que reviste la superficie de la piel y la cavidad oral es de tipo escamoso estratificado; por el contrario, el epitelio que se encarga de revestir los vasos sanguíneos es de tipo escamoso simple. EPITELIO CUBICO El epitelio cúbico está constituido por células que adoptan en su gran mayoría un aspecto cúbico. La figura muestra tres disposiciones diferentes del epitelio cúbico: formando una lamina plana en una superficie, revistiendo un conducto de secreción y formando una pequeña glándula. En la glándula las células presentan una forma más bien piramidal, mientras que la glándula tiene una forma esférica. El conducto (sección longitudinal) sirve de camino para la descarga de la secreción glandular. El epitelio es simple, ya que se compone de una sola capa celular. Cuando el epitelio contiene varias capas se denomina estratificado; este tipo aparece con frecuencia en los conductos. El epitelio cúbico se dispone también en forma de cordones o láminas que se sitúan en las profundidades de ciertos órganos, sin llegar a formar estrictamente una superficie. EPITELIO CILÍNDRICO El epitelio cilíndrico o columnar se compone de células dispuestas en forma de cilindros o columnas erectas. La terminación celular que descansa sobre la membrana basal se denomina terminación basal. El núcleo se localiza generalmente en este extremo de la célula. Estas células se encuentran invariablemente en las superficies, donde no sólo actúan de revestimiento, sino que también efectúan un trabajo. Gran parte del epitelio cilíndrico es de tipo simple, es decir, formado por una sola capa celular. El epitelio cilíndrico estratificado está constituido por más de una capa de células. EPITELIO CILÍNDRICO PSEUDOESTRATIFICADO Este epitelio constituye un tipo especial de epitelio cilíndrico. En sección parece consistir en varias capas de células, es decir, parece estratificado. Sin embargo, cada una de las células descansa sobre la membrana basal, por cuyo motivo recibe el nombre de epitelio cilíndrico pseudoestratificado. Esta variedad de epitelio se encuentra en la superficie de las vías respiratorias. La terminación libre de sus células presenta unas prolongaciones
3 filamentosas denominadas cilios, que efectúan ordenados movimientos de batida con objeto de transportar el moco y ciertas substancias hacia lugares donde puedan ser deglutidas o expectoradas. EPITELIO DE TRANSICIÓN Este tipo de epitelio, parecido al epitelio escamoso estratificado, se encuentra sólo en el sistema urinario y constituye el revestimiento de las vías urinarias. Su única propiedad es la facultad que presentan sus células para deslizarse unas sobre otras; así, cuando la vejiga urinaria se encuentra vacía, la superficie epitelial da la impresión de estar constituida por muchas capas celulares. Por el contrario, si la vejiga aparece distendida, las células se despliegan para formar una gran superficie que acomode el volumen contenido en la vejiga. En esta situación la superficie epitelial presenta un grosor constituido por sólo unas pocas células. Estas células difieren también del epitelio escamoso estratificado por otras razones: las células superficiales no son planas, sino que contienen gran cantidad de citoplasma y pueden adoptar una forma que recuerda media naranja; muchas de las células situadas inmediatamente debajo de las células superficiales son piriformes. NEUROEPITELIO Ciertas células cilíndricas se relacionan con el sistema nervioso y se agrupan bajo la denominación de neuroepitelio. Esta variedad de epitelio incluye las células que revisten las cavidades del cerebro y medula espinal, y las células que se encuentran en los receptores especiales del sistema nervioso. TEJIDO CONJUNTIVO Las células del tejido conjuntivo están separadas característicamente por un amplio espacio que contiene varios tipos de material intercelular. En la tabla 1 se exponen las diferentes clases de tejido conjuntivo. Estos tejidos se diferencian de los de más principalmente por la naturaleza de su material intercelular. Así, el material intercelular del propio tejido conjuntivo contiene invariablemente notables cantidades de material fibroso; en los cartílagos el material intercelular aparece solidificado, en los huesos no sólo está solidificado, sino que además se halla calcificado; en la sangre, el material intercelular es líquido. Tabla 1: Clasificación del tejido conjuntivo Tejido conjuntivo propiamente dicho Laxo Denso: irregular, regular Tejido conjuntivo con propiedades especiales Elástico Adiposo Mesénquima Tejidos de sostén Cartílago: hialino, elástico, fibrocartílago Huesos Líquido Sangre
4 Tejido Conjuntivo Laxo: Este tipo de tejido conjuntivo, llamado también tejido areolar, se analizará con detalle, ya que prácticamente contiene todo lo que puede encontrarse en un tejido conjuntivo. Como todo tejido conjuntivo, posee células y material intercelular. MATERIAL INTERCELULAR: El material intercelular del tejido conjuntivo laxo está constituido por una sustancia fundamental y tres clases de fibras: colágenas, elásticas y reticulares. Las fibras colágenas constituyen el rasgo característico del tejido conjuntivo, en el que adoptan una disposición al azar y ondulante. Se componen de proteínas colágenas; son poco elásticas y ofrecen gran resistencia a las fuerzas de tracción. Las fibras elásticas aparecen también en el tejido conjuntivo laxo, aunque su número es inferior al de las fibras colágenas. Se trata de fibras largas y ramificadas que, como su nombre indica, dotan de propiedades elásticas al tejido conjuntivo laxo y/o a cualquier tejido que las posea en cantidad considerable. Las fibras reticulares son muy parecidas a las fibras de colágeno. Se diferencian de éstas por su menor diámetro por ser más delicadas y relacionarse con grupos de azúcar, En el tejido conjuntivo laxo las fibras reticulares se hallan formando finos retículos alrededor de los más pequeños vasos sanguíneos. Tanto las fibras elásticas como las reticulares requieren tinciones especiales para poder visualizarlas totalmente al microscopio. La substancia fundamental es el material existente entre las células, en el cual aparecen inmersas las fibras. Está constituida por polisacáridos, como el ácido hialurònico y el sulfato de condroitina. La substancia fundamental es invisible en las preparaciones ordinarias. CELULAS: El tejido conjuntivo laxo contiene gran variedad de células: fibroblastos macrófagos, células cebadas, células de grasa, células plasmáticas, células mesenquimatosas y leucocitos. Los fibroblastos se consideran las células principales del tejido conjuntivo, ya que son las responsables de la producción y el mantenimiento de las fibras. Los macròfagos (llamados también histiocitos) son capaces de engullir partículas de materia; esta facultad de fagocitosis les confiere una función protectora o de defensa. Otros tipos de células fagocíticas son la microglia cerebral, los fagocitos alveolares del pulmón, las células hepáticas de Kupffer y las células que revisten los órganos linfáticos. Todos estos tipos celulares pertenecen a un sistema de defensa conocido como sistema reticuloendotelial. Las células cebadas están llenas de gránulos que contienen heparina e histamina; la heparina inhibe la coagulación sanguínea y la histamina aumenta la permeabilidad de los capilares (pequeños vasos sanguíneos). Las células mesenquimatosas son células indiferenciadas que se localizan generalmente a lo largo de las paredes de los pequeños vasos sanguíneos o capilares. Forman parte del mesenquima descrito más adelante. Tejido Conjuntivo Denso IRREGULAR. El tejido conjuntivo denso es esencialmente similar al tejido conjuntivo laxo; la diferencia principal radica en que aquél posee un mayor número de fibras colágenas. Se le llama denso debido a la masa compacta que forma este mayor número de fibras. El tejido conjuntivo denso irregular se encuentra en la dermis de la piel y otras partes del organismo.
5 REGULAR. Se denomina también tejido fibroso blanco. Esta variedad de tejido conjuntivo se compone de haces paralelos de fibras colágenas dispuestas a modo de cuerdas o bandas gruesas para formar tendones o ligamentos. En otros casos, las fibras colágenas pueden organizarse en túnicas fibrosas, formando cápsulas o cubiertas de órganos. El tejido conjuntivo denso regular, como el tendón, se halla prácticamente desprovisto de fibras elásticas, de modo que actúa como banda de fijación antes que cinta elástica. Los fibroblastos son las células principales del tejido conjuntivo denso regular y se disponen en hileras entre los haces de fibras colágenas. Tejido Elástico El tejido elástico se caracteriza por la presencia de gran variedad de fibras elásticas. En algunas localizaciones el componente elástico aparece en forma de láminas en ves de fibras. El tejido elástico se encuentra en la pared de las arterias (vasos sanguíneos de pared gruesa). Las arterias más grandes presentan tal cantidad de tejido elástico que se denominan arterias elásticas. Algunos ligamentos que fijan la columna vertebral contienen gran número de fibras elásticas. El tejido elástico del organismo es escaso, aparte del ya mencionado en las arterias y ligamentos. Tejido Adiposo En diversas partes del organismo gran número de células del tejido conjuntivo laxo pueden llenarse de grasa. Cuando esto sucede el tejido conjuntivo laxo pierde sus características y se transforma en lo que conocemos como tejido adiposo o graso. Este tejido aparece debajo de la piel y alrededor del corazón, riñones y otros órganos. Mesenquima El mesénquima es tejido conjuntivo embrionario o fetal. Se compone de células mesenquimatosas, substancia fundamental y fibras extracelulares. La célula mesenquimal es una célula carente de especialización (indiferenciada, multipotencial) que no sólo fabrica la substancia fundamental y las fibras del tejido conjuntivo embrionario, sino que también puede convertirse en otros tipos de células (óseas, musculares lisas, etc. ). Existen buenas razones para creer que las células mesenquimales también están presentes en el adulto y, especialmente, alrededor de los pequeños vasos sanguíneos. Cartílago El cartílago constituye un tipo especial de tejido conjuntivo en el que la substancia fundamental se ha solidificado. Existen tres clases de cartílagos: hialino, elástico y fibroso. El cartílago hialino consiste en una matriz de substancia fundamental solidificada que presenta en su seno unos espacios donde se albergan las células, denominados lagunas. Las fibras colágenas se disponen entre las células, pero no resultan visibles, debido a que poseen el mismo índice de refracción que la substancia fundamental. La matriz adopta un aspecto homogéneo, ya que en el cartílago no existen vasos sanguíneos. El cartílago presenta un solo tipo de célula, llamada condrocito. El cartílago hialino es el tipo de cartílago más ampliamente distribuido en el organismo. Se encuentra en las terminaciones óseas, la nariz y otras partes.
6 El cartílago elástico es muy parecido al cartílago hialino, excepto por su contenido de fibras elásticas que le confieren sus propiedades elásticas. Se requieren métodos especiales para poder observar estas fibras. El cartílago elástico se encuentra en la oreja y algunas partes de la laringe. El fibrocartílago es una mezcla de tejido conjuntivo denso y cartílago hialino. No se halla ampliamente distribuido, ya que se encuentra en la sínfisis púbica y en los discos intervertebrales. Huesos Y Sangre Los huesos se analizaran en módulos posteriores Glandulas Las glándulas son células o grupos celulares organizados que se especializan para llevar a cabo una actividad secretora. Producen las secreciones del organismo como el moco, las hormonas y las enzimas digestivas. La mayor parte de las glándulas del cuerpo se componen de epitelio. Por su origen las glándulas son básicamente similares, diferenciándose en e estado adulto según el grado de desarrollo que han experimentado. Consideremos en primer lugar las glándulas que se originan de las superficies epiteliales. La situación más sencilla ocurre cuando simples células que forman parte de una lámina de células epiteliales se transforman para efectuar un trabajo especial de síntesis y secreción. Las células caliciformes constituyen un ejemplo de glándula unicelular del conducto respiratorio y del tracto gastrointestinal. Estas células producen y segregan una substancia mucosa que recubre la superficie epitelial. En una situación mas compleja, parte de las células superficiales crecen hacia abajo en el interior del tejido conjuntivo subyacente. Pueden formar tallos rectos, ramificados o en forma tubular espiraloide. En algunos casos puede haber una ramificación considerable con pequeños globos celulares en la terminación de cada uno de los tallos. Este globo de células se dispone alrededor de una luz o espacio central que se continúa con la luz de los respectivos tallos. Esta disposición globular recibe el nombre de ácinos o alvéolo, mientras que el tallo se denomina conducto. El complejo formado por los alvéolos y los conductos puede limitarse a las paredes de los órganos o crecer más allá del limite establecido por la pared, como es el caso del páncreas. En las glándulas tubulares desprovistas de alveolos las células secretoras suelen localizarse en la parte más profunda del tubo, y la parte cercana a la superficie actúa de conducto excretor. Las glándulas que poseen conductos se denominan glándulas exocrinas. Existen otras glándulas que también se desarrollan a partir de una superficie epitelial, pero que no vierten sus secreciones a la superficie mediante conductos. Estas glándulas crecen hacia abajo, como antes hemos indicado, y a continuación se separan de la superficie. Segregan sus productos al espacio intercelular, éstos alcanzan su destino por vía sanguínea. Estas glándulas desprovistas de conductos, se denominan glándulas endocrinas y sus productos reciben el nombre de hormonas. Algunos órganos, como el páncreas, poseen un componente endocrino y otro exocrino. En ciertos casos se desarrollan estructuras glandulares, como la corteza suprarrenal, a partir de células que tienen su origen en el tejido conjuntivo embrionario del organismo, es decir, el mesodermo. Las futuras células glandulares se desplazan muy juntas, se separan
7 del tejido conjuntivo que las rodea, gracias a una lámina basal, y adoptan así las características del tejido epitelial. LA PIEL La piel está constituida por dos capas principales, dermis y epidermis. La epidermis se halla en la superficie, y es epitelio escamoso estratificado; la dermis se encuentra bajo la epidermis y es tejido conjuntivo denso irregular. La epidermis se compone de varias capas de células epiteliales que producen una proteína protectora denominada queratina, la cual se encuentra en las células superficiales de la epidermis, que se renuevan de manera regular. En los lugares donde la piel está expuesta a roces excesivos, como la mano cuando realiza trabajos duros, puede aparecer un engrosamiento de queratina, el llamado callo. La queratina es producto de la actividad de síntesis que presentan las células epidérmicas. Las células de las capas más profundas se desplazan en dirección a la superficie, sintetizando queratina a medida que avanzan en su trayecto. La queratina no es segregada o descargada por la célula sino que permanece en ella. En efecto, la célula entera se transforma en una masa queratinizada; en este proceso tiene lugar la desintegración del núcleo y, en consecuencia, la célula queratinizada deja de poseer núcleo. Como se ha mencionado con anterioridad, la célula queratinizada se renueva periódicamente. Las células de las capas más profundas de la epidermis son capaces de multiplicarse, constituyendo una fuente inagotable de células nuevas que emigran hacia la superficie, forman queratina y reemplazan a las células queratinizadas que se has desprendido. Estas células a su vez, serán reemplazadas por otras, continuando el ciclo de modo indefinido. En circunstancias normales la epidermis recubre los tejidos subyacentes y actúa casi como una barrera impermeable, lo cual permite que las células situadas debajo de la misma puedan vivir en un medio líquido, aunque el cuerpo se halle al aire libre. ESTRUCTURA La piel de las palmas y las plantas de los pies carece de pelo. La epidermis de estos lugares es gruesa y puede dividirse en cuatro capas o estratos: córneo, lúcido, granuloso y germinativo. El estrato córneo es la capa superficial. Es bastante gruesa y constituye más de la mitad de la epidermis. Está compuesta por células queratinizadas en las que el núcleo ya no resulta visible. Esta capa se tiñe ligeramente con eosina. El estrato lúcido se halla debajo del estrato córneo. Consiste en varias hileras de células aplanadas en las que no puede distinguirse el núcleo. La tinción de esta capa es variable; puede aparecer como una capa clara no teñida o bien teñirse intensamente con eosina. El estrato granuloso se encuentra debajo del estrato lúcido. Se compone de varias capas celulares que contienen gran número de gránulos de queratohialina en su citoplasma. Los núcleos de estas células son visibles. El estrato germinativo constituye la parte restante de la epidermis. Está constituido por varias capas de células poligonales que contienen, además del núcleo, un citoplasma que se tiñe ligeramente con hematoxilina. Las células más profundas de esta capa son también las más jóvenes, recién formadas, las cuales se desplazan hacia la superficie y sintetizarán queratina. Además de estas células, en esta capa existen muchas células pigmentadas. El pigmento es la melanina, y las células se denominan melanocitos. La melanina protege los tejidos subyacentes de los efectos nocivos resultantes de una exposición excesiva a los rayos solares.
8 En los lugares donde el pelo forma parte de la piel, el estrato córneo es mucho más delgado (fig. 3.15 y 3.16) En tales localizaciones no aparece estrato lúcido. La dermis presenta todas las características del tejido conjuntivo denso irregular. Las células del tejido conjuntivo aparecen desparramadas y sus núcleos se tiñen intensamente con hematoxilina. A menudo el citoplasma de estas células es imperceptible. Entre las células se hallan densos haces de material fibroso. Estas fibras, que en su mayor parte son colágenas, se tiñen de rosa con eosina. También hay fibras elásticas, pero no son particularmente evidentes en las preparaciones teñidas con hematoxilina y eosina. La dermis de la piel desprovista de pelo contiene glándulas sudoríparas, vasos sanguíneos y linfáticos, nervios y terminaciones nerviosas. La dermis de la piel con pelo está constituida por tejido conjuntivo denso irregular, pero también contiene otras estructuras como pelo, glándulas sebáceas y sudoríparas, nervios, terminaciones nerviosas y, por supuesto, vasos sanguíneos y linfáticos. Los pelos y sus glándulas sebáceas asociadas crecen hacia abajo desde la epidermis y se localizan en muchas partes del organismo. La parte del pelo que se extiende al interior de la dermis se denomina folículo piloso. Cada folículo piloso posee una glándula sebácea asociada. Estas glándulas producen un material oleoso que se dirige finalmente a la superficie de la piel. Además de las glándulas sebáceas, una pequeña banda de músculo liso se une también al folículo piloso. Al contraerse este músculo, el pelo entra en erección y aparece la llamada carne de gallina. Las glándulas sudoríparas son tubulares en espiral, y crecen hacia abajo a partir de la epidermis. Estas glándulas producen sudor, que ayuda a enfriar el cuerpo y sirve también como vehículo de excreción de materiales de desecho. En pacientes con uremia, a causa de una afección renal, las glándulas sudoríparas intentan librar el organismo de urea; el labio superior de estos pacientes puede formar la denominada escarcha ureica, un precipitado blanco de urea que se acumula en lugares donde existen muchas glándulas sudoríparas y en los que el agua se ha evaporado dejando tras de sí el precipitado. Las terminaciones nerviosas son receptores, se tratarán luego Aunque la dermis contiene numerosos vasos sanguíneos y linfáticos, en la epidermis no aparece ninguno. Las células de la epidermis sobrebañadas por un fluido hístico derivado de los vasos sanguíneos. Es posible practicar un pequeño corte en la piel sin que ésta sangre, aunque aparecerá un liquido acuoso claro que se acumulará en el lugar de la incisión. Así sucede cuando el corte practicado sólo afecta la epidermis; este líquido es fluido hístico. Si la incisión afecta la dermis, brotará sangre. El tejido situado debajo de la dermis es conjuntivo laxo. Esta capa se denomina hipodermis o capa subcutánea, y puede contener grandes cantidades de grasa. FUNCION Las funciones de la piel son las de protección, sensación, regulación térmica, excreción y activación de la vitamina D. La piel protege los tejidos subyacentes, formando una delgada superficie cubierta con células queratinizadas que constituye la frontera entre el medio interno y el medio ambiente. Las células queratinizadas de la piel impiden que el organismo pierda cantidades excesivas de agua. Una de las graves consecuencias que presentan las grandes quemaduras es, sin duda, la pérdida de agua de los afectados, los cuales dejan de estar protegidos por la cubierta de la queratina. El epitelio queratinizado de la piel sirve también de protección ante las agresiones de índole mecánica y las invasiones microbianas. El pigmento (melanina), que se
9 halla en las capas profundas de la epidermis, protege al cuerpo de as radiaciones solares. Los individuos incapaces de sintetizar melanina reciben el nombre de albinos y deben evitar las radiaciones del sol. Los pelos ofrecen también una cierta protección en los lugares donde se encuentran. La piel constituye el mayor receptor de las sensaciones en general, como dolor, tacto, presión y temperatura. Los receptores de presión son también muy numerosos en localizaciones más profundas. Cuando se administra una inyección, la aguja utilizada produce dolor al atravesar la piel; una vez atravesada ésta, y a medida que la aguja penetra en capas más profundas, las molestias del pinchazo disminuyen de manera paulatina. Los tejidos más profundos son menos sensibles que la piel a la penetración de la aguja; sin embargo presentan acusada sensibilidad a la distorsión, lo que sucede cuando se introduce en los tejidos un volumen suficientemente grande para ocasionar en ellos un aumento de presión. Por otra parte, la introducción, en un determinado tejido de una substancia química, con una composición diferente a la de aquel, puede también provocar dolor. La estructura hística determinará hasta cierto punto la cantidad de substancia que e tejido puede admitir sin que aparezca dolor ni destrucción del mismo. Un tejido laxo, como el tejido celular subcutáneo, cede mucho antes que el tejido denso. Sin embargo, el tejido subcutáneo que aparece en ciertos lugares, como las falanges distales de los dedos, no permite la introducción de grandes volúmenes. Además, los receptores de dolor que se encuentran en tales lugares son mucho más numerosos que en otras localizaciones. Las terminaciones nerviosas de la piel representan la mayor fuente de información de que dispone el cerebro. Tanto los receptores del dolor como los demás tipos de receptores del dolor como los demás tipos de receptores existencia en la piel son de extraordinaria importancia. Su ausencia nos colocaría en una situación de constante peligro ante las agresiones, ya que seríamos incapaces de percibirlas como tales. La piel sirve para regular el equilibrio térmico del organismo. Esta regulación se efectúa de dos maneras distintas. Las glándulas sudoríparas producen sudor, que se evapora y enfría el cuerpo. La segunda manera incluye el comportamiento de los vasos sanguíneos. Cuando el cuerpo se expone al frío los vasos de la piel se constriñen y derivan a sangre hacia las partes más profundas del organismo, evitando con ello la cesión de calor al medio ambiente. Por el contrario, cuando el ambiente es cálido, los vasos sanguíneos de la piel se dilatan y permiten que el cuerpo ceda calor. La piel no sirve de barrera total entre el medio ambiente y el medio interno. Existen numerosas substancias capaces de atravesarla; el ácido bórico y ciertas substancias lipídicas se absorben a través de ella. Entre los materiales lipìdicos se incluyen las hormonas sexuales. MEMBRANAS Una membrana según la acepción corriente de la palabra, sin considerar su significado microscópico, es una fina capa de tejido que cubre una superficie o divide un espacio u órgano. Existen como mínimo tres tipos de membranas: mucosa, serosa y sinovial. La membrana mucosa se define como la capa que reviste las cavidades o espacios que comunican con el exterior. Los revestimientos de las vías respiratorias, conducto digestivo y sistema genitourinario se consideran membranas mucosas. Estas presentan en sus superficies una secreción algo viscosa denominada moco. La membrana serosa reviste cavidades o espacios que no comunican con el exterior (las cavidades articulares constituyen una excepción). Las membranas que revisten las cavidades abdominal, torácica y cardiaca, así como sus respectivos contenidos, son de naturaleza serosa. Las
10 membranas serosas del tórax, cavidad abdominal y cavidad cardiaca se denominan pleura, peritoneo y pericardio, respectivamente. En la mujer, la cavidad peritoneal se comunica con el exterior a través de los conductos uterinos. La membrana sinovial es una membrana que reviste las cavidades articulares. ATLAS DE TEJIDOS