El aula de ajedrez 1. Por qué el ajedrez en la escuela? La idea de introducir el ajedrez en el curriculum escolar no sólo no es novedosa (en algunos países de nuestro entorno se ha implantado el ajedrez como asignatura obligatoria) sino que contribuye de una forma positiva a la educación integral de nuestros alumnos y alumnas. Resulta obvio, desde luego, señalar que el ajedrez desarrolla la inteligencia, pero conviene también resaltar que la práctica del ajedrez contribuye a desarrollar ciertas facultades como: la capacidad de concentración y de análisis la lógica y el razonamiento la memoria (especialmente la memoria visual) la creatividad y la intuición Pero siendo muy importantes estos aspectos, no por ello vamos a olvidar otros objetivos educativos que se persiguen con la enseñanza y la práctica del ajedrez. Estos objetivos entran de lleno con lo que llamamos la educación en valores. Así trabajamos aspectos como: el aprendizaje en la toma de decisiones el saber aceptar la derrota el espíritu de superación la interrelación con otros compañeros el empleo del tiempo libre Conviene constatar por otra parte, que al no influir para nada la fuerza física, la práctica del ajedrez es un campo estupendo para desterrar actitudes machistas y fomentar la verdadera coeducación entre sexos. Así mismo, debido a la propia esencia del juego, es más fácil que en otras actividades competitivas, conseguir hábitos de juego limpio y respeto de las reglas.
2. Contenidos para la enseñanza del ajedrez. La edad de los alumnos no es el factor que determina el nivel de ajedrez. Aquí todo va a depender de sus conocimientos previos y es por ello que hay que partir de los mismos. Vamos, por tanto, a secuenciar el aprendizaje del ajedrez estructurándolo en tres etapas: 2.1 Enseñanza de las reglas básicas 2.2 Desarrollo del mate 2.3 Desarrollo de la partida completa Cada grupo de alumnos empezará su aprendizaje en la etapa en la que de inicio se encuentren. 2.1 Enseñanza de las reglas básicas Conocer el tablero. Conocer los movimientos y captura de las piezas. Conocer el valor de las piezas. Utilizar los movimientos especiales. Comprender y utilizar la anotación de los movimientos. Contenidos: El tablero. Las piezas. La captura. Jaque, mate, enroque y ahogado. Sistema algebraico de anotación. Respeto a las normas del juego. Movimiento de las piezas en el tablero y en diagramas. Reconocimiento del mate en posiciones dadas en tablero y en diagramas. Ejercicios de anotación. 2.2 Desarrollo del mate Comprender u utilizar la técnica del mate. Resolver correctamente los finales elementales.
Contenidos: La jugada de la escalera. El beso de la muerte. Mate por ahogo. Mate del pasillo. La Dama entra en el enroque. La Torre entra en el enroque. Rey contra Dama y Torre. Rey contra dos Torres. Rey contra Rey y Dama. Rey contra Rey y Torre. Mate con dos alfiles. Mate con alfil y caballo. Realización del mate en posiciones tanto de tablero como de diagrama. 2.3 Desarrollo de la partida. Entender las fases del desarrollo de una partida. Conocer algunas estrategias básicas. Valorar la situación del rey y las posiciones seguras de enroque. Contenidos: La apertura: centro, tiempo, desarrollo y reglas básicas de apertura. El ataque doble. Jaque a la descubierta. La clavada. La desviación. La posición del rey en el enroque. Valorar el desarrollo de una partida. Realización de partidas. Resolución en tablero y en diagramas de problemas sobre temas tácticos.
3.- Metodología y Recursos. El aprendizaje del ajedrez es una cuestión eminentemente práctica. Los momentos para las explicaciones de las reglas o de situaciones tácticas no deben de ocupar mucho tiempo en el desarrollo de cada sesión con los alumnos/as. Incluso estas necesarias explicaciones deben de tener un componente activo. El peso de la enseñanza en cada sesión debe de recaer en ejercicios-problema que el alumno, bien de manera individual o mediante discusión colectiva, deberá de resolver. Para ello se utilizará tanto las fichas de ejercicios con diagramas, como el tablero magnético y los propios juegos de mesa de ajedrez. Esta actividad debe de ocupar la primera media hora de la sesión aproximadamente. En la media en que el nivel de los alumnos lo vaya permitiendo, se favorecerá e análisis tanto individual como en discusión de grupo, de los movimientos de una partida, de posibles alternativas, de los pros y los contras de tal o cual movimiento, etc. En cuanto sus conocimientos lo permitan, la segunda media hora de la sesión se dedicará a que los alumnos jueguen pequeñas partidas de entrenamiento. La experiencia demuestra que es la forma de producir un corte necesario en la actividad de aprendizaje más teórico, que lógicamente les fatiga, estimulando además el aspecto más práctico del ajedrez y, en definitiva, su objetivo final. Desde el punto de vista de los recursos, contamos para empezar con una pequeña aula de ajedrez con capacidad para doce alumnos en la que habrá permanentemente un tablero magnético de 1x1 m colgado de la pared y diez juegos completos de mesa. A los alumnos/as se les facilitarán fichas con ejercicios-problema en diagramas que irán guardando para luego confeccionar su propio librillo de ajedrez.
4.- Organización general para cada curso escolar Un profesor (en ocasiones serán dos) del centro trabajará con los alumnos de 3º, 4º, 5º y 6º de Primaria, en grupos de no más de doce alumnos, homogéneos de nivel todo lo que se pueda, en el aula acondicionada a tal efecto y con una temporalidad de una sesión de una hora quincenal por grupo. A tal efecto, cada curso se desdobla de forma que un grupo de alumnos está en el aula de ajedrez y el otro en el aula de informática. Durante el mes de junio se organizará todos los años un campeonato interno. El aula de ajedrez puede permanecer abierta ciertos días a la semana, en horario extraescolar, para que voluntariamente los alumnos puedan jugar partidas.