TEXTO DE MARX: La ideología alemana. Introducción, apartado A [1] historia.

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Transcripción:

TEXTO DE MARX: La ideología alemana. Introducción, apartado A [1] historia. Resumen del texto: En el texto se desarrolla de manera incipiente el materialismo histórico, teoría para explicar el cambio histórico. 1. Aspectos que hay que tener presentes a la hora de explicar la historia: Sin trabajo (actividad productiva) no hay historia, ya que sin él no podría satisfacer las necesidades básicas para sobrevivir A medida que se satisfacen las necesidades básicas se crean nuevas necesidades y medios para satisfacerlas (primer hecho histórico: el hombre crea necesidades e instrumentos para satisfacerlas). Para alimentarse hay que cazar o cultivar la tierra y para ello son necesarios ciertos instrumentos. El tercer aspecto que hay que tener en cuenta se deriva de que el hombre produce vida ajena procrea- (segundo hecho histórico), surgiendo las relaciones sociales que en un principio se reducen a la familia: hombremujer/ padre-hijo; y más tarde al multiplicarse las necesidades se crean nuevas relaciones sociales. 2. El modo de producción lleva siempre emparejado un modo de cooperación o relación social. Según sea el sistema productivo así será la relación entre los hombres. Por lo tanto, la historia de la humanidad ha de recoger los distintos modos de producción que se han dado en ella y su conexión con los distintos modos de relación social. 3. Razones por las que Alemania no puede escribir este tipo de historia: Los alemanes tienen otra visión de la historia, donde no cuenta el sistema de producción. Carecen del material necesario. No tienen datos sobre los diversos sistemas de producción y su influencia en las relaciones sociales. Creen que con el régimen prusiano la historia ha llegado a su fin. 4. La conciencia (superestructura) es un producto social, es decir, surge de la relación entre los hombres. 4.1 Desarrollo de la conciencia. Cuando habla de conciencia se está refiriendo a la idea que tenemos sobre el mundo, las cosas, las personas. En la época prehistórica la conciencia era gregaria o tribal, el hombre pensaba que era una parte más de la naturaleza y que era necesario relacionarse y cooperar con los demás para poder sobrevivir. Con la división del trabajo (físico espiritual) aparece la conciencia separada de la realidad que se dedica a elaborar teoría pura (teología, filosofía, moral) alejadas de la realidad. 4.2 El cambio de la conciencia se produce por un cambio en las fuerzas productivas. El cambio en las fuerzas productivas origina un cambio en las relaciones de producción y éste, a su vez, provoca el cambio de la conciencia (superestructura). Ejemplo, en la Edad Media había unas ideas que justificaban los privilegios y derechos de unos estamentos

sobre otros. Estas ideas se ajustaban a las relaciones sociales entre señor y vasallo, y entre maestro y aprendiz. Un cambio en las fuerzas productivas (nuevos mercados) trae consigo un nuevo sistema productivo (la manufactura) y unas nuevas relaciones sociales entre burgueses y obreros. Todo ello provoca un cambio en las ideas: la libertad y la igualdad. 5. La división del trabajo es la causa de que entren en contradicción las fuerzas productivas, las relaciones sociales y la conciencia. Al separarse las actividades materiales y espirituales, el disfrute y el trabajo, la producción y el consumo, se asignan a diferentes individuos surgiendo intereses distintos. 5.1. El origen de la división del trabajo hay que buscarlo en la familia. En la familia ya existe una división del trabajo que viene impuesta por la naturaleza. Pero Marx no se refiere a ésta división, sino a la división social. 5.2. Consecuencias sociales de dicha división social: La desigualdad y la propiedad provocada por la distribución desigual del trabajo y de sus productos. La desigualdad acarrea la propiedad cuyo primer germen está en la familia, donde la mujer y los hijos son los esclavos del marido. División del trabajo y propiedad privada son términos idénticos, uno afecta a la actividad y el otro al producto de ella. La contradicción entre los intereses particulares y generales. Para justificar la propiedad privada y los intereses particulares nos hemos inventado un Estado que defiende el bien común, pero como es una ficción. La esclavitud del hombre respecto a su actividad. No pude abandonarla porque la necesita para sobrevivir. Introduce en los individuos la creencia de que el poder social (la fuerza que surge de la cooperación entre ellos) no obedece a su libertad y voluntad. 6. La sociedad comunista es la solución a dichos males. Para hacer posible la sociedad comunista es necesario que los obreros se den cuenta de su poder social, es decir, que con su cooperación pueden cambiar la historia. Entonces emprenderán la lucha de clases (se enfrentarán a los patronos) y conquistarán el poder político. Una vez que tengan dicho poder pueden presentar su interés como el interés general. Para que tomen conciencia del poder social han de cumplirse dos hechos: que aumenten las diferencias entre ricos y pobres y que haya una gran marea de desposeídos a nivel internacional. Para que se den ambos hechos es necesario un desarrollo de las fuerzas productivas. Este desarrollo es el que aumenta las diferencias entre ricos y pobres. Sin él todos serían pobres. La llegada del comunismo viene precedido del desarrollo de las fuerzas productivas, el intercambio universal de dichas fuerzas y lo que ello lleva aparejado: la universalización del libre comercio (el libre mercado) como una realidad autónoma e independiente. El comunismo suprime la propiedad privada base de la alienación económica y el libre mercado.

El comunismo no es una utopía o ideal, sino un movimiento real para superar y anular la sociedad capitalista. La Sociedad Civil es el verdadero escenario de la historia. Con esto quiere decir que los obreros en cuanto forman parte de la Sociedad Civil pueden con su acción cambiar la historia. Dicho cambio no puede dejarse en manos del Estado ya que, a diferencia de lo que pensaba Hegel, el estado no representa los intereses generales y el bien común, sino los de la clase dirigente (burguesía). Texto: Tratándose de los alemanes, situados al margen de toda premisa, debemos comenzar señalando que la primera premisa de toda existencia humana y también, por tanto, de toda historia, es que los hombres se hallen para hacer historia, en condiciones de poder vivir. Ahora bien, para vivir hace falta comer, beber, alojarse bajo un techo, vestirse y algunas cosas más. El primer hecho histórico es, por consiguiente, la producción de los medios indispensables para la satisfacción de estas necesidades, es decir, la producción de la vida material misma, y no cabe duda de que es éste un hecho histórico, una condición fundamental de toda historia, que lo mismo hoy que hace miles de años, necesita cumplirse todos los días y a todas horas, simplemente para asegurar la vida de los hombres. Y aun cuando la vida de los sentidos se reduzca al mínimo, a lo más elemental, como en San Bruno, este mínimo presupondrá siempre, necesariamente, la actividad de la producción. Por consiguiente, lo primero, en toda concepción histórica, es observar este hecho fundamental en toda su significación y en todo su alcance y colocarlo en el lugar que le corresponde. Cosa que los alemanes, como es sabido, no han hecho nunca, razón por la cual la historia jamás ha tenido en Alemania una base terrenal ni, consiguientemente, ha existido nunca aquí un historiador. Los franceses y los ingleses, aun cuando concibieron de un modo extraordinariamente unilateral el entronque de este hecho con la llamada historia, ante todo mientras estaban prisioneros de la ideología política, hicieron, sin embargo, los primeros intentos encaminados a dar a la historiografía una base materialista, al escribir las primeras historias de la sociedad civil, del comercio y de la industria. Idea principal: La primera cuestión que hay que tener presente a la hora de explicar y comprender la historia es que para que ésta sea posible es necesaria la actividad productiva del hombre. Sin actividad productiva no hay historia. Estructura.

Sin tener satisfechas las necesidades mínimas (bebida, alojamiento, vestido )-la producción de la vida material misma- el hombre no puede hacer historia. Para satisfacer dichas necesidades es necesario producirlas mediante el trabajo. Por lo tanto la condición fundamental de toda historia es la actividad productiva. Este hecho no se ha tenido en cuenta en Alemania por lo cual su historia no se ajusta a lo terrenal. Lo segundo es que la satisfacción de esta primera necesidad, la acción de satisfacerla y la adquisición del instrumento necesario para ello conduce a nuevas necesidades, y esta creación de necesidades nuevas constituye el primer hecho histórico. Y ello demuestra inmediatamente de quién es hija espiritual la gran sabiduría histórica de los alemanes, que, cuando les falta el material positivo y no vale chalanear con necedades políticas ni literarias, no nos ofrecen ninguna clase de historia, sino que hacen desfilar ante nosotros los tiempos prehistóricos, pero sin detenerse a explicarnos cómo se pasa de este absurdo de la prehistoria a la historia en sentido propio, aunque es evidente, por otra parte, que sus especulaciones históricas se lanzan con especial fruición a esta prehistoria porque en ese terreno creen hallarse a salvo de la ingerencia de los toscos hechos y, al mismo tiempo, porque aquí pueden dar rienda suelta a sus impulsos especulativos y proponer y echar por tierra miles de hipótesis. Idea principal: La creación de nuevas necesidades constituye el primer hecho histórico Estructura: Lo segundo que hay que tener presente es que la satisfacción de las necesidades básicas, crea nuevas necesidades. Crítica a la historia y filosofía alemanas de su época (hegelianismo) porque que en vez de explicar y describir la realidad material (las necesidades de los hombres y su forma de satisfacerlas), se limitan a especular sobre ideas alejadas de los hechos reales. El tercer factor que aquí interviene de antemano en el desarrollo histórico es el de que los hombres que renuevan diariamente su propia vida comienzan al mismo tiempo a crear a otros hombres, a procrear: es la relación entre hombre y mujer, entre padres e hijos, la familia. Esta familia, que al principio constituye la única relación social, más tarde, cuando las necesidades, al multiplicarse, crean nuevas relaciones sociales y, a su vez, al aumentar el censo humano, brotan nuevas necesidades, pasa a ser (salvo en Alemania) una relación secundaria y tiene, por tanto, que tratarse y desarrollarse con arreglo a los datos empíricos existentes, y no ajustándose al concepto de la familia misma, como se suele hacer en Alemania. (Construcción de viviendas. De suyo se comprende que, entre los salvajes, cada familia tiene su propia caverna o choza, como entre los nómades ocupa cada una su tienda aparte. Y el desarrollo ulterior de la propiedad privada viene a hacer aun más necesaria esta economía doméstica separada. La construcción de ciudades representó un gran progreso. Sin embargo, en todos los períodos anteriores, la supresión de la economía aparte, inseparable de la abolición de la propiedad privada, resultaba imposible, entre otras cosas, porque no se daban las condiciones materiales para ello. La implantación de una economía doméstica colectiva presupone el desarrollo de la maquinaria, de la explotación de las fuerzas naturales y de muchas otras fuerzas productivas, por ejemplo de las conducciones, de la iluminación por gas, de la calefacción a vapor, etc., así como la supresión (de la contradicción) de la ciudad y el campo. Sin estas condiciones, la economía colectiva no representaría de por sí a su vez una nueva fuerza de producción, carecería de toda base material, descansaría sobre un fundamento puramente teórico; es decir, sería una pura quimera y se reduciría, en la práctica, a una economía de tipo conventual. Lo que podría llegar a conseguirse se revela en la agrupación en ciudades y en la

construcción de casas comunes para determinados fines concretos (prisiones, cuarteles, etc.). Que la supresión de la economía aparte no puede separarse de la supresión de la familia, es algo evidente por sí mismo. (Nota de Marx y Engels). Idea principal: Lo tercero que hay que tener en cuenta a la hora de explicar y comprender la historia es la creación de las relaciones humanas: la familia. Los historiadores alemanes al estudiar la familia no tienen en cuenta los cambios y evolución que ha experimentado y las causas de los mismos. En una nota, Marx y Engels señalan la relación entre la familia y el sistema económicoproductivo. La familia se relaciona con la propiedad privada. La economía colectiva sólo será posible si se suprime la familia. Por lo demás, estos tres aspectos de la actividad social no deben considerarse como tres fases distintas, sino sencillamente como eso, como tres aspectos o, para decirlo a la manera alemana, como tres momentos que han existido desde el principio de la historia y desde el primer hombre y que todavía hoy siguen rigiendo en la historia. La producción de la vida, tanto de la propia en el trabajo, como de la ajena en la procreación, se manifiesta inmediatamente como una doble relación de una parte, como una relación natural, y de otra como una relación social-; social, en el sentido de que por ella se entiende la cooperación de diversos individuos, cualesquiera que sean sus condiciones, de cualquier modo y para cualquier fin. De donde se desprende que un determinado modo de producción o una determinada fase industrial lleva siempre aparejado un determinado modo de cooperación o una determinada fase social, modo de cooperación que es, a su vez, una fuerza productiva ; que la suma de las fuerzas productivas accesibles al hombre condiciona el estado social y que, por tanto, la historia de la humanidad debe estudiarse y elaborarse siempre en conexión con la historia de la industria y del intercambio. Idea principal: El modo de producción lleva siempre emparejado un modo de cooperación o relación social. Dicho de otro modo, según sea el sistema productivo de una sociedad, así será la relación o cooperación entre los hombres. Estructura: De lo dicho hasta ahora se desprende que el hombre produce tanto su propia vida (a través del trabajo crea los productos que le permiten sobrevivir), como la vida ajena a través de la procreación. Pues bien, el modo de producción lleva siempre aparejado un modo de relación o cooperación social. Por lo tanto, la historia de la humanidad ha de recoger los distintos modos de producción que se han dado en ella y su relación con los distintos modos de relación social. Pero, asimismo es evidente que en Alemania no se puede escribir este tipo de historia, ya que los alemanes carecen, no sólo de la capacidad de concepción y del material necesarios, sino también de la certeza adquirida a través de los sentidos, y que de aquel lado del Rin no es posible reunir experiencias, por la sencilla razón de que allí no ocurre ya historia alguna. Se manifiesta, por tanto, ya de antemano, una conexión materialista de los hombres entre sí, condicionada por las necesidades y el modo de producción y que es tan vieja como los hombres mismos; conexión que adopta constantemente nuevas formas y que ofrece, por consiguiente,

una historia, aun sin que exista cualquier absurdo político o religioso que también mantenga unidos a los hombres. En Alemania no se puede escribir este tipo de historia porque tienen otra visión de la historia y carecen del material necesario, además consideran que en su país, con el régimen prusiano, la historia ya ha llegado a su fin (Hegel). A pesar de ella hay que insistir en que la relación social entre los hombre (lo que les mantiene unidos) se debe a la necesidad que unos tienen de los otros para satisfacer sus necesidades y poder sobrevivir, y que el tipo de relación depende del modo de producción de la sociedad en que vivan. No es pues la política o la región lo que originariamente une a los hombres, aunque ambas puedan ayudar a dicha unidad. Solamente ahora, después de haber considerado ya cuatro momentos, cuatro aspectos de las relaciones históricas originarias, caemos en la cuenta de que el hombre tiene también conciencia. Pero, tampoco ésta es de antemano una conciencia pura. El espíritu nace ya tarado con la maldición de estar preñado de materia, que aquí se manifiesta bajo la forma del lenguaje. El lenguaje es tan viejo como la conciencia: el lenguaje es la conciencia práctica, la conciencia real, que existe también para los otros hombres y que, por tanto, comienza a existir también para mí mismo; y el lenguaje nace, como la conciencia, de la necesidad, de los apremios del intercambio con los demás hombres. (Los hombres tienen historia porque se ven obligados a producir su vida y deben, además, producirla de un determinado modo: esta necesidad está impuesta por su organización física, y otro tanto ocurre con su conciencia. Glosa marginal de Marx). Donde existe una relación, existe para mí, pues el animal no se comporta ante nada ni, en general, podemos decir que tenga comportamiento alguno. Para el animal, sus relaciones con otros no existen como tales relaciones. La conciencia, por tanto, es ya de antemano un producto social, y lo seguirá siendo mientras existan seres humanos. La conciencia es, ante todo, naturalmente, conciencia del mundo inmediato y sensible que nos rodea y conciencia de los nexos limitados con otras personas y cosas, fuera del individuo consciente de sí mismo; y es, al mismo tiempo, conciencia de la naturaleza, que al principio se enfrenta al hombre como un poder absolutamente extraño, omnipotente e inexpugnable, ante el que los hombres se comportan de un modo puramente animal y que los amedrenta como al ganado; es, por tanto, una conciencia puramente animal de la naturaleza (religión natural). Idea principal: La conciencia es un producto social. Estructura: Origen de la conciencia: La conciencia y el lenguaje (materia de la conciencia) nacen de la necesidad que tiene el hombre de comunicarse con los demás. Peculiaridad de la conciencia: Los animales carecen de conciencia porque no necesita relacionarse con los otros, sus contactos con los demás no pueden llamarse relaciones. La conciencia es, pues, un producto social, es decir, surge del contacto con otros seres humanos. Función de la conciencia: La conciencia nos permite tener una visión del mundo que nos rodea, de las relaciones con las personas y las cosas, y de la naturaleza, a la que en un principio consideramos como algo extraño, omnipotente e inexpugnable que nos amedrenta como al ganado. Esta actitud ante la naturaleza la llama religión natural.

Inmediatamente, vemos aquí que esta religión natural o este determinado comportamiento hacia la naturaleza se hallan determinados por la forma social, y a la inversa. En este caso, como en todos, la identidad entre la naturaleza y el hombre se manifiesta también de tal modo que el comportamiento limitado de los hombres hacia la naturaleza condiciona el limitado comportamiento de unos hombres para con otros, y éste, a su vez, su comportamiento limitado hacia la naturaleza, precisamente porque la naturaleza apenas ha sufrido aún ninguna modificación histórica. Y, de otra parte, la conciencia de la necesidad de entablar relaciones con los individuos circundantes es el comienzo de la conciencia de que el hombre vive, en general, dentro de una sociedad. Este comienzo es algo tan animal como la propia vida social en esta fase: es simplemente, una conciencia gregaria y, en este punto, el hombre sólo se distingue del carnero por cuanto su conciencia sustituye al instinto o es el suyo un instinto consciente. Esta conciencia gregaria o tribual se desarrolla y perfecciona después, al aumentar la producción, al acrecentarse las necesidades y al multiplicarse la población, que es el factor sobre que descansan los dos anteriores. De este modo se desarrolla la división del trabajo, que originariamente no pasaba de la división del trabajo en el acto sexual y, más tarde, de una división del trabajo introducida de un modo natural en atención a las dotes físicas (por ejemplo, la fuerza corporal), a las necesidades, las coincidencias fortuitas, etc., etc. La división del trabajo sólo se convierte en verdadera división a partir del momento en que se separan el trabajo físico y el intelectual. (La primera forma de los ideólogos, los sacerdotes, decae. Glosa marginal de Marx). Desde este instante, puede ya la conciencia imaginarse realmente que es algo más y algo distinto que la conciencia de la práctica existente, que representa realmente algo sin representar algo real; desde este instante, se halla la conciencia en condiciones de emanciparse del mundo y entregarse a la creación de la teoría pura, de la teología pura, la filosofía y la moral puras, etc. Idea principal: El desarrollo de la conciencia: 1) Conciencia gregaria o tribal; 2) Conciencia separada de la realidad. Explicación. La conciencia gregaria o tribal es la primera fase del desarrollo de la conciencia que coincide con la etapa en que la naturaleza no ha sufrido ninguna transformación histórica. Esta conciencia se caracteriza por darse cuenta de que hombre vive dentro de una sociedad y, por tanto, que es necesario establecer relaciones con los individuos circundantes. La conciencia separada de la realidad surge con la división del trabajo, sobre todo cuando se establece la división entre el trabajo físico e intelectual. A partir de entonces la conciencia se dedica a elaborar la teoría pura (teología, filosofía o moral puras ), alejada de la realidad. Pero, aun cuando esta teoría, esta teología, esta filosofía, esta moral, etc., se hallen en contradicción con las relaciones existentes, esto sólo podrá explicarse porque las relaciones sociales existente se hallan, a su vez, en contradicción con la fuerza productiva existente; cosa que, por lo demás, dentro de un determinado círculo nacional de relaciones, podrá suceder también a pesar de que la contradicción no se dé en el seno de esta órbita nacional, sino entre esta conciencia nacional y la práctica de otras naciones; es decir, entre la conciencia nacional y general de una nación.

Idea principal. El cambio de la conciencia se produce por un cambio en las fuerzas productivas. Estructura: Un cambio en las fuerzas productivas origina un cambio en las relaciones de producción, lo que supone un cambio en la infraestructura, que provoca, a su vez, un cambio en la superestructura (conciencia). Ejemplo: En la Edad Media la filosofía y la religión defendían y difundían el geocentrismo, y la moral enseñaba y transmitía valores como la resignación, la humildad, el sacrificio y el desprecio a los placeres de esta vida para alcanzar la otra que era la auténtica. Según Marx, estas ideas, creencias y comportamientos servían para justificar las relaciones sociales que existían en la Edad Media: la servidumbre de unos respecto a otros; y estas relaciones sociales obedecían al sistema productivo medieval: el feudalismo y gremialismo. Cuándo dichas creencia, ideas y valores ya no sirven para explicar y justificar las relaciones sociales? Cuando éstas cambian; y por qué cambian? Porque han cambiado las fuerza productivas. Por ejemplo, con el capitalismo los medios de producción pasan de los nobles a los burgueses, aparecen unas relaciones sociales distintas que se caracterizan por la conflictividad entre patronos y obreros. En este contexto ya no sirven las ideas, creencia y valores medievales. Son necesarias unas nuevas ideas y creencias que expliquen y justifiquen dichas relaciones. Lo que Marx nos está diciendo es que según sea el sistema productivo (la fuerza productiva) así serán las relaciones sociales y las ideas, creencia y valores. Y cuando esto no ocurre se origina un cambio histórico para ajustar e igualar lo que resuelta contradictorio. Por lo demás, es de todo punto indiferente lo que la conciencia por sí solo haga o emprenda, pues de toda esta escoria sólo obtendremos un resultado, a saber: que estos tres momentos, la fuerza productora, el estado social y la conciencia, pueden y deben necesariamente entrar en contradicción, entre sí, ya que, con la división del trabajo, se da la posibilidad, más aun, la realidad de que las actividades espirituales y materiales, el disfrute y el trabajo, la producción y el consumo, se asignan a diferentes individuos, y la posibilidad de que no caigan en contradicción reside solamente en que vuelva a abandonarse la división del trabajo. Por lo demás, de suyo se comprende que los espectros, los nexos, los entes superiores, los conceptos, los reparos, no son más que la expresión espiritual puramente idealista, la idea aparte del individuo aislado, la representación de trabas y limitaciones muy empíricas dentro de las cuales se mueve el modo de producción de la vida y la forma de intercambio congruente con él. Ideas: 1) La división del trabajo es la causa de que entren en contradicción la fuerza productora, el estado social y la conciencia. 2) La conciencia y sus productos (religión, filosofía, moral, etc.) es la expresión del modelo de producción. Con la división del trabajo, que lleva implícitas todas estas contradicciones y que descansa, a su vez, sobre la división natural del trabajo en el seno de la familia y en la división de la

sociedad en diversas familias contrapuestas, se da, al mismo tiempo, la distribución y, concretamente, la distribución desigual, tanto cuantitativa como cualitativamente, del trabajo y de sus productos; es decir, la propiedad, cuyo primer germen, cuya forma inicial se contiene ya en la familia, donde la mujer y los hijos son los esclavos del marido. La esclavitud, todavía muy rudimentaria, ciertamente, latente en la familia, es la primera forma de propiedad, que, por lo demás, ya aquí corresponde perfectamente a la definición de los modernos economistas, según la cual es el derecho a disponer de la fuerza de trabajo de otros. Por lo demás, división del trabajo y propiedad privada son términos idénticos: uno de ellos dice, referido a la esclavitud, lo mismo que el otro, referido al producto de ésta. Ideas. - La división de trabajo origina la desigualdad y la propiedad. - La esclavitud y la propiedad son términos idénticos. (Derecho a disponer de la fuerza de trabajo de otra persona) La división del trabajo lleva aparejada, además, la contradicción entre el interés del individuo concreto o de una determinada familia y el interés común de todos los individuos relacionados entre sí, interés común que no existe, ciertamente, tan sólo en la idea, como algo general, sino que se presenta en la realidad, ante todo, como una relación de mutua dependencia de los individuos entre quienes aparece dividido el trabajo. Finalmente, la división del trabajo nos brinda ya el primer ejemplo de cómo, mientras los hombres viven en una sociedad natural, mientras se da, por tanto, una separación entre el interés particular y el interés común, mientras las actividades, por consiguiente, no aparecen divididas voluntariamente, sino por modo natural, los actos propios del hombre se erigen ante él en un poder ajeno y hostil, que lo sojuzga, en vez de ser él quien los domine. En efecto, a partir del momento en que comienza a dividirse el trabajo, cada cual se mueve en un determinado círculo exclusivo de actividades, que le es impuesto y del que no puede salirse; el hombre es cazador, pescador, pastor o crítico, y no tiene más remedio que seguirlo siendo, si no quiere verse privado de los medios de vida; al paso que en la sociedad comunista, donde cada individuo no tiene acotado un círculo exclusivo de actividades, sino que puede desarrollar sus aptitudes en la rama que mejor le parezca, la sociedad se encarga de regular la producción general, con lo que hace cabalmente posible que yo pueda dedicarme hoy a esto y mañana a aquello, que pueda por la mañana cazar, por la tarde pescar y por la noche apacentar el ganado, y después de comer, si me place, dedicarme a criticar, sin necesidad de ser exclusivamente cazador, pescador, pastor o crítico, según los casos. Esta plasmación de las actividades sociales, esta consolidación de nuestros propios productos en un poder material erigido sobre nosotros, sustraído a nuestro control, que levanta una barrera ante nuestra expectativa y destruye nuestros cálculos, es uno de los momentos fundamentales que se destacan en todo el desarrollo histórico anterior, y precisamente por virtud de esta contradicción entre el interés particular y el interés común, cobra el interés común, en cuanto Estado, una forma propia e independiente, separada de los reales intereses particulares y colectivos y, al mismo tiempo, como una comunidad ilusoria, pero siempre sobre la base real de los vínculos existentes, dentro de cada conglomerado familiar y tribual, tales como la carne y la sangre, la lengua, la división del trabajo en mayor escala y otros intereses y, sobre todo, como más tarde habremos de desarrollar, a base de las clases, ya condicionadas por la división del trabajo, que se forman y diferencian en cada uno de estos conglomerados humanos y entre las cuales hay una que domina sobre todas las demás. Ideas: - La división del trabajo origina la contradicción entre los intereses particulares y generales.

- La división del trabajo convierte al hombre en esclavo de su actividad. No puede abandonarla sin poner en peligro los medios de vida. - Estos inconvenientes desaparecen en la sociedad comunista. Explicación: En la sociedad comunista el hombre dejará de ser esclavo de su actividad porque es la sociedad quien se encarga de regular la producción general y el individuo podrá desarrollar sus aptitudes en la actividad que mejor le parezca. Además desaparecerá la contradicción entre el interés particular y general (encarnado en el Estado) porque desaparece el origen de dicha contradicción: la propiedad privada. Para justificar la propiedad privada y los intereses particulares nos hemos inventado la idea de un Estado (comunidad ilusoria) distinto e independiente tanto de los intereses privados como colectivos que defendería el bien común. De donde se desprende que todas las luchas que se libran dentro del Estado, la lucha entre la democracia, la aristocracia y la monarquía, la lucha por el derecho de sufragio, etc., no son sino las formas ilusorias bajo las que se ventilan las luchas reales entre las diversas clases (de lo que los historiadores alemanes no tienen ni la más remota idea, a pesar de habérseles facilitado las orientaciones necesarias acerca de ello en los Anales Franco-Alemanes y en La Sagrada Familia). Y se desprende, asimismo, que toda clase que aspire a implantar su dominación, aunque ésta, como ocurre en el caso del proletariado, condicione en absoluto la abolición de toda la forma de la sociedad anterior y de toda dominación en general, tiene que empezar conquistando el poder político, para poder presentar su interés como el interés general, cosa a que en el primer momento se ve obligada. Ideas: - La luchas estatales enmascaran la lucha real: la lucha de clases - La clase que quiera dominar ha de comenzar conquistando el poder político, incluso el proletariado que pretende acabar con el modelo social vigente; solamente de esa forma podrá presentar su interés como el interés general. Precisamente porque los individuos sólo buscan su interés particular, que para ellos no coincide con su interés común, y porque lo general es siempre la forma ilusoria de la comunidad, se hace valer esto ante su representación como algo ajeno a ellos e independiente de ellos, como un interés general a su vez especial y peculiar, o ellos mismos tienen necesariamente que enfrentarse en esta escisión, como en la democracia. Por otra parte, la lucha práctica de estos intereses particulares que constantemente y de un modo real se enfrentan a los intereses comunes o que ilusoriamente se creen tales, impone como algo necesario la interposición práctica y el refrenamiento por el interés general ilusorio bajo la forma del Estado. El poder social, es decir, la fuerza de producción multiplicada, que nace por obra de la cooperación de los diferentes individuos bajo la acción de la división del trabajo, se les aparece a estos individuos, por no tratarse de una cooperación voluntaria, sino natural, no como un poder propio, asociado, sino como un poder ajeno, situado al margen de ellos, que no saben de dónde procede ni a dónde se dirige y que, por tanto, no pueden ya dominar, sino que recorre, por el contrario, una

serie de fases y etapas de desarrollo peculiar e independiente de la voluntad y de los actos de los hombres que incluso dirige esta voluntad y estos actos. Ideas: La división del trabajo introduce en los individuos la creencia de que el poder social (la fuerza que surge de la mutua cooperación entre ellos) no obedece a su libertad y voluntad, sino que es algo ajeno e impuesto desde fuera y cuya deriva no se puede controlar. Que no pueden hacer nada por cambiar su situación Argumentos. Por un lado, se hace creer a los individuos que el interés general es algo ajeno e independiente de ellos, que sólo buscan el interés particular. Por otro lado, se les hace creer que la lucha de los intereses particulares frente al interés general, impone la necesidad de un Estado que ilusoriamente representa el interés general. La conclusión de todo ello es que los individuos creen que el poder social (la fuerza que surge de la cooperación de los diversos individuos) es algo ajeno e involuntario de los propios individuos, algo que éstos no pueden controlar. Con esta enajenación, para expresarnos en términos comprensibles para los filósofos, sólo puede acabarse partiendo de dos premisas prácticas. Para que se convierta en un poder insoportable, es decir, en un poder contra el que hay que sublevarse, es necesario que engendre a una masa de la humanidad como absolutamente desposeída y, a la par con ello, en contradicción con un mundo existente de riquezas y de cultura, lo que presupone, en ambos casos, un gran incremento de la fuerza productiva, un alto grado de su desarrollo; y, de otra parte, este desarrollo de las fuerzas productivas (que entraña ya, al mismo tiempo, una existencia empírica dada en un plano histórico-universal, y no en la vida puramente local de los hombres) constituye también una premisa práctica absolutamente necesaria, porque sin ella sólo se generalizaría la escasez y, por tanto, con la pobreza, comenzaría de nuevo, a la par, la lucha por lo indispensable y se recaería necesariamente en toda la inmundicia anterior; y, además, porque sólo este desarrollo universal de las fuerzas productivas lleva consigo un intercambio universal de los hombres, en virtud de lo cual, por una parte, el fenómeno de la masa desposeída se produce simultáneamente en todos los pueblos (competencia general), haciendo que cada uno de ellos dependa de las conmociones de los otros y, por último, instituye a individuos histórico-universales, empíricamente mundiales, en vez de individuos locales. Sin esto, 1º el comunismo sólo llegaría a existir como fenómeno local; 2º las mismas potencias del intercambio no podrían desarrollarse como potencias universales y, por tanto, insoportables, sino que seguirían siendo simples circunstancias supersticiosas de puertas adentro, y 3º toda ampliación del intercambio acabaría con el comunismo local. Para acabar con esa enajenación (esclavitud mental, porque es una creencia falsa impuesta por la clase dirigente en beneficio propio) de que el poder social es ajeno a la voluntad de los individuos, han de cumplirse dos hechos. 1.- Que aumente el número de pobres que carecen de todo y las diferencias entre los ricos y los pobres. 2. El desarrollo de las fuerzas productivas a nivel universal. Este desarrollo impediría que se generalizara la escasez y entonces todo el mundo lucharía por sobrevivir; y además dicho desarrollo haría posible que la masa de desposeídos afectara a todos los pueblos, provocando un movimiento universal de todos los desposeídos (con independencia del país) que posibilitaría un comunismo a nivel universal.

El comunismo, empíricamente, sólo puede darse como la acción coincidente o simultánea de los pueblos dominantes, lo que presupone el desarrollo universal de las fuerzas productivas y el intercambio universal de las fuerzas productivas y el intercambio universal que lleva aparejado. Cómo, si no, podría la propiedad, por ejemplo, tener una historia, revestir diferentes formas, y la propiedad territorial, supongamos, según las diferentes premisas existentes, presionar en Francia para pasar de la parcelación a la centralización en pocas manos y en Inglaterra, a la inversa, de la concentración en pocas manos a la parcelación, como hoy realmente estamos viendo? O cómo explicarse que el comercio, que no es sino el intercambio de los productos de diversos individuos y países, llegue a dominar el mundo entero mediante la relación entre la oferta y la demanda relación que, como dice un economista inglés, gravita sobre la tierra como el destino de los antiguos, repartiendo con mano invisible la felicidad y la desgracia entre los hombres, creando y destruyendo imperios, alumbrando pueblos y haciéndolos desaparecer-, mientras que, con la destrucción de la base, de la propiedad privada, con la regulación comunista de la producción y la abolición de la actitud en que los hombres se comportan ante sus propios productos como ante algo extraño a ellos, el poder de la relación de la oferta y la demanda se reduce a la nada y los hombres vuelven a hacerse dueños del intercambio, de la producción y del modo de su mutuo comportamiento? Ideas 1. La llegada del comunismo presupone el desarrollo de las fueras productivas, el intercambio universal de dichas fuerza y lo que lleva parejo: La universalización del libre comercio como una realidad autónoma e independiente (que se rige por reglas propias oferta y demanda) 2. La llegada del comunismo supondría suprimir la propiedad privada, base en la que se sustentan la alienación económica y el libre mercado (oferta y demanda); con dicha supresión los hombre vuelen a hacerse dueños del mercado, la producción y de su propio comportamiento. Para nosotros, el comunismo no es un estado que debe implantarse, un ideal al que haya de sujetarse la realidad. Nosotros llamamos comunismo al movimiento real que anula y supera al estado de cosas actual. Las condiciones de este movimiento se desprenden de la premisa actualmente existente. Por lo demás, la masa de los simples obreros de la fuerza de trabajo excluida en masa del capital o de cualquier satisfacción, por limitada que ella sea- y, por tanto, la pérdida no puramente temporal de este mismo trabajo como fuente segura de vida, presupone, a través de la competencia, el mercado mundial. Por tanto, el proletariado sólo puede existir en un plano histórico-mundial, lo mismo que el comunismo, su acción, sólo puede llegar a cobrar realidad como existencia histórico-universal. Existencia histórico-universal de los individuos, es decir, existencia de los individuos directamente vinculada a la historia universal. Idea principal: El comunismo es el movimiento real que anula y supera el estado de cosas actual. Estructura: Cuál es el estado de cosas actual? Un mercado mundial basado en una masa de obreros, excluidos del capital y de una vida digna, que compiten por un puesto de trabajo del que depende su vida.

Esta situación se suprimirá cuando el proletariado del mundo se una y decida intervenir en la historia cambiando su rumbo. De forma que la evolución de la historia que hasta ahora había transcurrido al margen de la voluntad de los individuos, a partir de ahora, sean ellos, a través del proletariado, quienes tomen las riendas de la historia. La forma de intercambio condicionada por las fuerzas de producción existentes en todas las fases históricas anteriores y que, a su vez, las condiciona es la sociedad civil, que, como se desprende de lo anteriormente expuesto, tiene como premisa y como fundamento la familia simple y la familia compuesta, lo que suele llamarse la tribu, y cuya naturaleza queda precisada en páginas anteriores. Ya ello revela que esta sociedad civil es el verdadero hogar y escenario de toda la historia y cuán absurda resulta la concepción histórica anterior que, haciendo caso omiso de las relaciones reales, sólo mira, con su limitación, a las acciones resonantes de los jefes y del Estado. La sociedad civil abarca todo el intercambio material de los individuos, en una determinada fase de desarrollo de las fuerzas productivas. Abarca toda la vida comercial e industrial de una fase y, en este sentido, trasciende de los límites del Estado y de la nación, si bien, por otra parte, tiene necesariamente que hacerse valer al exterior como nacionalidad y, vista hacia el interior, como Estado. El término de sociedad civil apareció en el siglo XVIII, cuando ya las relaciones de propiedad se habían desprendido de los marcos de la comunidad antigua y medieval. La sociedad civil en cuanto tal sólo se desarrolla con la burguesía; sin embargo, la organización social que se desarrolla directamente basándose en la producción y el intercambio, y que forma en todas las épocas la base del Estado y de toda otra superestructura idealista, se ha designado siempre, invariablemente, con el mismo nombre. ((LA IDEOLOGÍA ALEMANA. Coedición de Ediciones Pueblos Unidos, Montevideo, y Ediciones Grijalbo, Barcelona, 1974 (5ª edición). Págs. 25-38.) Idea principal: La sociedad civil es el verdadero escenario de la historia. Estructura: Qué es la sociedad civil? Lugar donde se desarrollan las relaciones sociales, la vida económica e industrial. Su fundamento es la familia. La sociedad civil trasciende los límites del Estado y la Nación, aunque el Estado sea su representación interior y la Nación, la exterior. Historia de la sociedad civil. El término aparece en el siglo XVIII, dicha sociedad se desarrolla con la burguesía. Aunque ese sea el nombre que utilizamos para referirnos a toda organización social que surge de la producción y el intercambio y que es la base del Estado y de las ideologías. Explicación. Los obreros como parte fundamental de la sociedad civil pueden cambiar la historia con su acción. No hay que esperar que lo haga el Estado, pues éste no representa los intereses generales como decía Hegel, sino los de la clase dominante.