Universidad Nacional Abierta Dirección de Investigaciones y Postgrado Maestría en Educación Abierta y a Distancia Área de Incumbencia: Diseño y Medios Unidad Curricular: Comunicación Interpersonal Análisis del discurso: posibilidades de aplicación Material 4 (Unidad 4) Lecturas seleccionadas Prof. Saskia Sánchez
Este material, organizado mediante cuatro lecturas seleccionadas de diferentes autores, exigirá de nosotros un esfuerzo que implica combinar varias habilidades y destrezas de aquellas que como lectores aplicamos con fines de información y de estudio. Decimos esto, porque con dicho material nos animan propósitos como los siguientes: hacer lectura reflexiva de cada selección y del análisis respectivo (en los casos en que así esté presentado); al mismo tiempo hacer lectura comprensiva para obtener conceptos e informaciones sobre el tema que nos ocupa la argumentación -; comprobar la aplicación del análisis del discurso en el discurso argumentativo; y, ejercitarnos en el análisis de los discursos con estructura argumentativa. Nos estamos basando, fundamentalmente, en T.A. van Dijk, El discurso como estructura y proceso (2001), más las informaciones y conceptos de otros autores identificados en cada caso especifico. De esta obra, que recopila los estudios de diferentes especialistas, hicimos para Ud. la selección del estudio de un caso de análisis crítico de anuncios periodísticos, y de este mismo estudio son los conceptos que siguen, donde queda bastante bien enmarcado lo que nos parece importante para los fines a que aspiramos: (Capit. 8, Argumentación, Frans H. Van Ermeren et. al pág. 305. selección) Aplicaciones prácticas del estudio de la argumentación Para comprender el campo completo del estudio de la argumentación, primero es necesario imaginar tres (o mas) objetivos científicos diferentes. El primer objetivo es prescriptivo: llegar a formular un conjunto de principios que les digan a las personas como realizar una buena argumentación. Este interés enteramente práctico fue el primero en surgir y se encuentra corporizado con claridad en siglos de escritos sobre retórica, dialéctica y lógica. El segundo objetivo es descriptivo: llegar a obtener un modelo empíricamente correcto del discurso argumentativo, análogo en forma y compatible en substancia con modelos de fenómenos como conversar sobre un tema, tomar turnos en una conversación o negociar identidades sociales. Pueden encontrarse ejemplos obvios de investigaciones descriptivas sobre la argumentación en los análisis de conversaciones y obras de temas relacionados (Coulter, 1990; Goodwin, 1983;Jacobs y Jackson, 1982; Schiffrin, 1984). La lógica formal moderna y la ciencia cognitiva también han dado recientemente un giro hacia la descripción de procesos inferenciales naturales, en un esfuerzo por modelar fenómenos abandonados durantes mucho tiempo como el uso de heurísticas y la estructura del razonamiento por omisión. El estudio experimental de la influencia social 2
3 también ofrece una forma de investigación descriptiva de la argumentación, fuertemente orientada a identificar qué factores influyen de manera concreta en las personas cuando se les presentan textos argumentativos (Eagly Chaiken, 1993; O Keefe, 1990). El tercer objetivo es crítico: desarrollar un marco conceptual para la evaluación y el mejoramiento de las prácticas argumentativas concretas, considerándolas tanto un fenómeno que debe ser explicado como oportunidades para la intervención, es decir, oportunidades para intentar producir un cambio social (Goodnight, 1982). Cada uno de estos objetivos tiene alguna forma de resultado práctico, porque el estudio de la argumentación ha sido, desde los tiempos clásicos, un asunto práctico ocupado del perfeccionamiento del razonamiento y del discurso justificatorio. El estudio contemporáneo de la argumentación, con su énfasis en las práctica de discurso sustantivo y contexto discursivos, corporiza este componente práctico de una manera un poco diferente de los demás enfoques tradicionales. En el amplio dominio de la investigación interdisciplinaria de la argumentación, existen dos clases principales de aplicaciones. Aplicaciones pedagógicas: el cultivo de la competencia argumentativa La primera clase de aplicaciones está relacionada con la tradición retórica secular: el desarrollo de la capacidad crítica. En el estudio de la argumentación, uno de los objetivos es cultivar una habilidad en el análisis y la indagación crítica. El estudio de las falacias es, en su mejor materialización pedagógica, el cultivo de un sentido crítico que convierte al estudiante en un mejor participante del discurso argumentativo: no tanto en el sentido de ganar debates, sino en el sentido de ser capaz de dirigir la discusión hacia una resolución racional. Así, por ejemplo, al enseñar a los estudiantes a reconocer el propio interés como una amenaza potencial a la racionalidad, creamos antagonistas para ideas que deberían estar abiertas a la inspección. Los estudios de casos como nuestro análisis de los anuncios editoriales de la campaña tabacalera, por ejemplo, sirven no sólo como potenciales contribuciones a un discurso actual, sino también como ejemplos del pensamiento crítico sobre la persuasión pública. Pero decir que las aplicaciones pedagógicas contemporáneas tienen una estrecha dependencia de la retórica clásica no significa sugerir que estas aplicaciones contemporáneas meramente reciclan los logros del pasado. Por el contrario: ya que las propias prácticas del discurso evolucionan junto con otras condiciones sociales, el análisis crítico necesariamente enfrenta nuevos desafíos relacionados con prácticas cambiantes. Por ejemplo, en el discurso público contemporáneo, el uso extremadamente frecuente de las encuestas de opinión pública como una herramienta para la administración de la opinión pública como 3
una herramienta para la administración de la opinión pública crea algunas formas distintivamente modernas de falacias que requieren un análisis teórico cuidadoso y una atención pedagógica sistemática (por ejemplo, Harrison, 1996). La primera lectura está tomada del libro Elaboración del currículo, Hilda Taba, Edic. Troquel, Buenos Aires, 1976. A esta lectura le hemos hecho una aproximación analítica desde el punto de vista de discurso argumentativo en el campo educacional. Este análisis no es concluyente, está abierto para que Ud. Lo amplíe, y, por supuesto, puede razonadamente discrepar. Es sólo ejemplo de cómo podemos abordar este tipo de análisis. La segunda lectura es el análisis de dos anuncios periodísticos, realizados por Frans H. Van Eemeren et al., estudio incluido en la recopilación de van Dijk *, que ya identificamos. Cuando estudie este material trate de establecer alguna relación con el ejemplo analizado por van Dijk en el estudio de las Estructuras argumentativas (Ciencia del texto) * Dijk, T.A van (2001). El discurso como estructura y proceso. Estudios sobre el discurso I. Una introducción multidisciplinaria. Barcelona: Gedisa. Pág. 305 335. 4
5 Causa LOS MODOS DE ORGANIZACIÓN DEL DISCURSO Conectores argumentativos Indican que los enunciados que los siguen explican o dan razón de los enunciados antecedentes. Porque Pues Puesto que Dado que Ya que Por el hecho de que En virtud de Certeza Indican que los enunciados que los siguen son Enunciados ya probados por el autor (tesis validadas) O enunciados aceptados por una comunidad. Es evidente que Es indudable que Nadie puede ignorar que Es incuestionable que De hecho En realidad Está claro que Condición Siempre que en un texto aparece un condicional, éste va seguido de una consecuencia. Puede suceder que la palabra que introduce un enunciado como consecuencia de otro no vaya precedido de ningún conector. En éstos se ha de hacer explícito, en el análisis del razonamiento, un entonces (o cualquier otro conector de consecuencia) aunque en el texto no esté. Consecuencia Indican que los enunciados que los siguen son efecto de los razonamientos antecedentes o de una condición. Oposición Estos conectores señalan que los enunciados que vienen a continuación contienen alguna diferencia respecto de los que le preceden. La diferencia puede no ser más que un matiz o, por el contrario, puede ser algo totalmente opuesto a lo afirmado anteriormente. Si Con tal que Cuando En el caso de que Según A menos que Siempre que Mientras A no ser que Luego Entonces Por eso De manera que De donde se sigue Así, así que Por lo tanto De suerte que Por consiguiente De ello resulta que En efecto Pero Aunque Contrariamente En cambio No obstante Ahora bien Por el contrario Sin embargo Mientras que (Caballero y Larrauri, 1996: 24) Fuente: Calsamiglis, H; Tusón. (1999). Las cosas del decir. Manual de análisis del discurso. Ariel Lingüística. Barcelona: Ariel. 5