MATEMÁTICA EN BABILONIA Las tierras fértiles de la Mesopotamia fueron siempre un objeto de conquista para los pueblos vecinos. Amorreos, casitas, hurritas y otras tribus, la mayoría nómades, invadieron sucesivamente la región y se establecieron. Sin embargo, pese a las invasiones frecuentes que sufrió la Mesopotamia, hubo épocas de estabilidad, como la de Babilonia bajo el reinado de Hammurabi (siglo XVIII a.c.). La etimología de Babilonia deriva del término griego Babylon, la forma griega del acadio Babilum, esto es, "La Puerta de Dios",
fuertemente amurallada y dividida en dos La arqueología nos ha permitido conocer la ciudad tal y como fue diseñada. Fue reconstruida sobre su forma casi rectangular de 2400m x 1600m, posiblemente influenciada por la ortogonalidad de los sumerios. Estaba zonas de área desigual por el río Éufrates. Estaba doblemente protegida con un segundo cinturón amurallado, mucho más amplio y de geometría tendiente al triángulo, a lo que se le añadió una muralla interior entre la ciudad y el río, creando una nueva puerta para el paso por el puente al lado oeste de la ciudad. En esencia, Babilonia era una sucesión de recintos amurallados, unos dentro de otros, regulados geométricamente mediante ángulos rectos y en los que
incluso las viviendas se reproducían en pequeño, con sus muros escalonados y sus patios interiores. Como se puede apreciar la arquitectura babilónica está totalmente relacionada con la geometría y por ende con las matemáticas puesto que es una rama de ella. Los babilonios fueron artífices de importantes avances especialmente culturales pero con el reinado de Hammurabi se convirtieron también en un gran centro político y religioso. La mayor riqueza de Babilonia radicaba en sus fértiles tierras. Daban abundantes cosechas para alimentar a la población y al ganado, donde la cría del ganado vacuno era la actividad más importante. Las ciudades de gran tamaño albergaban la industria, sobre todo la fabricación de tejidos y sellos. Babilonia era país de paso de los mercaderes que seguían las rutas entre el Mediterráneo y el golfo Pérsico. Debido a la actividad comercial algunos babilonios se convirtieron en hombres de negocios. Los tratos se cerraban ante testigos, invocándose bajo juramento a los dioses y al rey. Debido a la impulsión del comercio, la administración y la necesidad de representar los objetos de la vida cotidiana y las leyes que dictaban tanto en la legislación como en la religión se desarrolla la escritura cuneiforme (3300 a.c).
Para ello se utilizaban tablillas de barro, arcilla para su impresión, la escritura cuneiforme de los símbolos se lograban con una varilla y dos cilindros de distinto diámetro que, posteriormente, se convertiría en un prisma triangular. Al principio se escribía en columnas de arriba a abajo y de derecha a izquierda, y más tarde se comenzó a escribir de izquierda a derecha y de arriba abajo. Esta escritura desapareció a comienzo de la era cristiana. El sistema de numeración apareció por primera vez alrededor de 1800-1900 a. C y es el primer sistema de numeración posicional, el valor de un dígito particular depende tanto de su valor como de su posición. Su desarrollo fue muy importante, porque los técnicos utilizaban símbolos únicos para representar cada potencia de base diez, cien, mil. Se lo considera un sistema mixto de las bases 10 y 60, la base decimal la utilizaban para medir pequeñas cantidades, y la sexagesimal la que utilizamos para medir el tiempo y los ángulos, se utilizaba para números más grandes.
Simplificaron utilizando solamente dos símbolos para denotar los 59 números realizando una variedad de combinaciones y dejaban un espacio libre para representar el cero. Por ejemplo, como se puede visualizar en la imagen hay dos tipos de cuña, una cuña delgada y vertical para representar el número 1 y una gruesa y horizontal para el número 10. El número 53 se representaba utilizando cinco veces el símbolo correspondiente a 10, y 3 veces el símbolo correspondiente a 1.
Para contar utilizaban los dedos las manos como se puede apreciar en las imágenes, señalando con el dedo pulgar de la mano derecha, si se era diestro, cada una de las 3 falanges de los restantes dedos de la misma mano, comenzando por el meñique. Con este método se puede contar hasta 12. Y para seguir con cifras mayores, cada vez que realizaban esta operación se levanta un dedo de la mano libre la izquierda hasta completar 60 unidades (12 x 5 = 60), por lo que este número fue considerado una cifra redonda. Esta forma de contar con los dedos (hasta 12 y, luego, hasta 60) sigue siendo usada en la actualidad por algunos habitantes.
Sabiendo la importancia que tiene aprender a contar en la época de los babilonios para simplificar las tareas y que necesitaban de sus dos manos para hacerlo me lleva a pensar en que tan importantes fueron y son las manos. Son una pieza fundamental y asombrosa del ser humano, nos asisten en cada tarea cotidiana, son una herramienta imprescindible y tienen una sensibilidad única que nos permiten interactuar con los demás personas y el mundo.