Por María del Carmen López Fotos istock 38 Con la fiebre de los Juegos Olímpicos de Invierno en PyeongChang, Corea del Sur, inspírate para que tu hijo practique algún deporte. Nunca se es demasiado pequeño para empezar a mover el cuerpo y potenciar sus habilidades físicas, motrices y cerebrales, así que no lo dudes y busca una actividad acorde a su momento de vida.
L os beneficios que el deporte trae para grandes y chicos son una realidad por todos conocidos, pero estos se pueden potenciar desde la más temprana edad, cuando los chicos encuentran en alguna actividad física el camino para su total desarrollo, pues no solo se trata de hacer crecer los músculos, volverse más rápido o fuerte, sino también de despertar hábitos y cualidades, valores que se ponen en práctica dentro y fuera del terreno de juego. Desde que tu hijo tiene apenas unos meses de nacido puedes empezar a involucrarlo. Aunque en principio las opciones parecen limitadas debido a su edad y a que muchas de sus capacidades no están en su máxima expresión, justo el hecho de ejercitarlo es vital para cumplir con este propósito. CUÁL SERÁ EL MEJOR? El mundo de posibilidades es muy amplio y conforme los niños crecen deben ser ellos mismos quienes seleccionen el tipo de actividad que prefieren practicar, ya que se trata de que la realicen con buena actitud y en un ambiente de disfrute total que les permita sacar el mayor provecho de ella. Algo que debes tomar en cuenta es la naturaleza de cada deporte: los hay de alto y bajo impacto; esto se define según el esfuerzo físico que se requiere para su desempeño. Sin embargo, en el primer periodo de la infancia, los más comunes son futbol, natación, tenis, patinaje artístico, hockey sobre hielo, gimnasia o artes marciales como el karate, tae kwon do y judo, entre otros. Cuando se trata de niños entre cero y dos años, la alternativa es la estimulación temprana, que consiste en suaves ejercicios que le ayudarán a reconocer su cuerpo y sus movimientos, a entenderlos y dominarlos. Esta actividad lo prepara para que una vez cumplida la edad apropiada pueda practicar un deporte. La mayoría de los deportes pueden iniciarse a temprana edad, en promedio a los tres años, sin embargo, en este periodo se trata nada más de involucrar a los chicos en la disciplina, por lo que al principio aprenderán sus bases, aunque es una buena oportunidad para que reafirmen su gusto por dicho deporte u opten por otra alternativa. Es una realidad que todo padre sueña con que su hijo desarrolle habilidades extraordinarias que con el tiempo le ayuden a destacar, incluso que lo lleven a obtener un lugar en el deporte de alto rendimiento. En este deseo suelen, en primer lugar, decidir la actividad deportiva de su hijo no en función de lo que le gusta al pequeño, sino de lo que ellos soñaron con hacer o de lo que a ellos les agrada. Lo cierto es que hacerlo sin considerar las preferencias del chico, despierta la posibilidad de que se convierta en un momento de absoluto estrés. 39
DE LIBRE ELECCIÓN Si quieres que tu hijo se mantenga a lo largo de su vida en el mundo deportivo, la manera en que inicia en él importa mucho. Por eso, durante sus primeros años de vida no debe convertirse en una competencia, sino vivirlo como el momento en que empieza a conocer la disciplina. Lo primero es que aprenda a descubrir de qué se trata, qué elemento requiere para practicarlo; por ejemplo, si se habla de patinaje, aprenderá a ponerse los patines, a dar sus primeros pasos sobre las ruedas y mantener el equilibrio. Cuando ocurre lo contrario, la actividad comienza a suponer una disciplina casi militarizada donde los niños entran en un estado de estrés para el que no están preparados ni en lo emocional ni a nivel físico, porque su organismo no ha alcanzado su madurez. Si tu hijo aprende a relacionarse con el deporte como un juego y un momento de suma diversión tendrá mejor disposición para practicarlo; eso lo llevará a esforzarse para superarse cada día, pero siempre a su ritmo, sin que sienta una presión de superar a alguien o que debe ganar. Ahora bien, entre la actividad física y el deporte hay una enorme diferencia: la primera se encarga de enseñar a los niños y adultos a mover su cuerpo, descubrir sus habilidades y ponerlas en acción, así 0-3 AÑOS 4-6 AÑOS Busca para tu bebé actividades muy suaves enfocadas a desarrollar la coordinación motriz, como en la estimulación temprana. como también a reconocer el funcionamiento del organismo. En el segundo caso hablamos de la competencia, la disciplina, el aprendizaje y ejecución de las reglas, así que cuando se tiene esto muy claro resulta sencillo saber qué esperar y cómo apoyar a los pequeños. Algo primordial es que te asegures de que el lugar donde realiza la práctica sea un sitio seguro, con entrenadores certificados e instalaciones limpias y seguras. También pregunta si hay personal dedicado a la detección de talentos; aunque este proceso de selección se realiza aproximadamente cuando los chicos llegan a los 12 años de edad, sí es posible que se distingan sus habilidades para que con entrenamientos especializados, cargas de trabajo adecuadas a la edad, género, estatura y habilidades del niño, puedan canalizarlos. Mientras este momento llega, deja que haga de su actividad un deleite que le impulse a aprender, a divertirse y socializar también. Disfruta la oportunidad de guiar a tu hijo en el camino de la selección de la actividad deportiva que más le guste; aprovecha el momento para conocerlo más. Considera que es una etapa en la que los papás y sus niños necesitan disfrutar al máximo y obtener todas las bondades que cada deporte ofrece. 6 EN ADELANTE Su actividad no debe estar en ningún momento enfocada al alto rendimiento, es recomendable que sea lúdica y que contribuya a desarrollar sus capacidades físicas y cerebrales. Lo óptimo es que tenga una naturaleza recreativa, pero sin perder de vista que es el momento adecuado para empezar a enseñarle reglas y la disciplina que implica el deporte. DE ACUERDO A SU EDAD 40
LAS RIQUEZAS DE CADA UNO Desarrolla la capacidad pulmonar. Promueve el autoconocimiento físico y emocional. Despierta la habilidad de gestionar adecuadamente las emociones y la respuesta física. Es una disciplina suave con todo el organismo. Hace entender y practicar el trabajo en equipo. Activa la empatía. Tonifica los músculos de todo el cuerpo. Ayuda a mejorar el sistema cardiovascular. No tengas prisa porque destaque en un deporte: dale su tiempo y deja que se desenvuelva en él como un juego. 41
Desarrolla la coordinación ocular-manual. Contribuye a mejorar la psicomotricidad. Es un excelente aliado para enseñar a socializar al niño. Es un deporte que ejercita la velocidad. Aprenderá sobre el autocontrol y la responsabilidad. Reconocerá sus propias limitaciones y luchará por alcanzar sus metas. Es ideal para desarrollar la coordinación, la agilidad y la habilidad mental. No olvides que tu hijo está en un periodo de descubrimiento, por lo que puedes darle la opción de conocer distintas disciplinas. PARA UNA PRÁCTICA FELIZ Sin importar por cuál disciplina se incline, considera las siguientes recomendaciones: En la actualidad está contraindicado entrenar a los menores de 12 años más de tres veces a la semana y por periodos superiores a 45 minutos. 42
Mejora el tono muscular, la resistencia física y el equilibrio. Protege las articulaciones. Incrementa la coordinación motriz. Fortalece el corazón. Ayuda con el desarrollo y tonificación de los músculos, mejora el equilibrio y la postura. Desarrolla un buen sentido de la conciencia corporal, que es el control y la coordinación. Enseña que el trabajo duro y la dedicación valen la pena. Sus códigos de conducta ayudan a que los niños aprendan la importancia de seguir las normas de seguridad y les enseñan respeto hacia las demás personas. Cuida la alimentación de tu hijo; asegúrate de que su dieta incluya suficientes y variados nutrientes. Es necesario que la práctica le resulte atractiva y recreativa. Si no quiere asistir, evita forzarlo; escucha y respeta sus razones. Que tu interés porque incursione en determinada disci- plina no esté influenciada por tus propias aspiraciones y eso cause que le exijas resultados que te satisfagan. Hazle saber que el orgullo y amor que sientes por él es superior a cualquier resultado que obtenga. 43