Logo del hospital MANEJO LAPAROSCOPICO DE DOBLE CONDUCTO CISTICO EN VESÍCULA BILIAR ÚNICA COMO HALLAZGO TRANSOPERATORIO HOSPITAL GENERAL TEXCOCO GUADALUPE VICTORIA BICENTENARIO
Las variaciones del conducto cístico son comunes, presentandose hasta en un 18-23% de los casos, se encuentra un patrón normal en la relación de conducto cístico, vías biliares extrahepáticas e irrigación en un 33% de los pacientes; sin embargo un doble conducto cístico en ausencia de una doble vesícula biliar es una condición que raramente se presenta, exísten pocos reportes en la literatura mundial medico quirúrgica. El objetivo del presente trabajo es dar a conocer la presencia de una anomalía rara del tracto biliar encontrada como hallazgo transoperatorio durante una colecistectomia laparoscópica, no sospechada ni diagnósticada en el preoperatorio, lo cual hace necesario tener presente la posibilidad de encontrar éste tipo de malformaciones de la vía biliar para una correcta identificación y resolución quirúrgica adecuada.
Masculino de 36 años de edad sin antecedentes patológicos de importancia para su padecimiento. Presenta cuadro clínico integral de aproximadamente un mes de evolución de colico vesicular con tratamiento medico y medidas dietéticas sin mejoría. Se realizan estudios de laboratorio reportando: Leucocitos 7,000, Neutrófilos 66%, Hemoglobina 15.6, Plaquetas 172,000, Glucosa 88, Creatinina 1.1, Colesterol 158, Trigliceridos 237, AST 29, ALT 52, Bilirrubinas totales 1.4, Bilirrubina Directa 0.4, Bilirrubina Indirecta 1, Fosfatasa Alcalina 97, Proteinas totales 8, Albumina 4.2. Ultrasonido de Hígado y Vías biliares reporta: Vesícula biliar de aproximadamente 90x40x30 mm con múltiples litos en su interior de 3 y 5 mm de diámetro, pared de 4 mm, colédoco de 4 mm de diámetro, vena porta de 9 mm de diámetro, sin aparentes anomalias a nivel de vías biliares intra o extrahepáticas. Motivo por el cual es programado para colecistectomia laparoscópica electiva.
Hallazgos transoperatorios: Vesícula biliar única con un doble conducto cístico los cuales tienen un orígen común en la bolsa de Hartman vesicular, para posteriormente bifurcarse y unirse de manera separada al conducto hepático común. Una vez identificada la variación anatómica se realizó el procedimiento quirúrgico programado de forma rutinaria colocando grapas en ambos muñones de los conductos cìsticos de manera independiente sin complicaciones trans ni posoperatorias. El paciente tuvo una evolución posoperatoria favorable y fue egresado a las 24 horas del posoperatorio sin ningún tipo de complicaciones.
Aunque no hay muchos reportes de ésta patología en la literatura mundial medico quirúrgica se sugiere que la colecistectomia laparoscópica está indicada en malformaciones del tracto biliar diagnosticadas de manera transoperatoria sobre todo si ésta se acompaña de ultrasonograma trasquirúrgico, justificandose ampliamente la conversión del procedimiento si existen dudas en la disección de las estructuras durante la colecistectomia. La gran mayoría de las malformaciones del conducto cístico no tiene ningún significado clínico, sin embargo toman gran importancia al ser identificadas ya sea con estudios de imágen o predominantemente de manera incidental durante un procedimiento quirúrgico, de ahí que es de vital importancia su correcta identificación para prevenir alguna disrupción iatrógena de la vía biliar.