Antología del amor Patricia Fernández Montero
La presente edición ha sido revisada atendiendo a las normas vigentes de nuestra lengua, recogidas en la Ortografía de la lengua española (2010), Diccionario Panhispánico de Dudas (2005) y Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (2001). Estas dos últimas están en proceso de adaptación a la Nueva gramática de la lengua española (2009) y a las normas de la nueva edición de la Ortografía de la lengua española (2010). Antología del amor Patricia Fernández Montero ISBN: 978-84-16966-60-8 Depósito legal: A 503-2017 Edita: Editorial Club Universitario. Telf.: 96 567 61 33 C/ Decano, 4 03690 San Vicente (Alicante) www.ecu.fm ecu@ecu.fm Printed in Spain Imprime: Imprenta Gamma. Telf.: 96 567 19 87 C/ Cottolengo, 25 03690 San Vicente (Alicante) www.gamma.fm gamma@gamma.fm Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de este libro puede reproducirse o transmitirse por ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación magnética o cualquier almacenamiento de información o sistema de reproducción, sin permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright.
Con amor, Patricia.
PRÓLOGO Porque, al fin y al cabo, con cabos y sin fin, somos eso, antología. En estado puro. Somos la suma de los momentos vividos, de las almas que rozamos, de los corazones que arañamos. Somos y dejamos la huella de los que vendrán y el recuerdo de los que se han ido. Somos el suma y sigue de las historias que llevarán nuestros nombres. Somos los amores de paso y los de toda la vida. Somos el beso mal dado y el abrazo grabado. Somos la mezcla de amores que se fueron y dejaron espacio para los que vendrán. Somos antología sin pulir y sin necesidad. Somos y con eso nos basta. Porque somos el amor que lloramos y el que decidimos no dar. Los besos que declinamos y las copas que nos llenaron. De vida, de sed, de antología. Somos el amor que nos dejó secos y el que nos ahogaba. Somos amor y así venimos, lo que de nosotros quedará y de lo que otros recordaremos. No somos más, pero tampoco nos hacemos de menos. Ni con un par de copas ni aunque las calles estén vacías. Ni aunque seamos efímeros o para toda la vida. 5
Somos la antología de un ven que jamás te hizo dejar nada. La de un autobús vacío que nos devolvió a casa aquella tarde. Somos la antología de los amores que se verán reconocidos en estas páginas. Y los celos del que no se encuentre. La poesía en la que los convertimos, el arte en el que los transformamos. Somos la antología del jaque mate-me y déjenos vivir, porque me muero por hacerlo. Somos los versos que nos escribieron y las lágrimas que lloramos. Los corazones que robamos y la desesperación con la que buscamos un día el nuestro desaparecido. Somos uno y somos nada. Somos antología desgastada. Pero, al fin y al cabo, somos. Somos antología, somos amor. Somos la suma de lo que hemos amado. 6
AMOR Con sentimientos intercalados 7
AMOR Amor. La más perfecta y grandiosa creación del ser humano. Llena de matices, de perfecciones y fuera de todas y cada una de las limitaciones. Porque, en efecto, el amor no se puede limitar, ni catalogar, ni encerrar, ni nombrar, más que por su nombre. Amor. Al alcance de todo mortal y, sin embargo, tan desestimado por el afán de etiquetar las relaciones humanas, por apropiarnos de algo que no nos pertenece, que no es nuestro, más que el propio. Por dejar caer en la rutina algo tan hermoso que acaba por desvanecerse. Y entonces echamos las culpas de nuestro propio pozo sin fondo. Cuando, en realidad, el amor comienza por uno mismo. Respetar-se, amar-se, ser fiel al propio corazón. Amor. Perfecta ecuación que nunca acaba de resolverse. Porque siempre cambia algo, se suma, se multiplica, pero nunca se resta. El amor no se quita, ni se devuelve, ni se entrega. 9
El amor está en los demás en la medida en la que este esté en ti. Y tú te dejes llenar por él. Y recorrer por él. Y saciar por él. Pero no demasiado, porque nunca el amor es suficiente. Siempre se pide un poco más, siempre se suma un poco más. Una vez un amor me preguntó, muerto de miedo, muerto de ilusiones, qué era aquello que buscaba en él. Yo no buscaba nada, no pensaba etiquetar nada, ni limitar nada. Tan solo esperaba encontrar el amor en aquel joven, al cual también le conté que un beso, sin amor, no sabe a nada. Está vacío, seco, sediento. Y por ello no me permitía el lujo de regalarlos. En efecto, él no lograba entender muchas de las cosas que yo le contaba, pero reía. Se reía de la vida, del mundo y de la forma en la que el amor, o él mismo, le había tratado. El amor no espera a nadie, no corre por nadie, no se detiene. Continúa avanzando y haciendo estragos en aquellos que no saben entenderlo. Pero yo veo amor en todas partes, en todas las esquinas y hasta debajo de las piedras. Y me doy el placer de enamorarme a diario, sin ponerle nombre. Abro mi mente y cierro las heridas, aquellas que seguían allí porque yo las dejaba abiertas. Entonces descubro que no tengo ni una sola cicatriz, que todo era fruto de un espejismo y que, entre tanto, el amor de mi vida pasa día a día. Amor, con sentimientos intercalados. 10
AMOR Y TEMOR Él está enamorado. Tremenda, profunda y absurdamente enamorado. Todos lo ven, hasta ella, aquella que recibe su amor. Todos lo saben, todos lo hablan, menos él. Él está asustado. Tremenda, profunda y absurdamente asustado. Nadie lo ve, excepto ella, aquella que recibe su temor. Él está tan enamorado y asustado que piensa que tanto debe ser fruto de una ilusión, que no puede estar pasándole otra vez. Pero a él nunca le había pasado esto. No otra vez. Y él, entre otras cosas, se estaba volviendo loco. Y de nuevo, entre otras cosas, por ella. Porque estaba enamorado y asustado, y esta sí era la primera vez. Hasta que (me) pierdas el miedo. 11
UNA HISTORIA DE AMOR Nunca preguntes a dos amantes cuál es su historia de amor. Nunca conseguirás oír lo que realmente pasó. Ellos te contarán lo más banal, aquello que tú puedas creer sin complicaciones. La primera vez que se vieron o que ellos dicen fue la primera, o el día que tuvieron su primer encuentro. Pero quizás nunca oirás que todos los acontecimientos de sus vidas los llevaron a encontrarse. Que ellos ya sabían que aquello sucedería incluso antes de que pasase. Que ya se habían sentido el uno al otro. No lo oirás porque aquello reside en lo más profundo de sus corazones. Allí donde solo ellos han llegado, y que solo un corazón libre y sin prejuicios comprendería. Una historia de amor verdadera comienza desde que nacemos y nunca acaba. El resto, si es que lo hay, solo te está preparando para el momento en el que los dos cuerpos se encuentran. Y basta con que uno tenga el corazón y la mente libres y llenos del más puro amor para que ambas almas encuentren por fin el camino de una a la otra. 12
Quizás ambos pasaron gran parte de sus vidas imaginando al compañero ideal cuando, en realidad, no eran ni son más que recuerdos que el alma guarda del otro. Nunca encontrarás a alguien que por casualidad cumpla todos los detalles que tu mente reproduce, sino que encontrarás el recuerdo que tu corazón alberga. Y una vez que ambos corazones se encuentran, conectados por sus cuerpos, nunca más se vuelven a separar. Por ello, nunca preguntes a dos amantes su historia de amor o tendrás que escuchar el resto de sus vidas. Agosto del quince. 13
NUNCA ENTIENDAS UN AMOR Nunca entenderé un amor que no refleje la altura de tus alas. Nunca entenderé un amor que te rompa y lo celebre. Y que su victoria más amarga seáis tú y tus piezas rotas. Nunca entenderé un amor que no te dé de sí manteniéndose íntegro. Nunca entenderé un amor que no se muera sin matarte. Un amor que duela hasta el desgarro. Nunca entenderé un amor que no te cuide ni sea cuidado. Nunca entenderé un amor que se olvide por quererte a ratos. Nunca entenderé la extraña e incombustible mentira que ustedes armaron. Para disfrazar los celos en protección y los gritos en sencillas peleas. Nunca entiendas un amor que te corte las alas y te rompa. Nunca entiendas un amor que celebre tus piezas rotas. Un amor que se muera por matarte. 14