PRESENTACIÓN PLAN DE ACCIÓN CONSTRUMAT CEOE. 7 DE MAYO DE 2013

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1 PRESENTACIÓN PLAN DE ACCIÓN CONSTRUMAT CEOE. 7 DE MAYO DE 2013 El día 13 de mayo de 2011 los principales agentes del sector de la construcción firmamos un Manifiesto Construmat en defensa del sector de la edificación y la obra civil en España. En él se exponía la complicada situación del sector en aquel momento y se proponían una serie de actuaciones para la reactivación, modernización e industrialización del sector. Dos años después la situación es aún más complicada si cabe. La construcción representó en el año 2012 solamente el 8,34% del PIB (frente al 12,7 en 2010 o al 17,9 en 2006). La licitación pública ha caído una media del 42% anual desde el año Es decir, ha pasado de alrededor de 40 mil millones de euros, en 2007 y 2008, a poco más de 7 mil millones en el año

2 En la construcción de viviendas ha ocurrido algo similar. Se ha pasado de construir casi viviendas en el año 2007 a no llega a en el pasado año. En términos de empleo la situación es aún más grave. Desde el año 2007 se ha perdido más del 60% de la afiliación al régimen general de la Seguridad Social. El sector de la construcción contaba en dicho año con afiliados al régimen general y acabó el año 2012 con tan sólo afiliados. La caída en el régimen de autónomos es un poco menos pronunciada. A finales de 2007 había afiliados al régimen de autónomos y en diciembre de afiliados. Todo ello sin contar los empleos perdidos en la industria auxiliar, que pueden cifrarse en casi Esta pérdida de empleo va acompañada de una importante desaparición de empresas en el sector, que puede desglosarse de la siguiente manera: en el periodo 2

3 de tiempo que estamos comentando (finales 2007 finales 2012) han desaparecido casi empresas dedicadas a la construcción de edificios, más de empresas de construcción especializada y más de empresas dedicadas a la fabricación de materiales de construcción. Lo que hace un total de casi empresas desaparecidas en 4 años. La mayoría de estas empresas tenían entre 1 y 20 trabajadores. Pero no todo son datos negativos, los datos de contratación y facturación en el exterior ponen de relieve la competitividad de las constructoras españolas, que han sabido conquistar nuevos mercados y ocupar posiciones de liderazgo en concesiones de infraestructuras. Además, toda crisis supone una oportunidad y el sector de la construcción, tan dañado en los últimos tiempos, tiene ahora ante sí una gran oportunidad para reinventarse y convertirse en una industria fuerte, preocupada en dar solución a los problemas medioambientales de nuestro entorno, constituida por profesionales de cualificada formación, innovadora en sus tecnologías y en el empleo de materiales y productos 3

4 cuyo desarrollo ha requerido un alto contenido de investigación e innovación. Todo esto no es nuevo, y el mal llamado sector del ladrillo lleva tiempo trabajando para convertirse en una industria clave para el PIB nacional, la industria de las infraestructuras que utilizamos a diario, de las autopistas y los AVEs con sus túneles y viaductos singulares obras de ingeniería de las autopistas urbanas como la M 30, del METRO, de los intercambiadores de transporte como el de Sol, Nuevos Ministerios o Chamartín, de edificios como la T 4 o las Torres de la Castellana, de las viviendas sociales cada vez más eficientes energéticamente y de mejores diseños. Una industria que lleva con continuidad más de un cuarto de siglo ocupada en ser soporte esencial para canalizar y dinamizar la actividad económica y social, contando para ello con el impulso de la sociedad, el compromiso de las Administraciones, los fondos europeos de cohesión y desarrollo (bien aprovechados por cierto por un buen fondo de armario profesional y capacitado) y la apuesta decidida del sector empresarial. Sí, la construcción es una industria, una industria relevante, capaz de convertir un millón de euros de 4

5 inversión en 18 puestos de trabajo, con un retorno de euros para las arcas públicas en ahorro por prestaciones al desempleo y recaudación fiscal y todo ello sin olvidar su efecto arrastre sobre otros sectores industriales de nuestra economía. Y no somos sólo nosotros, parte implicada directamente en el sector, los que lo defendemos de esta manera, la Comisión Europea ha mostrado recientemente de manera contundente su singular preocupación por la situación de la construcción en Europa, a través en una Comunicación hecha pública a finales de julio pasado. En ella propone una estrategia para una competitividad sostenible del sector de la construcción y de sus empresas para los próximos diez años. Entiende la UE que pesar de la prolongada crisis que atraviesan todas las economías occidentales y que está afectando sustancialmente, aunque en distinto grado, a toda la actividad productiva, el sector de la construcción europeo sigue ocupando un importante lugar en la economía europea. 5

6 Genera cerca del 10% del PIB continental y ocupa a veinte millones de trabajadores, sobre todo en empresas pequeñas, empresarios autónomos y microempresas, a lo que hay que sumar el empleo y la actividad generados por la singular capacidad de consumo de esta actividad, desde materias primas, productos químicos, cementos y derivados, hasta equipos, productos manufacturados y oficios diversos, así como multitud de servicios ligados a la actividad. La UE subraya en esta Comunicación el importante papel que el sector debe desempeñar en los próximos diez años respecto a los objetivos comunitarios en los ámbitos energético, de cambio climático y medioambiental. Define los principales desafíos actuales para el desarrollo del sector puesto que es uno de los más afectados por la crisis económica y financiera, se enfrenta a una creciente competencia por parte de empresas no europeas y cada vez cobran más importancia en sus trabajos los aspectos energéticos y medioambientales, y marca objetivos para la próxima década. 6

7 Entre ellos destacan: Propiciar condiciones de inversión más favorables para fomentar la renovación de edificios y las redes transeuropeas de transporte, combatir con firmeza la morosidad y aumentar su capacidad de innovación. Mejorar el uso eficiente de recursos, intensificando la construcción de edificios de consumo de energía casi nulo y evaluando el rendimiento medioambiental de los productos y los procesos de obras, así como de los residuos de construcción y demolición. Fortalecer el mercado interior europeo de la construcción, reduciendo cargas administrativas excesivas, solapamientos, lagunas, incoherencias y medidas obsoletas. Defender más vigorosamente la posición competitiva de las empresas constructoras de la UE. 7

8 Reforzar la base de capital humano del sector de la construcción. Y no hace falta prestar mucha atención para darse cuenta de que estos objetivos que propone la Comisión Europea coinciden con las peticiones que hicimos en su día a través del Manifiesto Construmat en defensa del sector de la edificación y la obra civil en España y con el Plan de Acción para impulsar la economía desde el sector de la construcción que hoy estamos presentando. No voy a extenderme mucho en explicar el Plan pues supongo que D. Josep Miarnau, que me seguirá en el turno de palabra, entrará en detalle en él; pero sí que me gustaría comentar un par de aspectos: El Plan versa en torno a tres ejes prioritarios que persiguen los siguientes objetivos: Impulsar la rehabilitación, el mantenimiento y la eficiencia energética del parque edificado. 8

9 Impulsar un pacto concertado de inversión en obra pública. Impulsar nuevas políticas de vivienda. En cuanto al primero, impulsar la rehabilitación, el mantenimiento y la eficiencia energética del parque edificado, me gustaría añadir los siguientes datos: En España cerca de un 60% del total de viviendas fueron construidas antes de 1980 y, aunque en dicha época comenzaba ya a construirse conforme a normas relativas al asilamiento térmico, hay un gran margen de mejora a través de su rehabilitación. Según el informe del Grupo de Trabajo sobre Rehabilitación (GTR), coordinado por Green Building Council España y la Fundación Conama, diez millones de viviendas principales construidas en España antes de 2001 pueden y deben ser transformadas en viviendas de bajo consumo y bajas emisiones de gases de efecto 9

10 invernadero. Si se marcase esta cifra como objetivo de aquí a 2050, se necesitaría una inversión total de millones de euros pero los retornos por ahorro de energía y emisiones representarían millones. Para ello, se podrían invertir millones al año en la rehabilitación de entre y viviendas y se generarían entre y puestos de trabajo estables. Si sólo hablásemos de mejorar el aislamiento de las fachadas para mejorar la eficiencia energética de los edificios, por cada millón de euros invertidos en ayudas a la renovación de fachadas, se generaría 55 empleos directos; 4,1 millones de euros de actividad generada; 0,34 millones de euros al año por el ahorro de energía; 0,52 millones de euros de ingresos a la Seguridad Social e IRPF; y 0,86 millones de euros por el retorno del IVA. En el documento de Propuestas de CEOE 2013 para la Reforma de vivienda, rehabilitación de edificios y regeneración urbana, ya apuntamos medidas para cambiar parcialmente el modelo de la construcción en edificación y generar de empleo estable y de calidad. Dichas medidas son tanto campañas de sensibilización 10

11 pública, como modelos de financiación o modificaciones fiscales, técnicas e institucionales. La rehabilitación de edificios y la regeneración urbana no es posible sin una campaña de sensibilización pública. El conjunto de Administraciones Públicas tiene que confluir en un Plan específico de concienciación ciudadana, por una parte, y de explicación de todas las posibilidades a su disposición, por otra. Muchas de las actuaciones que podrían arrancar en reforma, rehabilitación y regeneración urbana no lo hacen por alguno de estos motivos: Desconocimiento de las posibles mejoras técnicas por parte de los ciudadanos. Desconocimiento de alternativas económicas para ejecutar las mejoras. Exceso de burocracia en los procesos de reforma y rehabilitación. 11

12 En cuanto al segundo objetivo, impulsar un pacto concertado de inversión en obra pública, me gustaría matizar lo siguiente, a pesar de lo que pueda parecer, en carreteras, no está todo hecho. La red viaria necesita completar algunos itinerarios, construir terceros carriles en vías congestionadas, nuevas circunvalaciones, actualizarse a las necesidades de la sociedad y de los vehículos del siglo XXI y por supuesto, se debe garantizar una adecuada calidad de servicio de la red, el mantenimiento del patrimonio viario, la vertebración del territorio, la accesibilidad a los servicios esenciales y la seguridad de los ciudadanos. El estado de conservación de las carreteras españolas ha empeorado hasta situarse en niveles que no se registraban desde los años 80. En términos generales, y de acuerdo con las conclusiones de un estudio elaborado por la Asociación Española de la Carretera, actualmente las carreteras españolas se encuentran en un estado de conservación deficiente, con un déficit acumulado de millones de euros. El patrimonio viario se ha deteriorado en los últimos seis años a un ritmo del 5% anual. 12

13 La conservación y explotación de carreteras requiere una inversión anual del 2% del patrimonio viario, que en el caso del Estado es de millones de euros y millones de euros, en el caso de las Comunidades Autónomas. Esto supondría una inversión anual de millones de euros. Sin embargo, el presupuesto total para conservación para el año 2013 es de 818 millones de euros. De los cuales, 270 se destinan a autovías de primera generación y 420 a conservación integral. Cada euro no invertido a tiempo en refuerzo de firmes se transforma en 5 a los tres años y en 25 a partir del quinto. Por otro lado, la potenciación del transporte ferroviario de mercancías es una exigencia ineludible para mejorar la competitividad de la economía española y la posibilidad de continuar exportando productos a la Unión Europea. Para ello, se debe dar entrada al capital privado en la construcción de infraestructuras ferroviarias, lo que implica que las inversiones deben ser económicamente viables, en un sistema de tarifas realistas que posibilite trasladar los costes a los precios. El muy bajo nivel de cánones existente y la posibilidad de concentrar las 13

14 actuaciones en la amplia red convencional de ferrocarril (sin olvidar la posibilidad de transportar mercancías por las vías de altas prestaciones), pone en valor infraestructuras que van quedando liberadas conforme avanza la construcción del AVE y situadas en su mayor parte en corredores ferroviarios internacionales. Y no se debe olvidar que la obra pública no sólo consiste en la construcción de carreteras y ferrocarriles, existen también infraestructuras de agua y energía y de servicios sociales. Es necesario poner las bases de una política del agua integral, nacional, realista y consensuada, basada al menos en tres pilares: la distribución solidaria y eficiente de los escasos recursos hídricos tanto entre territorios como entre demandantes; la modernización de las infraestructuras existentes para evitar las enormes pérdidas del recurso que soportan actualmente; y por último una política realista de precios y costes. También es necesario un marco regulatorio de la energía estable que arrope la inversión, garantice su rentabilidad 14

15 y la sostenibilidad del suministro de la demanda eléctrica; potenciando las interconexiones internacionales y mejorando los procedimientos de autorización para evitar dilatar los plazos de construcción de infraestructuras eléctricas. Por último, y en cuanto a las inversiones en los sectores relacionados con las necesidades primarias sociales, se debe primar la construcción de calidad con criterios de sostenibilidad, dando la misma importancia a cada uno de sus tres pilares: económico, social y ambiental. Se incluyen en este ámbito las infraestructuras sanitarias, deportivas, educativas y de gestión de residuos. Es necesario y urgente un crédito extraordinario de millones de euros este año, doble en 2014 y triple en 2015 para reactivar las obras paralizadas pero no rescindidas y para nuevos proyectos. Ya que no debe olvidarse que por cada millón de euros invertidos en obra pública se generan 17 puestos de trabajo. Estos millones de euros crearían unos puestos de trabajo. Con esta aportación extraordinaria 15

16 del Estado y sus organismos se podría reactivar la certificación de obras hoy paralizadas e inyectar así liquidez a las empresas, hoy en difícil situación. Podrían licitarse nuevas obras y si se subdividen en tramos de 20/30 millones de euros se salvaría buena parte del tejido productivo. Además, si el paro decrece, volverá la confianza, la prima de riesgo caerá, la deuda nos costará menos y habrá más cotizantes. Por último, y en cuanto al objetivo de Impulsar nuevas políticas de vivienda, me gustaría hacer referencia al documento de CEOE de Propuestas para una política de vivienda y su articulación con los planes de vivienda, en el que se apuntan una seria de medidas para la eficacia del Plan de vivienda en la coyuntura actual, consistentes en flexibilizar los planes de vivienda, agilizar las gestiones administrativas y dotar de coherencia y coordinación la superposición entre el plan estatal y los planes autónomas. Además, se analizan las variables que determinan la accesibilidad a una vivienda y se proponen medidas para la oferta, la demanda, el fomento del alquiler, la 16

17 rehabilitación y la facilitación del crédito a la promoción de vivienda protegida. Por otro lado, es de destacar la reciente publicación del Plan Estatal de fomento del alquiler de viviendas, la rehabilitación edificatoria, y la regeneración y renovación urbanas, Habrá que esperar un tiempo hasta ver cómo se ponen en marcha todas las actuaciones tan positivas que contempla y cómo se desarrolla. No obstante, vuelvo a incidir en la necesidad de una campaña de sensibilización pública. En este sentido, un encuentro entre el Presidente de CEOE (junto con el Presidente de la Comisión de Infraestructuras y Presidente del Comité de Reforma, Rehabilitación y Regeneración Urbana) con el Presidente del Gobierno aportaría, de una vez por todas, credibilidad al sistema propuesto y que está restando múltiples actuaciones en estos momentos en los que son tan necesarias, para la construcción y para España. 17

18 Como ya dijimos en el Manifiesto de 2011 y continuamos manteniendo en este Plan, debemos propugnar la reactivación, modernización e industrialización del sector de la construcción en general, siendo éste el único camino para que pueda cumplir su papel clave e indispensable en la reactivación de la economía española. Y para terminar, una frase que vengo adoptando últimamente con convicción: De la crisis no se puede salir sin la construcción o, lo que es lo mismo, no se puede recuperar el empleo si no se recupera la construcción. 18