Juntos para conseguir

Transcripción

1 Juntos para conseguir RESULTADOS

2 Con la perspectiva de un futuro de poblaciones en expansión y de recursos decrecientes, la importancia de la experiencia y de los conocimientos de la FAO en el impulso para terminar con el hambre crece aún más. La FAO comparte sus conocimientos trabajando con agricultores, científicos y gobiernos en la búsqueda de mejoras en la producción agrícola y en las vidas de las poblaciones rurales. La meta global consiste en asegurar que todo el mundo tenga suficientes alimentos nutritivos para comer. La experiencia y los conocimientos especializados de la FAO son cada vez más esenciales para favorecer la acción estratégica en la lucha contra el hambre. Las enseñanzas aprendidas suponen una nueva y rica fuente de conocimiento que la FAO puede aprovechar y compartir. Por supuesto que la Organización no puede hacer sola este trabajo. Resulta vital actuar con asociados de la comunidad internacional, el sector privado y las fundaciones para superar la inseguridad alimentaria y la malnutrición, aumentar la producción agrícola al tiempo que se protege el medio ambiente, reducir la pobreza rural, apoyar sistemas alimentarios integradores y eficientes y aumentar la capacidad de resistencia de las comunidades ante las amenazas y crisis. Las historias de esta colección muestran lo que puede conseguirse cuando la FAO pasa a la acción. Describen lo que la FAO ha introducido, lo que ha mejorado y, sobre todo, lo que ha dejado detrás al colaborar con sus asociados y contribuir a la seguridad alimentaria y nutricional y a la gestión sostenible de los recursos. A continuación se explican solo cinco de las muchas maneras en que la FAO ha hecho la diferencia y seguirá haciéndola.

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4 Protección del acceso a la tierra de los pequeños agricultores y otras actividades En mayo de 2012, representantes de más de 100 países aprobaron las Directrices voluntarias sobre la gobernanza responsable de la tenencia de la tierra, la pesca y los bosques en el contexto de la seguridad alimentaria nacional. Esta aprobación llegó al final de un proceso de tres años dirigido por la FAO y el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial con la participación de más de expertos de gobiernos, instituciones académicas, organizaciones de la sociedad civil (OSC) y el sector privado, en representación de 133 países, que trabajaron juntos en una serie de consultas, seminarios, comités de redacción y negociaciones intergubernamentales. Con esta decisión, saludada como un hito fundamental, no hay duda de que el establecimiento de normas de alcance mundial para la política de tenencia tendrá una repercusión enorme en todo el mundo, pero es especialmente importante para ayudar a los pequeños productores a participar en sistemas alimentarios modernos, que producen y proporcionan alimentos para sus familias, pero también para los mercados. Con el fin de mantener el impulso, la FAO inició una serie de seminarios regionales para presentar a los países las normas y las mejores prácticas de las Directrices, y les prestará apoyo a medida que comienzan el proceso de concretar lo escrito en un papel en iniciativas concretas sobre el terreno. Varios países subsaharianos hacen saber que están utilizando las Directrices a fin de armonizar marcos de tenencia superpuestos y para reformar las políticas de tenencia forestal. Incluso están comenzando a ofrecer programas universitarios destinados a inculcar en sus estudiantes una sensibilización ante el valor de las Directrices. Está reconocido que la aprobación de las Directrices supone para todos los países del mundo un gran avance en el establecimiento de normas justas en el ámbito de la tenencia.

5 Aumentar la producción sostenible por medio de unas ciudades más verdes Aquello que solía considerarse terreno baldío (las zonas junto a las carreteras y cursos de agua o entre las edificaciones) ha pasado a ser una nueva fuente de alimento para las ciudades en la República Democrática del Congo. Esto es así gracias a un programa de la FAO, juntamente con sus asociados, en el que se muestra de qué manera la horticultura urbana y periurbana puede tener un efecto profundamente positivo en la seguridad alimentaria nacional, dar autonomía a los pobres y ayudar a las ciudades a afrontar una multitud de desafíos sociales y ambientales. Gran parte de los miles de horticultores que toman parte en el programa de la FAO Cultivar ciudades más verdes, llevado a cabo en cinco ciudades, eran antes ocupantes ilegales que hacían uso de tierras ajenas para cultivar hortalizas con que alimentar a sus familias. Sin embargo, un decenio de aumento del apoyo prestado por la FAO les ha ayudado a legalizar sus actividades y mejorar sus técnicas agrícolas. Además, la FAO ha colaborado con el Ministerio de Desarrollo Rural de la República Democrática del Congo y con muchos servicios nacionales de apoyo. Parte del trabajo ha consistido en la instalación de sistemas de riego y drenaje con el fin de evitar el uso de aguas de desecho que tenían el potencial de contaminar la producción. Los participantes no solo han mejorado la nutrición familiar y percibido ingresos de la venta de los excedentes en los mercados locales, sino que ahora también abastecen a supermercados, restaurantes y hoteles de las ciudades. Solo en la capital Kinshasa, entre y toneladas de hortalizas al año (un 70 % de las hortalizas de hoja que se consumen en la ciudad) proceden de huertos urbanos o de los alrededores. Mejora de los rendimientos con semillas de calidad Unos dos millones de pequeñas granjas familiares de una hectárea o menos salpican los paisajes agrícolas de América central, donde los agricultores suelen plantar dos cultivos principales, el frijol y el maíz. Con anterioridad, sin embargo, el rendimiento de estos campos rara vez estaba a la altura de sus posibilidades, pues los agricultores carecían de acceso a un insumo esencial: semillas de calidad. Las semillas constituyen uno de los factores menos costosos, pero más importantes, que determinan el rendimiento. En colaboración con los ministerios de agricultura y los centros nacionales de investigación en todos los países centroamericanos, la FAO ha prestado su apoyo a un proyecto destinado a mejorar el acceso de los agricultores a las semillas de calidad. El proyecto ha mejorado mucho la situación al ayudar a los agricultores a crear asociaciones de cultivadores de semillas y proporcionándoles capacitación en producción, control de calidad, gestión de empresas y comercialización. Como resultado de ello, 29 empresas locales suministran ahora semillas mejoradas y, a medida que ha mejorado la calidad, también lo han hecho los rendimientos de los agricultores. Los agricultores no solo aumentaron la cantidad y calidad de las semillas de frijol y maíz que producen, sino que aquellos que plantaron esas semillas también doblaron sus rendimientos.

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7 La armonización de las normas de inocuidad beneficia a los pequeños productores de té Hace unos años se inició la andadura del té hasta convertirse en la bebida que más se consume en el mundo después del agua. Cuenta la leyenda que unas cuantas hojas de té caídas por accidente en una cazuela de agua hirviendo desprendieron un aroma tan rico que, al olerlo, un emperador chino no pudo resistirse a la idea de beberse el producto. Así nació la cultura del té, iniciada en Asia y transmitida a Europa en el siglo XVII, momento en el que los países europeos empezaron a establecer vastas plantaciones de té en sus colonias tropicales. Al día de hoy son necesarias más de 4 millones de toneladas de té anuales para atender la demanda de los consumidores, cifra que aumenta año tras año. La mayoría de las grandes plantaciones de té han dado paso a la producción por pequeños agricultores a quienes, a menudo, cuesta cumplir las diversas normas de seguridad sobre el uso de plaguicidas. En 2012, al cabo de un decenio de concertación, el Grupo Intergubernamental sobre el Té de la FAO, órgano subsidiario del Comité de Problemas de Productos Básicos, impulsó un acuerdo por el que se armonizaban las normas en materia de plaguicidas, con lo cual aumentó la inocuidad para el consumidor de la producción de té y se protegieron los medios de vida de millones de pequeños productores de todo el mundo. Fortalecimiento de la capacidad de resistencia en países expuestos a sequías El calendario del Comité Permanente Interestatal para la Lucha contra la Sequía en el Sahel (CILSS) está fijado con mucha antelación. El CILSS, rama técnica de la Comunidad Económica de los Estados del África Occidental (CEDEAO), vigila la seguridad alimentaria de 17 países sahelianos y de África occidental, dirige un gran centro de datos satelitales y ha establecido un protocolo de eficacia comprobada para que los países recopilen sus datos sobre seguridad alimentaria. Al principio, a la mitad y al final de cada campaña agrícola, los países miembros del CILSS y sus asociados se reúnen en talleres regionales y utilizan los datos para determinar la situación de la agricultura y la seguridad alimentaria. Los balances cerealeros preparados para cada país miembro tienen fama de ser precisos a efectos de prever y explicar los resultados de cada campaña agrícola. La FAO, que en 1973 respaldó la fundación del CILSS en medio de una sequía larga y devastadora, ha seguido desde entonces trabajando como un asociado, prestando apoyo al desarrollo de su capacidad. En sus cuatro décadas de trabajo, el CILSS ha movilizado constantemente a los países sahelianos y a la comunidad internacional para la colaboración en aras de fomentar en la región la capacidad de resistencia a la sequía manteniendo la autonomía nacional y reduciendo la dependencia de la ayuda exterior.

8 Para obtener más información sobre la manera en que la FAO y sus asociados en el aporte de recursos cambian las cosas, consulte la página: Fotografías Portada: FAO/Olivier Asselin Interior, de izquierda a derecha: FAO/Giulio Napolitano, FAO, J. Micaud, FAO/Florita Botts. Cubierta, izquierda a derecha: FAO/Giuseppe Bizzarri, FAO/Giulio Napolitano, FAO/Olivier Asselin Mapa: en el sentido de las agujas de un reloj, empezando arriba a la izquierda: FAO/Ishara Kodikara, FAO/Tony Karumba, FAO/Saeed Khan, FAO/Simon Maina, FAO/Sia Kambou, FAO/Olivier Asselin, AECID/Christian González, FAO/Danfung Dennis La FAO fomenta el uso, la reproducción y la difusión del material contenido en este producto informativo. Salvo indicación en contrario, se podrá copiar, imprimir y descargar el material con fines de estudio privado, investigación y docencia, o para su uso en productos o servicios no comerciales, siempre que se reconozca de forma adecuada a la FAO como la fuente y titular de los derechos de autor y que ello no implique en modo alguno que la FAO aprueba los puntos de vista, productos o servicios de los usuarios. Todas las solicitudes relativas a la traducción y los derechos de adaptación así como a la reventa y otros derechos de uso comercial deberán realizarse a través de o enviarse a copyright@fao.org. FAO 2013 Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación Viale delle Terme di Caracalla Roma, Italia