UNA NUEV\ ENCÍCLICA SOCIAL

Transcripción

1 Laborem Exercens UNA NUEV\ ENCÍCLICA SOCIAL FIERRE BIGO, S.J. El padre Fierre Bigo, s.j., ex director de L'Action Populaire, en París, y actual profesor en el Instituto Latinoamericano de Doctrina y Estudios Sociales (ILADES) explica que la afirmación fundamenta! de Juan Pablo II en su encíclica Laborem Exercens es la primacía del sujeto del trabajo en la actividad económica y que de ella se derivan sus críticas al capitalismo y al colectivismo, a la vez que sus orientaciones concretas sobre salario, empleo, sindicalización, derecho a la huelga, etc. Subraya el autor que la encíclica es un llamado urgente a un cambio profundo de personas y estructuras. Escrita para conmemorar el nonagésimo aniversario de Rerum Novarum, la encíclica Laborem Exercens 1 se coloca entre los grandes documentos pontificios. No hay que sorprenderse de que el primer Papa obrero en la historia de la Iglesia haya querido dedicar su encíclica social al trabajo humano, considerado por él, "como una clave, quizá la clave esencial de toda la cuestión social" 1. Este tema, Juan Pablo lo vincula, desde la partida, con la dea fundamental de su pontificado. Se trata del trabajo en su relación i'ntima con e hombre. Más bien se trata del "hombre del trabajo''(2), del trabajo como "una de las características que distinguen al hombre del resto de las criaturas", que "lleva en sí un signo particular del hombre" (prólogo) pues el hombre es "capaz de obrar de manera programada y racional"(6). El animal no trabaja, mucho menos una máquina o el capital. Este enfoque está presente a través de toda su encíclica: el trabajo desde la perspectiva del hombre. Escrita con su estilo personal, honda y densa, la nueva encíclica desafía toda síntesis cartesiana. Só!o se pueden destacar en su conexión íntima, algunas intuiciones mayores. El Papa quiere proponer una enseñanza "en conexión orgánica"^) con todas las enseñanzas sociales de sus predecesores, "no para recoger y repetir lo que se encuentra" en ellas(3), sino hacer un aporte propio a partir de la perspectiva del trabajo humano. Las expresiones "doctrina social", "enseñanza social", se encuentran varias veces en el documento. Así, el Papa pone fin a las dudas que provenían de su relativa discreción en el uso de tales palabras al principio de su pontificado (salvo en el discurso inaugural de la Asamblea Episcopal Latinoamericana, Puebla, 1979). Afirma su convicción en términos definitivos: "la doctrina social de la Iglesia tiene su fuente en la Sagrada Escritura... IGLESIA y, en particular, en el Evangelio Y en los escritos apostólicos". Lo que inspira el Papa es "una convicción de la inteligencia (que) adquiere a la vez el carácter de una convicción de fe". Desde el Génesis, el trabajo, como la procreación, se encuentra estrechamente vinculado con el hombre hecho "a imagen de Dios... varón y hembra... Procread y multiplicaos, y henchid la tierra; sometedla"(4). El trabajo humano, así como la familia humana, son expresiones de la semejanza divina que es constitutiva de la naturaleza humana. "El hambre, creado a imagen de Dios, mediante su trabajo participa en la obra del Creador... La misma obra de la creación está presentada bajo la forma de un 'trabajo' realizado por Dios"(25). Vale decir, que el trabajo en la perspectiva de la fe, toma una dimensión absolutamente universal. El hombre recibe del Creador, no sólo la tierra, sino "todo el mundo visible... que se encuentra en el radio de influencia del hombre"(4). Además, el Papa integra en su reflexión todos los hombres que conocen la fatiga del trabajo, "los hombres del trabajo manual,,., los agricultores,... los mineros en las minas o en las canteras de piedras (discreta alusión al trabajo propio del obrero Wojtila), los siderúrgicos", pero también "los hombres vinculados a la mesa de trabajo intelectual,.., los científicos... los hombres sobre quienes pesa la gran responsabilidad de decisiones destinadas a tener una vasta repercusión social,...los médicos y los enfermeros,...las mujeres que... soportan cada día la fatiga 1 El presente comentario está saca do rie F«Cristiana y compromiso social. Elementos para una reflexión sobre América latina a la luz de la doctrina social de la Iglesia. El libro acaba de publicarse por el Departamento Social del Cslam (Apdo. 363, Lima 1), cuyos autores son Pierre Bigo, S.J. V Fernando Bastos de Avila, S.J.) 2 Todos los subrayados son del Papa, cuando citamos su texto- MENSAJE NO 304, NOVIEMBRE

2 V la responsabilidad de la casa y de la educación de los hijos", es decir "todos los hombres del trabajo y, puesto que es verdad que el trabajo es una vocación universal,...todos los hombres" (9). La primacía del trabajador Vinculando en esta forma el trabajo con el hombre, el Papa introduce el leit motiv de su encíclica. Lo que importa del punto de vista de la fe y de la ética, no es el objeto del trabajo: la encíclica tiene sólo algunos párrafos al respecto<5), cuando habla de la técnica, de sus progresos, de la nueva era "post industrial", y es para señalar que la técnica puede ser una "aliada" del trabajo, pero también una "adversaria" "cuando la mecanización del trabajo 'suplanta' al hombre, quitándole toda satisfacción personal y el estímulo a la creatividad y responsabilidad, cuando quita el puestede trabajo a muchos trabajadores antes ocupados, o cuando mediante la exaltación de la máquina reduce al hombre a su esclavo". Lo que importa es el sujeto del trabajo. El hombre somete la tierra sólo cuando "se manifiesta y conforma como el que domina"(6), es decir cuando puede realizarse en el trabajo como persona. Asi' la idea bíblica del "dominio del hombre sobre la tierra penetra hasta el centro mismo de la problemática ético-social". En la edad antigua, el trabajo manual era considerado indigno de hombres libres y por ello era ejecutado por los esclavos. Fue Cristo quien invirtió esta concepción, dedicando la "mayor parte de su vida terrena al trabajo manual junto al banco del carpintero". Anuncia asf lo que el Papa llama el "Evangelio del trabajo"(6), "este grande, aun que discreto, evangelio del trabajo, que encontramos en la vida de Cristo y en sus parábolas"{26) con sus numerosas alusiones a los diversos trabajos de su tiem- El Papa dedica su encíclica al trabajo humano po. Ahora bien, ia buena nueva de este evangelio es que: "el primer fundamento del valor del trabajo es el hombre mismo, su sujeto(6). Un trabajadorvale.no por lo que produce, que puede ser de gran o poco precio, según los talentos, la educación adquirida, el capital a su disposición, sino por lo que es, una persona, iguaí en derecho a cualquier otra persona. La consecuencia es que cada uno de los trabajos se mide sobre todo con el metro de la dignidad del sujeto mismo del trabajo, o sea de la persona, del hombre que lo real 2a"(6). Este principio llevará al Papa a formular, 0 ; "opósito de los migrantes, la norma de no-discriminación: "El valor del trabajo debe medirse con el mismo metro y no en relación con las diversas nacionalidades, religiones o razas"(23). El mismo principio lleva al Papa a defender incluso los derechos de "la persona minusválida"(22). Prioridad del trabajo frente al capital El principio de la primacía del sujeto del trabajo, implica otro principio fundamental, et "de la prioridad del trabajo frente al capital", que es sólo una expresión de "la primacía del hombre respecto alascosas"(12). Sobre esta base, la encíclica hace un aporte muy original a la enseñanza tradicional sobre la relación del trabajo y del capital, más bien dicho, sobre la relación entre "los hombres vivos", "concretos", que "están detrás de uno y otro concepto"(14). El Papa ve, en el capital, "el conjunto de medios, fruto del patrimonio del trabajo humano". "Este gigantesco y poderoso instrumento... ha nacido de! trabajo y lleva consigo las señalas del trabajo humano"(12). Hay que decir más: "ese capital se crea incesantemente gracias ai trabajo llevado a cabo con ayuda" de él(14). Sin el trabajo que lo vivifica y lo crea de nuevo, por así decirlo, la máquina más sofisticada es inerte y estéril. En estas condiciones el propietario del capital es sólo el responsable de un instrumento creado y re-creado sin cesar por el trabajo de un sinnúmero de hombres. El Papa no vacila en decir: "Estos (medios de producción) no pueden ser poseídos contra el trabaja, no pueden ni siquiera ser poseídos para poseer, porque el único título legítimo para su posesión... es que sirvan al trabajo". Aquí está la hipóte 616 MENSAJE N 304, NOVIEMBRE 1981

3 ca social específica que grava la propiedad de un instrumento de producción, sea "privada o pública"^). De estas premisas derivan, al mismo tiempo, aunque la encíclica no lo explícita, normas de distribución que privilegian el salario del trabajo con respecto a la recompensa de! capital. Con el principio de la primacía del trabajo sobre el capital, el Papa vincula estrechamente otra intuición, quizás la más nueva de su encíclica. "Del capital podemos solamente afirmar que condiciona el trabajo del hombre; no podemos, en cambio, afirmar que constituya casi el 'sujeto' anónimo que hace dependiente ai hombre y su trabajo"{13. Ahora bien, "la ruptura de esta imagen coherente... ha tenido lugar en la mente humana... El trabajo ha sido separado del capital y contrapuesto al capital, y el capital contrapuesto al trabajo, casi como dos fuerzas anónimas"(13l. En esta ruptura, el trabajo, sujeto verdadero, se vuelve fuerza anónima y "dependiente", y el capital, una especie de sujeto vivo y personal. Hay que hacer todo lo posible para restablecer el orden de los factores. "Justo, es decir conforme a la esencia misma del problema, justo, es decir, intrínsecamente verdadero y a su vez moralmente legítimo, puede ser aquel sistema de trabajo que en su raíz supera la antinomia entre el trabajo y el capital", antinomia que "no tiene su origen en la estructura del mismo proceso de producción"(13). "Bajo esta luz, adquieren un significado de relieve particular las propuestas de la Iglesia que se refieren a la copropiedad de los medios de trabajo") 14). "El trabajo, en cierto sentido, es inseparable del capital". "Nacen de ahí algunos derechos específicos de los trabajadores". "Hay que hacer todo lo posible para que el hombre... pueda conservar la conciencia de trabajar en "algo propio"(15). Con esta doctrina, derivada de la primacía del hombre sobre las cosas, del sujeto sobre el objeto, el Papa tiene los elemen tos básicos de su crítica al capitalismo y al colectivismo. Ambos sistemas tienen la misma raíz: el materialismo o economicismo. Es esta la fuente común de errores que la encíclica denuncia en ambas. Nunca Juan Pablo II había designado los dos sistemas por su nombre en forma tan explícita 3. Ambos sistemas opuestos pertenecen a una civilización mate rialista en la que se da importancia primordial a la dimensión objetiva del trabajo, mientras la subjetiva permanece a un nivel secundario"(7). Ambos se fundan sobre la antinomia del trabajo y del capital. La crítica al capitalismo El capitalismo trata al trabajo "como una especie de mercancía". En las "nuevas circunstan- El principio del respeto del trabajo exige que este derecho se someta a una revisión constructiva en la teoría y en la prácti ca"(14). Dicho sistema "ha dado origen a una justa reacción social, ha hecho surgir y casi irrumpir un gran impulso de solidaridad entre los hombres de trabajo. La llamada a la solidaridad y a la acción común, lanzada a los hombres del trabajo... es la reacción contra la degradación del hombre como sujeto del trabajo"(8) 4. La critica al colectivismo "El error del capitalismo primitivo quiere repetirse donde quiera que el hombre sea tratado de alguna manera.,, como un instrumento"(7), en un sistema de sentido contrario, el colectivismo que se inspira del mismo concepto materialista y economicista. Como en el "materialis "El Papa ve, en el capital, "el conjunto de medios, fruto del patrimonio histórico del trabajo humano" cias concretas" caracterizadas por la "acción de las asociaciones de los trabajadores y de los poderes públicos", así como de "grandes empresas transnacionales", "el peligro de considerar el trabajo como 'una mercancía sui generis', o como una anónima 'fuerza' necesaria para la producción {se habla incluso de 'fuerza de trabajo'), existe siempre, especialmente cuando toda la visual de la problemática económica está caracterizada por las premisas del economicismo mater alista"(7). El error fundamental del "rígido" capitalismo, en la perspectiva del Papa, es que "defiende el derecho exclusivo a la propiedad privada de los medios de producción, como un 'dogma' intocable en la vida económica. mo vulgar" que inspira el capitalismo, "también en el materialismo dialéctico el hombre no es ante todo sujeto del trabajo,... sino que es entendido y tratado 3 El conflicto entre el capital y el trabajo, más bien "entre el mundo del capital y el mundo dal trabajo".. "ha encontrado su expresión en el conflicto ideológico entre el liberalismo, entendido como ideología del capitalismo, Y ni marxismo, entendido r:<) r m ideología del socialismo científico y el comunismo"(11) 4 Estas palabras riel Papa - hacbn pensar en el Manifiesto del Partido comunista de 1848 I "Proletarios de todos los países, unios"), pero en el contexto del movimiento Solidaridad de Polonia, contexto muy presente en la mente del Papa en toda su encíclica, invierten radicalmente su sentido. MENSAJE N 304, NOVIEMBRE

4 como dependiente de lo que es material, como una especie de 'resultante' de las relaciones económicas y de producción predominantes en una determinada época"(13). Por el marxismo, el "conflicto real que existía entre el mundo del trabajo y el mundo del capital, se ha transformado en.la lucha programada de clases...el programa marxista... ve en la lucha de clases la única vía para eliminar las injusticias de clase, existentes en la sociedad, y las clases mismas. La realización de este programa antepone la 'colectivización' de los medios de producción, a fin de que a través del traspaso de estos me- El Papa afirma que no puede haber abolición de esta antinomia "mediante la eliminación apriorística de la propiedad privada de los medios de producción" y, escribe, asumiendo, por así decirlo, la idea fundamental del marxismo para rectificarla: "Se puede hablar de una socialización solamente cuando queda asegurada la subjetividad de la sociedad, es decir, cuando toda persona basándose en su propio trabajo, tenga pleno título a considerarse al mismo tiempo "copropietario" de esta especie de gran taller de trabajo en el que se compromete con todos. Un camino para conseguir esta meta Millones de hombres se ven obligados a cultivar la tierra da otros dios... a la colectividad, et trabajo quede preservado de la explotación... los grupos inspirados por la ideología marxista como partidos políticos tienden, en función del principio de la 'dictadura del proletariado'... al monopolio del poder en cada una de las sociedades"! 11). Quizás la crítica más nueva del colectivismo que se encuentra en la encíclica, es la que proviene del concepto mismo de socialización que el comunismo pretende realizar, partiendo de "la antinomia en cuyo marco el trabajo ha sido separado del capital y contrapuesto al m smo(13)". podría ser ef de asociar, en cuanto sea posible, el trabajo a la propiedad del capital y dar vida a una rica gama de cuerpos intermedios con finalidades económicas, sociales, culturales: cuerpos que gozan de una autonomía efectiva respecto a los poderes públicos... con subordinación a las exigencias del bien común y que ofrezcan formas y naturaleza de comunidades vivas"(14). Así, e! Papa no pide al socialismo marxista el retroceso al capitalismo. Le propone una alternativa: establecer directamente una sociedad orgánica de comunidades, lo que requiere una revisión radical del sistema, la misma revisión radical que se ha exigido del capitalismo, sin que esté en la obligación de pasar por el marxismo. Todo es coherente en el pensamiento del Papa: concepto del hombre de trabajo como sujeto y persona, primacía del trabajo sobre el capital, de las personas sobre las cosas, rechazo teórico y práctico de la antinomia entre el capital y el trabajo que crea el capitalismo y mantiene el colectivismo. Algunas orientaciones concretas Las orientaciones concretas que propone la encíclica son aplicaciones de estos principios. Tanto el "empresario directo" (o sea el responsable de la empresa) como el "empresario indirecto" 5, tienen una función propia. La tendencia del liberalismo es eliminar al empresario indirecto, la tendencia del colectivismo, al empresario directo. Ahora bien, ambos tienen su función propia. Empleo y salario El "encontrar un empleo adecuado para todos los sujetos capaces de él " es derecho fundamental. Hay también la "obligación de prestar subsidio a favor de los desocupados". Esto requiere una "planificación global", "a escala nacional e internacional". El justó salario, que debe ser salario familiar, "se convierte en todo caso en la verificación concreta de la justicia de todo el sistema socio-económico, et cual "merece en definitiva ser valorado según el modo como se remunera justamente el trabajo humano dentro de tal sistema") 19). Aunque la encíclica no lo explícita, la consideración del trabajo 5 En esle concepto "entran tanto las personas como las instituciones de diverso tipo, asi también los contratos colectivos de trabajo V os principios de comportamiento, establecidos por estas personas o instituciones, que determinan todo el sistema socio-económico o que derivan de él". 618 MENSAJE N 304. NOVIEMBRE 1981

5 en función del sujeto y no del objeto, en función de lo que es y no de lo que produce, establece una igualdad fundamental entre las diversas remuneraciones, puesto que, en tanto persona, un trabajador vale como otro trabajador. Este principio rige incluso las relaciones entre los países desarrollados y los del tercer mundo: varias veces, el Papa alude a este drama. 6 Sindicatos Había que esperar que el Papa, dadas las circunstancias reinantes en su patria, en los pai'ses de América latina que ha visitado, México y Brasil, hiciera hincapié en los sindicatos. "Son un elemento indispensable de la vida social". "La doctrina social católica no considera que los sindicatos constituyan únicamente el reflejo de la estructura de 'clase' de la sociedad y que sean el exponente de la lucha de clase que gobierna inevitablemente la vida social. Sí, son un exponente de la lucha por la justicia social la cual no es una lucha 'contra'los demás". Pues, "el trabajo tiene como característica propia que, antes que nada, une a los hombres y en esto consiste su fuerza social: la fuerza de construir una comunidad. En definitiva, en esta comunidad deben unirse de algún modo los que trabajan como los que disponen de los medios de producción o sea sus propietarios", la luz de esta estructura fundamental del trabajo "los sindicatos" "deben tener siempre en cuenta las limitaciones que impone la situación económica general del país. Las exigencias sindicales no pueden transformarse en una especie de 'egoísmo' de grupo o de clase"(20). "La actividad de los sindicatos entra indudablemente en el campo de la 'política', entendida ésta como una prudente solicitud por el bien común. Pero al mismo tiempo, el cometido de los "sindicatos", no es 'hacer política'... Los sindicatos no tienen carácter de 'partidos políticos' que luchan por el poder y no deberían ni siquiera ser sometidos a las decisiones de los paitidos políticos o tener vínculos demasiado estrechos con ellos" lo que los transformaría "en un instrumento para otras finalidades" que las de asegurar los justos derechos de los hombres de trabajo en el marco del bien común(20. Los trabajadores deben tener "derecho a la huelga, sin sufrir sanciones penales personales por participar en ella". Sin embargo, la huelga es un "medio extremo". "No se puede abusar de él... especialmente en función de los 'juegos políticos'. Por lo demás, no se puede olvidar que cuando se trata de servicios esenciales Un trabajador vale no por lo que produce, sino por lo que es para la convivencia civil, estos han de asegurarse en todo caso mediante medidas legales apropiadas"(2d). Campesinos A propósito de los "campesinos" el Papa denuncia una vez más "situaciones objetivamente injustas". Señalemos sólo dos puntos. "En algunos países en vía de desarrollo, millones de hombres se ven obligados a cultivar las tierras de otros y son explotados por los latifundios, sin la esperanza de llegar un día a la posesión ni siquiera de un pedazo mínimo de tierra en propiedad". "Títulos legales para la posesión de un pequeño terreno, cultivado como propio durante años, no se tienen en cuenta o quedan sin defensa ante el 'hambre de tierra' de individuos o de grupos más poderosos"^!}. Espiritualidad det trabajo La quinta y última parte de la encíclica está dedicada a la espiritualidad del trabajo, "participación en la obra del Creador", "no sólo exige el descanso cada siete di'as... sino que debe dejar un espacio interior, donde el hombre... se va preparando a aquel descanso que el Señor reserva a sus siervos y amigos". Las bases de esta espiritualidad, las encontramos en el "evangelio del trabajo", "pues el que lo proclamaba, él mismo era hombre del trabajo, del trabajo artesano al igual que José de Nazareth"(25). Cristo mismo da todo su significado al trabajo: consagra, por así decirlo, la labor del mundo, cuyo fruto será rescatado, en forma misteriosa, en la Resurrección, y la pena del mundo, por las cuales el hombre colabora en cierto modo con el Hijo de Dios en la creación y en la redención del mundo. En la coherencia de sus intuiciones fundamentales, esta encí clica es una llamada, casi dramática, a "todos los hombres de buena voluntad" a quienes está dirigida, para devolver al trabajador su dignidad de persona, su primacía sobre el capital y su derecho a la participación. Una llamada para la inversión de las estructuras, para la creatividad teórica y práctica y para la conversión personal y colectiva que requiere un cambio tan radical por la vía pacífica de la solidaridad.c 6 Es notable la insistencia del Papa sobre la "revalorización social de las funciones maternas". "El abandono obligado de tales tareas, por una ganancia atribuida fuera de casa, es incorrecto". Por tanto, la encíclica recomienda "ayudara la madre que se dedica exclusivamenlea la familia"[ 19) MENSAJE NO 304, NOVIEMBRE 19B1 619