Centro de Investigación Social y Educativa, Formación y Documentación

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1 1 ALBERTA Centro de Investigación Social y Educativa, Formación y Documentación LAS CAPACIDADES SOCIALES Y LA CONSTRUCCIÓN DE GÉNERO EN EL MARCO DE LA LUCHA POR EL RECONOCIMIENTO De la Feminización de la pobreza a la capacidad real de elección de vida. Estudio realizado por la Asociación ALBERTA: Centro de Investigación Social y Educativa, Formación y documentación Por Encargo de La Dirección General de Igualdad de Oportunidades del Ayuntamiento de Madrid. Madrid 2008 Asociación Alberta. Centro de Investigación Social y Educativa, Formación y Documentación. Embajadores 31, 3º 1. Madrid (España). Telf

2 2 INDICE INTRODUCCIÓN 4 PARTE I: LA BATALLA DE LA LIBERTAD NEGATIVA LOS CAMBIOS EN LA ESTRUCTURA SOCIO FAMILIAR El desarrollo de la vida familiar y el papel de la mujer Las separaciones y divorcios La ausencia de redes familiares y sociales: la reagrupación y la situación de las madres adolescentes Las mujeres mayores: Educación, capacidades y lucha sin complejos LOS CAMBIOS EN LA ESTRUCTURA SOCIOECONOMICA Y LABORAL Un fenómeno nuevo, trabajar a los Las mujeres separadas con hijos y el empleo Sobre el empleo y la desigualdad de género Mujer inmigrante y empleo: el empleo no integra, pero hace falta Un análisis de la situación desde la administración y el mundo asociativo. 3.- LAS MUJERES HABLAN SOBRE LA POBREZA: LAS REDES SOCIALES Y LOS RECURSOS ECONÓMICOS Nacer, en qué pobreza? Y caer, en qué pobreza? Para mí una persona pobre es 3.3- Los Recursos formales y las Ayudas PARTE II: LA INTERVENCIÓN DESDE LA NORMA Y LAS ECONOMICAS POLITICAS SOCIALES QUIÉN LLEGA A LOS SERVICIOS SOCIALES? La mujer en los SS.SS como usuaria habitual Mujer y RMI. El mantenimiento en la pobreza Los procesos de separación y los procesos de empobrecimiento Un análisis de la situación de las mujeres mayores en las zonas de Vallecas, Zona Centro y Moncloa Abuelos Acogedores La inmigración: la mujer inmigrante y reagrupante como sujeto activo y el hombre reagrupado como sujeto pasivo Las formas de intervención en el marco de la prevención y la reconducción de necesidades LA PERCEPCIÓN DE LOS CAMBIOS: SOBRE LA POBREZA Y LA FEMINIZACION DE LA POBREZA El marco de reflexión: Sobre la pobreza y la exclusión Otras formas de entender la pobreza La noción de pobreza desde las diferentes situaciones y colectivos Sobre la feminización de la pobreza. 3.- LUCHA CONTRA LA POBREZA? 3.1.-Renta Mínima de Inserción El sentido de la lucha contra la pobreza en el marco de la transversalidad La anulación de la complejidad humana en la intervención La intervención entre lo individual y lo comunitario Parece que hacemos mucho, pero hacemos poco Y entre todo esto Trabajar con los hombres? RECAPITULACIÓN 171

3 3 1.- La situación de la mujer y los cambios que se están percibiendo en la estructura sociofamiliar 2.- Las nociones de pobreza y la feminización de la pobreza 3.- La cuestión de la feminización de la pobreza y la desigualdad de género 4.- La lucha contra la pobreza 5.- La necesidad de llenar de contenido los derechos sociales desde la reivindicación de nuevas prácticas sociales PARTE III: CONCLUSIONES Y PROPUESTAS LOS CAMINOS DEL RECONOCIMIENTO: LAS SOLUCIONES BIOGRÁFICAS DESDE LOS PROBLEMAS COMPARTIDOS 1.- La capacidad de ser persona completa 2.- Las capacidades sociales: del reconocimiento de si al reconocimiento mutuo. 3.- Las competencias: la capacidad real de elección de vida PROPUESTAS DE ACTUACIÓN 207

4 4 INTRODUCCIÓN Entre nosotros, todo se concentra sobre lo espiritual, nos hemos vuelto pobres para llegar a ser ricos. Hörderlin Cuando en el campo de la investigación social abordamos la fase de la elaboración de documentos o materiales que permiten traducir en un informe todo el trabajo previo realizado y ofrecérselo al lector, tal y como hacemos en este momento, emprendemos la elaboración de los textos, narraciones que vamos construyendo y que conllevan una teoría, un propósito y un sentido. El sentido que le hemos dado al informe que presentamos desde el enfoque de las capacidades sociales ha supuesto la propuesta de un contexto o marco que favorece la interacción de las diferentes voces participantes todas ellas implicadas en la tarea de dotarlo de significación. Lo que presentamos a continuación es un recorrido que requiere de nuestro interés por la atención al detalle y nuestra apertura a una lógica diferente. Dado que vamos a desarrollar el enfoque de las capacidades sociales, requerimos del lector la apertura a una capacidad individual que es necesaria para la lectura de este trabajo: la disposición a dejar que nos cuestione. Plantear un estudio sobre pobreza y desigualdad de género desde el enfoque de las capacidades sociales nos lleva a situarnos en los caminos del reconocimiento ya que la lucha por la igualdad es la lucha por el reconocimiento. Siendo conscientes de la gran variedad e interés de los estudios realizados en el campo de la feminización de la pobreza nuestro reto era poder aportar una perspectiva desde la cual poder mirar hacia esta problemática de un modo enriquecedor y sobre todo portador de reflexiones y cuestionamientos útiles. Por ello un primer elemento fundamental ha sido partir de la problematización del concepto feminización de la pobreza. En una primera reflexión, nos acercamos críticamente al hecho de que hablar de feminización de algo supone otorgarle a ese algo el carácter de lo femenino, en este caso, a la pobreza. Esto significa, además, que se adjetiva una carencia, la pobreza, con una noción femenina, desvalorizándola en lugar de reconocer su valor. Nuestra reflexión inicial giró, por tanto, sobre la mejor adecuación de la noción de el empobrecimiento de la mujer más que de la feminización de la pobreza. Hablar de los procesos de empobrecimiento de la mujer, requería, por un lado, problematizar la noción de pobreza y, por otro, analizar la vigencia actual del concepto en relación con la identificación de los elementos que se relacionan con las situaciones de pobreza de la propia mujer. La unidad de sentido de este trabajo reside sin duda alguna en una característica fundamental de las capacidades sociales y es que al ser definidas desde la capacidad de obrar nos situamos en una libertad positiva, esto es, en una capacidad real de elección de vida. Pero la clave que nos hizo centrarnos en esta cuestión, cuando nos encontrábamos en ese momento en el que toda la información recogida necesita empezar a edificarse sobre sí misma, nos la dio la intervención de una mujer en un grupo de discusión. Ella nos proporcionó el hilo del que teníamos que empezar a tirar. Definir la norma desde la libertad negativa conlleva centrarnos en la ausencia de barreras o trabas en el desarrollo de nuestras vidas. Por ello cuando una de las mujeres que participó en los grupos de discusión daba las gracias a Dios por ser una persona normal al no estar casada con un marido que la maltrataba lo que estaba haciendo era definir la normalidad en función a la ausencia de malos tratos. Estaba hablando desde una libertad negativa y desde ahí definía la norma como un punto de llegada.

5 5 Esta percepción de normalidad como punto de llegada imposibilita una visión crítica de su propia situación que también se caracteriza, como la de todas, por la presencia de barreras creadas por la desigualdad de género pero, en este caso, al compararse con mujeres que no han llegado a la norma (o normalidad) no se percibe a si misma también como en una situación anormal. Los límites nos impiden ver más allá de ellos aunque estén hechos precisamente para superarlos ya que son unos mínimos y no unos máximos. Esta superación conlleva un cuestionamiento que no todas estamos dispuestas a llevar a cabo porque implica esfuerzo y lucha, implica salir de la comodidad de la normalidad lograda. El problema es que no pensamos en términos de libertad positiva y esto se debe a que esa norma se interioriza como un deseo y como un deber. Si hablamos desde una libertad positiva que se caracteriza no sólo por la ausencia de barreras sino por la capacidad de obrar estamos dando un paso más, ya que ese límite de normalidad o punto de llegada desde el contexto de la libertad positiva se convierte en el punto de partida. Esto conlleva que no vamos a vernos o a entendernos sólo desde la ausencia de barreras sino desde lo que somos capaces de hacer con nuestras vidas, por lo tanto no nos definimos en función a una norma sino desde una capacidad real de elección de vida hacia el futuro contingente. Los puntos de partida en los que se encuentran las mujeres que han participado en este estudio son muy variados, representativos todos ellos de la pluralidad de situaciones en que se encuentran las mujeres en el municipio de Madrid, y tienen en común el no haber llegado, ni siquiera, a una libertad negativa, a una ausencia de barreras entendida desde la normalidad. La barrera es no haber llegado a la norma pero la norma, como acabamos de señalar, también es una barrera. Esta libertad negativa tiene que garantizarse fundamentalmente por parte del Estado de ahí que éste se mueva en la norma como elemento al que tienden sus actuaciones. Pero una consecuencia de esta tendencia de vernos en función a la norma es que, ya en el ámbito de la intervención, la homogeneización en forma de colectivos se lleva a cabo centrándose en la desviación a la norma sin atender al desde dónde se ha llegado a esa desviación. Esto es la clave para entender la toma de decisiones, la percepción de los problemas, las demandas que se realizan, la valoración de las ayudas, y tantas otras cosas más, pero en pocas ocasiones se tiene en cuenta ese desde dónde. Esta experiencia vital de las mujeres con las que nos hemos encontrado es lo que hemos tratado detalladamente en la primera parte del informe. Hemos intentado no definir a las mujeres en función a la situación que están viviendo sino acercarnos a ellas desde esas mismas situaciones y tratar de comprender su vivencia desde su perspectiva biográfica. Esos momentos vitales en los que ellas se encuentran los hemos descrito como: el desarrollo de la vida familiar y el papel de la mujer de más de 50 años, las separaciones y divorcios, la reagrupación y la situación de las madres adolescentes y la soledad en las mujeres mayores. Pero ese momento vital se enmarca además en un contexto sociopolítico, en un momento histórico que es en el que todas desarrollamos nuestras vidas desde diferentes puntos de partida. Por ello hemos considerado fundamental atender al tránsito que se está dando en la actualidad de la ética del trabajo propia de las sociedades modernas a la estética del consumo. Este tránsito junto con la añadida precariedad del mercado laboral actual es el contexto general con el que nos encontramos y que afectará de un modo específico a las mujeres en función a la situación en la que se hallen. Están llegando a un mercado laboral frágil y precario donde el azar campa a sus anchas y donde la presencia aplastante de la inseguridad dificulta mucho más el camino hacia el logro una libertad negativa. En la siguiente parada del informe las mujeres hablan sobre la pobreza. Comenzamos con la historia de vida de una mujer que nos ayudará a romper con muchos estereotipos de la pobreza heredada y continuaremos con las interesantes reflexiones sobre la pobreza que

6 6 se dieron en los tres grupos de discusión que realizamos con mujeres autóctonas de en torno a los 50 años, mujeres inmigrantes (de 28 a 57 años) y jóvenes madres reagrupadas (de 17 a 20 años). No podemos dejar de mencionar algo que sucedió en repetidas ocasiones en los diferentes grupos ya que es un indicativo de cómo viven estas mujeres en una lucha por salir adelante. La dinámica de estos grupos de discusión consistía en unas afirmaciones sobre la pobreza (p.e. una mujer pobre es aquella que depende económicamente de su marido) sobre las que les pedíamos que manifestarán su conformidad o disconformidad y tras ello se generaba un debate en el grupo. En muchas ocasiones la primera reacción era no estoy de acuerdo pero la argumentación posterior se centraba en la defensa de la situación contraria, en este caso, la importancia de la independencia económica. Es decir, había una resistencia a identificarse con cualquiera de los elementos que presentábamos ya que al responder afirmativamente en cualquiera de ellos suponían definirse en algún aspecto desde la pobreza. Esta resistencia se dio más intensamente en los grupos de mujeres inmigrantes probablemente por su lucha cotidiana precisamente en situaciones que desde la normalidad que definía la mujer a la que nos referíamos antes no dudaríamos en denominar de pobreza. El protagonismo de las mujeres que amablemente han participado en este estudio es primordial, ya que sobre las situaciones que ellas viven se habla después desde el ámbito de la intervención. Y siguiendo con la clave de la norma, como decíamos, entramos en un espacio donde ésta campa a sus anchas, los Servicios Sociales. Hemos considerado fundamental evitar las generalizaciones fuera del ámbito de los SS.SS y por ello hemos titulado el primer apartado Quién llega a los SS.SS? Y realizamos un detallado análisis de la presencia de la mujer en este espacio desde la perspectiva de las trabajadoras sociales así como de los elementos que actualmente identifican con situaciones de pobreza. Aquí también nos hemos encontrado con resistencias a la palabra pobreza tal y como veremos en el informe más detalladamente, rechazando la pobreza incluso como término y los eufemismos, para algunas personas, son auténticas tablas de salvación. El siguiente apartado, titulado, la percepción de los cambios: sobre la pobreza y la feminización de la pobreza responde a la ya mencionada problematización de estas nociones. Por ello nos encontramos con una gran riqueza de reflexión llevada a cabo tanto por agentes sociales como institucionales y nos ponemos en contacto con una interesantísima radiografía de la compleja situación actual que vive la mujer desde la experiencia de los profesionales que trabajan en este campo. Y llegamos así al último apartado de la segunda parte La lucha contra la pobreza? Desarrollamos este tema en el marco de la paulatina desaparición de las políticas sociales consideradas por la mayoría de los participantes como políticas económicas y añadiéndole a esta conocida cuestión la desaparición de las propias políticas y su sustitución por los servicios externalizados o la imparable privatización o la desaparición del estado de bienestar. Si alguien tuviera que dar un paso adelante al plantear el título de este apartado definitivamente nos quedaríamos solos con la interrogación en la boca. Hasta aquí, como decíamos, nos movemos entre la norma y la libertad negativa o mejor dicho la norma como libertad negativa y la lucha por su conquista. Para dar el paso a la libertad positiva o capacidad de obrar nos queda aún otra parada más que nos sitúa de lleno en los caminos del reconocimiento, caminos por los que debemos de transitar para poder acceder paso a paso a una capacidad real de elección de vida. Los caminos del reconocimiento es el título que hemos dado a las conclusiones de este estudio ya que en ellas tratamos los principales elementos extraídos de todo el informe sobre las capacidades individuales, las capacidades sociales y las competencias. Hemos creído oportuno plantearlo así por dos razones. En primer lugar para dar una consistencia interna al informe en forma de progresión hacia el planteamiento de una libertad positiva. En segundo lugar porque la riqueza de todo el trabajo anterior reside en la atención al detalle y no queríamos correr el

7 7 riesgo de elaborar conclusiones que anularan el esfuerzo de cinco meses de trabajo y de las retiradas peticiones por parte de las mujeres de la necesidad de atender a la diversidad de situaciones que se viven. El interés de este informe reside en la continuidad de su planteamiento y las conclusiones se centran en el camino al que hemos llegado tras el recorrido total, el necesario camino del reconocimiento. Y ya para finalizar hemos elaborado unas propuestas en el inevitable marco de la lucha por el reconocimiento y la necesaria construcción de procesos comunitarios que esperamos aporten pequeños pasos en esta lucha. Los datos acerca del empobrecimiento y la desigualdad de género como punto de partida. Para comenzar a problematizar los conceptos de feminización de la pobreza o de la pobreza y vulnerabilidad de la mujer hemos de preguntarnos por el significado de los datos que se manejan con respecto a la situación de la mujer. Es decir, parece evidente, a tenor de los datos que presentan los estudios e investigaciones recientes, que la situación de la mujer es de mayor precariedad y vulnerabilidad que la del hombre y, como veremos, estos mismos datos parecen sostener la afirmación de que la mujer sigue estando más empobrecida, hoy en día, que el hombre. Pero, como mostraremos a lo largo del informe, los datos hay que matizarlos y dotarlos de significación, yendo más allá de los análisis comparativos respecto a la situación de hombres y mujeres, fundamentalmente desde el sentido de las aportaciones y las experiencias que nos han compartido las mujeres con quienes hemos entrado en contacto y que se encuentran en diversas situaciones de vulnerabilidad, del mismo modo los agentes tanto institucionales como sociales a quienes hemos entrevistado nos darán muchas claves para poder hilar más fino y comprender qué realidad existe tras esos datos. Partiendo de las informaciones que manejamos podemos ver, como punto de partida que no de llegada, que la situación de la mujer es de mayor incertidumbre, inseguridad y empobrecimiento. Desde los datos de la población de riesgo, hasta las situaciones de la mujer mayor de 50 años, pasando por las informaciones relativas al empleo y el paro, a las separaciones y divorcios, las familias monoparentales o monomarentales, las situaciones de violencia de género y maltrato en la pareja, etc. todo indica que la situación de la mujer hoy en día sigue siendo de mayor precariedad y vulnerabilidad que la del hombre. Veámoslo con mayor detalle. En el 2004, el 19,9% de la población residente en España estaba por debajo del umbral de pobreza relativa, es decir, que tenían una renta inferior al 60% de la renta media. Pero lo que es más significativo es que esta situación de empobrecimiento es mayor en las mujeres, de un 20,8%, que en los hombres, de un 19,0% 1. Situación que muestra un ligero empeoramiento con la situación existente en 2001 en la que los porcentajes eran de 20,3% para las mujeres y de 17,3 % para los hombres 2. Aunque ha habido una mayor incorporación de la mujer al mundo del trabajo, si nos fijamos en los ingresos por la actividad laboral vemos que hay un evidente trato discriminatorio. Mientras que la tasa de ocupación de la mujer es de un 61,1% la del hombre es de un 87,2%, es decir, un 26,1% más. En cambio, con respecto al paro, mientras que el porcentaje de mujeres paradas alcanza el 14,4%, en el caso del hombre sólo llega al 7,2%, es decir 7,2% menos que en la mujer 3. Además, si nos fijamos en los ingresos medios anuales netos vemos que la situación de las mujeres perceptoras de ingresos sigue siendo claramente peor que la de los hombres. Así, en el año 2004, el ingreso anual medio de las 1 Fuente: Encuesta de Condiciones de Vida (ECV). Año Principales resultados. INE, diciembre Fuente: Instituto de la Mujer. Tablas de datos del Fuente: SALIDO CORTÉS, OLGA (2006), La participación laboral de las mujeres: un reto para el bienestar social. Unidad de Políticas Comparadas (CSIC) Working Paper

8 8 mujeres ascendía a 9.215,8 euros, un 66% del de los hombres para los que, en dicho año, se situaba en ,9 euros 4. Además existen grandes variaciones dependiendo de la edad. Por ejemplo, mientras que para los más jóvenes (entre 16 y 29 años) el ingreso de las mujeres es un 78% del de los hombres, las mujeres de más edad (65 años o más) perciben en media un 63% de lo percibido por los hombres 5. Cuestión que veremos se repite al analizar la situación de la mujer mayor. Otro dato de esta situación de desigualdad evidente lo encontramos con respecto al salario bruto por hora que, en 2004, era un 17,3% mayor el de los varones que el de las mujeres 6. Pero no sólo se encuentra un trato discriminatorio con respecto a las remuneraciones, sino que en la propia incorporación al mundo laboral se evidencia una situación de desigualdad patente. Se da una feminización del trabajo concentrándose la ocupación femenina en el sector servicios (10,6% más que en hombres), sobre todo en el empleo doméstico, y en profesiones asociadas a la enseñanza (6,2% más que hombres) 7. Y si, por el contrario, nos fijamos en los altos cargos en el mundo empresarial, la situación es aun más desoladora. Así, de los 35 puestos de presidente/a existentes en las empresas que se tomaron como referencia, tan sólo una es mujer. En el caso del cargo de vicepresidente/a, el porcentaje femenino es aún menor, el 2,44%, es decir, sólo hay una mujer entre los 41 vicepresidencias de estas empresas. Lo mismo ocurre los consejeros, que de un total de 379 únicamente un 3,69% son mujeres 8. Discriminación que se hace más patente a la hora de revisar la distribución del tiempo y de las facilidades para la conciliación entre las ocupaciones familiares y las laborales y los compromisos tanto del hombre como de la mujer. Así, aunque parecería que la mujer prefiere la jornada a tiempo parcial para disponer de más tiempo libre, los datos indican que el 51,6% de las mujeres con un empleo a tiempo parcial desean uno a tiempo completo. Además, las razones aducidas para explicar su situación laboral a tiempo parcial no señalan la disponibilidad de más tiempo libre para ellas, sino por no poder encontrar oferta de tiempo completo (31,9%) o para poder ocuparse del cuidado de personas dependientes (16,1%) o por otros motivos y obligaciones (31,4%) 9. Situación que se entiende mejor atendiendo a los datos existentes con respecto a la conciliación familiar y laboral, pues aunque los papeles tradicionales de hombres y mujeres van cambiando paulatinamente, siguen siendo las mujeres con trabajo, ya sea a tiempo completo o parcial, las que se hacen cargo regularmente del cuidado de los hijos e hijas y del hogar (26,13%), frente a los hombres (6,97%) 10. Por otro lado, con respecto a la inactividad, nos encontramos que mientras la mayoría de los hombres inactivos son jubilados (60,1%), las mujeres inactivas lo son en general en cuanto actividad remunerada, pues trabajan como amas de casa (46,7%) 11. Otro tanto ocurre con la situación del desempleo, encontrándonos con que la tasa de paro femenina 4 Fuente: Hombres y Mujeres en España INE-Instituto de la Mujer, Secretaria General de Políticas de Igualdad, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, p Fuente: Hombres y Mujeres en España INE-Instituto de la Mujer, Secretaria General de Políticas de Igualdad, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, p Fuente: Encuesta de Condiciones de Vida (ECV). Año Principales resultados. INE, diciembre Fuente: Hombres y Mujeres en España INE-Instituto de la Mujer, Secretaria General de Políticas de Igualdad, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales p Fuente: Hombres y Mujeres en España INE-Instituto de la Mujer, Secretaria General de Políticas de Igualdad, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, pp Fuente: Hombres y Mujeres en España INE-Instituto de la Mujer, Secretaria General de Políticas de Igualdad, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales p Fuente: INE, EPA Módulo de conciliación de la vida familiar y laboral. 11 Fuente: Hombres y Mujeres en España INE-Instituto de la Mujer, Secretaria General de Políticas de Igualdad, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, p.31.

9 9 en 2006 (11,4%) es superior a la masculina (6,1%) en general y también lo es para todos los grupos de edad 12. Con respecto a las familias con un sólo adulto, en 2004 las familias monomarentales (cabeza de familia mujer), que representan el 86,6% de estas familias, percibían por unidad de consumo un 65% de lo que percibían los hogares monoparentales (cabeza de familia hombre) y un 74% de lo que disponían los hogares de dos adultos con hijos o hijas. 13 Otro de los tópicos que se manejan hoy en día es que no hay tantas mujeres maltratadas como se dice y que también hay casos de hombres maltratados, pero si se consideran las cifras del último año, vemos como las mujeres suponen el 84,36% del total de las víctimas de maltrato que han sido denunciadas ante la policía y los juzgados 14. Por último, en relación al envejecimiento y cómo afecta éste a los procesos de empobrecimiento de la mujer, se puede constatar que las mujeres mayores que viven solas tienen el riesgo de pobreza más alto (51,6%) frente a los hombres mayores que viven solos (32,2 %). En este sentido, según los informes del INE un 31% de las mujeres con 65 o más años perciben anualmente unos ingresos en media inferiores a euros, frente al 8% de los hombres en idéntica situación. Si se amplia el límite a euros estos porcentajes se sitúan en 80% y 48% respectivamente 15. Todos estos datos indican claramente que todavía, aunque se han ido dando avances importantes, hay una manifiesta desigualdad entre la situación de la mujer y la del hombre, y que la mujer sufre mayor empobrecimiento, falta de reconocimiento y de posibilidades que el hombre. Partiendo de esta situación que acabamos de mostrar lo que nos interesa en este estudio es preguntarnos por qué y cómo se sigue dando esta realidad. Es decir, intentaremos profundizar en las diferentes situaciones y vidas reales que existen tras esos datos para comprender cuáles son los factores que intervienen y caracterizan esa vulnerabilidad a los procesos de empobrecimiento, la utilidad, valoración y eficacia de los recursos existentes, y, sobre todo, trataremos de afinar las herramientas tanto de reflexión como de acción que nos ayuden a seguir dando pasos en esta lucha. Algunas cuestiones metodológicas El informe que presentamos a continuación lo denominamos de narración dialógica y su elaboración se fundamenta en favorecer la interacción de las diferentes voces participantes en el estudio. Un elemento que consideramos fundamental es intervenir lo menos posible desde nuestra voz de investigadores en el cuerpo del informe tratando de no adelantar interpretaciones y menos aún valoraciones respecto a las voces participantes. Nosotros facilitamos el contexto (planteamiento o sentido del informe) en el que esas voces interactúan pero nuestra presencia se mantendrá en un segundo plano hasta las conclusiones. Por ello en muchas ocasiones nos limitaremos a ser la argamasa que favorezca la edificación de una obra cuyos protagonistas irán, paso a paso, configurando en su contenido. La propuesta fundamental de este trabajo es la necesidad de un cambio de lógica o la necesidad de mirar desde una perspectiva diferente, tal y como indicamos al inicio, que 12 Fuente: Hombres y Mujeres en España INE-Instituto de la Mujer, Secretaria General de Políticas de Igualdad, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, p Fuente: Hombres y Mujeres en España INE-Instituto de la Mujer, Secretaria General de Políticas de Igualdad, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, p Fuente: Hombres y Mujeres en España INE-Instituto de la Mujer, Secretaria General de Políticas de Igualdad, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, p Fuente: Hombres y Mujeres en España INE-Instituto de la Mujer, Secretaria General de Políticas de Igualdad, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, pp

10 10 nos será muy útil para poder concretar después acciones encaminadas a ir avanzando poco a poco en esta lucha por el reconocimiento. Las tres voces principales de este trabajo son, lógicamente, las mujeres que han participado en él, que como ya señalábamos son representativas de una amplia y variada realidad, los agentes sociales que trabajan en el mundo asociativo vinculado con la temática y, por último, los agentes institucionales implicados también en actuaciones dirigidas a dicha área. En los dos últimos casos hemos tratado de seleccionar perfiles desde la riqueza que da la experiencia del trabajo directo con las mujeres para poder, de esta manera, centrarnos en las características de la realidad actual y desde ella entender las nociones tanto de pobreza como de desigualdad de género entre muchas otras. Salvaguardar la privacidad de dichas voces nos ha llevado a no indicar ni los nombres de las personas, ni de las asociaciones o de los cargos institucionales, tal y como les planteábamos al inicio de todas y cada una de las entrevistas. Las técnicas que hemos llevado a cabo son las entrevistas semi-estructuradas, entrevistas en profundidad, grupos de discusión y grupos de trabajo. Tratando de adecuar todas ellas a las necesidades y características de aquellas personas con las que íbamos a trabajar. Como se verá en el cuerpo del informe todas las citas tienen una clave que ayudará a localizar el protocolo de la entrevista completa, adjuntadas en los anexos, para poder situar las intervenciones en sus contextos naturales de interacción. Las claves responden a la siguiente clasificación que adjuntamos a continuación. EM (Entrevista Mujer) Se han realizado 8 entrevistas en profundidad. Mujeres separadas, mujeres que han vivido situaciones de violencia de género y mujeres mayores. EAs (Entrevistas Asociaciones) Se han realizado 10 entrevistas semi estructuradas a profesionales del mundo asociativo. EAd (Entrevistas Administración) Se han realizado 7 entrevistas semi estructuradas con técnicos del área institucional. GTAd (Grupos de Trabajo Administración) Se han realizado 3 grupos de trabajo con técnicos del área institucional con un mínimo de 2 participantes y un máximo de 5. GD (Grupos de discusión) Se han realizado 4 grupos de discusión con un mínimo de 4 participantes y un máximo de 8: dos con mujeres autóctonas mayores de en torno a los 50 años, uno con mujeres inmigrantes entre 27 y 57 años, y otro con jóvenes madres inmigrantes entre 17 a 20 años.

11 11 PARTE I: LA BATALLA DE LA LIBERTAD NEGATIVA Vamos a comenzar acercándonos a la experiencia vital de las mujeres que nos han compartido su visión, preocupaciones y necesidades respecto a las situaciones que están atravesando en la actualidad. Esto, como acabamos de indicar, nos sitúa en un momento anterior a la desviación de la norma y nos pondrá en contacto con su trayectoria vital que será fundamental comprender para después abordar las diferentes opiniones que manifiestan respecto a lo que ellas entienden por pobreza. 1.- LOS CAMBIOS EN LA ESTRUCTURA SOCIO FAMILIAR. M1: Ay hija Yo, es que estos casos me entristecen tanto, que a veces me siento muy afortunada cuando escucho estos relatos gracias a Dios soy una persona muy normal. Estoy casada, tengo tres hijos, que son maravillosos, ahora tengo a mi madre, también, porque mis hermanos no querían que la tuviéramos en casa, querían una residencia, a mi me daba unos problemillas pero cosas de la edad. Yo tuve el negocio de mis padres y lo dejé porque ya era mucho, era hostelería y quería una vida más tranquila, y estoy trabajando desde primeros de año. Tengo un hijo de 31, otro de 26 y de 25 y son divinos, mi marido pues con sus defectos y sus virtudes también es maravilloso como yo los tendré también me han ayudado y hemos peleado como todo el mundo pero este caso yo pensé que pasaba pero no tanto y la verdad es que me da mucha tristeza. M2: Pues si que pasa y es muy triste M1: Pero es posible que se den estos casos M3 Pues los hay, y más habituales de lo que pensamos, y somos mujeres normales también M1 Si, si, si tú no tienes más que yo ni yo más que tú eh? M3 Te toca y ya está y no es que digas que tiene que ser una persona que sea inmigrante o que no tenga recursos o que no, no, no M1 Que yo no tengo, que yo soy una persona normal que vivo de mi sueldo y de trabajar toda la vida he tenido la suerte de que mi marido es buena persona. 16 Definir una norma es definir también cuánto queda fuera de ella. El diálogo con el que hemos comenzado este apartado se produjo en un grupo de discusión de mujeres de entre 50 y 60 años, concretamente dos mujeres que habían sufrido malos tratos y otra tercera que no. Esta última, además de plantear su supuesta normalidad desde una libertad negativa (ausencia de barreras que nos impiden actuar, en este caso ausencia de malos tratos), nos define claramente los elementos que contiene esa norma. Una norma que, además, coincide, como es lógico, con lo que ella considera que es lo más habitual y de ahí su asombro y probablemente su cuestionamiento, no explicitado, acerca de su presencia en el grupo de discusión. En el caso de las otras dos mujeres, además de reivindicar su normalidad, nos plantean también la existencia de dos grupos en los que inicialmente podríamos situar lo que queda fuera de la norma: los inmigrantes y las personas en exclusión extrema. Lo que queda fuera de la norma suele ser ese cajón de sastre en el que colocamos todo aquello que no sabemos bien lo que es, todo aquello en lo que no queremos pensar, lo que rechazamos o sencillamente no entendemos. Y, probablemente, si se hubiera dado la presencia, por ejemplo, de mujeres inmigrantes en el grupo tendríamos más elementos que nos irían dificultando cada vez más establecer esa norma de la cual pocos quieren quedarse fuera, y que iría ampliando sus límites. En este primer apartado del informe queremos incidir en dos cuestiones fundamentales: el quién de la acción y la norma como un deber y un deseo compartido. Estas dos 16 Gd2

12 12 cuestiones son fundamentales para hablar de la pobreza y de las capacidades sociales que, como sabemos, son los dos pilares fundamentales de este estudio. En primer lugar porque nos situamos en el punto de vista de la acción o la capacidad de obrar pasando de una libertad negativa a otra positiva. Y en segundo lugar porque esa acción es ejercida por mujeres que, desde la variedad de situaciones que nos van a mostrar, reivindican insistentemente la necesidad de mirar hacia su experiencia sin establecer grupos homogéneos, que si bien cumplen la función de facilitar la labor del que observa o interviene desde la norma, nos alejan de la necesaria comprensión del lugar desde el que nos hablan de ese deseo y ese deber interiorizado y que la mayoría compartimos. Incidiremos en este apartado en diversas situaciones directamente relacionadas con los cambios en la estructura sociofamiliar que, como es bien sabido, conforma el grupo primario de referencia y condiciona nuestra capacidad de obrar. Los cambios en la estructura socio familiar suponen en muchos casos la diferencia entre pasar por una situación de crisis y caer en un proceso que puede llegar a la exclusión extrema. Y se ve el proceso, cuando van perdiendo la red, ya no hay familias extensas como antes, pero ahora gente más joven que sólo tiene un hermano, si el hermano le falla ya te has quedado sin nadie, o los padres, ahí ves que realmente hay una situación de riesgo, a parte de la económica, entonces si no consiguen un trabajo, si no consiguen un mínimo, van a acabar pues hombres en el albergue y para mujeres aquí tampoco tenemos recursos para eso, así que. Y luego ya si tienen un niño, si se quedan embarazadas y tal pues... la gorda ya. 17 La falta de apoyo de redes familiares plantea la vulnerabilidad de las personas que atraviesan situaciones críticas en sus vidas y lo cerca que se encuentran de situaciones que percibimos como extremas y aparentemente lejanas por los factores que pensamos tienen que darse para que se produzcan: La falta de apoyo, si tienes apoyo y tienes dinero tienes todo, si te falta dinero tienes la familia, si te falta la familia pues no te queda nada. Entonces, salir de ahí es mucho más complicado porque los mínimos de alimentación y alojamiento los has perdido, entonces la alimentación y el alojamiento a través de recursos públicos... de ahí eso no va a salir, cuando has llegado ahí salir es mucho más complicado porque o te acomodas ahí o no te dejan salir de ahí, porque hay mucha gente que se queda ahí colgada toda la vida... y es fácil acomodarse eh?. 18 Vamos a acercarnos, desde sus protagonistas, a cuatro situaciones de cambio en la estructura socio familiar que suponen epifanías o momentos decisivos en la vida de las personas, que marcan etapas y en función a los cuales podemos comprender su específica incidencia en las mujeres o, dicho de otra forma, veremos cómo estas situaciones sacan a la luz factores relacionados con la desigualdad de género y la vulnerabilidad ante los procesos de empobrecimiento. Serán estas mujeres, que viven actualmente en estas situaciones, las que más adelante nos hablaran de lo que ellas entienden por pobreza, de ahí que sea fundamental en este primer paso: conocer al quien de la acción. Estas situaciones son: 1- El desarrollo de la vida familiar y el papel de la mujer a partir de los 50 años. 2- Las separaciones y divorcios. 17 EAs2 18 EAs2

13 13 3- La ausencia de redes familiares y sociales: la reagrupación y la situación de las madres adolescentes. 4- La soledad en las mujeres mayores. Lo planteamos así para no definir a las mujeres en función a la situación que están viviendo, para no catalogarlas ni estigmatizarlas, sino para tratar de comprenderlas en esas situaciones El desarrollo de la vida familiar y el papel de la mujer. El desarrollo de la vida familiar y el desarrollo de la vida de la mujer van, en muchos casos, caminando de un modo paralelo, de tal forma que en algunos aspectos la vida de una mujer se detiene o su proyecto cambia cuando comienza la vida familiar. Esto supone dar paso a otros muchos elementos fundamentales en su construcción relacionados con la crianza de los hijos, el mantenimiento del hogar, la vida en pareja, etc. Pero llega un momento en el que la mujer se vuelve a encontrar con ese proyecto siempre inacabado que somos desde una perspectiva diferente: Es un grupo de edad, a partir de 40 o 45 años, son mujeres que necesitan apoyo, apoyo personal más que económico quizá, porque son las mujeres que les está pillando más de pleno este cambio, son mujeres que se han quedado en su casa cuidando a sus hijos, sus hijos ya están empezando a salir de casa y entonces ellas dicen Y yo ahora aquí qué hago?. Como que necesitan que se las escuche, o ver por dónde... y además bueno, como la mujer está cada vez más en el mundo del trabajo y entonces ellas dicen: y yo por dónde puedo tirar, qué puedo hacer? Si, efectivamente, es un grupo de mujeres que si que necesita, que si te demanda o sea que se la ve pidiendo que por lo menos que se la escuche o que se la apoye. 19 Veamos cómo nos explica esta situación una mujer de 52 años, delineante, casada y con tres hijos, que actualmente está buscando trabajo: Con mis hijos pues me siento satisfecha en el sentido de que son buenos estudiantes y no me han dado ningún problema [ ]. Te encuentras con que ya ellos son mayores, ya son autónomos, y ya dejas de ser la madre que les ayudas en los deberes, que les llevas al colegio y les traes vamos, que te necesitan, y ya pasas a ser la criada es verdad. Ya es otra cosa, son autónomos, tienen su mundo, piensan por si mismos, deciden algunas cosas, entonces tú te limitas a ser la ama de casa que les tiene la ropa planchada, la comida en la mesa y dices es que esto no es suficiente para mí porque además eso lo haces enseguida y tienes muchísimo tiempo. 20 Dedicarse a la crianza de los hijos y dejar a un lado, detenida o interrumpida, la vida laboral es una decisión que hemos de comprender en función tanto a cuestiones identitarias como a las condiciones más estructurales de presencia o ausencia de recursos que nos posibilitan o no, tomar determinadas decisiones: Pero porque antes con los hijos te quitabas de trabajar porque no había ni tantas guarderías ni tantas ayudas, no existían ni ayudas ni nada. Entonces te planteabas, bueno tengo que pagar gran parte de mi sueldo para tener a una persona en mi casa para que te cuide a tu hijo, pues lo voy a disfrutar yo, pues dices, si con el sueldo de mi marido nos apañamos, coges y dices pues para que disfrute otro de mi hija pues la disfruto yo EAd3 20 GD1 21 GD1

14 14 Los cambios en las relaciones con los demás conllevan un cambio en la forma en que nos vemos a nosotras mismas, ya que ser persona es un proceso constante de construcción en interacción con los otros. Veamos cómo cambia esa relación con los hijos y las consecuencias que tiene el cambio: Que yo cumplía mis funciones pero ahora encima que ya esas funciones las cumplo pero de otra manera y por eso me siento así, que ya no eres la madre que les ayudas, que te necesitan así físicamente, ya no, ya te necesitan de una forma muy superficial y muy material, y no me gusta. 22 Añadamos a esta situación otro elemento más. El desarrollo de la vida familiar desde la perspectiva de una mujer supone enfrentarse no sólo a los cambios en la vida de los hijos, sino también a los de la pareja: Y luego la otra, mi marido está prejubilado y bueno los primeros años bien, pero chica yo es que digo yo no quiero llegar a separarme, quiero encontrar alguna cosa que me satisfaga y no estar en casa, porque muchas veces la convivencia y los roces, pues oye, porque cuanto mas convives más expuesta estas pero bueno, yo te digo de medio broma que me ha usurpado mi espacio. 23 Como veremos después, esta misma situación estará presente en separaciones y divorcios, y en este mismo caso se plantea el riesgo de la posible ruptura de la relación, también desarrollada en función a aspectos vinculados con la crianza de los hijos y que requiere ser retomada desde otro momento vital. Qué es lo que sucede en estas situaciones? Por qué plantearlas en un estudio sobre pobreza y desigualdad de género? Así se plantean estas cuestiones desde el área institucional: Claro es que es muy duro porque no las catalogaríamos ni de excluidas ni de pobres, [ ] pero sin embargo sí que están necesitadas de que trabajemos con ellas para abrir [ ] y desarrollar su potencial y sus capacidades, eso está claro. Pero seguramente nadie nos atreveríamos a meterlos en una categoría ni de excluido ni de pobres. 24 Será que nos volvemos a topar con la normalidad? En el caso que acabamos de presentar se había dado un proceso de formación especializada y una experiencia en el mundo laboral (de alrededor de 10 años), proceso que, como veremos después, está lejos de facilitar su reincorporación al trabajo. Pero estas mismas inquietudes se dan en mujeres dedicadas del mismo modo a sus familias sin haber tenido contacto con el mundo laboral y con escasa formación. Así nos lo describen desde una asociación que trabaja con ellas. Hay mujeres que son de entorno a los 45 años, más o menos, y son mujeres gitanas. Dificultades? Pues que no han accedido nunca al empleo, con muy escasa formación, entonces pues siguen estando como estaban hace 5 años, 10 o 15, o sea no ha cambiado su situación porque no han podido acceder ni a la formación ni, por tanto, al empleo. Y luego trabajamos con otro grupo de mujeres, que son mujeres mayores, en torno a 55 o 65 años más o menos, que son mujeres que se ha dedicado al cuidado de sus hijos, de sus padres y ahora, pues no, o sea no accedieron en su momento a la formación y al empleo y ahora, 22 GD1 23 GD1 24 EAs2

15 15 pues, están en sus casas y no tienen nada que hacer. Entonces de ahí es de donde deriva su situación de exclusión, que no han accedido a la sociedad. 25 Como vemos en este caso, sí se plantea una situación de exclusión social definida como no han accedido a la sociedad, es decir, han desarrollado su vida fundamentalmente en su espacio privado y familiar, pero no sólo eso, se plantea además como una situación sin vuelta atrás. Si, esas son las mujeres del aula de participación, las mujeres mayores que te comentábamos, esas mujeres, la mayoría de ese grupo, empezaron a venir aquí hará como 5 años, eran mujeres derivadas de los SS.SS y la mayoría de ellas para buscar empleo, mujeres de casi 50 años, que no han trabajado nunca, con poca formación, no las vas a poner a trabajar ahora porque no tiene sentido. 26 Si se plantea que la incorporación al mundo laboral no es una cuestión viable, en qué se centra entonces la intervención? Entonces, sí se vio que lo que había ahí común a todas era una situación de soledad, que también genera mucha vergüenza, las mujeres la culpa y la vergüenza la tenemos ahí dentro. Entonces entre que como estoy sola no me atrevo a ir a dar un paseo para que no vean que estoy sola, entonces cada vez se van aislando más. Y se hicieron estos grupos para que fueran creando redes entre ellas, que fueran saliendo, que se acompañen, que si tiene que ir al médico que vaya con otra y así ya no va sola, o al cine no suelen ir pero alguna vez si que han ido a un museo por la mañana o a una conferencia, se van a la verbena, cosas así. 27 Por otro lado, cuando se plantea que la situación no es de exclusión social, como ya hemos señalado más arriba, el análisis se deriva, desde el área institucional, hacia procesos de construcción de género y logro de autonomía: [No son situaciones de exclusión] Porque están en pareja la mayoría, es decir, están casadas y forman un núcleo familiar que está sosteniendo económicamente y que ellas están dependientes, pero que ellas no son conscientes, o sea están dependiendo del salario del cabeza, del cónyuge. Por tanto se considera que el núcleo familiar, que esa unidad familiar, no es una unidad familiar excluida y que tienen unos ingresos para tener una vida, bueno yo ya no sé lo que es media o media baja o tal. El problema de esas mujeres es que no tienen conciencia de la necesidad de que, como individuos o personas independientes, accedan a los derechos sociales, y los derechos sociales tienen una vía de acceso que es vía contributiva. Con ellas hay que hacer una fuerte labor, nuevamente, de conciencia, para recuperar si la tuvieron o para que se incorporen y tengan su autonomía y su independencia. 28 Veremos más adelante qué razones nos dan las mujeres que viven en esta situación para plantear su reincorporación al mundo laboral. Pasemos ahora a analizar las situaciones de separaciones o divorcios, sus características y los elementos que más adelante nos ayudarán a comprender su relación con los procesos de empobrecimiento desde la voz de sus protagonistas Las separaciones y divorcios 25 EAs3 26 EAs3 27 EAs3 28 EAs2

16 16 A lo largo del trabajo de campo de este estudio cada vez que planteábamos una reflexión acerca de los cambios en el espacio público, la mayoría de las personas con las que hemos hablado, y como detallaremos en otro apartado de este informe, insisten en la superficialidad de los mismos, en cambios aparentes que en ocasiones funcionan como ilusiones ópticas que no nos dejan ver lo que hay de fondo, cambios formales o escenarios construidos para el cambio, marcos de referencia para esos cambios, pero poco más. Las situaciones derivadas de separaciones y divorcios nos ayudan a comprender precisamente, como veremos a continuación, no sólo la dificultad de lograr esos cambios, vinculándolos ahora con la desigualdad de género, que no hagan tan complicado enfrentarse a una situación así, sino además lo defectuoso de esos escenarios o marcos formales, que se resquebrajan y caen en cuanto se altera el ritmo habitual y se requiere de ellos. Pero lo que sí creo es que la importancia de la unidad familiar la siguen llevando las mujeres, sigo pensando que hay mucha presión social, mucha de ella viene dada por la propia familia [ ]. Entonces esto se sigue viendo a diestro y siniestro y no tiene nada que ver ni con la clase social ni con el tipo de educación, porque lo oyes en gente con educación más básica o con una educación muy elaborada, muy formada y muy joven, o sea que no tiene que ver tampoco con la clase social o con el tipo de ingresos pero se sigue dando y se sigue enfocando mucho a que la responsabilidad del matrimonio es tuya y no de él. 29 Siguiendo con la necesidad ya planteada de tratar de presentar la variedad de situaciones con las que nos hemos encontrado a lo largo de este trabajo, vamos a ofrecer a continuación 6 casos de separaciones/divorcios que nos ayudarán a entrar en contacto con la gran cantidad de elementos que rodean a estas situaciones. Como ya comentamos, este es el quien de la acción, son las propias mujeres las que nos hablan, las mismas que nos hablaran después de la pobreza y de otras muchas cuestiones. - Una sociedad de apariencias: Mi historia es que es poco estética Mi familia es muy de imagen, no?, somos la familia perfecta y en las reuniones familiares somos los más guapos, los más listos y los que más nos queremos, entonces cualquiera que nos vea desde fuera jamás pensaría la historia que hay detrás. Pero como mi historia era poco estética, esto no estaba bien de cara a la sociedad, ni era algo que se podía contar. Entonces era algo que no ocurría, corramos un tupido velo, y nadie hablaba de nada, y en las reuniones era que todo ji, ji, ja, ja, y yo tenía que poner mi mejor sonrisa no? Ponerme mi mejor modelito y ser la más guapa, la más lista y como el resto. Pero en el fondo yo no era así porque yo estaba sufriendo, pero no podía contar lo que yo estaba sufriendo porque esto no era estético. Y bueno es muy de apariencia, mi familia es de apariencias. 30 Sabemos que la estética es el elemento integrador de esta sociedad de consumo en la que vivimos, y hace ya un tiempo en que, por ejemplo y como nos recuerda Bauman 31, la ética de trabajo paso a ser sustituida por la estética del consumo y son muchas las actividades de la vida que se someten ahora al escrutinio de la estética, esto es: juzgar su capacidad para producir experiencias placenteras. Qué diremos en el caso de separaciones con malos tratos que, tal y como nos lo explica su protagonista, lejos están de pasar la prueba del juicio estético, lejos están obviamente de ser una experiencia placentera. Algunas personas lo llaman machismo pero podemos ir un poco más allá planteando el problema en el marco actual en el que vivimos en el sentido que acabamos de señalar. 29 EAs5 30 GD2 31 Véase BAUMAN, Z. (2005): Trabajo, consumismo y nuevos pobres. Barcelona, Gedisa

17 17 Yo me separé hace muchos años, viví una historia muy dramática por malos tratos y, bueno, aquello duró muchos años, fue una historia muy difícil, muy dura. Y luego a mi hijo le suspendieron las visitas de su padre en el juzgado por malos tratos también. Fue una historia muy dura y ahí mi familia pues me falló. Ellos me culpabilizaron un poco que cómo era capaz de quitar a un padre de su hijo y cosas así. Entonces pues ellos son muy machistas y a las mujeres nos ven pues eso hay que aguantarse. Mi madre me decía que a mi marido lo elegí yo y que tenía que aguantar aquello. [ ] Yo tuve que esconderme con mi hijo y mis padres no quisieron saber dónde yo estaba, y eso son cosas que, por mucho que yo he querido perdonar, siempre quedan [ ]. Mi madre la primera vez que le dije que mi marido me había jaleado sabes lo que me dijo? Es que tú te pones a veces que dan ganas de darte. 32 Fuera de la familia, la presión social no se hace tan evidente como antaño, como nos dicen muy gráficamente a continuación nadie le señala con el dedo, pero esa normalidad se resquebraja y da paso a un proceso personal que tendrá que vérselas con la sensación de fracaso y la culpa. Así nos lo explican desde una asociación que trabaja con mujeres separadas: Pero si es verdad y además he visto casos hace un mes, de mujeres que vienen diciéndote que se sienten mal porque, claro, se han separado o se han divorciado y son las primeras que se separan o se divorcian de su familia. Entonces claro, imagínate, urbanizaciones de estas con piscinita, jardincito de las de Vallecas nuevas que han estado dando y tal, parejas jóvenes, familias muy recientes con bebés y son todo parejas con niños muy pequeños, entonces es la primera que se separa, entonces como mujer Entonces no hay una presión social evidente, nadie le está señalando con el dedo porque se ha separado y a nadie le va a parecer mal que se haya separado, pero ella lo está viviendo como tal porque está rodeada de parejas, de familias con niños muy pequeñitos todavía, incluso en el cole su hijo es el primero que sus padres se separan y es una tragedia. Yo sé que hay familias que todavía no lo tienen claro y familias que les dicen inténtalo otra vez, hay que aguantar, dale otra oportunidad, si luego no es tan malo. 33 Como decíamos, el problema pasa de ser un estigma social a ser un enfrentamiento con el proceso de construcción identitario como mujer, es decir: Es que esa presión se sigue dando, de manera más soterrada quizás o no tan evidente como era antes, pero es que gran parte de esa presión no es sólo social es autoimpuesta, o sea, creo que puede más el poder, quizás por motivos educacionales o de género o como le quieras llamar, pero probablemente son problemas adquiridos de he fracasado como pareja. Porque además hay una identificación muy grande entre mujer y pareja Dios mío, he fracasado como mujer en mi relación de pareja. 34 El fracaso y la culpa, siendo esta segunda una consecuencia directa de esa vinculación que ya hemos señalado al comienzo entre la responsabilidad de la unidad familiar y la mujer, son también elementos que condicionan los procesos de separación: Porque ahí viene la culpa, cuando hay una separación o un divorcio las mujeres somos las culpables, vamos en general y por lo que veo y las experiencias que he vivido, fíjate tu, está separada o reseparada como le dicen a una amiga que se ha separado dos veces es la reseparada mira, tú tienes dos medallas, bonita el caso de mis padres es el machismo extremo y tienen una casa en la playa y allí todos somos muy buenos y oye he visto casos de matrimonios de la edad de mis padres que se han separado y, oye, tremendo, entre ellos 32 GD2 33 EAs5 34 EAs5

18 18 cuando hablan qué manera de culpabilizar a la mujer y yo digo, pero, por qué él [es] el santo varón, y van a ayudarle a él y bueno ella?. 35 Tal es el reto que suponen estas situaciones para muchas familias que no están preparadas para afrontarlo que en ocasiones, tal y como nos lo narran, sólo nos queda aceptar lo que el vivir un problema así desvela de ellos: Y bueno yo he terminado aceptando que es así y que ellos son capaces de dar pues hasta donde pueden dar, me costó mucho aprender eso, fue una lucha tremenda yo era muy inocente y pensaba que mi familia era perfecta, mis hermanos eran perfectos y yo vivía en el mundo de colores y cuando la vida te pega las ostias, que te vienen las ostias de todos los colores dices madre mía, y mi familia qué? porque, claro, aquello era un dolor muy grande.[ ]. Y bueno, al final he terminado por aceptar que es lo que hay y yo voy con esta imagen con mi familia, porque entiendo lo que ha pasado, hoy día ya entiendo que, igual que a una persona que tiene minusvalía no le puedes pedir que ande o a un ciego que vea, pues ellos no tienen la capacidad de ver y de ponerse a la altura de las cosas que yo he vivido. 36 Ante qué tipo de pobreza nos estamos enfrentando? - La separación: Pues mala suerte A mí me dejó mi pareja cuando mi niño tenía cuatro meses, nosotros teníamos un negocio, pues el niño nació en Octubre [ ] Nosotros no estábamos casados y con el niño que nació en octubre pues como a primeros de febrero le dije pues podríamos casarnos por lo civil, más que nada pues en los colegios cuando tienes que presentar el libro de familia y estás soltero y ven los papeles la gente todavía no lo ve bien eso, en muchos sitios no se ve bien. Y me dijo no, como me dijo un no así muy rotundo pensé que mal me ha sonado este no y yo le dije por qué no? y él que no me decía nada y ya claro le dije mira de aquí no nos acostamos hasta que no digas por qué no. Y ya me empezó a soltar puf, puf y yo, madre mía para qué le habré preguntado que si ya no estaba enamorado, que él ya no me quería, me soltó una retahíla que vamos y dije, pues qué se le va a hacer. 37 No hace falta acudir a las estadísticas o datos de los divorcios al día que se dan para reconocer lo habitual de situaciones como la arriba descrita. Lo que nos interesa, en este caso, es detallar y comprender la situación a la que se enfrentan muchas mujeres y que se suele asociar a la precariedad económica. Así nos lo describen desde una asociación de larga andadura: Aquí en la mayoría de las mujeres que atendemos se da esa precariedad económica por varias causas. Normalmente porque son unidades familiares entre uno y tres hijos, la mayoría de las mujeres que pasan por aquí tienen al menos un hijo, que tienen un sueldo como cualquiera hoy en día, como los famosos mileuristas o un poquito más de mil euros, tienen una casa con una hipoteca que está sin pagar y que su vida familiar, tal y como está concebida, se ha roto, su pareja ya no aporta esa parte económica a la unidad familiar y se tiene que hacer cargo de todos los gastos, más todos los gastos del niño aunque luego la ex pareja pase una pensión para compensar los gastos de alimentación pero nunca es suficiente, porque los niños requieren muchísima inversión, no sólo económica sino de tiempo y de recursos propios. Entonces ahí es donde yo veo las situaciones de necesidad GD2 36 GD2 37 EM3 38 EAs5

19 19 Veamos en esta historia particular las diferentes etapas del proceso de separación, comenzando por la cuestión económico-laboral: Y el negocio lo cerramos en enero de ese año porque yo estaba de autónoma, y estuve el embarazo de baja, teníamos un negocio de buceo y fue nacer el niño y a los cuatro meses me dijo que me dejaba pues bueno, mala suerte y yo dejaba de cobrar la maternidad, no tenía trabajo porque tenía baja de autónomos, me dejó sin casa porque vivíamos en casa de su madre y me dejó sin un duro un desastre. Y me fui a la Seguridad Social a ver si podía cobrar por lo menos pues el subsidio y como había estado de autónoma me dijeron que no tenía derecho a cobrar nada. 39 Como venimos insistiendo, el recurso de la familia es fundamental a corto plazo para poder ir dando pasos en la nueva situación: Yo me fui, estuve quince días y me fui a casa de mi madre, lo que pasa es que yo en casa de mi madre no podía estar y en dos meses o así me alquilé un piso que me ayudaron mis padres a pagar. Esto sería en febrero, en junio me alquilé el piso que me puse a trabajar, en agosto me dice que vuelva, por el niño y tal. Vuelvo en septiembre, hago la mudanza en septiembre y a finales, el cuatro de octubre me dice otra vez que no que, y yo, pues mira bonito, yo ahora de aquí no me voy, de aquí me echan, que para estar jugando ya somos mayorcitos. Y estuve dos años que ha tardado en salir el juicio y la madre portándose muy mal. 40 Las relaciones sociofamiliares se complican y el compartir los problemas con personas conocidas no siempre es motivo de encontrar apoyo: Digamos [que] los míos se ponen de mi lado y los suyos se ponen de su lado, básicamente, los hombres se ponen de su lado y las mujeres si son amigas suyas se ponen de su lado. Y quien no ha vivido una situación así es que no la entiendo porque no sabe lo que es. Tu madre te ayuda porque es tu madre y quizá entienda algo más o te entienda, pero mis hermanos cero, no me ayudaron en nada. No sé si es porque quien no ha vivido una situación así es que no la entiende, que puede ser. Amigas suyas que conocía, porque llevábamos 10 años, que su marido a una chica la dejo embarazada y pensé, a lo mejor esta chica me llama más que otra persona porque ha vivido lo mismo, pues no me llamó nunca. 41 El elemento clave es poder salir adelante económicamente, pero la búsqueda de trabajo se dificulta con quién conciliar?: Es que no puedes buscar un trabajo porque si yo no tuviera un hijo y me hubiera separado, podría trabajar de noche, ganando más dinero o los fines de semana o como quisiera. [ ]. Yo ahora estoy trabajando de 10 a 3 de lunes a viernes y gano lo que es el salario base, pues 400 y pico euros, pero claro es que tengo que llevar al niño por la mañana al colegio, tengo que recogerlo a las cuatro y media. No puedo buscar un trabajo que sea en comercio porque trabajas por la tarde y trabajas los sábados y no tengo con quién dejar al niño los sábados. 42 Como señalábamos en un principio, la precariedad económica es la consecuencia del actual mercado laboral que no posibilita muchas opciones, opciones que se ven disminuidas en los hogares monomarentales: Yo ahora mismo gano 432 euros en nómina, mi pareja me da 400, a mi el piso me cuesta 800 euros al mes. Es que encuentra un piso por menos de 700 euros yo vivo en 39 EM3 40 EM3 41 EM3 42 EM3

20 20 Villaviciosa, llegué a un acuerdo, si el niño iba a un colegio privado se lo pagaba él, yo le dije se lo pagas tú, yo no tengo dinero para pagar un colegio privado porque, quieras que no, el nivel es más alto, porque hoy en día en los colegios públicos los niveles en educación están por el suelo, entonces si pagas tú, pues que vaya, y entonces me busqué un piso por Villaviciosa, pero vamos cuando me vine aquí, vivía al lado de la Fuentecilla y me costaba 700 euros. 43 Cuáles son las expectativas? Podemos imaginarnos un futuro mejor? Hombre, cuando el niño se vaya haciendo mayor intentar buscar otros trabajos, pero es que yo, ahora mismo, tardo hora y media en llegar a mi casa, y a las ocho y media, me lo da los martes y jueves, es que tampoco se puede, no tengo muchas opciones. Fines de semana alternos, pues trabajo fines de semana alterno, pero quién te contrata en fines de semana alternos. Por la noche me pongo de camarera los fines de semana, pero es que como son alternos qué haces? No puedes hacer nada, está muy difícil el trabajo, a no ser que tengas un título, que puedas trabajar en una oficina de 8 a 6 y que tengas mucho dinero para luego coger niñera La prejubilación y el paso de los años: Todos los días lentejas M1:Mi marido se prejubiló y a partir de ahí y discúlpame, que espero que a ti te vaya muy bien y te dure eternamente, pero no sé qué les pasa, se ponen modorros, tú eres la que envejeces, él no, tú eres la que no le vales, él sí. Como no está acostumbrado a vivir contigo, porque mi marido se iba a la siete de la mañana y volvía a las seis de la tarde, yo le ponía su meriendita y se bajaba a la partida, cuando estaba trabajando, llegaba a la noche, cenábamos y a dormir. No nos conocíamos prácticamente. Los fines de semana nos íbamos al pueblo, se iba a la caza, venía de la caza, se iba a la partida al bar, venía, cenaba, nos acostábamos Luego se le cruza una mujer joven sudamericana que le dice, papito, eres muy guapo y muy bonito y joven, con 63 años, que te quiero muchísimo porque eres lo mejor que me ha pasado en la vida y el otro va y se lo cree. Y tú como ya tienes tus años y de ti ya se ha cansado, porque como decía él es que todos los días lentejas. M2: Ves?, es que con todas estas cosas, tener un trabajo es fundamental, porque lo hubieras llevado de otra forma. M1: Pues sí. Él vive en la casa del pueblo, y se ha quedado con la de la playa Yo no tengo nada porque para quitar los juicios porque trece años entrando y saliendo, pues no M3: Si una amiga mía le pasó igual, el marido con una sudamericana, ella hizo todo lo posible para quedarse con el piso M2: En casa aunque te ayude y eso es que les mandan a la compra venia en una revista M1: Pero es que no paran de meterse encima incordian. M2: Si, aunque no parece, sí que incordian, que por qué bajas tantas veces a la calle tonterías pero que poco a poco se va liando. M1: Si, pero también te puede venir el problema porque no le atiendes a él y está solo, es decir, por todo vas a estar pillada, ahora mismo, si tú le mandas al Pryca a comprar y se cruza con una muchacha, es que tú le has mandado, yo no tengo la culpa, es que tú no estás. 45 Esta mujer de 58 años, separada y con tres hijos, narrando su historia nos pone en contacto con dos situaciones: una de ellas, la ya menciona, de la prejubilación de la pareja, y otra relacionada con la ruptura de la relación. La prejubilación nos plantea las funciones y roles dominantes en la sociedad patriarcal del hombre y la mujer en los espacios público y privado. El cumplimiento de esas funciones, laborales y de crianza, y la nueva situación puede derivar en una falta de reconocimiento mutuo. 43 EM3 44 EM3 45 GD1