Mecanismos neoliberales de poder Casos de las nuevas formas de trabajo del Siglo XXI. Autores:

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1 Mecanismos neoliberales de poder Casos de las nuevas formas de trabajo del Siglo XXI Autores: Cosso, Melina - melinacosso@gmail.com Cufari, Ezequiel - ezecufari@gmail.com Institución: Universidad de Buenos Aires Facultad de Derecho 2012 Abstract: En este escrito pretendemos analizar dos aplicaciones prácticas del modelo neoliberal, el teleoperador y el teletrabajador, y su relación con el concepto de hombre empresa planteado por Michel Foucault. Hacia fines del siglo pasado se desarrolló en el país un proceso de privatización de empresas públicas y de la economía en general con características inéditas en la historia nacional. Esto produjo un desplazamiento en la relación de fuerzas generando una demanda creciente de trabajo mientras la oferta era escasa, por lo que se instalaron precarias modalidades laborales a los efectos de paliar esta situación. Este crecimiento abismal del desempleo contribuyó entonces, a modificar la relación empleador - empleado y a configurar un nuevo esquema de relaciones de poder en dicho ámbito. Los casos que analizaremos en este trabajo son el teletrabajo y el trabajo en los call centers, que consideramos ejemplifican las nuevas particularidades neoliberales: precariedad laboral, ausencia de un marco legal para el desarrollo de la actividad, carencia de representación gremial, naturalización de los principios y objetivos empresarios, la internalización de conductas que modifican las relaciones sociales del propio trabajador. En estos casos, buscamos reflexionar acerca del ejercicio del poder, teniendo en cuenta principalmente los mecanismos de control y disciplina aplicados a la fuerza de trabajo, y las consecuentes implicancias que producen sujetos que conducen sus conductas adecuándose a la racionalidad del poder. Por esto, es que consideramos necesario el pensamiento crítico sobre la naturalización del modelo neoliberal y sus consecuencias prácticas que afectan de manera determinante la subjetividad del individuo. -1-

2 Introducción Una idea socialmente aceptada en nuestros días es que estamos atravesando un escenario mundial con un capitalismo en crisis. Sin embargo encontramos en una parte del mundo académico la opinión académicamente aceptada que esto tiene sus matices: lo que estaría en crisis es el neoliberalismo, entendiéndolo como una como una forma de división del trabajo del modo de producción capitalista. Este sentido común presupone analizar la coyuntura actual en términos de un proceso sistémico en la cual participamos únicamente como espectadores y donde no hay opciones ni acciones posibles ante esta situación. Es este el único análisis posible del presente? Para intentar esbozar una respuesta dichas cuestiones, nos separaremos de dicha concepción sistémica, y utilizaremos en este escrito el concepto de gobierno desarrollado por Michel Foucault en algunos de sus cursos y que puede ser sintetizado como la conducción por parte de unos hombres de las conductas del resto de su comunidad. Esto es, un continuo que se extiende desde el gobierno político hasta las formas de regulación de si mismo, llamadas por Foucault tecnologías de sí (Lemke, 2001: 201. Traducción propia), reguladas por una reflexión continua sobre el modo de gobernar, que era una actividad discutida no solo en términos políticos, sino como muestra Foucault en sus cursos, en religiosos, médicos y pedagógicos. Sin embargo, la conducción de conductas y las relaciones de fuerzas en general carecen en sí de valor explicativo porque el término mismo de poder no hace otra cosa que designar un ámbito de relaciones que resta analizar por completo (Foucault, 2007: 218). Entonces cualquier estudio de las tecnologías del poder tiene que contener un examen del discurso donde dicho poder es sistematizado, a fin de dotar a las relaciones de fuerza de una grilla para su posterior análisis. La racionalidad política propia de la modalidad neoliberal del ejercicio del poder, trata de subsumir la dimensión social de la existencia humana en la dimensión económica, aspirando a construir sujetos prudentes (denominados también homo economicus) cuya cualidad moral esté basada en el hecho de que ellos juzguen los costos y beneficios de ciertos actos opuestos a otros actos alternativos. (Lemke, 2001: 201.Traducción propia), que sean responsables de lo que antaño había sido competencia exclusiva del Estado. En palabras de Foucault: La sociedad regulada por el mercado en la que piensan los neoliberales es una sociedad en la cual el principio regulador no debe ser tanto el intercambio de mercancías como los mecanismos de la competencia No una sociedad de supermercado: una sociedad de empresa (Foucault, 2007: 182). Ahora bien qué función tiene esa generalización de la forma empresa? Por un lado se trata, desde luego de multiplicar el modelo económico, el modelo de la oferta y la demanda, el modelo de la inversión, el costo y el beneficio, para hacer de él un modelo de las relaciones sociales, un modelo de la existencia misma, una forma de relación consigo mismo, con el tiempo, con su entorno, el futuro, el grupo, la familia (Foucault, 2007: 278). Las formas del hombre empresa que serán objeto de nuestro análisis son: el trabajo de los teleoperadores en los Call Centers y el Teletrabajo. Nuestra primera razón para la elección radica en que ambas son una fuente de ocupación importante de la Población económicamente activa. Se estima que en la actualidad trabajan en Call Centers unos teleoperadores 1 de los cuales un alto porcentaje son estudiantes universitarios que no superan los 30 años de edad, y en 2009 se estimaba que había al menos un teletrabajador en hogares argentinos 2. En segundo lugar, nuestro interés reside en que ambos son casos empíricos de persistencia del neoliberalismo que nos permitirán al menos, matizar la idea de crisis del neoliberalismo tan extendida en nuestros días. En otras palabras, ambos casos, en principio tienen características muy diferentes: monotonía y registro exhaustivo de toda la 1 Puede verse al respecto el artículo Llamada de atención en los Call Centers, Dato extraído del artículo de Tomás, Juan Pedro (2009) Cantidad de teletrabajadores crece 15-20% al año -2-

3 El Teleoperador, entre el Panóptico digital y el Salario-bono Consideramos Teleoperador a quien realice la actividad definida en el Proyecto de Ley S , la cual consistiría en la atención, recepción, y/o emisión de conexiones telefónicas y/o telemáticas, efectuando entre otras las labores de enlace entre distintos usuarios y/o sistemas; atención, información y/o asesoramiento de aspectos técnicos, comerciales y/o administrativos; venta y/o promoción de productos y/o servicios, incluidas aquellas que sean realizadas con la asistencia de vídeo teclados y/o sistemas de informática o terminales, o cualquier otro método actual o futuro, diseñado a tales fines en el ámbito del Centro de Atención telefónica de llamados entrantes y/o salientes" 3, definición de la cual inferimos un claro caso de lo que llamamos trabajo inmaterial, el cual se ha desarrollado a través de las grandes empresas del sector terciario de la economía y cuyas principales actividades ya hemos mencionado. Quienes se desempeñan en este tipo de trabajo, requieren capacidades cognitivas y afectivas, que podríamos resumir en proactividad en la comunicación, la buena dicción, el trato cordial hacia el cliente / usuario y la habilidad discursiva. Esto significa que la característica definitoria de la labor inmaterial radica en poner a trabajar al lenguaje, lográndose una identidad entre trabajo y comunicación verbal, en oposición a la idea de que el trabajo sólo se limita a lo físico y a la producción de objetos tangibles que concluyan un proceso. Esta última concepción es característica de la etapa Fordista del Capitalismo, de lo que algunos autores llaman el Mundo de la Fábrica en el que imperaba el encierro, la división del espacio y el ordenamiento del tiempo a fin de lograr cuerpos dóciles y productivos. Entonces, podemos formular una de las cuestiones que atraviesa el escrito: Cuál sería la relación entre esta actividad y el concepto del Hombre-Empresa previamente mencionado? La respuesta a ello la encontraremos a través de distintas características determinantes del lugar en donde se captura el resultado de este trabajo inmaterial. Uno de los instrumentos más importantes y centrales que necesita este tipo de trabajo es un Sistema informático de registro exhaustivo y constante de los parámetros utilizados por el operador telefónico para el desarrollo de su gestión laboral. Dichas variables, si bien cambian según la actividad que se despliegue, suelen tener denominadores comunes que apuntan a mensurar los tiempos de comunicación, espera, concreción de casos o ventas y cantidad de llamadas realizadas y/o atendidas. A su vez, dicho Sistema se complementa con la escucha activa de empleados que tienen como objetivo final el control en tiempo real del desarrollo laboral diario. Por consiguiente, al ser este un Sistema integral de Gestión de Proyectos que utiliza el Teleoperador, encontraremos en él las mediciones de todo lo que se hace como también lo que no se hace, es decir, del tiempo de trabajo efectivo y el que se utiliza para ocio, descanso o necesidades básicas. Según los resultados obtenidos en las distintas mediciones, el teleoperador será ponderado conjuntamente con sus compañeros en un ranking de productividad, que permite a aquellos que se encuentren en la cima del mismo obtener mejores salarios y beneficios extras 3 El lugar de trabajo puede recibir distintas denominaciones que dependerán del tipo de actividad que se realice, Call Center, Contact Center, Centro de atención telefónica. actividad laboral en el caso del teleoperador frente a autonomía y autogestión del tiempo en el caso de los teletrabajadores. Sin embargo, veremos en los siguientes apartados, que al interior de este supuesto antagonismo existe una afinidad entre ambas modalidades de trabajo, que puede ser pensada utilizando el concepto antes mencionado de hombreempresa. -3-

4 que en ocasiones, se pueden traducir en premios y permisos. Como contraparte, aquellos que no logran los números esperados pueden ser sancionados monetaria o disciplinariamente. La siguiente declaración de un empleado ilustra esta situación: Hay un despotismo enorme en el control impuesto al operador. El supervisor te escucha todo el tiempo y, después, te califica, te reprende, y nunca tenés certeza de cuánto vas a cobrar. Buscan que compitas con tus compañeros, y de eso depende que conserves el empleo. (Llamada de atención para los Call Centers, 2011) A esto se le suma la contratación de modo temporal, con contratos eventuales por temporada o a plazo fijo, que hace que esa competencia sea un fin perseguido, no sólo porque de esta manera evita ser más hostigado que otros compañeros, sino también porque considerará que cuantos mejores resultados obtenga existirán mayores posibilidades de que su contrato sea renovado. Inmersa en esta situación también se encuentra la problemática salarial. Los empleados en la mayoría de los casos obtienen un sueldo básico que por lo general es inferior al mínimo vital y móvil, al cual se le podrían sumar esas regalías y/o bonos previamente aludidos, consecuencia de ser un empleado productivo para la empresa 4. Por ello consideramos que el salario, en lugar de ser una retribución por el trabajo efectuado se transforma de cara al empleado, en un premio que la empresa decide otorgarle: Es menester considerar que la idoneidad que se hace carne con el trabajador es, de alguna manera, el aspecto en que éste es una máquina, pero una máquina entendida en el sentido positivo, pues va a producir flujos de ingresos (Foucault, 2007: 263). La remuneración pasa a ser un producto directo del rendimiento individual, por lo que en consecuencia el trabajador que no logre los objetivos será el único responsable por su bajo salario, reforzando el discurso de la auto-estigmatización, que podríamos sintetizar en la siguiente frase: Si no cobraste este mes el bono es porque no te esforzaste lo suficiente, porque no obedeciste lo suficiente y, por tanto, porque no supiste ser lo suficientemente libre (Colectivo Situaciones, 2006: 33). Como consecuencia, se genera entre los propios compañeros de trabajo una rivalidad interna por conseguir estar posicionado en la cúspide de este ranking, lo que no hace más que internalizar a nivel individual la ética social de la empresa, centrada en la competencia y en la aplicación del modelo económico en todas las relaciones sociales, que tiene como inevitable correlato el dejar de lado las consideraciones éticas personales. Este proceso de constitución de unidades empresa se lleva a cabo bajo uno de los estandartes del discurso neoliberal: la sana competencia, la cual sólo buscaría la optimización de los tiempos de trabajo para obtener mayores ganancias. Esto significa que el individuo comienza a replantear su conducta en términos de costo-beneficio dentro del ámbito laboral, ya que la pérdida de tiempo al pretender satisfacer una necesidad, significará no ser productivo y puede traer aparejado una menor categoría en el ranking, una consecuente disminución en el salario o la imposibilidad para acceder a los beneficios mencionados, incluso con la posible aplicación de una sanción disciplinaria por bajo rendimiento. En el mismo sentido, la constitución de homo economicus lleva a la aplicación de esta díada económica a ámbitos no-económicos como la educación superior, resultando paradójica la situación para los teleoperadores, quienes no acceden a sus días de estudio o bien acceden a los mismos pero reciben alguna sanción, aún cuando su condición de estudiante en ocasiones es requisito excluyente para acceder al trabajo y tomarse días de estudio es su derecho. Incluso el derecho a la organización gremial es pensado en términos económicos, ya que existe el temor a ser despedido y reemplazado por otros que acepten cobrar menos sin reclamar por sus derechos, siendo así más rentables para la empresa. 4 Existe una similitud entre el empleado productivo y la figura de el empleado del mes típica de las cadenas internacionales de comida rápida, sin embargo dicho análisis excede nuestro objeto de estudio en este escrito. -4-

5 A fin de controlar a los sujetos-teleoperadores, los Call Centers disponen de múltiples herramientas, de las cuales analizaremos solamente dos: El convenio colectivo de trabajo para la actividad de servicios de contactos para terceros (CCT 451/2006) para el personal de los Call Centers de la Provincia de Córdoba, y la deslocalización de la producción. En el análisis de dicho convenio, consideramos pertinente detenernos en el análisis de los siguientes artículos: Artículo 3 (CCT) Objetivos mutuos y fines compartidos: Los trabajadores reconocen y aceptan su obligación de hacer lo que de ellos dependa para que los clientes reciban un servicio de calidad ( ) y aseguren la sobrevivencia y rentabilidad de las empresas y el nivel de empleo. Artículo 31 (CCT): Paz Social: Las partes signatarias de esta convención se comprometen a garantizar la resolución de los conflictos que surjan y que afecten el normal desarrollo de las actividades sin medidas de fuerza ( ) y se comprometen a abstenerse de la realización de medidas de acción directa. En este extracto podemos resaltar en primer lugar, que la buena marcha de la empresa dejó de depender de factores estructurales como la organización de la producción para ser responsabilidad exclusiva de cada uno de los empleados, quienes responden incluso por su propio despido. Entonces, si el Call center está constituido solamente por los teleoperadores, vemos que se busca invisibilizar cualquier conflicto entre capital y trabajo, porque de acuerdo al convenio, los trabajadores realizarían medidas de fuerza contra sí mismos. Es por eso que se busca imposibilitar la confrontación, lo que en palabras de Farcy podría resumirse en La Agec (Asociación gremial de empleados de comercio. Agregado Propio), por su parte, se atribuyó la representación de los trabajadores de call centers y en su negociación no participó ni un solo teleoperador/a, por el hecho de que no existen ni se permiten cuerpos de delegados gremiales (Farcy, 2009: 8). Esto en términos foucaultianos, puede ser entendido como una reorganización del gobierno de las conductas dentro del ámbito laboral, puesto que se trasladan cuestiones que eran competencia de toda la empresa, como la satisfacción del cliente y el nivel de empleo, hacia los sujetos-teleoperadores. La segunda de las herramientas, íntimamente relacionada a la primera, es la deslocalización de la producción inmaterial que es la terciarización de la producción a cargo de otras empresas, que en reiteradas ocasiones son controladas por la misma compañía originaria desde otra provincia u otro país. Una de las consecuencias de dicho proceder, se reduce a generar enfrentamientos entre los trabajadores, pero no en el plano real sino en el potencial, lo cual significa que el teleoperador sufre por parte de la empresa la amenaza de perder su puesto a manos de un reemplazo en otro país. Para resumir y en palabras de Deleuze: Es cierto que ya la fábrica utilizaba el sistema de las primas y los incentivos, pero la empresa se esfuerza con mayor profundidad en imponer una modulación de cada salario, en estados siempre metaestables que admiten confrontaciones, concursos y premios extremadamente cómicos. La fábrica hacía de los individuos un cuerpo, con la doble ventaje de que, de este modo, el patrono podía vigilar cada uno de los elementos que formaban la masa y los sindicatos podían movilizar a toda una masa de resistentes. La empresa, en cambio, instituye entre los individuos una rivalidad interminable a modo de sana competición, como una motivación excelente que contrapone unos individuos a otros y atraviesa a cada uno de ellos, dividiéndole interiormente (Deleuze, 1995). -5-

6 Este concepto del individuo como capital humano (del cual hay que obtener beneficios), puede ser relacionado con otro mecanismo de poder analizado por Foucault: la disciplina, cuyo objetivo es el control minucioso de las operaciones del cuerpo, que garantizan la sujeción constante de sus fuerzas y les imponen una relación de docilidadutilidad (Foucault, 2002: 141). Podemos decir por consiguiente, que la aplicación de este mecanismo a nuestro objeto de análisis resulta problemática, debido a que como ya vimos, la fuerza productiva en un call center no son los cuerpos sino el intelecto: la productividad está disociada de la gestualidad corporal. Por ende, la vigilancia sobre los cuerpos abandona el gobierno de los movimientos y se limita a certificar la ubicación espacial del individuo en su cubículo de trabajo (Morayta, Pirillo, Zukerfeld, 2008: 21) Asimismo el teleoperador generalmente puede ver a su supervisor, quien se limita a observar los indicadores numéricos de su desempeño, porque el objetivo es la acción orientada a resultados y no a procedimientos 5. Esto significa en consecuencia que el Panóptico físico, el cual es una tecnología que funciona como un espacio cerrado, recortado, vigilado, en todos sus puntos en el que los individuos están insertados en un lugar fijo, en el que los menores movimientos se hallan controlados, en el que el trabajo interrumpido de escritura une el centro y la periferia, en el poder se ejerce por entero, de acuerdo con una figura jerárquica continua, en el que cada individuo está constantemente localizado y examinado (Foucault, 2002: 201), no se aplica a la conducción de conductas de los teleoperadores. Entonces, la estructura arquitectónica material del ejercicio del poder carece de valor explicativo para entender las labores de los teleoperadores, habida cuenta de que el procedimiento material y el aspecto físico en general no son relevantes a la hora de conseguir la satisfacción de cliente, pero esto no significa que no exista una cierta persistencia de la disciplina, que se logra por medio del software informático, el cual tiene efectos sobre las capacidades cognitivas y afectivas del teleoperador al registrar todo su trabajo. El artículo de Disciplina y control en los Call Centers expresa dicha situación claramente: la grabación de los llamados ha fortalecido enormemente el disciplinamiento de los teleoperadores ( ) pero no por la eficiencia material del mecanismo ( ), sino por su potencia simbólica. No por su poder objetivo, limitado por la escasez de atención, sino por su potencia subjetiva. Los trabajadores saben que las posibilidades de ser escuchados son bajas, pero pese a eso se recuerdan mutuamente esa posibilidad y se autoinoculan el temor. En este caso puntual, la idea foucaultiana de la introyección de la vigilancia más allá de su acción real se muestra plenamente vigente. (Morayta, Pirillo y Zukerfeld, 2008: 30). En síntesis, aquel que se sabe registrado será cordial, leerá textualmente el texto de la pantalla de su PC y responderá amablemente ante los maltratos de quien está del otro lado de la línea. Sin embargo, el teleoperador cuenta con ciertas libertades y permisos indispensables en sus labores diarias a fin de alcanzar los objetivos establecidos, las cuales rompen con el modelo disciplinario que no deja escapar nada (y) que nos dice en todo momento lo que debemos hacer (Foucault, 2006: 67-68). Además consideramos que la vigilancia ejercida a través del Software, si bien logra que los sujetos internalicen el control de sus superiores, ante todo logra que los sujetos hagan propia la ética social de la empresa en el breve período de tiempo en el que los teleoperadores permanecen en su puesto. Es por esto que para pensar la dimensión de la competencia dentro del Call Center, utilizamos en este escrito el análisis foucaultiano del homo economicus neoliberal, empresario de sí mismo: la superficie de contacto entre el individuo y el poder que se ejerce sobre él, y por consiguiente el principio de regulación del poder sobre el individuo, no va a ser otra cosa que 5 Como excepción, algunos Call center exigen atender sus llamados con sonrisa telefónica, con el pretexto de que eso los clientes lo sienten. Para un análisis de este procedimiento puede verse el trabajo de I. Morayta, J. Pirillo, M. Zukerfeld. -6-

7 esa especie de grilla del homo economicus. El homo economicus es la interfaz del gobierno y del individuo. (Foucault, 2007: 292) Asimismo, este modelo teórico tiene implicancias en los cuerpos que, según los testimonios de los teleoperadores, pueden resumirse en: Síndrome del Burn-out, problemas en las cuerdas vocales, problemas psiquiátricos, trastornos en la atención, etcétera 6. En resumen, la posibilidad de un trabajo inmaterial más humanizado no se aplica en este ámbito. Será más humanizado el teletrabajo? O presentará una dinámica laboral similar centrada en la competencia? Intentaremos esbozar una respuesta a estas cuestiones en el siguiente apartado. El Teletrabajador: Jefe de sí mismo? Las características que emplearemos para delimitar el concepto teletrabajo se encuentran agrupadas en la siguiente definición: "Es una forma de organización/ejecución del trabajo realizado en gran parte o principalmente a distancia, y mediante el uso intensivo de las técnicas informáticas y/o de telecomunicaciones"(citado en Lenguita, Duhalde y Villanueva, 2006), por lo que se convierte en "una forma flexible de organización del trabajo, que consiste en el desempeño de la actividad profesional sin la presencia física del trabajador en la empresa durante parte importante del horario laboral. Engloba una amplia gama de actividades y puede realizarse a tiempo completo o parcial. La actividad profesional en el teletrabajo implica el uso frecuente de métodos de procesamiento electrónico de información y el uso permanente de algún medio de telecomunicación para el contacto entre el trabajador y la empresa 7 (Citado en Lenguita, Duhalde y Villanueva, 2006). A este concepto le agregaremos como característica definitoria el tipo de relación laboral que pactan las partes: trabajador en relación de dependencia, autónomo y trabajador desde su domicilio. La modalidad de trabajo inmaterial entonces, se encuentra inmersa en un discurso neoliberal que sostiene que la forma de trabajar ha cambiado debido a la metamorfosis que han atravesado las nuevas generaciones, quienes cuentan con la posibilidad de elegir dónde trabajar y cuando hacerlo, muñiéndose de los avances tecnológicos que serán usados como herramienta para mejorar la productividad y la satisfacción de los empleados con su trabajo. Así los efectos prácticos de este discurso son la auto-administración tanto de los tiempos de trabajo, como también del espacio físico de su realización. Esta nueva cultura laboral logra que los sujetos internalicen nuevos valores, que pueden ser sintetizados en la cita a continuación: Uno de los pilares de nuestra cultura es la autonomía, dar plena libertad para que la gente haga lo quiera mientras cumpla con los objetivos. (Crettaz, 2011) Dicha transformación aparece en este discurso como una optimización de la relación entre el individuo y su trabajo y también significa que el individuo pensará en términos de eficiencia económica no solo sus necesidades y derechos laborales (como el caso del Teleoperador), sino también los demás aspectos externos a su labor pues el trabajo y el tiempo libre no son más opuestos limitantes, sino que tienden a suplementarse mutuamente (Lemke, 2001: 202.Traducción propia). Sin embargo, es necesario considerar que este tiempo libre será adaptado a los requerimientos de su empleador, debido a que su finalidad principal es el cumplimiento de sus objetivos. Esto llevará a que el teletrabajador adopte para sí la 6 Para conocer distintos testimonios de trabajadores de Call Centers puede consultarse el libro del Colectivo Situaciones Quién habla? luchas contra la explotación del alma en los Call Centers. 7 El Proyecto de Ley S que busca regular la actividad de los teletrabajadores, contiene una definición bastante similar a la que aquí presentamos, incluyendo en la misma, el uso de las tecnologías de la información y buscando otorgar los mismos derechos a trabajadores en relación de dependencia y teletrabajadores. -7-

8 forma empresarial como modo de relación consigo mismo, subsumiendo incluso la totalidad de sus potencias creativas independientes de las órdenes de la empresa a la lógica de la eficiencia económica. En otros términos, los efectos del discurso neoliberal logran la invisibilización de la relación capital-trabajo, mediante los cuales el individuo con-funde su ámbito laboral, su vida personal y los objetivos empresariales que se introducen en el interior de las elecciones de los sujetos teletrabajadores, siendo las exigencias de su empresa el único factor delimitante de su ritmo de vida. Esto significa que para el neoliberalismo, en el mercado laboral la fuerza de trabajo no se vende por un salario, sino que un capital humano recibe por su idoneidad una renta dineraria, logrando que ya no haya explotadores ni explotados sino sólo empresarios. A modo de colofón El neoliberalismo a lo largo de los años ha sufrido profundas transformaciones, y en la actualidad, se sostiene que el modelo ha entrado en crisis. Consideramos que lejos de estar atravesando un proceso de decadencia terminal, se encuentra en un proceso de reconfiguración, el cual desde una perspectiva foucaultiana, puede ser entendido como una reestructuración a escala general de las relaciones de poder. Estos cambios acarrean nuevas tecnologías que se ejecutan por medio de la intervención directa del Estado, conjuntamente con técnicas indirectas para conducir y controlar que transfieren la responsabilidad de sus acciones a los propios sujetos y cuya racionalidad será el sostén de su propia libertad. En el modelo teórico del homo economicus lo que previamente eran dominios extra económicos, se hayan colonizados por la eficacia empresarial, estableciéndose vínculos estrechos entre el bienestar personal y la prosperidad laboral, la que se alcanza a través de distintas vías. El análisis sobre la actividad de los teleoperadores nos permitió identificar, algunos de los caracteres que también son identificables en el otro caso estudiado. Ambos poseen particularidades que ya se han detallado, pero a su vez comparten características comunes que nos han permitido considerarlos conjuntamente en este escrito. Es por estos rasgos similares que los hemos adoptado como dos formas del hombre empresa, esto es, la modalidad de relación consigo mismo propia del neoliberalismo. En primer lugar, lo que nos permite sostener que el teleoperador es un ejemplo de modalidad neoliberal de trabajo son las características que ya hemos descrito: el ranking de productividad, los derechos laborales subsumidos a la díada costo-beneficio, el salario como premio para los productivos y como un castigo ante aquellos que no logren de la empresa. Asimismo, el control convive con persistencias disciplinarias, como por ejemplo la amenaza de la escucha permanente. Mientras que en segundo lugar, el teletrabajo ejemplifica la adopción de la perspectiva empresarial en los puntos antedichos: adaptación de la ética social de la empresa a la totalidad del tiempo vital del sujeto, cobro por objetivo de trabajo cumplido, la sumisión de libertad a los requerimientos del empleador. En este caso, la disciplina se diluye y la conducción de las acciones del individuo quedan bajo el autocontrol de sus consideraciones, interrelacionadas con las de su empresa. Lo antedicho, nos permite reflexionar acerca de la manera en que se ejerce el poder y cómo este discurso, produce sujetos que conducen sus conductas, adecuándose a la racionalidad del poder. Por esto, es que consideramos necesario el pensamiento crítico sobre la naturalización del modelo neoliberal y sus implicaciones prácticas que afectan de manera determinante la subjetividad del individuo. -8-

9 Bibliografía Colectivo Situaciones y otros (2006). Quién habla? Lucha contra la esclavitud de alma en los call centers. Buenos Aires: Ediciones tinta limón. Crettaz, José (2011, septiembre 13) Trabajar sin horarios ni jefes ni mails. [en línea] [consulta: 31 de Octubre de 2011] Duhalde, S., Lenguita, P., Villanueva, M.M. (2006) Las formas de control laboral en tiempos de la teledisponibilidad Análisis sobre la organización del teletrabajo a domicilio en Argentina. [en línea] [Consulta: 31 de octubre de 2011] Deleuze, Gilles (1995). Postdata sobre las sociedades de control. En Revista virtual Lafogata.org. Farcy, Emanuel (2009): Nuevas tecnologías, trabajo inmaterial y luchas por derechos. un análisis de los Call Centers en la provincia de Córdoba. [en línea] [consulta: 31 de Octubre de 2011] Foucault, Michel (2002) Vigilar y Castigar. Buenos Aires: Siglo XXI editores. Foucault, Michel (2006) Seguridad, Territorio, Población. Buenos Aires: Siglo XXI editores. Foucault, Michel (2007) Nacimiento de la biopolítica. Buenos Aires: FCE. Lemke, Thomas (2001) The birth of bio-politics : Michel Foucault s lecture at the Collège de France on neo-liberal governmentality. En: Economy and Society Volume 30 Number 2 May 2001: Llamada de atención para los Call Centers (2011, Agosto 30) [en línea] [consulta: 31 de Octubre de 2011] 30.html Morayta, I., Pirillo, J., y Zukerfeld M., (2008) Disciplina y Control en los Call Centers. [en línea] [Consulta: 31 de octubre de 2011] Proyecto de ley S Régimen Jurídico del Teletrabajo en Relación de dependencia origen=s&numexp=3498/10&tipo=pl&tconsulta=1 Proyecto de Ley S proyecto de ley de proteccion del teleoperador origen=s&numexp=3557/10&tipo=pl&tconsulta=1 Tomás, Juan Pedro (2009) Cantidad de teletrabajadores crece 15-20% al año. [en línea] [consulta: 31 de Octubre de 2011] bajadores_crece_15-20*_al_ano -9-