No soy madre porque no quiero A. A.

Transcripción

1 Yo escribo peor que ellos, pero puntúo mejor Miguel Ángel de la Fuente González No soy madre porque no quiero A. A. Romero no lo tiene tan claro: Desde los 30 la gente te empieza a preguntar, a qué estás esperando? Pues no espero nada. Puntuar de otra forma El País, , p. 35

2 SOLUCIÓN Y FUNDAMENTACIÓN. En principio, esta sería nuestra propuesta: Romero no lo tiene tan claro: «Desde los treinta[,] la gente te empieza a preguntar[:] A qué estás esperando? [.] Pues no espero [a] nada». 1) Cambiamos los dos tipos de comillas originales: Romero no lo tiene tan claro: Desde los 30 la gente te empieza a preguntar, a qué estás esperando? Pues no espero nada. Romero no lo tiene tan claro: «Desde los treinta, la gente te empieza a preguntar: A qué estás esperando?. Pues no espero a nada».

3 Hemos comenzado con las comillas angulares o españolas () y continuamos con las inglesas ( ), por lo que no hemos necesitado las simples ( ). Según la normativa, en los textos impresos, se recomienda utilizar en primera instancia las comillas angulares, reservando los otros tipos para cuando deban entrecomillarse partes de un texto ya entrecomillado. En este caso, las comillas simples se emplearán en último lugar (Ortografía de la lengua española 2010: 380). 2) Aunque el texto original emplea cifras, son preferibles las palabras: Desde los 30, la gente te empieza a preguntar Desde los treinta, la gente te empieza a preguntar Según la normativa, en obras literarias y textos no técnicos en general, resulta preferible y más elegante, salvo que se trate de números muy complejos, el empleo de palabras en lugar de cifras (Ortografía básica de la lengua española 2012: 187).

4 3) Aislamos el circunstancial antepuesto: Desde los treinta[,] la gente te empieza a preguntar Se recomienda escribir coma cuando el complemento [en el inicio de la oración] introduce referencias generalmente de lugar o de tiempo que, más que proporcionar información sobre la acción denotada por el verbo, enmarca todo el contenido (Ortografía 2010: 316). La normativa también se refiere a la puntuación para aislar una información circunstancial a la que se quiere para dar relevancia en el discurso (Ortografía 2010: 316). Además, y aunque la normativa no lo mencione, hay que tener en cuenta el contexto (van seguidos el numeral y un sustantivo): Desde los treinta, la gente te empieza a preguntar

5 4) Sustituimos la coma por los dos puntos e iniciamos con mayúscula: La gente te empieza a preguntar[:] A qué estás esperando?. Según la norma, cuando el verbo introductor del discurso directo [decir, manifestar, opinar, pensar, preguntar, repetir, responder, etc.] precede a las palabras reproducidas, tras él deben escribirse dos puntos (Ortografía 2010: 360). Además, cuando los dos puntos preceden a la reproducción de una cita, esta se escribe entre comillas y con inicial mayúscula (Ortografía básica 2012: 80). 5) Hemos cerrado la oración con punto después de las comillas: A qué estás esperando? [.] Pues no espero a nada Según la normativa, independientemente de que el texto entrecomillado abarque todo el enunciado o solo parte de él, el punto se colocará siempre detrás de las comillas de cierre. Por ejemplo: «No está el horno

6 para bollos». Con estas palabras cerró la discusión. Y esto debe ser así incluso si delante de las comillas aparece un signo de cierre de interrogación o de exclamación, o puntos suspensivos. Por ejemplo: «Dónde te crees que vas?». Esa pregunta lo detuvo en seco (Ortografía 2010: 386). 6) Por último, en nuestro texto, se confunden esperar y esperar a; por ello, debe añadirse la preposición: A qué estás esperando?. Pues no espero [a] nada. Esperar significa, entre otras cosas, tener esperanza de conseguir lo que se desea ; por ejemplo: Espero que vengas. Sin embargo, esperar a significa no comenzar a actuar hasta que suceda algo ; por ejemplo: Espero a que vengas para hacerlo (Diccionario esencial de la lengua española 2006: 619).

7 Para terminar, reproducimos ambas versiones: Romero no lo tiene tan claro: Desde los 30 la gente te empieza a preguntar, a qué estás esperando? Pues no espero nada. Romero no lo tiene tan claro: «Desde los 30 la gente te empieza a preguntar: A qué estás esperando?. Pues no espero a nada». Sin embargo, preferimos el texto en discurso indirecto: Romero no lo tiene tan claro: Desde los treinta, la gente te empieza a preguntar a qué estás esperando. Pues no espero a nada.

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