I. Introducción: hogares, bienestar humano y desarrollo sostenible

Transcripción

1 Mejoren sus sistemas estadísticos! Angus Deaton, Premio Nobel de Economía 2015, a propósito de la medición de la pobreza en América Latina I. Introducción: hogares, bienestar humano y desarrollo sostenible En el ámbito de la métrica de los aspectos sociales, económicos y ambientales, un aspecto fundamental que plantea el informe de la comisión sobre la medición del desempeño económico y el progreso social 1 es la necesidad de que los sistemas estadísticos nacionales se centren mucho más en la medición del bienestar de la población y en los beneficios sociales del crecimiento que en la sola medición de la producción económica. Desplazar el énfasis no significa menospreciar las medidas relacionadas con el PIB y la producción, sino utilizar adecuadamente cada uno de los instrumentos de medida en función de lo que efectivamente se desea medir. Como se conoce, el PIB es el indicador de la actividad económica más utilizado en los países y su medición se basa en un estándar internacional -el Sistema de Cuentas Nacionales, actualmente en su versión del año 2008-, que no está diseñado para ofrecer medidas satisfactorias del bienestar 2. Dado que no existe una medida única que pueda resumir un fenómeno tan complejo como el bienestar de la sociedad, se debe diseñar un sistema articulado, que incorpore una serie de indicadores de carácter cuantitativo y cualitativo, lo suficientemente amplio para integrar el mayor número posible de dimensiones socio-económicas y ambientales. Al respecto, cabe hacer referencia a la reciente publicación del marco central del Sistema de Contabilidad Ambiental y Económica (SEEA-2012, por sus siglas en ingles) 3 que propone la medición y el uso analítico de agregados ambientales y económicos ajustados por el agotamiento de los recursos naturales (como es el caso del propio PIB, del ingreso nacional bruto, del ingreso disponible y del ahorro). El bienestar es un concepto mucho más amplio que la producción de bienes y servicios pues incorpora múltiples facetas; algunas de ellas pueden ser descritas razonablemente bien por uno o varios agregados del SCN (por ejemplo, el ingreso disponible ajustado y el consumo efectivo de los hogares); otras, en cambio, podrían obtenerse a partir de la estructura básica del SCN, pero extendiéndola en determinadas direcciones (como es el caso, por ejemplo, del trabajo no remunerado de los hogares o las mediciones de los efectos de los daños al ambiente, para lo que el SCN propone la compilación de cuentas satélite). Sin embargo, es posible que otros aspectos queden fuera de la cobertura y alcance del sistema de cuentas nacionales. Es necesario tener en cuenta esas diferencias de enfoque, pues existe una brecha creciente entre la información que transmite un indicador agregado como el PIB (o el PIB per cápita) y las que pueden reflejar de mejor manera el bienestar de los individuos y de la sociedad. En otras palabras, es indispensable crear un sistema estadístico que complemente y asocie las mediciones de la actividad económica con medidas del bienestar de las personas y de la sostenibilidad del desarrollo. El bienestar económico (o material) de una población está más asociado con las mediciones de ingresos y consumos efectivos: la producción (el PIB) puede crecer mientras el ingreso disponible de los Stiglitz et alt. (2009). SCN 2008, par SEEA-2012 (2014). Piketty (2014). Oleas (2013, pp ). Metodológica y estadísticamente, será necesario desplegar grandes esfuerzos para disponer de métricas e indicadores sobre varios 9

2 hogares puede decrecer o viceversa, al considerar variables tales como el consumo de capital fijo y el agotamiento de los recursos naturales, los flujos de ingresos netos con el resto del mundo, y una amplia gama de transferencias. Desde una perspectiva analítica es importante tomar en cuenta las transferencias sectoriales tales como los impuestos recaudados por el Estado, las prestaciones sociales que éste otorga, o el pago de intereses sobre los préstamos pagados por los hogares a las entidades financieras. Para lograr mayor exhaustividad, los ingresos y el consumo de los hogares deben, entonces, incluir también los servicios proporcionados por el Estado, tales como los servicios de salud, educación, deporte, etc., cuyos beneficiarios son, en última instancia, los hogares. Por otra parte, si bien los ingresos y el consumo son esenciales para evaluar los niveles de vida, solo pueden servir como herramienta de medida de los flujos ocurridos en un ejercicio económico (un año): es imprescindible disponer información sobre la riqueza (o el patrimonio), principalmente desde la perspectiva de la sostenibilidad del desarrollo y de la distribución de la riqueza, tarea que lamentablemente aun está pendiente en la mayoría de los países de la región, si bien estos aspectos han sido recientemente abordados en el caso de los países desarrollados 4. Un hogar que utiliza su riqueza para adquirir bienes de consumo aumenta su bienestar actual pero a costa de su bienestar futuro. Las consecuencias de este comportamiento se reflejan en el balance de activos y pasivos del sector de los hogares, instrumento que desde el punto de vista mesoeconómico no siempre está disponible, pues para elaborar esas cuentas se requiere datos completos sobre los activos (financieros y no financieros) y pasivos de apertura y cierre de un período, así como de su modificación en el año. Las mediciones de la riqueza son fundamentales para comprender la sustentabilidad del desarrollo; lo que se ha transferido hacia el futuro debe necesariamente expresarse en términos de stock, ya sea que se trate de capital físico, natural, humano o social. El ingreso medio, el consumo medio y la riqueza media son datos estadísticos importantes pero insuficientes para aprehender de manera exhaustiva la distribución del ingreso. Así, un aumento del ingreso promedio en un país puede repartirse de manera desigual entre las categorías de hogares (percentiles), pues algunos se benefician menos que otros. El cálculo del promedio de los ingresos, del consumo y de la riqueza debe entonces estar acompañado de indicadores que reflejen su distribución y dispersión así como también con el análisis de fuentes de información complementarias. Es importante entonces medir lo que sucede en las partes inferiores, intermedias y superiores de la escala de la distribución de ingresos (tal como lo muestran las estadísticas de desigualdad), pero también incorporar la dimensión y la distribución del patrimonio. Junto con el concepto de bienestar económico se encuentra el de bienestar humano, por lo que es indispensable recurrir a una definición multidimensional. El citado Informe de la Comisión Stiglitz sugiere que estas dimensiones deberían aprehenderse simultáneamente y referirse a: las condiciones de vida materiales (ingreso, consumo, patrimonio y riqueza) la salud la educación las actividades personales y, dentro de ellas, el trabajo la participación en la vida política los lazos y relaciones sociales el ambiente (estado presente y futuro) 4 Piketty (2014). 10

3 esparcimiento y cultura la (in)seguridad, tanto económica como física En otras palabras, es importante tener en consideración tanto la dimensión objetiva o material como la subjetiva del bienestar, tal como se representa en el Diagrama 1. Diagrama 1 RELACION ENTRE BIENESTAR HUMANO Y CAPITAL Otros factores: genética, informática, etc. Calidad de vida Bienestar económico humano social económico natural Bienestar ecológico Fuente: The Joint United Nations Economic Commission for Europe/Eurostat/Organization for Economic Co-operation and Development Task Force on Measuring Sustainable Development, Summary of the report on measuring of sustainable development, Geneva, 21/march/2011, ECE/CES/2011/4. La calidad de vida depende de las condiciones objetivas en las que se encuentran las personas así como también de sus capacidades. De ahí que es indispensable fortalecer las estadísticas de salud, educación, de las actividades personales y de las condiciones ambientales. El desarrollo sostenible es un asunto de equidad inter-generacional determinado por la distribución del capital y la riqueza en el tiempo. Esto significa preservar el bienestar de las futuras generaciones, garantizando que éstas dispongan de recursos suficientes, sin perjudicar al mismo tiempo- a la generación presente. No todo el ingreso se destina al consumo. Si no se usa en transacciones especulativas, la porción no consumida del ingreso se puede transformar en inversión y en el futuro, ésta (restada la depreciación), conduce a un nuevo nivel de capital. La sociedad puede influir en la sostenibilidad y equidad intergeneracional mediante la inversión y la depreciación del stock de capital, así como mediante la eficiencia con la que se usa ese capital. Tal como se señala en un reciente estudio de la CEPAL 5, el desarrollo sostenible -desde una perspectiva inter-generacional- supone una riqueza nacional per cápita no decreciente, mediante la reposición y la conservación de las fuentes de esa riqueza, es decir el stock de capital (producido, 5 Oleas (2013, pp ). 11

4 natural, social y humano). En efecto, una riqueza total per cápita estable o creciente no es garantía de desarrollo sostenible; una riqueza total per cápita decreciente anula por completo esa posibilidad 6. Esta relación inter-temporal tiene un amplio sustento teórico y metodológico en el Sistema de Cuentas Nacionales y sus relaciones fundamentales se definen en el Diagrama 2 con líneas punteadas. El capital puede tener un efecto directo sobre el bienestar humano; la distribución del ingreso, el consumo y el capital pueden influir en el bienestar individual. Estos factores adicionales se destacan con líneas continuas en el diagrama. Diagrama 2 CAPITAL Y BIENESTAR INTERGENERACIONAL presente futuro Ingreso Inversión Consumo Distribución Depreciación Fuente: The Joint United Nations Economic Commission for Europe/Eurostat/Organization for Economic Co-operation and Development Task Force on Measuring Sustainable Development, Summary of the report on measuring of sustainable development, Geneva, 21/march/2011, ECE/CES/2011/4. Como se indicó, la medición y evaluación del desarrollo sostenible debe considerar indicadores (subjetivos y objetivos) de bienestar humano, de distribución del ingreso y riqueza, y de los diferentes tipos de capital. Los indicadores del capital son trascendentales, en la medida que reflejan la calidad de vida presente y también son de crucial importancia para asegurar las posibilidades de bienestar de las futuras generaciones. Un esfuerzo particular debe desplegarse para crear, fortalecer y aplicar instrumentos de medida sólidos y confiables de las relaciones sociales, de la participación en la vida política y de la inseguridad, conjunto de elementos que constituyen un proxi del nivel de satisfacción (bienestar humano, felicidad, sumak kawsay, buen/bien vivir) de la población. La información que permite evaluar la calidad de vida va más allá de las declaraciones y de las percepciones de la personas sobre el estado de la sociedad; esta información incluye métricas sobre su funcionamiento (la puesta en marcha de sus capacidades dinámicas) y de sus libertades. En realidad, lo que importa es conocer las capacidades que disponen las personas o, en otros términos, cuantificar el conjunto de posibilidades que se les ofrecen y su libertad de escoger el tipo de vida al que otorgan valor. Los indicadores relativos a las diferentes dimensiones de la calidad de vida deberán considerarse de manera conjunta, con el fin de analizar las interacciones entre estas dimensiones y aprehender mejor las necesidades de las personas. Los institutos de estadísticas deberán proporcionar información necesaria para asociar las diferentes dimensiones de la calidad de vida y permitir la construcción de indicadores. 6 Metodológica y estadísticamente, será necesario desplegar grandes esfuerzos para disponer de métricas e indicadores sobre varios aspectos relacionados con el capital, en particular, el humano y el social. 12

5 En esa perspectiva, es necesario fortalecer las encuestas de ingresos y gastos de los hogares (además de otros elementos de la infraestructura estadística de los países) y mejorar los instrumentos que posibiliten evaluar las interrelaciones entre los diferentes aspectos de la calidad de vida de las personas y el capital social, como es el caso de los indicadores de participación y cohesión social 7, información que obviamente deberá ser utilizada cuando se formulan -y adoptan- políticas públicas. Este trabajo no tiene la pretensión de presentar todos los indicadores que pueden complementar el PIB para tener una mejor métrica del bienestar de la sociedad; se limita a ofrecer algunas pautas sobre la manera en la que se pueden explotar las cuentas de los hogares para el análisis más amplio de la estructura de los ingresos, gastos y activos y pasivos de ese sector institucional. 7 Al respecto, véase entre otros, los trabajos de Farrell (2005); CEPAL Unión Europea (2010); Villatoro-Feres (2007). 13