Primer estudio de la huella de carbono de tres cadenas agroexportadoras del Uruguay: carne vacuna, lácteos y arroz 1

Transcripción

1 Primer estudio de la huella de carbono de tres cadenas agroexportadoras del Uruguay: carne vacuna, lácteos y arroz 1 Ing. Agr. Walter Oyhantçabal 2 El primer estudio de huella de carbono fue realizado en el marco de la institucionalidad ampliada, e involucró al MGAP, al INIA, IPA, LATU y UDELAR, con apoyo de información de INAC y del sector privado. Sus objetivos fueron generar una cuantificación de las emisiones de gases de efecto invernadero a lo largo de las tres cadenas agro-exportadoras mencionadas, identificar dónde tenemos debilidades de información para realizar estimaciones de baja incertidumbre, y alimentar la agenda de la investigación nacional con prioridades claras. 1. Antecedentes El comercio internacional de bienes de origen agropecuario hacia mercados de países desarrollados se verá crecientemente relacionado con exigencias en materia de impactos ambientales, sostenibilidad y mitigación del cambio climático. Esas exigencias pueden provenir tanto de normas privadas (por ejemplo de grandes cadenas de supermercados) como de decisiones de gobiernos o bloques (por ejemplo la Comisión Europea). En los hechos, aunque el uso del petróleo y el carbón son los principales responsables del cambio climático, se han agregado recientemente a la consideración pública, la deforestación, el metano y el óxido nitroso de la producción de ciertos alimentos, entre los que destacan las carnes rojas, y en un segundo nivel de atención los lácteos y el arroz: tres importantes rubros de exportación del Uruguay. A nivel internacional el informe de FAO, La larga sombra de la ganadería (2007) llamó la atención de los medios y la opinión pública sobre los impactos ambientales de la producción animal y despertó múltiples polémicas. 1 Este artículo resume la publicación de igual nombre. MGAP-INIA-LATU-FAGRO, Montevideo Disponible también el formato electrónico en: 2 Técnico de OPYPA; Coordinador de la Unidad Agropecuaria de Cambio Climático wohantcabal@mgap.gub.uy

2 Conocer la huella de carbono ofrece, por su parte, oportunidades para reducir ineficiencias en los procesos productivos, dado que las emisiones de gases de efecto invernadero representan pérdidas de energía de los sistemas. Se genera así una oportunidad de beneficios múltiples, derivados de aumentar la productividad, aumentar la eficiencia y reducir la intensidad de emisiones de gases de efecto invernadero. Encontrar el equilibro entre eficiencia, sostenibilidad ambiental y productividad, es un desafío para la investigación, y a la vez una oportunidad de diferenciación de nuestros productos por valor agregado ambiental. 2. Principales conclusiones del estudio La huella de carbono de carne vacuna, lácteos y arroz, estimada hasta puerto de destino (Europa), tiene su componente más significativo en las emisiones de metano y óxido nitroso que se producen en los predios agropecuarios. La industrialización y el transporte nacional e internacional realizan aportes reducidos a las emisiones por kilo, medido hasta puerto de destino. En carne vacuna las emisiones prediales son el 95% del total, en lácteos son el 86% y en arroz son el 83%. El metano es el principal gas de efecto invernadero en las tres cadenas. En los vacunos de carne y leche la principal fuente de metano es la fermentación entérica, mientras que en el arroz lo es la condición de inundación (anaerobiosis). El óxido nitroso es el segundo gas en importancia y la principal fuente es el estiércol vacuno (heces y orina). En los rubros estudiados, y en particular en la carne vacuna, coexisten sistemas de producción de muy diferente eficiencia y por tanto de diferente huella de carbono. Por ello carece de sentido práctico hablar de una huella de carbono promedio del país para ningún rubro, que asocie estáticamente los productos de exportación a un solo valor. En la práctica, si un importador exige la huella de carbono, lo hará para las partidas específicas que importe y no para un promedio estándar. Para el caso de la carne vacuna, los estudios realizados indican que la calidad de la dieta (digestibilidad) y la duración de ciclo de producción de un animal terminado tienen una influencia notable en la huella de carbono. Uruguay cuenta considerando la trazabilidadcon posibilidades de satisfacer demandas de mercados que pidan carne con una huella de carbono baja, seleccionando la que proviene de animales más jóvenes, alimentados con forrajes y suplementos de alta calidad. Asimismo, la heterogeneidad constatada en la huella de carbono de diferentes sistemas productivos, señala que existe un amplio campo para avanzar. La productividad es determinante de la huella de carbono; a igualdad de los demás factores, a mayor productividad menor huella de carbono, ya que la huella de carbono de un bien es un cociente de las emisiones totales dividido la cantidad producida. Es

3 importante resaltar, además, que por la vía del incremento de la productividad por hectárea, las emisiones por kg de carne en pie producido hasta la portera de los establecimientos, desde 1990 a 2010 han tenido ya una reducción muy apreciable. Para el sector lácteo ocurre algo similar que el cárnico. La huella de carbono se asocia a la productividad de leche a nivel del establecimiento, por lo que mejorar la calidad del alimento ofrecido influiría en la mitigación en las emisiones directas de GEI y por otro en el aumento de la producción, permitiendo reducciones las emisiones. Para alcanzar mejoras en productividad es importante mejorar la producción de forraje por hectárea y la productividad por vaca así como también reducir la cantidad de animales improductivos en el rodeo. Si bien los protocolos en uso a nivel internacional (PAS 2060, ISO ) no incluyen el cálculo de las remociones de carbono en reservorios como el suelo, su estimación (por ejemplo mediante modelos calibrados) puede representar una oportunidad importante para visualizar el impacto en el incremento del carbono orgánico en los suelos derivados de estrategias de manejo del pasto que incrementen la productividad primaria neta (manejo de campo por altura, mayor índice de área foliar, mayor asignación de forraje por cabeza). En las condiciones de Uruguay, donde muchos campos han perdido parte del carbono original, la restauración de la materia orgánica y el carbono asociado a buenas prácticas de manejo del pastoreo, permitirían durante un período largo (al menos 20 años) compensar una porción muy significativa de las emisiones que se agrega al beneficio de la reducción de la intensidad de emisiones por mayor productividad. La gestión futura del aporte a la huella de carbono en los casos de la carne vacuna y la lechería en la fase primaria necesita analizarse en tres niveles: a) el animal, considerando efectos como manejo de la dieta y digestibilidad, posibles desarrollos tecnológicos (aditivos, etc.), b) el rodeo, considerando la eficiencia de los procesos como clave la reducción de la intensidad de las emisiones (en especial la reducción del períodos de recría y en el caso de cría vacuna mejoras en los índices reproductivos, y b) el paisaje, desarrollando enfoques de sistemas que involucren los usos de la tierra, la gestión de residuos y el potencial de secuestro en suelos y biomasa forestal. La consideración del secuestro de carbono podría tener un impacto significativo en la reducción de la huella de carbono. En el cálculo de la huella de carbono de arroz, las emisiones propias del cultivo representan el 83% y el metano es el principal gas de efecto invernadero. Las emisiones del cultivo de arroz por unidad producida dependen de varios factores como la variedad, el manejo del agua y de los rastrojos, la temperatura y el rendimiento final. En el caso del arroz, por su parte, la situación internacional se insinúa como favorable para Uruguay por dos razones: (i) el manejo de cultivo con inundación parcial produce menos metano que la inundación total, y (ii) los elevados rendimientos permiten reducir las emisiones totales

4 por kilo producido. Una gran ventaja del sistema productivo uruguayo frente al de otros países es el alto rendimiento alcanzado, el cual permite diluir las emisiones totales de la fase productiva. Esto pone al país frente al desafío de lograr una agricultura eficiente y sostenible que mantenga altos rendimientos. El estudio permitió identificar una agenda de investigación para resolver en colaboración las principales incertidumbres que tienen las estimaciones actuales. En ese sentido, las prioridades principales para la investigación implicarán: (i) el desarrollo de factores de emisión nacionales para óxido nitroso y metano en ganadería, lechería y arroz; (ii) la mejora de la comprensión de las maneras de influir sobre el metano de origen ruminal, manejando la dieta y la eficiencia de los procesos; y (iii) la mejora de la capacidad para estimar el impacto de distintas prácticas sobre el contenido de carbono orgánico en los suelos. Dado el alto peso relativo de las emisiones en la fase primaria, la huella de carbono resulta muy dependiente de la eficiencia de los procesos y de las tecnologías aplicadas a nivel predial. Cualquier esfuerzo por reducir la intensidad de emisiones requerirá obtener resultados en este eslabón de las cadenas. Uruguay se incorporó desde sus inicios a la Alianza Global de Investigación en Gases de Efecto Invernadero de la Agricultura, y ejerció su presidencia desde el MGAP entre junio de 2013 y junio de Actualmente varios investigadores de INIA están articulando acciones en el marco de esta Alianza, que se rige por el principio de que la contribución de la agricultura a la mitigación del cambio climático se debe dar principalmente mediante la disminución de la intensidad de emisiones por unidad de producto. Reducciones en términos absolutos no son compatibles ni con el desarrollo del país ni con la seguridad alimentaria mundial. Se concluyó que el desarrollo y aplicación de técnicas de medición y monitoreo de emisiones y capturas es una prioridad, tanto para reducir las incertidumbres asociadas a las estimaciones como para trabajar en mejora continua y poder reportar los avances. Las mencionadas incertidumbres en las estimaciones asociadas al uso de algunos factores de emisión importantes son muy relevantes. Los ejemplos más claros se observan en el factor de emisión para N2O proveniente de la excreta animal, donde el valor establecido por defecto por el IPCC para emisiones directas (0,02) podría estar sobrestimando fuertemente (alrededor de 20%) nuestras emisiones de ese gas (es el doble de que utiliza Nueva Zelandia para sistemas pastoriles). La huella de carbono debe considerarse un indicador importante, pero para nada único, de afectación del ambiente por parte del hombre. Un producto que tiene baja huella de carbono, puede tener, al mismo tiempo, impactos negativos sobre recursos tan importantes como la biodiversidad o el agua, y a la inversa. Ampliar la producción de alimentos sin consumir mayor cantidad de recursos es posible únicamente bajo sistemas sostenibles y eficientes, con una menor intensidad de emisión por cadena productiva, conservando los recursos naturales. Trazabilidad, no uso de hormonas, manuales de buenas prácticas agrícolas, son ejemplos de diferenciación y competitividad comercial

5 para carnes y arroz. La huella de carbono se inscribe en el marco del cuidado de los servicios ecosistémicos, que contribuya a posicionar al Uruguay como país productor de alimentos de forma responsable y alineada con los desafíos de la humanidad en términos de seguridad alimentaria y ambiente.