3. SÓCRATES ( 469-399 a. de C.) Nunca escribió nada porque practicó el diálogo hablado con sus conciudadanos de Atenas. Entendió la Filosofía como un incesante examen de sí mismo y de los demás: Conócete a ti mismo. El primer paso para el conocimiento de uno mismo es reconocer la propia ignorancia, de ahí su lema: Solo sé que no sé nada. El sabio es el que reconoce que no sabe y está dispuesto a aprender, a investigar. Esta actitud se contrapone a la de los Sofistas, que se consideraban sabios y transmitían sus conocimientos mediante los cursos que impartían. Sócrates coincide con los sofistas en su preocupación por la educación de la juventud. Pero, a diferencia de ellos, no la reduce a una formación brillante y superficial, más o menos enciclopédica, con vistas a faciles triunfos oratorios y políticos, sino que la orienta sobre todo a la práctica consciente del bien, de la justicia y de la virtud, con el fin de formar buenos ciudadanos y buenos gobernantes. El hecho de que Sócrates no escribiese nada ha creado un problema de interpretación, es decir, cómo podemos conocer lo que realmente fue su pensamiento. Para resolver este problema disponemos de cuatro fuentes: Aristófanes, Jenofonte, Platón y Aristóteles. De estas fuentes la más importante es Platón, es decir, los llamados diálogos socráticos, que escritos por Platón en su juventud son los que más fielmente reflejan el pensamiento de Sócrates dado que fue discípulo suyo. Aristóteles no le conoció directamente, sólo por las referencias que se daban de él en la Academia de Platón, aunque lo que dice de él es considerado como cierto. A la edad de 70 años fue denunciado en los tribunales por Meleto y Ánito, que le acusaron de impiedad (no creer en los dioses oficiales) y de corromper a la juventud (inducirles a pensar por sí mismos en busca del conocimiento verdadero y no buscar las riquezas materiales ). En el juicio, que se refleja en la Apología de Sócrates (diálogo de Platón) Sócrates se defiende de las acusaciones, pero al final del juicio la votación que se realiza le condena a muerte. Toma la cicuta en la cárcel y muere en el 399 a. C. Los que denuncian a Sócrates, le acusaban de corromper a la juventud y de impiedad (falta de creencia en los dioses) acusaciones que se castigaban con la pena de muerte.
3.1 EL MÉTODO SOCRÁTICO Sócrates va a criticar el relativismo gnoseológico y moral de los Sofistas y también el convencionalismo, lo que era por nomos. Para el relativismo estos conceptos no son susceptibles de una definición universal, son por nomos (convencionales). Sócrates está convencido de que lo justo (La Justicia) ha de ser lo mismo en todas las polis, de ahí que su objetivo filosófico sea la búsqueda de definiciones universales para superar el relativismo de los Sofistas. Para alcanzar este objetivo, Sócrates crea un método basado en el diálogo hablado, que practica con sus conciudadanos en la polis de Atenas, sobre temas de carácter moral y político (la justicia, la virtud, el bien, la amistad, etc). Este método consta de dos partes: A) IRONÍA. B) MAYÉUTICA. A) LA IRONÍA. Consiste en crear en el otro interlocutor del diálogo, a través de preguntas, la incertidumbre acerca de lo que habla para generar en su alma o mente la ignorancia, la duda. Por ejemplo, en el diálogo Menón podemos comprobar esta parte del método con respecto al tema de la virtud. - Socrates. Me reprocho el no tener ningún conocimiento de lo qué es la virtud. - Menón. No conoces en verdad qué es la virtud? - Sócrates. Y no sólo eso, amigo, sino que aún no creo haber encontrado tampoco alguien que la conozca. - Menón. No encontraste a Gorgias cuando estuvo aquí? - Socrates. No me acuerdo bien. En ese caso, hazme recordar qué es lo que decía. O si lo prefieres habla por ti mismo. Seguramente eres de igual parecer que él. - Menón. La virtud del hombre consiste en ser capaz de manejar los asuntos del Estado; los de la mujer es que ésta administre bien la casa, conservando lo que está en su interior y siendo obediente al marido. Y otra ha de la virtud del niño, sea varón o mujer, y otra la del anciano, libre o esclavo, según prefieras. - Sócrates. Parece que he tenido mucha suerte, Menón, pues buscando una sola virtud he hallado que tienes todo un enjambre de virtudes en ti para ofrecer. Y a propósito de esta imagen del enjambre si al preguntarte yo qué es una abeja, cuál es su naturaleza, me dijeras que son muchas y de todo tipo, qué me contestarías si yo continuara preguntándote. Afirmas acaso que es por ser abejas por lo que son muchas, de todo tipo y diferentes entre sí? O bien en nada difieren por eso, sino por alguna otra cosa, como la belleza, el tamaño o algo por el estilo? - Menón. Esto contestaría: que en nada difieren una de otra, en tanto que abejas. - Sócrates. Y si después te preguntara: Dime, Menón, aquello precisamente en lo que nada difieren, por lo que son todas iguales, qué afirmas que es? Me podrías decir algo?
- Menón. Podría. - Sócrates. Pues lo mismo sucede con la virtud. Aunque sean muchas y de todo tipo, todas tienen un única y misma forma, por obra de la cual son virtudes. Con esta parte del método, la ironía, Sócrates pretende llevar al otro interlocutor del diálogo hacia el reconocimiento de la propia ignorancia y a poner en cuestión aquello que cree que firmemente sabía. B) LA MAYÉUTICA. (maieutikós) significa experto en partos o comadrona. Consiste en el arte de dar a luz, esto es, complementa a la ironía, al despertar y alumbrar, en el propio alma, en la mente, los conocimientos que dormían en ella, para que el interlocutor extraiga el concepto universal del tema que traten. En este sentido, Sócrates, se compara con la labor de comadrona que realizaba su madre, pero en el plano filosófico. Alumbrar esos conceptos universales en la mente del otro interlocutor (la virtud, por ejemplo) es el momento esencial en la adquisición del conocimiento o saber. Aristóteles interpretó el método socrático como el proceder del conocimiento científico: Ironía= Inducción. El conocimiento que recae en los casos particulares. Y la Mayéutica= Deducción, cuyo objetivo es establecer lo universal, el concepto del tema que se esté tratando en el diálogo. En definitiva, el método de Sócrates tiene como fin el conceptualismo: establecer definiciones universales válidas para todos en el ámbito de la moral y la política. Y en esto se enfrenta al relativismo y escepticismo de los sofistas. 3.2 LA TEORÍA ÉTICA La teoría ética de Sócrates se conoce como intelectualismo moral y afirma que la virtud es conocimiento o saber. Esto supone identificar los saberes técnicos con el saber moral y político, es decir, de la misma manera que aprendemos a ser buenos zapateros sabiendo hacer y arreglar zapatos, podemos llegar a ser buenos ciudadanos en el sentido moral y político (virtuosos) si sabemos qué es la justicia, qué es el bien etc. En sentido general, para Sócrates el bien es el conocimiento y el mal es la ignorancia. Esto se halla en relación con el objetivo que se plantea con su método: el conceptualismo, esto es, el intento de establecer conceptos universales en el campo de la moral y la política, que sean válidos para todos. La tesis esencial del intelectualismo moral es la siguiente: la experiencia moral se basa en el conocimiento del bien. Sólo si se conoce qué es el bien y la justicia se puede realizar el bien y la justicia.
Para el intelectualismo moral los asuntos morales y políticos tienen que ser cosa de expertos. Esta propuesta socrática puede dar lugar a interpretaciones políticas antidemocráticas y elitistas, como se ve claramente en la filosofía política de Platón. Sócrates dice a sus conciudadanos: cuando uno de vosotros está enfermo no propone una votación entre los miembros de la familia para establecer qué remedio es adecuado para curar la enfermedad: ocurre más bien que llama al médico y se somete a su juicio y recomendaciones; cuando un ejército quiere derrotar al enemigo no se realiza una consulta popular para establecer el modo de atacar, es el estratega quien decide el modo de dirigir a los soldados y plantear las batallas; cuando queremos levantar un edificio no hacemos una votación para decidir el modo de construirlo, dejamos que sea el arquitecto quien imponga su criterio. Y pregunta Sócrates: Por qué cuando se trata de lo más importante de todo, que es el bien de la ciudad y las leyes que son adecuadas para la convivencia entre los ciudadanos, dejamos que todo el mundo opine y nos sometemos a la mayoría y no llamamos a aquél que sabe? Para ser bueno y justo es necesario no solo saber qué es la bondad y la justicia sino la disposición o la voluntad de querer conseguirla. El problema de su teoría ética, es doble: 1. Es excesivamente racionalista y olvida los elementos irracionales del hombre: sentimientos, emociones y pasiones, los cuales influyen en nuestra conducta moral, que serán tenidos en cuenta por Platón y Aristóteles. 2. Para ser bueno y justo es necesario no solo saber qué es la bondad y la justicia sino la disposición o la voluntad de querer conseguirla.