Ontología del objeto arquitectónico: El constructo y la cosa. Jesus Sanz Castro. Esta investigación es parte de una Ontología del objeto Arquitectónico. Con el objetivo de estudiar el ente "objeto arquitectónico", y una vez estudiado el constructo (definición), el siguiente paso es el de estudiar las propiedades del objeto, siguiendo el Análisis sistémico CEEM de Mario Bunge: Composición, estructura, entorno y mecanismo. A continuación se explica la teoría ontológica. 1. Planteo del problema: la representación simbólica (el nombre o concepto) que expresa la idea del ente que es objeto de la arquitectura. 1.1. Reconocimiento de los hechos: sobre la inexistencia de un concepto que exprese la idea del ente que es objeto de la arquitectura. En la actualidad, y después de miles de años de creación arquitectónica, todavía no hemos creado una palabra (esto es un nombre o concepto) que exprese el ente arquitectónico. Utilizamos comúnmente las expresiones obra arquitectónica o arquitectura para referirnos al objeto arquitectónico, pero estos conceptos no expresan la idea completa e inequívoca necesaria. En un afán por denominarlo técnicamente, podríamos utilizar el concepto objeto arquitectónico, pero este concepto no es válido. El objeto arquitectónico es un tecnicismo filosófico, ya que la ontología estudia los entes en cuanto a objetos. Pero es un concepto genérico, que no expresa con exactitud el ente que es objeto de la ciencia aplicada de la arquitectura en todos sus ámbitos. Si nos fijamos en otras ciencias o ámbitos, nos damos cuenta que el ser humano ha otorgado nombres a los entes (u objetos) que son objetos de estudio. Por ejemplo, el nombre que el ser humano ha otorgado al ente que es objeto del estudio de la ciencia de la biológica es el ser vivo. Ontológicamente podríamos siempre referirnos al objeto biológico, de manera genérica, pero el hecho de asignarle un nombre específico es de gran importancia, ya que expresa el nombre ser vivo expresa el tipo y la especie del objeto en sí. El concepto ser vivo expresa con exactitud la idea del ente que la biología trata. El otorgamiento de un nombre específico al objeto de estudio elimina ambigüedades fundamentales. Así, vemos que el nombre que otorgamos al objeto de
estudio de las ciencias expresa con exactitud y de manera inequívoca su idea abstracta, y ésta es la base ontológica de todas las ciencias. En la ciencia aplicada de la arquitectura, el ente que es objeto de estudio no tiene todavía nombre. Se le ha llamado genéricamente obra arquitectónica, o arquitectura, pero estos términos son tan genéricos como el de objeto arquitectónico, y crean ambigüedad. Esta carencia la podemos observar haciendo una analogía entre arquitectura y biología. Así, parece obvio que llamar objeto biológico al ente ser vivo es demasiado genérico ya que no expresa ninguna idea concreta sobre el ente. Incluso la creación artificial de seres vivos por parte del hombre tiene el nombre de biología sintética. El hecho de que no tengamos un nombre o concepto para denominar el ente arquitectónico es mucho más grave de lo que podría parecer a primera vista. Se diría que no se le puede poner un nombre a aquello que no se conoce. El ente objeto arquitectónico no tiene todavía nombre, porque no se conoce qué es exactamente. 1.2. Descubrimiento del problema (laguna o carencia en el conocimiento científico del ámbito de la arquitectura): el desconocimiento del propio ente objeto arquitectónico. Existe en el ámbito de la investigación arquitectónica una enorme carencia. La razón por la que los arquitectos no hemos sido capaces de otorgar un nombre específico al objeto arquitectónico viene de la gran carencia de conocimiento científico en el ámbito de la arquitectura y el objeto arquitectónico. Se necesita una ontología científica del objeto arquitectónico y una ontología de la ciencia aplicada (o arte, o actividad) de la arquitectura, que estudiara con rigor la definición, las propiedades, la materia y la esencia de ambos entes. A lo largo de la historia, los teóricos de la arquitectura han escrito las definiciones más dispares sobre el objeto arquitectónico y la propia arquitectura. Todavía a día de hoy se sigue enseñando en las escuelas de arquitectura la errónea ontología arquitectónica de Vitruvio, donde se habla únicamente de la realidad física de los cerramientos del objeto. Sólo a principios del siglo XX se comenzó a destacar la primacía del espacio interior, pero sólo contemplando su realidad física. La ontología del objeto arquitectónico, así como la ontología de cualquier otro ente es materia de la disciplina de la metafísica, rama de la filosofía. Han sido por lo tanto los filósofos los únicos que se han acercado a la comprensión del objeto arquitectónico. En cambio, los filósofos, por el hecho de no tener un conocimiento de la arquitectura, no han llegado nunca a realizar una ontología satisfactoria de la arquitectura.
Por otra parte, los arquitectos, por no tener una base filosófica, no son capaces de investigar el ente arquitectónico de manera científica. Así, interesantes trabajos como los de Hendrik Petrus Berlage, Bruno Zevi o Attilio Marcolli son aportaciones inspiradoras, pero al mismo tiempo investigaciones repletas de errores de base filosófica, que crean una gran confusión a la comunidad de arquitectos. Parece así imprescindible la incorporación de la metafísica al ámbito de la arquitectura. Parece increíble que no se enseñe en las escuelas de arquitectura el concepto aristotélico de lugar estudiado después por Bergson y Heidegger, el concepto de espacio vivencial de Bollnow o el concepto de Atmósfera. Afortunadamente en la actualidad algunos arquitectos como Pallasmaa o Zumptor están sacando a la luz el concepto de atmósfera trabajado por Gernot Böhme, pero la comunidad de arquitectos no lo llega, de momento a comprenderlo más que superficialmente. 1.3. Formulación del problema: La creación de un concepto que exprese la idea del ente que es objeto de la arquitectura. 1.3.1. Estructura formal del problema: la pregunta por el nombre o concepto del ente arquitectónico. a. Fundamentos acerca de la palabra concepto. Un concepto es la representación simbólica, por medio de una o varias palabras, de una idea abstracta y general. Un concepto puede estar representado por una o varias palabras. Estas palabras pueden haber variado sus significados a lo largo del tiempo, o tener significados distintos según el ámbito en el que se expresan (coloquial, profesional, poético, etc ). Por otra parte, también la idea que representa un concepto tiende a sufrir transformaciones según la época histórica, la cultura, región geográfica, desarrollo de la técnica, etc b. Acerca de la palabra creación de un concepto. La creación de un concepto es la adecuada elección de la palabra o el conjunto de palabras, y la adjudicación de una idea que se entiende éste va a expresar. 1.3.2. La doble tarea en el proceso para la pregunta del nombre o concepto del ente arquitectónico. El proceso para poder crear un nombre o concepto que exprese la idea del ente arquitectónico tiene una doble tarea. Primero debemos conocer exactamente qué es el objeto arquitectónico, su definición, sus propiedades, su materia y su esencia; esto es, una ontología del ente objeto arquitectónico. Una vez sepamos qué es exactamente el
objeto que queremos denominar, será sencillo elegir las palabras adecuadas para nominarlo. 2. Teoría del concepto arquitectónico. (Construcción de un modelo teórico encaminado a la creación de un concepto que sea capaz de expresar la idea del ente que es objeto de la arquitectura.) 2.0. Introducción. a. Sobre Teoría (o investigación teórica). Toda investigación científica precisa de una predicción previa que podrá después ser contratada y validada por una eventual investigación predictiva. A continuación se expone la construcción del modelo teórico como fase previa a la investigación ontológica del objeto arquitectónico. Este modelo teórico consiste en la propuesta de un conjunto de hipótesis y suposiciones auxiliares, que se espera puedan amoldarse a los hechos observados acerca de la carencia y necesidad de la creación de un nombre. b. Sobre el concepto o nombre del ente arquitectónico. La representación simbólica de una idea. La palabra concepto (que también podríamos denominar nombre) es la representación simbólica por medio de palabras, que es creado por el hombre con el ánimo de expresar una idea abstracta e inequívoca de algo. En este caso se trata de formar un concepto que sea más preciso y técnico que el concepto objeto arquitectónico. 2.1. Exposición de la hipótesis central: el concepto que debemos utilizar para referirnos al ente que es objeto de la arquitectura es el de atmósfera vivencial. 2.2. Estructura formal del concepto atmósfera vivencial. El concepto atmósfera vivencial está formado por dos palabras: la palabra atmósfera y la palabra vivencial. 1.1. Las palabras que forman el concepto atmósfera vivencial : Exposición de las palabras atmósfera y vivencial.
Una palabra una ristra de signos, esto es, formada por uno o varios fonemas, llena de significación y provista de función gramatical. a. Etimología de la palabra atmósfera. b. Etimología de la palabra vivencial. 1.2. Los términos que forman el concepto atmósfera vivencial : Significados o definiciones asignados a las palabras atmósfera y vivencial. Un término es una ristra de letras (o de números, o de ambos a la vez), o incluso una palabra o un vocablo, a los que se asigna un único significado. Así, una palabra constituye un término cuando tiene adherido un único significado. a. El significado del término atmósfera. b. El significado del término vivencial. 1.3. Los conceptos que expresan los términos que forman el concepto atmósfera vivencial : La idea abstracta y general que representan los términos atmósfera y vivencial. a. El concepto atmósfera. (Gernot Böhme, Tonino Griffero.) b. El concepto vivencial. (Bollnow.) 2.3. Idea abstracta y general que representa el concepto atmósfera vivencial. La atmósfera vivencial es aquella porción de espacio (topos) que ha sido delimitado artificialmente por y para el hombre con una finalidad vivencial. Es el nombre del ente que es objeto de estudio por parte de la arquitectura en sus ámbitos proyectual, investigación y docente. La atmósfera vivencial está limitada por una frontera que es compartida con las atmósferas vivenciales que la rodean. La materia de la atmósfera vivencial es el concepto aristotélico de espacio (topos), o el concepto de espacio vivencial, definido por Bollnow. Todos los elementos que componen un objeto arquitectónico están formados por esta materia espacial vivencial, incluidos la construcción física (cerramientos y particiones), el espacio físico, el mobiliario y los seres humanos que se encuentran en el interior de la frontera.
Dado que el objetivo fundamental del objeto arquitectónico es la experiencia vivencial por parte del ser humano (sujeto arquitectónico), la materia de la atmósfera vivencial tiene una estructura de niveles acorde con la estructura de niveles de la consciencia del ser humano. Partiendo siempre de una base material física, la atmósfera vivencial se distingue varias realidades (emocional, racional, etc ) que serán eventualmente captadas por la consciencia del sujeto.. Las propiedades de una atmósfera vivencial varían según su composición, su entorno y su estructura (relaciones entre sus partes y elementos, así como las relaciones con el entorno), por lo que éstas cambian continuamente con el paso del tiempo. La esencia del objeto arquitectónico, esto es, la esencia de una atmósfera vivencial es su mutabilidad a lo largo del tiempo, esto es, la mutabilidad atmosférica. Jesus Sanz Castro.