Valores éticos 3º ESO IES Nicolás Copérnico Departamento de Filosofía UNIDAD 1. LA DIGNIDAD DE LA PERSONA 1. Qué es una persona? La Declaración Universal de los Derechos Humanos reconoce como personas a todos los seres humanos y por ello les otorga una serie de derechos inviolables y universales que suponen dignidad. Toda persona por el mero hecho de existir tiene dignidad, un valor que le hace merecedor de respeto. Ahora bien, qué significa persona? Si bien el término tiene su origen en la antigua Grecia, fue la civilización romana la que extendió el uso y el significado del término persona como el sujeto de derechos, es decir, un individuo que no era simplemente una cosa, un animal o un esclavo. Se trataba del ciudadano romano, quien disponía de atributos que lo convertían en persona: libertad y dignidad. Qué convierte a un ser humano en persona? El filósofo Boecio (480-524 a.c.) definió a la persona como el individuo de naturaleza racional. Esto implica que ese valor especial o dignidad que tienen las personas procede de la posesión de la razón. Así pues son la razón y la libertad, que serían imposible sin la razón, las cualidades fundamentales que convierte a los seres humanos en personas. Por el mero hecho de nacer humano, un individuo es considerado persona. Pero a lo largo de la historia no siempre ha sido así ni lo es todavía en todas las sociedades. En la Antigüedad los romanos no reconocían como personas a los esclavos y, sin embargo, estos no dejaban de ser seres humanos, aunque en muchos casos fueran tratados como animales. La persona tenía algo más que el esclavo, poseía un plus : las personas eran seres con dignidad. De este modo, el hecho de ser considerado persona otorga al ser humano un plus, un añadido que mejora su estatus. 2. Características de la persona Veamos con más detalle qué características que hacen que alguien sea una persona: Ser individual. Cada persona es un individuo independiente, único e irrepetible, distinto de todos los demás porque tiene una identidad propia. Ser social. Aunque sean individuos, las personas no pueden existir aisladas, sino en relación con otras personas. Nuestros padres, amigos, profesores y los demás individuos que nos rodean componen el medio social en que desarrollamos nuestra vida y nosotros también cumplimos una función social.
Ser racional. Las personas están dotadas de conciencia e inteligencia, pero lo que nos distingue del resto de seres es la razón, es decir, de la facultad de pensar, hacerse preguntas sobre el mundo que les rodea y sobre sí mismas y encontrar explicaciones. Tradicionalmente se ha considerado que es la razón es el rasgo fundamental que hace del ser humano una persona, un ser más elevado que otros seres como las cosas o los animales. Ser libre. A diferencia de un autómata o robot, las personas poseen libertad, lo cual les permite tomar decisiones y elegir sus acciones entre diversas posibilidades sin estar determinados a actuar automáticamente de una cierta manera. Ser moral y responsable. Por el hecho de que pueden decidir qué hacer con su vida, las personas son capaces de distinguir entre el bien y el mal, entre acciones correctas e incorrectas moralmente. Toda persona es además responsable de sus actos en el sentido de que tiene que responder de ellos ante los demás. Ser dotado de dignidad. Debido a que una persona es racional, independiente y libre está dotada de dignidad, un valor especial y absoluto por el que merece respeto. Como sostuvo el filósofo alemán Immanuel Kant, una persona es un fin en sí mismo y no un instrumento o un medio para conseguir otra cosa. Una buena manera entender el valor de la dignidad humana se manifiesta en la idea de que las cosas pueden tener precio, en cambio las personas tienen valor, pero no precio. Si somos personas no es únicamente por haber nacido humanos, sino porque construimos un proyecto de vida haciéndonos responsables de nuestros actos libres. Las personas se hacen a sí mismas, esto es, construyen su identidad personal a lo largo de su vida. Así pues, haciendo uso de su libertad todo individuo tiene que decidir qué tipo de persona desea llegar a ser. Es en este proceso donde entran en juego las normas y los valores. 3. La personalidad Como hemos visto, todos los seres humanos somos personas, lo cual es un rasgo común; ahora bien, toda persona es única, diferente de cualquier otra e irrepetible. Cada persona tiene una serie de características físicas, psíquicas y morales que le distinguen de los demás. Aquello que nos hace únicos es la personalidad o identidad personal y que se va construyendo a lo largo de la vida. La personalidad es el conjunto de rasgos o características psicológicas estables que conforman la identidad de un individuo. La personalidad o identidad personal de un sujeto es algo en constante transformación y es fruto de un proceso en el que intervienen múltiples factores: Factores genéticos. Son las características biológicas heredadas genéticamente que componen el temperamento básico de una persona que, en principio, no se puede cambiar. Factores ambientales. Se trata de la influencia sobre el individuo de la cultura, el medio social y familiar, así como todas las experiencias por las que pasa una persona en diferentes situaciones.
La personalidad se conforma por la interacción de todos estos factores, pero ello no significa que cada persona esté determinada por su genética y por el medio social en el que crece. Todos estos factores influyen o condicionan nuestra identidad personal, pero no la determinan completamente. Los individuos construyen su identidad personal conscientemente a través de sus acciones, es decir, están dotados de una voluntad libre para elegir sus actos y, por tanto pueden autodeterminarse o determinar por sí mismos cómo quieren. No obstante, las circunstancias en las que se desarrolla la vida de cada persona imponen una serie de límites a su libertad dentro de los cuales tiene un margen de posibilidades o alternativas entre las que elegir. Establecer nuestra identidad personal supone enfrentarse y responder a preguntas del tipo: Quién soy? Qué es lo que me hace diferente de los demás? Qué camino debo tomar en la vida? En qué tipo de persona deseo convertirme? Qué valores son importantes para mí? Qué modelos de conducta estoy siguiendo o me gustaría seguir? Construir la propia identidad es por tanto un proceso en el que interviene la razón puesto que el pensamiento y la reflexión racional es el mejor instrumento del que disponemos para dirigir nuestra vida hacia donde realmente queremos, ejerciendo auténticamente nuestra libertad en vez de simplemente dejarnos llevar por otros y ser meros espectadores de nuestra vida. 4. Adolescencia y personalidad Aunque la construcción de la propia personalidad sea un proceso que no termina jamás, hay un periodo en la vida de toda persona que es crucial en dicho proceso: la adolescencia. Desde el nacimiento los niños se ven inmersos en lo que se denomina el proceso de socialización, que es el complejo proceso por el cual cada ser humano va adquiriendo la información cultural necesaria para desenvolverse en la sociedad, que incluye la lengua, los conocimientos y habilidades, pero especialmente un conjunto de valores y normas. Los niños empiezan a saber como comportarse en sociedad gracias a los agentes de socialización, que son principalmente la familia, la escuela, el grupo de amigos y los medios de comunicación. Pero llega un momento en la vida de todo individuo en el que adquiere los elementos necesarios para empezar tomar las riendas de su propia existencia. La adolescencia es una etapa fundamental y necesaria en el desarrollo de la identidad de cada persona, ya que es el momento en el que se van estableciendo las bases para el desarrollo futuro. En la adolescencia se producen una serie de cambios: Cambios biológicos. Maduración del cuerpo. Cambios psicológicos. Desarrollo de nuevas capacidades intelectuales y aumento del conciencia de uno mismo y del mundo. Cambios sociales. Transformaciones en la relación con los padres y con los amigos, de modo que habitualmente se produce una independencia de la familia y una mayor identificación con el grupo de amigos.
La adolescencia es un periodo crítico en el que se abandona la etapa infantil y se trata de encontrar un modo de ser propio y un lugar en el mundo. Durante la infancia uno ha estado bajo la tutela y guía de los adultos y se han aprendido una serie de normas y pautas de conducta, pero el adolescente descubre su capacidad para comprender la realidad y su libertad y, en vez de aceptar sin más como es el mundo cuestiona las razones que hay detrás de todo lo aprendido. Esta es la razón de la rebeldía y el inconformismo propios de la adolescencia, pues todo sujeto busca su libertad e independencia y desea convertirse en un adulto. Ahora bien, llegar a la mayoría de edad no es solo una cuestión de crecimiento corporal sino también de ejercicio de la propia razón. 5. Heteronomía y autonomía La adolescencia es el proceso de alcanzar la mayoría de edad. Pero en términos filosóficos ser mayor de edad no es simplemente cumplir los 18 años. Kant definió el abandono de la minoría de edad como el paso de la heteronomía a la autonomía. Heteronomía. Un persona heterónoma es aquella que recibe sus normas de conducta por algo externo y lo acepta sin más. Puede ser por las órdenes de otras personas, por la tradición o por las meras apetencias sin reflexionar, la persona heterónoma se deja llevar sin tomar las riendas de su vida. Los motivos o razones por las que actúan las personas heterónomas son la mera obediencia, el temor a un castigo, el deseo de agradar a los demás, la mera conveniencia o la pereza. El sujeto heterónomo ve su conducta y su vida determinada por algo externo y por ello no es auténticamente libre, sino un menor de edad en sentido moral. Autonomía. Una persona autónoma en cambio es aquella que se da las normas a sí misma libremente tras haber reflexionado y decide por sí mismo qué hacer en cada situación, no porque lo dictamine nada externo, sino porque sigue su propio criterio. Ahora bien, actuar de modo autónomo no consiste en hacer lo que a uno le da la gana en cada momento, sino en obrar siguiendo reglas o normas que uno mismo se ha prescrito haciendo uso de la propia razón, por ello cuando uno toma una decisión es porque cree que es lo que debe hacer, teniendo en cuenta que las acciones tienen un impacto no solo en uno mismo sino también en la vida de los demás. Según Kant, la minoría de edad consiste en la incapacidad de servirse del propio entendimiento sin la dirección de otros porque por falta de decisión, ánimo y esfuerzo uno se siente cómodo dependiendo de los demás y dejando que le digan cómo tiene que pensar y qué tiene que hacer. Una persona plenamente desarrollada es un sujeto autónomo que es capaz de analizar críticamente el mundo que le rodea y utiliza su razón para orientarse en el mismo y así decidir qué camino tomar en la vida.
6. Los valores éticos Los seres humanos venimos al mundo sin instrucciones y tampoco tenemos una serie de instintos que guíen nuestra conducta por lo que tenemos que aprender por nosotros mismos cómo comportarnos en cada situación. La vida humana implica tomar decisiones a cada momento y aunque muchas de tales decisiones las tomamos de modo casi automático, en muchas circunstancias se nos presentan problemas que nos ponen a prueba. Algunas de las situaciones más difíciles en la vida de una persona son precisamente aquellas en las que tenemos que decidir qué está bien y qué esta mal. Esto es así porque los seres humanos tenemos una dimensión moral. Además de ser libres y poder decidir qué hacer con nuestra vida tenemos una capacidad específicamente humana, que no la tienen los animales, gracias a la cual, somos capaces de diferenciar entre lo que está bien y lo que está mal, entre lo que hacemos y lo que deberíamos hacer. Esto significa que somos capaces de valorar los actos como justos o injustos, buenos o malos, honestos o deshonestos, virtuosos o viciosos, etc. A la hora de actuar elegimos y decidimos qué vamos a hacer. Esta elección, no la realizamos al azar, recordemos que nos caracterizamos por ser racionales. Si tenemos varias posibilidades, nos inclinamos por aquella que preferimos porque tiene "algo" que la hace más estimable que las otras opciones, ese algo es su valor, por ejemplo, la generosidad de un amigo, la belleza de un cuadro, la utilidad de un bolígrafo, etc. Los valores son cualidades especiales que reconocemos en los objetos, en las personas o en las acciones. Existen diferentes clases de valores, como los económicos o estéticos, pero los que nos conciernen aquí son los valores morales o éticos. Los valores morales constituyen una guía para evaluar y mejorar la propia conducta y la de los demás. Los seres humanos apreciamos los valores morales por sí mismos, no porque nos reporten algún beneficio egoísta, estando condicionados por intereses sociales, políticos. Por ejemplo, la justicia, la generosidad, la honradez, la sinceridad, la dignidad, la igualdad, etc. son valores que podemos considerar universales, en el sentido de deseables y respetables por todos, y que resultan imprescindibles para favorecer una convivencia armoniosa y el desarrollo Sean conscientes o no, todas las personas tienen una jerarquía de valores, es decir, consideran unos valores más importantes que otros. Dicha jerarquía nos permite tomar decisiones en los conflictos propios de la vida humana. Reflexionar críticamente acerca de cuáles son los valores morales que promueve el entorno en el que vivimos y que cada uno de nosotros acepta es una tarea esencial para conseguir una sociedad más autónoma y feliz. ACTIVIDADES Actividad 1 Busca ejemplos de situaciones o contextos históricos en los que grupos de seres humanos no hayan sido considerados personas y se les haya sometido a un tratamiento inhumano.
Actividad 2 Si entrásemos en contacto con una civilización alienígena, les consideraríamos personas? Y si se desarrollase una inteligencia artificial con capacidades equiparables a las del ser humano, podría ser considerada una persona? Actividad 3 Qué significa la expresión Toda persona tiene un precio? Estás de acuerdo con ella? Actividad 4 Ordena los siguientes factores según la importancia que les atribuyes en la formación de tu identidad personal. Tu herencia genética La relación con tus amigos - El ambiente familiar La escuela - El ambiente del barrio Los personajes de las películas, series de TV y videojuegos Actividad 5 Qué rasgos de tu personalidad te gustaría cambiar y por qué? Crees que es posible cambiarlos? Cómo podrías conseguirlo? Actividad 6 Elabora una lista de valores morales o éticos y trata de organizarlos según creas que son más o menos importantes. Explica las razones de tu elección. Actividad 7 Son los valores morales iguales para todos los seres humanos, es decir, universales, o varían según la cultura o la educación y son por tanto relativos?