TEMA 21. LA PINTURA BARROCA.: ITALIANA CARAVAGGIO, FLAMENCA RUBENS Y HOLANDESA REMBRANDT

Transcripción

1 ESQUEMA 1. Características de la pintura barroca. 2. Italia Caravaggio. 3. La pintura en los Países Bajos católicos Rubens. 4. La pintura en los Países Bajos protestantes Rembrandt. 1

2 1. Características de la pintura barroca. La pintura durante el barroco se interpreta de dos modos diferentes, según se trate de países católicos o países protestantes. En los primeros tendrá una gran importancia la Contrarreforma mientras en los segundos no tuvo ninguna incidencia. En los países católicos la mayor parte de los temas son religiosos. La pintura sirve para difundir a los creyentes los principales dogmas de la fe católica que habían sido cuestionados por Lucero. Uno de los objetivos más importantes era hacerlos lo más verosímiles posible. Abundan las escenas en la que aparece la Inmaculada, santos, los diferentes sacramentos, etc. También hay temas mitológicos, aunque no siempre se interpretan con el rigor del Renacimiento. En Holanda, el artista trabaja por encargo, posee una mayor independencia, es decir que no necesita un mecenas, sino que realiza encargos, generalmente procedentes de la burguesía. En este país predominan los retratos, especialmente los de grupo, los bodegones, los paisajes y las escenas cotidianas que reflejan los hogares y la vida íntima y acomodada de las familias burguesas que encargan el cuadro. En este sentido son una buena fuente para conocer el entorno de la vida burguesa. La belleza no es un objetivo absoluto en la pintura barroca. El pintor barroco no rehúsa la plasmación en sus cuadros de la vejez, la fealdad, la deformidad, lo trágico, las reacciones violentas y lo dramático, de las cosas con el mayor naturalismo posible. A través de las emociones el cuadro barroco intenta convencer. La luz es uno de los elementos más importantes del cuadro. Dirigida y concentrada se crean fuertes contrastes entre los espacios iluminados y los que permanecen en la oscuridad, al tiempo que ayuda a construir los volúmenes. Con ella se intensifica el dramatismo y se enfatiza todo aquello que se quiere resaltar de un modo especial. La luz ejerce, en muchas ocasiones, un papel selectivo. Los cuadros barrocos están llenos de movimiento, de violentos escorzos, predominan las diagonales y líneas curvas. Se busca frecuentemente la captación de un instante, la fugacidad del movimiento, plasmar el punto culminante de un hecho o una acción que muchas veces no cabe en el lienzo, literalmente hablando, de modo que esta queda recortada sugiriendo que más allá de las dimensiones del cuadro, la acción sigue. Se pretende que el espectador participe de la obra, se vea inmerso en ella, lo cual se consigue introduciendo a un personaje dentro del cuadro que mira, más bien que increpa al espectador creando un intenso nexo de unión la obra y quien la contempla. El color adquiere una gran importancia. Se prefieren las tonalidades intensas y dramáticamente contrastadas. El dibujo pierde importancia. 2. La pintura barroca en Italia. En Italia existieron dos corrientes bien diferenciadas que están representadas por sendos grupos de pintores. Por un lado una corriente naturalista o realista, encabezada por Caravaggio, que plasma las cosas con absoluta fidelidad. Ambas corrientes influirán en el resto de países europeos Caravaggio. ( ). Creador de un estilo muy personal, marcado por una técnica violentamente lumínica y un radical e innovador naturalismo. 2

3 Miguel Ángel Merisi (Caravaggio), nació en Milán, su primera formación transcurrió en el taller del milanés Simone Peterzano, quien le introdujo en los rudimentos del oficio. En 1593 marchó a Roma, donde entró en el taller de Giuseppe Cesari, para quien trabajó con el encargo de pintar flores y frutas. La obra de Caravaggio fue pronto admirada, no tanto por la tradicional clientela, como por los coleccionistas, entre los que sobresalía el cardenal Francesco María del Monte, amigo de lo más granado de la cultura de la época. Inmerso en este ambiente cultural se impregnó del ambiente existente en este núcleo de aficionados e intelectuales agrupados en torno a Del Monte. En estos círculos, Caravaggio, acertaría a dar un nuevo sesgo, moderno y desprejuiciado, a la tipificación de los géneros pictóricos. El muchacho con cesto de frutas ( ), el Baco (1596) o Amor victorioso ( ), manifiestan la poderosa libertad y el talento versátil de Caravaggio para sustanciar y hacer propios los gustos de sus protectores. En 1599, recibe su primer encargo público, son tres cuadros sobre la vida de San Mateo: La vocación de San Mateo, el Martirio de San Mateo, San Mateo y el Ángel, para la iglesia de San Luis de los Franceses, y, en 1600, los lienzos de la Crucifixión de San Pedro y la Conversión de San Pablo, para la iglesia de Santa María del Pópolo. Caravaggio dio, en estas obras, un imprevisto giro a la imaginería religiosa tradicional y contrarreformista. Caravaggio propuso un nuevo acercamiento al relato evangélico en sugeridos y neutros escenarios en penumbra, con personajes capaces de expresar el asombro en contenida gestualidad, con rostros y atuendos de acusada figuración realista, moldeados por una luz dirigida desde dentro del cuadro. En la Vocación de San Mateo la narración atrapa el preciso instante en el que Cristo y San Pedro irrumpen en un oscuro rincón de la calle donde el recaudador de impuestos, rodeado de personajes de su misma profesión y vestidos con trajes de la época. La luz invade la escena y arroja dramatismo lumínico al gesto de Cristo reclamándolo para el apostolado. El estilo de Caravaggio alcanza sus cotas más altas en diversas obras realizadas para distintas iglesias: El entierro de Cristo ( ), la Virgen de Loreto (1604), La madonna de la Serpe ( ), La Muerte de la Virgen (1606). Con una paleta más oscura, violentos contrastes lumínicos, grandes espacio vacíos, con figuras situadas en primer plano, con insólitos escorzos y aisladas por una luz nocturna, interior. Los modelos están sacados directamente del entorno callejero, por lo que poseen un gran verismo. En 1606, la vida mundana de Caravaggio en Roma acaba cuando, por una cuestión de apuestas en el juego de pelota, mata a un hombre de una cuchillada. Perseguido por homicidio, huye de Roma y comienza un periplo por toda Italia que llevará a Nápoles, Sicilia y Malta. En 1610, decide volver, de nuevo a Roma, esperando el perdón, donde muere de malaria. 3. La pintura barroca en los Países Bajos católicos Pedro Pablo Rubens. ( ). Es la figura fundamental de la pintura flamenca. Fue el artista más solicitado de Europa en el siglo XVII. A sus 3

4 extraordinarias dotes naturales, unió una creativa asimilación de las enseñanzas de los maestros italianos del Renacimiento, tanto de los venecianos como de su contemporáneo. Todo lo cual conformó una personalidad pictórica muy peculiar, con un estilo pleno de vitalidad y energía impetuosa, con gran aparato decorativo, susceptible de aplicarse tanto a escenas religiosas como a asuntos mitológicos y alegóricos, con exuberantes composiciones a gran escala en aceleradas diagonales, con estallidos cromáticos y luces muy violentas. Su primera formación intelectual y artística la realizó en Amberes, donde se establecería tras un largo viaje por Italia, realizado entre 1600 y 1608, años en los que estuvo al servicio del duque de Mantua quien, en 1603, le encomienda la misión de acompañar un cargamento de regalos, pinturas fundamentalmente, con destino al rey de España, Felipe III, lo que le permitió conocer las colecciones reales españolas y las obras de Tiziano, propiedad de la monarquía española. Durante esta estancia pinta el retrato ecuestre del duque de Lerma (1603). A su regreso a Flandes fue nombrado pintor oficial de los archiduques, lo que le obligaba a la realización de un determinado número de retratos oficiales y que aceptó con la condición de establecer su residencia en Amberes, de la que sólo se alejaría con motivo de misiones diplomáticas en España, Francia e Inglaterra. Como otros artistas de su tiempo, Rubens prestó una especial atención a la representación de las pasiones y las emociones humanas, en estrecha simetría cultural con el surgimiento de la ciencia de la psicología dentro de las corrientes racionalistas del siglo XVII. En la primera década del siglo XVII, la renovación de las iglesias de las ciudades flamencas propició un tipo de encargo público, religioso que le consagraría definitivamente. En el gran retablo de La Elevación de la Cruz ( ) y el Descendimiento de la cruz ( ), pintado para la capilla del gremio de los arcabuceros de Amberes, Rubens destacó la escena central con una potente diagonal, enriquecida por un brillante empleo del color y una dosificada iluminación. El éxito de estas dos obras favoreció nuevos encargos como el de la decoración completa de la nueva iglesia de los jesuitas de Amberes. Los recursos utilizados en las composiciones flamencas fueron más tarde explotados por Rubens en los numerosos encargos que recibió por parte de diversas Cortes europeas que aceptaron rápidamente su lenguaje retórico y vibrante. La fórmula alegórica experimentada en obras religiosas, plena de recursos persuasivos, de directo impacto visual, fue trasvasada al ámbito político, en uno de los encargos que más claramente resumen el predicamento alcanzado por Rubens en el medio cortesano europeo: la serie contratada por María de Médicis (1622), para glorificar su reinado. Combina los procedimientos de la pintura mitológica, la narración histórica y la alegoría religiosa, en lienzos de gran tamaño para decorar el palacio de Luxemburgo. 4

5 En sus últimos años, Rubens, viudo desde 1626, pone fin a su incansable periplo artístico y diplomático por las cortes europeas, estableciéndose nuevamente en Amberes. En 1630 contrae matrimonio con Helena Fourment, joven de 16 años, a la que convirtió en su modelo, y a la que retrata en numerosas ocasiones, bien sea en un retrato, bien sea en un cuadro bíblico, Bethsabé en el baño (1635), o cuadros religiosos. Las obras destinadas a la colección real de Felipe IV, Las Tres Gracias (1638) o el Juicio de Paris (1638) representan el optimismo de su última época. El último gran encargo para Rubens fue el pabellón de caza de la Torre de la Parada en El Pardo, que se perdió en el incendio de 1710, con un extenso programa mitológico en el que colaboraron numerosos discípulos. 4. La pintura barroca en los Países Bajos protestantes Rembrandt. ( ). Nutre sus obras de una fuerte personalidad en la que trasciende el ambiente religioso, cívico y filosófico de la Holanda del siglo XVII. El periodo inicial de formación de Rembrandt transcurrió en su ciudad natal de Leyden. De familia humilde calvinista, comenzó estudios de latín que pronto abandonaría para dedicarse a la pintura. En 1624 se instaló en Leyden cuando sólo tenía 19 años. Rembrandt comenzaría haciendo obras de tema religioso y retratos, en los que se advertía la influencia del tenebrismo, que Rembrandt había aprendido en el taller de Pieter Lastman, con quien trabaja en su corta estancia en Ámsterdam. En Leyden, Rembrandt vivirá siete años. La pintura de este periodo muestra ya su independiente personalidad artística, donde los ideales de belleza clásica o el amable caravaggismo lumínico, ceden ante imaginativos y pintorescos ambientes bíblicos. Las obras de estos años manifiestan su carácter inconformista. En 1631, se instala en Ámsterdam, y marca el momento de los primeros encargos significativos como pintor de renombre. El gremio de los cirujanos de Ámsterdam le encarga, en 1632, el gran retrato colectivo de gran tamaño La lección de anatomía del doctor Tulp, variante del retrato de grupo protestante del siglo XVI, en donde se plasmas disecciones anatómicas, destinadas a decorar los anfiteatros. Rembrandt rompe con su carácter estándar, proclive a la representación de los asistentes en torno a la anécdota del cadáver. Descrita la escena con extraordinario verismo científico, Rembrandt envuelve a los asistentes en una particular atmósfera, unos con gesto y ademán de sorpresa, otros con un ademán profesional habitual, ante el hecho científico que contemplan, mientras el doctor Tulp manipula con una mano los músculos y tendones del antebrazo. Esta obra confirmó las expectativas sobre Rembrandt, proporcionándole diferentes encargos, entre ellos la serie de cuadros de gran formato sobre la pasión, para la capilla real del príncipe de Orange. En algunos de ellos como El Descendimiento de la Cruz (1633), que manifiesta el conocimiento que tiene de la obra homónima de Rubens. En estos años realiza numerosos autorretratos, género que constituye una de las más excelentes muestras de su interés por la exploración psicológica de su persona. Rembrandt hace del autorretrato un género artístico particular, 5

6 convirtiéndolo en autobiografía. En 1634 se casó con Saskia, a la que retrata en numerosas ocasiones, como el Autorretrato con Saskia (1635). En 1642 fallece Saskia y realiza uno de los cuadros más significativos de su obra: La Compañía militar del capitán Frans Banning Cocq y el teniente Willem von Ruytenburch, más conocida como La Ronda de noche. En esta obra nos descubre una escena diurna que consagra la definitiva ruptura con la tradicional representación de las compañías militares. Mezcla las convenciones del retrato con las de los cuadros de historia. Rembrandt captó el momento en que los diversos miembros del cuerpo de guardia se preparan alborotadamente para salir con sus armas, dando la sensación de arrollar al espectador. En el centro, el capitán se dirige ceremonialmente al teniente, numerosos personajes secundarios, atrás, a derecha e izquierda, adoptan en continua agitación las más variadas posturas, actitudes y ademanes, blandiendo picas y mosquetes, banderas y tambores. Rembrandt supeditó los intereses particulares de los retratados a la unidad de acción, dando un completo giro al género del retrato corporativo de gran formato de las compañías de guardia cívica. En obras posteriores a la Ronda de noche, el claroscuro se atenúa, variando también la temática de sus pinturas. Las obras religiosas abandonan los temas del Antiguo Testamento por aquellas escenas que profundizan en actitudes de recogida intensidad como el Regreso del hijo pródigo (1669). Rembrandt retoma también algunos pasajes de la vida de Cristo, como en Los peregrinos de Emaús (1648). Los retratos se alejan progresivamente de una ejecución esmerada, sustituida por una pincelada más abierta, libre y colorista. El desinterés por el artificio de la representación también se manifiesta en los retratos de personas queridas muy especialmente el de su sirvienta Hendrickje ( ), o el de su hijo Titus. En 1661 realiza el retrato de los Síndicos de los Pañeros (1661), última obra que realizaría por encargo de una institución pública. 6

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