1 Título original: Ukraine Between Rusia And The West. En: 2 Traducción de Luis Cortes, miembro del Grupo de Estudios Marxistas.

Transcripción

1 Ucrania: entre Rusia y Occidente 1 Ucrania se arriesga a ser desgarrada por fuerzas alentadas por Occidente y sus opositores pro-rusos, escribe Alastair Stephens 2. El derrocamiento de Viktor Yanukovich y su sustitución por un régimen temporal dirigido por los pro-occidentales Yulia Tymoshenko y Vitali Klitschko es sin duda un triunfo para occidente y un golpe para Rusia. Es aun más importante que cualquiera de las otras llamadas "revoluciones de colores" de los últimos años. Ucrania y Rusia Ucrania es tres veces el tamaño de Gran Bretaña, tiene una población de 46 millones y está altamente industrializada. Siempre ha sido el granero de Rusia y la Unión Soviética. Kiev fue la capital del primer estado ruso y los idiomas ruso y ucraniano están estrechamente relacionados. Muchos rusos siempre han sentido que Ucrania es en realidad una parte de Rusia, aunque muchos respetan la existencia de la lengua e identidad ucraniana. Muchos prominentes ' rusos' son en realidad ucranianos, incluyendo el escritor Gogol, y Ucrania ha suministrado un importante número de líderes soviéticos, incluyendo a Khrushchev y Brezhnev. Estratégicamente, Ucrania es la parte más vulnerable de Rusia y contigua a la Rusia europea. Es la llave para una invasión hacia Rusia, más recientemente utilizada durante la Segunda Guerra Mundial, en la que 20 millones de soviéticos murieron. Por lo tanto, no es sorprendente que muchos rusos nunca han asumido su independencia. La idea de Ucrania aliándose con algún estado hostil - como muchos rusos sienten que son el oeste y los EE.UU. - siempre ha sido temida por los líderes rusos. Ellos creían que Occidente quería hacer caer a la Unión Soviética y usar a sus antiguos estados para sus propios fines. Esto no es, por supuesto, del todo falso. Las potencias occidentales Las potencias occidentales siempre han temido a Rusia. Sus gigantescas dimensiones y enormes recursos la hacen una amenaza a su dominación del mundo. Siempre se ha considerado como una amenaza potencial para la Europa occidental. 1 Título original: Ukraine Between Rusia And The West. En: 2 Traducción de Luis Cortes, miembro del Grupo de Estudios Marxistas.

2 EE.UU. trató de hacer caer a la Unión Soviética a través de la carrera armamentista de la llamada "segunda guerra fría" de finales de 1970 y principios de Las contradicciones internas de la URSS fueron las principales razones de su colapso, pero la carrera armamentista fue un factor clave. EE.UU. también llevó a la Unión Soviética a una desastrosa guerra en Afganistán, cuyos efectos perduran hasta nuestros días. Desde la caída de la Unión Soviética, las potencias occidentales han tratado de empujar siempre hacia el Este desde Europa y desde todas las otras direcciones también. La expansión de la UE y la OTAN (una alianza militar antisoviética que debería haber quedado sin objeto al final de la Guerra Fría) fue entrando cada vez más en Europa oriental y las antiguas repúblicas soviéticas. Las antiguas repúblicas soviéticas Las élites gobernantes en algunos de los nuevos Estados - la mayoría en los pequeños Estados, como los Estados bálticos y Georgia - acogieron con satisfacción esta alianza occidental. Los estados fueron a menudo cautelosos del gigante ruso de al lado, que los había oprimido en el pasado. La mayoría de las antiguas repúblicas soviéticas continuaron siendo gobernado por similares, o incluso los mismos, grupos de personas, que simplemente se vendieron todo a ellos mismos y luego adoptaron un poco de ropaje democrático. Algunas de las repúblicas del sur (los "stan") hicieron esto, mientras que otras, como Uzbekistán y Turkmenistán, mantuvieron las dictaduras. Debe tenerse en cuenta que el oeste, cuando le convenía, era perfectamente feliz de tratar con dictadores. Cuando EE.UU. invadió Afganistán hizo acuerdos con los dictadores y los utilizó en su programa de entregas. Las potencias occidentales han actuado para encubrir sus abusos contra los derechos humanos, como el ex embajador británico en Uzbekistán Craig Murray puede testificar. El descontento de las masas con estos regímenes proporcionó una entrada para las potencias occidentales. Sucedió lo inevitable: hubo levantamientos, y occidente trató de manipularlos. Esto era más fácil de lo que se podría imaginar, dada la falta de una verdadera izquierda o de un movimiento de los trabajadores después de décadas de "comunismo" oficial.

3 La Revolución Naranja En Ucrania esto dio lugar a la llamada Revolución Naranja de El fin de la Unión Soviética y de gobierno de partido único en 1991 dio lugar a una mayor libertad, aunque no mucha, en Ucrania. Muchos de los viejos rostros quedaron, y la Presidencia de Leonid Kuchma era opresiva. Cuando trató de amañar las elecciones presidenciales para que su protegido Viktor Yanukovich le ganara el rival Viktor Yushchenko, hubo indignación. Hubo una ocupación de la Plaza de la Independencia y se convocaron nuevas elecciones. Organizaciones de fachada occidentales habían estado vertiendo dinero y expertos en la oposición durante mucho tiempo. El resultado fue, probablemente, la revolución más minuciosamente gestionada de la historia. Aunque no hubo grandes manifestaciones, todo fue mantenido bajo control. A menudo parecía más un festival de música pop que una revolución. Esta vez Yushchenko ganó e hizo a su compañera líder Naranja Yulia Tymoshenko primer ministro. Cayeron casi de inmediato y como gobierno no lograron hacer prácticamente nada. En la siguiente elección fue humillado el héroe del 2010, recibiendo el 5% de los votos. Su antiguo camarada, Tymoshenko, fue derrotado por Yanukovich en unas elecciones que los observadores consideraron que fueron libres y limpias. Occidente no iba a tomar esto echándose para atrás, sin embargo, y Yanukovich quedó en su lista negra. No obstante, la UE estaba feliz de tratar con Yanukovich, siempre y cuando bailara a su ritmo. Y él estaba dispuesto a hacerlo porque estaba respaldado por los oligarcas, en particular por Rinat Akhmetov, que quería un equilibrio entre Oriente y Occidente: entre Rusia, la UE y los EE.UU. La crisis económica hizo tal balance imposible. El gobierno de Ucrania estaba en la ruina y necesitaba a alguien para rescatarlo, pero todas las ofertas venían con condiciones. Atraído tanto por Rusia como por Europa, Yanukovich vacilaba. Al final, se decidió por Rusia, lo que desencadenó las manifestaciones. Sabemos que el final de esta historia. Rusia trató de apoyar a Yanukovich, y Occidente trató de hacerlo tomar su camino. Su herramienta fue el movimiento en las calles de Kiev. Interferencia Occidental Desde el principio, los medios occidentales tomaron el lado de los manifestantes. Los

4 medios de comunicación se arrojaron sobre el campamento en la Plaza de la Independencia, las ocupaciones de edificios públicos y las patrullas de milicias armadas con garrotes. El hecho de que campamentos similares en ciudades occidentales fueron prohibidos, golpeados y arrastrados fuera de las calles nunca era mencionado. Ellos estaban felices de informar sobre las denominadas "leyes de la dictadura", a pesar de que leyes similares se pueden encontrar en la legislación sobre orden público de cualquier país occidental. Más extraordinariamente, el asesinato de diez policías en las calles en un día pasó casi sin comentarios. Sería absolutamente imposible de imaginar esto, si hubiera ocurrido en cualquier otro lugar de Europa. Las potencias occidentales dieron todo el apoyo que podían a los manifestantes, advirtiendo continuamente al gobierno ucraniano de no intervenir, mientras los manifestantes se apoderaron más y más del centro de la ciudad. Una cadena de visitantes a la plaza demostraron su solidaridad, incluyendo renombrados luchadores por la libertad como el senador John McCain y Victoria Nuland, Subsecretaria de Estado del Departamento de Estado de EE.UU., que distribuyeron bocadillos a la gente de la plaza. Menos informado fue en los medios occidentales el hecho de que la plaza también fue visitada por una corriente de políticos de derecha de Europa del Este. El Departamento de Estado sin duda tuvo que ver con la gestión y la tutoría de líderes de la oposición ucraniana. En una conversación telefónica filtrada, Nuland y el embajador de EE.UU. discuten quién debe hacer qué en un futuro gobierno de Ucrania. Ucrania estaba siendo tratada como una dependencia, en lugar de un país soberano cuya política interna no debe ser interferida por otros estados. La presencia de Victoria Nuland del Departamento de Estado es particularmente interesante. Ella era una neo-conservadora en el gobierno de Bush y está casada con el importante intelectual neoconservador Robert Kagan. Ella también tenía una actitud neoconservadora hacia Europa, que expresó sucintamente en la conversación filtrada: "a la mierda la UE". Un Oeste Dividido Las potencias occidentales no son un bloque homogéneo, y no es claro si las cosas han

5 salido como ellos querían. Sin embargo, no cabe duda que quieren ampliar su influencia en Ucrania. A Europa, o al menos a Alemania, le gustaría llegar a un acuerdo con Rusia, su masivo vecino. Sin embargo, eso es difícil de hacer coincidir con el proyecto expansionista de la Unión Europea. No quiere que la inestabilidad esté en su puerta. EE.UU., por otra lado - o al menos su sección neoconservadora - quiere rodear, delimitar y acosar a Rusia. Quien esté en el poder en Moscú siempre va a ser una amenaza para el deseo de Estados Unidos por la hegemonía mundial. También le disgusta la idea de que cualquiera de las potencias euroasiáticas se vuelva demasiado amistosa, lo que incluye la UE y Rusia. Le gustaría insertar entre los dos una serie de estados clientes: como Rumsfeld decía, una "nueva Europa" para equilibrar la "vieja Europa". Está dispuesto a jugar con apuestas mucho más altas que los europeos, y mucho más dispuestos a ir para un cambio completo de régimen. La preocupación para Europa, y las secciones menos desquiciadas del establishment de EE.UU., es que han desatado en Ucrania fuerzas que no pueden controlar. En particular, la extrema derecha nacionalista ucraniana podría, si no es controlada, provocar una contra reacción entre los ruso parlantes. En un escenario político ya brutalizado por la violencia reciente, esto podría dar lugar rápidamente e incontroladamente a una espiral de violencia interétnica, como lo hizo en la antigua Yugoslavia. Sin embargo, Ucrania es cinco veces más grande que Yugoslavia y estratégicamente más importante. El gran perdedor Dejando las divisiones occidentales a un lado, la política de las grandes potencias es frecuentemente un juego de suma cero, y la ganancia de Occidente es la pérdida de Rusia. El aliado de Rusia Viktor Yanukovich ha sido derrocado, y los partidos anti-rusos han tomado el poder en Kiev. Los planes de Moscú para una unión aduanera y una zona económica común para los estados de la antigua Unión Soviética, se encuentran en ruinas. Sin Ucrania, no tiene sentido. Pero no está completamente fuera del juego. El nuevo régimen en Kiev claramente no tiene el apoyo de la mitad ruso parlante del país, incluso si no se opone activamente al nuevo gobierno. Si el nuevo régimen antagoniza con los ruso parlantes, lo que es altamente probable dado el crecimiento de la supremacía de la extrema derecha

6 ucraniana, Rusia podría estar de vuelta en el juego. Ya una ley aprobada el año pasado dando a los rusos parlantes el mismo estatus a nivel regional, ha sido derogada por el parlamento. Las fuerzas que Occidente ha alentado, en particular en la extrema derecha, también podrían crear un retroceso para Europa, haciendo que la gente reaccione contra la interferencia occidental. La creación de una dictadura semi-fascista en Ucrania podría desacreditar a las potencias occidentales en Europa, tal como Irak lo ha hecho en el Medio Oriente.