LibroEntrenamiento. Match Análisis en Futbolistas de Categoría Sub 18. Match Analysis in Juniors Sub 18. Resumen. Abstract COM

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1 LibroEntrenamiento. COM 1 Match Análisis en Futbolistas de Categoría Sub 18. Match Analysis in Juniors Sub 18 Francisco García Ocaña 1 1 Doctorando en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. INEF, Barcelona. Octubre 2014 Francisco García Ocaña fgarci10@gmail.com Resumen Abstract El objetivo de este estudio fue determinar las demandas físicas de futbolistas masculinos de categoría sub-18. Para el match análisis se registraron 14 jugadores pertenecientes a un mismo equipo, a lo largo de 12 partidos durante la temporada utilizando un dispositivo portátil GPS. Los resultados mostraron que el fútbol juvenil es una especialidad de carácter intermitente, con una distancia total recorrida para 45 min de 5256 ± 443 m (116 ± 9.84 m min -1 ). La distancia total alcanzada fue mayor (p<0.05) en centrocampistas 5512 ± 298 m (122 ± 6.62 m min -1 ) que en defensas centrales 4974 ± 355 m (110 ± 7.88 m min -1 ) y laterales 5022 ± 111 m (111 ± 2.46 m min -1 ) (p<0.05). La distancia a alta intensidad (>15 km h 1 ) fue mayor (p<0.05) en extremos vs defensas centrales y laterales; y entre extremos y defensas centrales para esfuerzos superiores a los 18 km h 1 (p<0.05). Hubo diferencias significativas (p<0.05) en todas las categorías de actividad en algún período de la temporada, excepto para los desplazamientos a baja intensidad. A mitad del período competitivo se alcanzan las mayores distancias a intensidades alta, muy alta, sprint y totales (p<0.05). Estos resultados mostraron que: 1) hay diferencias significativas en las diferentes categorías de movimiento entre puestos específicos 2) como entre períodos de la temporada. Se sugiere un entrenamiento individualizado que contemple el análisis de las distancias recorridas para los diferentes puestos específicos y períodos competitivos. Palabras clave: Fútbol juvenil, match análisis, puestos específicos, período de la temporada, GPS.. The aim of the study was to examine the physical demands juniors sub-18 men soccer players. Match analysis measures were registered using devices based on GPS technology from 14 juniors sub-18 soccer players from the same team, during 12 friendly matches of season The results showed that junior soccer is an intermittent sports specialty, with the average total distance covered during 45 min matches play of 5256 ± 443 m (116 ± 9.84 m min -1 ). The total distance covered was higher (p<0.05) in central midfielders 5512 ± 298 m (122 ± 6.62 m min -1 ) compared to central defenders 4974 ± 355 m (110 ± 7.88 m min -1 ) and full-backs, 5022 ± 111 m (111 ± 2.46 m min -1 ) (p<0.05). The distance of high intensity (>15 km h 1 ) was higher (p<0.05) in wide midfielders vs central defenders and full-backs; and between wide midfielders vs central defenders for intensity running higher 18 km h 1. There was significant differences (p<0.05) in all locomotors activity patterns during some period season, except for the displacements at low intensity. The middle competition period higher distances was covered at high intensity, very high intensity ruining, sprint and total distance. These results showed that: 1) there are significant differences in different activity profile between tactic positions 2) and also between periods season. We suggest an individual training that it contemplates the match analysis from different tactic positions and periods season. Keywords: Junior soccer, match analysis, tactic positions, period season, GPS.

2 Introducción En los deportes de equipo, el match análisis se ha convertido en un instrumento básico para el conocimiento de las demandas físicas que manifiestan los jugadores durante la competición. Su utilización ha proporcionado a entrenadores y científicos la posibilidad de monitorizar, valorar y controlar el rendimiento deportivo (Barbero et al., 2007) y permitir una mejor aproximación a los métodos de entrenamiento (Di Salvo y Pogozzi, 1998; Hoff et al., 2002; Dupont et al., 2004; Castagna et al., 2006; Castagna et al., 2007; Bangsbo et al., 2008; Ferrari et al., 2008; Reilly et al., 2009). Los primeros estudios se sitúan a mediados de los años 70 (Reilly y Thomas, 1976), utilizando como soporte el video análisis y focalizando la atención en las distancias recorridas por las diferentes posiciones de los jugadores. Son extensas las investigaciones realizadas desde la fecha utilizando la estimación de la distancia recorrida a diferentes velocidades para diagnosticar la performance del jugador (Miyagi y Kitawa, 1999; Rienzi et al., 2000; Helgerud et al., 2001; Strudwick y Reilly, 2001; Rahnama et al., 2002; Mohr et al., 2003; Krustrup et al., 2005; Impellizzeri et al., 2006; Burguess et al., 2006; Barros et al. 2007; Di Salvo et al., 2007a; Odetoynbo et al., 2007; Rampinini et al., 2007; Di Salvo et al., 2007b; Hewitt et al., 2007). En este sentido, está ampliamente demostrado la disminución de la distancia recorrida en la segunda parte con relación a la primera (Reilly y Thomas, 1976; Bangsbo et al., 1991; Mohr et al., 2003; Bradley et al., 2009). Reilly y Thomas (1976), Reylly et al. (2008) y Helgerud et al. (2001) encuentran una alta correlación entre la potencia aeróbica máxima del jugador y la distancia total recorrida. Esta relación entre el rendimiento aeróbico y el rango de trabajo también fue presentada por otros autores (Bangsbo, 1994; Impellizzeri et al., 2006; Hoff y Helgerud, 2004; Rampinini et al., 2007). Es por ello que algunos investigadores han sugerido que las distancias recorridas durante los partidos son medidas válidas del rendimiento físico en el fútbol porque muestran una fuerte relación con el estado físico (Krustrup et al., 2003; Krustrup et al., 2005). La distancia recorrida también ha sido relacionada con el nivel de competición y se sugiere que son características discriminatorias entre jugadores de diferentes categorías (Bangsbo et al., 1991; Mohr et al., 2003). Los de mayor nivel recorren más distancia (Reilly et al., 2008). Zubillaga et al. (2007) y Di Salvo et al., (2007) no encontraron una menor distancia recorrida en el primer con relación al segundo tiempo de juego. En esta línea, otros autores sugieren que la distancia recorrida no es el indicador más idóneo del estado físico del jugador (Bangsbo, 1994). Odetoynbo et al. (2007) no apreciaron cambios significativos en la distancia total del partido en jugadores profesionales de la Premier League inglesa en 3 partidos disputados en cinco días. En el mismo estudio y diseño experimental pero efectuado con jugadores de la English Premier Ship Soccer se demostró un aumento significativo en el tiempo de recuperación entre esfuerzos de alta intensidad y se propone que el análisis de estas distancias y las realizadas al sprint pueden ser medidas más apropiadas para la evaluación e interpretación de la performance del futbolista (Bangsbo, 1994; Krustrup et al., 2003; Krustrup et al., 2005; Mohr et al., 2005; Bangsbo et al., 2006; Drust et al., 2007; Rampinini et al., 2007; Carling et al., 2008; Rampinini et al., 2008). Los últimos avances tecnológicos, como las grabaciones realizadas con multi cámaras (Di Salvo et al., 2007; Randers et al., 2010) o los dispositivos portátiles basados en la tecnología GPS (Barbero et al., 2007, 2009 a; Hill-Haas et al., 2009), han propiciado una mayor precisión y fiabilidad en la obtención de la información y recogida de datos, ayudando a una mejor interpretación de las distancias, sobretodo a alta intensidad y sprint. Utilizando esta tecnología Bradley et al. (2009) argumentaron que la carrera a alta intensidad y sprint son factores determinantes en el rendimiento de los jugadores. Di salvo et al. (2009) observaron menores distancias en las intensidades descritas con relación a la segunda parte de los encuentros en todos los jugadores e independientemente de su rol táctico. Semejantes resultados fueron descritos por otros autores (Krustrup et al., 2003; Mohr et al., 2003; Bangsbo et al., 2005; Bangsbo et al., 2006; Randers et al., 2010). Bangsbo et al. (2006) encontraron una reducción de las mismas intensidades en los quince minutos finales de la competición en todos los puestos específicos, incluyendo el género o el nivel del jugador (Rienzi et al., 2000; Mohr et al., 2003; Mohr et al., 2005; Krustrup et al., 2005; Di Salvo, et al., 2007). Una de las causas que explicaría este fenómeno sería el incremento de la fatiga por una deplección significativa del glucógeno muscular, principalmente en las fibras de tipo FT (Balsom et al., 1999; Mohr et al., 2005; Bangsbo et al., 2006).

3 El mismo hecho se aprecia con relación a las distancias alcanzadas al sprint durante los últimos quince minutos pero en comparación con los quince del primer período (Mohr et al., 2003; Bradley et al., 2009) Algunos autores han encontrado que la distancia pico a alta intensidad y sprint grabados en períodos de cinco minutos se consigue en la segunda parte (Barros et al., 2007; Carling et al., 2008). Los mayores desplazamientos a alta intensidad se consiguen contra equipos de mayor nivel (Rampinini et al., 2007). Los jugadores de mayor categoría también recorren mayor distancia. Así queda demostrado en el estudio de Mohr et al. (2003) al comparar jugadores internacionales italianos con jugadores profesionales de una liga menor. Además, se observa como los equipos con resultado a favor recorren menores distancias a elevadas velocidades que cuando van perdiendo (O Donoghue et al., 2001). Cuando el equipo se adelanta, parece ser que los jugadores realizan, durante los diez minutos siguientes, un trabajo a más alta intensidad que sus oponentes (Bloomfield y Polman, 2007). Se sugiere que una mayor distancia a alta intensidad y en la capacidad de repetir sprints se correlaciona con el Vo2 max (Krustrup et al., 2005; Brown et al., 2007; Barbero et al., 2009a) al favorecer la rápida recuperación entre acciones. También se muestra una disminución importante en los desplazamientos a alta intensidad y al sprint en los cinco minutos posteriores a los de mayor actividad (Mohr et al., 2003 ; Bradley et al., 2009; Di Salvo et al., 2009). Aunque en un principio se consideró que la acumulación de lactato tanto muscular como plasmático y la disminución del Ph intracelular, junto a la menor concentración en los depósitos celulares de fosfocreatina pudiera ser la causa de esta fatiga transitoria; los trabajos de Cairns y Dulhunty (1995) y Mohr et al. (2005) demostraron como después de un período de intensa actividad, la concentración de potasio extracelular se elevaba de manera significativa, inhibiendo la despolarización de la membrana muscular y reduciendo el desarrollo de la fuerza y la capacidad para realizar sprints repetidos. Reilly et al. (2008) sugieren que esta inhibición en los niveles de fuerza puede influir en la co-contracción de la articulación de la rodilla incrementando el riesgo de lesión. También se ha comprobado una reducción de acciones de alta intensidad y sprint en los cinco primeros minutos de la segunda parte en comparación con la primera. Bangsbo (1995) observó como la disminución de la temperatura corporal durante el descanso entre períodos producía un menor número de acciones La mayoría de los trabajos aquí presentados han examinado el patrón de actividad de jugadores adultos masculinos. Sin embargo, son escasas las investigaciones que han evaluado los desplazamientos de jugadores de categorías juveniles. Es por ello que el objetivo de este estudio fue (1) determinar el perfil de actividad de futbolistas de categoría juvenil sub-18 con relación a su puesto específico; (2) examinar las categorías de movimiento en varios períodos de la temporada. Método Participantes Catorce jugadores masculinos de fútbol (edad 17,4 ± 0.5 años, peso 70,06 ± 4,02 kg y estatura 1,77 ± 0,04 m), participantes en la división de honor juvenil del campeonato español, temporada , participaron en el estudio. Todos ellos son miembros de un mismo equipo, con más de 6 años de experiencia en este deporte. Material Un dispositivo portátil GPS Garmin Forerunner 305 (Garmin International, Inc, 1200 East 151st Street, Olathe, Kansas 66062, U.S.A) fue utilizado para el registro de los siguientes datos: tiempo, posición, velocidad, distancia, altitud. La información fue descargada en un PC mediante el software Trainnig Center. Validez dispositivo Garmin Forerunner 305 Para validar la fiabilidad de las distancias registradas por el dispositivo GPS se procedió a recorrer 1000 mts en una pista de atletismo de 400 mts de longitud, simulando el patrón de actividad que exige el fútbol: caminar, trotar, correr rápido, sprintar y parado. Se realizaron 8 series. La fiabilidad se determinó calculando el error típico expresado mediante el coeficiente de variación (CV), aplicándose la fórmula: ([DS/X]*100). Los resultados fueron: CV; 1,98% (ICC 95% 2,01 1,95%). Los registros muestran una alta fiabilidad de las tomas. Procedimiento Se procedió al registro de las distancias y velocidades de los sujetos seleccionados durante 14 partidos amistosos en tres períodos de la temporada: pretemporada (5), mitad (4) y final período competitivo (4). Las grabaciones se efectuaron aproximadamente en la misma franja horaria (19 20 h), y en un mismo campo de juego (100 x 60). Cada jugador participó durante cuarenta y cinco minutos. Previo al calentamiento, el dispositivo GPS fue ubicado a todos los jugadores en el brazo izquierdo -porción interna -. En todos los encuentros se utilizó el mismo sistema táctico:

4 Categorías de Movimiento y Umbrales de Velocidad Las acciones de los jugadores fueron recogidas siguiendo las siguientes categorías y umbrales de velocidad: parado (0 1.2 km h 1 ), caminado (1.3 7 km h 1 ), carrera baja intensidad ( km h 1 ), carrera moderada intensidad ( km h 1 ), carrera alta intensidad (>15.1 km h 1 ), carrera muy alta intensidad (>18.1 km h 1 ) y sprint (>23 km h 1 ). Los umbrales de velocidades para cada categoría fueron similares a las presentadas en estudios previos (Bangsbo, 1991; Mohr, et al., 2003; Rampinini, et al., 2007, Randers et al., 2010.) Se observa como los jugadores alcanzan una mayor distancia caminando y a baja intensidad (<12 km h 1 ) 1821 ± 166 y 1718 ± 206 m (41 ± 3.69 y 38 ± 4.58 m min -1 ), equivalente al 67 % de la distancia total recorrida; con 764 ± 171 m a moderada intensidad, equivalente al 14.5 %. La distancia alcanzada a alta intensidad 950 ± 278 m (21 ± 12 m min -1 ), supone el 18 % de la distancia total, realizándose 500 ± 170 (11.12 ± 3.78) y 144 ± 62 m (3,21 ± 1,38 m min -1 ) a muy alta intensidad y al sprint, equivalentes al 9.51 y 2.7 % de la distancia total recorrida. Análisis Estadístico Todos los valores fueron expresados como valores medios ± desviación standard (mean ± DS). El análisis de varianzas (ANOVA) fue usada para comparar la distancia recorrida a diferentes intensidades acorde a la posición de los jugadores y el período de la temporada. La significación entre niveles fue llevada a cabo por el post hoc de Tukey. El nivel de significación fue establecido en p<0.05. El intervalo de confianza al 95% para las distancias alcanzadas también fue calculado. Resultados Perfil de Actividad y Puesto Específico Los resultados del registro cinemático muestran que el fútbol juvenil es una especialidad de carácter intermitente en las que se intercalan acciones de diferente intensidad, alternando fases de trabajo y recuperación (figura 1). Figura 2: Categorías de movimiento a lo largo de la temporada expresados como distancias medias totales (m) y porcentajes. La distancia media recorrida durante los 45 minutos del partido fue de 5256 ± 443 m, o 116 ± 9.84 m min -1, con una velocidad promedio durante el encuentro de 6.55 km h 1. Centrocampistas son los que alcanzan mayores distancia totales con significación entre éstos y los defensas laterales y centrales (p<0.05), 5512 ± 298 m (122 ± 6.62 m min -1 ) vs 5022 ± 111 m (111 ± 2.46 m min -1 ) y 4974 ± 355 m (110 ± 7.88 m min -1 ), respectivamente (tabla 1). Figura 1. Intensidad de los esfuerzos, expresados en km h 1, a lo largo de la distancia recorrida durante el partido en uno de los jugadores de la muestra. El patrón de movimiento basado en la distancia media total durante la temporada para cada una de las categorías establecidas se muestra en la figura 2.

5 Nota: Dif. Sig. entre centrocampistas, defensas centrales y laterales, con relación a la distancia media total (p<0.05). Dif. Sig. entre extremos, defensas centrales y laterales con relación a los esfuerzos de alta intensidad (p<0.05); Dif. Sig. entre extremos vs defensas centrales a intensidades >18 km.h -1 (p<0.001). No hay diferencias significativas entre puestos específicos en las distancias alcanzadas tanto a velocidades moderadas como en inferiores. Sin embargo, sí se aprecian en las distancias superiores a 15 y 18 km h 1. Los extremos recorren una mayor distancia a velocidades superiores a los 15 km h 1 que los defensas centrales (p=0.01) y laterales (p=0.036), 1114 ± 314 m (24.75 ± 6.97 m min -1 ) vs 749 ± 155 m (16.64 ± 3.44 m min -1 ) y 829 ± 237 m (18.42 ± 5.26 m min -1 ), siendo no significativa entre los primeros y el resto de posiciones; delanteros y medios, 1024 ± 273 m (22.75 ± 6.06 m min -1 ), 1002 ± 233 m (22,26 ± 5.17 m min -1 ), respectivamente. Así mismo, se aprecian semejantes resultados a velocidades superiores a los 18 km h 1. Hay diferencias significativas (p=0.044) entre extremos y centrales, 594 ± 179 m (13.2 ± 3.97 m min -1 ) vs 395 ± 96 m (8.77 ± 2.13 m min -1 ) pero no con relación a delanteros 569 ± 170 m (12.64 ± 3.77 m min -1 ), centrocampistas 497 ± 173 m (11.04 ± 3.84 m min -1 ) y laterales 435 ± 149 m (9.66 ± 3.31 m min -1 ). Los jugadores de ataque, delanteros y extremos recorren mayores distancias y realizan un mayor número de sprints con relación al resto de sus compañeros, sin embargo las diferencias no son significativas (p>0.05). Perfil de actividad y Período de la Temporada Se observan diferencias significativas (p<0.05) en todas las categorías de actividad en algún momento de la temporada, excepto para los desplazamientos entre 7.1 y 12 km h 1 (figura 3). Se obtuvieron mayores distancias caminando (1.3 7 km h 1 ) durante la pretemporada en comparación con el final del período competitivo (p<0.05), 1893 ± 146 m (42 ± 3.24m min -1 ) vs 1721 ± 147m (38.24 ± 3.26m min -1 ) respectivamente. Con relación a la categoría de baja intensidad no se aprecian diferencias significativas entre períodos. Sin embargo, al final del período competitivo, en el rango de trabajo a velocidades entre 12 y 15 km h 1 se obtienen las mayores distancias con relación a la pretemporada (p<0.05); 846 ± 191 m vs 707 ± 158 m, respectivamente.

6 En la distancia total recorrida, también se aprecian diferencias significativas entre mitad y final del período competitivo vs la pretemporada (p<0.05) 5412 ± 468 m ( ± 10.4 m min -1 ) vs 5470 ± 421 m ( ± 9.35 m min -1 ) (figura 4). Discusión Los resultados del presente estudio son comparados en la tabla 2 con los encontrados por otros autores. Figura 3. Categorías de actividad según el período de temporada, expresados como distancia media ± Ds. a Dif. sig. pretemporada vs final temporada (p<0.001). b, Dif. sig. entre final temporada y pretemporada (p<0.05). e, Dif. sig. mitad y final temporada vs pretemporada (p<0.05). c, d, Dif. sig. mitad y final temporada vs pretemporada (p<0.001). Los desplazamientos superiores a los 15 km h 1 obtenidos a mitad y final del período competitivo y en pretemporada fueron 1132 ± 241 m (25.15 ± 5.35 m min -1 ), 1116 ± 307m (24.8 ± 6.8 m min -1 ) vs 805 ± 185 m (17.88 ± 4.11 m min -1 ), respectivamente. A intensidades superiores a los 18 km h 1 las distancias alcanzadas durante la mitad de la temporada correspondieron a 619 ± 151 m (13.75 ± 3.35 m min -1 ) y 607 ± 167 m (13.48 ± 3.71 m min -1 ) del final del período competitivo vs 407 ± 117 m (9.04 ± 2.6 m min -1 ) del período preparatorio (p<0.001). Con relación a los desplazamientos efectuados al sprint se observan semejantes resultados (p<0.001) en los períodos descritos. Así, para mitad y final temporada se obtienen distancias de 179 ± 51 m (3.97 ± 1.13 m min - 1 ) y 175 ± 68 m (3.88 ± 1.51 m min -1 ) frente a los 117 ± 50 m (2.6 ± 1.11 m min -1 ) de la pretemporada. Las distancias medias totales recorridas por los futbolistas son superiores a los encontrados en su misma categoría (Helgerud et al., 2001, Impellizzeri et al., 2006; Thatcher y Batterham, 2004,) y en el fútbol femenino (Krustrup et al., 2005; Hewiit et al., 2007). Pero inferiores a los obtenidos por futbolistas de élite internacional (Di Salvo et al., 2007, Mohr et al., 2003). Sin embargo, los resultados son heterogéneos cuando los comparamos con jugadores profesionales (Barros et al., 2007; Rampinini et al., 2007; Randers et al., 2007). Las posibles razones para estas diferencias estarían relacionadas con múltiples factores. Así, los jugadores internacionales pueden recorrer mayores distancias en comparación a sus compañeros profesionales de las mismas ligas locales por el tipo de competición - liga o eliminatoria - que exige un mayor desempeño de los esfuerzos para superar una eliminatoria concreta. El estilo de juego podría ser otras de las causas que provocaran diferencias entre jugadores de diferentes países o de la misma categoría. Incluso la metodología utilizada en el registro de los datos puede ofrecer una elevada variabilidad que sobrevalore las distancias totales conseguidas (Randers et al., 2010). No obstante, esta heterogeneidad en los resultados plantea la posibilidad de que la distancia total recorrida no sea el indicador más válido para discriminar a futbolistas de diferentes categorías y niveles. Con relación al puesto específico, los centrocampistas alcanzan las mayores distancias durante la competición; con diferencias significativas entre éstos y los que menos recorren, los defensas centrales (p<0.001). Los mismos resultados son observados en la literatura y parece ser que no hay diferencias entre diferentes niveles (Rienzi et al., 2000; Zubillaga et al., 2007; Di salvo et al., 2007a y 2007b, Bloomfield y Polman, 2007, Bradley et al., 2009, Dellal et al., 2010) género (Hewitt et al., 2007; Mohr et al., 2007) o edad (Da Silva y Barros, 2005). Figura 4. Distancia total media recorrida por los futbolistas según período de la temporada. a,b Diferencias significativas (p<0.05). Así mismo, los esfuerzos a alta intensidad también son dependientes de la posición del jugador. Como en nuestro estudio, Zubillaga et al. (2007), Bradley et al. (2009), Mohr et al. (2003) encontraron que las mayores distancias fueron realizadas por extremos en comparación con defensas centrales (p<0.05),

7 * Distancias recorridas en 45 min. Distancias recorridas en 90 min. no así en el trabajo de Di salvo et al. (2009) donde se apreció una mayor distancia por parte de los centrocampistas. Con relación a las acciones a muy alta intensidad, se manifiesta que los jugadores de ataque son los que más la realizan. Tanto en nuestra investigación como en las presentadas por Di Salvo et al. (2007a), Barros et al. (2007) las mayores distancias son alcanzadas por extremos y delanteros con diferencias significativas entre éstos y los defensas centrales. Para Gregson et al. (2010) los desplazamientos a muy alta intensidad suponen alrededor del 9% de la distancia total del encuentro. Dicho valor es semejante al encontrado por Rampini et al. (2007) y al presentado en nuestro estudio. No obstante, cuando comparamos los valores absolutos realizados a muy alta intensidad por jugadores seniors internacionales (Mohr et al., 2003) con nuestros resultados se observan diferencias importantes (27 vs m.min-1). Gregson et al. (2010), sugieren que el nivel de competencia influye en las distancias a alta intensidad, estableciéndose diferencias entre jugadores de nivel inferior, debido a su menor capacidad física. Ello es evidenciado en el estudio de Mohr et al. (2003) al observar dichas diferencias en la realización del Test YoYo recuperación intermitente (Bangsbo, 1995). El mismo hecho se aprecia cuando estudiamos las distancias conseguidas al sprint (7.22 vs 3,24 m.min-1; Mohr, et al. 2003). En el trabajo de Dellal et al. (2009) efectuado con jugadores franceses profesionales, no solo se obtienen mayores valores absolutos sino también relativos, 5.4 vs 2.7%, con los presentados en el presente trabajo. No obstante resulta difícil comparar los diversos datos ofrecidos por la literatura al diferir los umbrales de velocidad en la categoría de sprint. En este sentido, la distancia recorrida al sprint acorde a la posición del jugador es comparada con la propuesta de Di Salvo et al. (2007) por la similitud en el rango de velocidad (>23 km h 1 ). Nuestros registros muestran como los delanteros son los que alcanzan una mayor distancia no habiendo diferencias significativas en relación a los otros puestos. Di Salvo et al. (2007) también encuentra una mayor distancia para delanteros y jugadores de banda con diferencias significativas (p<0.05) entre éstos y los defensas centrales y centrocampistas. Estos resultados son semejantes a los encontrados por Rienzi et al. (2000) pero no en los hallados por Zubillaga et al. (2007) y Mohr et al. (2003) donde observan mayores distancias para los extremos.

8 Por otro lado, el perfil de la velocidad máxima pico mostrado en la figura 1, describe el reducido número de ocasiones en la que se alcanza. Una de las causas estaría relacionada con la distancia mínima para conseguirla. Diversos autores (Thatcher y Batterham, 2004; Stolen et al., 2005; Di salvo et al., 2007a) han observado que en la mayoría de acciones a máxima intensidad no se supera los 20 m. Recorrido insuficiente para alcanzar la velocidad máxima pico del sujeto. Acorde a las categorías de movimiento, las mayores distancias recorridas en cada rango de velocidad independientemente de la posición del jugador fueron semejantes a los estudio de Barros et al. (2007) y Di Salvo et al. (2007): baja intensidad > alta intensidad > moderada intensidad > muy alta intensidad y > sprint. Cuando comparamos a los mismos jugadores en diferentes períodos de la temporada, se obtienen diferencias significativas en las intensidades a alta (p<0.001), muy alta (p<0.001) y al sprint (p<0.01), entre mitad y final del período competitivo con relación a la pretemporada. Y una mayor distancia total hacia el final de la temporada (p<0.05). Este último resultado es semejante al encontrado por Mohr et al. (2003). Este autor sugiere que posiblemente un mayor número de entrenamientos efectuados hacia el final del período competitivo en comparación con los otros períodos sea la causa de las mayores distancias recorridas, ya que en los períodos previos los equipos competían dos veces por semana. Sin embargo, en nuestro estudio se produjo una disminución en el número de sesiones de entrenamiento. La organización de las cargas al final del período competitivo, modificando sus componentes, al reducir el volumen manteniendo la intensidad, y provocando lo que algunos autores (Gibala et al., 2004; Hooper et al., 1998; Bosquet et al., 2007; Mujika et al., 2009) denominan fase de taper, pudiera ser la causa en las diferencias de la distancias totales. Conclusiones Los resultados obtenidos en el presente estudio sugieren que: 1) el perfil de actividad en el fútbol juvenil es de naturaleza intermitente. 2) Centrocampistas alcanzan mayores distancias totales que centrales y laterales. 3) Diferencias significativas en las distancias realizadas a alta intensidad por extremos vs laterales y centrales. 4) Así como en las distancias alcanzadas a muy alta intensidad entre extremos vs centrales. 5) La velocidad máxima pico se manifiesta en pocas ocasiones a lo largo del encuentro. 6) Se observan diferencias significativas en todas las categorías de actividad en algún período de la temporada, excepto para los desplazamientos a baja intensidad. Agradecimientos Al Sr. Manuel González Álvarez, entrenador juvenil División Honor CF Badalona. Referencias Balsom, P.D., Gaitanos, G.C; Soderlund, K; Ekblom, B. (1999). High-intensity exercise and muscle glycogen avalability in humans. Acta Physiol Scand (165), Bangsbo, J.; Norregaard, L; Thorso, F. (1991). Activity profile of competition soccer. Can J Sport Sci, 16 (2), Bangsbo, J. (1994). Energy demands in competitive soccer. J Sports Sci (12), Bangsbo, J. (1995). Fitnnes training in football: A scientific approach. Bagsvaerd, Denmark: HO +Storm. Bangsbo, J.; Mohr, M. (2005). Variations in running speed and recovery time after a sprint during top-class soccer matches. Med Sci Sports Exerc, 37(5), Bangsbo, J.; Mohr, M.; Krustrup, P. (2006). Physical and metabolic demands of trainnig and match play in the elite football player. J Sports Sci, 24 (7), Bangsbo, J.; Marcello, F.; M; Krustrup, P. (2008). The Yoyo Intermittent Recovery Test. A useful Tool for Evaluation of Physical Performance in Intermittent Sport. Sports Med, 38(1), Barbero, J.C.; Barbero, V.; Granda, J. (2007). Perfil de actividad durante el juego en futbolistas infantiles. Apunts EF i Esports, 90: Barbero, J. C. (2009 a). Análisis cinemático del perfil de actividad en jugadoras infantiles de futbol mediante tecnología GPS. Revista Cronos, 8(14), Barbero, J. C.; Coutts, A., Granda, J; Barbero V. (2009 b). The validity and reliability of a global positioning satelite system device to asses spped and repeated sprint ability (RSA) in athletes. J Sports Sci Med. Barros, R.; Misuta, M., Menezes, R., Figueroa, P., Moura,F., Cunha, S; Anido, R.; Leite, N. (2007). Analysis of the distances covered by first division Brazilian soccer players obtained with an automatic tracking method. J Sports Sci Med, 6(2), Bloomfield, J. R.; Polman, R.C. (2007). Effects at score-line on work-rate in midfield and forward players in FA Premier League soccer. J Sports Sci Med, 6, Bosquet, L.; Montpetit, J.; Arvisais, D. (2007). Effects of tapering on performance: a meta analysis. Med Sci Sports Exerc, 39, Bradley, P.; Sheldon, W; Wooster, B.; Olsen, P.; Boanas, P.; Krustrup, P. (2009). High-intensity running in English FA Premier League soccer matches. J Sports Sci, 27(2),

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