Pescadores artesanales del Biobío evaden millonarias multas al desechar toneladas de peces muertos al mar

Transcripción

1 $ 100 mil millones evadidos Pescadores artesanales del Biobío evaden millonarias multas al desechar toneladas de peces muertos al mar En la Región del Biobío existen 711 lanchas artesanales para un total de 5 mil pescadores. A cada una de esas embarcaciones se les asigna desde la Subsecretaría de Pesca (SUBPESCA), organismo regulador del Estado en la materia, una cuota de captura determinada que varía entre 100 y 2000 toneladas por temporada. Sin embargo, los pescadores suelen sobrepasar dicha cantidad y, para evitar multas, desechan los peces muertos al mar, infringiendo la Ley de Descarte N Según pescadores, en 2014 se lanzó al océano alrededor de 1 millón de toneladas del producto capturado, cifra que para biólogos pesqueros perjudica severamente la sustentabilidad del ecosistema y la productividad de los recursos marinos. Por Martina Fernández Ipucha Concepción, julio de 2015

2 Gino Arriagada es el capitán de una lancha artesanal y hace más de 15 años que ejerce como patrón de barco. En mayo de 2014, Arriagada junto a sus 9 tripulantes se dirigieron al puerto de Talcahuano para ir a pescar. La embarcación avanzó 10 millas desde el Muelle Blanco, la máxima distancia permitida por el Estado, cuando el sonar localizó un cardumen de sardinas y anchovetas, dos especies que se desplazan juntas. Los tripulantes se prepararon para arrojar la red al mar y realizar el primer lance. De acuerdo a lo exigido por la Subsecretaría de Pesca (SUBPESCA), en cada una de estos lances, las embarcaciones solo pueden extraer 80 toneladas, de las cuales 56 corresponden a sardinas y 24 de anchovetas. El 70% de la cifra permitida por captura corresponde a 56 toneladas de sardinas y el 30% a 24 toneladas de anchovetas. Aquella jornada, Arriagada y sus tripulantes completaron dicha medida. Sin embargo, no era lo que esperaban, ya que gran parte correspondía a moluscos, un poco de sardina y 24 toneladas de anchoveta. Debido a que las lanchas pesqueras no soportan más de 80 toneladas, decidieron volver al muelle para descargar lo capturado. Una vez finalizada esta faena, el sonar los guio nuevamente hacia el cardumen para un segundo lance que les permitiera extraer las sardinas que les faltaban. Horas más tarde, el procedimiento estaba terminado y los peces en la red. Esta vez, se percataron de que además venía una importante cuota de anchovetas, más de lo permitido por la SUBPESCA. Según la Ley de Descarte N , cuando una lancha artesanal se excede de lo autorizado, el capitán del barco debe ser multado. Los tripulantes le informaron a Arriagada del exceso de anchoveta y el capitán tuvo dos opciones: traspasar la carga a otra lancha artesanal o devolver el pescado al mar. Ambas son consideradas irregularidades por la Ley Nº de Pesca y Acuicultura. Cuando no tengo a quien darle el exceso de pescado lo desecho, no te puedo decir la cantidad de veces, pero han sido varias, aseguró el patrón. El capitán Arriagada tiene certeza de la irregularidad que comete. Explica que todos los pescadores saben que desechar el pescado es un daño a la ecología y a la sustentabilidad del producto. Lamentablemente, no existen instrumentos que regulen la cantidad de

3 peces que extraemos desde el mar. El pescado se aprieta con la red y muere instantáneamente. Sabemos que si lo desechamos causa daño, pero no nos queda otra opción, comenta. Un pescador que no quiso ser identificado, con más de 20 años de experiencia en distintos roles en la pesca artesanal, dice ser consciente del daño a la ecología que se causa, pero cree que no les queda opción. En uno de los lances que realizamos el año pasado capturamos 280 toneladas y nos sobrepasamos en más de la mitad de lo establecido. No había otra embarcación cerca para pasarle el pescado, y para que no nos multaran al llegar al puerto, tuvimos que descartar las 160 toneladas extras, dijo. Explica que la mayoría de las embarcaciones se exceden en las cuotas autorizadas y asegura que en 2014 se mató una cantidad de pescado que superó en más de 8 o 10 veces la cuota asignada. Ese año la cuota fue de 411 mil toneladas. No se puede dimensionar la cantidad de peces muertos que se desechó para poder llegar al porcentaje adecuado. Detrás del desecho Desde niño, un ex trabajador del puerto de Talcahuano que no quiso ser identificado, ayudaba a su padre en su lancha artesanal, que aún es el único sustento económico para su familia. Fue tripulante por 8 años, en los cuales trabajó como descargador, limpiador de bodegas y despachador en el puerto de San Vicente. Cuando era tripulante veía más cercano el descarte, pero ahora es aún peor. Las vedas y el desecho de pescados es lo más tranquilo dentro de la brutalidad del pescador artesanal, manifestó. Según su experiencia, el descarte también es viable gracias a dos especies marinas que no tienen regulación de cuota y se pueden pescar sin límites: el mote y el pampano. Ambos son usados por los pescadores artesanales para hacer arreglos una vez que se debe comenzar la descarga en el puerto. Yo trabajaba todo el mes. Dormía 3 horas diarias y ganaba $300 mil. Llegaba un jefe de flota y me ofrecía $ 700 mil por pasar anchoveta por mote si convencía a los fiscalizadores del Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca) y ellos

4 aceptaban el trato, les regalábamos una vuelta más para que fueran a pescar, cómo no iba a aceptar?, reveló el trabajador. Asegura que todo lo que se vive dentro del puerto son coimas y amenazas, debido a que, según él, se mueven muchos millones y todos quieren ganar. Es difícil no tentarse, porque se daña mucho la ecología. Una vez, un pescador me ofreció dinero y me invitó después al cabaret Top Platinum, recuerda. Las veces que no aceptaba el dinero que le ofrecían, los pescadores debían desechar el exceso de pescados en el puerto. Así, el Servicio Nacional de Pesca, organismo encargado de fiscalizar la política pesquera, no les fiscalizaría la red de la embarcación y de esta manera evitarían que el capitán arriesgara una pena de cárcel. En relación al descarte, el trabajador cree que existen flotas que se pasan de las cuotas y es necesario devolver al mar porque, de lo contrario, la lancha se puede dar vuelta por el exceso de peso. Cuando pescaba con mi papá tuvimos que hacerlo varias veces porque sacábamos más de 80 toneladas. Si nosotros no hubiéramos desechado esas veces, nos podríamos haber hundido. Se descartaba o se perdía la vida de alguno de los tripulantes, aseguró. Por otra parte, afirma que los pescadores artesanales están sobreexplotando la pesca, debido a que, en general, no respetan el proceso biológico de las especies, porque la mayoría de las veces pescan cuando hay vedas. Hace poco pescaron jurel y dentro del jurel había sardina. El jurel se está alimentando de una especie que no corresponde. Si no saben cuidar la pesca va a morir la especie, enfatiza. Pese a todo, el trabajador cree que la postura de los artesanales en el último tiempo, ha sido bastante ingrata. Los pescadores se han encargado de realizar desmanes por las vedas y la disminución de las cuotas, cuando el gobierno les va a otorgar $300 mil por 5 meses. Sólo porque agotaron la cuota en menos de 3 meses, asegura. Marta Araneda, Directora del Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca), asegura que en la zona de pesca artesanal se maneja mucho dinero y los intereses son muy altos. Nosotros,

5 como Servicio Nacional de Pesca, no estamos ajenos a que pueda haber funcionarios que hayan sido sobornados por parte de pescadores artesanales, enfatiza. En cuanto a la fiscalización, Araneda explica que a nivel nacional Sernapesca no cuenta con embarcaciones para certificar en alta mar. No tener una embarcación es una tremenda falencia para controlar un país y sobre todo una región pesquera como es el Biobío. Además, cuenta que el número de fiscalizadores a nivel regional es bajo. La realidad es que tengo a 25 inspectores en terreno para fiscalizar alrededor de 2 mil embarcaciones, no tengo para cubrir todos los desembarques, explica. La directora argumenta que la Subsecretaría de Pesca en 2014 asignó a la empresa privada Intertek como certificadores en puerto para la pesca artesanal e industrial. Nosotros cuando nos enteramos que los certificadores de Intertek hacen mal su trabajo, hablamos rápidamente con la SUBPESCA para que se desvinculen a esas personas. Para un mejor control de la pesca artesanal, la directora preferiría que Sernapesca vuelva a ejercer las labores de certificación en los puertos de la región del Biobío. Por su parte, Lilian Troncoso, directora de la Subsecretaría de Pesca (SUBPESCA) en la Región del Biobío, puntualiza que fue en 2006 cuando la captura que establecieron para la pesca artesanal se duplicó, debido al paso ilegal de pesca. Qué es lo que se hace con ese recurso?, tanto el descarte en exceso como el blanqueo afecta la sustentabilidad de la especie, de igual forma se sobreexplota, enfatiza. El mea culpa Juan Carlos García hace 33 años que vive de la pesca artesanal. Logró obtener el título de patrón de altura, que significa que puede navegar en buques de hasta 1500 toneladas. Sus años de experiencia lo han llevado a trabajar en diferentes lugares del mundo y asegura que la realidad de nuestro país no la ha observado en ningún otro lugar. He navegado por Europa y estas cosas allí no ocurren; el no descartar es cultura. En la bahía de Talcahuano flotan los peces muertos, las especie se aíslan (...) Soy pescador

6 artesanal y puedo decir con certeza que la culpa la tienen los mismos pescadores. Cuando la plata habla, la verdad se queda callada, destaca. Además, aseguró que la mayoría de los pescadores están sumidos en el egoísmo, no comparten la pesca y no respetan las vedas establecidas por el Comité Científico Técnico de la Región del Biobío, organismo asesor y/o de consulta de la SUBPESCA en materias científicas. Las vedas prohíben la captura de peces en áreas determinadas y eso hay que respetarlo. El proceso dura entre 30 y 60 días, es fundamental para el crecimiento del pez, explica. A juicio de García, los artesanales están sobreexplotando la especie, ya que al no respetar la veda, pescan cuando el pez está chico y eso no tiene sentido. Asimismo, afirmó que con lo que gana un armador, en vez de botar la pesca deberían pagarla. Una afirmación que se respalda en el alto valor de las especies, ya que por cada 1000 kilos de pescados se paga $110 mil, los que se reparten entre la tripulación, que se lleva el 30% de las ganancias y el armador se embolsa el 70% restante. Este último puede llegar a ganar $154 millones por temporada, dependiendo del tamaño de la lancha. Luis Monsalve conoce bien este tema y sus consecuencias. Hace casi dos décadas que es capitán de pesca. Esta temporada, la SUBPESCA le otorgó una cuota de 1160 toneladas, que su tripulación demoró un mes en agotar, recibiendo $116 millones. Lo que se vive en la pesca artesanal es un círculo vicioso, que se transforma en una corrupción a nivel gigante. Este año se otorgaron 211 mil toneladas a la región, que ya se agotó y todavía hay embarcaciones que siguen pescando. Quién las fiscaliza? Nadie sabe, concluye. Monsalve cuenta que en su embarcación nunca se ha desechado el pescado. Pero asegura haber traspasado a otra lancha artesanal la pesca excedida, pese a que la Ley de Pesca también penaliza esa acción. Por otra parte, el capitán argumentó que dentro del puerto se hacen otros movimientos que son más secretos argumentando que los que fiscalizan la pesca son los que ganan más dinero, más que los que trabajan en las lanchas, nosotros no estamos exentos de las coimas.

7 Peces en paro Luis Cubillos es biólogo pesquero egresado de la Universidad Arturo Prat y magíster en Ciencias con mención en Oceanografía en la Universidad de Concepción. Con más de 25 años de experiencia, durante su carrera se ha dedicado al estudio e investigación de las poblaciones marinas, variabilidad ambiental y productividad pesquera. Como un conocedor de la materia sostiene que al desechar de manera periódica pescados al océano, el resto de las especies se aísla a otras regiones, por lo tanto, la zona carece de especies. Cubillos explica que el desecho de los peces capturados en los procesos de pesca ocurre la mayoría de las veces por la disminución de la cuota de anchoveta que establece la SUBPESCA. El descarte está sobreexplotando a ambos recursos pelágicos, que son sardinas y anchovetas. Nosotros queremos que la pesca de anchoveta se recupere porque se están perdiendo anualmente una suma importante de productividad, y el recurso irá disminuyendo a través de los años, dijo. Para que las especies se mantengan diversas y productivas a través del tiempo, el experto indicó que es necesario que los artesanales puedan ir a pescar a otras regiones, ya que las áreas de pesca no son fijas y no se puede ir en contra de la naturaleza. Para evitar el descarte se tiene que incentivar la pesca amigable con el medio ambiente, por lo mismo, el acceso a zonas contiguas debe permitirse. Por su parte, el biólogo marino egresado de la Universidad de Concepción, Claudio Carrasco asegura que si no se regula la fiscalización por parte del Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca) probablemente el descarte irá aumentando. Si el descarte no se detiene, en cualquier momento la anchoveta podría llegar a un colapso, al límite que no tenga recuperación, señala. El experto explica que el descarte es un problema ecosistémico, debido a que al desechar pescados, indudablemente la zona de pesca muere. Esto se produce por la falta de capacidades que posee el Sernapesca para desarrollar y fiscalizar cada una de las embarcaciones, enfatizó el biólogo marino.

8 Como una medida para terminar con el descarte, en 2014 el Instituto de Fomento Pesquero (IFOP), una corporación privada sin fines de lucro, elaboró un programa de desarrollo a bordo de las lanchas y barcos para mejorar la evaluación de los desechos en las faenas de pesca. Este consiste en el envío, por parte del Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca), de fiscalizadores para embarcarse en lanchas artesanales con el fin de controlar en alta mar a los pescadores para que no desechen los recursos biológicos. Catalina Román forma parte del grupo de investigadores del Instituto de Fomento Pesquero (IFOP) en Valparaíso. Explica que el proyecto que realizaron en 2013 sirve para tener un registro de cuánto es lo que se descarta en alta mar. Todos los pescadores desechan, lo ideal es saber cuánto se bota al océano para poder mitigarlo. Nosotros no tenemos cifras oficiales. Además cree que si seguimos a este paso, sin saber lo que ocurre en el mar, sin tener cifras certeras, en unos años será un gran problema para todos, asegura. La investigadora cuenta que el programa de descarte no ha sido fácil de aplicar en la zona artesanal. Es difícil entrar a conversar y exigirle a los pescadores que lleven un registro del descarte. No entregan información suficiente. Es un problema muy delicado, si tú vas a investigar te puedes meter en problemas, al menos yo ya lo estoy, asegura. No obstante, son los mismos pescadores quienes acusan fallas en este sistema. Una de ellos es Cecilia Alvear quien, a sus 45 años y proveniente de una familia de pescadores, hace más de una década es armadora de dos lanchas artesanales, en las que nunca ha recibido a un observador. En el programa de desarrollo a bordo del Sernapesca existen coimas, porque siempre son las mismas lanchas las que salen sorteadas. Nosotros hemos participado en los procesos y no hemos sido nunca nombrados para una pesca de investigación ( ) Aquí funciona todo por plata, indicó. La armadora considera el descarte pesquero como un sistema injusto que ningún pescador debería realizar aunque agregó que es imposible no hacerlo, a menos que haya otra embarcación alrededor, pero para eso hay que tener mucha suerte.

9 En cuanto a las multas por descarte, explicó que no existe un mecanismo que cuente la cantidad de pescados desechados y que, por lo mismo, el Sernapesca no tiene cómo medir cuánto fue lo que se descartó y multan sin saber la cantidad descartada. La verdad tras el descarte La Ley de Pesca y Acuicultura N fue modificada y publicada el 9 de febrero de 2013 con el objetivo de reducir el acceso a la actividad pesquera, tanto industrial como artesanal, para así preservar los recursos hidrobiológicos marinos. El artículo 48 A del dictamen concede a la SUBPESCA la distribución anual de las cuotas de pesca, que es la cantidad de toneladas capturadas por embarcaciones en cada región de Chile. Aquel año, el organismo otorgó a los pescadores artesanales de la Región del Biobío un total de cuota anual de 611 mil toneladas para disminuirla a 411 mil toneladas en En la actualidad, la cifra es de 211 mil toneladas en total. En la legislación también se incluyeron los aspectos sobre descarte que datan de una normativa anterior sobre este tema. Se trata de la Ley N de Descarte de Especies Hidrobiológicas del año 2012, que establece sanciones para quienes infrinjan esta práctica durante las labores de pesca. El documento señala que los artesanales arriesgan multas de 2 UTM por cada tonelada desechada. Es decir, $87 mil por cada millar de kilos devueltos al océano. Además, según el artículo 112 de la misma ley, se les aplica la sanción de suspensión del título de capitán o patrón desde 30 hasta 90 días y en caso de reincidencia, la pena será de cancelación del mismo. Durante 2014 la embarcación de Gino Arriagada descartó en una semana alrededor de 1000 toneladas equivalentes a 1 millón de kilos. Es decir, $ 87 millones evadidos en multas por desechos de pescados lanzados al océano en tan solo una semana. Una práctica que se podría controlar con la instalación de cámaras de video a bordo de las embarcaciones. La Ley de Pesca establece que las lanchas deben contar con estos dispositivos para detectar y registrar toda acción de descarte.

10 El Servicio Nacional de Pesca debió exigir las instalaciones de las cámaras el 1 de enero de 2015, pero la iniciativa se aplazó para el 9 de agosto del mismo año. Sin embargo, ante la falta de regulación, son los mismos pescadores quienes omiten la instalación de los artefactos requeridos. Para los pescadores, la gran responsabilidad se la lleva el Estado por no contar con un mecanismo supervisor eficaz y por disminuir de manera incoherente las cuotas. Nosotros no queremos matar el pescado, pero no nos queda otra. Nadie nos ve en el mar, no existe fiscalización y se lo hemos dicho a las autoridades ( ) Incluso, somos los primeros en pedir que nos prohíban la pesca en zonas determinadas para el crecimiento del pez, manifiesta uno de ellos que declinó revelar su identidad. Para la directora del Servicio Nacional de Pesca, Marta Araneda, es cierto cuando los pescadores dicen que están entrampados con las reglas de la Ley de Pesca. El arte de pesca no es selectivo, los pescadores no tienen opción, eso es verdad. Si llegan con toneladas excedidas los van a infraccionar y si las desechan también, asegura. Por su parte, Hernán Cortés, presidente de la Federación Nacional de Sindicatos de Pescadores Artesanales de Chile (FENASPAR), afirma que la actual legislación es mala, puesto que ésta apunta a que su labor como pescador sea deficiente y de paso no aporta al cuidado de las especies. A las autoridades el discurso de sustentabilidad se les cae inmediatamente ( ) A nosotros nos interesa el resguardo de la pesquería y si nos proponen mecanismos para conservar el recurso nos parece bien, aseguró. Cortés explica que siempre ha habido descarte, ya que no existe un mecanismo o aporte científico que pueda regular las cantidades de pescado que se pueden extraer y así evitar excederse de las cuotas que se les autoriza. La sardina con la anchoveta siempre andan juntas, no tiene sentido que le otorguen más porcentaje de captura a una sola, porque es lógico que los tripulantes se van a exceder y en vez de un parte, descartan. Lilian Troncoso Gómez, directora de la Subsecretaria de Pesca de la Región del Biobío, explica que los pequeños pelágicos, sardina y anchoveta, son recursos diferentes y, por lo tanto, poseen un tratamiento biológico distinto. Es por una razón biológica que las cuotas

11 dentro de la región han disminuido. La cantidad de anchoveta disponible es bastante baja y no es el tiempo para aumentar su porcentaje de pesca. Infortunadamente, la proporción de las cuotas favorece el descarte. Troncoso añade que el descarte está autorizado siempre y cuando lo que se deseche sea pesca natural, como moluscos o especies que no están restringidas. Por lo mismo, explica que los pescadores no pueden descartar cuando se exceden de las cuotas autorizadas. Cuando los pescadores se sobrepasan de las cuotas es porque les faltó por completar una cantidad de pesca determinada. En vez de cuidar la especie prefieren extraer lo que les falta y ahí es cuando se exceden de lo autorizado y desechan, dice. La directora asegura que el descarte es una responsabilidad social del pescador. El que realiza descarte lo realiza por ambición, por su propia cuenta. La especie se puede preservar para eso se realizó el programa de descarte pesquero y no se está respetando. Esto ocurre porque los artesanales no transparentan la pesca, finaliza. Recuadro Un desecho a mitigar

12 Frente al desconocimiento de cuánto se descarta en las pesquerías chilenas, el Instituto de Fomento Pesquero (IFOP) elaboró durante 2013 dos programas que sirven para mitigar el impacto que causa el desecho de peces muertos al mar. Uno de ellos es el Programa de Investigación del Descarte y Captura de Pesca Incidental, que son organismos marginales o captura indiscriminada, que consiste en respaldar la pesca de crustáceos, merluza común y de cola. Según el IFOP, este programa sirve para registrar semanalmente las cantidades de pesca desechadas. Por otra parte, el Programa de Observadores Científicos se concentra en el descarte de las pesquerías de anchoveta y sardina común. Este programa se realiza entre las regiones de Valparaíso y Los lagos, para flotas artesanales e industriales con personeros a bordo capacitados para controlar y fiscalizar el descarte. La Región del Biobío cuenta con 25 fiscalizadores para ambas pescas. Destacados Nosotros no queremos matar el pescado, pero no nos queda otra, nadie nos ve en el mar, no existe fiscalización se lo hemos dicho a las autoridades ( ) Incluso, somos los primeros en pedir que nos prohíban la pesca en zonas determinadas para el crecimiento del pez. Pescador artesanal del Biobío. Cuando los pescadores se exceden de las cuotas es porque les faltó por completar una cantidad de pesca determinada. En vez de cuidar la especie prefieren extraer lo que les falta y ahí es cuando se pasan de lo autorizado y desechan. Lilian Troncoso, directora de la Subsecretaría de Pesca en la Región del Biobío.

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