Capitulo XXV EL LUPUS

Transcripción

1 Capitulo XXV EL LUPUS El Lupus Eritematoso es una enfermedad producida por una deficiencia del sistema inmunológico, posee la característica de involucrar también a otros órganos y sistemas internos, es de aspecto inflamatorio y con tendencia a la cronicidad. Con relación a esta enfermedad, quisiera llamar la atención al hecho curioso de que varias pacientes se han beneficiado en su salud con la toma de Eveliza, a tal punto de mejorar y sanar de todas sus molestias y continuar su vida en condiciones normales. Desde luego no pretendo con ello manifestar una relación de causa a efecto, en el sentido de creer que se trata de curaciones definitivas, aunque la observación de varios años en el control de estas pacientes, que mejoraron de sus molestias, continúa en condiciones estables. Lo importante es señalar que hubo un cambio notable en sus condiciones de salud, que resulta sorprendente, en vista de que se trata de una enfermedad de naturaleza incurable, cuya manifestación de anormalidad involucra varios parámetros, donde se comprometen sistemas moleculares que desempeñan mecanismo que se encuentran relacionados con la defensa de nuestro organismo, contra factores extraños y peligroso que exponen seriamente la integridad de la vida. De manera natural nuestro cuerpo se defiende contra la agresión de elementos extraños (antígenos), como virus, bacterias y hongos que provocan infecciones de diferente naturaleza, o contra moléculas químicas extrañas que no pertenecen a nuestro organismo y que pueden ser nocivas, por alterar funciones de importancia vital. Es como si nuestro cuerpo se volviera alérgico contra sí mismo y produciendo gran cantidad de anticuerpos agresores. Cuando me refiero al lupus, como también a otras enfermedades autoinmunes, se produce algo verdaderamente insólito, que los sistemas de defensa cambian la orientación adecuada y atacan a las células del propio organismo o tejidos y órganos, produciendo anticuerpos que arremeten contra el propio individuo, y produciendo extraños trastornos que comprometen la vida del enfermo. Para estas extrañas manifestaciones de autoinmunidad no poseemos el conocimiento adecuado que nos permita interpretar debidamente sus acciones; las suposiciones se encuentran dirigidas a pensar que, después de una infección, es el momento más apropiado para producirse proteínas anormales que no son reconocidas por los medio de defensa; lo mismo puede suceder por la acción de determinados medicamentos, pero en estos casos, las molestias desaparecen

2 cuando se suspende el medicamento. En todo caso, estos cuerpos moleculares serán confundidos por los elementos de control, y tomados como blanco para el ataque eliminatorio; circunstancia que es terriblemente devastadora para la salud. Sobre todo por el hecho de que en esta enfermedad hay anticuerpos que operan contra el ADN del paciente enfermo, a tal punto que en las pruebas invitro, los auto anticuerpos anti-adn digieren el material genético. La enfermedad del lupus es nueve veces más frecuente en las mujeres que en el hombre, en una relación de 9 a 1, lo cual puede estar condicionado a una mayor inmunorreactividad de las mujeres, en vista que ellas producen una mayor cantidad de anticuerpos, lo mismo que de linfocitos, lo cual en todo caso es una ventaja, ya que esta condición las hace más resistentes a las infecciones. Pero hay una circunstancia desfavorable por el hecho de que las hormonas femenina aumentan su sensibilidad por la presencia de los estrógenos (los andrógenos actúan de manera contraria), estas hormonas incrementan las reacciones inmunitarias, así como la producción de prolactina y hormona de crecimiento, sustancias que aumentan la producción de linfocitos, que son portadores de los receptores de estrógenos, contribuyendo para activar la respuesta inmunitaria y regulando la producción y desarrollo de los linfocitos, lo cual aumenta las condiciones reactivas. La enfermedad se manifiesta en forma más frecuente en edades comprendida entre los 10 y 50 años, dolencia que puede presentarse de una forma larvada o manifestarse con todo su rigor, y ser grave o mortal. Los síntomas pueden ser muy variables, con periodos de presentación esporádica, o cambiar con el tiempo y comprometer inicialmente un órgano, para posteriormente destruir varios órganos. De una manera general podemos decir que no hay tejido de nuestro cuerpo que no puede ser atacado por esta enfermedad por esta enfermedad; como los pulmones, el corazón, la sangre, el sistema nervioso, los riñones, la piel, los músculos o los huesos. Podemos determinar tres clases de lupus: la forma localizada o discoidea, la de aspecto generalizado o sistémico, y de lupus producido por medicamentos. De todas estas manifestaciones, la forma sistémica es la que requiere de mayor tratamiento, mientras que la de aspecto generalizado, se presenta con variedad de síntomas que comprometen todos los sistemas. Los síntomas son de los más variados como: artritis, con inflamación y dolo articular; dolores musculares; dolor del pecho al respirar; sensibilidad a la luz solar; erupción cutánea en forma de mariposa, que se presenta en la cara y que se agrava con la luz solar; pérdida de peso; malestar general; fiebre; fatiga;

3 inflamación de las glándulas; nauseas y vómitos; dolor del tórax y de la pleura; convulsiones; psicosis. Otros síntomas que con más frecuencia se enfrenta el médico son: dolor en el abdomen; alteraciones en la agudeza visual; pérdida del cabello; ulceras en la boca; baja suma de glóbulos rojos o blancos; entumecimiento y hormigueos; manchas rojas en la piel; molestias en la deglucion; hemorragias por la nariz; sangre en la orina; expectoración con sangre. El lupus se manifiesta por una deficiencia del sistema inmunitario al fabricar anticuerpos por erros; los cuales atacan de manera indiscriminada a los propios tejidos del organismo, incluyendo el cerebro, la piel y los riñones. Las causas de este fenómeno anormal son complejas; es como si el sistema analizador que señala el linfocito se encontrara alterado, sin que sus anticuerpos encajen de manera apropiada; lo mismo ocurre en el caso de los linfocitos T, que son los activadores de las células B. En general se presenta un descontrol entre los sistemas de comunicación de las células inmunitarias. Se ha querido investigar estas anomalías en el ADN de familias con lupus, para ver el comportamiento de estos genes que controlan los problemas entre las familias. Los datos obtenidos demuestran que hay 48 regiones cromosómicas importantes: seis de estas se encuentran localizadas en cinco cromosomas distintos, los cuales determinan la sensibilidad al lupus. De una manera general, encontrar una síntesis interpretativa para resumir la serie de acontecimientos genéticos que se involucran en esta enfermedad, no es una tare fácil. Pues, muchos de ellos no operan en forma independiente, por lo que no es posible trazar una línea aceptable para derivar de manera concluyente el origen genético que puede intervenir en un enfermo, o peor aun en una familia. Tenemos que dirigir nuestra atención en la acción de factores externos que pueden influir en el desencadenamiento de estos problemas de salud, y olvidarnos un poco de la genética, terreno que es muy fecundo, por cuanto disponemos de factores muy variados para sospechar que ellos son los desencadenantes de muchos problemas Lúpico que aqueja a la humanidad. Decimos que un número elevado de pacientes son fotosensibles a la luz directa del sol, pues les causa severos daños a su epidermis. La lesión directa de la radiación ultravioleta sobre la piel todavía nos es desconocida, sólo se piensa en una injuria directa sobre el ADN, cuyos residuos se vuelven extraños para el sistema inmunitario.

4 Los medicamentos, como la hidralacina pueden provocar lupus, pero el trastorno desaparece cuando se retira el remedio. Entre los efectos más destacados tenemos la infección por el virus Epstein Barr que causa la mononucleosis infecciosa. Hay vacunas que también pueden producir los mismos efectos. También pueden exacerbar esta enfermedad la dita ricas en grasa, especialmente saturadas, el abuso del cigarrillo, el café, ají, pimentón, el contacto con animales y plantas de umbría dentro de casa, o la ingesta de metales pesados provenientes de utensilios de cocina, así como los sobre esfuerzos físicos y el estrés de orden psicológico. Hay una lógica importante para interpretar la debacle inmunológica que sufre el paciente de lupus, y es la relacionada con la apoptosis; esta palabra indica la muerte celular que sufren las células de nuestros tejidos que son eliminadas cuando ellas ya han cumplido con la función y expectativa de vida que el organismo exige. Este proceso es natural y necesario que se cumpla para el buen desempeño de la función en general, pues una vez que la células entran en apoptosis, ellas son reemplazadas por células nuevas y de esta manera la vida continua. Puede haber una buena y mala apoptosis, la mala se encuentra condicionada a la posibilidad de que los residuos celulares y nucleares no sean eliminados completamente y ellos constituyen elementos dañinos que desencadena fenómenos de inmunidad que pueden determinar la presencia de anticuerpos anómalos, capaces de producir antígenos anormales y peligrosos, por cuanto son fragmentos moleculares, especialmente restos cromosómicos de enorme peligrosidad porque son secuencias cortas de ADN que tiene grupos metilos que operan como marcadores. En los pacientes con lupus, el ADN se encuentra con moléculas pobres en metilo, lo cual contribuye a incrementar la autoinmunidad, cuyas estructuras son similares a nuestras células y nuestros anticuerpos mal interpretan esto fragmentos, y como tal, producen reconocimientos anormales. Hay un agravante en los enfermos de lupus, estos producen una gran proporción de células muertas, especialmente linfocitos B y T, que intoxican el sistema inmunitario, haciendo que los diferentes tejidos tengan las características de extraños, y por estas cualidades sean peligrosos. En general los linfocitos B de los enfermos con lupus, producen anticuerpos, a pesar de que las diferentes moléculas tengan aspecto de normales; y todo este desorden ha hecho tabla raza de la tolerancia del sistema.

5 Fundamentalmente este trastorno se debe a una mala señalización de las células B, ya que en un cuerpo con funcionamiento normal, los linfocitos B producen anticuerpos que se pegan a su superficie, y de allí ejercen su control de protección; pero si el linfocito B se une a moléculas propias, esta unión provoca la autodestrucción de la célula. El que estas células reaccionen de manera apropiada depende de la señalización interna, ya que bastan pequeñas anormalidades en la correspondencia molecular, para que se produzca la presencia de auto anticuerpos destructores. EN todo este mecanismo de ajustes anormales, entran también los linfocitos T, los cuales estimulan por erros la autor reactividad e las células B. Debemos admitir que para explicar la presencia de esta enfermedad, relacionada con un desorden inmunitario, en parte debe aceptarse la presencia de un problema genético; por otro lado debe haber una evidente anomalía en la determinación del reconocimiento de los linfocitos con relación a sus particularidades moleculares y de otras células inmunitarias, como las que realizan los mecanismos de limpieza de los fragmentos celulares que han efectuado apoptosis, y que los residuos anormales no queden como fuentes productoras de antígenos que son el 91% peligrosos. La perdida de estructuras celulares son factores nocivos que alteran los mecanismos de auto tolerancia y precipitan la destrucción de linfocitos, que en conjunto operan como materiales que van acumulándose, y es la semilla para formación de autoanticuerpos desencadenantes de la enfermedad. En todo este raciocinio anterior, debo sacar intuitivamente los elementos necesarios para explicar como Alen o Eveliz pueden en estos pacientes constituirse en la tabla de esperanza y salvación para cambiar una enfermedad del todo sombría, que aqueja a una persona, y convertirlo en un ser que puede gozar de una vitalidad renovada gracias a la disciplina y al uso de Eveliza. En todo este comentario he hablado de moléculas proteicas que se reaccionan entre sí, y son fabricadas por células que participan en el trabajo de defender el organismo frente a agresiones tanto internas como externas; donde el desajuste está determinado por la señalización inadecuada de sus elementos defensivos, produciendo una alteración de catastróficas consecuencias en los sistemas vigilantes del paciente. Yo considero que las causas de este problema radican en la esencia misma que controla la fabricación de las proteínas adecuadas, que la célula necesita para el buen funcionamiento de sus diferentes organelos. Si los elementos proteicos no son suministrados de manera adecuad, lo mismo que los otros factores esenciales que son imprescindibles para que las transformaciones bioquímicas se produzcan adecuadamente, vamos a tener necesariamente problemas de reconocimiento, y esta es la esencia del problema.

6 No de otra manera puedo explicar que las funciones fisiológicas de esto pacientes, aquejados de lupus, puedan haber remitido con el solo procedimiento de recomendar una muy buen alimentación, que los son Alen y Eveliza. Pero también, estas personas han tenido que acatar la prohibición del consumo de azúcar y otros tóxicos como alcohol, cigarrillos, café, ají y pimienta: que para mi concepto son sustancia terriblemente peligrosas por producir daños evidentes en los sistemas celulares de todo el organismo.