LA FABLA Y EL FABLAR A TRAVÉS DE FÁBULAS EN EL LIBRO DE BUEN AMOR

Transcripción

1 María Teresa Miaja de la Peña Universidad Nacional Autónoma de México LA FABLA Y EL FABLAR A TRAVÉS DE FÁBULAS EN EL LIBRO DE BUEN AMOR Fablarvos he por trobas e por cuento rimado (15b) Sin duda alguna la forma de fablar más apostada es aquella en la que se expresan los sentimientos a través de la palabra convertida en literatura. En el Libro de buen amor, de Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, esto responde a una poética propia, en parte del oficio de mester de clerecía que comparte el autor con Gonzalo de Berceo y los autores del Libro de Alexandre, el Libro de Apolonio y el Poema de Fernán González, y en parte como una peculiar manera de construir su obra, lo cual manifiesta en una de sus celebres y certeras estrofas. E porque mejor sea de todos escuchado, fablarvos he por trobas e por cuento rimado es un decir hermoso e saber sin pecado, razón más placentera, fablar más apostado (15) 1 De esta peculiar intención creadora del autor y del sentido de la misma me ocupo en esta ocasión para lo cual parto de la función crucial del acto de fablar como elemento fundamental en la construcción del discurso en el recorrido del cortejo amoroso basado en las reglas y enseñanzas del ars amandi. En trabajos anteriores me ocupé del sentido de la fabla y del arte de fablar en el Libro por lo que, teniendo como antecedente esas lecturas, me centro ahora sólo en el fablar a través de contar fábulas, es decir, conversar mediante relatos ya sean estos cuentos o fábulas, atendiendo en especial a su función en el texto y su forma de operar. Este recurso, como bien sabemos, fue muy popular en la época en tanto se prestaba a la enseñanza doctrinal en los sermones y a la transmisión, tan propia y adecuada en la literatura medieval, de relatos, sentencias y dichos tanto en forma oral como escrita. Esta fusión de lo letrado y lo popular está presente en la obra y en ella tiene gran relevancia la función de la oralidad, es decir de la fabla, el fablar, en especial a través del uso y aprovechamiento de la narración de la fábula (cuento o fábula) y de la fari (sentencia, refrán, consejo) o fabliella (proverbio, refrán). Respecto a las primeras, objeto de este trabajo, vemos que en el Libro el Arcipreste incluye alrededor de 33 cuentos. 2 Todos ellos dirigidos a un lector u oyente, auditórium, con el propósito de contar, de narrar una historia. Misma que tiene una función específica que cumplir en el particular entorno en que está ubicada. Curiosamente, y como bien señala María Jesús Lacarra, la utilización de las voces enxiemplo, fabla o fazaña dentro del Libro de buen amor no parece regirse por claros principios funcionales. La escasa precisión con la que el autor utiliza la terminología genérica indica que no percibía grandes diferencias entre sus relatos breves. De ahí que ella misma comente que los distintos personajes que cumplen el papel de narradores en la obra los empleen como términos intercambiables para anunciar sus relatos en estrofas que, a modo de breves prólogos, incluyen distintas fórmulas de captatio benevolentiae y attentum 1 Utilizo la edición de Jaques Joset. Juan Ruiz, Arcipreste de hita. Libro de buen amor, vols. 1 y 2. Madrid, Espasa Calpe, Sobre el número de cuentos hay discrepancia entre los estudiosos pues algunos incluyen el relato sobre Virgilio (e ) y la Cantiga de los clérigos de Talavera cf. lan Michael The Function of Popular tale in the Libro de buen amor de Juan Ruiz, en Libro de buen amor Studies, ed. G. B.Gybbon-Monypenny, London, Tamesis, 1970, pp

2 La fabla y el fablar a través de fábulas en El libro de buen Amor parare. 3 Sin embargo, aunque los términos pueden ser intercambiables es evidente que alrededor de la connotación de éstos giran la intención y función de los mismos. En el Libro encontramos numerosas referencias a esta forma de relatar gracias a las cuales podemos acercarnos a una definición de ella como género y entender mejor su sentido y función. Vemos que por ejemplo se menciona en algunos casos la fuente para marcar la auctoritas que conlleva: esta fabla compuesta, de Isopete sacada (96d). En otros casos, la forma en que ésta debe ser escuchada, entendida o aprovechada:... oy fabla provechosa! (320d); entiende bien la fabla e por qué te lo digo. (407d); decir vos he la fabla e non vos enojedes. (1386d); oy la fabla e non quieras mi daño e menoscabo. (1453d); mis fablas e mis fazafias ruégete que bien las mires. (908d), la manera de anunciarlas o introducirlas: Dezirte he la fazaña e los dos perezosos (457 a), Del que olvidó la muger te diré la fazaña (474a) dezirte he la fazaña e finque la pelea (1369d), Señora, diz la vieja, dirévos un jugete [...] dirévos la fablilla, si m dades un risete (1400 ad); como se les caracteriza: de esto ay muchas fablas e estoria paladina; (297c); o se da su definición genérica, ya sea como exemplum dezirte he el enxiemplo; séate provechoso. (311d);...oye ensiemplo estraño. (529d); dezirte he su enxiemplo agora por de mano. (1411c), o como fazaña: Dezirte he la fazaña de los dos perezosos (457a); Del que olvidó la muger te diré la fazaña, (474a). En el Libro de buen amor las fábulas parecen cumplir diversos propósitos. En ocasiones son didácticas, en otras doctrinales (en ellas se mezcla la tradición clásica con la religiosa, Esopo y la Biblia, por ejemplo), a veces son humorísticas y en otras, va envuelto el mensaje amoroso. Como bien afirma Taylor, cualquiera que cuenta una fábula está automáticamente diciendo algo con un mensaje subrepticio. 4 Además su origen culto 5 y su arraigo popular les permite transitar del espacio de las letras al de la oralidad y con ello cumplir cabalmente esa función de hacer visible lo invisible en el sentido que requiere la comunicación de su mensaje, aquel que encierra el verdadero sentido de su discurso. Algo semejante ocurre en el caso de los cuentos ejemplares incluidos en el texto. Divertir y enseñar a partir del acto de narrar, poner la palabra en la lengua de alguien con el propósito preciso de convencer a través de la elección adecuada del enxiemplo, fabla o fazaña para que el mensaje sea el pertinente. Todo un arte discursivo que se ostenta como parte de un oficio, de una poética propia encaminada a la creación de una enseñanza tanto moral como amorosa, en el caso particular de la obra del Arcipreste. Veamos cómo funciona en el Libro acercándonos primero a los elementos que entran en juego para que se realice la transmisión de dicho mensaje. Lo más importante es saber quién narra, es decir quién es el sujeto de la enunciación. En este sentido tenemos cinco voces: la del narrador, la de don Amor, la de la medianera, la de doña Endrina y la de doña Garoça. El primero participa como narrador sólo de cuatro de los relatos, de un total de 33, y comienza con el ya muy estudiado y analizado cuento 6, La disputaçión que los griegos e los romanos en uno ovieron (47-63), mismo que funciona como un nuevo Prólogo al Libro y que se complementa más adelante con un cuento asimismo fundamental para la comprensión de la obra, El nasçemiento del fijo del rey Alcarez ( ), y dos fábulas: Del enxiemplo del ladrón e del mastín ( ) y El asno sin orejas e sin corazón, ambas orientadas al cortejo amoroso, es decir al discurso del ars amandi. Tenemos entonces que en su participación directa el narrador abarca los dos discursos rectores de su Libro y con ello marca la pauta de lo que va a ser el mismo. Los dos primeros relacionados con la inasible ambigüedad del sentido y la difícil, y nunca 3 María Jesús Lacarra. El Libro de buen amor, ejemplario de fábulas a lo profano, pp. 5-6, en < (28 de junio de 2001). 4 Anyone who tells a fable is automatically telling something with an underlying message (Barry Taylor, Exempla and proverbs, en A Companion to the Libro de Buen Amor, London, Tamesis, 2004, p. 89). 5 Cf. Margherita Morreale en sus numerosos estudios sobre las fábulas y sus fuentes latinas. 6 Destaca el artículo de Alan Deyermond The Greeks, The Romans, the Astrologers and the Meaning of the Libro de buen amor, en Romance Notes, 5 ( ), pp

3 certera, interpretación de un discurso y las dos segundas, mensajes propios del cortejo amoroso, el ladrón que invade e intenta convencer y la importancia de tener orejas para escuchar los consejos y no perder el corazón. Por su parte don Amor va a centrar su saber de la cuentística ejemplar en tres fablienx: Del garçón que quería casar con tres mugeres ( ), De los dos perezosos que querían casar con una dueña ( ), y De lo que contestó a Don Pitas Payas, pintor de Bretaña ( ), todas ellas muy adecuadas como castigos relacionados con las lides amorosas y fuertemente cargados de consejos útiles para enamorados y dueñas. A estos añade una fábula De las ranas en cómo demandavan rey a Don Júpiter ( ) y un cuento de tono didáctico doctrinal sobre el ermitaño borracho ( ). Este fragmento del Libro resulta ser muy importante porque dichas narraciones se combinan en distintas posiciones con la primera serie dedicada a los pecados capitales, es decir, amor y pecado van de la mano en las enseñanzas de don Amor y resultan ser de gran vehemencia, lo mismo que las alusiones a los enamorados torpes (por ser parleros, briagos, codiciosos, abúlicos). Por último, antes de acercarnos a las voces de las presas, tenemos la de la medianera contando dos fábulas de Esopo, De cómo el león estava doliente e las otras animalias lo venían a ver (82-88) y De quando la tierra bramava (98-100). Hasta aquí las voces mediante la transmisión del relato dictan conducta y dirigen, tienen una función que podríamos definir como narrativa intencional. Su propósito consiste en trasmitir una enseñanza a través de los cuentos y las fábulas elegidos para que su auditorio las adopte y haga suyas, algo muy propio del didactismo clerical medieval. Algo distinto sucede en el caso de los cuentos y fábulas que intercambia Trotaconventos con doña Endrina y doña Garoça en tanto estos cumplen una función de convencimiento y seducción en el cortejo amoroso. Aquí no son solo consejos y enseñanzas sino que con ellas se van construyendo los argumentos en un debate, recurso propio de la didáctica oriental como lo demostró María Rosa Lida de Malkiel al hablar de las maqamát semíticas, 7 y de la disputado en la escolástica medieval 8. Con la primera Trotaconventos comienza relatándole la fábula De la abutarda y la golondrina ( ) alertándola como ésta de destruir los cañaverales con que pretende cercarla el caçador, en alusión a los enamorados que la rondan pretendiendo sus favores. Endrina, por su parte, le responde con la del lobo que estornudó ( ) quien al caer en la trampa de los cabritos comienza a cantar y con su ruido atrae a los pastores, con la que apela a la discreción y prudencia. Sin duda, no sólo por la cantidad sino, y sobre todo, por la composición resulta mucho más complejo e interesante el aprovechamiento de la narración de enxiempla, fablas o fazañas en el fragmento de doña Garoça, la monja. En él estas narraciones adquieren un nuevo sentido al conformar el debate de ésta con Trotaconventos, mismo que se da a través de diez fábulas y cuentos. Este pasaje, según María Rosa Lida de Malkiel, tiene la más compleja y sabrosa realización [...] enhebrado del principio al fin como un zigzagueo de situaciones ofrecidas y súbitamente negadas 9. En él la primera en intervenir es la monja con el Enxiemplo del hortelano e de la culuebra ( ) a la que responde la medianera con el Enxiemplo del galgo e del señor ( ), retoma la monja la voz y narra el Ensiemplo del mur de Monferr[n]do e del mur de Gua[da]lfajara ( ), que da lugar a que Trotaconventos lancé dos seguidas, el E[n]xiemplo del gallo que falló el çafir en el muladar ( )y el Enxiemplo del asno y el blanchete ( ). A está contesta la monja con una de las mejores la del Enxiemplo de la raposa que come las gallinas en la aldea ( ), contesta la alcahueta con el Enxiemplo del león e del mur ( ), Garoça narra el Enxiemplo de la raposa y el cuervo ( ), Trotaconventos el Enxiemplo de las liebres ( ), y cierra el debate la monja con el Enxiemplo del ladrón que fizo carta al diablo de su ánima ( ). Diez narraciones en 7 Cf. Dos obras maestras españolas. El Libro de buen amor y La Celestina, Buenos Aires, Losada, 1983, pp. 31 y ss. y Nuevas notas pasa la interpretación del Libro de buen amor, en NRFH, XIII (1959), pp Basada en la Retórica de Aristóteles, quien definía la técnica disputativa sofística como aquella en la que se argumenta con principios que parecen probables pero no lo son con el propósito de persuadir. 9 Ibid., p. 44.

4 La fabla y el fablar a través de fábulas en El libro de buen Amor total, cinco en boca de cada una, solo una vez trasgredido el orden simétrico de las intervenciones al duplicar la suya Trotaconventos. De estás nueve son fábulas, salvo una todas de Esopo, y el último es un cuento de tema fáustico y mensaje religioso. Tanto cuando son narrativos como cuando son dialógicos, en sentido bajtiniano, podemos afirmar que todos ellos cumplen con la regla retórica del género ejemplar, señalada por Taylor 10 de contar siempre con una introducción (promythium), seguida por un relato que contiene un mensaje interno, para cerrar con una conclusión (epimythium) que conlleva un mensaje externo. Pero lo importante es que en el Libro estos no conforman ni una colección ni una serie, como en el caso de otras obras ejemplares como El conde Lucanor, Calila et Dimna, el Sendebar, sino que la narración de cada uno de estos enxiemplos, fablas o fazañas cumple una función específica aunque se entremezclan con otros géneros (alegoría, lírica, parodia, debate, planto) y fragmentos de muy diversa índole. Sabemos que la unidad del Libro y su intención didáctica son asuntos ya muy estudiados y superados en voces de reconocida autoridad por lo que, dejando atrás esos asuntos, ahora debemos cuestionarnos únicamente por la función que cumplen estos relatos en la obra. Por un lado observamos que forman parte de pasajes específicos: el segundo prólogo, los dos primeros cortejos, la pelea con don Amor y la serie de los pecados capitales y, los dos cortejos centrales. Asimismo, tenemos que la fabla y el fablar apoyado en el discurso ejemplar proviene sólo de las voces de cinco personajes: el narrador, don Amor, la medianera, doña Endrina y doña Garoça. Dos varones y tres mujeres. De ellos, los primeros y la medianera utilizan este género ejemplar para imponer sus enseñanzas, castigos o consejos. La dueña, la monja y nuevamente la medianera lo utilizan como recurso retórico en forma de debate para negociar, convencer o seducir. La alcahueta, entonces, conoce y domina ambas formas de aprovechamiento del discurso ejemplar y está totalmente convencida de los peligros y/o beneficios que puede lograr gracias a su pertinente uso, con lo cual demuestra su cabal capacidad en el oficio. No olvidemos que estos relatos llevan siempre, como antes mencionamos, un significado oculto, envuelto en fablares fermosos plenos de razones encubiertas. Un arte y un oficio que parte de la fabla para conseguir su objetivo siempre mediante la astucia, el engaño, el interés, el poder. Curioso, entonces, que la fabla masculina vaya dirigida al dominio y la femenina al convencimiento. Es ésta una de las características relacionadas con la función que el Arcipreste quiere que cumplan los relatos ejemplares que incluye en su obra? Es una parte del discurso del ars predicandi y la otra del ars amandi? Difícil afirmarlo, pero es evidente que no están en ella y, sobre todo, en la ubicación y en la voz en que se encuentran sino porque para el autor ahí y así adquieren el sentido justo, el deseado, un sentido didáctico doctrinal o didáctico amoroso? Lo que es un hecho es que el Libro de buen amor no sería lo mismo sin los enxiemplos, fablas y fazañas que en él se incluyen. Estos llevan un fuerte peso tanto en la estructura como en el contenido y en cada caso refuerzan el sentido deseado, cualquiera que éste sea y, por ende, su función es sustantiva. Esto puesto en palabras de Eloísa Palafox: La ejemplaridad del Libro de buen amor tiene que ver, por tanto, con una preocupación por mostrar, no tanto los límites como los poderes multifacéticos del discurso ejemplar, que puede usarse para defender muy diversas causas, y por ilustrar, además, las consecuencias que este discurso puede traer para quienes lo reciben e intentan aplicarlo a sus propias vidas. 11 Con ellos se subraya, por una parte, el propósito didáctico de la obra y, por otra, su intención gozosa, prodesse et delectare, 12 que nos propone el Arcipreste al ofrecernos su Libro como una obra que los cuerpos alegre e a las almas preste (13d). No en vano María Rosa Lida 10 Op. cit., p Las éticas del exemplum. Los Castigos del rey don Sancho IV, El conde Lucano s y el Libro de buen amor. México: Universidad Nacional Autónoma de México, 1998, p María Rosa Lida de Malkiel, Nuevas notas..., p. 51.

5 de Malkiel afirma sobre el autor lo siguiente: Es Juan Ruiz un sobresaliente fabulista, hábil en animar dramática y muchas veces patéticamente a los personajes, en actualizar el escenario y la acción con finos rasgos concretos; muchos de sus mejores versos se leen en sus fábulas y, cosa más rara todavía, en sus moralejas. 13 Para concluir solo quisiera añadir que considero que la fabla y el fablar a través de narrar enxiemplos, fablas o fazañas cumplen en el Libro de buen amor una importante función que como otros muchos aspectos del mismo vale la pena analizar y disfrutar. 13 María Rosa Lida de Malkiel, Dos obras maestras españolas..., p. 46.