PRT-ERP y Movimiento Obrero: Un acercamiento a la política de masas de una organización revolucionaria en los años '70

Transcripción

1 Stavale, Santiago PRT-ERP y Movimiento Obrero: Un acercamiento a la política de masas de una organización revolucionaria en los años '70 Tesis presentada para la obtención del grado de Licenciado en Sociología Director: Raimundo, Marcelo CITA SUGERIDA: Stavale, S. (2013). PRT-ERP y Movimiento Obrero: Un acercamiento a la política de masas de una organización revolucionaria en los años '70 [en línea]. Trabajo final de grado. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. En Memoria Académica. Disponible en: Documento disponible para su consulta y descarga en Memoria Académica, repositorio institucional de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (FaHCE) de la Universidad Nacional de La Plata. Gestionado por Bibhuma, biblioteca de la FaHCE. Para más información consulte los sitios: Esta obra está bajo licencia 2.5 de Creative Commons Argentina. Atribución-No comercial-sin obras derivadas 2.5

2 UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN DEPARTAMENTO DE SOCIOLOGÍA LICENCIATURA EN SOCIOLOGÍA TESINA PRT-ERP y Movimiento Obrero. Un acercamiento a la política de masas de una organización revolucionaria en los años '70 Stavale Santiago Legajo: 91065/5 Correo electrónico: santistavale@hotmail.com Director: Raimundo, Marcelo Fabián Fecha: Noviembre

3 Resumen/Abstract El interés por el estudio de los años 70 en Argentina radica en la complejidad de una etapa signada por un proceso de radicalización política que fue protagonizado por un conjunto de organizaciones político-revolucionarias que venían estructurándose desde los años 60, especialmente estimuladas por la revolución cubana y por la creciente protesta social ligada a la exclusión del peronismo del sistema político. Aquellas organizaciones se caracterizaron por buscar la transformación revolucionaria de la sociedad, especialmente para orientarla hacia objetivos socialistas. Este trabajo se propone reconstruir históricamente la relación de una de esas organizaciones, el Partido Revolucionario de los Trabajadores - Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP) con el movimiento obrero argentino. De esta manera se intentará reconstruir la lógica con la que dicha organización pensaba y estructuraba la militancia en el movimiento obrero (mas específicamente en la fábrica), así como también la forma en que ésta se traducía en la práctica concreta de sus militantes. Palabras Claves PRT-ERP, Movimiento obrero, sindicalismo, inserción, influencia, dirección política, política de masas, militancia perretista, fábrica penetración 2

4 Índice: Introducción. Pág. 4 o Un acercamiento al estado del arte. Pág. 6 Capitulo 1: El PRT-ERP y sus comienzos. Pág. 9 o El partido se fortalece depurándose: fundación y ruptura, un debate con el morenismo- IV y V Congreso. Pág. 9 o La línea sindical del PRT-ERP. Pág. 23 Capitulo 2: El PRT-ERP y la práctica: inserción, influencia y dirección política en la militancia perretista. Pág. 33 o La inserción e influencia del partido. Pág. 34 o o El PRT-ERP, un partido nacional. Pág.52 El PRT-ERP al calor de la lucha. Pág.59 Capítulo 3: Hacia una respuesta política. Las organizaciones de masas del PRT-ERP. Pág. 74 Conclusiones. Pág.87 Bibliografía. Pág.97 3

5 Introducción El interés por el estudio de los años 70 en Argentina radica en la complejidad de una etapa signada por un proceso de radicalización política que fue protagonizado por un conjunto de organizaciones revolucionarias que venían estructurándose desde los años 60, especialmente estimuladas por la revolución cubana y por la creciente protesta social ligada a la exclusión del peronismo del sistema político. Aquellas organizaciones se caracterizaron por buscar la transformación revolucionaria de la sociedad, especialmente para orientarla hacia objetivos socialistas. Este período se caracterizó por la consolidación de una relación dinámica y dialéctica entre las organizaciones de izquierda y la clase obrera. Los niveles de movilización obrera y popular registrados a partir del golpe de estado de 1955, se consolidaron a lo largo de la década del 60 en un proceso de transformación de todas las identidades políticas 1 : mientras que parte de la militancia peronista transitó un proceso de radicalización que comenzó a acercarlo a la izquierda revolucionaria, sectores de esa misma izquierda, rompen con los partidos tradicionales a partir de nuevas definiciones: la convicción de que la lucha armada era la única vía al socialismo 2. La influencia de la izquierda revolucionaria tanto peronista como marxista en la clase obrera, fue creciendo de forma exponencial fundamentalmente desde el ciclo de protestas iniciado en 1969 con el Cordobazo. Como producto del descreimiento y del desgaste que sufrían las conducciones tradicionales y burocráticas, que pagaban con creces tanto su pasado condescendiente con las altas cúpulas de gobierno en los primeros años de la dictadura, como fundamentalmente sus posturas conciliatorias, timoratas y muchas veces 1 Altamirano, Carlos. Peronismo y cultura de izquierda. Buenos Aires: Temas Grupo Editorial, Tortti, Cristina. Protesta social y Nueva Izquierda en la Argentina del Gran Acuerdo Nacional. En: Pucciarelli, Alfredo. La primacía de la política. Lanusse, Perón y la Nueva izquierda en tiempos del GAN. Buenos Aires: Eudeba,

6 pro-patronales, se generó un espacio vacante que vino a ocupar el clasismo así como el desarrollo de las organizaciones revolucionarias. En ese marco las nuevas generaciones de jóvenes obreros, ya no tan hijos del peronismo clásico sino fundamentalmente de los últimos años de la resistencia, fueron claves en la formación de este nuevo fenómeno. Exentas de una larga experiencia sindical y de los derroteros de la clase, estas nuevas generaciones se mostraban intransigentes a los manejos verticalistas y mafiosos propios de las conducciones burocráticas y apostaban fervientemente a la democracia de base y a un sindicalismo combativo y antidictatorial. Este nuevo contexto le permitió a las fuerzas revolucionarias cobrar un protagonismo en el cual el PRT-ERP tuvo una participación destacada. Este trabajo se propone realizar un primer acercamiento analítico a la relación entre el PRT-ERP y el movimiento obrero argentino, teniendo en cuenta que fue una organización que no nació y se desarrolló aislada y ajena a la clase obrera, sino en su seno y como expresión de una parte de ella. En ese marco el trabajo intentará analizar la forma en que la organización pensaba, estructuraba y organizaba el trabajo político y la militancia revolucionaria en y para el movimiento obrero, siendo la fábrica el lugar fundamental de trabajo. Para esto intentaremos reconstruir la perspectiva teórica del PRT-ERP a través de un análisis documental, apuntando a estudiar las múltiples dimensiones en las que se encaraba el trabajo en la fábrica y más específicamente el lugar que ocupaba el trabajo sindical en su estrategia revolucionaria. Al mismo tiempo buscaremos a través del análisis testimonial observar como se reconfiguraba o traducía esa línea de intervención en la práctica militante, que tensiones o dificultades surgieron así como también si se logró o no desarrollar y cómo, entre los trabajadores. 5

7 Por último intentaremos analizar los límites y los alcances de las herramientas con las que el PRT-ERP intentó transformar en acumulación política todo su trabajo en el movimiento obrero. Para ello analizaremos las experiencias del Movimiento Sindical de Base, los Comités de Base y el Frente Antiimperialista por el Socialismo, buscando entender el papel que jugaron en la política general del PRT-ERP, así como fundamentalmente cómo se percibían, qué papel tenían y qué alcance tuvieron para los militantes perretistas dentro de la fábrica. Un acercamiento al estado del arte Un repaso sobre la literatura historiográfica referida al PRT-ERP, nos arroja un vacío importante en lo que refiere al estudio sobre su relación con el movimiento obrero, su línea de intervención sindical y las experiencias prácticas de sus militantes en el espacio fabril, concentrándose la mayoría de las producciones fundamentalmente en las cuestiones referidas a los problemas estratégico-organizativos de la lucha armada. Entre los estudios principales sobre el PRT-ERP encontramos aportes académicos, periodísticos, memorias, reflexiones y producciones de ex militantes y dirigentes de la organización, así como también compilaciones documentales, siendo la de Daniel De Santis 3 la más importante hasta el momento. Siguiendo a Guido Lissandrello 4, podemos ordenar la bibliografía en tres tipos de abordajes: en primer lugar se encontrarían los trabajos que analizan al PRT-ERP como una estructura militar absolutamente aislada de las masas, en segundo lugar los que ven que el 3 De Santis, Daniel: A vencer o morir. PRT-ERP. Documentos, Tomo I, Eudeba, Bs. As., 1998; De Santis, Daniel: A vencer o morir. PRT-ERP. Documentos, Tomo II, Eudeba, Bs. As., Lissandrello, Guido: El Partido Revolucionario de los Trabajadores Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP). Un balance historiográfico y un aporte para el esclarecimiento de su programa político (1973); VII Jornadas de Sociologia de la UNLP,

8 trabajo de masas se fue perdiendo, debido a la militarización o a la naturaleza de la propia organización, llevándola su aislamiento, y en tercer lugar los autores que reconocen el trabajo de masas del PRT-ERP hasta las postrimerías del golpe y analizan la derrota desde otras dimensiones. Siguiendo este orden, en el primer grupo hallamos una serie de trabajos, que si bien no son bibliografía específica del PRT-ERP, consideran a la lucha armada en Argentina como una tragedia y tienden a responsabilizarla por la frustración de la experiencia democrática de 1973, abonando a la teoría de los dos demonios como principal explicación del fenómeno. Entre ellos se hallan los trabajos clásicos de Andersen 5 y Sábato 6, así como también podemos hallar el trabajo Tiempo de Violencia y Utopía de Oscar Anzorena 7, entre otros. En el segundo grupo se destaca el trabajo de Vera Carnovale 8, quien discute con la bibliografía existente rechazando la teoría extendida de la desviación militarista, para hallar en la propia construcción identitaria perretista y en la fidelidad de sus militantes a la línea partidaria, las consecuencias del aislamiento que habría sufrido la organización. Compartiendo la concepción de que el PRT-ERP se encontraba aislado de las masas 5 Andersen, Martín: Dossier Secreto. El mito de la guerra sucia. Ed. Plantea. Bs. As Sábato, Ernesto: Nunca Más. Informe de la Comisión Nacional de Desaparición de Personas-CONADEP, Editorial Eudeba, Anzorena, Oscar: Tiempo de Violencia y Utopía. Del golpe de Onganía (1966) al golpe de Videla (1976), Ed. del Pensamiento Nacional, Bs. As., julio de Carnovale, Vera: Los combatientes. Historia del PRT-ERP, editorial Siglo XXI, Buenos Aires

9 también se encuentran autores que analizan el problema del programa político, siendo los trabajos más significativos los de Luis Matini 9, Eduardo Weiz 10 y Guillermo Caviasca 11. En el tercer y último grupo, encontramos como aporte central el trabajo de Pablo Pozzi 12, quien efectúa un análisis completo sobre la composición del partido, su estrategia integral de poder, la identidad organizacional y militante y su relación con la democracia, y que se posiciona contra quienes sostienen que existió un alejamiento del PRT-ERP de las masas, afirmando que surgió estrechamente ligado al movimiento social. En esa línea, se identifican distintas producciones, entre las que encontramos trabajos académicos como el de Héctor Löbbe 13 y Alejandro Schneider 14 y militantes como el de Daniel De Santis 15, entre otros. Si bien, estos últimas producciones problematizan el trabajo político de la organización en el movimiento de masas, lo cierto es que los análisis específicos sobre la intervención del PRT-ERP en el movimiento obrero son escasos y fragmentados. De este modo, como afirma Bárbara Noelia Centurión, en general las distintas visiones se vieron opacadas por colocar en primer plano la dicotomía entre violencia y política Mattini, Luis: Hombres y mujeres del PRT-ERP de Tucumán a la Tablada, Contrapunto, 1980, De la Campana, La Plata, 4 Edición, Weisz, Eduardo: Claves para una interpretación de su singularidad. Marxismo, Internacionalismo y Clasismo. Ediciones del CCC. Bs. As Caviasca, Guillermo: Dos caminos. ERP-Montoneros en los setenta. Ediciones del CCC, Argentina, Pozzi, Pablo: Por las sendas argentinas... El PRT-ERP. La guerrilla Marxista, Eudeba, Bs. As., Löbbe, Héctor: La guerrilla Fabril, Ediciones ryr, Bs. As., Pozzi, Pablo y Schneider, Alejandro: Los setentistas. Izquierda y clase obrera: Eudeba. Bs. As De Santis, Daniel: La historia del PRT-ERP por sus protagonistas, A formar filas editora guevarista, Buenos Aires, Centurión, Bárbara Noelia: Cuidado patrones, el ERP vigila. Un acercamiento a los vínculos existentes entre el PRT-ERP y la clase obrera ( ), Revista Trabajadores. Ideología y experiencias en el movimiento obrero, Año III, Nro 4, Junio Pág. 6 8

10 Por su parte, dicha autora propone un primer acercamiento a la relación entre el PRT-ERP y el movimiento obrero a través de un estudio de caso. En su trabajo Cuidado patrones, el ERP vigila 17 analiza la experiencia de lucha de la fábrica de Cristales Rigolleau de la ciudad de Berazategui, intentando dar cuenta de los estrechos lazos que logró el PRT-ERP con los trabajadores de la fábrica, repasando la forma en que la organización concebía la dirección política de esos procesos. Sin embargo, este es un acercamiento que solo abre la puerta a una dimensión de análisis muy poco explorada que intentaremos analizar y aportar a lo largo de este trabajo. 17 Centurión, Bárbara Noelia. Ibídem, Junio de

11 Capitulo 1: El PRT-ERP y sus comienzos 1.1 El partido se fortalece depurándose: fundación y ruptura, un debate con el morenismo El PRT es fundado el 25 de mayo de 1965 como resultado de la fusión de dos organizaciones políticas de orígenes y adscripciones político-ideológicas diferentes: el Frente Revolucionario Indoamericanista Popular (en adelante FRIP) fundado en 1961 por un pequeño grupo del noroeste argentino y dirigido por los hermanos Francisco René, Asdrúbal y Mario Roberto Santucho, y Palabra Obrera (en adelante PO) una agrupación trotskista mas numerosa, que organizaba a estudiantes universitarios y algunos obreros industriales de Buenos Aires, Córdoba, Bahía Blanca, Tucumán y Rosario, y cuyo dirigente mas destacado era Nahuel Moreno. El FRIP tenía una influencia bastante presente de algunas corrientes nacionalistas de izquierda, marcadamente antiimperialistas y formados fundamentalmente en textos clásicos de pensadores latinoamericanistas. Así, Juan Carlos Ledesma, militante del FRIP y luego del PRT afirma: Por eso decimos que nosotros abrevamos mas de Mariategui en un primer momento, que de Marx y Engels. O leímos antes al Che y a Fidel, que a Lenin 18 Según Pablo Pozzi, el nuevo grupo distaba mucho de manifestarse de izquierda, marxista o anticapitalista. Antes bien, se definía como nacional y antiimperialista, entendiendo al imperialismo como un factor externo de dominación y no como una fase del desarrollo capitalista. De hecho, entre sus principios curiosamente figuraba la 18 De Santis, Daniel (2010): La historia del PRT-ERP por sus protagonistas, A formar filas editora guevarista, Buenos Aires, Pág

12 defensa de la revolución cubana desvirtuando la acusación de comunista que le atribuye el imperialismo 19 Sin embargo, Ledesma, niega rotundamente que el FRIP se caracterizara por su anticomunismo, aunque si afirma su marcado anti-estalinismo. Mas allá de dicha discusión, lo cierto es que el FRIP se caracterizo por la combinación de muchas vertientes ideológicas que daban como resultado la formación de militantes latinoamericanistas, de una nueva izquierda 20 que no hablaba el lenguaje del comunismo internacional, que reivindicaba la lucha indoamericana, dentro de la cual tuvo mucho peso para el grupo, la experiencia de la Alianza Popular Revolucionaria Americana 21 peruana de Haya de la Torre. En ese marco la Revolución Cubana se erigía como un ejemplo claro de la expresión de este nuevo despertar de revoluciones latinoamericanas que a diferencia de los partidos tradicionales de izquierda, interpretaban el contenido y las particularidades de la región, ( ) no solo en lo que se refiere a los métodos de lucha que vienen desarrollando y enriqueciendo, sino también porque aparecen actuando sobre el impulso nuevo de crecientes capas sociales, (campesinas y del proletariado de provincias, por ejemplo) que se rebelan contra las condiciones insoportables de trabajo en ingenios, obrajes, empresas mineras, compañías fruteras, petroleras, etc Pozzi, Pablo (2001): Por las sendas argentinas... El PRT-ERP. La guerrilla Marxista, Eudeba, Bs. As., Pág De Santis, Ibidem, La Alianza Popular Revolucionaria Americana es un movimiento político fundado en Perú hacia 1924 por Víctor Haya de la Torre. Sus bases originales estaban atravesadas por un programa anti-imperialista con fuerte contenido panamericano a través del cual se fomentaba la solidaridad internacional y el nacionalismo económico como principios fundamentales. Sin embargo, dicho programa se vio traicionado por su propio dirigente, como remarcara el propio Francisco Rene Santucho en los documentos del FRIP: Ese acierto de los dirigentes apristas entonces( ) se ve traicionado ahora por la debilidad de su propio líder que ha entrado en compromisos con regimenes reformistas cómplices del imperialismo (De Santis, 2004, Pág. 66) 22 De Santis, Ibídem, 2004, Pág

13 En cuanto al trabajo político del FRIP, una de sus ramas venía del movimiento estudiantil tucumano específicamente a través del Movimiento Independiente de Estudiantes de Ciencias Económicas (MIECE), y por otro lado comenzaba a penetrar en el movimiento de masas a través de la Federación Obrera Tucumana de la Industria del Azúcar (FOTIA), donde posteriormente comenzó a relacionarse con PO, y llevaba un trabajo en la Federación Obrera Santiagueña de Industria Forestal. Por su parte Palabra Obrera era una organización que databa de más historia. Surge de un desprendimiento del Movimiento de Agrupaciones Obreras, una de las primeras corrientes trotskistas de la Argentina. Formalmente fue fundada en agosto de 1959, sus principales dirigentes fueron Ángel el Vasco Bengoechea y Nahuel Moreno. 23 Se trataba de una organización con un insipiente pero intenso trabajo en el plano sindical que lo llevó a tener cierta presencia en el Gran Buenos Aires, el Litoral y los ingenios Tucumanos. Dicha organización autodeclarada trotskista se formaba fundamentalmente a través de los escritos de Milciades Peña, adoptando como tesis fundamental para el análisis de America Latina la teoría del desarrollo desigual y combinado que la caracterizaba como capitalista con rasgos semifeudales de explotación, por lo que la revolución, por democrática que se propusiera, necesariamente devendría en socialista. 24 Así, como bien apunta Vera Carnovale, la experiencia cubana no hacia mas que consolidar esta tesis del trotskismo; de ahí, las posibilidades empáticas entre el morenismo y el castrismo 25, y de allí las posibilidades de un acercamiento político e ideológico entre PO y el FRIP. 23 Carnovale, Vera, Ibídem, De Santis, Ibídem, Carnovale, Vera (2011): Los combatientes. Historia del PRT-ERP, editorial Siglo XXI, Buenos Aires Pág

14 Dicha suerte de empatía que demostraba tener PO con la revolución Cubana y una cierta influencia de las ideas del teórico anarquista español Abraham Guillen en la organización, hicieron que de apoco Nahuel Moreno fuera viendo, por lo menos desde un plano teórico, a la cuestión de la lucha armada como una estrategia necesaria y natural de la revolución latinoamericana. Afirmaciones como: la revolución Cubana ha señalado el camino de los pueblos latinoamericanos. Solo la acción armada de las masas pueden llevarlos a su liberación de la oligarquía y el imperialismo 26, se dejan leer en las paginas del periódico de dicha organización hacia Estas apreciaciones, aunque en la práctica no fueran sostenidas por el líder de PO y generaran hacia 1963 la escisión de un grupo encabezado por el Vasco Bengoechea decididos a iniciar la lucha armada 27, llevaron a que al menos desde un punto teórico-formal permitiera en principio una comunión de ideas con la gente del FRIP. Por otro lado, el FRIP comenzaba a acercarse aún más a la teoría marxista en un debate constante con las izquierdas tradicionales, por lo que el trotskismo que abrevaba Palabra Obrera, se revelaba sumamente atractivo desde el momento en que recuperaba la experiencia castrista haciendo frente a los planteos del Partido Comunista y del Socialismo argentino de Juan B. Justo. Además, hacia 1961 Mario Roberto Santucho volvería de un viaje a Cuba en el que adoptó una férrea posición marxista-leninista que marcó a fuego el desarrollo y las perspectivas que fue tomando su organización, que lo llevarán a la búsqueda enfatizada por construir el partido de la clase obrera. 26 De Santis, ibídem, 2004, pág Las discusiones entre Santucho y Bengoechea giraron en torno a la necesidad de la formación de un partido-leninista unificado que dirigiera la iniciación del accionar armado, y las criticas posteriores del ala santuchista a Bengoechea tenían que ver con el hecho de que este ultimo haya optado por la ruptura y no por la disputa al interior de PO. 13

15 En ese marco, hacia 1964, como resultado del contacto de este último en la FOTIA con los militantes de PO, así como a través de una agrupación estudiantil que el grupo norteño había abierto en Buenos Aires, el FRIP y PO firmaron un acuerdo para realizar un trabajo en común, en el que cada organización incorporó a un miembro de la dirección de la organización hermana, para de esa forma avanzar en las definiciones políticas conjuntas y conocer el funcionamiento de cada organización. De esta forma en 1965 se constituyó el Partido Unificado de la Revolución, que fue rebautizado como PRT en su primer congreso. Según Pablo Pozzi las razones por las que tanto el FRIP como PO acordaron un frente y posteriormente decidieron la unificación, fueron por un lado que los primeros veían la posibilidad de ampliar la organización hasta abarcar un nivel nacional y al mismo tiempo unificar y potenciar los trabajos que se venían llevando adelante en Tucumán, y por el otro, en PO estaban convencidos de que podían fagocitar al pequeño grupo norteño sin mayores problemas 28. Si bien las razones pueden ser ciertas, lo concreto es que la búsqueda por parte del FRIP, con Santucho a la cabeza, de comenzar a construir el núcleo de un partido revolucionario unificado, sumado a el hecho de que ambas organizaciones se habían encontrado en la práctica con una actitud militante similar (la de ir hacia las masas sin ningún espíritu de secta), fueron factores que se combinaron de sobremanera a la hora de pensar el avance hacia la unidad. A partir de la fundación, el nuevo partido continúo con mayor injerencia sus trabajos en los diferentes lugares donde se encontraban haciendo eje y poniendo fuertes esfuerzos en Tucumán, mas específicamente en la FOTIA, donde comenzaba a tener una fuerte presencia. De este modo, el PRT comenzaba a desarrollar su propia identidad, y como bien expone Ledesma, 28 Pozzi, Ibídiem,

16 ya el Partido fue produciendo un nuevo tipo de militante que era fruto de la unidad, de esa unión fraternal, hecha no sin discusiones y conflictos como todo proceso de unidad-, pero que en definitiva permitió generar un organismo superior, como era el PRT. Un PRT que desde el vamos, va a las masas. ( ) Va creciendo lo mas alejado posible de una expresión de secta, de secta ultraizquierdista ( ) Todos los planteos que se procesan en el PRT van a surgir porque el PRT se nutre de esa clase obrera, hace suyas sus reivindicaciones. 29 El trabajo en la FOTIA se materializará hacia 1965 con la consigna y propuesta Diputados obreros al Parlamento capitalista en la que un grupo de obreros elegidos por la propia federación, dentro de los cuales se encontraba Leandro Fote (dirigente azucarero y miembro del PRT), se presentarían a las elecciones legislativas en las listas de Acción Provinciana (agrupación dirigida por un caudillo peronista de la provincia) y serían electos. Esta experiencia, en la que como bloque obrero respondía al Congreso de delegados Seccionales de la federación, aunque exitosa fue frustrada catorce meses después tras la instauración del golpe militar el 28 de junio de A partir de allí cambió fuertemente la situación política: clausuradas casi todas las posibilidades de trabajo legal y atravesados por una fuerte y certera decisión del nuevo gobierno de facto de avanzar sobre las conquistas de los trabajadores -así como sobre su organización- el escenario de acción ya no fue el mismo. Los impactos de la nueva ofensiva del capital tuvieron fuertes repercusiones tanto a nivel nacional como a nivel local. En cuanto a la situación en Tucumán, a los dos meses de instaurado el golpe, el gobierno decretó el cierre de once de los veintisiete ingenios azucareros de la provincia, que llevo a 29 De Santis, ibídem, 2010, Pág

17 un panorama de desesperación y desolación para el pueblo tucumano que no tardaría en estallar. Hacia fines de 1966 los trabajadores tucumanos comenzaron la resistencia al cierre de los ingenios a través de múltiples movilizaciones a las que se sumó la FOTIA, y que se fueron radicalizando a medida que aumentaban. Dicha radicalidad, que incluía fuertes enfrentamientos con la policía, fueron llevando al PRT a orientar la organización de incipientes grupos de autodefensa para enfrentar la represión policial. 30 Este nuevo escenario político fue el marco en el que se desarrolló el proceso de discusión interna que llevo a la formación de dos fracciones dentro del partido que luego devendrá en su ruptura. La nueva situación de radicalización de la lucha de clases, exigía definiciones claras en cuanto a la táctica y estrategia que debía asumir el partido. Así, los planteos que en el primer congreso habían quedado trazados de manera ambigua y que daban un margen de interpretación que contenía a ambas expresiones, ya no se podía sostener. Es necesario remarcar, que el PRT luego del primer congreso quedo compuesto por una dirección con claro predominio del sector morenista, siendo Nahuel Moreno electo como secretario general del partido. Un repaso fugaz por las líneas del primer Congreso da cuenta de que si bien rezaba cierta ambigüedad alrededor de las definiciones sobre la lucha armada, el predominio político del sector morenista era claro. De esta forma, si bien se afirmaba que no hay la menor posibilidad de triunfo de la revolución sin lucha armada 31, no dejaba de arrojar 30 Carnovale, Ibídem, Carnovale, ibídem, 2011, Pág

18 afirmaciones en contra del guerrillerismo, y de las corrientes castristas pequeño burguesas. Así, si Moreno se excusaba en que sin movimiento de masas no puede haber lucha armada 32, Santucho retrucaba que, el planteo de la lucha armada irrumpe en el PRT entonces no a través de estudiantes o intelectuales revolucionarios influidos por la experiencia revolucionaria de otros países. Surge de la experiencia directa de las masas obreras argentinas y es incorporada al Partido por su vanguardia, que ha recorrido previamente el camino de la lucha pacifica, que ha comenzado por las huelgas corrientes, por la participación en elecciones, que ha pasado a la ocupación de fábricas con rehenes, a las manifestaciones callejeras violentas, hasta que, cerradas todas las posibilidades legales con la asunción de Onganía, se orienta correctamente hacia la guerra revolucionaria. 33 Tanto Carnovale 34 como Pozzi 35, insisten con que el argumento que utilizaba el ala santuchista para defender la idea de la irrupción de la cuestión de la lucha armada en el PRT a través de las masas, era anecdótico y refería al hecho suscitado en Bella Vista, localidad tucumana, donde en una manifestación en contra de los cierres de los ingenios, y luego de un fuerte enfrentamiento con la policía, cae abatida de un tiro en la cabeza una manifestante (Hilda Guerrero de Molina). Frente a esta situación los obreros del Ingenio 32 Ibídem, De Santis, ibídem, 2004, Pág Carnovale, Ibídem, Pozzi, ibídem,

19 San José y de la FOTIA, le habrían pedido al mismo Santucho armas para enfrentar a la dictadura. Pozzi, insiste: la anécdota es notable porque lo que demuestra es que la gente reclamaba elementos de autodefensa ante la dictadura y no hay ningún indicio que permita sugerir que el reclamo era el de iniciar la lucha armada para la revolución socialista. Y aunque lo hubiera sido, que un partido que se proponía como vanguardia revolucionaria cediera ante las presiones generadas por los trabajadores de una zona, impactados por los efectos del desempleo y de la represión, representa por lo menos, algunas debilidades políticas. 36 Lo que no observa el autor es que si bien éste podría llegar a ser un argumento anecdótico fuerte para reforzar la posición de la lucha armada, lo cierto es que la nueva situación política de dictadura y el aumento innegable de la combatividad de las masas, era una razón mas que suficiente para una organización que entendía que la revolución no podía darse sino a través de la lucha armada. Por lo demás, son bastas las citas que se dejan leer en documentos del partido donde se resalta el papel de la vanguardia y el peligro que significaría ceder ante las presiones de las masas. Allí se asienta uno de los rasgos leninistas mas claros que caracterizó a la organización en el que ( ) la política del partido no debía determinarse en base al estado de la clase, sino de las posibilidades objetivas de desarrollo de la verdadera revolución 37. Además, no es menor apuntar que para el PRT 36 Pozzi, Pablo, Ibídem, 2004, Pág De Santis, ibídem, 2004, Pág

20 no se trataba solamente de los trabajadores de una zona, sino de la vanguardia revolucionaria argentina (así era como caracterizaba al proletariado industrial tucumano) 38. Teniendo en cuenta el análisis que realizará el PRT hacia el IV Congreso, ya liderado por el ala satuchista o leninista, las condiciones objetivas parecían estar dadas: por un lado, una clase dominante que no lograba solucionar el problema del desarrollo nacional encarnado en el estancamiento de las fuerzas productivas nacionales y el fracaso de los planes de la dictadura, por otro la perspectiva de una crisis coyuntural de la economía argentina, y la existencia de una clase revolucionaria (la clase obrera industrial) que si bien no estaba en condiciones de llevar adelante la revolución, adquiriría la fuerza necesaria para llevarla a cabo en el transcurso de la lucha. En ese marco, la responsabilidad de los revolucionarios es, precisamente, iniciar la lucha revolucionaria cuando las condiciones objetivas han madurado, colocarse a la vanguardia de la clase revolucionaria y orientarla por el largo, difícil y duro camino de la revolución. 39 De esta manera, lo que para unos (Moreno) la situación política de derrota y reflujo de la clase obrera llevaría a la consolidación y estabilidad de las bases del proyecto dictatorial (siendo la tarea principal la reactivación de las huelgas prolongadas y la conformación de nuevas direcciones sindicales), para otros (Santucho) debajo de aquella aparente estabilidad, comenzaban a gestarse nuevos enfrentamientos y un odio generalizado hacia la dictadura que serían los detonantes de una situación revolucionaria (por lo que era inminente la iniciación de la lucha armada. Así, las diferencias tanto en análisis de situación 38 Otra discusión ameritaría la afirmación del propio autor en la que el PRT-ERP igualaría combatividad con conciencia para caracterizar el rol de la clase obrera 39 De Santis, ibídem, 2004, Pág

21 como en la táctica y estrategia revolucionaria del partido eran irreconciliables. Ya para fines de 1967 y comienzos de 1968 las disputas y discusiones internas se transformaron en disputas fraccionales insostenibles que se jugaban la dirección del partido. En este marco, en enero de 1968 se reunirá el último Comité Central (CC) antes de la ruptura, para preparar un IV Congreso al que el Partido ya llegara dividido 40. Así es que se formaran dos fracciones: el PRT la Verdad, fracción liderada por Nahuel Moreno que llevara dicho nombre en alusión a la prensa partidaria y que tendrá corta vida (ya que luego se transformará en el Partido Socialista de los Trabajadores -PST-), y el PRT El Combatiente liderado por Mario Roberto Santucho, que para el V Congreso, debido a la formación del Ejercito Revolucionario del Pueblo, pasara a conocerse como PRT-ERP. El eje de las deliberaciones del IV congreso del PRT El Combatiente fue la discusión en torno al problema del poder y la lucha armada, con el objetivo de elaborar una táctica y una estrategia para el desarrollo revolucionario en la Argentina. Las resoluciones del IV Congreso terminaron conformando un documento que luego sería bautizado como Librito Rojo por sus militantes 41, dentro del cual se trazarían las definiciones políticas e ideológicas más importante de lo que será de ahí en mas la línea del partido. Así, a través de un análisis profundo de la situación económica y de la revolución a nivel Internacional, Regional y Nacional, siempre teniendo en cuenta que la revolución es internacional por su contenido y nacional por su forma el documento se proponía establecer, a) las posibilidades de desarrollo de la revolución y su ritmo desigual en las distintas regiones del mundo y en el país, b) cuál es la clase revolucionaria y sus 40 Es necesario remarcar que dicha ruptura no será la única ni la última, ya que el partido sufrirá dos desprendimientos mas, aunque menos significativos tanto a nivel político como a nivel de estructura partidaria. 41 De Santis, Daniel, Ibídem,

22 posibles aliados, c) cual es la combinación especifica de tareas y consignas de la revolución en sus distintas etapas (tareas democráticas, socialistas, nacionalistas, etc.) para cada región y país. 42 Para ello, los autores (Mario Roberto Santucho, Oscar Prada y Félix Prieto) iniciaran una reseña histórica sobre los principales aportes y corrientes del marxismo revolucionario que la organización recuperaba para construir su propia identidad, concepción ideológica y estrategia revolucionaria. El mismo comenzaba analizando los aportes de Marx y Engels, y continuaba con Lenin tomando como principal aporte la idea de que la insurrección triunfaría solo como el resultado de una guerra civil prolongada que debía ser concebida como una larga serie de grandes batallas separadas una de otras por periodos de tiempo relativamente largos, y una gran cantidad de pequeños encuentros liberados a lo largo de estos intervalos 43, así como también la idea de que para ello sería necesario un partido fuerte, clandestino y centralizado. Luego, y en una de las apuestas mas interesantes del documento, se tratará de fusionar los aportes del trotskismo y el maoísmo a través de un retorno al leninismo. Esto significará, retomar del trotskismo el análisis del desarrollo desigual y combinado del capitalismo y la necesidad de construir un Programa de Transición que logre resolver en consignas y tareas el problema del poder en regiones subdesarrolladas. Y del maoísmo un gran aporte a nivel estratégico: tanto la necesidad de la lucha armada permanente dirigida por el partido, como la idea de la guerra civil prolongada y la guerra de guerrillas (dentro de la cual, a diferencia del trotskismo, el campesinado jugaba un papel destacado). 42 De Santis, Daniel, Ibídem, 2004, Pág De Santis, Daniel, Ibídem, 2004, Pág

23 La reseña terminará analizando las influencias del Castrismo que como corriente latinoamericana, había dado los mayores aportes al marxismo revolucionario y que tenía mucho que enseñarles a los procesos de la región. Uno de los elementos fundamentales que recupera el PRT es aquel que reza que la revolución debe darse a nivel continental, con un carácter de clase campesino, obrero y popular en la que las burguesías autóctonas no cumplían ningún rol revolucionario. Ésta debía darse a través de una lucha prolongada cuyo pilar tenía que estar constituido por ejércitos guerrilleros. A su vez, y siendo fiel a su definición leninista, el PRT destacaba que de todos los elementos aportados por el castrismo, el menos importante, era aquel que suponía la construcción del ejercito a través de un foco. De esta manera priorizaba la consolidación del partido que aseguraba que la política guiara al fusil. A lo largo del documento los autores dedicarán una gran cantidad de páginas a descartar la estrategia insurreccionalista a través de una crítica furibunda al espontaneísmo morenista, catalogándolo como una estrategia de poder errónea de la cual el partido debía autocriticarse. A partir de aquella autocrítica definirá la estrategia y la táctica que debía seguir el partido, justificando así la necesidad de iniciar lo antes posible la lucha armada, y al mismo tiempo comenzando a definir las tareas que se debían dar de cara al movimiento de masas, mas precisamente al movimiento obrero. 44 Por su parte el V Congreso (realizado en julio de 1970), como se dijo anteriormente, se caracterizó por materializar la definición de iniciar la lucha armada, a través de la creación del Ejercito Revolucionario del Pueblo (ERP). En él se termina de sellar la disputa y la lucha interna con los resabios morenistas que según la organización, todavía anidaban en su seno en forma de centrismo y que retrasaban y obturaban la aplicación de las 44 Ver documento El único camino hasta el poder obrero y el socialismo En De Santis, Daniel, Ibídem, 2004, Págs

24 definiciones centrales para el desarrollo de la revolución. De este modo las resoluciones, constan de una primera parte en la que se dedica a terminar con dicha lucha interna, y luego pasa a detallar y a explayarse en el carácter que asumirá la guerra revolucionaria en nuestro país, su dinámica y la relación que tendrá el campo y la ciudad en la misma. Todos estos puntos, están atravesados por una misma problemática que es la que intenta resolver el Congreso: El problema que debemos plantearnos es el siguiente: en primer lugar por qué el Partido desarrolla su actividad militar en forma desigual y que hay que hacer para que se comience a combatir en todas partes? En segundo lugar, qué tipo de estructura militar debemos adoptar en cada región del país donde existe el Partido, adecuada a nuestra fuerza real y a las condiciones sociales? Y por último, cómo coordinamos toda la actividad militar del Partido para superar los desniveles actuales e incorporar a todo el Partido a la guerra? 45 Al mismo tiempo el documento del V Congreso 46 se esfuerza por remarcar en todo momento, que es parte inseparable de la guerra popular revolucionaria el combinar todas las formas de lucha, tanto armada como no armada, de masas, pacifica y violenta, combinando en apoyo mutuo las operaciones militares, las huelgas, ocupaciones de fábrica, ocupaciones villeras de tierras, la intervención electoral, entre otras. En ese marco el Congreso no solo da forma y lanzamiento al ejercito, sino que además se da el espacio para pensar y resolver lineamientos para el trabajo dentro del movimiento de masas y sindical, resolviendo de esta forma, con los aportes antecedentes del IV Congreso, la línea 45 De Santis, Daniel 2004, Pág Ver documento El V Congreso. Todo el Partido al Combate. Fundación del ERP En: De Santis, Ibídem, 2004, Págs

25 estratégica con la que debía encarar el trabajo político hacia el movimiento obrero. Línea que intentaremos reconstruir en el próximo capítulo. 1.2 La línea sindical del PRT-ERP A través del IV y V congreso el partido construyó una línea marxista-leninista que entendía como fundamental las tareas de agitación y propaganda en el seno del movimiento obrero con el objetivo de educar a la clase y organizarlas bajo las ideas del socialismo y la revolución; actividad política que a juicio de la nueva dirección partidaria, el morenisimo relegaba tachándola de propagandismo a momentos de reflujo en los que no había grandes luchas sindicales. Al mismo tiempo, según el PRT-ERP, esta misma corriente política ilusionaba a los obreros con la posibilidad de que los burócratas y los sindicatos tomasen el poder ; este elemento se encontraba ya en las discusiones primigenias en las que los integrantes del FRIP rechazaron la propuesta morenista de levantar y militar la consigna CGT partido político. Desde allí, la discusión que se planteo sobre el rol de la actividad sindical y el lugar de la lucha política y del partido, fue fundamental, ya que definió la forma en que el PRT-ERP encaró su trabajo en el movimiento obrero y las prioridades que el mismo se dió en el desarrollo de su línea, por ejemplo, dentro de la fábrica. La crítica se centraba en la concepción sindicalista del morenismo, que según el PRT-ERP llevaba a fetichizar las comisiones internas y cuerpos de delegados como vanguardia obrera natural, y llevaba al partido a plantear como tarea y actividad central la lucha por las reivindicaciones inmediatas de fábricas, creyendo que la dirección del proletariado era tener la mayoría en las comisiones internas y cuerpos de delegados, orientando desde allí la lucha de clases concreta. 24

26 Lo que se ponía allí en juego era una visión diferente de lo que cada una de las partes entendía como vanguardia. Así, el IV Congreso definía: los obreros de vanguardia son aquellos que tienen conciencia de que la misión histórica de su clase es luchar políticamente para derrocar al gobierno de la burguesía; aun cuando estos compañeros tengan una concepción estrecha de la política que los haga despreciar las luchas económicas. El Partido deberá, si ese es el caso, educarlos en la necesidad de que los revolucionarios prestemos atención a todas las formas de lucha. 47 De este modo el PRT-ERP (que definía a la etapa como prerrevolucionaria y de preparación para la guerra ), en el marco de un auge de las luchas espontáneas reivindicativas del proletariado, entendía que: la propaganda y la agitación política de las masas constituyen la herramienta fundamental de esta etapa preparatoria para hacer avanzar al proletariado y al pueblo argentino hacia la necesidad de la guerra revolucionaria contra el régimen, la que debe ser combinada con la lucha ideológica contra el nacionalismo burgués, el populismo y el reformismo, la autodefensa en amplia escala y la propaganda armada, el desarrollo y la generalización de la lucha económica y la construcción del Partido. Que la participación de los revolucionarios en la lucha económica debe realizarse con los objetivos de vincularse a las capas mas atrasadas del proletariado, movilizar al conjunto del proletariado contra el régimen y ayudar a la penetración de la agitación y la propaganda. La lucha económica no debe verse opuesta a la lucha 47 De Santis, Daniel, 2004, Pág

27 política, sino como un nivel inferior de la lucha proletaria, que los revolucionarios debemos utilizar para nuestros objetivos estratégicos, sin dejar de esforzarnos para elevar cada una de sus fases a un plano político ( ) Que nuestra política de masas para el movimiento obrero debe combinar su forma esencial, la propaganda y agitación política y el desarrollo del Partido, con el cuidado de las condiciones de vida de las masas y una gran atención a las reivindicaciones inmediatas, teniendo en cuenta los elementos fundamentales de la situación actual( ) 48 En ese sentido, las tareas concretas que se desprendían de ese análisis eran por un lado una labor de propaganda política hacia la vanguardia conciente de la clase obrera y de agitación política sobre las capas mas atrasadas de la clase y el pueblo 49, y por otro lado el lanzamiento de la lucha armada en forma de lucha parcial ligada al movimiento obrero. De esta manera el PRT-ERP se aseguraba penetrar en el movimiento obrero incorporando a los elementos mas destacados de la clase a través de la propuesta ideológica y política del marxismo revolucionario, así como también activando conciencias y generando referencia política en la retaguardia y el pueblo en general. La tarea de los militantes del partido debía estar dirigida a estar presentes en los conflictos parciales y económicos que emprendía la clase obrera en sus fábricas procurando denunciar en todo momento la vinculación necesaria e intrínseca entre los problemas parciales y particulares (propias de la explotación cotidiana del capital sobre el trabajo), con los problemas políticos generales que azotaban a todo un país y a toda una clase, demostrando 48 De Santis, Daniel, Ibídem, 2004, Pág El PRT-ERP definía con Lenin: agitación como el arte de explicar una cantidad reducida de ideas políticas a un numero reducido de personas, al contrario de la propaganda que sería el arte de explicar una gran cantidad de ideas políticas a un numero reducido de personas. 26

28 de ese modo que la única solución a esos problemas parciales venía de la mano de la instauración de un Gobierno Revolucionario Obrero y Popular, es decir del socialismo. 50 Sin embargo, el PRT-ERP decía no renegar de las consignas mínimas, como las de defensa y reorganización de las comisiones internas, defensa y recuperación de los sindicatos o de generar oposiciones clasistas a la burocracia. Tal es así, que entendía necesario crear corrientes sindicales impulsadas por agrupaciones que a instancias del PRT-ERP llevaran adelante una línea de lucha por la democracia y en contra de las burocracias. Al mismo tiempo, buscaba que dichas agrupaciones estuvieran compuestas por diferentes expresiones políticas que tuvieran tanto horizontes estratégicos como puntos coyunturales y tácticos de lucha en común, o bien que las agrupaciones participaran en listas mas amplias con esas características. En ese sentido, el PRT-ERP insistía en la necesidad de formar instancias federativas de organización, tanto provinciales como nacionales, que nuclearan a todas las agrupaciones de dicha tendencia clasista, combativa y antiburocrática. 51 Igualmente el partido nunca dejo de remarcar que las consignas programáticas del plano gremial-sindical, que tenían que fomentarse y llevarse a la práctica, debían apuntar a transformarse en consignas organizativas de transición de lo sindical a lo político, como ser la formación de comisiones de resistencia fabril y destacamentos armados. Allí residía la importancia del Partido leninista: elevar a la clase obrera a nuevos niveles de organización, sin el cual la clase encontraría sus límites de desarrollo y de conciencia en las fronteras de la disputa meramente económica y sindical. En este sentido, el PRT-ERP se preguntaba con Lenin: 50 De Santis, Daniel, Ibídem, En ese marco se consideraban como aliados de importancia al PC, el Peronismo de Base, el clasismo no definido partidariamente, la JTP montonera y otros grupos menos influyentes. 27

29 Cuando los obreros de una determinada fábrica, de un gremio determinado, inician una lucha contra su patrono o patronos eso es lucha de clases? No; eso es tan solo un débil comienzo. La lucha de los obreros se convierte en lucha de clases, solo cuando los representantes de vanguardia de toda la clase obrera de un país tienen conciencia de la unidad de la clase obrera y emprenden la lucha, no contra un patrono aislado, sino contra toda la clase capitalista y contra el gobierno que los apoya ( ) La tarea [del partido] reside precisamente en transformar, por medio de la propaganda, la agitación y la organización de los obreros, esa lucha espontánea contra sus opresores, en la lucha de toda la clase, en una lucha de un partido político determinado, por ideales políticos y socialistas definidos. 52 A lo largo de su desarrollo fue complejizado las reflexiones sobre el papel de la lucha sindical en la estrategia revolucionaria. Las exigencias de la práctica y el crecimiento sostenido que fue adquiriendo su intervención en el plano sindical, lo obligó a teorizar sobre la relación entre la organización política y la organización gremial. Así es que en marzo de 1971 se publica en El Combatiente Nro 56, un documento escrito por Luis Enrique Pujals ( El papel de los sindicatos ) que fue de gran importancia ya que en él se sintetizaron las principales líneas a través de las cuales la militancia del PRT-ERP pensó la intervención en los sindicatos: Los sindicatos son organismos de masas, por lo tanto los más amplios posibles -de hecho en nuestro país abarcan a todos los integrantes de una rama industrial. Su misión es la de defender los intereses económicos inmediatos de los trabajadores en su permanente lucha contra los patrones. Son la forma más alta de organización que 52 De Santis, Daniel, 2010, Pág

30 puede darse espontáneamente la clase obrera. Espontáneamente, es decir, por si misma, antes de haber dominado la teoría revolucionaria. Sin esta teoría el marxismo leninismo- no puede construir otra organización que no sea el sindicato ( ) Pero esa organización, apta para la lucha económica, para las denuncias de las injusticias y de la explotación de que son objeto los trabajadores, no puede cumplir el papel de organismo político dirigente de la lucha de la clase obrera por la toma del poder. La existencia de una dirección clasista incluso revolucionaria en los sindicatos no modifica esencialmente la cuestión. No debe entenderse que por esto no es deseable la existencia de esas direcciones clasistas o revolucionarias. Todo lo contrario: son deseables y se debe luchar incansablemente por lograrlo, porque de esa manera no sólo las luchas económicas están garantizadas contra toda claudicación sino que además, las movilizaciones de las masas pueden ser canalizadas en una correcta táctica revolucionaria, que posibilite el desarrollo de la conciencia política de las masas oponiéndolas a la política reaccionaria de la burguesía. 53 En ese sentido el PRT-ERP demostraba entender que la política en el movimiento obrero y en la fábrica no comenzaba y terminaba con el sindicalismo sino, por el contrario, abarcaba múltiples dimensiones y tareas. Esto puede observarse en Poder burgués y poder revolucionario, documento escrito por Mario Roberto Santucho, que se erigió como la apuesta teórica más importante del dirigente sintetizando las enseñanzas de la práctica 54. En él, Santucho teoriza sobre la necesidad del desarrollo del poder dual, es decir de un poder 53 De Santis, Daniel, Ibídem, 2006, pág De Santis, Daniel, Ibídem,