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María L. Freitez J. Mayerlin L. Galíndez H Zulhena F. Hernández P. Zoraima C. Piñango G. Aicled A. Ramírez M. PREVALENCIA DE Blastocystis hominis, OTRAS PARASITOSIS INTESTINALES Y SINTOMATOLOGÍA GASTROINTESTINAL ASOCIADA, EN NIÑOS DE PRIMER GRADO DE LA UNIDAD EDUCATIVA BOLIVARIANA CIUDAD DE MATURÍN, BARRIO SAN JOSÉ, PARROQUIA UNIÓN, BARQUISIMETO, ESTADO LARA, PERIODO OCTUBRE 2008 - MARZO 2009. Barquisimeto, Marzo 2009

María L. Freitez J. Mayerlin L. Galíndez H. Zulhena F. Hernández P. Zoraima C. Piñango G. Aicled A. Ramírez M. PREVALENCIA DE Blastocystis hominis, OTRAS PARASITOSIS INTESTINALES Y SINTOMATOLOGÍA GASTROINTESTINAL ASOCIADA, EN NIÑOS DE PRIMER GRADO DE LA UNIDAD EDUCATIVA BOLIVARIANA CIUDAD DE MATURÍN, BARRIO SAN JOSÉ, PARROQUIA UNIÓN, BARQUISIMETO, ESTADO LARA, PERIODO OCTUBRE 2008 - MARZO 2009 Barquisimeto, Marzo 2009

UNIVERSIDAD CENTROCCIDENTAL LISANDRO ALVARADO DECANATO DE CIENCIAS DE LA SALUD DR. PABLO ACOSTA ORTÍZ PROGRAMA DE MEDICINA DEPARTAMENTO DE MEDICINA PREVENTIVA Y SOCIAL PREVALENCIA DE Blastocystis hominis, OTRAS PARASITOSIS INTESTINALES Y SINTOMATOLOGÍA GASTROINTESTINAL ASOCIADA, EN NIÑOS DE PRIMER GRADO DE LA UNIDAD EDUCATIVA BOLIVARIANA CIUDAD DE MATURÍN, BARRIO SAN JOSÉ, PARROQUIA UNIÓN, BARQUISIMETO, ESTADO LARA, PERIODO OCTUBRE 2008 - MARZO 2009. AUTORES: María L. Freitez J. Mayerlin L. Galíndez H. Zulhena F. Hernández P. Zoraima C. Piñango G. Aicled A. Ramírez M. TUTOR: Dra. Alicia Kompalic ASESOR: Dra. María Isabel Najul

PREVALENCIA DE Blastocystis hominis, OTRAS PARASITOSIS INTESTINALES Y SINTOMATOLOGÍA GASTROINTESTINAL ASOCIADA, EN NIÑOS DE PRIMER GRADO DE LA UNIDAD EDUCATIVA BOLIVARIANA CIUDAD DE MATURÍN, BARRIO SAN JOSÉ, PARROQUIA UNIÓN, BARQUISIMETO, ESTADO LARA, PERIODO OCTUBRE 2008 - MARZO 2009. --------------------------------------- -------------------------------------- TUTOR: DRA ALICIA KOMPALIC ASESOR: DRA MARIA ISABEL NAJUL

PREVALENCIA DE Blastocystis hominis, OTRAS PARASITOSIS INTESTINALES Y SINTOMATOLOGÍA GASTROINTESTINAL ASOCIADA, EN NIÑOS DE PRIMER GRADO DE LA UNIDAD EDUCATIVA BOLIVARIANA CIUDAD DE MATURÍN, BARRIO SAN JOSÉ, PARROQUIA UNIÓN, BARQUISIMETO, ESTADO LARA, PERIODO OCTUBRE 2008 - MARZO 2009 POR AUTORES: María L. Freitez J. Mayerlin L. Galíndez H. Zulhena F. Hernández P. Zoraima C. Piñango G. Aicled A. Ramírez M. ------------------------------------ --------------------------------------- TUTOR: JURADO DRA ALICIA KOMPALIC ---------------------------------------------- JURADO LUGAR Y FECHA:

PREVALENCIA DE Blastocystis hominis, OTRAS PARASITOSIS INTESTINALES Y SINTOMATOLOGÍA GASTROINTESTINAL ASOCIADA, EN NIÑOS DE PRIMER GRADO DE LA UNIDAD EDUCATIVA BOLIVARIANA CIUDAD DE MATURÍN, BARRIO SAN JOSÉ, PARROQUIA UNIÓN, BARQUISIMETO, ESTADO LARA, PERIODO OCTUBRE 2008 - MARZO 2009 POR: María L. Freitez J. Mayerlin L. Galíndez H. Zulhena F. Hernández P. Zoraima C. Piñango G. Aicled A. Ramírez M. RESUMEN Para determinar la prevalencia de Blastocystis hominis, otras parasitosis intestinales, sintomatología gastrointestinal, forma evolutiva del protozoario encontrada y la presencia de factores asociados como higiene de los alimentos y tipo de agua de consumo, disposición de excretas, se realizó un estudio descriptivo transversal, en 79 escolares de primer grado de la Unidad Educativa Bolivariana "Ciudad de Maturín", San José, parroquia unión-barquisimeto estado Lara durante el periodo Octubre 2008- Marzo 2009. Las muestras fueron estudiadas mediante la técnica de examen directo de heces con solución salina y Lugol. De 79 niños y niñas estudiados, 41,77% (33) presentó Blastocystis hominis, de los cuales 27,27% se encontró asociado a otros parásitos intestinales, siendo el más frecuente Giardia lamblia con 15,15%. 72,72% presentó sintomatología gastrointestinal y de éstos, 66,66% refirieron dolor abdominal, sin embargo, se evidenció la inespecificidad de dicha sintomatología tanto para blastocistosis como para otras parasitosis intestinales. La forma evolutiva más encontrada fue la vacuolada en un 96,97% de los casos. De los factores estudiados, como higiene de los alimentos, tipo de agua de consumo, disposición de excretas, se observó que no fueron determinantes para el diagnóstico de blastocistosis en la población estudiada. Se concluye que Blastocystis hominis es un protozoario de alta frecuencia en el grupo de niños y niñas estudiado. Con el presente trabajo se busca hacer un aporte a la investigación de este protozoo de gran importancia, ya que ha presentado una alta prevalencia en estudios realizados anteriormente y que se ha demostrado con los resultados obtenidos en el presente. Los datos aquí presentados podrían servir para incentivar la investigación acerca de los factores que puedan estar influyendo en el aumento del porcentaje de casos con blastocistosis. Palabras clave: Blastocystis hominis, parasitosis intestinal, sintomatología gastrointestinal.

ÍNDICE CAPÍTULO PÁGINA RESUMEN 7 I.- INTRODUCCIÓN 9 II.-METODOLOGÍA 18 III.-RESULTADOS 21 IV.-DISCUSIÓN, CONCLUSIONES, RECOMENDACIONES 33 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 38 ANEXOS 43

INTRODUCCIÓN Las parasitosis Intestinales son problema de salud pública, que atañe a todos y cada vez es mayor la cantidad de personas afectadas; como es sabido, la parasitología se relaciona con el hombre desde el inicio de la humanidad. El ser humano se desplaza de un lugar a otro adaptándose a las condiciones ambientales particulares, alimentándose con flora y fauna, donde los microorganismos presentes en vegetales, animales, tierra o agua, los convierten en fuente de infección al interactuar entre ellos. En tal sentido, el presente trabajo se enfocó en la parasitosis intestinal causada por Blastocystis hominis, un protozoario anaerobio, frecuentemente hallado en el tracto gastrointestinal del ser humano; alrededor del cual hay gran controversia en cuanto a su rol patogénico y ciclo evolutivo; lo que ha dado origen a la realización de diversas investigaciones al respecto, en la búsqueda de la relación entre manifestaciones clínicas y formas evolutivas presentes en pacientes con Blastocistosis. Blastocystis hominis se encuentra distribuido mundialmente, se ha demostrado una alta prevalencia en la edad escolar, situación descrita en diversos estudios. En tal sentido se han realizado trabajos en diferentes comunidades a nivel nacional e internacional, reportándose una prevalencia del 20% de blastocistosis y en la República Bolivariana de Venezuela una prevalencia de 29 a 49%, sin embargo dichos trabajos no han sido concluyentes del todo. De allí el interés de esta investigación, al tratar de demostrar la prevalencia de este protozoario en los niños del 1er grado de la Unidad Educativa Bolivariana Ciudad de Maturín San José, Parroquia Unión, Barquisimeto, Estado Lara, así como la relación existente con la sintomatología gastrointestinal, algunos factores asociados y la prevalencia de otros parásitos en estos escolares. Para tal efecto se realizó un estudio descriptivo transversal, en una población de 124 niños de primer grado, de la mencionada institución, para lo cual se examinaron muestras de heces en forma directa, con la finalidad de determinar la presencia de Blastocystis hominis y otros parásitos intestinales. Por consiguiente se les explicó a los niños y representantes la importancia del trabajo a realizar, las consecuencias de la parasitosis y el procedimiento para recolección de las muestras. Con este trabajo se pretendió aportar datos

informativos a las investigaciones en cuanto a la prevalencia de Blastocystis hominis, ya que llama la atención que no existen suficientes estudios concluyentes en cuanto a los posibles factores predisponentes que hayan contribuido a la presencia de esta parasitosis en el país. A medida que el ser humano se desplaza en diferentes direcciones, ha tenido que adaptarse a las condiciones ambientales de manera particular y alimentarse de sus fuentes naturales. Conforme el hombre se extendía en nuevas regiones entraba en contacto no solo con la flora y la fauna, sino también con microorganismos presentes en vegetales, animales, tierra y agua. Así, algunos animales y vegetales se convierten en fuente de infección o contaminación del hombre al interactuar con ellos. (1) Dado que la aparición de la parasitología se relaciona con la historia misma de la humanidad, ésta se divide en: edad antigua (4000 ac y 476 dc), edad media (476 dc - 1453 dc), edad moderna (1473-1789), desde el renacimiento hasta la revolución francesa, y edad contemporánea, desde entonces hasta la actualidad. Ya en la edad media se referían a la presencia de gusanos que pueden observarse a simple vista y se eliminan por las heces. (1) Los primeros parásitos observados fueron los helmintos, en virtud de su tamaño macroscópico, sin embargo, también se registraron enfermedades causadas por protozoarios, como lo demuestra un documento escrito en sánscrito alrededor del año 1000 ac, el cual se refiere a la presencia de diarrea con moco y sangre en un individuo, en quien, si bien no se logró reconocer el agente causal, posiblemente se trataba de una infección amebiana. (1) Celso (25aC-50dC) y Galeno de Pergamo (129-200dC) comunicaron la existencia de helmintos como Ascaris lumbricoides, Enterobius vermicularis y tenias. Luego en 1876 el médico francés Louis Alexis Normand notificó la fase larvaria de Strongyloides stercoralis y la enfermedad que éste produce. (1) El descubrimiento de los protozoarios tuvo su origen en el invento del microscopio por el sabio holandés Anton Van Leeuwenhoek, quien publicó sus observaciones sobre estos

microorganismos, siendo el primero en observar protozoos. (2) Para 1681, describe Giardia lamblia y, en 1859, Vilém Lambl la describe morfológicamente. (1) El descubrimiento de la enfermedad de Chagas, por ejemplo, se remonta a 1907, cuando el médico brasileño Carlos Chagas describe el parásito, su transmisión, la enfermedad que éste produce, así como sus vectores y reservorios. (1) En 1921, los hermanos Edouard y Ettiene Sergent demostraron que los mosquitos del género Phlebotomus transmiten Leishmania. Y sólo hasta 1941 se demuestra que la picadura es el modo de transmisión, aunque no se sabe como. En 1911, Gaspar Vianna encuentra en Sudamérica parásitos distintos de los hallados en África y Medio Oriente y les da el nombre de Leishmania braziliensis. En 1922, se describe a insectos del género Lutzomyia como sus transmisores en América. (1) La Parasitología (del griego para: cerca de, sitios: alimento, y logos: tratado), es la ciencia que se dedica al estudio de los seres vivos que efectúan vida parasitaria. Comprende las siguientes ramas: Helmintología, Protozoología y Entomología, las cuales estudian los helmintos, protozoarios y artrópodos respectivamente. En tal sentido se ha denominado parásito a todo ser vivo, animal o vegetal, que pasa una parte o la totalidad de su existencia en el interior o en la superficie de otro u otros seres vivos, a expensas del cual o de los cuales se nutre causándoles o no daños aparentes. En ese mismo sentido, parasitismo constituye una asociación temporal o permanente entre dos seres de diferentes especies, el parásito y el llamado hospedador (vegetal o animal). (1, 2, 3, 4) Entre los helmintos, que significa gusano, existen tres phyla: platyhelminthes, nematoda y acantocephala. El nombre platyhelminthes significa gusano plano. En los platelmintos se incluyen varias clases; los parásitos de importancia médica se localizan en las clases trematoda (tremátodos), entre éstos se encuentra Schistosoma mansoni y Fasciola hepática, y la clase cestodaria (cestodos), donde se incluyen Hymenolepis nana y Taenia saginata, entre otras especies. (1, 2, 3, 4) Los protozoarios son organismos unicelulares eucariotas, son células altamente diferenciadas provistas de un núcleo verdadero, estructuras citoplasmáticas y citoesqueleto;

carecen de pared celular. A este grupo pertenecen seis phyla: sarcomastigophora, myxozoa, laberynthomorpha, microspora, ciliophora y apicomplexa. De ellos, sólo en los phyla sarcomastigophora, microspora, apicomplexa y ciliophora se hallan los parásitos de importancia en medicina humana. (1, 2, 3, 4) Entre estos parásitos tenemos a Blastocystis hominis, descrito inicialmente por Brumpt en 1849, cuando fue considerado como levadura hasta 1967. A partir de entonces, estudios realizados por Boreham indicaron que, ultraestructuralmente es semejante a los microorganismos del reino protista por carecer de pared celular, pero contiene núcleo, retículo endoplasmático liso y rugoso, un complejo aparato de Golgi y mitocondrias, por lo que se clasificó como Protozoa del Subphylum Sporozoa. Desde el año 1988 se ubica en el Subphylum Sarcodina, Superclase Rhyzopoda, Clase Lobosea, Subclase Gymnamoebia, Orden Amoebida, Suborden Blastocystina, Género Blastocystis. (2, 5) Actualmente, otros autores proponen su clasificación como un protozoo ubicado dentro del Subphylum Blastocysta, Orden Blastocystida y Género Blastocystis (1993). (3, 4, 6, 7) En los últimos años se ha puesto de manifiesto la preponderancia del análisis genético por sobre los criterios estructurales y fisiológicos en la clasificación taxonómica. Recientes investigaciones basadas en el estudio filogenético del ARN de la subunidad pequeña ribosomal, sugieren incluir a Blastocystis hominis dentro del Reino Cromista o Stramenopila, un grupo de diversos organismos que incluye las algas marrones y diatomeas. (6, 8, 9, 10, 11, 29) Blastocystis hominis es un organismo que demuestra variabilidad morfológica, oscilando su tamaño entre 5 y 40 micrómetros. En cuanto a sus características generales, se puede mencionar la carencia de una pared celular, la presencia de mitocondrias, aparato de golgi, retículo endoplásmico liso y rugoso. Presenta una reproducción asexuada, de tipo fisión binaria y crece en medios de cultivos bajo condiciones anaeróbicas, presentando forma vacuolar, granular y ameboide; otros investigadores describen también la forma quística. (1, 2, 3, 4, 6, 7, 8, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 29) La forma vacuolada mide alrededor de 8 a 10 micrómetros de diámetro, presenta una gran vacuola central que ocupa 50 a 95% de la célula, comprimiendo el citoplasma y los núcleos hacia la periferia celular, esta es la forma predominante en el tracto gastrointestinal (1, 3); para algunos autores estas formas son las

encontradas con más frecuencia en las muestras de heces, es considerada la forma celular típica de Blastocystis hominis y la forma usualmente encontrada al hacer el diagnóstico. (6, 8, 11, 13, 16, 29) La forma ameboide, muestra una célula polimórfica con gran rango de tamaño, presenta pseudópodos y actividad fagocítica. Se cree que esta fase predomina cuando el agente causal necesita alimento y a ello se debe la emisión de pseudópodos. Es la forma predominante en los cultivos, aunque también puede estar presente en muestras fecales. (1, 3, 6, 16, 29) En cuanto a la forma granular, ésta posee una gran cantidad de mitocondrias en su interior, lo que le confiere un aspecto granular. Puede ser observada en muestras clínicas y cultivos especialmente maduros. (1, 3, 6, 16, 29) La forma quística de Blastocystis hominis, probablemente le confiere resistencia al medio externo. Ha sido reconocida con más frecuencia en materia fecal almacenada que en heces frescas, y parece ser la forma infectante de esta especie. (6, 11, 13, 29) No se conoce el ciclo evolutivo ni la interacción que existe entre las formas evolutivas. (1, 2, 3) Su mecanismo de transmisión parece ser pasivo mediante la ingesta de agua y alimentos contaminados con materia fecal donde se encuentra las formas parasitarias. (1, 11) Se han encontrado infectados, además del hombre, monos, pollos y cobayos. (2, 13, 14) Sin embargo, aun es desconocida la participación de animales domésticos en la transmisión de esta parasitosis. (1, 2, 3) Poco se conoce sobre su patogenia, siendo éste un tema de gran controversia en la literatura. En humanos sintomáticos, varios autores describen alteraciones microscópicas con eritema y friabilidad en la mucosa colónica y del íleon, además de alteraciones histológicas que demuestran diversos grados de inflamación. Sin embargo, estos hallazgos han sido cuestionados por estudios posteriores que no demostraron evidencias significativas de inflamación intestinal endoscópicas (colonoscopia, endoscopia) ni histológicas en pacientes sintomáticos en los cuales se habían descartado otros patógenos intestinales. (1, 3) También se demostró normalidad en estudios funcionales para evaluar la indemnidad de la mucosa intestinal. (3, 10) Su patogenicidad parece estar relacionada con la cantidad de parásitos presentes en la muestra, presencia de formas vacuoladas grandes en las heces del paciente y

ausencia de otras formas. (8, 15) Al igual que otros protozoos con papel patógeno, la aparición de la enfermedad dependería de la interacción entre parásito y hospedero. (1, 3) Es así como se ha asociado sintomatología digestiva a un mayor número de formas evolutivas de B. hominis encontradas en deposiciones (mayor o igual a 5 parásitos por campo) y a cuadros asintomáticos con un número menor del protozoario en las deposiciones. (12, 16, 22) Igualmente controversial ha sido la relación de este microorganismo con sintomatología gastrointestinal, tal como dolor abdominal, diarrea, náuseas, vómitos, flatulencia, pérdida de peso, entre otras. (1, 2, 3, 4, 12, 14, 16, 28) Por lo tanto Blastocystis hominis podría señalarse como el responsable de las manifestaciones clínicas en todo paciente que cumpla con los siguientes criterios: 1) Blastocystis hominis numerosos en la muestra fecal (presencia de 5 o mas microorganismos por campo). 2) Presencia de formas vacuolares grandes en las heces del paciente. 3) Ausencia de otras causas (funcionales, otros parásitos, virales, bacterianas, micóticas) que expliquen la sintomatología. 4) Desaparición de los síntomas después del tratamiento antiparasitario específico. (8, 15) Blastocystis hominis aislado en materia fecal humana, crece en cultivos, en medio de Boeck-Drbohlav (modificado). Éste es un medio bifásico para cultivo polixémico con una fase sólida constituida por huevos de gallina y sangre humana desfibrinada y una fase líquida que es un ringer; se esteriliza mediante tindalización y después de sembrar la muestra de heces se le agrega almidón de arroz estéril. (7, 13) El diagnóstico de blastocistosis se realiza demostrando la presencia de este protozoario en examen de heces directo en solución salina 0,85%, con coloración de Lugol, Quensel, Hematoxilina férrica o coloración de Zeiehl-Neelsen (modificado), así como por métodos de concentración, tales como Ritchie o Faust. (1, 2, 7, 13, 16, 25) Muchos individuos que sufren evacuaciones diarreicas supuestamente producidas por Blastocystis hominis se recuperan de forma espontánea. En condiciones normales, no se recomienda el uso de antiparasitarios a menos que las molestias sean intensas, ya que, por lo regular, los síntomas desaparecen en un lapso aproximado de 3 días. En casos de administrar

tratamiento específico antiparasitario, podrían usarse los derivados Imidazólicos, conocidos como Metronidazol, Secnidazol, siendo éstos los más usados en la actualidad, a una dosis recomendada de 750mg en adultos y en niños 40-50 mg por kilogramo de peso por día, en 3 tomas durante 5 a 7 días; (3); el Secnidazol debe administrarse a razón de 2gr para adultos y en niños 30 mg, en dosis única. (13) Del mismo modo se ha descrito en la literatura alternativas terapéuticas con Trimetropim-sulfametoxazol y Nitazoxanida, sin mucho éxito. (6) La parasitosis intestinal por Blastocystis hominis es denominada blastocistosis; considerada como una infección cosmopolita, una vez que se han descrito casos en Perú, Chile, Argentina, Colombia, República Bolivariana de Venezuela, España, Japón. (5, 6, 17, 18, 19, 30, 31) Como ha sido descrito en numerosas ocasiones, la prevalencia de las parasitosis intestinales está estrechamente relacionada a las malas condiciones de saneamiento ambiental y personal básicos, al hacinamiento, la malnutrición, entre otras. Asimismo, la blastocistosis no escapa a esta realidad, según lo confirman diferentes autores en la literatura. (1, 2, 3, 10, 12, 14, 20, 21, 22, 26, 28, 29) La frecuencia de esta infección en diferentes comunidades, varía ampliamente. En zonas tropicales, es donde alcanza su mayor prevalencia, llegando a cifras de 20-50% de infección, sólo o asociado a otros protozoos intestinales patógenos y/o comensales. Estudios realizados en diversos grupos etarios demuestran que la infección por Blastocystis hominis presenta una mayor prevalencia en la edad escolar y disminuye a medida que aumenta la edad, para volver a incrementarse en el adulto mayor. (3) No se han reportado diferencias por sexo, pero si una mayor tasa de infección en hombres homosexuales, alcanzando cifras tres veces mayores al resto de la población. (1, 3, 4, 10, 11, 12) A nivel mundial se han realizado numerosos estudios de prevalencia sobre Blastocystis hominis, en los cuales ésta oscila entre 0,3% y 54,0%.(6) En un estudio prospectivo realizado en 1997, se observó la presencia de Blastocystis hominis en una población sana de japoneses mayores de 16 años que visitaron un centro hospitalario por control médico, detectándose el microorganismo en 34 (0,5%) de 6.476 individuos (4 de los cuales eran residentes no

japoneses). De este estudio se concluyó que la prevalencia de Blastocystis hominis entre japoneses sanos es baja y que raramente ocasiona síntomas. (30) En España, para 1992, se estudió la prevalencia de Blastocystis hominis en una población infantil donde observaron una tasa de prevalencia elevada en niños en edad escolar entre 10 y 14 años de edad (10,3%). Además, encontraron una tasa del 2,57% en niños hospitalizados, cuyo único enteropatógeno fue Blastocystis hominis. (31) En un estudio descriptivo sobre parasitosis intestinal, realizado entre los años 1998 y 1999, en dos hospitales en Perú, se observó una prevalencia de blastocistosis de 0% en un nosocomio y 5% en otro. En Lima ha sido reportada una prevalencia de 34,3 % y en Villa el Salvador, 37%; en una población marginal del mismo país, se reportó 92,31% de Blastocystis hominis en 39 niños estudiados, con edades comprendidas entre 5 y 13 años, de los cuales, 36 presentaron síntomas digestivos y 3 fueron asintomáticos. Al Sur de Perú, se observó una prevalencia de 51,15%. (6, 12, 19) En la ciudad de Trujillo, también en Perú, la presencia fue de 23,8% en pacientes con diarrea y 24,2% en pacientes asintomáticos. (6) Y en una población mexicana urbana se realizó un estudio transversal en el año 2003, en niños de 0 a 12 años de edad, encontrándose una prevalencia de 4,3%; asimismo fue demostrado 1,4% en Guadalajara y 44% en zonas rurales de la región huasteca potosina en México. (16) En una ciudad de Argentina para el año 2006, en el área urbana se realizó un estudio de prevalencia en niños entre 0 y 14 años de edad, donde se observó el 4,4% de Blastocystis hominis relacionado a factores ambientales, biológicos y desnutrición grado I, y 43% de blastocistosis asociado a turismo, consumo de agua, frutas y vegetales contaminados con heces. (20, 23) En Chile en el año 2004, específicamente en comunidades ribereñas de la cuenca del río de Valdivia, se observó una prevalencia de 61,8% de blastocistosis. (24) En la República Bolivariana de Venezuela se citan cifras de prevalencia alrededor de 10% a 15% para el año 2004. (2) Sin embargo en estudios realizados en 1998, en diversos estados como Bolívar y Anzoátegui, se reportaron prevalencias entre 29,09% y 66,7% de blastocistosis. (10, 16, 22) En la comunidad indígena Japrería, ubicada en la Sierra de Perijá, Estado Zulia, en la República Bolivariana de Venezuela, para el año 2007, se procesaron 191

muestras fecales correspondientes a individuos de ambos sexos con edades comprendidas entre 1 mes y 86 años, las cuales reportaron 46,07% de Blastocystis hominis, también se encontró asociado a otras parasitosis como Entamoeba coli (42,93%) y el complejo Entamoeba histolytica/entamoeba dispar (34,03%). Entre los helmintos, Ancylostomideos (30,89%), Ascaris lumbricoides (9,95%) e Hymenolepis nana (4,19%) ocuparon los primeros lugares en relación a Blastocystis hominis. La presencia incrementada de enteroparásitos se relaciona con el escaso saneamiento ambiental en esta comunidad indígena. (21) En un estudio publicado en el año 2005, en 98 pacientes del centro Salud de Soledad del Estado Anzoátegui, conformado en su mayoría por menores de 10 años, la prevalencia de blastocistosis fué 46,9%. (15) En una investigación realizada entre los años 1995 y 1996, en la comunidad de Santa Juana, municipio Libertador del estado Mérida, se examinaron 783 muestras de heces de personas que acudieron a un laboratorio privado de la zona por presentar síntomas gastrointestinales, en donde los resultados indicaron que entre las edades de 1 a 60 años la prevalencia de parasitosis intestinales fué de 40,8% en niños, 59,11% en adultos, de los cuales 51,50% resultaron del sexo masculino y 48,40% del femenino; 32,18% se reportaron como sintomáticos y 67,18% asintomáticos; del total de los pacientes analizados resultó una prevalencia de 49,5% para Blastocystis hominis, entre ellos, 42,85% eran del sexo femenino, 57,14% del masculino, 15,23% niños, 84,76% adultos, 93,33% sintomáticos y 6,66% asintomáticos. (5) También en zonas marginales del Estado Aragua entre el año 2002 y 2003 se reportó una prevalencia de 13,7% en niños y adultos. (26) A nivel regional, son pocos los trabajos publicados en la literatura, así, en el município Palavecino del estado Lara, ha sido reportada una prevalencia de 47% de parasitosis intestinales, encontrándose la blastocistosis en 27,5% de los pacientes estudiados entre los años 2000 y 2004. (14) En consecuencia y tomando en cuenta la epidemiología de la blastocistosis, se propuso en el presente trabajo determinar la prevalencia de Blastocystis hominis en niños de primer grado de la U.E.B. Ciudad de Maturín y destacar la importancia de investigar los factores que pueden estar influyendo en la incidencia de esta parasitosis en niños en edad escolar, tal

como se ha demostrado en diversos estudios a nivel mundial y en los últimos años a nivel nacional, siendo éste el punto de partida para la investigación realizada, tomando en cuenta los factores predisponentes que puedan estar influyendo en la incidencia de esta parasitosis. Por otra parte resulta interesante indagar la aparición de sintomatología gastrointestinal asociada a la presencia de este protozoo, puesto que no hay resultados concluyentes al respecto, así como su patogenicidad. Este trabajo presta un aporte a la investigación en cuanto a la prevalencia de Blastocystis hominis, ya que llama la atención que a pesar del elevado porcentaje reportado a nivel nacional y regional, no existen suficientes estudios concluyentes en cuanto a los posibles factores predisponentes que contribuyan de manera contundente a la presencia de esta parasitosis. Dicho estudio fue de tipo descriptivo transversal y se realizó en la Escuela Bolivariana Ciudad de Maturín, ubicada en la carrera 6 entre calles 7 y 9 del Barrio San José, Parroquia Unión de la ciudad de Barquisimeto en el Estado Lara, en el periodo Octubre 2008 - Marzo 2009. En éste se evaluaron muestras de materia fecal de los niños cursantes del primer grado de educación inicial, con edades comprendidas entre 6 y 7 años. Las muestras fueron procesadas en el Laboratorio de Parasitología del Decanato de Ciencias de la Salud Dr. Pablo Acosta Ortiz, de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado, de Barquisimeto, Estado Lara, mediante un examen directo de heces con solución salina (solución fisiológica) y Lugol, con el objetivo de determinar la prevalencia de Blastocystis hominis, otras parasitosis intestinales, sintomatología gastrointestinal, la presencia de factores asociados y la forma evolutiva encontrada en niños de primer grado de dicha institución. La población a estudiar fué 124 niños y niñas pertenecientes a las cinco secciones del primer grado de educación básica, quienes acuden a la Escuela Bolivariana Ciudad de Maturín, de los cuales 97 representantes firmaron el consentimiento informado, de éstos sólo 79 aportaron muestras para el estudio. Para la realización de dicho trabajo se entregó una comunicación al director de la Escuela Bolivariana Ciudad de Maturín, solicitando autorización, así como la colaboración de los y las docentes en cuanto a la motivación de los/las representantes, los alumnos y las alumnas para la efectiva y oportuna entrega de las

muestras (Anexo #1). Se convocó a los padres y representantes de las diferentes secciones del primer grado de educación básica a una reunión con la finalidad de informarles acerca del estudio que se realizaría, su importancia en el conocimiento y manejo de la salud integral de los niños y las niñas, a la vez que se solicitó la debida autorización y cooperación en cuanto a los procedimientos referidos a la recolección de la muestra de heces y aplicación de la encuesta con la cual se pretendió obtener información en cuanto a las condiciones de higiene y socioeconómicas presentes en el hogar (anexo #2). De igual forma se entregó el consentimiento informado con la finalidad de que los representantes autorizasen legalmente la realización del estudio (anexo#3) Se utilizó estrategias para incentivar a los padres y representantes tales como orientación programada sobre parasitosis intestinal, información sobre la importancia del tema, entre otras. Se les hizo entrega de un recolector de heces por alumno(a) y se explicó las medidas correctas para la recolección de la muestra. Se les comunicó la fecha de entrega de la muestra, así como los requerimientos para que la misma fuese considerada adecuada, estipulándose un plazo no mayor de tres días para la entrega de la misma. Las muestras fueron transportadas al laboratorio de parasitología del Decanato de Ciencias de la Salud Dr. Pablo Acosta Ortiz de la UCLA, para su procesamiento tomando en cuenta las medidas de conservación. Cada muestra se identificó con nombre, apellido, edad y sexo tanto en la tapa como en la base, con la finalidad de evitar pérdidas o confusiones. Las muestras fueron preparadas por los autores de este estudio, y analizada por la Licenciada Elsys Cárdenas, Bioanalista del laboratorio de coprología de la Sección de Parasitología del mencionado decanato. Con el objetivo de estudiar las muestras se procedió a la observación macroscópica de las heces para describir sus características, tales como consistencia, color, olor, homogeneidad y presencia o ausencia de sangre y moco. Para la observación microscópica de las características físicas se realizó un examen directo con solución salina (solución fisiológica), la cual permite la observación de los movimientos de los trofozoitos al realizar el examen al

fresco y con coloración de Lugol, que conserva la morfología del parásito, permitiendo su observación. Presentándose como desventaja no conservar los parásitos y no observar detalles morfológicos por no colorear sus estructuras internas. Al finalizar el análisis de las muestras de heces se le realizó entrega de los resultados a cada uno de los representantes de los niños y niñas estudiados, así mismo se les indicó el tratamiento que deberían cumplir en cada caso y en última instancia fueron referidos a la consulta pediátrica cercana a su domicilio para su control y orientación médica.

CUADRO Nº 1 PREVALENCIA DE Blastocystis hominis EN NIÑOS DE PRIMER GRADO DE LA UNIDAD EDUCATIVA BOLIVARIANA CIUDAD DE MATURÍN, BARRIO SAN JOSÉ, PARROQUIA UNIÓN, BARQUISIMETO, ESTADO LARA, PERIODO OCTUBRE 2008 MARZO 2009. Blastocystis hominis Nº % PRESENTE 33 41,77 AUSENTE 46 58,23 TOTAL 79 100 hominis. En 41,77% (33) de las 79 muestras analizadas, se observó la presencia de Blastocystis

CUADRO Nº 2: PREVALENCIA DE Blastocystis hominis SEGÚN LA PRESENCIA O NO DE OTROS PARÁSITOS INTESTINALES EN NIÑOS DE PRIMER GRADO DE LA UNIDAD EDUCATIVA CIUDAD DE MATURÍN, BARRIO SAN JOSÉ, PARROQUIA UNIÓN, BARQUISIMETO, ESTADO LARA, EN EL PERIODO OCTUBRE 2008 - MARZO 2009. PREVALENCIA DE Blastocystis hominis OTROS PARÁSITOS INTESTINALES PRESENTE AUSENTE Nº % Nº % G. lamblia 5 15,15 5 10,87 E. histolytica 1 3,03 0 0 E. coli 0 0 1 2,17 E. nana 2 6,06 5 10,87 G. lamblia + E. coli 0 0 1 2,17 G. lamblia + E. nana 0 0 1 2,17 E. coli + E. nana 1 3,03 0 0 Ausencia de otros parásitos 24 72,73 33 71,74 TOTAL 33 100 46 100 De las 33 muestras con Blastocystis hominis, 15,15% (5) se encontraba asociado a Giardia lamblia, 3,03% (1) a Entamoeba histolytica, 6,06% (2) a Endolimax nana, 3,03% además de tener Blastocystis hominis presentó asociación con Entamoeba coli y Endolimax nana. El 72,73% de las muestras que tenían Blastocystis hominis, no estaban asociados a otras parasitosis.

CUADRO Nº 3: PRESENCIA DE PARÁSITOS INTESTINALES SIN Blastocystis hominis EN NIÑOS DE LA UNIDAD EDUCATIVA CIUDAD DE MATURÍN, BARRIO SAN JOSÉ, PARROQUIA UNIÓN, BARQUISIMETO, ESTADO LARA, EN EL PERIODO OCTUBRE 2008 - MARZO 2009. PRESENCIA DE OTROS PARÁSITOS INTESTINALES PARASITOSIS INTESTINALES Nº % G. lamblia 5 38,46 E. histolytica 0 0 E. coli 1 7,69 E. nana 5 38,46 G. lamblia + E. coli 1 7,69 G. lamblia + E. nana 1 7,69 E. coli + E. nana 0 0 TOTAL 13 100 De los 13 niños con parasitosis intestinales sin Blastocystis hominis, se encontró que 38,46% se encontraba parasitado con Giardia lamblia, otro 38,46% tenía Endolimax nana.

CUADRO Nº 4 PREVALENCIA DE PARASITOSIS INTESTINALES EN NIÑOS DE PRIMER GRADO DE LA UNIDAD EDUCATIVA BOLIVARIANA CIUDAD DE MATURÍN, BARRIO SAN JOSÉ, PARROQUIA UNIÓN, BARQUISIMETO, ESTADO LARA, PERIODO OCTUBRE 2008 MARZO 2009. PARASITOSIS INTESTINAL Nº % PRESENTE 46 58,23 AUSENTE 33 41,77 TOTAL 79 100 En 58,23% (46 niños) de las 79 muestras analizadas, se observó la presencia de algún tipo de parasitosis intestinal.

CUADRO Nº 5: PREVALENCIA DE Blastocystis hominis SEGÚN LA HIGIENE DEALIMENTOS CONSUMIDOS POR LOS NIÑOS DE PRIMER GRADO DE LA UNIDAD EDUCATIVA BOLIVARIANA CIUDAD DE MATURÍN, BARRIO SAN JOSÉ, PARROQUIA UNIÓN, BARQUISIMETO, ESTADO LARA, PERIODO OCTUBRE 2008 MARZO 2009. HIGIENE DE PREVALENCIA DE Blastocystis hominis ALIMENTOS SI NO TOTAL Nº % Nº % Nº % ADECUADA 20 45,45 24 54,55 44 100 INADECUADA 13 37,14 22 62,86 35 100 TOTAL 33 41,77 46 58,23 79 100 De los 79 representantes de los niños estudiados, 44 refirieron tener una adecuada higiene de los alimentos. De ellos 45,45% (20 niños) se encontraron parasitados con Blastocystis hominis. Treinta y cinco (35) representantes describieron una inadecuada higiene de los alimentos, de éstos, en 37,14% se observó la presencia de Blastocystis hominis.

CUADRO Nº 6: PREVALENCIA DE PARASITOSIS INTESTINALES SEGÚN LA HIGIENE DE ALIMENTOS CONSUMIDOS POR LOS NIÑOS DE PRIMER GRADO DE LA UNIDAD EDUCATIVA BOLIVARIANA CIUDAD DE MATURÍN, BARRIO SAN JOSÉ, PARROQUIA UNIÓN, BARQUISIMETO, ESTADO LARA, PERIODO OCTUBRE 2008 MARZO 2009. HIGIENE DE ALIMENTOS PRESENCIA DE PARASITOSIS INTESTINALES SI NO TOTAL Nº % Nº % Nº % ADECUADA 27 61,36 17 38,64 44 100 INADECUADA 19 54,29 16 45,71 35 100 TOTAL 46 58,23 33 41,77 79 100 De los 44 representantes que refirieron tener una adecuada higiene de los alimentos, 61,36% presentó algún tipo de parasitosis intestinal. De los 35 que refirieron tener una inadecuada higiene de los alimentos 54,9% tenían algún tipo de parasitosis.

CUADRO Nº 7: PREVALENCIA DE Blastocystis hominis SEGÚN EL TIPO DE AGUA CONSUMIDA EN NIÑOS DE PRIMER GRADO DE LA UNIDAD EDUCATIVA BOLIVARIANA CIUDAD DE MATURÍN, BARRIO SAN JOSÉ, PARROQUIA UNIÓN, BARQUISIMETO, ESTADO LARA, PERIODO OCTUBRE 2008 MARZO 2009. PREVALENCIA DE Blastocystis hominis TIPO DE AGUA DE CONSUMO SI NO TOTAL Nº % Nº % Nº % DE BOTELLÓN 7 33,33 14 66,67 21 100 HERVIDA 7 58,33 5 41,67 12 100 DIRECTO DEL TUBO 17 40,48 25 59,52 42 100 ALMACENADA 2 50 2 50 4 100 TOTAL 33 41,77 46 58,23 79 100 De los 79 niños estudiados, 42 refirieron consumir agua directo del tubo, de éstos, 40,48% (17) se encontraron parasitados con Blastocystis hominis. De los veintiún niños que consumen agua de botellón, 33,33% (7) presentaron Blastocystis hominis. Doce niños consumen agua hervida, de los cuales, 58,33% (7) tenían Blastocystis hominis. Cuatro representantes refirieron darle a sus hijos agua almacenada en pipas, de ellos, el 50% (2) se encontraba parasitado con Blastocystis hominis.

CUADRO Nº 8: PRESENCIA DE PARASITOSIS INTESTINALES SEGÚN EL TIPO DE AGUA CONSUMIDA EN NIÑOS DE PRIMER GRADO DE LA UNIDAD EDUCATIVA BOLIVARIANA CIUDAD DE MATURÍN, BARRIO SAN JOSÉ, PARROQUIA UNIÓN, BARQUISIMETO, ESTADO LARA, PERIODO OCTUBRE 2008 MARZO 2009. PRESENCIA DE PARASITOSIS TIPO DE AGUA INTESTINAL DE CONSUMO SI NO TOTAL Nº % Nº % Nº % DE BOTELLÓN 10 47,62 11 52,38 21 100 HERVIDA 8 66,67 4 33,33 12 100 DIRECTO DEL TUBO 25 59,52 17 40,48 42 100 ALMACENADA 3 75 1 25 4 100 TOTAL 46 58,23 33 41,77 79 100 De los 42 niños cuyos representantes refirieron darle agua directo del tubo, 59,52% (25) presentaron parasitosis intestinal, de los 12 niños de quienes refirieron darle agua almacenada, 75% tenían parasitosis intestinal. De los 21 que dijeron darle a sus hijos agua de botellón, 47,62% tenían parasitosis intestinal. Y 66,67% de los que consumían agua hervida, presentaron parasitosis intestinal en sus muestras.

CUADRO Nº 9: PRESENCIA DE Blastocystis hominis SEGÚN LA SINTOMATOLOGÍA GASTROINTESTINAL EN NIÑOS DE PRIMER GRADO DE LA UNIDAD EDUCATIVA CIUDAD DE MATURÍN, BARRIO SAN JOSÉ, PARROQUIA UNIÓN, BARQUISIMETO, ESTADO LARA, EN EL PERIODO OCTUBRE 2008 - MARZO 2009. PREVALENCIA DE SINTOMATOLOGÍA Blastocystis hominis GASTROINTESTINAL Nº % Náuseas 3 09,09 Vómitos 1 03,03 Diarrea 3 09,09 Dolor abdominal 10 30,30 Tenesmo 1 03,03 Vómitos, diarrea, dolor abdominal 1 03,03 Vómitos, diarrea, dolor abdominal, tenesmo 1 03,03 Vómitos, dolor abdominal 1 03,03 Diarrea, dolor abdominal 2 06,06 Dolor abdominal, tenesmo 1 03,03 Asintomáticos 9 27,27 TOTAL 33 100 De los 33 niños con Blastocystis hominis, 72,72% (24) presentaron algún síntoma gastrointestinal. Del total de niños que presentaron síntomas 66,66% refirieron dolor abdominal.

CUADRO Nº 10: PRESENCIA DE PARASITOSIS INTESTINAL SEGÚN LA SINTOMATOLOGÍA GASTROINTESTINAL EN NIÑOS DE PRIMER GRADO DE LA UNIDAD EDUCATIVA CIUDAD DE MATURÍN, BARRIO SAN JOSÉ, PARROQUIA UNIÓN, BARQUISIMETO, ESTADO LARA, EN EL PERIODO OCTUBRE 2008 - MARZO 2009. PRESENCIA DE SINTOMATOLOGÍA GASTROINTESTINAL PARASITOSIS INTESTINALES Nº % Náuseas 4 8,70 Vómitos 1 2,17 Diarrea 6 13,04 Dolor abdominal 13 28,26 Tenesmo 2 4,35 Vómitos, diarrea, dolor abdominal 2 4,35 Vómitos, diarrea, dolor abdominal, tenesmo 1 2,17 Vómitos, dolor abdominal 1 2,17 Diarrea, dolor abdominal 3 6,52 Dolor abdominal, tenesmo 1 2,17 Náuseas, diarrea 1 2,17 Asintomáticos 11 23,91 TOTAL 46 100 De los 46 niños con parasitosis intestinales, 76,09%(35) presentaron sintomatología gastrointestinal; del total de niños que presentaron sintomatología, 60% (21) refirieron dolor abdominal, 37,14% (13) diarrea, 14,29% (5) presentaron náuseas. 23,91% de los 46 niños con parasitosis intestinales se encontraron asintomáticos.

CUADRO Nº 11: PRESENCIA DE SINTOMATOLOGÍA GASTROINTESTINAL SIN PARASITOSIS INTESTINAL EN NIÑOS DE PRIMER GRADO DE LA UNIDAD EDUCATIVA CIUDAD DE MATURÍN, BARRIO SAN JOSÉ, PARROQUIA UNIÓN, BARQUISIMETO, ESTADO LARA, EN EL PERIODO OCTUBRE 2008 - MARZO 2009. SIN PARASITOSIS SINTOMATOLOGÍA INTESTINALES GASTROINTESTINAL Nº % Náuseas 1 3,03 Vómitos 2 6,06 Diarrea 8 24,24 Dolor abdominal 5 15,15 Tenesmo 0 0 Náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal 2 6,06 Náuseas, Vómitos, dolor abdominal 1 3,03 Vómitos, diarrea 1 3,03 Diarrea, dolor abdominal 1 3,03 Náuseas, diarrea 2 6,06 Náuseas, vómitos 1 3,03 Vómitos, tenesmo 1 3,03 Dolor abdominal, tenesmo 1 3,03 Asintomáticos 7 21,21 TOTAL 33 100 De los 33 niños en los que no se evidenciaron parasitosis intestinales, 78,79% había presentado algún síntoma gastrointestinal, de ellos 53,85% era diarrea y 38,46% había presentado dolor abdominal.

CUADRO Nº 12: PACIENTES CON Blastocystis hominis SEGÚN LA FORMA EVOLUTIVA DEL PARÁSITO OBSERVADA EN NIÑOS DE PRIMER GRADO DE LA UNIDAD EDUCATIVA CIUDAD DE MATURÍN, BARRIO SAN JOSÉ, PARROQUIA UNIÓN, BARQUISIMETO, ESTADO LARA, EN EL PERIODO OCTUBRE 2008 - MARZO 2009. PREVALENCIA DE Blastocystis hominis FORMA Nº % EVOLUTIVA VACUOLADA 32 96,97 GRANULAR 1 03,03 TOTAL 33 100 De las 33 muestras analizadas con resultado positivo para infección con Blastocystis hominis, se observó la forma Vacuolada en 96,97% de las muestras, seguida por la forma Granular con 3,03%.

DISCUSIÓN Las parasitosis intestinales son un problema que abarca diferentes grupos humanos sin distinción de edad, sexo o estrato social. En tal sentido los protozoarios son parte de esta problemática y de ellos Blastocystis hominis es al que se hace referencia en este estudio, debido a su alta prevalencia, reportada en las muestras coprológicas, siendo éste un microorganismo unicelular, que demuestra variabilidad morfológica, desconociéndose su patogenicidad y otros aspectos de su biología. (1, 2, 3, 4, 6, 7, 8, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 29) Es por ello que se realiza un trabajo de investigación descriptivo transversal en la Unidad Educativa Bolivariana "Ciudad de Maturín" San José Parroquia Unión del Estado Lara, tomando una muestra de 79 niños y niñas del primer grado, durante el periodo Octubre 2008 - Marzo 2009, para demostrar la prevalencia de Blastocystis hominis. Para lo cual se solicitó a los representante que trajeran una muestra de heces de sus hijos, a las que se les realizó la técnica de examen directo en fresco con solución salina y Lugol, obteniéndose una prevalencia de 41,77% de Blastocystis hominis. Aún cuando se considera una prevalencia muy elevada, ésta difiere de la encontrada en un estudio realizado en Lima, Perú, en 1988-1989, cuya muestra fue de 39 niños en edades comprendidas entre 5 y 13años, donde la prevalencia fue de 92%. Asimismo en Chile en el año 2004, en una población en la ribereña del río Valdivia, se presentó una prevalencia de 61,8%. En contraste en España, en el año 1992, en una población escolar de 10 a 14 años de edad, se encontró una tasa del 10,3%, y en México, en el año 2003, en niños con edades comprendidas entre 0 y 12 años, se describió una tasa de 4,3%. (6, 12, 16, 19, 24, 31) De lo expuesto anteriormente, es necesario decir que si bien existen diferencias en cuanto al número de la muestra (N), también existen diferentes condiciones socioeconómicas, diferentes áreas geográficas, diferencias en las comunidades estudiadas, con divergencia en cuanto a las condiciones de higiene de alimentos, consumo de agua potable, disposición de excretas, entre otras, en los diferentes artículos de investigación publicados en el ámbito regional, nacional e internacional, que pudieran estar relacionados o incidir de alguna manera

en la prevalencia del protozoario Blastocystis hominis. (1, 2, 3, 10, 12, 14, 20, 21, 22, 26, 28, 29) En diferentes estudios realizados en los últimos diez años en la República Bolivariana de Venezuela, se ha demostrado la presencia de una tasa de blastocistosis que oscila entre 29 y 49% en las muestras estudiadas, coincidiendo con lo encontrado en la presente investigación. (2, 10, 16, 22) Por otro lado, de los 79 representantes encuestados en el presente trabajo, 44 refirieron tener una adecuada higiene de los alimentos que consumen los niños, de los cuales, 45,45% se encontraron parasitados con Blastocystis hominis y 61,36% presentaron algún tipo de parásito intestinal; mientras que de los 35 que describieron una inadecuada higiene de los alimentos, 37,14% presentaban Blastocystis hominis y el 54,9% presentaban cualquier tipo de parasitosis intestinal, por lo que no se observó una diferencia marcada respecto a la higiene de los alimentos con la presencia o no de parasitosis intestinales y en especial con Blastocystis hominis, a pesar de que algunos autores consideran que el mecanismo de transmisión de la blastocistosis podría ser pasivo, a través de alimentos y agua contaminada con materia fecal que contenga las formas parasitarias de éste protozoario comportándose como fuentes de infección. (1, 11) Por otra parte, de las 33 muestras que se encontraron con Blastocystis hominis, 15,15% se encontraba asociado a Giardia lamblia, 3,03% a Entamoeba histolytica, 6,06% a Endolimax nana, 3,03% además de tener Blastocystis hominis presentó asociación con Entamoaba coli y Endolimax nana. Es posible destacar que lo encontrado en la presenta investigación reproduce lo descrito en la literatura citada, donde hacen mención acerca de la frecuente asociación de Blastocystis hominis con Giardia lamblia. El 72,73% de las muestras examinadas que tenían Blastocystis hominis, no estaban asociados a otras parasitosis intestinales. (21) Con respecto al agua que consumen los escolares incluidos en el presente trabajo, de los que presentaban solo blastocistosis, 40,48% consumen el agua directo de la tubería,

33,33% consumen agua de botellón, 58,33% consumen agua hervida y el 50% agua almacenada. Mientras que, 59,52% en quien se evidenció cualquier tipo de parasitosis intestinal, consumen agua directa del tubo, 75% agua almacenada, 47,62% consumían agua de botellón y 66,67% consumían agua hervida. Aún cuando los resultados arrojados en la presente investigación no reflejan lo expresado en la literatura, habría que indagar más acerca de la veracidad de los datos obtenidos o del correcto tratamiento realizados al agua de consumo en las casas de los niños y niñas estudiados, además de tomar en cuenta que éstos se encuentran en edad escolar, asisten a la escuela y sus padres no pueden dar fe del tipo de agua que consumen cuando se encuentran fuera de casa, así como investigar otras fuentes de infección. En la literatura revisada se hace referencia al agua como una posible fuente de infección para parasitosis intestinal incluyendo Blastocystis hominis. (20) El 98,3% de los representantes encuestados, refirieron tener adecuada disposición de excretas, siendo que 42,31% de los niños presentaron Blastocystis hominis. Aun cuando en la literatura este es considerado un parámetro determinante para la transmisión de la blastocistosis, no fue posible evidenciarlo en el presente trabajo, porque prácticamente todos los pacientes refirieron tener adecuada disposición de excretas, por lo que no se pudo evaluar otra condición. De los 33 niños con Blastocystis hominis, 72,72% refirieron tener sintomatología gastrointestinal, siendo el síntoma más frecuente el dolor abdominal con 66,66% de frecuencia. Sin embargo, no se puede inferir que existe una relación entre este hallazgo y la presencia de Blastocystis hominis, pues dicha sintomatología gastrointestinal también se manifestó en presencia de otros parásitos asociados como Giardia lamblia, al igual que en otros niños con examen de heces sin la presencia de parásitos intestinales. Cabe destacar que esta afirmación es mencionada en la literatura por algunos autores al describir una sintomatología inespecífica en la blastocistosis e inclusive señalan gran número de infectados sin sintomatología alguna, lo que apoya la teoría de aquellos que sugieren a Blastocystis hominis como un protozoario no patógeno. (1, 2, 3, 4, 12, 14, 16, 28)

Por otro lado, de las 33 muestras analizadas con resultado positivo para infección con Blastocystis hominis, se observó una prevalencia de la forma Vacuolada del protozoario del 96,97%, seguida por la forma Granular con 3,03%, tal como describe la literatura, donde hacen referencia a que la forma vacuolada es la observada en la mayoría de las muestras de heces. (6, 8, 11, 13, 16, 29) Después de analizar cada uno de los resultados obtenidos en la presente investigación se concluye que la mayoría de los niños estudiados presentaron algún tipo de parásito intestinal, siendo de marcada prevalencia Blastocystis hominis. Así mismo se hizo notar una asociación de este último con el protozoario Giardia lamblia. La sintomatología gastrointestinal investigada pareciera no estar determinada por la presencia de parasitosis intestinales, toda vez que tanto el grupo de parasitados como de no parasitados presentaron las mismas manifestaciones clínicas inespecíficas como dolor abdominal, náuseas, diarrea, vómitos. Se evidenció una alta prevalencia de Blastocystis hominis en los niños que consumen agua directa del tubo, sin embargo no se puede hablar de una asociación directa de éste factor y la blastocistosis ya que la mayoría de los niños y niñas estudiados consumen este tipo de agua. La forma evolutiva de Blastocystis hominis encontrada predominante en las muestras de heces fue la forma Vacuolada. Por lo anteriormente expuesto, se recomienda incentivar en los representantes hábitos adecuados de higiene en la preparación de alimentos en el hogar, así como a consumir agua potable o hervida, por más de un minuto luego de la ebullición. Igualmente, mantener una adecuada disposición de excretas para evitar el contacto de alimentos o agua de consumo con materia fecal posiblemente contaminada con parásitos. A la Escuela se invita a desarrollar programas para la orientación de los escolares sobre el concepto de higiene y la aplicación de una buena práctica de la misma en todos los ámbitos

de la vida. Así como a vigilar la ejecución de normas adecuadas para el manejo de los alimentos y del agua que los alumnos consumen en la institución educativa. A la comunidad se sugiere exigir mejor control en el tratamiento del agua de consumo en la misma, por parte de los organismos competentes. Se recomienda al personal del Ambulatorio, instaurar, conjuntamente con las escuelas y la comunidad, programas de despistaje de parasitosis intestinales y tratamiento adecuado a los casos que así lo ameriten. Además de organizar jornadas de orientación acerca de las normas mínimas de higiene que se pueden implementar en el hogar. Al Decanato de Ciencias de la Salud, se invita a continuar con los trabajos de investigación en el campo de la Parasitología y Gastroenterología que aporten más datos sobre este protozoario. Para posteriores investigaciones es conveniente diseñar diferentes instrumentos para recolectar datos como higiene de los alimentos, consumo de agua, u otro que pueda tener relación con la incidencia de parasitosis intestinal, que puedan medir de manera práctica y con exactitud la condición de las variables estudiadas. Al Ministerio del Poder Popular para la Salud, se recomienda supervisar el buen funcionamiento y cumplimiento de las medidas de control sanitario en los alimentos consumidos en la comunidad y en especial en las escuelas. Supervisar las plantas de tratamiento del agua para consumo humano, dotar a los ambulatorios de medicamentos necesarios para el tratamiento de los casos de parasitosis intestinales, así como de material audiovisual para la difusión de su prevención a las comunidades.