Literatura I. Unidad 2. Tema. Subgéneros menores: Leyenda y Mito

Transcripción

1 Literatura I Unidad 2. Tema. Subgéneros menores: Leyenda y Mito

2 Subgéneros menores: Leyenda y Mito Leyenda y mito Origen y desarrollo de la leyenda y el mito El origen de la leyenda y el mito se remonta a los inicios de la literatura, pues, al igual que muchos otros géneros narrativos surgió ante la necesidad de expresar y transmitir sucesos importantes para el núcleo social en el que se genera. En el caso de la leyenda, tuvo su apogeo en el S.XIX, pero surge a partir de una tradición que se seguía en los días festivos, pues en ese entonces las personas se reunían y leían un texto después de cenar en el que se narraban sucesos que eran aparentemente reales, los acontecimientos narrados provienen de la tradición oral y se van distorsionando con el paso del tiempo, como en el juego del teléfono descompuesto, no obstante, cumplen la función social de expresar las variadas formas de espiritualidad de los grupos humanos en sus escenarios cotidianos, por otro lado, en el caso del mito, su origen se remonta a tiempos sumamente primitivos y se dice que los eventos narrados han sido revelados al hombre por los dioses, por lo que constituyen una parte importante de la cosmovisión de los grupos humanos, es decir, de sus creencias sobre cuestiones existenciales como el origen del mundo o del hombre, pero esto no significa que los mitos sean estáticos o que estén totalmente alejados de la realidad empírica, puesto que, para que sean creíbles y coherentes tienen que pasar por fuertes procesos de revisión y de restructuración, como lo plantea el análisis teológico y exegético de algunos autores como Hans Kung o Peter Berger, quienes revisan el credo cristiano, planteando fuertes y encarnizados debates como el de el choque entre las creencias de oriente y occidente durante el periodo Bizantino y el de la naturaleza divina de Jesucristo. Así pues, es importante recuperar que tanto la leyenda como el mito forman parte del folklor de las naciones, no obstante mientras las leyendas obtienen su credibilidad debido a su estrecha relación con escenarios cotidianos de la realidad, el mito obtiene su credibilidad a partir de amplias revisiones que realizan los expertos en ellos. Características de la leyenda y el mito En el apartado anterior se han revisado los orígenes de la leyenda y el mito y sus funciones sociales, no obstante es importante ampliar sobre este tópico para conocer lo que los define. La primer característica de la leyenda y el mito es que están íntimamente vinculados con la herencia cultural y el sentimiento de nacionalismo de las distintas sociedades, no obstante hay algunas cuestiones que los distinguen como el hecho de que

3 la leyenda hace referencia a hechos ficticios y generalmente tiene fines didácticos o de entretenimiento, mientras que el mito plantea que todos los sucesos que narra son verdaderos y tiene que mostrar mucha seriedad al exponerlos, aunque no pueda verificarlos de ninguna manera, como se puede observar en los siguientes ejemplos: Leyenda del Callejón del diamante La leyenda cuenta que en tiempos de la Colonia, en este estrecho y empedrado callejón, en una de sus casonas habitaba una pareja: ella, una joven criolla muy atractiva, de piel blanca y de cabellos de color azabache, sus ojos de color verde contrastaban con sus cejas pobladas y sus mejillas rosadas la hacían una muchacha muy guapa. Portal.veracruz.gob.mx Él era un español también muy bien parecido y distinguido, además, el matrimonio gozaba de una posición desahogada y su relación era bastante estable, pues la quería mucho. Cuando fueron novios, el español decidió regalarle a su bella novia una sortija muy singular, pues era un raro diamante de color negro que según la superstición tenía la virtud de aumentar el amor del matrimonio pero al mismo tiempo podía descubrir la infidelidad de la esposa. Al recibirlo, ella se aventuró a prometerle a su futuro esposo que nunca se separaría de la joya. El matrimonio compartía mucho tiempo con el amigo y socio del español, al que consideraba como un hermano, por lo que siempre era un invitado apreciado en la casa del matrimonio. Sin embargo, el tiempo que pasaban juntos permitió que entre la joven criolla y el socio del esposo naciera un sentimiento amoroso, que se fue afianzando con las constantes ausencias del esposo por viajes de negocios. Un día que el esposo salió de viaje ella fue a visitar al amigo y sucedió lo inevitable entre los ahora amantes. Por las prisas o por simples razones del azar, ella se quito el anillo y lo puso en el buró al lado de la cama del socio y a la hora de marcharse, la joven olvidó la misteriosa joya. El español por fin regresó de su viaje pero por alguna extraña razón, se dirigió a casa del amigo primero. Cuando llegó al lugar, lo encontró en su alcoba tomando una siesta, pero

4 lo que más le asombró fue ver el anillo de su esposa en la mesita del buró. De inmediato tomó la joya y se fue hacia su casa para ver a su esposa. Al llegar a su casa y saludar a su esposa con un beso en la mano notó que no lucía su anillo como de costumbre, el anillo delator había confirmado las terribles sospechas del engaño, por lo que decepcionado, herido y lleno de despecho, el español sacó una daga con rubíes incrustados y la clavó en el pecho de su compañera, entonces arrojó el anillo a su pecho ensangrentado y se marchó para siempre. La gente de los alrededores, exclamaba: Vamos a ver "el cadáver del diamante"! Poco a poco la expresión cambió y solo decían Vamos al Callejón del Diamante! Nombre que la tradición ha mantenido a través del tiempo. Anónimo. El callejón del diamante Génesis I 1 En el principio creó Dios el cielo y la tierra. 2 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. 3 Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. 4 Y vio Dios que la luz era buena y separó Dios la luz de las tinieblas. 5 Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana el primer día. 6 Y dijo Dios: Haya un firmamento en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas. 7 E hizo Dios el firmamento, y apartó las aguas que estaban debajo del firmamento, de las aguas que estaban sobre el firmamento. Y fue así. 8 Y llamó Dios al firmamento Cielos. Y fue la tarde y la mañana el segundo día. 9 Y dijo Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así. 10 Y llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Dios que era bueno. 11 Y dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así. 12 Y produjo la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno. 13 Y fue la tarde y la mañana el tercer día. 14 Y dijo Dios: Haya lumbreras en el firmamento de los cielos para separar el día de la noche; y sean por señales, y para las estaciones, y para días y años; 15 y sean por lumbreras en el firmamento de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así. 16 E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas. 17 Y las puso Dios en el firmamento de los cielos, para alumbrar sobre la tierra, 18 y para señorear en el día y en la noche, y para apartar la luz y las tinieblas. Y vio Dios que era bueno. 19 Y fue la tarde y la mañana el cuarto día. 20 Y dijo Dios: Produzcan las aguas criaturas que se

5 mueven y tienen vida, y aves que vuelen sobre la tierra, en el firmamento abierto de los cielos. 21 Y creó Dios las grandes ballenas, y toda criatura que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su género. Y vio Dios que era bueno. 22 Y Dios los bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y las aves se multipliquen en la tierra. 23 Y fue la tarde y la mañana el quinto día. 24 Y dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y reptiles y animales de la tierra según su género. Y fue así. 25 E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su género. Y vio Dios que era bueno. 26 Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree sobre los peces del mar, sobre las aves de los cielos, sobre las bestias, sobre toda la tierra, y sobre todo reptil que se arrastra sobre la tierra. 27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. 28 Y los bendijo Dios; y les dijo Dios: Fructificad y multiplicaos, llenad la tierra y sojuzgadla, y señoread sobre los peces del mar, y sobre las aves de los cielos y sobre todas las bestias que se mueven sobre la tierra. 29 Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre la faz de toda la tierra; y todo árbol en que hay fruto de árbol que da semilla, os será para comer. 30 Y os he dado a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se mueve sobre la tierra en que hay vida; y toda planta verde les será para comer. Y fue así. 31 Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el sexto día. Anónimo. La biblia Reina Valera En el ejemplo de leyenda se habla de dos amantes, una criolla y un español, un callejón sumamente transitado, y, un asesinato; todos estos elementos, personajes, ambiente y sucesos- tienen una estrecha relación con la realidad y no es difícil para el receptor imaginarlos o identificarlos, lo cual hace que este tipo de relatos sean aparentemente verdaderos. Por otro lado, en el ejemplo del mito los escenarios y personajes no tienen una fuerte relación con el mundo empírico o cotidiano, pero no se puede comprobar que los sucesos narrados son falsos, por lo que aceptarlos o no se reduce a una cuestión de fe que permite subsanar las necesidades existenciales de las personas y ayudarles a establecer una relación con lo divino y lo sobrenatural por medio de los ritos, como lo plantean las teorías antropológicas de Mircea Elialde, Clifford Geertz y Levistrauss. Así pues, es importante comprender cuales son las funciones de la leyenda y el mito, y, sus características, para poder distinguir ambos tipos de texto, comprenderlos en su dimensión adecuada y analizarlos sin prejuicios peyorativos.

6 Diferencias estructurales de la leyenda y el mito. Con relación a los elementos estructurales de ambos tipos de texto no se aprecian grandes diferencias, pues los dos tienen un principio, un desarrollo y una conclusión, no obstante como ya se ha señalado en párrafos anteriores los elementos intratextuales de la leyenda, es decir, sus personajes, ambientes y sucesos forman parte de la realidad empírica de las personas y son fácilmente identificables, lo cual les confiere su carácter de verdad; mientras que en el caso de los mitos no se hace referencia a personajes conocidos o identificables en la realidad empírica cotidiana. Por otro lado es importante observar que la leyenda busca entretener, mientras que los mitos buscan ayudar a los hombres a compartir y reproducir una cultura, lo cual implica que en muchas ocasiones en los mitos se describan ritos u otras cuestiones de índole religiosa, lo cual afecta su estructura convirtiéndolos en textos más largos cuyo estudio y revisión deben ser minuciosos. Es de hacerse notar que mientras en la leyenda lo místico y espiritual es un recurso opcional, en el mito es imprescindible, pues de otra manera quienes los escriben no podrían lograr que cumplan con su función social. Así pues, se puede distinguir que mientras la estructura de la leyenda nos remite al entretenimiento, la de los mitos nos lleva a recrear una cosmovisión religiosa, lo cual afecta la estructura y la complejidad con la que son elaborados. Diferencias lingüísticas de la leyenda y el mito. turismoruta40.com.ar En cuanto a aspectos lingüísticos, es muy difícil encontrar diferencias entre la leyenda y el mito, porque ambos tienen que utilizar un lenguaje simple para su transmisión, no obstante se puede plantear que en el mito se usan la mayoría de las marcas de literaliedad de forma mezclada, haciendo que tenga un lenguaje tanto popular como artístico e incluso poético, como se puede observar al leer los distintos libros de la biblia; mientras que en el caso de la leyenda las marcas de literaliedad predominantes son el epíteto, que es el uso de adjetivos, la comparación, que significa establecer relaciones entre dos cosas por medio de un nexo y la hipérbole, que básicamente es la exageración de un rasgo determinado por

7 medio de adjetivaciones o redundancias, haciendo que su lenguaje sea estrictamente popular. Así pues, se debe resaltar la complejidad que tienen los mitos frente a las leyendas por usar un lenguaje artístico y popular, lo cual los hace unas de las producciones literarias más valoradas que trascienden los tiempos y han llegado a formar parte de la memoria colectiva de muchas generaciones. Aspectos contextuales de la leyenda y el mito. La importancia de los aspectos contextuales de la leyenda y el mito estriba en que reconocerlos nos permite comprender mejor el mensaje que plantean, por lo que al analizarlos es importante considerar que se originan en un contexto de producción determinado y que van dirigidos a un contexto de recepción también determinado, donde el primero es el círculo o grupo en que se originan ambos tipos de producción literaria y el segundo es el grupo al que van destinados. Es importante reconocer que los mitos se originan en ambientes limitados, es decir, en las élites culturales, donde especialistas buscan encontrar incoherencias en la narración para poder transmitirla al grueso de la población a fin de que la veracidad de los sucesos sea irrebatible, o bien, muy difícil de comprobar, pues si un mito pierde este carácter de verdad las estructuras fundantes de la sociedad pueden resquebrajarse e impactar de maneras imprevisibles a las personas, por otro lado, en el caso de la leyenda, el contexto de producción donde se originan es colectivo, pues muchas leyendas son conocidas por tradición oral y los receptores también son el grueso de la población. Así pues, es importante reconocer a quien van dirigidos los mitos y las leyendas, así como también quiénes producen estos textos, pues de lo contrario su análisis se dificulta, pierden su sentido práctico y social y empiezan a flotar en el vacío como meras historias sin objetivo. Aspectos textuales de la leyenda y el mito. Los aspectos textuales de la leyenda se refieren a aquellos tipos de sucesos que se entremezclan en ellas, y, como ya se dijo antes, en la mayoría de estas narraciones se intentan armonizar hechos fantásticos con hechos reales, aunque es muy difícil de distinguir en donde termina la realidad y comienza la fantasía; mientras que

8 en el caso del mito se puede señalar que sólo se recurre a hechos estrictamente sobrenaturales, con personajes como dioses o héroes y con escenarios amorfos y extraños que no tienen un referente empírico. Por tanto, para concluir este apartado es importante reconocer aquello en que los distintos textos se asemejan y distinguen, el objetivo para el que han sido hechos, su contexto de producción y los recursos que utilizan, pues esto permitirá realizar una lectura de calidad de ellos y una interpretación adecuada.