El diálogo regional sobre medidas de confianza mutua

Transcripción

1 El diálogo regional sobre medidas de confianza mutua Paz Milet i Entre los días 8 y 10 de noviembre de 1995, se desarrolló en Santiago la Conferencia Extraordinaria de la OEA sobre medidas de fomento de la confianza y la seguridad. Esta reunión representa un avance significativo para el sistema interamericano, ya que- tal como lo señalara el Secretario General de la OEA, César Gaviria-, es la primera vez desde el fin de la "guerra fría", que se reúnen los países miembros de esta organización, observadores permanentes y organismos internacionales para tratar en un ámbito político e interamericano los asuntos de la paz y seguridad. La situación a nivel global y hemisférica es propicia para el desarrollo de estas iniciativas. A pesar de que persisten ciertas herencias de la Guerra Fría a nivel continental, predomina el sistema democrático, se han superado la mayoría de los conflictos externos, y se desarrollan una serie de iniciativas de integración económica. A esto hay que agregar, según lo expresó el Secretario General de la OEA, la voluntad política de no dejar pasar esta coyuntura histórica sin avanzar en la creación de un marco para las relaciones político-militares interamericanas, capaz de traducir en realidades concretas, las promesas que encierra el surgimiento de un nuevo orden internacional. El nivel de consenso que alcanzaron los participantes en la conferencia fue alto. En general coincidieron en la necesidad de efectuar una redefinición del concepto de seguridad que responda a esta nueva realidad, y que permita establecer un sistema hemisférico propio. No se trataría de una simple traspolación de las experiencias de otros continentes. En este sentido, mayoritariamente se planteó que se debería aplicar el concepto de seguridad cooperativa, que supone la predictibilidad de las acciones, la restricción de la capacidad militar, la aproximación y posterior integración gradual de mecanismos de defensa y el emprendimiento de acciones conjuntas; sin que esto implique menoscabar la soberanía de cada nación y las capacidades disuasivas básicas. No obstante, más allá de las posiciones concordantes planteadas por las distintas delegaciones, en este artículo nos centraremos en las particularidades que se desprendieron de esta cita cumbre. Es decir, en las posiciones que sostiene cada país sobre determinados temas y cuáles son sus objetivos a partir de esta Conferencia. Este trabajo se inserta dentro de la política de seguimiento de las Medidas de Confianza Mutua (MCM) en la región que está desarrollando FLACSO-Chile. En los dos últimos números de la revista Fuerzas Armadas y Sociedad se ha dado especial énfasis a este tema. En el N1 3, de julio- septiembre de 1995, Francisco Rojas Aravena, Bjorn Moller, Alfredo Michelena y José Menéndez se refirieron a las MCM en el contexto hemisférico, y en el número 4, de octubre-diciembre 1995, se publicaron cuatro documentos surgidos de la Conferencia Regional sobre Medidas de Fomento de la Confianza y la Seguridad. El discurso del Secretario General de la OEA, César Gaviria; el del Canciller chileno, José Miguel Insulza; la Declaración de Santiago y algunas consideraciones generales sobre las medidas de fomento de la confianza mutua de carácter militar, elaboradas por la JID. FASOC, Año 11, N1 1, enero-marzo

2 El diálogo regional sobre medidas de confianza mutua Paz Milet El posicionamiento en la conferencia Un aspecto fundamental a concluir de esta Conferencia Extraordinaria de la OEA, es el posicionamiento que cada país asume en el ámbito de la seguridad a nivel hemisférico. Es así como Estados Unidos reafirmó su papel de articulador del proceso que actualmente se desarrolla en la región y calificó como fundamentales la Cumbre de Miami y la Reunión de Ministros de Defensa de Williamsburg, que se realizaron en ese país. De esta forma destacó su compromiso con la región en el plano de la seguridad y en los ámbitos económico y político; e hizo patente su voluntad de continuar con la estrategia que ha desarrollado para establecer un nuevo tipo de relación intraregional, sin los parámetros de la "guerra fría". México se mostró cauteloso frente al proceso que se desarrolla, en el sentido que planteó que éste se debe realizar sin apresuramientos y sin descartar algunas concepciones mayoritariamente compartidas a nivel regional. Desde esta perspectiva, sugirió que antes de diseñar un nuevo sistema de seguridad hemisférico habría que redefinir el concepto de seguridad y aplicar las siguientes medidas: - Analizar las razones que han propiciado la falta de vigencia real de algunos de los convenios regionales ya existentes, como el Pacto de Bogotá, por ejemplo, y de otros de alcance mundial sobre desarme. - Reconocer la importancia del control y reducción de los armamentos convencionales. - Insistir en la necesidad de continuar identificando y reforzando medidas de distensión y relajamiento de conflictos en potencia. - Identificar un inventario de los conflictos territoriales existentes en la región con miras a su pronta solución por medios pacíficos. Chile también se mostró partidario de desarrollar un proceso gradual. El canciller José Miguel Insulza señaló que en el diseño y la aplicación de las MCM como parte de la creación de nuevos regímenes de seguridad, deberíamos ser capaces de conciliar metas ambiciosas de más largo plazo con procedimientos cautelosos y pragmáticos que, constituirían un camino lento, pero seguro, hacia la consecución de tales objetivos. Canadá, quién se integró hace pocos años a la OEA, asumió un rol activo en el área de la seguridad, con la formulación de documentos y dando a conocer públicamente su postura en las distintas instancias de discusión. Su planteamiento puede sintetizarse en cuatro puntos: apoyo a la labor de la OEA, favorecimiento de un incremento de la labor del Colegio Interamericano de Defensa, rescate de la labor de las fuerzas armadas en el proceso de construcción de un sistema de seguridad hemisférico y la proposición de un seguimiento sistemático de las iniciativas implementadas. Los países de América Central destacaron sus logros como región en el plano de la seguridad y en este sentido jugó un papel fundamental El Salvador, que ofició de vocero de los avances desarrollados por Centroamérica en el ámbito de las MCM. Entregó una serie de informes que dejaron constancia de una región que ha venido trabajando activamente en este tema. En esencia se buscó demostrar que después de Esquipulas, Centroamérica se ha consolidado como un ejemplo para el hemisferio. Dentro de los países de América del Sur, las posiciones fueron bastante dispares. Mientras algunos desean asumir un rol protagónico, de liderazgo; otros mantienen una posición más secundaria y enfatizan su compromiso con las MCM y su apoyo a la institucionalidad existente. Brasil hizo evidente su deseo de continuar participando activamente en el ámbito de la seguridad hemisférica. Con este propósito, destacó las acciones que como potencia latinoamericana ha desarrollado en el campo de la no proliferación y la labor realizada como Presidente de la Comisión Permanente de Seguridad Hemisférica, el Embajador Araujo Castro. 12 FASOC, Año 11, N1 1, enero-marzo 1996

3 Ecuador y Perú, por su parte, sustentaron sus posiciones desde la perspectiva del reciente conflicto del Alto Cénepa y con el objetivo de reforzar ante los países del hemisferio su compromiso con las medidas de confianza mutua y de seguridad. Desde esta perspectiva, se explica el documento presentado por ambos países en la Conferencia, en el que convinieron un conjunto de medidas de fomento de la confianza mutua que están coadyuvando decididamente al proceso de distensión y normalización de las relaciones bilaterales, acordado con la declaración de paz de Itamaraty del 17 de febrero de Bolivia dentro de su postura tradicional de destacar el concepto de centralidad territorial por sobre el de mediterraneidad, hizo patente su deseo de desempeñar un rol de comunicador, coherente con su ubicación geográfica en el centro de Sudamérica. Chile y Argentina dejaron constancia en la Conferencia de que están trabajando activamente en el área de la seguridad y reafirmaron su compromiso con el desarrollo de MCM, incluso suscribieron un memorándum de entendimiento, en el que se comprometieron a continuar con las iniciativas desarrolladas hasta la fecha, y a crear nuevas instancias de acercamiento. Dos puntos fundamentales se destacaron en esta conferencia: a) la postura de los países frente a los recientes conflictos fronterizos en la región y b) su posicionamiento frente a la globalización económica y el rol de las fuerzas armadas en el ámbito de la seguridad hemisférica. Los conflictos vecinales Al abordar los problemas fronterizos, se manifestaron dos tendencias: mientras algunos países se refirieron a éstos como una de las potenciales amenazas a la seguridad hemisférica, otros ubicaron el tema con una prioridad menor e incluso se calificó como poco probable que se reediten dicho tipo de conflictos. Bolivia se inscribe dentro del primer grupo, ya que en directa alusión al reciente conflicto del Alto Cénepa, afirmó que para reconstruir un sistema de seguridad hemisférica bajo criterios cooperativos, sería indispensable desarrollar un concepto positivo de vecindad. También en este sentido, Brasil señaló que hay que analizar en profundidad el tema de las fronteras, ya que son regiones con características propias, que requieren soluciones específicas. EE.UU., por su parte, llamó a redoblar los esfuerzos para sobrellevar las diferencias territoriales, desplazándose en forma paralela al proceso de integración económica iniciado en Miami. Argentina planteó la necesidad de construir un nuevo esquema de seguridad hemisférica que respondiese al momento que actualmente vive la región. Esta postura se basó en la constatación de que hay una serie de conflictos latentes, y que se requiere del establecimiento de un marco de garantías de paz y estabilidad y no sólo de soluciones puntuales. En contraste con lo manifestado por estos países, Paraguay sostuvo la tesis de que las posibilidades de conflictos armados en la región son muy remotos o no existen. Mientras México argumentó que en nuestra región los problemas entre vecinos han dejado de ser un tema central desde la perspectiva de las hipótesis de conflicto. No obstante, en la Declaración de Santiago, firmada al final de esta reunión, se aludió directamente a los conflictos territoriales que aún persisten en el continente, señalándose que "en este contexto, (los gobiernos del hemisferio) comprometen sus esfuerzos para que las controversias pendientes alcancen soluciones, a la brevedad posible, a través de arreglos negociados, inspirados en la justicia y con pleno respeto al derecho internacional y los tratados vigentes. ii Los principales temas y su influencia en la seguridad hémisferica En este punto hay que considerar básicamente dos temas que fueron abordados por las distintas delegaciones. Primero, la globalización económica y segundo, el rol de las FF.AA. FASOC, Año 11, N1 1, enero-marzo

4 El diálogo regional sobre medidas de confianza mutua Paz Milet EE.UU., asumiendo una definición renovada de seguridad que incluye el aspecto económico, calificó como vitales las MCM, pues ayudan a dar más seguridad a los inversionistas. Estas iniciativas fortalecerían la estabilidad regional e incrementarían el desarrrollo económico y social de los estados miembros, por ejemplo, a través de la reducción de armas. De esta manera se minimizaría el riesgo de que los inversionistas, ante cualquier eventualidad, trasladaran sus intereses o inversiones. La delegación mexicana fue más reacia al momento de relacionar la creciente interrelación en el ámbito económico con el establecimiento de medidas de confianza mutua y la construcción de un nuevo sistema de seguridad hemisférico e incluso, en contraste con lo señalado por Canadá, señaló que es necesario limitar la labor de las FF.AA. Es así como argumentó que la globalización económica no puede distorsionar el contenido de los Tratados, la esencia del concepto de seguridad confundiendo la seguridad nacional con la colectiva. "No podemos aceptar, por ejemplo, que se trate de desnaturalizar temas de la cooperación regional o multilateral, como el combate al narcotráfico, preservación del medio ambiente, promoción y defensa de los derechos humanos, los desastres naturales, incluyéndolos en listas de supuestas >nuevas amenazas= a la seguridad. Estos temas son de la cooperación regional o multilateral y no tienen, ni deben tener, ningún carácter militar o involucrar a las fuerzas armadas". iii Los criterios mexicanos, respecto a la globalización económica, fueron compartidos por la delegación boliviana, que argumentó que el enfoque económico comercial es insuficiente para avanzar y consolidar la integración regional. La postura de Chile, que se enmarca en la estrategia global del actual gobierno, alude a la necesidad de enfrentar los nuevos desafíos para consolidar una paz sustentada. Es decir, asumir la comunidad de valores en torno a la democracia, el desarrollo y el crecimiento económico, la complementación y la cooperación internacional al momento de diseñar regímenes internacionales en los cuales la responsabilidad de la paz recae en todos los estados. Argentina también hizo referencia al papel de los militares argumentando que la construcción de un clima de seguridad hemisférica supera lo estrictamente militar, pero las instituciones militares tienen, bajo la conducción de los gobiernos democráticos, un importantísimo rol que jugar en la construcción de un continente de paz. Propuestas A partir de la experiencia de los distintos países en la aplicación de medidas de confianza mutua, se plantearon en esta reunión algunas sugerencias: México señaló que en el caso de Cuba convendría aplicar algunas MCM, para permitir que este país se integre efectivamente al sistema hemisférico. Ecuador, a partir del acercamiento desarrollado con Perú, propuso incluir la solución pacífica de las controversias pendientes en América, como uno de los elementos indispensables para el fomento de la confianza entre los Estados y para su seguridad. Bolivia y Venezuela propusieron extender estas medidas de acercamiento entre países al plano cultural. Según la delegación boliviana la cultura puede ser considerada como un tema movilizador de la confianza y sugirió que se estructurara un programa interamericano de pedagogía para la paz, que contemple tanto la educación formal como la civil. Por su parte Venezuela recomendó realizar seminarios de carácter subregional que permitan a los países analizar estos temas de acuerdo a la especificidad propia de cada subregión. Estas propuestas fueron recogidas por el Presidente de la Conferencia, Embajador Pablo Cabrera, actual Subsecretario de Marina del Ministerio de Defensa de Chile, quién en su discurso final señaló que la integración económica es uno de los objetivos centrales de este proceso y que la educación para la paz es un elemento esencial en el trabajo de prevención de conflictos. 14 FASOC, Año 11, N1 1, enero-marzo 1996

5 En el caso de la relación de Cuba y EE.UU., el Presidente de la Conferencia argumentó que la única salida en el corto plazo es una actuación latinoamericana y que la OEA podría ser un instrumento real de acción. La declaración suscrita durante esta Conferencia también refleja estas y otras propuestas. En líneas generales se señala que: - Las MCM deben adaptarse a las condiciones de cada región y tienen un peso subregional fundamental. - El derecho internacional es el marco en que se construyen las MCM. - La integración económica promueve la confianza y la seguridad. El desarrollo socioeconómico de los pueblos es fundamental en el logro de la seguridad. - Se acordó recomendar 11 medidas: a) Gradual adopción de acuerdos sobre notificación previa de ejercicios militares; b) Intercambio de información y la participación de todos los Estados miembros en el Registro de Armas Convencionales de Naciones Unidas y en el Informe Estandarizado Internacional sobre Gastos Militares; c) Fomentar la elaboración e intercambio de información sobre políticas y doctrinas de defensa; d) Consideración de un proceso de consultas con miras a avanzar en la limitación y control de armas convencionales; e) Acuerdos sobre invitación de observadores para ejercicios militares, visitas a instalaciones militares; facilidades para observar operaciones rutinarias e intercambio de personal civil y militar para formación, capacitación y perfeccionamiento; f) Reuniones y acciones para prevenir incidentes e incrementar la seguridad en el tránsito terrestres, marítimo y aéreo; g) Programas de cooperación en casos de desastres naturales o para prevenir tales desastres, sobre la base de la petición y autorización de los Estados afectados; h) Desarrollo e implementación de las comunicaciones entre las autoridades civiles o militares de países vecinos de conformidad con su situación fronteriza; i) Realización de seminarios, cursos de difusión y estudios sobre medidas de confianza mutua y políticas de fomento de la confianza con participación de civiles y militares, y sobre las preocupaciones especiales de seguridad de los pequeños Estados insulares; j) Realización de una reunión de alto nivel sobre las preocupaciones especiales de seguridad de los pequeños Estados insulares; y, k) Programas de educación para la paz. Esta conferencia fue una importante experiencia para los países de la región, ya que les permitió comprometerse con la aplicación de MCM específicas; que serán evaluadas en el futuro. Esto implica un trabajo acucioso, tanto de aplicación como de seguimiento, que se espera que a mediano plano se consolide con la estructuración de un nuevo sistema de seguridad hemisférico. 1. Paz Verónica Milet es ayudante de investigación de FLACSO- Chile. Participó como observadora en la Conferencia Extraordinaria de la OEA sobre Medidas de Fomento de Confianza y la Seguridad, que se realizó entre los días 8 y 10 de noviembre en Santiago, Chile. 2. Declaración de Santiago, 9 de noviembre de pp Intervención de la delegación mexicana ante la Conferencia Regional sobre Medidas de Fomento de la Confianza y de la Seguridad, pronunciada por la Embajadora Carmen Moreno Del Cueto, representante permanente de México ante la OEA. pp. 2. FASOC, Año 11, N1 1, enero-marzo