MANEJO DEL GATO DIFÍCIL DE LA FORMA MÁS AMABLE POSIBLE!

Transcripción

1 MANEJO DEL GATO DIFÍCIL DE LA FORMA MÁS AMABLE POSIBLE! Gonçalo da Graça Pereira Faculty of Veterinary, Universidade Lusófona (FMV); Center for Animal Knowledge (CPCA) FMV: Campo Grande 376, Lisboa; CPCA: Av. dos Bombeiros Voluntários de Algés, 40, Algés Portugal INTRODUCCIÓN Alguna vez has imaginado como te sentirías si alguien te agarrara mientras dormías, te pusiera en una caja y luego te llevara a un lugar desconocido, donde se pueden oler olores desagradables y oír a otros seres humanos gritando? Estoy en lo cierto si afirmo que la mayoría de las personas en esta situación estarían preparadas para atacar a cualquier persona que se acercara y tratara de retenerlas? Sin embargo, todos los días, millones de animales de compañía son transportados a lugares desconocidos y a menudo desagradables, tales como Hospitales veterinarios, Residencias, y refugios. Si estos animales tienen miedo e incertidumbre sobre las consecuencias de su experiencia, lo más razonable es esperar que estén calmados, tranquilos y que cooperen con nosotros como veterinarios porque estamos trabajando para su salud y bienestar! En una clínica muy ocupada no es raro tener un "lleno total" de pacientes y sentirse bajo presión para acelerar nuestros procedimientos y hacer nuestro "buen" trabajo rápidamente, aunque eso se traduzca en tener que sujetar a estos animales en posiciones incómodas y en utilizar técnicas cuya motivación es hacer el trabajo! Algunos dirán que las técnicas amables con los animales levan demasiado tiempo, pero en realidad, respetar las necesidades emocionales de los pacientes ambulatorios facilita la cooperación del paciente y hace el proceso mucho más rápido en el futuro. Se puede argumentar que determinadas técnicas de manejo se han utilizado durante muchos años, pero eso no es una razón para continuar con ellas si hay evidencias de que estos abordajes pueden causar lesiones al personal y un trauma emocional a los pacientes. Las mordeduras de perro y las mordeduras y arañazos de gato son las lesiones descritas con más frecuencia por el personal veterinario, y la mayoría de los veterinarios y auxiliares han sido mordidos o arañados cuando se estaban llevando a cabo la sujeción de sus pacientes usando las "viejas" técnicas. Recuerdo haber visto muchas enfermeras y veterinarios ser mordidos porque estaban convencidos de que su fuerza física era suficiente para mantener al animal bajo control usando la fuerza en lugar de la técnica.cuando la sujeción falla y son mordidos, estas personas sienten que ha sido su culpa por no usar la fuerza suficiente y que deberían haber aumentado la fuerza en lugar de cuestionarse si la técnica era correcta. Dentro del contexto veterinario, el objetivo del manejo de pacientes es proporcionar un tratamiento destinado a hacer que el animal mejore, pero cuando los animales se manejan con fuerza y velocidad, este objetivo se ve comprometido. Aunque el animal vuelva a casa con una mejor salud física, existe el riesgo de "daños sobre el comportamiento". El recuerdo de una "mala experiencia" puede llevar al animal a anticipar que la próxima vez que vaya a la clínica será "amenazado" y su comportamiento defensivo resultante puede hacer que el personal de la clínica utilice técnicas más enérgicas para manejarlo.el peligro es que cada visita se traducirá en una escalada del miedo que causa un comportamiento no deseado hasta llegar al punto de que el animal ya no puede manejarse.también hay algunas evidencias de que si la experiencia de manejo es particularmente traumática, el aprendizaje del paciente puede generalizarse de tal forma que el animal se vuelva agresivo y defensivo hacia los seres humanos en general y no sólo hacia el personal de la clínica Cuando utilizamos técnicas apropiadas conseguiremos lo siguiente: 1. Reducir el estrés del gato; 2. Reducir el estrés humano (propietarios, veterinarios, auxiliares, personal); 3. Mejorar el bienestar animal; 4. Evitar respuestas potencialmente peligrosas (como la agresividad); 1

2 5. Garantizar la mínima interferencia del estrés sobre los resultados de las pruebas y la exploración (consiguiendo un diagnóstico exacto); 6. Permitir el tratamiento adecuado; 7. Mejorar la relación entre el propietario y el veterinario, lo que aumenta el nivel de confianza. PREVENCIÓN Todos hemos oído a propietarios hacer comentarios como: "Odia a venir aquí!"; "Ella sabe exactamente dónde está!"; "Mi otro gato hacía exactamente lo mismo!"; "Le pedí a estos 2 amigos fuertes que vinieran con nosotros para sujetarlo!"; "Ella no es así en casa!"; "Él no quería arañarle!"; "Compórtate!!!"; "Ella era totalmente diferente cuando era cachorro!"... entre tantos otros!!! Entonces, qué está sucediendo? Las personas manejan a su gato instintivamente o están haciendo lo que han aprendido a hacer en visitas anteriores y que ha tenido buenos resultados en el pasado? Es posible que el propietario influya sobre el comportamiento del gato? Es obvio! Como resultado de del refuerzo no intencionado por parte de los propietarios (por ejemplo, cuando lo acarician mientras gruñe tratando de calmarlo) y la incomprensión del lenguaje del gato, éste recurre a su única estrategia de defensa funcional, la agresividad. Cuando el propietario dice que "Era totalmente distinto cuando era un gatito!", qué explicación podemos darle? Los propietarios (y algunos auxiliares o técnicos también) suelen reconocer un problema cuando el animal exhibe un comportamiento "malo" (como cuando es agresivo o intenta morder). Se han ignorado todos los signos previos que el gato a exhibido antes de morder (y se han reforzado). Si esos signos previos han indicado un estado emocional negativo, como miedo o ansiedad, puede que el cambio a la agresividad haya surgido porque el gato ha sentido la necesidad de responder a un manejo inadecuado que le ha exacerbado esos sentimientos. Por todo ello, es mejor prevenir que curar. El primer contacto con el equipo veterinario (veterinario, auxiliares, personal en general) debe ser muy positivo! El animal debe adorar a las personas y al entorno que le rodea. Recordar que la primera experiencia solo ocurre una vez! No sirve de nada intentar ser amigos después de haberle puesto una inyección. Siempre debemos utilizar algo muy sabroso (por favor, olvidar los alimentos secos en este contexto... elegir un gel o pasta con un gran sabor) y dejar que el gato acceda sin restricciones durante el primer encuentro. Cuando el gato se ha centrado en la recompensa, solo deben reforzarse los comportamientos deseados y apropiados. Cuando vamos a administrar la primera vacuna (asegurarse de utilizar la aguja más fina y afilada; algunos colegas recomiendan cambiar de aguja de modo que la usada para aspirar la vacuna no es la misma que para inyectarla). El gato ya está condicionado al recibir el refuerzo positivo previo y debe volver a recibirlo durante la administración de la vacuna. Además de esta técnica para incrementar la asociación positiva con la inyección, también es importante asegurar que no haya asociación alguna con dolor o miedo durante la sujeción. Evitar usar una sujeción fuerte antes o después de la vacuna ayudará a evitar que el animal anticipe una interacción negativa en el futuro (que ocurriría si ha percibido la sujeción como un signo de que va a suceder algo doloroso). Los propietarios deben recibir instrucciones de no acariciar al gato inmediatamente de la inyección si exhibe agresividad o cualquier otro comportamiento indeseado. En la primera visita, el veterinario debería enseñar al propietario a habituar al animal al manejo propio del veterinario (observar los oídos, uñas, palpación, etc.) para que aprenda a tolerarlo durante las visitas. Si la clínica no es exclusiva para gatos, deberían darse citas de modo que perros y gatos no coincidan el la misma sala de espera. Si la clínica se esfuerza en cumplir este esquema de citas también ayudará a reducir la necesidad de sufrimiento de estrés en la sala de espera. Otra opción consiste en tener un día específico para las consultas con gatos (excepto urgencias). DE CASA A LA CLÍNICA VETERINARIA La ansiedad empieza un rato antes de la llegada al hospital. Para muchos gatos, el pánico empieza cuando el transportín hace acto de presencia. A menudo se guarda el transportín y el gato no lo ve nunca, y solo aparece cuando va a ser sacado de su zona de confort y territorio seguro. Por tanto, el transportín se convierte en una señal de que algo muy malo va a ocurrir. Por ello es importante avanzarse y tener mucho cuidado con el transportín. El transportín y el desplazamiento deberían ser vistos como un hecho positivo asociado a una experiencia agradable, como comida 2

3 (contracondicionamiento - CC). Pero el procedimiento debe empezar con el aprendizaje de desensibilización (DS). No puede colocarse al gato en el trasportín, cerrar la puerta, y dejar algo de comida esperando que se la coma. El estímulo (transportín) debe presentarse a un nivel bajo para que al animal pueda tolerarlo. Es importante que el ato no muestre signos de estrés o ansiedad cuando se le presenta el transportín y utilizar asociaciones positivas que el propietario puede iniciar e ir aumentando gradual y sistemáticamente su significancia, como por ejemplo acercándolo cada vez más al gato, abriéndolo y animando al gato a entrar. Cuando ya hay un miedo al transportín, es importante comenzar con un alimento colocado a una distancia "segura" para cada gato, y luego ir disminuyéndola hasta que el gato se lo coma en su interior. En una primera fase, el transportín debería usarse sin su cubierta. Luego, con la cubierta, dejar la puerta abierta para que el gato tenga el control completo para decidir cuándo entrar y salir. Posteriormente podremos cerrar la puerta durante unos segundos, sin causar miedo o estrés. Este plan de DS/CC en el territorio del gato debería empezar una o dos semanas antes de la visita, para que no se asocie la llegada del transportín con un episodio negativo. Otra opción consiste en mantener el transportín a la vista todo el tiempo y que sirva de lugar de escondite para el gato. Para que el transportín sea más agradable, debe colocarse una manta con el olor del gato en su interior y/o rociar feromonas sintéticas en su interior. La aplicación de feromonas, al llevar alcohol como excipiente, debe hacerse unos minutos antes de cerrar al gato en su interior. Por último, recordar que el estilo de conducción es un factor añadido para el gato que va dentro del transportín (dentro del vehículo) y que es importante conducir suavemente. SALA DE ESPERA Cuando el cliente llega a la clínica, ya ha hecho su trabajo. Obviamente, la clínica ha sido activa en la formación del cliente para minimizar el estrés del paciente durante el proceso de traslado hasta la cita, pero una vez que ya ha llegado, la responsabilidad del personal consiste en crear un entorno seguro y acogedor desde el punto de vista del gato. Es importante que nos preguntemos " Qué ve el animal cuando llega a la clínica?", " Hay perros ladrando o gruñendo?", " Se oyen vocalizaciones de otros gatos?". Estas preguntas son especialmente oportunas respecto de la sala de espera, pero deberían plantearse en todas las áreas de trabajo, incluyendo la consulta y la zona de hospitalización. La primera regla para cualquier sala de espera es que perros y gatos deben estar sujetos o protegidos de forma adecuada. Imaginemos el estrés que puede generarse si un perro, aunque esté habituado a los gatos, deambula libremente por la sala de espera y se acerca a olisquear a un gato dentro de su transportín, o si un a un gato no le gusta estar dentro del transportín y prefiere estar sobre su propietario y de golpe ve a un perro que se acerca de forma súbita. Para evitar estas situaciones complejas, debemos mantenerlo todo bajo control. Si no es una clínica exclusiva para gatos, la sala de espera debería tener un área específica para gatos y otra para perros. Si no se pueden tener dos salas de espera, al menos debería crearse separaciones visuales de modo que los gatos puedan sentirse más seguros (pensar también en barreras visuales entre los distintos transportines). Una manta, sobre todo si está impregnada con el olor de casa, puede cubrir el transportín para proporcionar protección extra al gato. El transportín no debería dejarse en el suelo porque, desde su punto de vista, es una posición mucho más vulnerable para el gato cuando hay posibles amenazas. También debería haber difusores de feromonas sintéticas en marcha (puede haber uno para perros y uno para gatos porque son específicos para cada especie). DURANTE LA VISITA Regla principal: Es importante que el personal sea percibido como el mejor amigo del gato durante las visitas. Así pues, demos a los gatos lo que más les gusta! Pedir al propietario que no le de demasiada comida antes de venir y que traiga sus premios favoritos para que se los podamos dar. Los mejores premios para gatos suelen ser el atún, alimentos para bebés, alimentos húmedos, crema de queso, pero existen muchas posibilidades porque cada gato tiene sus preferencias. A algunos veterinarios especialistas en medicina interna les preocupa generar hiperlipidemia con los premios que pueda confundir los resultados hematológicos. Sin embargo, los triglicéridos posprandiales tienen un pico entre 2 y 6 horas después de la comida y es de esperar que la toma de muestras de sangre haya terminado mucho antes. Una regla que recomiendo a aquellos que trabajan con gatos es tener varias toallas limpias disponibles. Las toallas pueden ser el mejor amigo del veterinario al manipular los gatos. Debe utilizarse una toalla limpia para cada gato cuando está ansioso o requiere un manejo difícil. La toalla se puede 3

4 calentar ligeramente en un microondas para que tenga un efecto más relajante sobre el animal. Se levanta la tapa superior del transportín, abriéndolo solo ligeramente para que permita deslizar una toalla que tape la mitad inferior del transportín y el gato quede totalmente cubierto por la toalla. La mayoría de los gatos se esconden debajo de la toalla y permite un examen completo sin la necesidad de una sujeción dura. Esa toalla no debe utilizarse para otro gato, ya que está llena de feromonas de alarma y causaría alteraciones en el siguiente gato. La Dra. Sophia Yin ha creado su propio estilo a partir de esta técnica con la toalla: Con esta técnica de sujeción podemos evitar completamente la bien conocida técnica (por desgracia) del pescuezo que causa más miedo y estrés. Debe darse tiempo al gato para que se acostumbre al nuevo entorno y solo debe sacarse del transportín cuando sea necesario. La acción de sacar al gato del transportín se debe hacer con mucho cuidado, y algunos gatos deben ser examinados sobre la mitad inferior del transportín porque les da una mayor sensación de seguridad. Algunos autores lo recomiendan cuando el gato sale del transportín y va a un lugar en el que es imposible verlo o alcanzarlo y, si es necesario, dejar que exploren el entorno. Sin embargo, cuando se deja que exploren un entorno muy rico en olores, sobre todo en las clínicas que atienden a varias especies, muchos gatos pueden presentar cambios bruscos en el estado emocional y pueden responder a los olores con un comportamiento reactivo. Es importante ser consciente de puede haber ruidos potencialmente "amedrentadores" en el ámbito hospitalario. Un grifo abierto o un spray de desinfectante pueden confundirse con el bufido de otro gato, y los ruidos de motores como lo de aspiradores o rasuradoras pueden generar tanto estrés que el gato reaccione inmediatamente con intento de fuga que, si se previene, puede convertirse en una respuesta de lucha. Las situaciones desagradables deben minimizarse siempre. Por ejemplo, siempre debe lubricarse el termómetro. Si el gato ha tenido una mala experiencia previa a menudo será más persistente en sus intentos de evitar el procedimiento. El examen siempre debe comenzar con las técnicas menos invasivas antes de las más invasivas, y lo mismo ha de tenerse en cuenta para los métodos de inmovilización. Empezar siempre con una sujeción mínima. El equipo necesario (algodón, agujas, jeringas, vacunas, etc.) debe estar siempre preparado y colocado en un lugar fácilmente accesible antes de iniciar la consulta, de manera que se puede acceder a él y utilizarlo fácilmente. Los fármacos refrigerados y las vacunas deben sacarse de la nevera al principio de la consulta de modo que puedan acercarse a la temperatura ambiental antes de ser inyectados. Los premios deben administrarse antes y durante el procedimiento. El refuerzo positivo es el mejor abordaje, pero también se puede utilizar el refuerzo negativo. Por ejemplo, el refuerzo negativo se produce cuando el gato se libera de la atención no deseada del veterinario o de la manipulación. El transportín que era el peor enemigo (para algunos gatos) cuando el gato estaba en casa, se ha convertido ahora en su mejor amigo. Que el gato vuelva a entrar en él puede funcionar como un refuerzo positivo o negativo!!! La limpieza entre visitas es muy importante ya que haber muchas feromonas de alarma o ataque en el ambiente. Lo ideal sería que la habitación se ventilara, limpiara y luego se rociaran feromonas sintéticas sobre la mesa de exploración (además del difusor que siempre debe estar activo) antes de la próxima consulta. Si, a pesar de todos nuestros esfuerzos, un gato con miedo o pánico no puede relajarse o manejarse durante la consulta, lo siguiente a atener en cuenta es la contención química. De hecho, los sedantes se debe dar antes de que el animal se vuelva más reactivo para obtener mejores resultados, ya que su eficacia es mayor cuanto antes se administran, y lo ideal es utilizarlos antes de los cambios de comportamiento. La sedación puede ser necesaria no solo para facilitar la consulta al personal y los propietarios y evitar lesiones innecesarias sino para la salud y el bienestar del propio animal. Pueden administrarse benzodiacepinas en casa (no debe usarse acepromacina en estos casos). Es importante probar con una dosis de benzodiacepina antes del día de la visita para comprobar la reacción individual del animal (se han descrito algunas respuestas paradójicas) y para que el veterinario determine la dosis adecuada y el tiempo de duración. Algunos autores también recuerdan el efecto de desinhibición de las benzodiacepinas que podría incrementar la posibilidad de agresividad. Pueden usarse algunos "cócteles" por vía transmucosa oral (oral). Si observamos problemas de comportamiento durante la visita, debe advertirse al propietario y aconsejar el modo de corregirlos. Del mismo modo que cuando vemos una lesión cutánea sugerimos un tratamiento, si un gato exhibe signos de miedo relacionados con la consulta veterinaria, es importante explicarlo al propietario y qué tratamiento específico va a ser necesario. El comportamiento no puede mejorarse fácilmente durante una visita rutinaria y es mejor recomendar un plan de modificación de la conducta (DS/CC) adaptado a cada caso clínicos y supervisado por un veterinario especialista en comportamiento. 4

5 HOSPITALIZACIÓN Deben tenerse en cuanta las mismas preocupaciones y recomendaciones relativas a la sal de espera y la consulta cuando el gato debe hospitalizarse. Si el gato está enfermo e incapacitado, estará más sensible al entorno. Cada gato debería poder acceder a un espacio para la eliminación que esté separado de los espacios de descanso y ocultación. Si no puede disponerse de estos recursos, el gato se estresará y puede mostrar comportamientos infrecuentes o no deseados como esconderse en la bandeja de arena o eliminar sobre el comedero. El enriquecimiento ambiental que favorece la estimulación cognitiva también sirve para disminuir el estrés y la ansiedad. Por último, cuando el animal mejore, volverá a casa y de nuevo es importante prepararse para este momento. Si hay más gatos en casa, debe proponerse un plan de reintroducción. Nuca debe forzarse el contacto entre gatos. Debe darse tiempo a los otros gatos para que se acostumbren al olor del gato que vuelve a casa antes de que vuelva a haber un contacto visual y, en último lugar, un contacto directo. El gato que vuelve a casa no puede sacarse del transportín y dejar que vaya a reunirse con los otros. Puede ser de ayuda dejarlo en el transportín durante un tiempo (la duración dependerá del individuo y de cada caso) con una toalla que tenga el olor del grupo doméstico de catos cubriéndolo. BIBLIOGRAFÍA 1. Yin, S: Low Stress Handling, Restraint and Behavior Modification of Dogs & Cats, CattleDog Publishing, Landsberg, G, Hunthausen, W, Ackerman, L: Behavior Problems of the Dog & Cat, Third Edition, Elsevier, Bowen, J, Heath, S: Behaviour Problems in Small Animals Practical Advice for the Veterinary Team, Elsevier, Shephard, K: Behavioural medicine as an integral part of veterinary practice. In: Horwitz D, Mills D (ed): BSAVA Manual of Canine and Feline Behavioural Medicine, Gloucester: British Small Animal Veterinary Association, 2009;