AGRICULTURA- DEBATE A FONDO La situación del sector agrícola y sus puntos clave

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1 Septiembre 211 AGRICULTURA- DEBATE A FONDO La situación del sector agrícola y sus puntos clave El extenso período de crecimiento económico que exhibe nuestro país, que lleva 8 años consecutivos desde la salida de la crisis , tiene en la producción agropecuaria uno de sus pilares más sólidos. Fue el sector que primero despegó después de la caída, y el que dio sostén a la recuperación de las otras áreas de la economía. Dentro del agro, su sector más dinámico y removedor es el agrícola, con una histórica expansión de la soja en siembra directa, que promovió a su vez- una expansión del área de trigo y de otros cultivos, con nuevas variedades y tecnologías. La producción de granos no solo se destaca por su crecimiento efectivo, en área y producción: expresa una radical modernización en la forma de producción. Esta modernización en gran medida traccionada por la llegada de empresarios argentinos se basa en 3 pilares: 1) una nueva forma de organización, con grandes empresas coordinadoras de trabajo especializado, con una estructura en red de empresas de servicios, que se destacan por su productividad y flexibilidad. 2) la incorporación intensa de tecnología, tanto directamente agronómica (transgénicos, siembra directa, fertilización, etc.) como de otra índole (tecnologías de la Información, comunicaciones, gestión, financiamiento, logística). 3) mecanismos de comercialización transparentes, usufructuando la liquidez y dinámica de los mercados externos y las referencias de los mercados de futuro, en un proceso de crecimiento de neto corte exportador. La posibilidad de calzar costos con ventas a futuro, se ha constituido en una herramienta formidable de estabilidad y fortaleza del sistema. Los contratos de venta pasan a ser utilizados como documentos que avalan y facilitan las compras de insumos. La expansión agrícola en Uruguay es la respuesta a una demanda global firme y creciente por granos, la cual pudo ser captada por el país a partir de la aplicación de recursos que elevaron sustancialmente su productividad. Esto generó un fuerte crecimiento en la mano de obra agrícola, directa e indirecta, aumentó la inversión y la producción, con un virtuoso impacto en la economía nacional y en el ingreso de las personas, en particular en las localidades rurales. Entender en profundidad este proceso es esencial para discutir, luego, los desafíos que enfrenta la producción de granos en Uruguay en el futuro. Estos desafíos se presentan en varios planos. Por un lado, en la capacidad del sistema agrícola de sostener el crecimiento a nivel logístico: la infraestructura disponible permitió una primera etapa de crecimiento, pero se muestra hoy desbordada y manifiesta la necesidad impostergable de invertir más en líneas de transporte, depósitos, puertos, etc.. Por otro lado, el sistema agrícola elevó la productividad de los recursos naturales, aumentando la intensidad de uso de los suelos con un claro sesgo hacia la producción de soja. Esto pone en primer plano el desafío de la sostenibilidad.

2 El Panorama global. La demanda global de granos ha mostrado un crecimiento permanente y firme en los últimos años. El crecimiento de las economías asiáticas con grandes poblaciones es uno de los principales factores explicativos. En casi todos los países del Asia (en particular los dos gigantes, China e India) las poblaciones de menores ingresos han mejorado su nivel de vida en forma notoria, lo que se traduce de manera casi automática- en mayores niveles de consumo de alimentos. Además, cambia la composición de la dieta: a mayor poder adquisitivo, más proporción de consumo de proteínas, lo que implica un crecimiento multiplicado de la demanda de carnes y lácteos, así como de otros alimentos sofisticados. Esto provoca, indirectamente, un aumento reforzado de la demanda de granos, necesarios para producir la carne y la leche demandada. En especial, en todo el mundo se incrementa la demanda de granos con alto contenido de proteína, como la soja, a partir de la prohibición de uso de concentrados proteicos de origen animal, como consecuencia de la crisis de la vaca loca (1997?). La expansión en la demanda de este grano no es casual y se explica por su alto contenido proteico destinado a raciones. Asimismo, decisiones políticas en varios países se han propuesto aumentar el uso (y por tanto la demanda) de biocombustibles. Esto incorpora otro factor clave de demanda de granos. Por un lado, aumenta la demanda de oleaginosos para producir biodiesel. Cultivos como girasol y especialmente- colza, son usados con este objetivo. Pero el principal grano utilizado para biocombustibles es la soja, que agrega con este otro factor de demanda contundente, a pesar de que su contenido aceitero es inferior al de los anteriores. Por otra parte, el uso de granos para la producción de etanol se ha extendido y tiene al complejo maíz-etanol en los EEUU como su principal exponente. Hoy, en una producción global de maíz de algo más de 82 millones de toneladas, EEUU produce unas 34 millones (4% del total). De esa cifra, un poco menos de la mitad se destina a producir etanol para combustible automotriz (2% de la producción mundial). Es un ejemplo contundente de la relevancia de los biocombustibles en la demanda agrícola global. Otro factor que incide en la dinámica global del mercado de granos es la paulatina reducción de los subsidios agrícolas que aplican los países desarrollados. La producción subsidiada va perdiendo peso respecto a la producción total. Además en lo que tal vez constituye el cambio más destacado- dichos subsidios cambiaron su perfil, reduciéndose aquellos que se aplicaban al precio y aumentando (en su proporción total) los que se aplican directamente al productor, mucho menos distorsionantes del mercado. Los subsidios a la producción de granos afectaron seriamente los mercados hasta bien entrados los años 9. A partir de la última década, los cambios señalados redujeron su impacto negativo en la formación de precios globales del mercado agrícola, con el consecuente beneficio para los productores competitivos que no aplican subsidios. Si bien hoy se han generado nuevos mecanismos de subsidio por parte de los estados para la promoción de los biocombustibles, hasta ahora no tienen el efecto distorsivo de los descritos previamente y en todo caso- constituyen un factor de aumento de la demanda, como se describió más arriba. La mitad de la economía del mundo está en crisis, EEUU y Europa atraviesan por un período de alto endeudamiento y bajo crecimiento y no se vislumbra una salida fácil ni inmediata. El crecimiento asiático tiene dinámica propia y seguramente seguirá sosteniendo el aumento de la demanda por granos.

3 Puede discutirse la tasa de dicho crecimiento, la cual es posible que se modere. Pero el proceso de mejora en la calidad de vida promedio de las poblaciones asiáticas perdurará por varios años más, más allá de los vaivenes financieros. A su vez, la capacidad mundial de producir granos (oferta) está acotada por las restricciones de recursos: en el mundo se dispone de cada vez menos frontera agrícola para expandir los cultivos, haciéndose más fuerte la resistencia a incorporar nuevas zonas vírgenes, por la lógica preocupación que genera la sostenibilidad de los sistemas, la afectación de la biodiversidad y la necesidad de preservar equilibrios ambientales. Además, la oferta está sujeta a variaciones fuertes causadas por factores ambientales, que generan alta volatilidad en los mercados y cuya mitigación a través de mayores stocks, resulta costosa. 9 DEMANDA MUNDIAL DE MAIZ Millones de toneladas /2 2/3 3/4 4/5 5/6 6/7 7/8 8/9 9/1 1/11 3 DEMANDA MUNDIAL DE SOJA Millones de toneladas /2 2/3 3/4 4/5 5/6 6/7 7/8 8/9 9/1 1/11 Fuente: SERAGRO en base a USDA

4 La situación en Uruguay. Antecedentes. Los 9 fueron años duros para la agricultura uruguaya: bajos precios internacionales, altos costos internos y problemas climáticos afectaron en forma sucesiva al sector. Algunas zafras tuvieron precios alentadores, pero no se sostuvieron y lamentablemente- alentaron la toma de créditos que luego se volvieron una pesada carga que hundió más al rubro. Sin embargo, esta tónica general negativa no debe soslayar dos aspectos relevantes. El primero es que la agricultura (en particular a partir del proceso de integración regional) comenzó a transitar un proceso de apertura en sus mercados, tanto interno como externo, que sería su rasgo esencial en los años siguientes. Entre otros puntos, se desarticularon los precios mínimos de exportación y se abrió el mercado interno a la competencia regional, lo que era algo bastante parecido a abrir el mercado a la oferta mundial, dada el peso agrícola de Argentina. En ese marco, Uruguay comenzó a desarrollar una dinámica distinta, las posibilidades de crecer en el mundo no tienen límite. El segundo es que fueron tiempos de una interesante dinámica tecnológica. La agricultura de secano, reducida en área, incorporó la rotación cultivo-pastura como tecnología de complementación entre rubros (granos y ganadería), lo que permitía reducir riesgos y además- aprovechar las sinergias agronómicas del método (fertilización natural de los suelos a través de la incorporación del nitrógeno por las leguminosas, fertilizaciones basales, control de plagas sostenible, etc.). Fue también el período del doble cultivo, trigo girasol de segunda. A su vez, comenzó a introducirse tímidamente la siembra directa, aunque sin llegar al vigor y expansión que tendría en la década siguiente. Expansión. Después de la crisis , confluyeron una serie de factores que impulsaron la agricultura a nuevos niveles productivos, con una multiplicación del área y la producción, en menor medida de los rendimientos. PRODUCCIÓN AGRÍCOLA Miles de toneladas /2 2/3 3/4 4/5 5/6 6/7 7/8 8/9 9/1 1/11 trigo+cebada soja+girasol maíz+sorgo

5 SUPERFICIE AGRÍCOLA TOTAL Miles de hectáreas /2 2/3 3/4 4/5 5/6 6/7 7/8 8/9 9/1 1/11 invierno verano Fuente: SERAGRO en base a DIEA La mejora en la competitividad global de la economía uruguaya (producto de la devaluación de la moneda) fue el trasfondo de un proceso de crecimiento sin antecedentes, que tuvo factores explicativos más directos, algunos de los cuales ya esbozamos. Mientras Uruguay transcurría y salía de su crisis, la demanda global de granos se afirmó. Cuando el país emprende la recuperación, encuentra un mercado global mucho más amigable que en el pasado, con sostenida demanda. También estaba disponible la tecnología apta para viabilizar la producción, que apuntará a sistemas de agricultura especializados: la rotación cultivo-pastura será sustituida por sistemas de agricultura continua, de mayor productividad por hectárea, con incorporación de la siembra directa y transgénicos. La gestión del riesgo (de lo cual la rotación cultivo-pastura era una expresión) se carga ahora en la propia modalidad de comercialización, con la utilización de mercados de futuro que permiten fijar precios por anticipado, con sus consecuentes beneficios en la gestión financiera. Todos estos rasgos se expresaron en la forma más clara en el cultivo que lideró la expansión: la soja. Con un mercado global en expansión y tecnología regional y mundial disponible, Uruguay ingresó luego que sus vecinos- en la expansión del área mundial de soja.

6 AREA DE SOJA EN URUGUAY Miles de hectáreas /1 1/2 2/3 3/4 4/5 5/6 6/7 7/8 8/9 9/1 1/11 Fuente: SERAGRO en base a DIEA Los protagonistas de la expansión. Dado que la crisis financiera previa excluyó la posibilidad de contar con crédito bancario, las primeras etapas del nuevo crecimiento se financiaron con el capital propio de las empresas agrícolas y fundamentalmente- con los proveedores. En este proceso, el rol de las empresas y capitales externos resultó clave. La expansión agrícola fue protagonizada por empresas y agricultores argentinos, en algunos casos en sociedad con agricultores y empresas comercializadoras locales. Los nuevos actores no solo aportaron capital fresco a un sector con profundos problemas de liquidez: también estructuraron la producción con una nueva modalidad organizativa: las empresas se estructuraron en redes de servicios, con una gestión coordinadora que canaliza la comercialización de la producción, la cual es realizada en distintos campos a través de empresas de servicios que se especializan en cada una de las tareas agrícolas (siembra, fertilización, cosecha, transporte). Los agricultores argentinos (así como otros empresarios extranjeros) aprovecharon también -en particular en los primeros años de expansión- la disponibilidad de tierra de razonable productividad a valores inferiores a los de la Argentina (con detracciones), tanto a nivel de arrendamientos como de capital tierra propiamente dicho. Esta expansión de la actividad agrícola en concreto, de su área- tiene un síntoma removedor en la extensión de las plantaciones a zonas que por décadas habían quedado fuera de los circuitos agrícolas en Uruguay, pese a tener buena aptitud productiva. En particular, se asiste a un aumento de las áreas de cultivo en las buenas tierras agrícolas del noreste (Tacuarembó, Cerro Largo, Rivera), donde sustituyen a la producción ganadera en los mejores suelos de la zona. La expansión de la agricultura fue uno de los principales factores explicativos del aumento histórico del precio de la tierra en Uruguay. A la llegada de argentinos buscando tierras a precios atractivos (un proceso de arbitraje de los valores de la tierra entre Argentina y Uruguay) se sumó el propio aumento de la productividad de la tierra, que convalidó y afirmó la valorización de dicho activo, en una tendencia clave para el sector agropecuario en particular y para la economía en general. Otro factor clave para viabilizar la expansión agrícola fue la consolidación de un marco de políticas macroeconómicas estable y positivo para los negocios en general y para la agricultura en particular. En especial, Uruguay consensuó políticamente (en una decisión que permaneció pese a cambios de gobierno) la no imposición de impuestos a

7 las exportaciones, lo que constituyó un diferencial explícito respecto a la Argentina. Además, reafirmó los regímenes de promoción de inversiones (zonas francas, ley de promoción), con un marco de neutralidad entre inversiones locales y extranjeras. Los rasgos del nuevo modelo 1. Agricultura continua con eje en la rotación soja-trigo. La histórica expansión de la agricultura en la última década tuvo su eje en la soja, la cual fue complementada en rotación de agricultura continua- con trigo. Esta rotación es la que explica buena parte del crecimiento y el doble cultivo trigo-soja se considera (en la mayor parte de las situaciones) como un rubro unificado, con zafras en las que el primero compensaba los traspiés productivos del segundo y viceversa, en el marco de las condiciones climáticas particularmente variables del Uruguay. Trigo y soja explican no solo la expansión reciente de la agricultura, sino también su destacado perfil exportador: en los años recientes, la agricultura se constituye en el principal rubro exportador del país EXPORTACIONES DE SOJA Y TRIGO Miles de toneladas 4/5 5/6 6/7 7/8 8/9 9/1 1/11* soja trigo PRECIO DE EXPORTACION SOJA u$s/ton FOB 4/5 5/6 6/7 7/8 8/9 9/1 1/11* soja

8 12 EXPORTACIONES DE SOJA + TRIGO Millones de dólares /5 5/6 6/7 7/8 8/9 9/1 1/11* soja trigo Fuente: SERAGRO en base a DIEA 2. El rol de la tecnología. Además de condiciones de mercado y empresariales predisponentes, la expansión agrícola de la última década se fundamentó en una fuerte adopción de nuevas tecnologías, que la diferencias de otros ciclos de expansión agrícola en el Uruguay en décadas pasadas. Dentro de esas tecnologías, se destacan dos que resultan claves: la Siembra Directa y los transgénicos. La Siembra Directa (concebida como la realización de cultivos sin roturación, con preparación de las chacras en base a agroquímicos) ya era conocida en Uruguay y en la región, pero su expansión no ocurrió hasta entrados los años 2, cuando se adopta de la mano de la soja. A su vez, la soja transgénica resistente a glifosato (aprobada en Uruguay en 1998) es la soja que abarca en pocos años- el 1% del total del cultivo, que como mencionamos- es el principal actor de la expansión. A partir de 23 y 24 se habilitan maíces transgénicos resistentes a lepidópteros, los cuales al igual que en el caso de la soja- también alcanzan a cubrir el 1% del área total del cultivo, en pocos años. Según una investigación reciente de Seragro*, las características incorporadas por la transgénesis a los cultivos de soja y maíz han sido valoradas por los agricultores, no sólo por la reducción de los costos sino por la contribución a la resolución de restricciones importantes, algunas específicas de los cultivos y otras referidas a la inserción de los cultivos en el sistema de producción. En el caso de la soja, los aspectos más destacados refieren a las facilidades para el control y manejo de malezas problemas (como la gramilla, por ejemplo), simplificando la gestión del cultivo y de ese modo- facilitando la intensa expansión y el amplio despliegue geográfico alcanzado. En el maíz se destaca la mejora en la gestión de las poblaciones de insectos plagas, con impactos importantes sobre la inclusión del cultivo en los sistemas de agricultura continua al posibilitar la realización de siembras tardías (de segunda, a continuación de un cultivo de invierno). 3. El nuevo modelo de gestión. El crecimiento agrícola reciente se basó en organizaciones empresariales dinámicas, de mayor escala que las históricas, que pudieron integrar y coordinar el trabajo especializado de numerosas empresas de servicios, en una modalidad de trabajo en red. Estas redes de empresas -con cada una de ellas enfocada en las distintas tareas del proceso agrícola (siembra, aplicaciones, cosecha, transporte, gestión comercial, asesoramiento especializado, etc.)- permitió a

9 estas nuevas redes alcanzar altos niveles de productividad por los recursos aplicados. Las tecnologías de la información (telefonía celular, Internet) resultaron un soporte clave, permitiendo a través de la comunicación on line y al instante- una capacidad de coordinación difícilmente alcanzable tan sólo un par de décadas atrás. A su vez, se logran economías de escala a varios niveles. Por un lado, la mayor producción permite una logística de mayor alcance en el terreno comercial, al superarse ciertos mínimos necesarios para concretar inversiones y negocios de escala (barcos completos, silos, gestión comercial, servicios de mercado, etc.). También a nivel de chacra, la especialización de las empresas de servicios en red permite mayores escalas y con esto- incorporación de alta tecnología: la maquinaria de última generación (con capacidad de ajustar aplicaciones y tareas en el sitio, con utilización de GPS, mecanismos de ajuste a topografía, etc.), es posible cuando se trabaja sobre un número suficiente de hectáreas. Al especializarse las diferentes tareas, la chacra deja de ser el límite para este tipo de maquinaria, que circula por diversas chacras en cada zafra. La incidencia de ese nuevo modelo de gestión se percibe en un reciente trabajo del Ing. Agr. Pedro Arbeletche (EEMAC, 28) que establece la evolución de los viejos y nuevos modelos de producción agrícola, a partir de datos de DIEA en el litoral oeste: Evolución de la modalidad de producción agrícola 2 27 Número de productores Modelos "tradicionales"* Nuevos modelos** Área agrícola (ha) Modelos "tradicionales"* Nuevos modelos** Fuente: Arbeletche (EEMAC, 28) * familiares, medianeros, empresarios agrícolas o agr-ganaderos ** gerenciadores, nuevos sistemas agr-ganaderos, agr.continua En etapas anteriores la agricultura reposaba en buena medida en el arrendamiento de tierras (con diversas modalidades contractuales, como aparecería, medianería, etc.). La expansión del nuevo modelo de gestión reafirma este rasgo, con modalidades de arrendamiento que en los primeros años de la expansión reciente se establecían en U$S/ha, tornándose luego más predominante el acuerdo en kilos de producto por hectárea (donde se reparte el riesgo precio, pero no el riesgo climáticoproductivo). Según datos de DIEA correspondientes a 21 el arrendamiento alcanza al 54% del área agrícola. La ponderación del arrendamiento es aún mayor en el estrato de empresas de más de 1. hectáreas de chacra (62% del área). Al enfocarse en la exportación como vía de crecimiento, el sector agrícola pudo captar e incorporar un elemento clave en su funcionamiento: los mecanismos de cobertura y manejo del riesgo precio, disponibles en los mercados internacionales. El comercio mundial de grano tiene en los contratos futuros y forward, un mecanismo esencial para la gestión de los riesgos de mercado, críticos en la producción de granos, a los cuales la agricultura uruguaya recurrió rápidamente, tal como muestran los siguientes datos:

10 Mecanismos para el manejo del riesgo-precio - Zafra 8/9 Trigo Cebada Soja Maíz Sorgo Girasol Número de productores Venta forward Contratos futuros Opciones s/futuros Total % con cobertura 12% 43% 48% % 3% 7% Miles de hectáreas Venta forward Contratos futuros Opciones s/futuros 5 Total % con cobertura 79% 44% 46% 6% 4% 4% Fuente: FAO-URU/TCP Gonzalo Gutiérrez La incorporación de estos mecanismos permitió una gestión de riesgos que catalizó la fuerte expansión, viabilizando la plantación, cosecha y comercialización de cultivos con garantías suficientes para los agentes financieros (proveedores, bancos) y para los productores. 4. El impacto en la economía. El crecimiento agrícola de la última década tuvo un fuerte impacto en la economía uruguaya, tanto si se lo mide a nivel macroeconómico (crecimiento, inversiones, exportaciones) como a nivel social (empleo, ingreso). Por sus encadenamientos, el crecimiento agrícola tiene un fuerte impacto directo pero sobre todo- indirecto en la economía: al aumento en la actividad rural en las zonas de expansión de los cultivos, hay que sumar la mayor demanda para industrias de insumos (semillas, fertilizantes, agroquímicos, etc.). Asimismo, el crecimiento en la producción de granos promovió un aumento en la actividad en sectores como transporte y comunicaciones, servicios directos e indirectos, y nuevas inversiones (maquinaria, silos, puertos, etc.).

11 35 VENTA DE CAMIONES km Unidades por año Fuente: Seragro en base a ASCOMA La inversión asociada al crecimiento agrícola tiene impacto propio en la economía y externalidades positivas varias, al viabilizar una expansión de las capacidades de transporte y logística, generar actividad en industrias proveedoras (metalmecánica, construcción, etc.) y demandar más y mejores recursos humanos. Esta dinámica ha sido reforzada aún en mayor medida por el generoso régimen de promoción de inversiones vigente en Uruguay a partir de 27 (reglamentación de la ley de inversiones de 1997), que entre otros mecanismos- permitió a varias empresas descontar inversiones presentes de impuestos a la renta futuros, en el marco de proyectos de inversión sectoriales. Este mecanismo se utilizó con particular intensidad para la construcción de silos y depósitos. Asimismo, otro factor que catalizó las inversiones en el sector fue la posibilidad de tomar los contratos de trabajo de las empresas de servicios de maquinaria como garantía para créditos bancarios. Esto permitió el financiamiento de numerosas empresas, que renovaron y ampliaron sus capacidades de cosecha, aplicaciones, etc.. Para las instituciones financieras, que ingresaron tardíamente al financiamiento de la agricultura, el contrato de trabajo es una garantía aceptada, lo que les permitió ampliar colocaciones en un sector en crecimiento. Esto complementó mecanismos de garantía con prenda de cosecha, entre otros. Si se suman los gastos de arrendamiento, costo directo de cultivo, costo de fletes, acopio y demás servicios, la agricultura aplica anualmente entre 8 a 1. dólares por hectárea, lo que implica considerando la superficie- una inversión anual de unos 1.2 millones de dólares por año (cifra equivalente a la inversión que realizó UPM para construir la planta de celulosa). Desde el punto de vista económico y social, estudios recientes muestran el impacto del crecimiento del agro en general y de la agricultura en particular. Según Tommasino y Bruno (Opypa 21), que analizaron la información de cotizantes empresariales al BPS, el número de empresas relacionadas a la actividad agropecuaria pasó de en 2 a en 29. El aumento es leve (3,6%), pero lo interesante es que incluye una caída de 1,5% en las empresas rurales puras (que gestionan tierra), mientras las empresas contratistas suben de 1.11 a 2.944,

12 consecuencia de la mayor tercerización de servicios y la mayor formalización. El nuevo modelo de producción agrícola explica buena parte de esta evolución. Simultáneamente, el número de personas vinculadas a la actividad agropecuaria aumentó 18% en dicho período (178.5 en 29), lo que se explica por un aumento en el número de trabajadores rurales del 42%. Qué puede decirse del ingreso de dichas personas? Cifras presentadas por Errea, Peyrou, Secco y Souto, en un reciente trabajo sobre las Transformaciones en el agro uruguayo (UCUDAL, 211), muestran que el ingreso en las zonas agrícolas tuvo un crecimiento mucho mayor al promedio; algo similar puede decirse de la actividad y el empleo: Evolución de indicadores (% respecto a 21) Zona, región o ciudad Actividad Empleo Ingreso País urbano 4,4 13,7 133,4 Montevideo 3,5 13,1 12,5 Interior urbano 5,8 14,7 164,6 Durazno, R.Negro y Soriano 12,4 26,4 173,3 R. Negro y Soriano (urbano) 2, ,4 Young 15,1 16,8 187,8 Mercedes 12,2 27,5 189 Fuente: Errea, Secco, Peyrou y Souto (UCUDAL, 211) A su vez, la expansión de la producción de granos se constituye en una base firme para el desarrollo de agroindustrias que pueden agregar valor en la transformación del producto. A modo de ejemplo, la industria molinera está funcionando, desde hace varias zafras, con grano de trigo que cotiza a paridad de exportación, lo cual es un avance sustancial respecto a situaciones del pasado, en las que la referencia era la paridad de importación. Asimismo, la industria racionera cuenta con una provisión de grano con oferta multiplicada, lo que le permite proyectarse con mayor vigor. En el plano agroindustrial, también se han presentado desafíos: la industria maltera (que ha expandido su capacidad) ha tenido dificultades para abastecerse de cebada ante la alta competitividad del trigo (el cultivo competidor); además, la industria aceitera tiene restricciones para su crecimiento (competencia regional, escala, etc.). De todas formas, en el balance el impacto de la mayor producción de granos se ve multiplicado por la agroindustria procesadora. Desafíos para el crecimiento agrícola 1. Tecnología. El crecimiento reciente de la producción de granos se basó en una fuerte incorporación de nuevas tecnologías de alto impacto. La utilización de insumos y su intensidad de uso crecieron en forma destacada. La investigación aplicada tiene buen desarrollo en Uruguay, si bien buena parte de las innovaciones incorporadas de alto impacto (p.e. transgénicos) son generadas por empresas de carácter global. Se plantea el desafío de generar tecnologías propias, que respondan a necesidades específicas (particularidades) de los sistemas de producción uruguayos. En este plano, el rol de los institutos especializados y la academia es clave, así como el de las propias empresas que en la medida que Uruguay se mantenga y crezca como un mercado demandante atractivo- podrían aplicar recursos a desarrollar soluciones

13 específicas. Un ejemplo es el mejoramiento genético en cultivos de verano, que ha sido acotado en Uruguay y llega desde centros genéticos regionales y globales. El crecimiento de la producción de granos ha sido fuerte y rápido y ha permitido el desarrollo y fortalecimiento de un amplio sector de empresas proveedoras que consolidado el alto nivel de producción- podrían intensificar la investigación en adaptación tecnológica o en nuevas tecnologías. A su vez, productores, industrias, empresas proveedoras e instituciones de investigación (INIA, Universidad) han coordinado el trabajo en Mesas Tecnológicas (Cebada, Trigo, Soja), que se han constituido en ámbitos fructíferos para enfocar temas y encontrar soluciones, con aportes del sector público y de las empresas. Estos ámbitos cuyos primeros antecedentes datan de la década de los 9- han incorporado a los nuevos actores del sector agrícola, que han aportado una dinámica renovada. 2. La gestión de los Recursos Naturales. La expansión agrícola genera lógicamenteuna mayor presión de uso sobre los recursos naturales involucrados, particularmente la tierra. A su vez, los recursos naturales imponen limitaciones a la expansión, que se van vislumbrando con mayor claridad con el avance de las cosechas y la acumulación de zafras que suman experiencia. Pocas cuestiones agronómicas en agricultura pueden definirse por el resultado de tres o cuatro zafras. Las interacciones entre suelos, cultivos, clima y mercados, son suficientemente complejas como para evitar al menos en el corto plazo- definiciones terminantes, en el marco de una nueva modalidad de producción agrícola que, si bien en ciertos rasgos está consolidada, aún no tiene 1 años de funcionamiento. Dicho esto, hay algunos puntos críticos que pueden plantearse. El primero, es sobre el potencial de mayores avances de la producción agrícola, en un mapa de suelos uruguayo que es diverso y complejo: contrariamente a la realidad observable en otras áreas agrícolas del mundo (EEUU, Pampa argentina) Uruguay es un verdadero mosaico de suelos de diversa aptitud, con diferentes interacciones con el clima. La presión sobre los recursos plantea la necesidad de enfatizar en su conservación y para eso hay un rol general de la profesión agronómica, además del rol del Estado. En este punto, la Dirección de Recursos Naturales Renovables del MGAP ha comenzado a exigir Planes de Uso y Manejo de suelos, que buscan hacer cumplir la normativa legal de conservación de suelos, en base a determinados criterios técnicos. 3. Logística. Si bien Uruguay disponía de una infraestructura aceptable de puertos y carreteras a comienzos de la década pasada, el crecimiento de la producción agrícola y forestal desbordó las capacidades disponibles. La expansión de la producción agrícola coincidió con un período de restricciones presupuestales significativo, en el cual las nuevas obras de infraestructura no estuvieron entre las prioridades del presupuesto público. Esto derivó en serios cuellos de botella que afectaron la gestión de las cosechas, particularmente en los últimos años, cuando la producción global de granos alcanzó los 4 millones de toneladas. Estos problemas no soslayan el importante proceso de acumulación de inversiones privadas en logística, particularmente camiones y depósitos. Se logró así encauzar un volumen creciente de granos exportados:

14 MOVIMIENTO DE GRANOS EN N.PALMIRA Miles de toneladas Exportación Tránsito Fuente: Schandy Sin embargo, dicha inversión no ha sido suficiente para superar los problemas y no ha sido, hasta ahora, complementada con inversiones en carreteras, puertos y canales de acceso, que permitan reducir los aumentados costos logísticos. En efecto, el deterioro de los caminos y la falta de eficiencia en la gestión logística suma costos agregados a la cadena agrícola, los que más allá del eslabón en el cual se generan- impactan en su funcionamiento global, operando como verdaderos impuestos indirectos en el margen. A su vez, más allá de las necesidades de infraestructura (inversiones duras ), está en desarrollo un proceso de integración y coordinación logística que incluye todos los eslabones. Esto implica desarrollo de herramientas basadas en Tecnologías de la Informacion, nuevas modalidades de contrato (con nuevos sistemas de tarifas, penalizaciones, etc.) y acuerdos interempresariales, lo podrían definirse como inversiones blandas en logística. Son una respuesta a las mayores capacidades en ciertas etapas (p.e. cosecha) que es necesario acompañar en los eslabones subsiguientes, para reducir costos por demoras, etc.. Hoy, el país plantea una amplia agenda de inversiones en infraestructura logística, con nuevas herramientas de articulación público-privadas (Contratos de Participación P/P). Aún subsisten discusiones sobre la modalidad de financiamiento en algunas áreas, en particular la caminería rural vecinal, la cual pretende financiarse con un nuevo impuesto a la tierra. Coinciden con esta iniciativa estudios y análisis sobre la posibilidad de establecer tasas a la circulación de los productos, aunque este tipo de propuestas aún no ha madurado en proyectos concretos. Parte de la agenda depende de la relación bilateral con Argentina, en particular la vinculada a los canales de acceso a los principales puertos graneleros. En este capítulo, el punto crítico es el dragado del Canal Martín García, que hace a la competitividad del principal puerto granelero de Uruguay, Nueva Palmira.

15 Fuente: Schandy 4. La agricultura y su articulación con las cadenas de valor. La expansión de la producción agrícola implica un cambio de escenario relevante para las agroindustrias procesadoras de granos, así como para la producción animal consumidora de granos como alimentos. En ambos casos se abre un amplio abanico de oportunidades, la mayor parte de las cuales están siendo aprovechadas. Implica también desafíos de diversa índole. Tal como fue mencionado líneas arriba, la transformación industrial de la producción de granos constituye uno de los impactos positivos destacados del crecimiento agrícola en el crecimiento económico general. Contrariamente a lo que sucedió en décadas pasadas (donde el desarrollo industrial se fundamentaba en medidas de política pública de promoción específica, muchas veces a costa del propio sector primario) hoy se configura la oportunidad (como dijimos, ya captada en muchos casos) de establecer cadenas de transformación que agreguen valor sobre la base de una producción agrícola competitiva (exportadora). En cuanto a la producción animal, el crecimiento de la producción de granos ofrece la posibilidad de contar con un complemento alimenticio abundante y competitivo, que permite combinaciones de alimentación más eficientes. En el sector ganadero, el área perdida a manos de la agricultura es compensada por la mayor disponibilidad y uso de granos. Se esboza una mayor integración de los alimentos concentrados en la producción ganadera a todo nivel, con sistemas que utilizan campo natural, pasturas y concentrados, en diversa proporción. Asimismo, crece la opción de establecer encierros de ganado, para realizar la última etapa de engorde. En lechería el uso de granos ya era más generalizado, aunque también hay un impacto. En lo que refiere a otras producciones animales intensivas (avicultura, porcinos) el aumento en la producción de granos (en particular soja y maíz), también implica un cambio de escenario interesante; durante décadas estas producciones captaron el grano para ración a paridad de importación, pero ahora lo tienen disponible en forma más competitiva, en paridad de exportación. Esto abre una oportunidad para el crecimiento de estas producciones, que ya se está esbozando.

16 En total, el consumo de sorgo y maíz ( consumo aparente, estimado por Opypa) subió de 3 a 6 mil toneladas entre 24 y 29. Toda esta sinergia con la producción animal se basa en buena parte- en la expansión de los cultivos forrajeros (maíz y sorgo), que al menos hasta ahora- ha tenido un dinamismo menor que el de la soja y el trigo (la rotación predominante). Sin embargo, la sostenibilidad de los sistemas de agricultura continua en siembra directa exige un alto nivel de residuos en superficie que los cultivos forrajeros pueden proporcionar en forma abundante. A su vez, la propia demanda ganadera (más intensiva ) abre posibilidades para una dinamización del mercado interno de dichos cultivos, que particularmente para el sorgo- siempre constituyó una limitante. El sorgo se adapta mucho mejor que el maíz a muchos suelos y a la variabilidad climática. Es difícil de exportar (los fletes a puerto en muchos casos hacen el cultivo no económico en la exportación), sin embargo puede ser la gran herramienta para potenciar la actividad ganadera, acelerando procesos y, sobre todo, constituyendo el gran seguro climático que atienda los problemas cada vez más frecuentes, en verano e invierno. A esta altura cabe mencionar que durante más de tres años Uruguay estableció una moratoria (implícita primero, explícita después) para nuevos materiales transgénicos, lo que demoró principalmente- la incorporación de nuevos materiales de maíz. Si bien este cultivo tiene en Uruguay una seria limitante en el clima, puede estimarse que dicha moratoria tuvo un efecto retardatario de su desarrollo (claramente, rezagó al país respecto a sus competidores regionales). La referida moratoria ya ha sido levantada y esta zafra se incorporarán nuevos transgénicos de maíz (resistentes a glifosato y combinados) lo que abre más oportunidades para el cultivo. Otra área de desarrollo en cadena son los biocombustibles. Uruguay ha dispuesto por ley promover las energías renovables y otorgar a Ancap el monopolio para la comercialización de biocombustibles al consumo interno. Productores independientes pueden exportar o autoabastecer sus propias flotas, o vender el biocombustible a Ancap. La ley obliga a Ancap a mezclar la nafta con un mínimo de 5% de etanol a partir de 215, y el gasoil con un mínimo de 2% de biodiesel a partir de 29. A partir del 212, el mínimo obligatorio de biodiesel en la mezcla será 5%. Para cumplir estos objetivos, ANCAP ha dispuesto una empresa propia (ALUR) que se encargará de producir el biocombustible necesario. En el caso del etanol, los primeros volúmenes son generados en Bella Unión, a partir de caña de azúcar, pero el objetivo de ALUR es producir en mayor medida- a partir de grano, en particular sorgo, en una planta de próxima construcción en Paysandú. En biodiesel, ALUR apunta a cubrir los objetivos con una nueva planta en Montevideo. Si bien hay producción de biodiesel por parte de empresas ubicadas en distintos puntos del país, estas han chocado con limitaciones tecnológicas y, además, ALUR apunta a centralizar la mayor parte de la producción. En Uruguay se consumieron 889 millones de litros de gasoil en 21. Una mezcla al 5% implica unos 45 millones de litros de biodiesel, los cuales pueden producirse procesando unas 27 mil toneladas de soja, con la producción de unas 2 mil toneladas de harina proteica. Es un ejemplo de la dimensión que tiene la producción de biocombustibles en su asociación con los granos. Al analizar las cadenas de valor no debe soslayarse el rol de las industrias proveedoras, que en Uruguay tiene fuerte expresión, con empresas consolidadas que incluso- han logrado expandir sus actividades en la región. Firmas de fertilizantes, agroquímicos, biotecnología, maquinaria y repuestos, etc., tiene un rol clave en la cadena de valor agrícola.

17 Evolución reciente. Ha frenado el avance agrícola? Posibles frenos : tierra, rendimientos y costos. La combinación-proporción de costos en agricultura (tierra, insumos y servicios), han tenido ajustes en los dos últimos por mayor eficiencia tecnológica, escala, etc.. A su vez, los precios relativos han variado y hoy se asiste a una mayor fortaleza de los precios de la carne y la leche. La renta ganadera aparece como más competitiva ante la agricultura, respecto a lo que se configuró en los primeros años de la expansión agrícola. Esto puede generar nuevas dinámicas, en particular en tierras mixtas, de agricultura y ganadería (centro, norte, este). Asimismo, durante los últimos años el tipo de cambio ha tenido un fuerte retroceso que aumenta los costos de producción. Si bien los precios han subido en dólares corrientes, la evolución es más moderada en términos reales, y más moderada aún respecto a los costos internos. En este contexto, la agricultura ha tenido dificultades en superar la presión de precios relativos a través de productividad, ya que los rendimientos no han variado significativamente. Esto puede estar expresando limitaciones tecnológicas que impiden el crecimiento en productividad. Genética, insumos, clima, son algunos de los factores que podrían explicar este estancamiento RENDIMIENTO DE SOJA kg/ha promedio últimos 1 años 5 1/2 2/3 3/4 4/5 5/6 6/7 7/8 8/9 9/1 1/11 5, PRODUCTIVIDAD AGRÍCOLA (secano) ton/ha/año 4,5 4, 3,5 3, 2,5 2, 1,5 1/2 2/3 3/4 4/5 5/6 6/7 7/8 8/9 9/1 1/11 Fuente: SERAGRO en base a DIEA