MANCOMUNIDAD INTEGRAL SIERRA DE MONTÁNCHEZ

Transcripción

1 MANCOMUNIDAD INTEGRAL SIERRA DE MONTÁNCHEZ S NOVIEMBRE 2014

2 TEMAS SALUD CÁNCER HEPÁTICO SISTEMAS DE SEGURIDAD INFANTIL MEDIO AMBIENTE AHORRO DE ENERGÍA EN EL HOGAR: CALEFACCIÓN

3 CÁNCER HEPÁTICO El carcinoma hepatocelular o cáncer de hígado presenta una distribución universal, pero su incidencia presenta variaciones geográficas en función de factores raciales o genéticos y a factores ambientales. Representa un problema de salud, con más de un millón de casos diagnosticados cada año en todo el mundo. En aquellos países cuya incidencia va ligada al virus de la hepatitis C (VHC) la incidencia parece ir en aumento. En España es relativamente importante: se diagnostican más de casos anuales en nuestro país (14 por cada hombres y 4 por cada mujeres, anualmente). Hablamos de cáncer de hígado o hepatocarcinoma cuando las células tumorales, con capacidad de invadir los tejidos sanos de alrededor y de alcanzar órganos alejados e implantarse en ellos, están ubicadas en el hígado. El hígado está compuesto principalmente por células llamadas hepatocitos (aunque existen otros tipos). En función del tipo de célula que se altere, en el hígado pueden aparecer varios tipos de tumores, que tendrán una causa, un tratamiento y un pronóstico diferentes. Prevención La principal forma de prevención radica en disminuir los factores de riesgo para padecer cáncer de hígado, los cuales son: En un 50% - 80% de los pacientes, el cáncer de hígado se asocia a cirrosis hepática, la cual es una enfermedad irreversible del hígado como resultado de un daño continuado en el hígado, en ocasiones causada por el alcohol o por un virus, en el que el tejido hepático normal se reemplaza por fibrosis hepática. Otro factor de riesgo es la infección por el virus de la hepatitis B o el virus de la hepatitis C. Hay otros factores de riesgo más raros, como la intoxicación alimentaria por una toxina denominada aflatoxina, producida por un hongo que contamina algunos alimentos. Esto es más frecuente en países orientales. También tienen más riesgo de cáncer de hígado los trabajadores que se exponen al polvo de cloruro de vinilo.

4 Síntomas No hay una sintomatología específica del cáncer de hígado, dado que muchos de sus síntomas pueden aparecer en enfermedades del aparato digestivo, como hepatitis, cálculos en la vesícula biliar, pancreatitis, etc. Puesto que la mayoría de ellos se desarrollan sobre un hígado cirrótico, el paciente puede padecer los síntomas propios de la cirrosis. La descompensación de un cirrótico debe hacer pensar en la aparición de un hepatocarcinoma, entre otras causas de descompensación. Un porcentaje mínimo de pacientes, cuyo hepatocarncinoma se desarrolla sobre un hígado sano, puede presentar síntomas inespecíficos. En ocasiones puede aparecer un bulto en lado derecho del abdomen como consecuencia del crecimiento del hígado, que puede acompañarse de dolor irradiado hacia la parte derecha de la espalda. Otras veces la bilis no se puede eliminar adecuadamente y se acumula en la sangre, dando un color amarillo de la piel (ictericia). Puede haber síntomas generales como pérdida del apetito, pérdida inexplicable de peso y cansancio. Fases Como ocurre con la mayoría de los tumores, también existe una clasificación en fases o estadíos del tumor para el cáncer de hígado, pero no es útil en la práctica clínica, debido a que solamente recoge el tamaño del tumor primario, la presencia de infiltración ganglionar y la presencia de enfermedad metastásica o a distancia. En el cáncer de hígado es mucho más importante el grado de deterioro de la función hepática, el número de nódulos tumorales y las posibilidades funcionales (según la normalidad o no del tejido hepático) de poder realizar un tratamiento local con intención curativa. El principal factor pronóstico es el estadio funcional del hígado, valorado internacionalmente por la clasificación de CHILD-PUG. En segundo término está el tamaño de la lesión tumoral hepática o el número y tamaño de las lesiones tumorales existentes para poder considerar un tratamiento erradicador con posibilidad de curación. De tal forma que un tumor pequeño en un hígado muy dañado puede tener tan mal pronóstico como un tumor más grande, o varios nódulos tumorales en un hígado funcionalmente sano.

5 Estadios del tumor De manera práctica, el cáncer de hígado se divide en tres categorías: Tumor localizado: El tumor es solitario, o existen varios tumores menores de 3 centímetros. Tumor localizado pero que no se puede operar: El tumor está en el hígado o afectando a los órganos vecinos pero no está indicada la intervención quirúrgica, bien por la localización del tumor o bien porque hay cirrosis. Tumor avanzado: En esta situación el hepatocarcinoma se ha extendido a otros lugares del cuerpo como por ejemplo los ganglios linfáticos, o los huesos o el pulmón. Dado que el cáncer de hígado aparece en la mayoría de los casos asociado a una cirrosis hepática y que el grado de función hepática va a determinar las opciones terapéuticas y la supervivencia independientemente de la presencia del propio tumor, es imprescindible para poder establecer una evaluación pronóstica, considerar conjuntamente el grado de disfunción hepática y la extensión tumoral.

6 SISTEMAS DE SEGURIDAD INFANTIL Los accidentes de tráfico son la principal causa de muerte entre los menores de 14 años. Aproximadamente un 40 % de los niños fallecidos no utilizaba ningún Sistema de Retención. Su uso reduce un 75 % las muertes y un 90 % las lesiones, aún así, muchos niños y niñas viajan todavía sin la adecuada protección. Recordemos que estos sistemas no son solo recomendables, sino que son OBLIGATORIOS. Los menores de 12 años cuya estatura no alcance los 135 centímetros, deberán utilizar obligatoriamente un dispositivo de retención adaptado a su talla y peso. Elige el modelo teniendo en cuenta siempre el peso, altura y edad del usuario. Las correas han de quedar bien ajustadas al cuerpo del niño. Sigue siempre las instrucciones de montaje de cada modelo. Comprueba que la silla se sujete con firmeza a los asientos del coche. El asiento trasero central ofrece la mejor ubicación al ser el más seguro frente a una colisión frontal o lateral. Los asientos posteriores son los más seguros. Pero si el niño va delante, el airbag ha de ir DESACTIVADO. A la hora de adquirir un Sistema de Retención Infantil (SRI), busca la etiqueta en la que indique que la silla está homologada, para qué vehículos es válida y el peso de los niños que pueden utilizarla. Prueba la silla con tu hijo, valora su comodidad y adaptación, y si acepta ir atado. Comprueba que la silla se adapte perfectamente al asiento de tu automóvil y a los cinturones de seguridad. GRUPO 0: Hasta 10 kg aprox. (recién nacidos hasta un año) Estas sillas se colocan en sentido contrario a la marcha. En el caso de los capazos, deben colocarse en los asientos posteriores, en posición horizontal y transversal a la marcha. Las sillas se ubicarán en el asiento delantero o los traseros, pero lo más recomendable son los traseros.

7 GRUPO 0+: Hasta 13 Kg aprox. (recién nacidos hasta 18 meses) Estas sillas se deben utilizar siempre en sentido contrario a la marcha y en los asientos traseros. Niñas y niños se sujetan a la silla mediante un arnés de cinco puntos. Ir en sentido contrario permite una mayor protección de cabeza, cuello y columna. Debe cambiarse de sistema cuando el niño supere los 13 kg o su cabeza sobresalga del respaldo. El asa forma parte de la seguridad de la silla. Colóquela como indican las instrucciones del fabricante GRUPO 1: De 9 a 18 kg (Aprox. 1 a 4 años) Se corresponde con sillas con arnés que miran hacia delante. Esta silla debe instalarse siempre antes de sentar al bebé, siguiendo de forma precisa las instrucciones de anclaje específicas para cada modelo. La silla se fija al asiento mediante el cinturón del vehículo; cumprueba que queda fijada firmemente. El niño queda sujeto mediante un arnés de cinco puntos que siempre debe ir bien ajustado al cuerpo. Recuerda que el asiento más seguro es el central trasero y el más peligroso el del copiloto GRUPO 2 y 3: De 15 a 36 kg (Aprox. 4 a 12 años ) Se trata de asientos y cojines elevadores. Indicados para el momento en el que el niño es demasiado grande para una silla y demasiado grande para el cinturón de adulto. Funcionan elevando al niño hasta alcanzar la altura necesaria para utilizar el cinturón del propio vehículo correctamente, siendo éste el que sujeta al niño y al elevador.

8 La banda diagonal del cinturón ha de pasar por encima de la clavícula y sobre el hombro sin tocar el cuello, y la banda ventral, lo más abajo posible sobre las caderas y muslos, y nunca sobre el estómago. Utiliza siempre cojines elevadores con respaldo. Ofrecen mayor protección y comodidad A partir de 135 cm (Aprox. mayores de 12 años ) Excepcionalmente, los menores de 12 años de estatura igual o superior a 135 cm pueden utilizar directamente los cinturones de seguridad del propio vehículo. Dentro de esta posibilidad, hasta los 150 cm es recomendable que los menores sigan utilizando SRI homologados a su talla y peso. En todos los casos, la banda diagonal del cinturón ha de pasar por la clavícula, sobre el hombro y bien pegada al pecho, mientras que la banda ventral ha de quedar lo más baja posible sobre la cadera. Si la banda del hombro toca el cuello o pasa bajo el mentón, el niño debe seguir utilizando un asiento elevador. Mujeres embarazadas Nunca deben viajar sin hacer uso del citurón de seguridad. La parte inferior deberá ir colocada por debajo del abdomen (nunca sobre la tripa) y la superior sobre el hombro, pasando por la mitad del pecho. Es conveniente colocar el respaldo del asiento en posición vertical. Nunca olvides que La velocidad máxima a la que un adulto es capaz de impedir que un niño salga lanzado hacia delante en caso de impacto, es solo de 5 Km/h. Nunca lleve el niño en brazos ni suelto y no comparta el cinturón, porque sería aplastado. El niño debe ocupar los asientos traseros del coche. Si excepcionalmente utiliza el asiento del copiloto SE DEBE DESCONECTAR SIEMPRE EL AIRBAG. Los niños deberán viajar en sentido contrario a la marcha el mayor tiempo posible (hasta los 4 años si su estatura lo permite)

9 Los arneses o el cinturón no deberán ir retorcidos, ni holgados, ni doblados. Los SRI del grupo 2 y 3 se deben instalar en asientos equipados con cinturones de seguridad de 3 puntos. El SRI debe ir perfectamente anclado (sin moverse), es recomendable el uso del sistema Isofix con el que cuentan la mayoría de los cohes nuevos. La cabeza del niño nunca debe asomar por encima del respaldo del sistema de retención (si esto ocurre debe de pasarse a un sistema de un grupo superior). Los mayores de 4 años deben usar cojines con respaldo, que reducen la gravedad de lesiones en la cabeza por colisiones laterales. Sólo se aconseja el uso del capazo cuando sea necesario llevar al recién nacido acostado por razones médicas y así lo aconseje el pediatra. Si la sillita ha recibido algún impacto por una colisión o accidente, nunca se debe reutilizar. Use una nueva!

10 AHORRO DE ENERGÍA EN EL HOGAR: CALEFACCIÓN El principal consumo de energía en los hogares españoles se produce en los sistemas de calefacción, el cual puede llegar hasta el 63 % de la energía total que se consume en un hogar; más de lo que consume electrodomésticos, agua caliente, cocina e iluminación juntos. Por ello, para ahorrar de forma significativa en nuestras facturas debemos considerar algunas mejoras que podemos realizar en nuestro sistema de calefacción: 1. Ajustar la temperatura en cada estancia En todas las estancias de la casa no necesitamos la misma temperatura, debido a las distintas costumbres que se realizan en cada una de ellas. Por eso, lo ideal es adecuar la temperatura a cada estancia, en lugar de la misma temperatura para toda la casa. En pasillos, sótanos o trasteros donde no solemos permanecer demasiado tiempo, no es necesario tener calefacción. En los dormitorios es suficiente con mantener entre 15 y 17 ºC. En la cocina, donde desarrollamos cierta actividad física, necesitamos una temperatura moderada, en torno a los 18 º C. En aquellas estancias donde solemos permanecer sentados o sin realizar demasiados movimientos, es necesario mantener la temperatura entre 19 y 20 ºC. De este modo podemos reducir la temperatura media de nuestro hogar en 1-2 ºC sin pasar frío. Cada grado menos de media supone reducir el consumo de energía en calefacción en torno a un 10 %.

11 2. Apágala si no estás en casa Al contrario de lo que mucha gente piensa, se gasta menos energía apagando la calefacción por la noche o cuando no estamos en casa, que si la dejamos encendida. Esto se debe a que mantener una temperatura determinada en nuestro hogar supone un gasto de energía continuo, ya que las viviendas tienen pérdidas de calor a través de los muros, ventanas o techos. La energía necesaria para mantener constante la temperatura será mayor cuanto menor sea la temperatura exterior y cuanto peor aislada esté la vivienda. Por tanto, las pérdidas de calor serán menores cuanto menor sea la diferencia entre el interior y el exterior. Al apagar la calefacción dejamos de gastar energía para compensar las pérdidas de calor; esta cantidad de energía no consumida es mayor que la que necesitaríamos para recuperar la temperatura. La aplicación de esta medida supone un ahorro de en torno al %. 3. Evite pérdidas de calor al ventilar Es importante ventilar nuestra vivienda para evitar malos olores, renovar el aire que respiramos y mantener una humedad ambiental adecuada. Esta acción siempre conlleva una cierta pérdida de calor, la cual podemos disminuir si lo realizamos de forma correcta; lo más eficiente es abrir a la vez todas las ventanas, dejando abiertas todas las puertas entre las distintas habitaciones. Esta forma de ventilar permite reducir el tiempo de ventilación y que se enfríen las paredes. Es una de las medidas que conlleva un mayor ahorro energético, debido a que se pierde menos calor. El potencial de ahorro puede ser entre el 15 y 20 %. 4. Purga los radiadores La mayoría de los hogares españoles tienen radiadores de agua caliente, en los que es importante sacar el aire acumulado que impide una adecuada calefacción. Es una tarea muy sencilla que conlleva sólo unos minutos. Para ello, utilizando una moneda o un destornillador, abre el purgador poco a poco colocando un recipiente para recoger el posible agua que salga. Cuando deje de salir aire y solo salga agua, cerramos y ya está listo! Debemos comprobar que el radiador se calienta en toda su superficie. Si quedara aire los radiadores suelen calentar menos por la parte superior. El potencial de ahorro de esta medida está en torno al 5 %.

12 5. Instala un buen termostato (o varios) Los termostatos nos permiten fijar una determinada temperatura, bien para la vivienda en general, o para cada estancia en particular, apagando la calefacción cuando se alcanza la temperatura deseada y encendiéndola cuando vuelve a caer, sin necesidad de estar constantemente pendiente de la misma. Existen termostatos tradicionales baratos, pero no se pueden programar. Son poco precisos y fácilmente podemos dejar la calefacción encendida por un olvido. Los cronotermostatos son termostatos digitales programables, mucho más precisos y es posible determinar el horario de encendido y apagado, así como la temperatura para cada estancia. Son bastante más caros pero son una inversión rentable, ya que permiten ajustar mucho mejor la temperatura concreta. Los radiadores de agua tradicionales permitían abrir o cerrar el paso de agua caliente de forma manual según la temperatura de la habitación. En los cabezales termostáticos se fija una temperatura, de forma que esa apertura y cierra es automática. Estos cabezales son bastante baratos y se instalan directamente sobre las válvulas termostatizables de los radiadores. Esta serie de medidas propuesta, en su conjunto, nos permite ahorrar en calefacción hasta un 40 % del consumo total, lo que supone un gran beneficio para nuestro bolsillo pero también para el medio ambiente, ya que se reduce la emisión de gases a la atmósfera; por tanto, una doble ventaja.