EL REGISTRO DE LA CACERÍA COMO BASE PARA EL MONITOREO Y MANEJO DE FAUNA EN ISOSO

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1 ARTÍCULOS CIENTÍFICOS -TÉCNICOS Rev. Bol. Ecol. 16: 29-40, 2004 EL REGISTRO DE LA CACERÍA COMO BASE PARA EL MONITOREO Y MANEJO DE FAUNA EN ISOSO HUNTING RECORDS AS A BASIS FOR WILDLIFE MANAGEMENT AND MONITORING IN THE ISOSO Rosa Leny Cuéllar 1, Andrew J. Noss 2 y Alejandro Arambiza 3 RESUMEN Como parte del programa de conservación del Parque Nacional Kaa-Iya del Gran Chaco, iniciamos el monitoreo de cacería en 1996 con cazadores de la Tierra Comunitaria de Origen de Isoso. Los objetivos han sido caracterizar la cacería, evaluar la sostenibilidad de la misma, y diseñar e implementar planes de manejo de fauna. En este artículo, comparamos el automonitoreo con un muestreo sistemático en cuanto a estimaciones de números de animales cazados y biomasa por especie. Evaluamos tendencias interanuales en cuanto a capturas por unidad de esfuerzo con dos índices (horas-cazador y cazadoresmeses) y en cuanto a estructura poblacional de los ungulados más cazados. Los indicadores no son muy precisos, y no consideramos que los incrementos o decrementos observados representen cambios reales de un año a otro. Sin embargo, pueden revelar tendencias importantes a largo plazo, relacionados con la sobre-cacería a tiempo de tomar medidas adecuadas de manejo. El monitoreo de cacería implica costos importantes difíciles de compensar con los beneficios percibidos (especialmente los beneficios de carne consumida, medicina, artesanía), por lo tanto se deben contemplar en programas generales de desarrollo porque la fauna representa un elemento importante de la economía local. Palabras clave: cacería, monitoreo, manejo de fauna, sostenibilidad, tendencias poblacionales, Chaco, TCO Isoso. ABSTRACT As part of the conservation program for the Kaa-Iya del Gran Chaco National Park, we began to monitor hunting in 1996 with hunters in the Isoso TCO (indigenous land). The objectives were to characterize hunting and evaluate its sustainability, and to design and implement wildlife management plans. In this article we compare self-monitoring with a systematic survey in estimating numbers of hunted animals and biomass per species. We evaluate year-to-year trends in catch-per-unit-effort using two indices (hunter-hours and hunter-months) and in population structure of the most commonly hunted ungulates. The indicators are not very precise, and we do not consider observed increases or decreases to represent real changes from year to year. However, they may reveal important long-term trends related to over-hunting in time to implement appropriate management measures. Hunting monitoring implies important costs that are difficult to recoup from the benefits generated (especially meat consumed, medicine, and handicrafts produced), and should therefore be included in general development programs because wildlife is an important element of the local economy, Key words: Hunting, monitoring, wildlife management, sustainability, population trends, Chaco, TCO Isoso 1 WCS-Bolivia rcuellar@wcs.org Santa Cruz 2 WCS-Bolivia anoss@wcs.org Santa Cruz 3 CABI Santa Cruz 29

2 REVISTA BOLIVIANA DE ECOLOGÍA Y CONSERVACIÓN AMBIENTAL INTRODUCCIÓN Históricamente, la cacería ha sido una actividad importante de subsistencia y una fuente de ingresos económicos para la población rural (ROBINSON, y REDFORD 1991; ROBINSON y BENNETT, 2000). Pero el recurso fauna está siendo cada vez más presionado en Bolivia por el crecimiento de la población humana, la expansión de actividades agrícolas, y la conversión y fragmentación de bosques naturales (KILLEN et al., 2002; STEININGER et al., 2001a; 2001b; TABER et al., 1997). Si la actividad de cacería se desarrolla de forma incontrolada, podrá ocasionar daños sobre las poblaciones de la fauna de aquellas especies que tienen baja tasa reproductiva y por tanto son más susceptibles a la caza (BODMER et al., 1997a). La implementación de programas de manejo de fauna implica costos adicionales costos de monitoreo, costos de oportunidad, control y vigilancia para la población rural. Para garantizar el mantenimiento de las poblaciones de la fauna, es muy importante que la gente tenga beneficios a corto y largo plazo de este recurso que puedan contrarrestar los costos adicionales que implica el manejo adecuado (FREESE, 1997; SWANSON y BARBIER, 1992). Pero estos beneficios no se limitan a ingresos monetarios, sino también a los aportes nutritivos que representa la carne de monte, además de beneficios medicinales, artesanales y culturales. A partir de 1996, el pueblo Isoseño a través de la Capitanía de Alto y Bajo Isoso (CABI) consiguió apoyo internacional de parte de WCS (Wildlife Conservation Society-Bolivia) y USAID (United States Agency for International Development) para reforzar la co-administración del Parque Nacional Kaa-Iya del Gran Chaco. Un elemento importante de este programa de conservación es el uso sostenible de recursos naturales en áreas colindantes al área protegida, especialmente en la TCO Isoso. Con el propósito de evaluar y documentar la importancia de todos los beneficios provenientes de la cacería, desde 1996 se ha empezado en las comunidades de Isoso con el auto-monitoreo de cacería por cazadores voluntarios. Otro objetivo de este programa es determinar si la cacería practicada por los Isoseños es sostenible en términos ecológicos, mediante evaluaciones de las tendencias poblacionales de la fauna silvestre en el transcurso del tiempo. En casos donde la cacería sobrepasa la capacidad natural de la especie para mantenerse, el programa propone acciones de manejo que ayuden a la conservación de las especies y por tanto a la disponibilidad del recurso en la zona para que los pobladores locales sigan usándolo sin disminuir sus poblaciones. Este artículo presenta un resumen de actividades de monitoreo de cacería en Isoso, enfocándose en el análisis de tendencias interanuales en cuanto a capturas por unidad de esfuerzo y a estructura demográfica de las especies más importantes. Estas tendencias pueden indicar si la cacería es sostenible o no, y pueden guiar el diseño e implementación de planes de manejo que aseguren la conservación a largo plazo a través de un uso sostenible. Comparamos también prácticas de registro voluntario de la cosecha por los mismos cazadores, o auto-monitoreo, con el muestreo sistemático de un grupo de cazadores seleccionados al azar. Finalmente, discutimos algunos costos y beneficios asociados con el monitoreo de cacería. MÉTODOS Área de estudio Isoso se encuentra en la provincia Cordillera, a 300 km al sudeste de la ciudad de Santa Cruz. Está situada en la parte norte de la extensa llanura del Chaco Boreal y se halla entre las coordenadas geográficas 19º-21º de latitud sur y 61º-62 de longitud oeste. Existen 25 comunidades (2 de ellas recientemente creadas) con un total aproximado de habitantes (INE, 2003) asentados a lo largo del río Parapetí (Fig. 1). Biogeográficamente el área de estudio se ubica en la Región Chaqueña, Provincia del Chaco Boreal, Sector del Isoso, en su límite más meridional (NAVARRO, 1997). El área se encuentra a una altitud de 250 a 350 msnm. La precipitación media anual en esta zona es de 550 mm. La época lluviosa generalmente empieza en octubre y finaliza en febrero o en marzo, con un periodo seco anual entre 6 y 8 meses. La temperatura media anual es de 26º C (MONTES DE OCA, 1989). Registros de cacería Al inicio del programa de auto-monitoreo de cacería en 1996, acompañamos a cazadores en sus salidas de cacería para conocer el tipo de información que podríamos registrar y para practicar con ellos la forma de anotar los datos (NOSS, 1998; 1999; NOSS et al., 2003a). Luego distribuimos cuadernillos y balanzas a los cazadores voluntarios para que ellos registraran su cacería, especialmente los datos sobre la especie del animal cazado, su peso, y la fecha. Para apoyar en el registro contratamos a medio tiempo 11 monitores de cacería quienes se encargaron de complementar información relacionada a la salida del cazador y al animal cazado en su comunidad. A partir del año 2002, algunos cazadores registran la duración de su salida en horas, incluyendo aquellas salidas sin éxito, lo que permite estimar el esfuerzo de búsqueda en horas por cazador por año. 30

3 CUELLAR R. L. et al.: El Registro de la Cacería como Base para el Monitoreo y Manejo de Fauna en Isoso Figura 1. Área de estudio A partir de 2003 quisimos probar el muestreo sistemático de cacería, con el fin de conocer si el auto-monitoreo de cacería por cazadores voluntarios está reportando datos representativos de las comunidades Isoseñas con relación a una muestra de hogares (CUÉLLAR, en prensa). Seleccionamos una muestra al azar de 160 familias en 11 comunidades donde viven los monitores de cacería contratados por el programa, y solicitamos a las familias anotar diariamente al menos la especie y el peso de los animales cazados por algún miembro de la familia. Este registro también estuvo apoyado por el monitor. Paralelamente al registro de la cacería, los monitores anotaron la actividad mensual de todos los hombres adultos de la comunidad para conocer la cantidad de cazadores de la comunidad y la proporción de cazadores activos participando en el programa de auto-monitoreo, así pudimos estimar la cacería de toda la comunidad. Extrapolamos los datos de ambos métodos de registro de animales cazados y de biomasa aprovechada para la población de Isoso. Para mostrar la variación inter-anual en la cosecha de algunas especies, calculamos las capturas en base al número de cazadores activos en el mes multiplicados por el número de meses de monitoreo de cacería por parte de cada cazador y las expresamos en individuos por 100 cazadores-mes. Además de anotar información, los cazadores colectaron 31

4 REVISTA BOLIVIANA DE ECOLOGÍA Y CONSERVACIÓN AMBIENTAL cráneos de animales cazados para estudios complementarios. En el caso de los ungulados, especímenes de cráneos permiten determinar la edad de los animales cazados en base al desgaste dental. ROJAS y MAFFEI, (2004) analizaron cráneos de urina Mazama gouazoupira, taitetútayassu tajacu, tropero Tayassu pecari y anta Tapirus terrestris provenientes de la cacería en Isoso para detectar si hubo cambios en la distribución de edades en cuatro años de monitoreo ( ). Para analizar los cráneos se usaron las claves de desgaste dental desarrolladas por MAFFEI, (1999; 2001; 2003; 2004) estableciendo la relación entre el desgaste observado y la edad según los anillos dentales. RESULTADOS Y DISCUSIÓN La cantidad de animales silvestres reportada por año ha sido variable debido a que depende de la actividad de los cazadores y de la voluntad para reportar su cacería. Sin embargo cada año contamos con datos de entre 100 y 350 cazadores de un total de 17 comunidades hasta el año 2000 y luego sólo 11 de las 25 existentes hasta el año Los animales más cazados por los Isoseños provienen de 21 especies de mamíferos, 9 de aves y 1 de reptil. Las cantidades cazadas de estos animales varían de acuerdo al fin por el cuál son cazados y a la cantidad de carne que aportan para el consumo. Algunas especies de mamíferos, especialmente los carnívoros, son cazados de forma casual por ser perjudiciales para el ganado doméstico. Las otras especies de mamíferos grandes y medianos son cazadas para el consumo de su carne. Algunas especies de aves como los psitácidos se cazan vivas para venderlas como mascotas. Del único reptil que se caza (Tupinambis rufescens) se consume la carne y el cuero se vende o se canjea por mercadería a los comerciantes (CUÉLLAR, 2000a; 2000b). Figura 2. Armadillos cazados por unidad de esfuerzo por año (individuos por 100 cazadores-mes/especie) Figura 3. Ungulados cazados por unidad de esfuerzo por año (individuos por 100 cazadores-mes/especie) Captura por unidad de esfuerzo Una primera tendencia que se puede evaluar para determinar la sostenibilidad de la cacería tiene que ver con capturas de presas por unidad de esfuerzo de parte de los cazadores. Usamos este análisis para ver las diferencias entre años en el esfuerzo invertido para conseguir los animales, en vista de que dichas variaciones podrían indicarnos las diferencias en la densidad o abundancia de las poblaciones de los animales (PUERTAS, 1999; ROBINSON y BODMER, 1999; SEBER, 1986; SIRÉN et al., 2004). Las figuras 2 y 3 muestran una tendencia de disminución en la cantidad de animales cazados por unidad de esfuerzo desde que se inició el monitoreo en 1996 hasta el año 2001 (NOSS et al., en prensa a). Dicha tendencia sugiere condiciones de Figura 4. Número de animales cazados (5 especies de armadillos y 4 ungulados) y esfuerzo en cazadores-meses 32

5 CUELLAR R. L. et al.: El Registro de la Cacería como Base para el Monitoreo y Manejo de Fauna en Isoso sobre-caza o es indicador de la disminución de las poblaciones de la fauna en su hábitat natural. El año 2002 los datos provienen de menos del 20% de los cazadores potenciales, por lo que los resultados podrían ser poco representativos (fig. 4). En el año 2003, sin embargo, las cantidades de animales cazados por unidad de esfuerzo siguen elevándose en casi todas las especies, lo cual podría sugerir un incremento en las poblaciones de la fauna. No encontramos motivos biológicos para justificar incrementos reales en las poblaciones de fauna como sugieren las figuras anteriores en algunos años. Asumimos más bien que los datos no son muy precisos y/o que algunos cambios en los patrones de cacería o en el grupo de cazadores activos producen la variabilidad interanual (fig. 4). A lo mejor los datos nos pueden indicar que las poblaciones de estas especies de fauna se mantienen estables en Isoso bajo las condiciones actuales de cacería. Estructura de edad de los ungulados Una segunda tendencia que se puede evaluar para determinar la sostenibilidad de la cacería tiene que ver con cambios en la estructura poblacional de las especies que se cazan. ROJAS y MAFFEI, (2004) analizaron la estructura de edad de ungulados provenientes de la cacería practicada por los Isoseños. Ellos indican que las clases de edad de las urinas entre años fueron semejantes (fig. 5), sin embargo hay mayor cantidad de individuos de la clase de edad <1 año, y un aumento continuo en la proporción de individuos de esta clase que se cazan. La cacería de estos animales jóvenes que aún no se han reproducido podría afectar a la población a largo plazo. En los taitetús los individuos de dos años y las crías fueron los que tuvieron mayor cantidad de individuos, representando 43% del total de animales capturados (fig. 6). No existe un patrón definido de aumento o disminución de alguna clase de edad, por lo que es probable que la población se encuentre estable. La distribución de edad de los troperos presentó alta variabilidad en los diferentes años, pero los animales de 3 años tuvieron el mayor número de individuos cazados (25% del total). A diferencia notable en relación a los demás ungulados, las crías (clase de edad <1 año) son las menos cazadas (Fig. 7). No se observa una tendencia clara de la población, sin embargo, la mayor cantidad de individuos cazados en 1997 estaban en la clase de edad de tres años, mientras que para el 2000 había bajado a la categoría de edad 1 año, lo que indica que la población comienza a tener una composición de individuos cada vez mas jóvenes. En el caso de las antas, no comparamos los cráneos entre años porque la muestra era muy pequeña. La mayor cantidad de individuos cazados están en la clase edad de 1 año (Fig. 8). Las primeras dos clases de edad son las mas cazadas, representando el 63% de los individuos. Esta situación es crítica para la población de antas, considerando que la primera concepción ha sido reportada entre los 23 y 27 meses y que la gestación tiene una duración mínima de un año (PADILLA y DOWLER, 1994). Las antas tienen su primera cría recién a los tres años, y se las está cazando antes de que lleguen a su edad reproductiva. Al contrario de la evaluación de tendencias en la estructura demográfica, conteos a través de batidas en zonas con cacería cerca de las comunidades y una zona sin cacería sugiere que la población de urinas se mantiene en Isoso con la presión actual de cacería (NOSS et al., en prensa b). Modelos estándares para evaluar la sostenibilidad de la cacería (ROBINSON y REDFORD, 1991; ROBINSON y BODMER, 1999), comparando el estado de las poblaciones de fauna (su abundancia y productividad en su hábitat natural) con el uso de las mismas especies por parte de pobladores locales, también indican que la cacería de urinas y de taitetús en Isoso es sostenible (NOSS, 2000). Sin embargo, esta situación puede cambiar si disminuye la calidad y extensión de su hábitat natural, y/o si la presión de cacería aumenta. Se recomienda establecer medidas de manejo adecuadas para el uso sostenible a largo plazo en toda la TCO, ya que dentro de Isoso también existen estancias ganaderas donde también se practica la cacería (CUÉLLAR, 2003). Los mismos modelos estándares coinciden en indicar sobreexplotación de troperos y de antas en Isoso, especies que requieren de medidas urgentes de uso más adecuado para que las poblaciones no desaparezcan definitivamente de la zona. Auto-monitoreo versus muestreo sistemático de cacería El auto-monitoreo es una herramienta valiosa para evaluar la cacería, proveyendo información indispensable sobre las especies más importantes, números y biomasa de animales cazados por especie, estacionalidad y zonas de cacería. Los cazadores también recopilan información biológica sobre estas especies, por ejemplo describiendo patrones de actividad y 33

6 REVISTA BOLIVIANA DE ECOLOGÍA Y CONSERVACIÓN AMBIENTAL Figura 5. Comparación de la estructura de edad de la urina en Isoso (n=869) reproducción. Con la participación de aproximadamente 60% de los cazadores activos, sin remuneración ninguna, el programa de participación directa genera interés entre cazadores para desarrollar e implementar medidas de manejo. A su vez, la herramienta tiene limitaciones importantes: la información no es completa, y detectamos sesgos por método de cacería y por especie. Por ejemplo, la cacería practicada por los niños y la cacería de aves para el comercio no se registran en los cuadernillos (CUÉLLAR, 2000a; 2000b; SAAVEDRA, 2000). La falta de precisión cuantitativa de los datos restringe el análisis a una evaluación cualitativa y a comparaciones relativas entre diferentes especies o dentro de una misma especie (NOSS y CUÉLLAR 2001; NOSS et al., 2003a; 2004; en prensa a). Para aclarar y resolver estas limitaciones, realizamos una serie de estudios complementarios, entre ellos el muestreo sistemático de cacería a partir de 2003 (CUÉLLAR, en prensa). Figura 6. Comparación de la estructura de edad del taitetú en Isoso (n=687) En el muestreo sistemático se registró 23% más que los animales registrados por el auto-monitoreo (3428 y 2639 respectivamente). La cantidad de animales registrada por especie varía por ambos métodos de registro, por ejemplo por auto-monitoreo se registró sólo 51% de los T. pecari registrados por el muestreo sistemático y 93% de T. tajacu. La única excepción es el caso de T. terrestris, donde el número de registros en el auto-monitoreo sobrepasa en un 64% la cantidad estimada por el otro método (Fig. 9). El auto-monitoreo reporta mayor cantidad de animales cazados de M. gouazoupira con relación a las especies de armadillos, mientras que por el muestreo sistemático es evidente que se registra mayor cantidad de animales cazados de T. matacus. En general, el muestreo sistemático registra todo lo que se caza incluyendo mamíferos pequeños y aves, lo cual podría ser más representativo que el auto-monitoreo. Figura 7. Comparación de la estructura de edad del tropero en el Isoso (n=215) Las especies que aportan con mayor cantidad de biomasa para los Isoseños son M. gouazoupira, T. tajacu y T. terrestris (Fig. 10), a pesar de que esta última especie que aporta con mayor cantidad de biomasa por individuo podría ser subestimada en el muestreo sistemático. Algunas otras especies como Dasyprocta azarae, algunos felinos (Oncifelis geoffroyi, Puma concolor), Tupinambis rufescens, y especies de aves como Ortalis canicollis, Zenaida auriculata, Columba picazuro y Columbina picui también se consumen pero en pequeñas cantidades. De igual manera, el muestreo sistemático registra una biomasa superior para cada especie en comparación al auto-monitoreo, con la excepción de T. terrestris. En términos de números de individuos por especie y de 34

7 CUELLAR R. L. et al.: El Registro de la Cacería como Base para el Monitoreo y Manejo de Fauna en Isoso biomasa, los datos de 2003 coinciden con los de años anteriores (CUÉLLAR, 1999; 2000; LEAÑOS y CUÉLLAR, 2000; NOSS, 1998; 1999; NOSS et al., 2003a). Figura 8. Estructura de edad para anta desde 1997 hasta 2000 en el Isoso (n=67) Figura 9. Animales cazados en 2003 según los dos tipos de registro. Figura 10. Biomasa aprovechada en 2003 según los dos tipos de registro Ambos métodos son independientes del número de cazadores que aporten datos porque se estima en base a la proporción de cazadores activos participando en el registro y así extrapolar para todos los cazadores potenciales. En el caso del automonitoreo, decidimos el número de comunidades donde se podía trabajar, y solicitamos la participación de todos los cazadores voluntarios en esas comunidades. Dependemos del registro complementario de actividad mensual para calcular la proporción de cazadores activos participando, y así estimar la cacería total en base a lo observado. En el caso del muestreo sistemático, definimos un número mínimo de hogares para permitir evaluaciones estadísticas. Seleccionamos los hogares al azar, para que la muestra de hogares participando reflejara la proporción real de cazadores y no cazadores. Si un hogar no estaba dispuesto a registrar sus datos, tuvimos que seleccionar otro hogar al azar para completar la muestra. En base a la experiencia de comparar los dos métodos de monitoreo de cacería, una combinación de ambos podría ser muy útil para tener una idea más real de la cacería: el automonitoreo para especies más cazadas y de tamaño grande como T. terrestris, T. tajacu y M. gouazoupira; y el muestreo sistemático para animales más pequeños como armadillos, Tupinambis, aves y otros mamíferos que son cazados ocasionalmente. El muestreo sistemático reporta en promedio 48% más (21 g/consumidor/día) que la cantidad de biomasa aprovechada por cada consumidor por el método del auto-monitoreo (11 g/cons/día). El muestreo sistemático en este estudio reporta una cantidad semejante de biomasa aprovechada (21 g/cons/día) a la estimada para el grupo ava-guaraní de Akae (22 g/cons/día) (CUÉLLAR, 1997) en un Territorio aledaño al de Isoso y bajo el mismo método de registro. Sin embargo la biomasa aprovechada en el Chaco está por debajo de la estimada para otros grupos indígenas del Oriente Boliviano como los ayoreóde de Tobité quienes aprovecharon 190 g/cons/día (AYALA,1997) y los sirionó de Ibiato con 214 g/cons/día (TOWNSEND, 1996). Es probable que las diferencias se deban a la relativa importancia de la agricultura y de los animales domésticos en la economía de los guaraníes. Pero cabe resaltar que, dentro de la economía diversificada de Isoso, la carne de monte representa una tercera parte del consumo total de carne, versus otra parte proveniente de animales domésticos, y una última del pescado (PARADA y GUERRERO, 2000). Además, una variedad de usos artesanales, medicinales, y comerciales se agregan al consumo de carne como beneficios que provee la fauna en Isoso 35

8 REVISTA BOLIVIANA DE ECOLOGÍA Y CONSERVACIÓN AMBIENTAL (CUÉLLAR, 2000a; 2000b). Así, la fauna sigue siendo un recurso importante en Isoso, por lo que es importante su conservación y manejo adecuado para asegurar a largo plazo los beneficios diversos que provee. Planes de manejo Cómo se llega al manejo adecuado? En una primera instancia, proponemos diseñar e implementar planes de manejo de fauna en el marco de la titulación de la Tierra Comunitaria de Origen de Isoso. En las tierras que se titulan a nombre de las comunidades, los habitantes tienen derechos legales de cazar con fines de subsistencia, y a la vez responsabilidades para cuidar los recursos de la fauna. Los estudios descritos arriba indican cuáles son las especies más vulnerables a la cacería de subsistencia actual y aquellas que más requieren de intervenciones inmediatas si se las quiere mantener en Isoso: Tapirus terrestris y Tayassu pecari. Consideramos que las demás especies de ungulados y armadillos también pueden beneficiarse de medidas de manejo que puedan tomar los Isoseños para cuidar sus animales. En reuniones comunales los cazadores revisaron y discutieron los datos que venían tomando ellos mismos, así propusieron las siguientes medidas: 1) establecer áreas de cacería y de no cacería, 2) cazar solo animales adultos, 3) cazar solo machos durante la época reproductiva, o no cazar esa especie mientras se estén reproduciendo, 4) cazar solo lo que la familia necesita, 5) cazar solo animales abundantes, 6) cuidar las plantas que son importantes para los animales de monte, y 7) prohibir el ingreso de cazadores de afuera (NOSS y CUÉLLAR, 2001). En una segunda instancia, pretendemos buscar mecanismos para implementar sistemas de manejo de algunas especies no sólo para los beneficios de subsistencia, sino para que la gente tenga beneficios económicos de la fauna silvestre a corto y largo plazo. Así hemos elaborado dos propuestas de manejo de especies que están en proceso de revisión por parte de la Dirección General de la Biodiversidad para ser aprobados: 1. Plan de manejo para el comercio de cueros de taitetú (T. tajacu) producto de la cacería de subsistencia de las comunidades del Isoso 2. Plan de manejo para el uso comercial del peni (T. rufescens) en el Isoso Estas propuestas implican un compromiso serio por parte de los pobladores Isoseños para dar cumplimiento a las normas establecidas en el plan: estudios de mercado, muestreo sistemático y constante de la población de cada especie, establecimiento y control de cuotas anuales por especie, conformación de un comité de gestión, y capacitación de técnicos y cazadores (NOSS et al., 2003b). La misma titulación de la TCO provee el marco legal para el uso comercial de fauna por parte de los habitantes isoseños. Así mismo, exige un seguimiento riguroso de las actividades de los cazadores. Costos de monitoreo El monitoreo de cacería es a la vez una base imprescindible para el uso sostenible de la fauna, y un requerimiento legal para los planes de manejo que exige el gobierno para titular Tierras Comunitarias de Origen y para legalizar el uso comercial de fauna (NOSS et al., 2003b). El monitoreo implica costos adicionales que en general las comunidades rurales no están asumiendo por el momento. Un método estándar para monitorear poblaciones de fauna, conteos por transectas, requiere de personal capacitado para recorrer y anotar sistemáticamente sendas o rutas en la zona de interés. Consideramos que el método no funciona muy bien en los montes bajos y tupidos del Chaco (AYALA y NOSS, 2000), pero es una herramienta fundamental en otros ecosistemas (BODMER y PUERTAS, 2000; BODMER et al., 1997a; 1997b; PUERTAS et al., 2003; PAINTER et al., 1995). Una alternativa que resulta efectiva para contar urinas en Isoso es el conteo mediante batidas. Se trata de llevar hombres adultos al bosque y elegir un lugar para contar los animales que hay dentro de un área determinada. Es decir, los hombres se ubican en línea desde cierto lugar (uno al lado del otro) para recorrer hacia adelante haciendo ruido y espantando a los animales que puedan haber en ese lugar, de forma que ellos mismos puedan contar los animales o éstos puedan ser vistos por otros observadores que deberán estar ubicados en el lugar hacia donde los cazadores se dirigen. Para esta actividad hemos llevado aproximadamente 20 cazadores voluntarios por batida (NOSS et al., en prensa b). Ambos métodos de conteo implican un número importante de días de trabajo que los cazadores no proveerán necesariamente de forma voluntaria. Puede requerir de personal contratado, como por ejemplo mantenemos a parabiólogos y a monitores comunales en Isoso. Por su parte, el registro de los animales cazados es un aporte voluntario de parte de los cazadores, y sólo requerimos del material básico para el registro como los cuadernillos y algunas balanzas. No obstante, los monitores de cacería apoyan en el registro y en el análisis de los datos, además del esfuerzo para la presentación y la discusión a nivel comunal. Estos costos se tienen que tomar en cuenta, porque ni siquiera los programas de manejo comercial prometen beneficios económicos suficientes como para cubrir los costos del manejo (según los requerimientos legales) de las especies en cuestión. Recomendamos la inclusión de costos relacionados con el manejo sostenible de fauna silvestre 36

9 CUELLAR R. L. et al.: El Registro de la Cacería como Base para el Monitoreo y Manejo de Fauna en Isoso dentro de programas de desarrollo comunal, tanto de parte de comunidades y TCOs cuando preparan y presentan propuestas y realizan su planificación estratégica, como de parte de los donantes que financian programas de desarrollo a nivel local, regional o nacional. La fauna se debe considerar como recurso fundamental dentro de la economía diversificada que se mantiene y desarrolla en TCOs y otras zonas rurales de Bolivia. CONCLUSIÓN Consideramos que los dos enfoques de evaluación poblacional resaltados en este artículo, captura por unidad de esfuerzo y estructura de las poblaciones, no proveen datos muy precisos sobre cambios a corto plazo en poblaciones de fauna. Las poblaciones de fauna pueden variar por motivos naturales (precipitación, salud, competencia entre especies silvestres y/o domésticas, etc.), mientras que la presión de cacería también varía por motivos socioeconómicos (precios de productos, disponibilidad de empleos, preferencias personales, etc.). Entre todo eso, variaciones pequeñas no confirman problemas todavía. Sin embargo, si las variaciones se convierten en tendencias importantes y a largo plazo, los índices pueden revelar cambios relacionados con la sobrecacería a tiempo de tomar medidas adecuadas de manejo para cuidar los recursos naturales de nuestra fauna. Además, los dos métodos, en la manera en que se aplican actualmente en Isoso, favorecen la participación amplia de parte de cazadores y comunarios, creando de esa manera un contexto favorable para establecer y desarrollar el manejo comunitario de fauna. BIBLIOGRAFÍA AYALA, J Utilización de la fauna silvestre por el grupo étnico ayoreóde en la comunidad Tobité. Tesis de grado. Santa Cruz, Bolivia, Universidad Autónoma Gabriel René Moreno. AYALA, J. y A.J. NOSS Censos por transectas en el Chaco Boliviano: Limitaciones Biológicas y Sociales de la Metodología. Pp En: Manejo de fauna silvestre en Amazonía y Latinoamérica. Cabrera, E., Mercolli, C. y Resquin, R. (eds.). Asunción, CITES Paraguay, Fundación Moises Bertoni, University of Florida. BODMER, R.E., R. AQUINO y P. PUERTAS. 1997a. Alternativas de manejo para la Reserva Nacional Pacaya-Samiria: un análisis sobre el uso sostenible de la caza. Pp En: Manejo de fauna silvestre en la Amazonía. Fang, T.G., Bodmer, R.E., Aquino, R. y Valqui, M.H. (eds.). La Paz, Instituto de Ecología. BODMER, R.E., R. AQUINO, P. PUERTAS, C. REYES, T. FANG y N. GOTTDENKER. 1997b. Manejo y uso sostenible de pecaríes en la Amazonía Peruana. Gland, Suiza, UICN. BODMER, R.E., J.F. EISENBERG y K.H. REDFORD. 1997c. Hunting and the likelihood of extinction of Amazonian mammals. Conservation Biology 11: BODMER, R.E. y P. PUERTAS Community-based comanagement of wildlife in the Peruvian Amazon. Pp En: Hunting for sustainability in tropical forests. Robinson, J.G. y Bennett, E.L. (eds.). New York, Columbia University Press. CUÉLLAR, E Hunting of armadillos by Izoceño Indians of the Gran Chaco, Bolivia. Tesis de maestría. Canturbury, University of Kent. AGRADECIMIENTOS Este trabajo se realiza en parte gracias al apoyo de la Agency for International Development (USAID/Bolivia Cooperative Agreement No. 511-A ). Las opiniones expresadas representan a los autores y no necesariamente reflejan los criterios de USAID. Agradecemos a la Capitanía del Alto y Bajo Isoso y a la Dirección General de Biodiversidad por autorizar y apoyar el programa. Agradecemos a los cazadores, comunarios, parabiólogos y monitores de cacería de Isoso por su apoyo y participación permanente. CUÉLLAR, E Auto-monitoreo de la cacería de armadillos en el Izozog, Gran Chaco Boliviano. Pp En: Manejo de fauna silvestre en Amazonía y Latinoamérica. Cabrera, E., Mercolli, C. y Resquin, R. (eds.). Asunción, CITES Paraguay, Fundación Moises Bertoni, University of Florida. CUÉLLAR, R.L Aprovechamiento de la fauna silvestre en una comunidad de agricultores: los guaraníes de Akae, Santa Cruz-Bolivia. Tesis de maestría. La Paz, Universidad Mayor de San Andrés. CUÉLLAR, R.L. 2000a. Para qué sirven los animales del monte en Isoso? Santa Cruz, Bolivia, Proyecto Kaa- Iya (WCS, CABI). 37

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