Sesión No. 7. Contextualización. Nombre: Doctrina Social ÉTICA PROFESIONAL

Transcripción

1 Ética profesional

2 1 Sesión No. 7 Nombre: Doctrina Social Contextualización La existencia del hombre en el mundo es inmediatamente de índole social. La persona humana existe en estrecha colaboración con sus semejantes. Tiende de modo natural a la convivencia, a la sociabilidad. La sociabilidad es la apertura que excluye el aislacionismo, el solipsismo que permite el propio desarrollo y el crecimiento en comunidad, que no es otra cosa que la certeza del valor de los otros y del compromiso por el bien común. Relacionarnos nos viene en la naturaleza. Desde el primer día en el mundo hasta el último necesitamos de nuestro semejante. La sociabilidad conduce necesariamente, del análisis de cómo me afectan y me benefician los demás, a reflexionar en cómo mejoro y desarrollo mejor a los que me rodean (Participación social). En esta sesión identificaremos a la naturaleza humana como fundamento de la sociabilidad y analizaremos sus distintas implicaciones; así mismo podremos identificar a la solidaridad como el principio práctico de aplicación de la participación social; reconociendo la aportación tributaria como la concreción de la participación social e identificaremos los límites, fundamentos e implicaciones de la realidad tributaria.

3 2 Introducción al Tema La sociabilidad humana Quien reflexione sobre la existencia del hombre, advertirá inmediatamente su índole social. La persona humana vive, trabaja, descansa, fomenta la cultura y los valores de su espíritu en estrecha colaboración con sus semejantes. Experimenta de modo innato una inclinación a la convivencia, a la sociabilidad. Por sociabilidad entendemos esa propiedad que tiene nuestra naturaleza por la cual los hombres no podemos estar aislados, encerrados en nosotros mismos, sino que más bien nos desenvolvemos en un entorno lleno de otros hombres como nosotros. Ésta es una característica propia de la naturaleza. Es un hecho patente que los hombres somos sociables desde nuestro primer día en el mundo. Basta con ver cómo transcurren los primeros días del bebé que acaba de nacer. Comparémoslo con los demás animales. Hay animales que después de algunas horas ya son capaces de ponerse en pie, e incluso hay algunos que en ese mismo tiempo pueden emprender el trote o incluso correr de su depredador. Pero no es así con el hombre. Es muy significativo que un bebé, no digamos ponerse en pie, no puede ni siquiera tener erguida su cabeza. Todos habremos observado qué es lo que pasa cuando tomamos la cabeza de un bebé mientras está sentado en su cama y la sostenemos derecha y después la soltamos. Pueden pasar dos cosas, o se va para delante o se va para atrás pues el peso de su cabecita lo vence. Con este pequeño experimento podemos ver que el hombre siempre depende de los demás para mantenerse vivo, para proteger su cuerpo, para poder crecer, para poder desarrollarse.

4 3 Explicación III.3 Comunidad y solidaridad El hecho de que el hombre sea sociable se debe principalmente a su apertura. Esto ya se había dicho a la hora de hablar de la dignidad del ser humano. Los hombres no estamos encerrados en nosotros mismos como piedras o como simples animales que se valen de los demás para preservarse, para atrapar la caza, para reproducirse simplemente. Nosotros nos abrimos a los demás porque percibimos que ellos nos pueden ayudar a perfeccionarnos tanto en lo que tiene que ver con el cuerpo, como en el ejemplo del bebé, como en lo que hace al espíritu. La sociabilidad de la naturaleza humana le abre al hombre un horizonte inmenso de virtudes y perfecciones que puede extraer de los demás: 1. El vivir en sociedad dota al hombre de una identidad patria, de una identidad social, el hombre se siente alguien perteneciendo a un país, a una institución, a un grupo de amigos. La sociabilidad le proporciona la seguridad que sacia su ansia radical de compañía. 2. Recordemos que el hombre es un espíritu encarnado en un cuerpo y este cuerpo nos sitúa en un lugar muy concreto del mundo, esto es algo que no es indiferente pues gracias a esto cada hombre es heredero de una cultura, que quiere decir todo ese conjunto de tradiciones, prácticas, costumbres que conforman a dicha sociedad y que lejos de empobrecer nuestra naturaleza la enriquecen con su forma determinada de vivir la vida, de concebirla y de transmitirla a los demás. 3. Esa sociabilidad es de suma importancia. Nos ayuda encontrar la felicidad. Por qué? Porque si bien antes dijimos que el amor es fruto de la libertad, no es menos real que si el hombre no fuera sociable jamás amaría, es decir, si el hombre estuviera encerrado, aislado de los demás, jamás hubiera descubierto el amor, jamás hubiera visto que a su alrededor había personas que lo pueden perfeccionar, y ya en concreto, no hubiera descubierto que bien vale la pena empeñar la vida entera en

5 4 amar y dejarse amar por una persona que le da garantías de enriquecerlo y hacerlo feliz. Ahora bien, nos daremos cuenta de que todos los animales son sociables en el sentido de que todos se mueven en conjuntos más o menos numerosos y que realizan tareas encaminadas a algo. La diferencia es que los animales lo hacen de un modo gregario, mientras que los hombres son los únicos que se ponen de acuerdo, conocen el fin al que se dirigen y ponen los medios más eficaces para lograr dicho fin. III.4 Equidad y participación social Principio justificativo de la imposición fiscal El Estado debe hacer frente a una serie de necesidades económicas, y para ello debe recaudar impuestos. El principio justificativo de los impuestos es, por ello, claro e inmediato: los impuestos se obtienen de los ciudadanos para servir a los ciudadanos. De ahí que la finalidad de los impuestos sea el bien común, y sólo éste. Concepto: Impuesto se define como el ingreso obligado por el poder fiscal sin contraprestación, es decir, no guarda ningún tipo de relación con el beneficio que el ciudadano recibió como consecuencia de la actividad estatal. Por el contrario, una tasa es la que se exige en contraprestación de un servicio público o actividad que afecta y beneficia al implicado que ha de restituir por la tasa. Los impuestos pueden ser directos e indirectos: 1. Impuesto directo: afecta inmediatamente a alguien determinado y hay que pagarlo por algo que atañe exclusivamente a él, por ejemplo, debido a rentas, patrimonio o gastos.

6 5 2. Impuesto indirecto: grava el gasto. Se relaciona inmediatamente con el producto o servicio general. Este tipo de impuesto es pagado sólo por quien adquiere el producto o servicio: por ejemplo, el impuesto al alcohol, a los espectáculos públicos, al uso de la habitación, etcétera. Fundamentos del Estado para exigir el impuesto El Estado tiene derecho a pedir el impuesto basado en las siguientes razones éticas: 1. El bien común. El Estado debe cumplir su misión de procurar el bien común y necesita de recursos financieros que propicien circunstancias que posibiliten a las asociaciones y a los individuos, en lo particular, el logro más pleno y accesible de su propia perfección. Y en esto todo miembro de la sociedad debe colaborar. 2. La misma solidaridad. Los impuestos no son el único medio para lograr la solidaridad, pero son un medio muy apto. Cuando el impuesto es planeado por el apoyo solidario de la sociedad se puede decir que es exigible la colaboración por medio del requerimiento fiscal. 3. El acceso al uso común de los bienes. La tierra ofrece a todos los hombres un sinfín de dones. Y, por otro lado, no es difícil constatar contrastantes desigualdades económicas y sociales; y es deber de justicia luchar por ajustar la distribución de las riquezas. Los impuestos, cuando se aplican justamente, posibilitan respuestas a estas exigencias éticas. A través de la participación adecuada a las capacidades de cada ciudadano, el Estado puede ofrecer servicios para todos, subvenciona iniciativas sociales e impulsa el desarrollo nacional e internacional. Obligación de pagar los impuestos justos La obligación de pagar los impuestos justos es una obligación en conciencia. La teoría de las leyes meramente penales (que no obligan en conciencia sino sólo a la pena en caso de que lo sancionen a uno) ya no es sostenida por ningún moralista serio. Pero además, ni siquiera los dos más grandes sistematizadores de las leyes penales (Suárez y Castro) no las aplicaron al pago de los impuestos, que para ellos obligan en conciencia.

7 6 Conclusión Es importante que dejemos claro que, si bien la sociedad dota al hombre de una identidad, eso no quita que todos los hombres de cualquier país o sociedad podamos entendernos con los demás. Recordemos que hay algo que nos hace diferentes a todos los hombres y eso es nuestra cultura, pues nos marca indeleblemente con un sello distinto del de otros grupos, pero no olvidemos que también hay algo que todos los hombres de todos los lugares y de todos los tiempos hemos compartido y eso es nuestra naturaleza humana. Tan humano es el japonés como el aborigen australiano que en este momento está persiguiendo un canguro, y si todos tenemos la misma naturaleza todos podemos percibir lo bueno y lo malo, todos somos libres, todos somos responsables, todos tenemos derechos y deberes, pues estos no nos los da la sociedad sin nuestra misma naturaleza.

8 7 Para aprender más El hombre es social por naturaleza En contra de la Teoría del contrato social, defendida por varios pensadores (Hobbes, Locke y Rousseau), y de la Teoría naturalista (defendida por la dialéctica de Hegel), la ética aristotélico-tomista sostiene la naturaleza colectiva del hombre. Que el hombre es social por naturaleza se prueba de dos modos: Existe en todos los individuos una fuerte tendencia a la unión con sus semejantes. Existe en los hombres una dependencia recíproca para hacer posible la consecución de sus necesidades específicas. Dicha dependencia se advierte en dos órdenes: 1. En el orden material, el individuo tiene una constitución corporal y anímica que condiciona la propia supervivencia a la ayuda de los demás durante un tiempo comparablemente más largo que los demás animales. 2. Y, luego de asegurada la supervivencia, es evidente que para llevar una existencia digna depende de los demás durante toda su vida, porque en solitario el hombre no puede proveer la satisfacción de las múltiples exigencias de su cuerpo y de su alma. La indigencia del hombre es más clara aún en lo espiritual, lo cultural y lo moral, ya que el desarrollo de esas capacidades depende estrechamente de la ayuda y enseñanza de los demás, a tal punto que sería difícil distinguir de un irracional al individuo humano que no hubiese crecido en sociedad. El principio de solidaridad Este principio reclama a la autoridad civil, empezando por los mismos individuos que integran el poder público, el empeño de alentar a los ciudadanos para contribuir todos al bien común de la sociedad.

9 8 En virtud del principio de solidaridad, el ciudadano debe contribuir -junto con otros ciudadanos- al bien común de la sociedad en todos sus niveles. La solidaridad no es superflua, ni mucho menos un pretexto para abusar, en provecho propio, de la generosidad de los demás. Este principio se revela como fundamental, al ser remedio contra las consecuencias sociales producidas por las tendencias desordenadas del egoísmo humano. Se opone así a todas las formas de individualismo social y político, poniendo el acento en los más necesitados y pobres. Los problemas socio-económicos sólo pueden ser resueltos con la ayuda de todas las formas de solidaridad: solidaridad de los pobres entre sí, de los ricos y los pobres, de los trabajadores entre sí, de los empresarios y empleados, solidaridad entre las naciones y los pueblos. La solidaridad internacional es una exigencia del orden moral; en buena medida, la paz del mundo depende de ella. Además, la contribución al bien común ha de ser proporcional en cada caso, de modo que los más favorecidos por la fortuna o por la capacitación profesional, el acervo cultural o las dotes personales tienen más obligación de colaborar en el bien común. Una de las maneras aunque no únicas- de cumplir con el principio de solidaridad es a través del pago de impuestos. Desde una perspectiva ética estudiaremos su justificación y sus límites.

10 9 Actividad de Aprendizaje El alumno debe elaborar un resumen en Word, con una extensión de 1 a 2 cuartillas sobre los temas tratados en esta sesión, tomando en cuenta que se evaluarán: Bibliografía Ortografía y redacción Introducción (presentar de manera clara y precisa las ideas principales del texto) Contenido (presentar de manera breve y objetiva el texto) Al finalizar el desarrollo de este tendrás que subirlo a la plataforma

11 10 Referencias Sada F. Ricardo, (2008). Curso de Ética general y aplicada. México: Minos Tercer Milenio, S.A de C.V. Fagothey Austin (1973). Ética, teoría y aplicación. Mc Graw- Hill/Interamericana de México, S.A de C.V. Sánchez-Fuentes Francisco (2003). Desarrollo y formación líderes. Editorial El arca, S.A. de C.V.