Replanteando el concepto de Responsabilidad Social

Transcripción

1 Replanteando el concepto de Responsabilidad Social Dr. Marco Antonio González Pérez Introducción Desde hace poco más de veinte años se viene discutiendo en todo el mundo, tanto en el ámbito de la empresa como en el académico, la necesidad de incorporar en la gestión de las organizaciones el concepto de Responsabilidad Social o Responsabilidad Empresarial Corporativa. Dicho concepto comenzó a difundirse a finales de los años setenta, cuando el desarrollo capitalista empezó a generar diversos efectos colaterales negativos. Tales impactos se mostraron de forma dramática en las áreas ambientales, sociales, económicas y financieras. Algunos de esos hechos fueron la contaminación ambiental en procesos productivos industriales; el despido masivo de mano de obra por situación tecnológica; el predominio mundial de un modelo económico que acumulo el capital en pocas manos y el fortalecimiento de las corporaciones multinacionales que acumularon un excesivo poder supraestatal. La necesidad de asegurar un desarrollo sustentable en todos los ámbitos de la vida humana, presionó a las compañías a responder a la fuerte demanda social que les exigía mostrarse sensibles a la crisis global existente y que les pedía a comprometerse a respetar el devenir armónico de lo local y lo global. Explorando el concepto de Responsabilidad Social La Responsabilidad Social empresarial se refiere a los compromisos y obligaciones legales, pero particularmente no legales, de carácter ético que comprometen a las organizaciones con sus stakeholders o grupo s de interés, con la finalidad de preservar y respetar las dimensiones sociales, ambientales y de los derechos de las personas, que se ven impactados por la actividad empresarial y que son claves para asegurar el desarrollo sustentable de los componentes internos y externos del sistema organizacional. 29

2 La Responsabilidad Social debe entenderse, además, no solo como las acciones de las compañías orientadas a mejorar o preservar los sectores personal, ambiental y económico social, si no como una filosofía y una ética de empresa, compartida por todos los miembros de la organización. Nosotros sostenemos que sin una filosofía de empresa que le dé fundamento a las acciones de Responsabilidad Social, se corre el riesgo de llevar a cabo acciones superficiales que responden a estrategias de negocio. Es importante señalar que, aunque la discusión sobre la necesidad de incorporar la Responsabilidad Social en las acciones de las compañías surgió a finales de la década de los setenta del siglo pasado, las preocupaciones por hacer que las empresas trascendieran su misión productiva y que se concibieran así mismas como un elemento principal del desarrollo integral de la sociedad, datan de principios del siglo XX. Quizás el primer planteamiento sistemático de fomentar en las compañías una Responsabilidad Social, en particular hacia las personas, lo constituyo el surgimiento de la Escuela de las Relaciones Humanas, basada en los descubrimientos de Elton Mayo, en la década de los veinte del siglo pasado. La tesis de los humanistas de aquella época era que los conflictos organizacionales, a cualquier nivel, se derivan del estado anímico generado por el modelo taylorista de producción o administración científica del trabajo y que la productividad estaba determinada no por el control de los procesos de trabajo, si no por la motivación intrínseca del trabajador cuya determinación principal era la atención y el trato humano que recibía. Los gestores inspirados en el taylorismo sostuvieron que la función del trabajo era, simple y llanamente, producir y que la preocupación por los trabajadores era, en último término una filosofía inapropiada para el ámbito laboral. Al contrario de la tal posición, los humanistas pensaron que la desconfianza hacia los trabajadores por parte de los administradores científicos, que materializaban en los métodos de control y de tiempos y movimientos, generaba espacios nocivos de trabajo que tendía a establecer estándares de rendimiento y bajo sentido de pertenencia y compromiso laboral. La tensión entre quienes administraban sus empresas orientándose únicamente cumplir con metas de producción implementando todas 30

3 las técnicas de control posibles- y aquellos que basaban su gestión a partir de hacer el bien al empleado-involucrándolo en la toma de decisiones de las compañías-, no ha desaparecido y continúa vigente hasta nuestros días. Esta diferencia en la aplicación de métodos administrativos humanistas o tayloristas determina, en buena medida, la aplicación exitosa de programas de Responsabilidad Social. La filosofía empresarial que se orienta sólo al productivismo es uno de los aspectos que consideramos fundamental para ser modificado, en aras de hacer viable la Responsabilidad Social Empresarial. El interés por la persona, que se estableció hace casi noventa años, es retomado por las nuevas aproximaciones de la Responsabilidad Social, como un eje principal en la gestión organizacional de las empresas comprometidas con su sociedad. El enfoque hacia el empleado que comparten varias de las compañías socialmente responsables, se orienta a la integración del recurso humano bajo los lineamientos de A Great Place to Work, es decir, establecer condiciones de satisfacción indirecta que generan un compromiso del empleado con la compañía, fortaleciéndose la identidad organizacional. Aquí se incluyen, por un lado, elementos materiales como tiempos de descanso, espacios adecuados para el trabajo y las condiciones materiales óptimas para realizar la actividad laboral, y por otro lado, se agregarían normas de trato directo que incluyen sistemas de reconocimiento para el desempeño, establecimiento de equipos autodirigidos, sistemas de supervisión de personal basados en la confianza, carga de trabajo por proyectos, entre otras prácticas. Las condiciones laborales mencionadas tanto directas como indirectas cumplen una función muy relevante en las empresas que operan en países donde los salarios son justos y remuneradores. En México la recuperación del salario como compensación objetiva de la actividad laboral realizada, es algo que deben considerar las empresas como una acción central en la definición de su propia Responsabilidad Social y también como una estrategia de fortalecimiento del mercado en el que participan. Lo anterior es importante ya que en muchas ocasiones los administradores y profesionistas sostienen, con base en teorías de gestión tradicionales como la de Herberg, que el salario no es 31

4 fundamental para la satisfacción del trabajo. Una réplica obvia sería que el salario deja de ser hasta cierto punto relevante cuando es suficiente y justo. Es entonces cuando los factores externos relacionados con el contexto del trabajo se hacen más importantes para el empleado. Otro aspecto relevante que las empresas con sensibilidad social han desarrollado dentro de sus organizaciones y que están dirigidas a su personal, es la educación para el trabajo. Al tener un programa empresarial que haga más competitivos a sus empleados por medio de la educación se logra, no solo fortalecer la empresa al contar con colaboradores mejor preparados, si no que se interviene un punto débil de la cultura mexicana comparada con la de los otros países del mundo, que es no considerar el trabajo como un valor. Al incluir a los trabajadores en procesos formativos en la empresa se cambiará, paulatinamente, la cultura actual hacia una de corte productivo. Modelos de Responsabilidad Social La aplicación de la Responsabilidad Social está tomando fuerza alrededor del mundo y cada vez existen más compañías en México y en el extranjero, interesadas en obtener una certificación como empresas socialmente responsables. En nuestro país existen dos grandes orientaciones empresariales en la integración de modelos de Responsabilidad Social en las compañías. Una es el que parte de un enfoque ético filosófico que estaría representado, principalmente por la Unión Internacional Cristiana de Dirigentes de Empresa, cuyo objetivo es aplicar principios religiosos para fundamentar las prácticas cotidianas en la gestión de una compañía. Este enfoque está orientado, particularmente, a generar un mayor bienestar en todas las personas que integran la empresa, así como en los clientes y los grupos de interés, a partir de la guía de una filosofía empresarial humanista. Otro enfoque es el que incorpora de una manera técnica los lineamientos nacionales e internacionales que contienen indicadores que deben ser satisfechos para la certificación en Responsabilidad Social. Algunos de esos documentos son: el Pacto Mundial sobre Responsabilidad Social de la ONU, Directrices para las Empresas Multinacionales de la OCDE, Declaración Tripartita sobre Empresas 32

5 Internacionales y Política Social de la OIT, Caux Round Table, SA8000 de Social Accountability Internacional y la International Standard Organization (ISO), Norma Mexicana de Responsabilidad Social del Instituto Mexicano de Normalización y Certificación A.C. y el Pacto Social México. Aunque ambos enfoques no son excluyentes, si es importante observar que el primero de ellos se orienta a establecer, con base en una filosofía empresarial, un sistema de gestión que respeta un marco ético determinado. Su principal preocupación es, como se afirmo antes, el bienestar de las personas. Si bien esta postura tiene la virtud de construir organizaciones con una cultura organizacional sólida y compartida, tiene algunas limitaciones que se relacionan con el entorno, ya que está enfocada, principalmente, hacia la propia organización y sus integrantes. El segundo enfoque está orientado en adoptar la Responsabilidad Social dentro de su modelo de negocio y medir con precisión las ganancias que busca obtener debido a la declaración pública de programas socialmente responsables. La visión más limitada de esta aproximación se encuentra en aquellas compañías que utilizan la Responsabilidad Social como una estrategia para legitimarse superficialmente de los posibles efectos negativos que genera su actividad. Una crítica que con frecuencia se hace a las organizaciones que buscan certificarse como empresas socialmente responsables como una estrategia de mercadotecnia, es que hacen a un lado la incorporación de las preocupaciones sociales en sus definiciones estratégicas y no las incluyen como una filosofía que construya una cultura organizacional propia. En este punto es importante referir que en la literatura académica sobre la Responsabilidad Social, no se han encontrado estudios concluyentes que afirmen la relación positiva entre la implantación de programas de este tipo y la generación de beneficios económicos directamente ligados a estos esfuerzos organizacionales. Hay investigaciones que afirman que, en efecto, existe una correlación positiva y otros que concluyen sosteniendo que nada tienen que ver los programas de Responsabilidad Social con las utilidades del negocio. Es necesario, de cualquier forma, tener en consideración las razones por las que algunas empresas se han sumado a la iniciativa de la 33

6 Responsabilidad Social. En principio, se han dado cuenta de que su actividad productiva genera impactos no deseados a nivel personal, social, ambiental y económico. Se entiende que accionistas y directivos reconocen que su organización se desenvuelve dentro de un sistema global y que deben hacer un esfuerzo máximo para asegurar la sustentabilidad no solo de su empresa, sino de todo el sistema en el que opera. Si una compañía se preocupa por el medio ambiente, mejorará sus procesos productivos; si se preocupa por el mercado, buscará estrategias que aseguren su permanencia, entre las cuales se encontrará ofrecer salarios que le permitan a los trabajadores participar en el consumo y si considera a sus empleados no como mano de obra sino como capital humano e intelectual, tenderá a cuidarlo para hacerlo partícipe de del negocio y fortalecer su identidad y compromiso organizacionales. Por lo anteriormente expresado, es probable que la orientación de Responsabilidad Social basada en la mercadotecnia (aquella que la incorpora como una estrategia de negocio) falle en su propósito de obtener beneficios económicos a corto plazo. Por lo tanto proponemos como deseable generar un planteamiento de Responsabilidad Social que surja de la reflexión profunda del papel de la organización con relación a su contexto y que culmine en una filosofía de empresa compartida en la organización, que promueva un cambio cultural al reivindicar la importancia de la empresa, pero también del ser humano, la sociedad, del mercado y el medio ambiente. Orientaciones en la Responsabilidad Social empresarial Como ya se ha mencionado, la responsabilidad social de la empresa es un concepto en auge que se está incorporando en el mundo empresarial, gubernamental y académico. Sin embrago es necesario señalar que las preocupaciones son diferentes en cada país y que por lo tanto, los ámbitos de aplicación varían de lugar en lugar. En Europa, por ejemplo, donde los niveles de bienestar socioeconómico son mayores, las empresas se orientan hacia el cuidado del medio ambiente y el desarrollo sustentable. En algunos países de Latinoamerica como Chile y Argentina hay una preocupación más marcada hacia evitar la corrupción y hacer un manejo transparente de los recursos propios. En México los 34

7 programas de Responsabilidad Social están dirigidos, particularmente, hacia el apoyo filantrópico a grupos sociales en desventaja, a aquellos que tienen pocas oportunidades de educación así como hacia las comunidades que han sufrido desastres naturales. Son muchos los ejemplos de este tipo que hacen pensar a la ciudadanía que el concepto de Responsabilidad Social, se limita a una estrategia corporativa que busca prestigio empresarial y aceptación social. Los programas de Responsabilidad Social que llevan a cabo las empresas mexicanas han dejado de lado temas relevantes en la agenda pública y en las cuales las compañías podrían participar, ya que viven de forma cotidiana esas problemáticas. Algunas de ellas son la equidad de género, la no discriminación laboral a grupos minoritarios y la promoción de la salud, entre otras. En nuestro país existen algunos programas empresariales orientados al cuidado del medio ambiente y son pocos conocidos los programas de Responsabilidad Social dirigidos al bienestar del trabajador. El tema de los programas específicos es de particular interés para el propósito de este documento ya que las empresas mexicanas al asumir una Responsabilidad Social hacia el bienestar del empleado podrían asegurar el compromiso e identidad organizacionales y educar al trabajador, pero al orientarse hacia el fortalecimiento del salario se podría alcanzar mejores niveles de bienestar personal y familiar, al mismo tiempo que se fortalece el mercado vía el consumo posibilitado por un mejor ingreso. Sustentamos que las empresas deben mostrar un mayor interés por el salario que perciben sus empleados y que el ingreso debería ser el elemento central en la determinación de la Responsabilidad Empresarial en nuestro país. Se debe considerar el hecho de que en la economía global las empresas están jugando cada vez con mayor fuerza un papel no sólo como participantes y competidores en el mercado, si no que su influencia es tal que definen a este de manera determinante. El mercado de las Telecomunicaciones en México, es uno de los ejemplos más claros del influyente rol de las empresas en la configuración de un espacio de negocios competitivo que es definido conjuntamente con el Estado. 35

8 Considerando lo anterior, proponemos que las empresas deben asumir un papel más activo que los gobiernos, que restringidos por las directrices del modelo económico vigente, no han podido hacer de manera eficiente. Es decir, ser corresponsables de una distribución del ingreso justa, a través de su principal mecanismo que es el salario. Y no nos referimos al salario en general, si no a un salario remunerado que le facilite al empleado el acceso al mercado de bienes y servicios. Nos referimos a un salario que asegure el bienestar individual y social. Evidentemente que para realizar un cambio que ponga en el centro de Responsabilidad Social al salario, se requiere de un nuevo enfoque empresarial que considere la importancia de ese elemento económico en el bienestar no sólo de los empleados y sus familias, sino de todo el sistema económico que depende de un mercado interno fuerte que amplié las posibilidades de desarrollo del país. Las empresas de todo tamaño deben poner en la balanza la maximización de las ganancias o tener ganancias más limitadas, pero sostenidas, al asegurar la existencia de un mercado interno eficiente y en crecimiento. Proponemos que las empresas fomenten dentro de sus organizaciones una filosofía empresarial que tome como centro de su planteamiento, la función de la empresa y del empresario y las responsabilidades que tiene con el bienestar de su personal, con el desarrollo de su localidad y del país y con su propia actividad económica. Vemos con preocupación la existencia de una tendencia de negocios (que no empresarial) orientada a generar grandes beneficios económicos en poco tiempo, basándose, en muchas ocasiones, en la construcción salarial y en la cancelación de prestaciones laborales. Sin embargo estas decisiones financieras tienen, como ya se señalo, un impacto negativo en el trabajador y su implicación psicológica laboral y en el mercado, que se ve restringido por el bajo poder adquisitivo de los trabajadores. Sostenemos que la filosofía empresarial debe servir de apoyo para trascender estas limitadas visiones cortoplacistas y construir realmente empresas, que es lo que requiere México. Consideraciones finales En las anteriores líneas se ha hecho una reflexión en torno al concepto de responsabilidad social empresarial en la que se ha incluido la 36

9 necesidad que los empresarios reconozcan el peso real que tiene su sector en el desarrollo sustentable del país y la incidencia que debe tener en la búsqueda del bienestar de su personal y de la sociedad en general. La revalorización del salario es un elemento central en la nueva responsabilidad corporativa que los dueños de las empresas, de cualquier tamaño, deben tener. La trascendencia de alcanzar un salario justo y remunerado para los trabajadores, aun a pesar de afectar a momentáneamente el margen de utilidades, tendrá un impacto positivo en el bienestar del empleado y un efecto reactivador del mercado vía el consumo. Esta idea está en sintonía con los fundamentos de las tendencias actuales de la Responsabilidad Social, ya que se entiende que un empresario es responsable cuando fortalece y hace perdurar su actividad económica en beneficio de la sociedad en la que vive. Otro punto importante de esta propuesta, es orientar la Responsabilidad Social hacia la formación del trabajador en el empleo. Esto significa que el empresario debe asumir un papel central en cambiar la cultura laboral del mexicano, ya que hará que el trabajador valore su actividad al fortalecerse en ella, al hacerse más competitivo. Esta educación en el trabajo debería verse como una inversión que logrará una mayor identidad y lealtad organizacionales, así como una productividad mayor. Se comentó la importancia de tener una filosofía de empresa que compartan todos los miembros de la organización. Esta forma común de pensamiento debe sustentarse en valores que configuren una ética orientada a la responsabilidad social. Una ética empresarial fundamentada debe pasar por trascender la función que un amplio grupo de empresarios reconoce de su actividad, es decir, ir más allá de los beneficios económicos y establecer que su misión es responder es responder a la sociedad y a sus propios miembros buscando el bienestar. Otro aspecto relevante de esta filosofía sería respetar las reglas del mercado y participar en él de manera transparente y honesta. Considerando que las acciones de Responsabilidad Social varían de país en país de acuerdo a las necesidades y preocupaciones que tiene cada 37

10 sociedad, es importante que las empresas mexicanas incluyan, más allá de sus actividades filantrópicas a grupos vulnerables, un reconocimiento de la pobreza como un problema principal en el país e incorporar programas de acción para constituir un sistema económico más justo para todos. En este sentido es de gran importancia considerar al salario justo como el principal elemento de Responsabilidad Social que tiene una empresa para la persona, la sociedad y el mercado. 38