A D E N D A. Título: El rol de la familia como agente de prevención de conductas problemáticas.

Transcripción

1 XXX SEMINARIO INTERUNIVERSITARIO DE TEORÍA DE LA EDUCACIÓN Autonomía y responsabilidad. Contextos de aprendizaje y educación en el siglo XXI Universidad de Barcelona 19 y 20 de octubre de 2011 Autor/es: Mª CARMEN BELLVER MORENO UNIVERSIDAD DE VALENCIA A D E N D A Título: El rol de la familia como agente de prevención de conductas problemáticas. Ponencia a la que se dirige: PONENCIA 3 Formulación concisa de la pregunta, objeción o complemento que se hace a la ponencia (máximo 100 palabras) Con la desestructuración familiar que estamos viviendo con la exaltación de valores personales, que estoy de acuerdo, están minando la estructura familiar, la cuestión que se plantea si en la estructura familiar del siglo XXI: se está perdiendo la capacidad de ser agente de prevención de conductas problemáticas y/o antisociales por la menor capacidad de asegurar un apego efectivo y desarrollo de valores morales? Argumentación de la pregunta, objeción o complemento anterior (máximo 2000 palabras, incluyendo, en su caso, notas y referencias) 1. Introducción. Coincidimos con la tesis defendida en la ponencia respecto a que la familia contemporánea es quizá una de las organizaciones sociales sometidas a cambios más profundos. De hecho es fácil comprobar las diferencias que pueden establecerse entre las características de la familia tradicional (o familia extensa) y familia moderna (o familia nuclear). La familia tradicional es propia de sociedades rurales es amplia y consanguínea, y en ella conviven varias generaciones (padres, abuelos, tíos, primos...) tiene una función educadora, una organización patriarcal y un sentido claro de autoridad. La familia moderna, por el contrario, se desarrolla más en la sociedad industrial, es muy reducida en su composición (padre, madre, hijos) delega su función educativa al Estado, y en ella existe mayor igualdad entre sus miembros y un sentido de la autoridad compartida. Entre los factores sociales que han acelerado el paso de la familia tradicional a la familia moderna podemos citar los siguientes: la emigración del 1

2 campo a las ciudades, la movilidad geográfica y profesional, la incorporación de la mujer al trabajo, el aumento de la tasa de divorcios, la democratización de los valores morales, las nuevas y alternativas formas de organización familiar (familias monoparentales, de hijos de diversos matrimonios, familias sin hijos, etc...). No obstante, y a pesar de estos cambios mencionados, entendemos que las funciones sociales de la familia abarcan tanto la función afectiva como socializadora y educadora. Según Bowlby (1982) la teoría del apego (attachment) supone una relación temprana entre los niños y su cuidador principal (principalmente la madre) representa la primera experiencia de vinculación. En esta relación el niño adquiere una confianza máxima en la disponibilidad y cuidados permanentes de su madre. Este autor apuntaba que un fracaso en desarrollar ese vínculo llevaba en el desarrollo del niño unas actitudes hacia los otros caracterizadas por la falta de empatía y preocupación por su bienestar. Hay autores que han propuesto una relación entre el apego temprano, las emociones morales y las conductas antisociales graves. En esta línea el profesor Garrido cuando acuña el término del síndrome del niño emperador (2005) hace referencia a niños que han tenido carencias emocionales en sus primeros meses de vida, que no han realizado un apego adecuado con las personas de su entorno y eso se ha traducido en carencia de valores morales y de empatía hacia los demás, y que muestran conductas de tiranía hacia sus padres, hasta el extremo, en algunos casos de desarrollar una psicopatía. Recordemos que la psicopatía presenta características como falta de perspectiva social o empatía, falta de remordimientos hacia el dolor de los demás o del dolor que les podamos causar, mentira patológica, arrogancia, incapaces de sentir emocionales auténticas más bien son fingidas, con problemas de trastornos de conducta antes de los 10 años (robos, bullying, vandalismo) etc. El trastorno de la psicopatía es muy llamativo porque su desapego emocional es muy perturbador ya que pone en cuestión los fundamentos de la sociedad humana (Saltaris, 2002 p.:743) Además hay que destacar que cada vez son más los especialistas que nos previenen del incremento de conductas antisociales violentas y en algunos casos, delictivas, de muchos jóvenes entre 16 y 21 años que no logran finalizar la escolarización obligatoria de forma satisfactoria o la incorporación al mundo laboral. 2

3 Hecho que dificulta su integración en el mundo social y laboral, así como en el desarrollo de conductas más prosociales. Algunas de las dificultades cognitivas que impiden el correcto u óptimo comportamiento de muchos sujetos, están vinculadas a un pobre desarrollo de la inteligencia emocional-interpersonal y académico-formativa (o inteligencia impersonal). Nos referimos a carencias cognitivas como son la falta de autocontrol y control de la ira (hay muchos adolescentes que adolecen de una falta de control, necesitan que se les enseñe a detenerse y pensar antes de actuar y anticipar las consecuencias de sus comportamientos; carencias en la metacognición (requieren aprender a utilizar la reflexión y el razonamiento para que gobiernen los sentimientos y la conducta (Garrido y López, 2005); habilidades cognitivas de resolución de problemas (muchos adolescentes requieren comprender a los demás y admitir que su comportamiento afecta a los demás ; fomentar el pensamiento creativo sobre todo para favorecer la búsqueda de alternativas prosociales para solucionar los problemas interpersonales; favorecer la empatía o toma de perspectiva social para tener en cuenta el punto de vista del otro, así como los pensamientos y sentimiento de los demás; y por último el manejo emocional de tal modo que su es enseñar a controlar y evitar un arousal emocional excesivo (por ejemplo, cólera, depresión, miedo y ansiedad) en el joven (Garrido y López, 2005:33). 2. El rol preventivo de la familia Todo esto nos debe conducir a la prevención y los expertos nos dicen que cuando los criminólogos hablan de niños resistentes se refieren a aquellos niños y jóvenes que, de acuerdo a sus circunstancias ambientales o individuales, podrían haber desarrollado conductas antisociales. En este caso, tienen un papel fundamental los llamados factores de resistencia o de protección. Los factores que la investigación ha señalado como más relevantes (Lösel y Bender, 2003) son los denominados factores de protección del sujeto: buena salud, inteligencia social (empatía, habilidades de relación), autocontrol, inteligencia escolar..; y los denominados factores de protección del ambiente: padres con relación de apego, con habilidades de crianza y que supervisan y adultos como modelos positivos, amigos prosociales, etc... 3

4 En esta línea los padres son los que pueden tener un rol fundamental en la prevención de conducta antisociales, trastornos de conducta, conductas de riesgo hacia la salud como consumo de drogas, etc 3. Conclusiones. A pesar de los cambios y la evolución que ha sufrido, entendemos a la familia como un lugar privilegiado para el aprendizaje de todo tipo de conocimientos personales o sociales ligados a la experiencia vital y a los aprendizajes funcionales para la vida cotidiana. Es reconocida su influencia en el desarrollo de la personalidad básica, de la adaptación personal, académica y social del niño. Destacamos el papel fundamental que tiene en el desarrollo de la competencia social del niño: así sabemos que las familias con pocas habilidades sociales (falta de armonía y diálogo, problemas de violencia familiar...) favorecen muchas veces, la aparición de problemas de conducta en los niños. En algunos casos, cuando la desestructuración familiar es muy problemática, la familia también puede favorecer la aparición de conductas antisociales en los hijos (pequños robos, absentismo escolar, vandalismo, drogadicción, etc...). En todo caso parece claro que los niños que tienen problemas en la convivencia escolar posiblemente vivan en un ambiente familiar en la que existe una baja competencia social. Es necesario potenciar el papel de la familia como base educativa de la formación de la personalidad de los sujetos que la forman y favorecer la comunicación y escucha activa entre sus miembros para desarrollar los vínculos afectivos entre padres e hijos. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS. Bowlby,J. (1982) Attachment and loss: retrospect and prospect. American Journal of Orthopsychiatry 52, Garrido, V. y M.J. López, 2005 La psicología de la delicuencia juvenil: explicación y predicción en Manual de intervención educativa en readaptación social Vol.1 Fundamentos de intervención. Valencia: Tirant Lo Blanch Garrido,V. (2005) Los hijos tiranos: el síndrome del niño emperador. Valencia: Ariel. 4

5 Lösel,D. y Bender, D. (2003) Resiliency factors. En Farrington, D.P. y Coid,J.W (eds) Early prevention of adult antisocial behavior (pp ). Cambridge: Cambridge University Press. Saltaris, C. (2002) Psychopaty in juvenile offenders. Can temperament and attachment be considered as robust developmental precursors? Clinical psychology Review 22,