Reingeniería social: el desarrollo participativo LA REALIDAD INSTITUCIONAL DE NUESTROS PAÍSES LATINOAMERICANOS

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1 Reingeniería social: el desarrollo participativo Astrid Fischel Panamá, 28 de octubre, 2003 LA REALIDAD INSTITUCIONAL DE NUESTROS PAÍSES LATINOAMERICANOS En la mayoría de nuestros países existe gran hetereogeneidad en la atención de las necesidades del sector social en tanto los programas sociales muestran descoordinación y yuxtaposición. La política social está sometida a la política económica y se ha limitado, en muchos casos, a llenar los espacios que ésta deja. La política social ha sido mayoritariamente compensatoria, paternalista y de corto plazo, careciendo de una estructura operativa que permita superar estas debilidades. Por su parte, los Consejos Sociales muestran grandes debilidades, lo cual les lleva a tener un limitado impacto y poca credibilidad. En su mayoría, son entes deliberativos, sin apoyo técnico ni sistemas de información. LO QUE BUSCAMOS La reingeniería del sector social debe orientarse a la utilización óptima de los limitados recursos económicos a través de la definición de prioridades, los esfuerzos compartidos y la transparencia. Asimismo, debe fomentar una mayor presencia de las instituciones gubernamentales a nivel local; fortalecer la capacidad de concertación y gestión de las instituciones estatales y de la sociedad civil, así como promover mayores oportunidades, flexibilidad y capacidad de adaptación a los programas gubernamentales. En síntesis, buscamos ampliar la cobertura y calidad de los servicios sociales, con énfasis en las poblaciones marginadas; disminuir la pobreza y fortalecer la clase media y también desarrollar el voluntariado y las organizaciones de la sociedad civil. Esto facilita, aún más, el que los representantes gubernamentales se acerquen a los habitantes, y se fomente la descentralización en la toma de decisiones y en la provisión de servicios. A la vez, se fortalece la credibilidad hacia las instituciones del Gobierno Central, que pasan de distantes rectoras a dinámicas interlocutoras, capaces de definir políticas en conjunto con la comunidad. PROPUESTA: HACIA UNA SOCIEDAD PARTICIPATIVA Desde una perspectiva integral, buscamos una óptima articulación entre las instituciones gubernamentales, los Municipios y las comunidades a nivel local. Esta propuesta se basa en cinco pilares: La voluntad política La participación ciudadana Un sistema integrado de información

2 La transparencia y la rendición de cuentas Los criterios técnicos LA PUESTA EN PRÁCTICA DE ESTA PROPUESTA La promoción de una sociedad participativa tiene su punto de partida en un nuevo perfil del Consejo Social, que pasa de ser un ente meramente deliberativo para convertirse en un eje articulador de esfuerzos, promotor de capacidades y sinergias de voluntades y recursos. Para llevar adelante esta iniciativa, se definen tres niveles de organización y operación: Nivel político: Presidente de la República o su representante y jerarcas institucionales del sector social. Nivel técnico: Secretaría Técnica y Sistema de Información Integrado. Nivel operativo: Municipios y Comisiones de Desarrollo Social (Nivel local, Modelo Triángulo de Solidaridad). En el nivel político, se definen los programas prioritarios de acuerdo con el Plan Nacional de Desarrollo; se concerta con el sector económico el financiamiento de las prioridades programáticas y se maximiza la utilización de los recursos provenientes de la cooperación internacional. La Secretaría Técnica asesora al Consejo Social, analizando y emitiendo recomendaciones sobre programas sociales y calificando técnicamente las diferentes propuestas que requieren recursos adicionales al Presupuesto Ordinario de la República. Asimismo, administra y mantiene actualizado el Sistema Integrado de Información. A nivel operativo, el Municipio establece con precisión sus potestades y responsabilidades; incrementa su capacidad de gestión y ejecución a través del desarrollo de destrezas gerenciales y fomenta el trabajo conjunto con representantes de las instituciones gubernamentales y con grupos comunales. Por su parte, las Comisiones de Desarrollo Social, son instancias de concertación y negociación a nivel comunal, integradas por representantes comunales electos por sector o grupo social en Asambleas de Vecinos; Alcaldes, Presidentes Municipales y otros representantes de los Municipios y funcionarios de nivel regional y local. Los objetivos de las Comisiones de Desarrollo son: promover el paso de receptores pasivos a protagonistas activos de su propio desarrollo; reducir costos al compartirlos, evitando intermediarios y desviaciones; fomentar sentimientos de pertenencia hacia obras y servicios; velar por la transparencia en la ejecución física y financiera de las obras y asegurar la rendición de cuentas a nivel local. La acción ciudadana personificada en las Comisiones de Desarrollo Social, se apoya en la estrategia de participación ciudadana conocida como el Triángulo de Solidaridad. 2

3 EN QUÉ CONSISTE LA ESTRATEGIA DEL TRIÁNGULO DE SOLIDARIDAD? En lo sustancial, se trata de un mecanismo para articular las voluntades, los esfuerzos y los recursos de tres actores clave: los gobiernos locales, las instituciones gubernamentales y las comunidades. Aspira a que juntos decidan sobre las necesidades y prioridades de desarrollo de la comunidad y, con base en aportes humanos y financieros de todos, lleven a cabo la ejecución de los proyectos seleccionados y fiscalicen la correcta inversión y administración de los recursos. La ejecución de Triángulo de Solidaridad conlleva una serie de etapas sucesivas: 1. Identificación de Unidad Geográfica Básica: Escogencia de comunidades y Municipios, de acuerdo con el Índice de Desarrollo Social u otros criterios técnicos (por ejemplo, alta vulnerabilidad ante desastres naturales). 2. Acuerdo de Concejo Municipal: Autorización de ingreso del Triángulo de Solidaridad a su jurisdicción. 3. Mapeo Social: Elaboración de un diagnóstico de las condiciones económico-sociales de la comunidad o Municipio e identificación de la organizaciones de base local. 4. Promoción y Convocatoria: Llamado a los vecinos para que participen en una Asamblea. La convocatoria se hace a través de afiches, cuñas de radio, grupos organizados, iglesias, y muy especialmente con la colaboración de estudiantes de escuelas y colegios. 5. Asamblea de Vecinos: Elección de Representantes para la Comisión de Desarrollo y Fiscales Ciudadanos. 6. Pre-taller: Capacitación de representantes comunales en metodología participativa y técnicas de negociación. 7. Taller de Planificación Estratégica: Elaboración de Plan de Desarrollo con participación de los representantes comunales, el Concejo Municipal y funcionarios de nivel regional o local de las instituciones estatales. Identificación de prioridades y capacitación en elaboración de perfiles por proyecto. 8. Validación: Concreción de los perfiles de cada proyecto priorizado por las comunidades. 9. Mesa de Negociación: Definición de aportes por parte de cada actor de acuerdo con cada proyecto definido como prioritario. 10. Ratificación y Certificación de Aportes por parte de cada actor de cada uno de los proyectos negociados. 11. Carta de Compromisos: Formalización de los acuerdos suscrita por el Presidente de la República, (o su representante), el Coordinador o Coordinadora Nacional del Triángulo de Solidaridad, el Alcalde, el Presidente Municipal y los Representantes Comunales. 3

4 12. Seguimiento y Evaluación proceso de monitoreo de cada proyecto. La estrategia del Triángulo de Solidaridad fue puesta en práctica en Costa Rica, y en sus tres años de existencia logró extenderse a 45 de sus 81 Municipios, concretamente a aquellos con menores índices de desarrollo social. De esta forma, se cubrieron los Municipios que se ubican hasta el quinto decil de pobreza. En el marco de Triángulo de Solidaridad se pusieron en marcha más de 2500 proyectos de desarrollo, referidos a cinco áreas fundamentales: educación, salud, vivienda, infraestructura y proyectos productivos, que incluyeron desde caminos y acueductos hasta centros de informática. La estrategia del Triángulo de Solidaridad ofrece una serie de ventajas e innovaciones, que la hace cualitativamente distinta a otros esfuerzos de desarrollo y genera no sólo un mejoramiento de los índices de desarrollo social, sino una nueva forma de hacer las cosas; que garantiza, entre otros aspectos, la efectiva participación ciudadana en la toma de decisiones, el fortalecimiento del Régimen Municipal y la recuperación de la gobernabilidad, aunados a un importante ahorro de recursos y a estrictos controles en la administración e inversión los recursos públicos y privados. Como señalamos con anterioridad, uno de los pasos iniciales del Triángulo de Solidaridad consiste en la elección democrática, en Asambleas de Vecinos, de representantes comunales que participan en la toma de decisiones. Este mecanismo fue muy exitoso en Costa Rica en el objetivo de incorporar a la población que tradicionalmente no había tenido la oportunidad de ser protagonista en el desarrollo de su comunidad. Fue muy significativo que, el 40% de los representantes electos tenían ingresos muy bajos. Dentro de estos, seis de cada diez recibían ingresos inferiores al salario mínimo. El afán de trabajar por el porvenir comunitario disipó, además, discriminaciones de orden académico y de género: el 61% de los representantes tenían una escolaridad primaria incompleta, y el 32% de los representantes eran mujeres. Posterior a intensas jornadas de preparación y capacitación, los representantes comunales y municipales, participan junto con las instituciones de gobierno, en negociaciones para elaborar planes de desarrollo, definir proyectos y decidir los respectivos aportes. Esta estrategia fomenta la descentralización en el diseño y en el destino de las asignaciones presupuestarias, trasladando a las comunidades la potestad de orientar la asignación de recursos y de velar por la transparencia de la ejecución física y financiera de las obras y acciones. Con ello, se contribuye además, a fortalecer el tejido social y fomentar el patrimonio de capital social. Se logra también una significativa reducción de los costos para el gobierno, en la ejecución de obras y proyectos de base local. La experiencia nos demostró, por ejemplo, que los costos habituales de construcción de un aula con participación de las tres partes del Triángulo de Solidaridad, disminuyeron hasta un 51% para el gobierno, y en el caso de centros de atención primaria en salud, un 65%. El Triángulo de Solidaridad amplia y 4

5 racionaliza la capacidad financiera gubernamental para responder a las necesidades de nuestra gente. La rendición de cuentas y la transparencia, son elementos esenciales que promueven el desarrollo de la democracia, y el Triángulo de Solidaridad ha revelado ser un útil instrumento para el fomento de la ética en la función pública. Las Asambleas de Vecinos también designan Fiscales Ciudadanos que velan por el cumplimiento puntual de los planes de desarrollo aprobados y la correcta inversión de los recursos. Los controles que ejercen los Fiscales Ciudadanos dan mayor garantía al contribuyente nacional y al cooperante internacional, que sus aportes están respondiendo efectivamente a los propósitos a los que fueron destinados. La democracia se convierte así en una vivencia real, tangible por todos los miembros de la comunidad. La responsabilidad y autoestima individual y colectiva, su conciencia ciudadana, su creatividad, crecen notoriamente, al darse cuenta que sus opiniones son escuchadas y respetadas. Debido al carácter solidario de la estrategia y a la importancia que en su ejecución tienen los esfuerzos y aportes de todos, se elimina el carácter estigmatizador y paternalista presente en otros esfuerzos de combate a la pobreza y se reafirma el respeto a la dignidad humana. Esto facilita, aún más, el que los representantes gubernamentales se acerquen a los habitantes, y se fomente la descentralización en la toma de decisiones y en la provisión de servicios. A la vez, se fortalece la credibilidad hacia las instituciones del Gobierno Central, que pasan de distantes rectoras a dinámicas interlocutoras, capaces de definir políticas en conjunto con la comunidad. La metodología del Triángulo de Solidaridad es sencilla, flexible, y su puesta en práctica, de reducido costo. Lo anterior, permite convertir esta estrategia en alternativa para enfrentar con éxito, los desafíos que todos los países de la región tenemos en el ámbito del desarrollo social. El Triángulo de Solidaridad como estrategia regional, bien podría constituirse en un vigoroso esfuerzo de concertación para la paz social y condiciones de vida digna para todos, con el respaldo de la comunidad internacional. NUESTRA ASPIRACIÓN Mejorar la calidad de vida a través del desarrollo humano sostenible, basado en la participación ciudadana, como un acto de fe en la capacidad creadora y en la libertad responsable de cada persona. Doctora Astrid Fischel Ex-Vicepresidenta y Ministra de Educación de Costa Rica afivo100@hotmail.com 5