Historia de una empresa cultural: Biblioteca Luis Ángel Arango Banco de la República Subgerencia Cultural Biblioteca Luis Ángel Arango

Transcripción

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2 Biblioteca Luis Ángel Arango (Bogotá) Historia de una empresa cultural : Biblioteca Luis Ángel Arango / Banco de la República. Biblioteca Luis Ángel Arango ; investigación y textos, Luis Fernando Molina Londoño -- Bogotá : La Biblioteca, p. : il., fots. ; cm. Bibliografía al final del texto ISBN: Biblioteca Luis Ángel Arango (Bogotá) -- Historia Biblioteca Luis Ángel Arango (Bogotá) -- Administración Biblioteca Luis Ángel Arango (Bogotá) Colecciones bibliográficas Biblioteca Luis Ángel Arango (Bogotá) -- Servicios Biblioteca Luis Ángel Arango (Bogotá). Actividades Culturales Biblioteca Luis Ángel Arango (Bogotá) -- Publicaciones I. Molina Londoño, Luis Fernando, II. Tít cd 21 ed. A CEP-Banco de la República. Biblioteca Luis Ángel Arango Historia de una empresa cultural: Biblioteca Luis Ángel Arango Banco de la República Subgerencia Cultural Biblioteca Luis Ángel Arango Subgerente Cultural: Ángela María Pérez Mejía Director Red de Bibliotecas: Alexis de Greiff Acevedo Investigación y textos: Luis Fernando Molina Londoño, Facultad de Administración, Universidad de los Andes Asistente de investigación: Cecilia Mercado Torres Investigación gráfica: Viviana Mejía Castrillón Agradecimientos: Margarita Garrido Otoya y Gilma Rodríguez Uribe. Corrección de textos: Luis Fernando García Núñez Diseño gráfico: Alejandro Lugo Silva Gráfico ISBN: Bogotá, mayo de 2013

3 Contenido Presentación Introducción Capítulo 1 Un edificio especial para biblioteca Capítulo 2 Su organización y gestión Capítulo 3 El alma de la Biblioteca Luis Ángel Arango: sus colecciones Capítulo 4 Los servicios que presta Capítulo 5 La descentralización de la Biblioteca y de la actividad cultural en Bogotá y el país Capítulo 6 El Boletín Cultural y Bibliográfico Bibliografía Índice de tablas

4 Índice de tablas Tabla 1. Lectores en la Biblioteca del Banco de la República Tabla 2. Población de estudiantes en Colombia, Tabla 3. Volúmenes de la BLAA Tabla 4. Desarrollo de colecciones y canje Tabla 5. Canje y donación Tabla 6. Páginas e imágenes ingresadas a la Biblioteca Virtual Tabla 7. Materiales existentes en la Biblioteca Virtual a 2008 Tabla 8. Inventario de las bases de datos Tabla 9. Número de piezas de la Colección Numismática en 2007 Tabla 10. Existencias de la Colección Filatélica a 2005 Tabla 11. Donantes de la BLAA Tabla 12. Archivos documentales recibidos por donación o compra Tabla 13. BLAA, capacidad en salas, Tabla 14. Socios e ingresos por asociación a la BLAA y número de préstamos externos Tabla 15. Cifras de visitantes de la BLAA Tabla 16. Usuarios y número de consultas en la BLAA virtual Tabla 17. Incremento de bibliotecas públicas en Colombia Tabla 18. Asistentes total actividad cultural frente a población usuaria de Biblioteca (aproximado) Tabla 19. Usuarios del servicio de música Tabla 20. Centros de documentación regional Tabla 21. Usuarios presenciales de la actividad cultural en sucursales (aproximado) Tabla 22. Información general de Sucursales

5 Presentación Para el Banco de la República constituyó un motivo de especial satisfacción y orgullo celebrar, en el 2008, los cincuenta años de apertura al público de la sede actual de la Biblioteca Luis Ángel Arango, así como del inicio de su colección de arte. La Biblioteca se ha constituido en la sede de un centro cultural de primer orden, tanto en Colombia como en América Latina, en la medida en que cuenta con una de las colecciones documentales más importantes del continente, y con una colección de arte y conciertos musicales de altísimo nivel. Cuando se analiza el hecho de que un banco central tenga un papel tan significativo en la vida cultural de su país se suele destacar que la función de conservar es compatible con la naturaleza misma de los bancos centrales. Más específicamente, se afirma que estos son organizaciones naturalmente convocadas a participar en la preservación del patrimonio cultural de las naciones en donde operan, y se recuerdan los numerosos bancos centrales que poseen o apoyan museos, centros de estudios o bibliotecas. Pero en Colombia esa explicación es apenas parcial y no alcanza a abarcar el desarrollo de la actividad cultural del Banco. La verdadera fuerza que ha llevado a que tengamos hoy una red de bibliotecas con presencia en un buen número de ciudades colombianas, ha sido el deseo de compartir, poniendo al servicio de la población, un patrimonio cultural representado en libros, documentos, videos, audios, obras de arte y conciertos de música, con la convicción de que este legado es una contribución incuestionable al bienestar de la ciudadanía. Los libros y documentos de la Luis Ángel cubren prácticamente todos los campos del conocimiento y, en conjunto con las colecciones de arte y numismática, y los conciertos de música, han servido para que muchos colombianos fortalezcan, tanto su capacidad de reflexionar, enseñar y dialogar en los campos de la ciencia y de la técnica, como también su capacidad de sentir y soñar con las distintas manifestaciones del arte. Además de su alta calidad, la actividad del Banco de la República se ha beneficiado de otras características: la focalización y la perseverancia. Así, en lugar de generar múltiples iniciativas o de seguir modas transitorias de apoyo a manifestaciones diversas de la vida cultural, el Banco ha querido enfocarse exclusivamente en las funciones que comenzó a desarrollar desde hace muchos años: los museos, las bibliotecas y la música. Todo esto ha posibilitado una adecuada planeación a largo plazo, cuyos resultados se pueden evidenciar en el momento actual. Con los cambios que trajeron las reformas legales y la modernización de la economía colombiana, en lo que respecta al desempeño de las funciones características de la banca central, se hizo evidente que el modelo tradicional para la ejecución de muchas de las tareas del Banco había dejado de tener sentido práctico. En el proceso de reforma, sucursales de la entidad en distintas ciudades del país pasaron a realizar exclusivamente la actividad cultural, dando origen a la Red Nacional de Bibliotecas del Banco de la República. Esta cuenta hoy con 19 bibliotecas públicas y seis centros de documentación, manejadas con altos estándares de calidad, eficiencia y profesionalismo. Para dar una idea de lo que representa actualmente la actividad cultural del Banco considero fundamental hacer referencia a las siguientes cifras. El total de libros y documentos

6 Biblioteca Luis Ángel Arango que la Red tiene a disposición de los usuarios está cercano a los dos millones y cubre prácticamente todos los campos del conocimiento; a ello se une la biblioteca virtual, que desde su creación en 1996 ha incorporado libros completos, artículos, imágenes y archivos de sonido, actividad que seguirá fortaleciéndose en los próximos años. Hemos estimado que en 2008, año en que la BLAA cumplió cincuenta años, más de personas ingresaron a las salas de lectura. Ese dato no incluye los visitantes que van a exposiciones, a conciertos, a consultar únicamente catálogos, a escuchar conferencias o a participar en talleres. Cerca de visitaron alguna de las otras bibliotecas de la Red: es decir, que hay un total consolidado de más de cinco millones en todo el país. Los visitantes a los museos de arte y a las exposiciones especiales en Bogotá y sucursales sobrepasan las personas, y los asistentes a conciertos suman cerca de Es importante señalar que, desde hace varios años, hay una política deliberada de moderar el crecimiento de los usuarios presenciales, fortaleciendo la biblioteca virtual, pero también incrementando los servicios de préstamo domiciliario y colaborando muy activamente con las redes de bibliotecas locales. Así mismo, el Banco ha sido un aliado valioso para numerosos proyectos culturales públicos y privados, tal como el Plan Nacional de Lectura y Bibliotecas, impulsado por el gobierno nacional, y que ha contribuido a dotar más de bibliotecas municipales en el país (Colombia tiene municipios), para que un mayor número de colombianos tenga acceso a los libros. Las estadísticas son la mejor confirmación de que la labor cultural del Banco es fundamental para los colombianos. En 2007, los usuarios virtuales de la Biblioteca superaron Sin duda, hemos recorrido mucho camino desde 1958, cuando en sus primeros diez meses de actividad, la recién inaugurada Biblioteca acogió alrededor de visitantes y atendió consultas bibliográficas. Hay tres grupos de personas cuya actividad ha sido decisiva para que se pueda conmemorar este aniversario y tener los volúmenes de usuarios mencionados. En primer lugar, están los trabajadores del área cultural, en todos los niveles y en todas las ciudades. Por supuesto, los antiguos y actuales responsables de la Subgerencia Cultural y de la dirección de la Biblioteca merecen una mención especial, pero es importante resaltar que, como un conjunto, las personas que colaboran con la actividad cultural del Banco se destacan por su dedicación, compromiso, entusiasmo y laboriosidad. Esta publicación también es un buen medio para rendir un sentido homenaje a quienes en períodos anteriores ocuparon la gerencia general, quienes tuvieron siempre clara la importancia de que esta faceta del Banco, que tiene una naturaleza tan particular, se desarrollara de manera ordenada y consistente. En segundo lugar están los donantes. Desde el inicio de sus actividades, la Biblioteca tuvo el privilegio de contar con la confianza y el apoyo de personas generosas y visionarias que enriquecieron su fondo bibliográfico y su colección de arte, mucho más allá de lo que hubieran permitido las capacidades aisladas del Banco de la República. Por supuesto, en este campo el nombre del maestro Fernando Botero tiene un lugar principal, como corresponde a la que, sin duda, es la donación artística individual más importante en Colombia. Sin embargo, es muy grato señalar también que son muchos los bibliófilos, los artistas y los coleccionistas que nos han hecho el honor de apreciar el profesionalismo y la seriedad con las que la Biblioteca acoge sus legados y, a través de nosotros, han puesto verdaderos tesoros al servicio de todos los colombianos. Somos conscientes de la responsabilidad que

7 Historia de una empresa cultural: Biblioteca Luis Ángel Arango se deriva de esta confianza y estamos totalmente dispuestos a poner lo que se requiera de nuestra parte para que este tipo de filantropía se afiance más y se generalice en nuestro país. Para terminar, es importante hacer referencia a la importante colaboración que la Biblioteca ha recibido de los gobiernos de países amigos. Tanto en la forma de donaciones generosas de materiales y equipos, como en el apoyo a su programación de exposiciones, conciertos y otro tipo de eventos culturales. De hecho, son numerosas las embajadas e instituciones extranjeras de fomento cultural con las cuales el Banco ha colaborado muy efectivamente para que los colombianos se acerquen a muestras que brindan la excelencia creativa de todo el mundo. Creo que estas organizaciones han encontrado en la Biblioteca un socio receptivo y eficiente para sus proyectos, y confiamos en que esta fructífera colaboración se prolongue por muchos años. Antes me referí a cómo la actividad cultural del Banco se ha beneficiado al contar con la infraestructura administrativa y logística, propias de la banca central. Pero el beneficio no ha sido unidireccional. Tengo la certeza de que para los economistas, los ingenieros, los contadores y, en general, para todos los funcionarios del Banco concentrados en los temas monetarios, cambiarios y crediticios, en los sistemas de pagos y en la administración de reservas, es saludable interactuar con colegas que les confirman que el sentido último de velar por la salud de la economía es el bienestar integral de los seres humanos, y que los componentes intelectuales y espirituales de nuestras vidas no solo merecen, sino que exigen una atención y un trabajo tan profesionales, tan constantes y tan efectivos como los que nos han permitido celebrar los cincuenta años de fundación de la Biblioteca Luis Ángel Arango, con la satisfacción del deber cumplido y con el ánimo de perseverar en estas tareas, para beneficio de todos los colombianos. Luis Fernando Molina aceptó el gran reto de realizar la investigación para esta publicación, con el ánimo de recoger la historia de la Biblioteca Luis Ángel Arango desde 1958 hasta el 2008, cuando se cumplieron cincuenta años de funcionamiento. Valiéndose de recursos y fuentes diversas prensa, revistas, las actas de la Junta Directiva del Banco, los escritos de distintos funcionarios: Jaime Duarte French, Juan Manuel Ospina Restrepo, Darío Jaramillo Agudelo, Lina Espitaleta de Villegas, Jorge Orlando Melo, entrevistas, estudios y tesis de grado, esta investigación, estructurada en seis capítulos, presenta una mirada de los aspectos propios de la Biblioteca, así como de su infraestructura, organización, servicios y colecciones de arte. Esperamos que esta publicación sea de utilidad como referente para investigadores e interesados en conocer una parte fundamental de la actividad cultural de Colombia y en impulsar trabajos culturales en el país. José Darío Uribe Escobar Gerente General Banco de la República

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9 Introducción La Biblioteca Luis Ángel Arango (BLAA), se gestó durante el gobierno dictatorial del ingeniero Gustavo Rojas Pinilla ( ), etapa llena de conflictos políticos, avances en el desarrollo de infraestructura en todo el país y de modernización económica. Luego de un paro cívico nacional liderado por los gremios de la producción Asociación Nacional de Industriales y Federación Nacional de Comerciantes, la dictadura del general Rojas cayó el 10 de mayo de De ahí en adelante, el expresidente Alberto Lleras Camargo inició un proceso de concertación entre dirigentes de los partidos Liberal y Conservador, enfrascados en una larga contienda, a firmar el acuerdo del Frente Nacional mediante el cual se estableció la alternancia de ambos en la presidencia cada cuatro años y una repartición equitativa de los cargos en las tres ramas del poder público, que se inició en 1958 y terminó en El Banco de la República, por entonces, enfrentaba los complejos problemas que afectaban la economía colombiana a lo largo del período , debido a la crítica situación del sector externo. El déficit de la balanza de pagos se acentuó por el deterioro del precio internacional del café y la revaluación de la moneda. El desequilibrio de las finanzas públicas fue cubierto mediante emisiones de bonos de deuda interna, que provocó una fuerte inflación. El sector externo desmejoró hasta provocar la crisis cambiaría de En este contexto se gestó, nació y dio sus primeros pasos la Biblioteca Luis Ángel Arango (en adelante la BLAA), que se convirtió en el principal proyecto cultural del país en el siglo XX. Entrada principal, Biblioteca Luis Ángel Arango, calle 11 carrera 4, esquina, ca

10 Biblioteca Luis Ángel Arango La Luis Ángel se volvió una expresión coloquial usada de manera cotidiana en Bogotá entre estudiantes, investigadores, académicos, artistas y gestores culturales. A todos en Colombia también les suena familiar y no hay que ser un gran conocedor de la capital de la república para saber a qué se refiere, pues se trata de un sitio a donde miles de personas acuden diariamente por diversos motivos. Desde acordar un punto de encuentro, oír un concierto, ver una exposición, asistir a un congreso, hacer una tarea escolar, buscar información sofisticada sobre temas científicos, artísticos y literarios, y leer o escuchar música en sus numerosas salas. El origen de este popular nombre se debe a las directivas del Banco de la República que denominaron Luis Ángel Arango a la grandiosa biblioteca que la entidad puso al servicio del público en un moderno edificio en el barrio histórico La Candelaria, que llevaría por nombre el del célebre y exitoso banquero fallecido en 1957, gerente del Banco de la República y gestor de la Biblioteca, quien no alcanzó a ver terminadas muchas obras que impulsó. El 20 de febrero de 1958 se inauguró la Biblioteca, primera en Bogotá con libros sobre todos los temas; en 1990, la primera biblioteca latinoamericana sistematizada y, en 1996, la primera también en la región que puso su catálogo en Internet llegando a convertirse en la segunda del mundo con la web más visitada en lengua castellana. Hacia el año 2000, figuró como la biblioteca pública más visitada del mundo, con tres millones de asistentes. Su éxito mostró al país la importancia de las bibliotecas y su papel clave en el mejoramiento de la calidad educativa. Pese a su contribución en cincuenta años de labores, poco se ha escrito sobre su origen y desarrollo. Este libro no es una historia general de la actividad cultural del Banco de la República sino de la Biblioteca Luis Ángel Arango y, en algunos aspectos, de su relación con la actividad cultural del Banco, de la cual es parte integral. En este contexto, un objetivo del libro es describir de manera sucinta, con base en fuentes primarias y secundarias, la evolución histórica de la Biblioteca Luis Ángel Arango en aspectos que se consideran fundamentales en una entidad de su tipo, como políticas, organización, planta física, colecciones, servicios, usuarios, directivos y funcionarios. Evidentemente se trata de una historia conmemorativa que intenta recuperar la memoria sobre sus antecedentes, origen y evolución, con motivo de la celebración de sus cincuenta años en el Por ese motivo, ofrece elementos del contexto nacional e internacional que ayudan a explicarlos. En este trabajo se considera que las bibliotecas no son simples depósitos de libros sino organismos fundamentales de la sociedad por la contribución a su desarrollo educativo, cultural, científico, técnico, político y económico. Como entidades sociales son un instrumento de autoformación personal y agentes activos que se involucran en todas las actividades de una sociedad. Su línea transversal las convierte en hitos urbanos. Como principal centro político administrativo, económico y demográfico, Bogotá concentra no solo las más antiguas bibliotecas de Colombia, sino la más grande en materia de colecciones, área construida y número de usuarios que es la BLAA. METODOLOGÍA Y FUENTES En la consulta de fuentes y en la redacción final del libro, se optó por ordenar la información desde una visión temática antes que cronológica, sin embargo, cada tema se presenta de acuerdo con su evolución temporal. Es un estudio eminentemente descriptivo, concertado de esta manera con las directivas de la Biblioteca y la Subgerencia Cultural por

11 Historia de una empresa cultural: Biblioteca Luis Ángel Arango un propósito de divulgación más que de análisis científico en una disciplina en particular. Por tal motivo, se consideraron, en detalle, elementos internos involucrados a lo largo del tiempo, en el desarrollo de la entidad, relacionándolos con el contexto histórico en que este ocurrió (desarrollo y políticas públicas en cultura planteadas en Colombia y dentro del Banco de la República). Se busca, así, aportar herramientas de comprensión sobre el origen y evolución de la Biblioteca durante cincuenta años de funcionamiento. Las fuentes que se privilegiaron fueron las editoriales, artículos, crónicas y reportajes publicados en diarios, semanarios y revistas especializadas. Con apoyo de la Gerencia Ejecutiva del Banco, se identificaron las actas relacionadas con decisiones o asuntos asociados al área cultural y la BLAA. En la Biblioteca se localizaron diversos documentos e informes técnicos donde se registran detalles de algunos procesos y transformaciones de carácter técnico y administrativo. Se revisó la serie completa de la Revista del Banco de la República y del Boletín Cultural y Bibliográfico. La rica colección de catálogos y folletos producidos por la BLAA desde su creación, complementaron o ampliaron la información publicada por ambas revistas. En total se realizaron once entrevistas a igual número de informantes. Algunas en varias sesiones que llegaron a emplear más de cinco horas de grabación cada una. Por otra parte, se utilizaron entrevistas que en años anteriores realizaron periodistas e investigadores a directivos del Banco de la República, la Subgerencia Cultural y la Biblioteca. La literatura académica representada en libros y artículos sobre bibliotecas en Colombia y, en particular, sobre la BLAA es relativamente escasa. La de carácter histórico es aún más reducida. A continuación se reseñan los estudios más destacados en el tema. José Ignacio Bohórquez en su trabajo, Estado actual de las bibliotecas en Colombia 1, hace un estudio sectorial que lo conduce a concluir que en Colombia había, hasta los años sesenta, un desconocimiento casi total de las bibliotecas que existían en el país. Al revisar los varios volúmenes de la Bibliografía bibliotecológica, bibliográfica y de obras de referencia colombianas, compilada por Luis Florén Lozano, publicada por la Escuela Interamericana de Bibliotecología de Medellín, en 1969, se encuentran algunos datos sobre artículos o informaciones referentes a algunas bibliotecas en particular, principalmente la Nacional, la Luis Ángel y la Piloto de Medellín, pero muy pocas referencias a estudios generales. El trabajo se basó en encuestas a directores de las bibliotecas del país con las cuales se pretendía hacer un diagnóstico para determinar la factibilidad de una red de documentación e información para Colombia. Identificó la escasez de colecciones en otras lenguas, ausencia de información en formatos diferentes a libros y publicaciones periódicas; comprobó que en Colombia ninguna biblioteca era completamente autónoma, o sea, que funcionase independientemente de otra entidad ; hacían poco préstamo y si lo había era por tiempo reducido; el sistema de clasificación más usado, el decimal Dewey; y solo doce bibliotecas: Centro de Estudios sobre Desarrollo Económico de la Universidad de los Andes, Dane, Estado Mayor General Conjunto, Luis Ángel Arango, Nacional, Central de la Universidad de los Andes, Universidad Javeriana, Central de la Universidad Nacional, Universidad del Valle, Escuela Interamericana de Bibliotecología en Medellín y Departamento de Bibliotecas de la Universidad de Antioquia, contaban con espacio físico adecuado a las necesidades de cada una. 1 José Ignacio Bohórquez. Estado actual de las bibliotecas en Colombia, Bogotá, Fondo Colombiano de Investigaciones Científicas y Proyectos Especiales Francisco José de Caldas, Colciencias, 1971.

12 Biblioteca Luis Ángel Arango Las bibliotecas con diez o más locales, que se podían considerar las de mayor capacidad en 1969 eran, según el estudio: Biblioteca Locales Plantas Universidad del Valle 10 1 Departamental del Atlántico 11 2 Universidad de Antioquia 18 6 Universidad de los Andes 22 4 Biblioteca Nacional 40 4 Luis Ángel Arango 47 8 Esta historia sobre la BLAA mostrará los grandes avances logrados en el país después de que José Ignacio Bohórquez y Luis Florén Lozano publicaron sus estudios en los que ya destacaban el tamaño de la Luis Ángel Arango. Un trabajo realizado por Lilia Cárdenas de Fernández, Beatriz Muñoz de Castillo y Álvaro Méndez Aranda titulado Creación de la Biblioteca Público-Escolar Integrada en el barrio Minuto de Dios 2, explora diversos estudios que dan cuenta del estado de las bibliotecas y de los proyectos de desarrollo de las bibliotecas públicas en Colombia. Menciona que recién creado Colcultura, el Instituto hizo un estudio de treinta bibliotecas adscritas a la Biblioteca Nacional hasta 1968 y encontró que algunas tenían servicios incipientes, casi todos dirigidos a estudiantes de primaria y secundaria. Igualmente, que en 1973 Colcultura planteó un programa experimental con la ayuda de la OEA para el cual la entidad se basó en la hipótesis de que la integración de la biblioteca pública y escolar sería la solución para brindar servicios bibliotecarios a las zonas rurales y a las áreas marginadas de las capitales en el país. El resultado de este programa fue evaluado en su primera etapa por varios expertos auspiciados por la OEA, Colcultura y la Universidad de Antioquia. En sus recomendaciones se contemplaba la modificación al programa, pues Colombia contaba con muy pocas bibliotecas públicas, que reunieran los requisitos mínimos para ofrecer servicios adecuados y satisfacer la demanda de información y consulta. La excepción eran la Biblioteca Pública Piloto en Medellín, la BLAA en Bogotá, la Biblioteca Pública Municipal Gabriel Turbay en Bucaramanga, la Biblioteca Pública Municipal de Ibagué, la Biblioteca Departamental de Cali, la Biblioteca Pública Municipal Ramón Correa en Pereira, la Biblioteca Departamental de Cartagena, la Biblioteca Pública de Comindustria en Palmira, la Biblioteca Pública Departamental de Barranquilla y la Biblioteca Pública Municipal de Pasto. El mismo estudio indica que en 1985 el Ministerio de Educación, Colciencias, la Secretaría de Educación de Bogotá y la BLAA elaboraron el documento Hacia una organización de las bibliotecas públicas en Colombia, donde se hizo un diagnóstico y se enunció una propuesta de acción con respecto a las bibliotecas públicas, sobre lo cual se planteó la urgencia de incrementar la cobertura en las grandes ciudades y municipios, bajo el concepto de red. En 1993, Lina Espitaleta publicó por primera vez, en una enciclopedia general sobre Colombia, una síntesis sobre la historia de las bibliotecas en el país 3. Posteriormente Jorge Or- 2 Lilia Cárdenas de Fernández, Beatriz Muñoz de Castillo y Álvaro Méndez Aranda. Creación de la Biblioteca Público-Escolar Integrada en el barrio Minuto de Dios, Bogotá, Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de Filosofía y Letras, Departamento de Bibliotecología, Lina Espitaleta de Villegas. Las bibliotecas en Colombia, en: Gran Enciclopedia de Colombia, vol. 5, Bogotá, Círculo de Lectores, 1992, pp

13 Historia de una empresa cultural: Biblioteca Luis Ángel Arango lando Melo lo complementó en 2007, dando cuenta de los desarrollos recientes, relacionados con acontecimientos trascendentales como los programas estatales de cobertura en bibliotecas a todos los municipios del país, la Bibliored de Bogotá y los avances en tecnología que lograron numerosas bibliotecas públicas y universitarias. Los trabajos más completos publicados hasta el presente, que abordan el desarrollo histórico de la BLAA, son los de Fabio Gómez Arrubla en Historia del Banco de la República 60 años 4 (1983), primer acercamiento de tipo histórico a la actividad cultural del Banco de la República desde sus inicios hasta La BLAA ocupa un espacio relativamente extenso dentro de esta obra. Gómez, además, como investigador muy allegado al Banco y en ese entonces exdirector de la Biblioteca, fue testigo de los profundos cambios que experimentaría la organización interna del área cultural. Como la mayoría de los trabajos sobre bibliotecas y gestión cultural se centra en los orígenes, colecciones, servicios e infraestructura edilicia. El trabajo de Gómez fue secundado por el de Ivonne Hatty, exdirectora del Departamento de Fundaciones del Banco de la República, quien explica en forma detallada el papel de la entidad en la gestión cultural en Colombia. Con un enfoque similar, Ruth Adriana Sierra Benavides realizó un estudio analítico de naturaleza histórica sobre La gestión cultural del Banco de la República. Una visión histórica, proyecto de grado del magíster en Administración de la Universidad de los Andes (2003), dirigido por el profesor Jaime Ruiz Gutiérrez. Su objetivo es describir y explicar cómo el Banco de la República aprendió a realizar gestión cultural. Para ello estableció una periodización de las diferentes etapas de este largo proceso. Sierra Benavides aporta una acertada división temporal, producto de un análisis concienzudo del desarrollo de la actividad cultural del Emisor que clasificó en cinco etapas: 1. De 1927 a 1941 en que se inician las colecciones bibliográficas y la actividad cultural del Banco como consecuencia de la voluntad de los gerentes de turno. 2. De 1942 a 1957 cuando se hace promoción de la actividad cultural y se sientan las bases para la conformación de las colecciones. Pese a no existir conciencia clara de la labor cultural, se adquieren piezas y colecciones mediante donaciones y compras, bajo un interés de acumulación de bienes culturales y promoción de su valor histórico y cultural. 3. De 1958 a 1979 se oficializa una conciencia de la actividad cultural que dio paso a la consolidación de dependencias a cargo del manejo de las colecciones y servicios culturales. 4. Desde 1980 a 1990 se adelanta, por una parte, la descentralización cultural más allá de Bogotá creando áreas culturales en las sucursales y agencias a lo largo del país y, por otra, se profesionaliza la actividad cultural como lo manifiesta la reestructuración administrativa y financiera que consolidó a la Subgerencia Cultural. Se puede agregar a las apreciaciones de Sierra Benavides, que el marco institucional se enriqueció en materia cultural con la ley que estableció la elección popular de alcaldes, hecho que marcará una senda de autonomía local en Colombia impactando positivamente el desarrollo educativo y cultural, al menos, en cobertura de servicios a través de las casas de la cultura y las bibliotecas públicas municipales. 4 Fabio Gómez Arrubla. Historia del Banco de la República 60 años, Bogotá, Colección Banco de la República, 1983.

14 Biblioteca Luis Ángel Arango También es necesario complementar a Sierra Benavides haciendo referencia a que el plan de desarrollo del gobierno de Belisario Betancur, , asignó relevancia a la cultura al afirmar que el porvenir de la nación dependía del fortalecimiento de su cultura. El plan de gobierno de Virgilio Barco, , planteó la cultura como sector prioritario y destacó también la necesidad de preservar el patrimonio cultural, democratizar el acceso a la cultura y la formación artística infantil, y fortalecer la relación entre educación y cultura. La política cultural del Banco se armonizó con este plan. Coincide este período de profundas transformaciones en el sector, con desempeños cortos de los gerentes generales del Banco y subgerentes del área cultural, pues hubo tres que rompieron con la tradición de continuidad característica de la entidad. Desde 1991 hasta 2003 se buscó la calidad de los servicios culturales en consonancia con el nuevo marco constitucional. Sus actividades van a ser afectadas por la Constitución Política de 1991 y se podría agregar que por la Ley General de Cultura o Ley 397 de 1997 que también creó el Ministerio de Cultura. Se llevó a cabo un mejoramiento de las instalaciones y se determinó la especialización en las áreas en que la entidad mostraba fortaleza. Es un período de apertura económica e internacionalización, aspectos que se harán evidentes en las actividades de la Biblioteca y, en general, del área cultural. Los planes de gobierno de César Gaviria, ; Ernesto Samper, ; y Andrés Pastrana, , tienen como denominador común la política de descentralizar en todos los ámbitos, la consideración de la Constitución del 91 y el acceso a los servicios y bienes culturales. Estos pocos, pero valiosos estudios sirvieron como punto de partida para establecer que como ocurre con las demás empresas y organizaciones públicas y privadas, existe poca investigación sobre la evolución de las bibliotecas en el país. Sirvieron también para documentar en algo, 50 años de historia de la BLAA, que se presentan a continuación en seis capítulos que dan cuenta de la evolución de la planta física, las colecciones, los servicios y los usuarios, las sucursales, las publicaciones, las políticas, la organización interna y los directivos. La estructura de los capítulos temáticos trata de seguir un orden cronológico. Algunos temas como las políticas y el acontecer nacional se ofrecen en forma recurrente para brindar elementos de contexto que ayuden a explicar numerosos hechos y procesos experimentados tanto en el Banco de la República como en la Biblioteca y las demás dependencias integradas en la Subgerencia Cultural del Banco. El autor expresa su sincero agradecimiento a Gilma Rodríguez Uribe y Cecilia Mercado Torres por su apoyo directo y constante para recaudar la información y sacar adelante los textos definitivos cuidando los detalles, llenando vacíos y aclarando las dudas. A Ángela María Pérez y Margarita Garrido por el apoyo institucional y la lectura cuidadosa de los textos. Luz Estela Vaca también leyó comedidamente los textos y realizó útiles observaciones. Por otra parte, a Martha Lucía Jaramillo Guzmán, Pilar Falla Durán, Marina Lamus Obregón, Rosa Francisca López Rodríguez, Viviana Mejía Castrillón, Luz Stella Bonilla de Páramo, José Ignacio Roca, Juan Agustín Carrizosa Umaña, Fernando Barona Tovar, Roberto Téllez Tolosa y Jaime Ruiz Gutiérrez por sus testimonios, datos y observaciones sobre el desenvolvimiento de la BLAA. Luis Fernando Molina Londoño

15 Capítulo 1 - Historia de una empresa cultural: Biblioteca Luis Ángel Arango Capítulo 1 Un edificio especial para biblioteca

16 Biblioteca Luis Ángel Arango Capítulo 1 Un edificio especial para biblioteca El complejo arquitectónico que hoy conforma la Biblioteca Luis Ángel Arango en el barrio La Candelaria, centro histórico de Bogotá, es el resultado de varias etapas de construcción, ampliación, integración, adecuación y remodelación, comprendidas entre 1957 y 2003, es decir, entre la construcción de la Biblioteca y la terminación de las obras de la denominada Manzana Cultural. En este complejo, distribuido en dos manzanas, se integran las denominadas arquitectura colonial (Casa de Moneda), arquitectura de pastiche (hoy Museo Botero), arquitectura republicana (hoy Casa Republicana), arquitectura racionalista (Edificio Vengoechea) y arquitectura internacional (Biblioteca, Sala de Conciertos y áreas de exposición de artes plásticas). Las instalaciones hacen de la Biblioteca, además de un lugar visible y destacado en el desarrollo cultural, educativo y científico del país, son la expresión de diversas arquitecturas y de los avances en construcción obtenidos por la ingeniería colombiana en varios períodos. También, desde su inauguración, se constituyó en una marca urbana que sirvió de referente ciudadano en atención a su carácter de edificio prestador de un servicio vital y escaso. ANTECEDENTES A poco de su apertura en 1923, el Banco de la República organizó una pequeña biblioteca especializada en economía y hacienda pública en amplio y cómodo local, ubicado en el segundo piso de su sede principal en la Avenida Jiménez. Originalmente, este edificio albergó el Banco López, fundado por Pedro A. López, acaudalado empresario cafetero y padre del presidente Alfonso López Pumarejo. Indudablemente, el más fastuoso de los bancos del país, fue encargado por López, en 1918, al arquitecto norteamericano Robert Farrington, quien retomó los elementos formales y estilísticos del eclecticismo en boga en Estados Unidos a finales del siglo XIX para la arquitectura de bancos, oficinas y despachos públicos 1. Inicialmente, la Biblioteca era una dependencia al servicio de los empleados del Banco, pero diez años después se abrió a la consulta del público, con lo que se integraba al conjunto de servicios culturales concentrados en el edificio. Efectivamente, desde 1923, cuando el gobierno nacionalizó el Banco López y hasta 1944, el Museo Nacional funcionó en el cuarto piso del edificio, en la esquina de la Avenida Jiménez con carrera Octava. Allí puede decirse que el Museo alcanzó su madurez 2. Por las circunstancias locativas e históricas, parecía 1 Al año siguiente, las obras, según los planos de Farrington, fueron iniciadas por los también estadounidenses Fred y Harold Ley. 2 Museo Nacional de Colombia. Historia del Museo, en 1938 contaba con ocho

17 Capítulo 1 - Historia de una empresa cultural: Biblioteca Luis Ángel Arango que la incipiente Biblioteca seguía bajo el esquema de centro cultural integrado, pues a la colección de objetos del Museo Nacional se añadían, por motivos distintos y en espacios diferentes a los del Museo, piezas de oro precolombino que el Banco de la República empezó a comprar (1939), custodiar y exhibir sin formalidad museográfica en el edificio. El fin del Museo Nacional en el edificio del Banco, se debió a su traslado. Esto coincide con la compra, en 1945, de la biblioteca de Laureano García Ortiz, primera gran colección privada que entró al Banco de la República. La salida del Museo indudablemente liberó el espacio necesario para instalar la nueva colección, en locales que se acondicionaron para el efecto 3. Después el Emisor ocupó su sede en el Parque Santander y el viejo edificio del Banco López fue sede de la Federación Nacional de Cafeteros y hoy del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural. Edificio Pedro A. López en el que empezó a funcionar una biblioteca especializada en economía al poco tiempo de la apertura del Banco, en En los últimos días de su vida y de su gestión como gerente general del Banco de la República, Luis Ángel Arango puso todo su empeño en dar a luz la gran Biblioteca que se gestaba lentamente hacía 34 años. Su largo alumbramiento culminó a principios de 1957, en medio de la oposición de algunos grupos de interés contra el gobierno del general Rojas Pinilla ( ). Arango era gerente desde 1947, y pese a que la oposición a la dictadura aumentó en 1956, estaba acostumbrado a lidiar con las grandes crisis de esos tiempos perturbadores en la historia del país. Por ejemplo, fue testigo del Bogotazo y debió participar salas de exhibición de las colecciones de épocas Precolombina, Conquista, Colonia, Independencia, Gran Colombia y República, así como de las colecciones de mineralogía, etnología y variedades (objetos nacionales y extranjeros, galería de arte y retratos). 3 Revista del Banco de la República, Bogotá, núm. 217, noviembre, 1945.

18 Biblioteca Luis Ángel Arango activamente en la reconstrucción de la ciudad, capoteó la carestía de la vida a principios de los años cincuenta, la Violencia y el derrocamiento del presidente Laureano Gómez, hechos que por su naturaleza, afectaban profundamente el desenvolvimiento del Emisor. Pero como en todas las demás turbulencias, el Banco demostraba cierta fortaleza interna manteniendo las políticas que pretendían endurecer las bases de la estabilidad económica del país. Nueva sede del Banco de la República, en la avenida Jiménez con carrera 7. A la derecha el Banco, al frente la iglesia de San Francisco y la Gobernación de Cundinamarca. La diferencia de la coyuntura de con otras anteriores radicaba en que durante la crisis de la dictadura, Arango estaba muy enfermo y despachaba desde su propia casa como gerente del Banco. Es así como el último año de su gestión se caracterizó por los numerosos frentes de obra que dotarían a la Institución de una moderna infraestructura, la cual sigue albergando todavía hoy la mayor parte de sus despachos y dependencias. Arango murió en enero de A lo largo de su paso por el Banco, el país le había reconocido su gran empeño para la conservación y promoción de la cultura de la nación. El mismo día lunes que se celebraron las exequias, la Junta Directiva del Emisor realizó una reunión extraordinaria y decidió darle su nombre a la nueva Biblioteca que ya se había empezado a construir. De paso ordenaba la publicación de toda su obra en la serie institucional, Archivo de la Economía Nacional, creada por el mismo Arango para difundir los estudios de autores nacionales y extranjeros sobre el desarrollo colombiano. El temprano interés suyo por asuntos de tipo cultural, relacionados directa e indirectamente con el Banco, beneficiará posteriormente el desarrollo de la Biblioteca. Así lo expresa el primer informe que presentó como gerente (julio de 1947-junio de 1948), donde destaca cómo asumió la Casa de Moneda, salvada de las llamas y el saqueo durante el 9 de abril de 1948, para conservarla y restaurarla, siendo así que su fábrica constituye una de las más valiosas reliquias coloniales del país. Informa también de negociaciones para adquirir el lote ubicado al costado oriental de la Casa donde quedaba el recién destruido Palacio Arzobispal, hoy sede del Museo Botero.

19 Capítulo 1 - Historia de una empresa cultural: Biblioteca Luis Ángel Arango En su informe de 1953, da cuenta de la conclusión de una primera etapa de restauración de la parte antigua de la Casa de Moneda y de la construcción de un nuevo edificio en el solar del Palacio Arzobispal, proyectado para museo de esmeraldas y salones de la biblioteca del Banco. A este último se le atravesó el gobierno que ordenó instalar allí algunas dependencias de la Cancillería (después la Corte Suprema de Justicia). El hecho muy adverso para la Biblioteca motivó a Arango a proceder sin demora a considerar una solución adecuada para la buena organización de la biblioteca del Banco. El segundo, de izquierda a derecha, Luis López de Mesa, a su lado Luis Ángel Arango, ca En su último informe anual como gerente (julio de 1955 a junio de 1956), registra con satisfacción el avance de las obras de la biblioteca del banco [...] y los talleres gráficos en la esquina de la calle 13 con la carrera 35 [ ] que en el porvenir [...] serán de singular utilidad para la buena marcha de los servicios esenciales del establecimiento 4. Y así ocurrió luego que la Biblioteca se inauguró el 20 de febrero de 1958 a poco más de un año de su muerte. 4 Juan Manuel Jaime-Barrera. Ver para anotarlo. La Casa de Moneda y la Luis Ángel Arango al filo del milenio, Bogotá, 2002, págs. 8-9.

20 Biblioteca Luis Ángel Arango Segundo, de izquierda a derecha, Gustavo Rojas Pinilla, Copete Lizarralde y Luis Ángel Arango, Problemas y tiempos de cambio Cuando la Junta Directiva aprobó la construcción de la BLAA, el país vivía un intenso proceso de modernización en todos los ámbitos y pese a la dictadura, Gustavo Rojas Pinilla como presidente de la República, mantuvo esa senda, muy evidente en numerosos edificios y obras de infraestructura, que tenían como epicentro a Bogotá. Sin embargo, varios hechos debieron preocupar a un sector de dirigentes políticos y altos funcionarios del gobierno, cuando en 1954 el general Rojas dio la orden de ocupar el patio central y los sótanos de la Biblioteca Nacional con los equipos y estudios de la nueva televisora nacional. Se trataba de un avance tecnológico y cultural agenciado por el gobierno, que lo tenía entre sus proyectos relevantes, aunque poniendo en grave peligro el funcionamiento de la Biblioteca. En efecto, se taparon las fuentes de luz natural del edificio techando los patios. La colección de más cien mil volúmenes de periódicos y revistas de la Hemeroteca, se guardaron en sitios donde corrían riesgo, expuestos a los incendios debido a la precariedad de las instalaciones eléctricas en depósitos improvisados y mal acondicionados 5. Esta situación, posiblemente, preocupó a los amantes de los libros en Bogotá, entre quienes sobresalía Luis Ángel Arango, famoso bibliófilo, lector y escritor, dueño de una completa biblioteca particular. Una de las principales preocupaciones entonces era la ausencia en la ciudad de otra entidad que conservara, al menos, un duplicado de los tesoros de la que se consideraba, la biblioteca más antigua de Latinoamérica 6, ni ninguna capaz de mantener la dinámica de adquisiciones y servicios bibliotecarios que planteaba un acelerado crecimiento 5 Allí permanecieron hasta que en 1975 la directora de la Biblioteca y el Archivo Nacional de Colombia, inició una intensa gestión para trasladar a otro edificio las instalaciones técnicas y la administración del Instituto Nacional de Radio y Televisión. 6 Tribuna Roja, Bogotá, núm. 62, 12 de octubre, En 1777 abrió sus puertas la Real Biblioteca Pública de Santafé de Bogotá. Los detalles sobre su gestación, organización y desarrollo son presentados por Lina Espitaleta de Villegas, Las bibliotecas en Colombia, en Gran Enciclopedia de Colombia, Bogotá, Círculo de Lectores, 1992, vol. 5, págs