MÓDULO 3: HERRAMIENTAS PARA MEJORAR MIS RELACIONES FAMILIARES
1 EL VALOR DE ESCUCHAR: Es importante darle un valor fundamental a escuchar a nuestros hijos, algo que pocas veces hacemos, ya que tenemos la creencia generacional de que los hijos han de escuchar a sus padres, algo que nos empeñamos y que lo intentamos meter con cucharilla. También es una de nuestras quejas principales, cuantos padres se quejan diciendo: es que mi hijo NO me escucha, y en este punto yo pregunto: Y tú, escuchas a tu hijo? Nuestros hijos aprenden de lo que ven en nosotros y si no ven que sepamos escuchar, cómo nos van a escuchar ellos a nosotros? Pero si ellos ven que nosotros sabemos escuchar, que les escuchamos activamente, es decir, con todos los sentidos, sin juzgar, ni opinar, teniendo claro que cada hijo es una persona única, ellos así nos escucharan a nosotros. Para desarrolla una escucha activa es importante que callemos o silenciemos nuestro dialogo interno, esa vocecilla que está en nuestro interior y que muchas veces no para de hablar y de decirnos lo que está bien y lo que está mal, lo que voy a hacer y lo que no voy a hacer, y mil cosas más. Si nos escuchamos a nosotros mismos, naturalmente no podemos escuchar a los demás. La forma de evitar este diálogo interno y mantener una escucha activa es estando presente, escuchando, observando y sintiendo lo que está pasando en ese momento, solo existe ese momento. 2
En el momento que consigas estar presente en el aquí y en el ahora con tu hijo o con tu pareja, manteniendo la atención plena, tendrás un nivel de escucha activa excelente. También es importante trasmitirle a tu hijo de que lo estas escuchando. Pero esto no es dar una opinión ni dar un consejo. Consiste en dar a tu hijo señales de que lo estas escuchando, con pequeños asentimientos con la cabeza, repetir lo que tu hijo te dice, hacer pequeñas preguntas, etc. RESUMIENDO: Escuchamos activamente cuando estamos atentos a todo el proceso de la comunicación y no únicamente al mensaje verbal. Para ello tenemos que demostrar a la otra parte que le estamos escuchando. Cómo demostrarlo? Lenguaje no verbal: Mirándole directamente a los ojos. Cercanía física y postura ligeramente inclinada hacia delante. Expresión facial de atención ( interés ). Movimientos de cabeza y/o manos. Reflejar en nuestro rostro la emoción del otro. Sonreír. Lenguaje verbal: Emitiendo palabras que demuestren nuestra atención y apoyo. Preguntas. Añadiendo alguna palabra cuando la otra parte lo requiera. Repitiendo ocasionalmente los aspectos más destacados. Recapitulando/resumiendo lo dicho. Sin interrumpir. Se tiene que sentir escuchado y comprendido. 3
Existen multitud de obstáculos que nos encontramos cuando escuchamos. Nos vienen a veces sin darnos cuenta, por eso es importante estar atentos a ellos, ya que si no la comunicación se puede deteriorar. Estos obstáculos son: Querer ocuparnos de muchas cosas a la vez. El ensimismamiento y la preocupación en nosotros mismos reducen nuestra atención en el exterior. La tentación de la solución. La proyección personal, es una construcción personal de la realidad del otro. Las interrupciones. Los consejos. Las resistencias de los padres a escuchar ciertas cosas. 1.1 LA MAGIA DE LA CONEXIÓN: Te imaginas que pudieras ser capaz de leer, de conocer las emociones de tus hijos, incluso de llegar a sentir como se sienten? Y aún más, te imaginas que puedes conocer y entender lo que tus hijos sienten aunque no pienses y sientas igual? Pues esto no es más que la empatía. La empatía nos ayuda a potenciar nuestras habilidades sociales y a tener relaciones sociales y familiares más satisfactorias, ya que aumenta nuestra capacidad de entender a la otra persona y esta se siente más acompañada y comprendida. 4
Los niños poseen estas cualidad, de hecho todos hemos tenido esta cualidad cuando éramos pequeños, y según hemos ido creciendo vamos dejando de ser empáticos para hacernos más simpáticos, es decir, vamos dejando de tener la cualidad innata de entender a otros por la de caer bien. Tenemos que tener en cuenta que cuando somos bebés, nuestra única forma de expresión es el lenguaje no verbal y nos basamos en la observación y calibración a nuestros padres, por lo que aprendemos de forma natural a comprender los sentimientos de nuestros padres en primer lugar. Por lo tanto nuestros hijos tienen mucha más capacidad de lo que nosotros imaginamos, de entender lo que nos pasa y de llegar a sentir lo que sentimos, por eso tenemos que aprender a gestionar nuestros sentimientos cuando estamos con ellos, pues aunque parezca que no se enteran, inconscientemente son puro receptores. Según crecemos vamos dejando de ser empático para hacernos más simpáticos. Por otro lado, es importante ayudar a nuestros hijos mayores a no perder esta gran capacidad de ser empático y de ponerse en los zapatos de los demás, pues les ayudará en un futuro con sus relaciones sociales. La empatía nos ayuda mucho a la hora de gestionar nuestros enfados, ya que nos acerca a entender que es lo que le pasa a esa persona, o porque esa persona ha hecho o dicho algo que no nos ha gustado. Esa comprensión hace que nuestro enfado baje considerablemente. 5
Ya por el hecho de entender, de comprender que es lo que pasa o lo que ha pasado, nos ayuda mucho a regular nuestro nivel de enfado. Por lo tanto para dejar de enfadarnos con nuestra pareja y con nuestros hijos, es fundamental aprender a ver las cosas también desde sus ojos, desde su perspectiva. Una buena comunicación y conexión con ellos nos ayuda a ponernos en sus zapatos. 6