COLABORACIÓN DE LOS REINOS HUMANO Y DÉVICO EN EL SERVICIO

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1 COLABORACIÓN DE LOS REINOS HUMANO Y DÉVICO EN EL SERVICIO QUIÉNES SON LOS DEVAS? Cuando paseamos por la naturaleza, observamos muchas cosas. Nuestro paseo puede llevarnos por valles y colinas, o a través de prados cubiertos por miles de flores silvestres. Podemos saltar de piedra en piedra para cruzar un riachuelo o refrescarnos los pies en las aguas de un lago de montaña. Nuestro camino puede llevarnos a través de bosques frondosos, hogar de árboles que han estado ahí cientos de años. Al estar rodeados de naturaleza, a menudo nuestras percepciones van más allá de nuestros cinco sentidos. Al experimentar la belleza de una cascada, la majestuosidad de un árbol o la fragancia de una flor, la mayoría de nosotros hemos percibido alguna que otra vez algo especial : sentimientos de paz, de confort, de sanación o de protección. Cuántas veces no hemos vuelto de un paseo por el campo con una inspiración nueva, con soluciones que antes no habíamos visto para problemas que no alcanzábamos a resolver, o con perspectivas renovadas para nuestra vida y nuestras relaciones. Todas las tradiciones nos han enseñado que, además de percibir la belleza de una cascada o de un árbol o una flor, se pueden percibir los reinos internos de existencia conectados con esas formas externas. Se cree que esas energías toman formas físicas muy sutiles, raramente vistas pero a menudo percibidas por la intuición. Se conocen con diferentes nombres: ángeles, espíritus de la naturaleza, hadas, gnomos, silfos, Orishas, o también por el nombre sánscrito devas, que significa los que brillan. Podemos definir a los Devas como formas, imágenes o expresiones a través de las cuales las esencias y las fuerzas de energía del Creador o Gran Espíritu se pueden transmitir, o bien como formas a través de las cuales una forma específica de energía de la tierra o fuerza vital se puede transmitir para un fin específico. Aunque tanto los hombres como los Devas transmiten y dirigen la energía, se dice que los devas siguen un sendero evolutivo paralelo al nuestro. Como nosotros, eligen la tierra como hogar, para vivir y trabajar en ella, y como lugar donde adquirir experiencia y sabiduría. LA JERARQUÍA ANGÉLICA La idea que tenemos los humanos acerca de los devas tiene sus raíces en nuestra historia más antigua. Encontramos referencias sobre los devas en la 1

2 Biblia, en el Corán, en los Vedas, en el Bhagavad Gita, en mitos y leyendas griegas y romanas, de México, China y Japón y en todas las tradiciones de África y Oceanía. Son mensajeros, miembros de una corte celestial, ayudas, guerreros, fuentes de poderes de sanación, ángeles guardianes y guías del espíritu. Se consideran principios de energía luminosa que andan tras todos los fenómenos y trabajan a la vez con la naturaleza y con el cosmos para guiar la evolución de la vida. Existen miles de clases diferentes de devas, que van desde la driada de la flor silvestre más diminuta hasta el arcángel solar más grande. El reino de los devas es tan vasto como el universo. En la India, se considera que los devas son reflejo primario de la Naturaleza Divina Una Infinita, la fuente de toda la creación en el universo. La literatura religiosa y metafísica presenta los devas más importantes como arcángeles solares de un tamaño y de un poder increíble, que supervisan la evolución del sistema solar y de los planetas. Los arcángeles solares son asistidos por arcángeles planetarios, asociados con cada planeta del sistema solar. Los arcángeles planetarios son una síntesis de todos los arcángeles, ángeles y espíritus de la naturaleza que existen dentro del campo planetario. En la tierra se conoce al arcángel planetario por muchos nombres: a menudo se le llama la Madre Tierra, Gaia (griegos), Chomolungma (tibetanos), Pachamama (incas), Tailtiu (celtas). A su vez, los arcángeles planetarios son asistidos por ángeles relacionados con la evolución de los cuatro elementos: fuego, tierra, aire y agua. A esos grandes ángeles de los elementos les ayudan los devas que guían la evolución de las diversas especies de plantas, animales e insectos, así como de cada grupo, división y clasificación de las rocas y los minerales. Esos devas tienen relación con lo que los ocultistas llaman un alma grupal, velando por el instinto y la inteligencia de las diferentes especies animales. El alma grupal que se ocupa de las abejas, por ejemplo, estimulará el instinto natural de las abejas para volar, buscar alimento, polinizar las flores, construir y mantener sus panales, protegerse de los predadores, reproducirse y seguir la pauta de organización social que es exclusivamente suya. Hay otras clases de devas que se ocupan de las religiones y tienen la responsabilidad de asistir al desarrollo espiritual de los devotos de las diferentes sectas. Mucha de la literatura religiosa de todas las creencias hablan extensamente de esta clase de arcángeles. 2

3 Muchos de los episodios históricos y religiosos cuentan con la intervención de los devas (arcángel Miguel intercediendo por el hijo de Isaac cuando quiere matar a su hijo como sacrificio; el arcángel Gabriel aparece en la noche de la Ascensión; ). Hay ángeles menores, asociados con los grandes arcángeles, que se encuentran en lugares de devoción, iglesias, sinagogas, mezquitas, albergues para los sin techo, altares domésticos, Esos devas canalizan el amor, la sabiduría, la curación y la inspiración para todos los que toman parte en las ceremonias. Además de los ángeles de las religiones, muchos creen que también están los ángeles encargados de cada nación del mundo. Hay también ángeles del amor, de la voluntad, de la armonía, sabiduría, del movimiento, de la forma, de la construcción, de la destrucción, de la música, de la belleza y de la curación. Por ejemplo, el arcángel Rafael es el deva más conocido por la cristiandad para la curación, pero en Brasil se cree que el orisha de la curación es Omolu. En la mitología hindú, Shiva es un ángel de primer orden. Tiene un papel destructor: destruye para favorecer que la materia se regenere en un plano superior de la existencia. Además de todo eso, hay arcángeles que gobiernan el progreso durante grandes épocas de la evolución y del desarrollo cultural de la humanidad; su energía la canalizan en beneficio de la humanidad. En su libro La Misión del Arcángel Miguel, Rudolf Steiner dice que durante el renacimiento ( ) fue el arcángel Gabriel quien inspiró esa época; su nota clave era la encarnación. Durante el período de su influencia, la humanidad realizó todos los descubrimientos, en viajes, y se produjo un gran desarrollo en el campo científico, cultural y económico, así como en la población de la tierra. La época actual (desde 1789) está guiada por el arcángel Miguel. Steiner creía que parte de la labor de Miguel es llevar a la humanidad desde un modo de vida materialista y prosaica hacia una existencia más espiritual, pero sin abandonar su primitiva conexión con la tierra. Algunas religiones occidentales hablan de la existencia de ángeles guardianes, es decir, un deva que nos protege y nos guía a lo largo de nuestra vida. Desde hace mucho tiempo, se ha reconocido que los ángeles de la guarda son nuestros guías en la evolución personal y nos ofrecen su ayuda, su apoyo y su consuelo en nuestro caminar diario, que a menudo resulta poco fácil. DEVAS DE LA NATURALEZA Además de los devas que forman la escala superior de la jerarquía de los seres angélicos, hay también una gran variedad de devas conectados con la 3

4 naturaleza. Son los devas que normalmente se asocian con los seres humanos. Hay opiniones dispares acerca de lo que constituye un deva, en oposición a un espíritu de la naturaleza. Algunos afirman que un deva representa un aspecto de la conciencia más universal y dinámico que, como los arquitectos, organiza y crea formas naturales. Un espíritu de la naturaleza, en cambio, es un nivel de conciencia inteligente dentro de la naturaleza que trabaja conjuntamente con el nivel dévico y está encargado de fundir y mantener la energía en las forma apropiada. Los espíritus de la Naturaleza son regionales y pertenecen a zonas específicas. Otras opiniones aseguran que los devas son los que están conectados con zonas específicas. G. Hodson, en sus libros Investigaciones Clarividentes y El reino de los Dioses afirma que los devas están conectados a determinados árboles, montañas, formaciones rocosas y parques. De todos modos, tanto los devas como los espíritus de la naturaleza comparten la conciencia dévica, y nuestro objetivo es estar en comunión y trabajar con cualquiera de los miembros del reino dévico que acepte nuestro amor, respeto y cooperación. Hay seres sutiles de la naturaleza que tienen diferentes funciones y poderes y pueden ayudarse entre ellos de mil y una maneras. Un gran deva relacionado con una cadena montañosa seguramente tendrá una amplia variedad de ayudantes dévicos que trabajen en armonía con él. Algunos se clasifican como elementales, y ayudan en un nivel muy básico, de manera muy parecida a cómo las abejas obreras ayudan a la reina. Todos los seres sutiles de la naturaleza forman parte de una sola conciencia, y no importa si de alguna manera conectamos con el deva de una montaña, o de un árbol, o con los pequeños elementales que se ocupan de las pequeñas flores silvestres. Sin duda atraeremos hacia nosotros a los seres que vibren de acuerdo con nuestra sinceridad, nuestra energía y con el trabajo que se intente hacer conjuntamente. Al desear entrar en comunión con ellos, desde una actitud de amor y respeto, atraeremos de manera natural a los seres más apropiados en el momento apropiado. CUATRO TIPOS BÁSICOS DE DEVAS Básicamente, los espíritus sutiles de la naturaleza pueden clasificarse en cuatro grupos principales, conectados con los cuatro elementos primarios de la creación: TIERRA, AGUA, FUEGO, AIRE 4

5 Es importante recordar que los devas que representan esos cuatro elementos en la naturaleza raramente existen separados. Si estamos frente a una cascada, estamos conectados con el mundo de los espíritus de la naturaleza relacionados con el agua (la cascada), con la Tierra (las rocas sobre las que cae el agua) y muy probablemente el aire. Además, a menudo los devas se interpenetran mutuamente en su energía, dado que trabajan conjuntamente para realizar sus tareas en la naturaleza. Como los espíritus de la naturaleza están relacionados de varias maneras con cada aspecto de la creación (incluyendo el viento, la lluvia, las montañas, los ríos, los árboles, los arbustos, las flores, la hierba, las algas, los acantilados y las formaciones rocosas), existen muchísimos más de los que podemos imaginar. No existe un censo para los devas, pero algunos expertos en devas especulan que puede haber fácilmente miles de millones de ellos, y que probablemente hay más devas poblando la Tierra que animales y humanos juntos. QUÉ ASPECTO TIENEN? El aspecto de los devas es totalmente subjetivo y depende de las diferentes culturas y de las diferentes perspectivas de la gente. Según sea la persona que los observa, su aspecto variará. Es como la pintura del mismo árbol realizada por dos artistas diferentes. Sin duda serán diferentes cuadros. Además, la forma de los devas puede variar considerablemente, y a voluntad. Hodson hace una descripción contemporánea de un deva que observó de manera clarividente: (Man s supersensory and spiritual Powers) En las auras de los ángeles hay varias capas de fuerza [campos energéticos], y cada capa tiene su propia tonalidad y su propia dirección. El efecto general es como de una seda tornasolada, de brillantes colores, compuesto de fuerzas que fluyen con un movimiento constante ondulado, pero sin ser una substancia sólida. A través de esas emanaciones múltiples, de dentro hacia fuera, destellean constantemente corrientes de energía radiante, que suelen ser blancas y de un brillo cegador. Como la mayoría de los humanos no tienen desarrollada la capacidad clarividente, podemos sentir la presencia de un espíritu de la naturaleza usando la intuición. De ese modo, podemos centrarnos más en la esencia que en la forma del deva. Aunque seguramente ser capaz de ver el esplendor de sus formas sutiles puede ser una de las mayores experiencias de las que un humano puede disfrutar. El hecho de que no podamos verlos no significa que 5

6 no podamos reconocer su presencia y trabajar con ellos en beneficio mutuo. Por lo mismo, no podemos ver la electricidad, pero somos conscientes de la gran importancia que tiene en nuestras vidas. QUÉ HACEN? Los espíritus de la naturaleza revelan la vida escondida y formativa que trabaja en el interior (y a través) de todas las criaturas vivas de la naturaleza. Esencialmente, son un agente por medio del cual la energía Divina se manifiesta. Son asimismo un proyecto que permite que esa energía se exprese en el mundo físico. Además, los devas son como un transformador de esa energía cósmica para adaptarla a la frecuencia que se Ueda utilizar en el nivel físico. Como canales de la sabiduría de la tierra y de la energía de la Tierra que son, supervisan la evolución de las montañas, la formación de las rocas, de los ríos, de los lagos, océanos, árboles y otras plantas. Como están conectados con los cuatro elementos de fuego, aire, agua y aire, gobiernan la creación, la adaptación y el crecimiento por medio de la sabiduría que llamamos las leyes de la naturaleza. Tienen su papel en el proceso de regeneración de los lagos, en la fotosíntesis de los árboles,en el crecimiento de los musgos y de las algas, así como de las intensas actividades termales de un volcán en erupción. Los devas están relacionados con las leyes que gobiernan los movimientos de los vientos, y participan e la formación de la lluvia y de otros fenómenos meteorológicos. Básicamente, los espíritus de la naturaleza ayudan en los procesos fundamentales de la creción de vida y ayudan a conservar y proteger la integridad y la armonía en la zona de la Tierra que conocemos como biosfera. Algunos devas ofrecen inspiración y otros proporcionan protección. Algunos facilitan la comunicación y comparten información, mientras que otros están ocupados con tareas de reparación y curación. A pesar de que no se les reconoce y a menudo se les ignora, los devas forman una parte importante del mundo en el que vivimos. COMUNICACIÓN ENTRE DEVAS Y HUMANOS La mayoría de nosotros somos conscientes de que los devas existen, aunque pocos son los que realmente han visto alguno. Durante la infancia, muchos niños tienen un lugar preferido donde se sienten seguros, protegidos y que resulta un lugar especial. Incluso algunos hay que encuentran amigos invisibles, con los que hablan y juegan. Es muy posible que en algún caso se trate de los devas de esos lugares se hayan puesto en contacto con los niños. 6

7 Los devas se comunican con los humanos de muchas maneras. Algunos clarividentes los perciben como formas físicas sutiles. Otros los oyen y transmiten o escriben sus mensajes. Algunos se sienten inspirados para dibujar lo que representa la esencia de la información que reciben de los espíritus de la naturaleza. Pero la mayoría los perciben a través de la intuición. Se puede aprender a estar más abierto al mundo que nos rodea, incluyendo los reinos sutiles de los devas cultivando los poderes innatos que tenemos de observación, curiosidad y respeto. Es importante recordar que los devas nos ponen a menudo semillas en el pensamiento, y tienen también otros medios sutiles de contactar con nosotros. Aunque a veces no sentimos ese contacto mientras estamos en plena naturaleza, más tarde sí podemos sentirlo, especialmente cuando estamos en un estado de sueño. La cooperación entre los devas y los humanos puede manifestarse en muchas áreas distintas. Como están relacionados con la evolución de la vida natural, los devas nos pueden enseñar a comprender la naturalez y pueden ayudarnos a apreciar nuestro papel en el mundo natural. Aprendemos a apreciar la enorme variedad de formas naturales y la fuerza vital que las anima. Los devas pueden ayudar de manera práctica en la conservación, en la protección medioambiental, en la reforestación de los bosques, en la agricultura, en el mantenimiento de los parques y otros espacios verdes, así como el uso adecuado de las plantas para curar. Pueden también ayudarnos a sentir una mayor armonía con nuestra parte natural y a hallar seguridad, sensibilidad y la sabiduría que todo ello implica. Nos ayudan a descubrir lo que nos hace únicos como humanos, y al mismo tiempo nos permiten seguir en contacto con nuestra esencia animal natural y con nuestros instintos. Para muchos, todo esto es territorio inexplorado, aunque es lo que buscamos. Trabajar con los devas puede ayudarnos a caminar sobre la tierra en equilibrio, con sensibilidad y respeto. Además, los devas pueden canalizar las cualidades innatas sanadoras de la tierra. Si aprendemos a estar en comunión con ellos, podemos acceder a los poderes que tienen para proteger, consolar y curar. Nos ayudan a fortalecer las cualidades de valor, verdad y compasión que tenemos y nos ayudan a manifestar esas cualidades en nuestras vidas diarias. Finalmente, los devas pueden ayudarnos a sintonizar nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestras emociones para así estar más en armonía con los mundos interno y externo. Cuando intentamos estar en comunión con esos seres sutiles de la naturaleza y cooperamos con ellos, ellos también se benefician. Les ayudamos a cumplir con su cometido de creación, evolución e integración, sobre todo en lo que se refiere a defender, proteger y ayudar a la tierra a 7

8 sanar. A los devas les proporcionamos perspectivas que son exclusivamente humanas y les ofrecemos un campo de experiencia que necesitan para su propia evolución. Puesto que somos una parte viva de este planeta, el contacto con las fuerzas sutiles de la naturaleza es un derecho natural. Al restablecer la conexión perdida con los seres sutiles de la naturaleza, estamos ayudando en el proceso de sanación, tanto de nosotros mismos como de la tierra en la que vivimos. UN RETO Y UNA OPORTUNIDAD [Nat. Altman]: Uno de los retos para la humanidad es la supervivencia del planeta, porque la Tierra es esencialmente nuestra madre. Los indios americanos lo sabían muy bien. Al final, la Tierra no será capaz de mantener la población humana, y mucho menos la de los otros animales y plantas que la comparten con nosotros. Actualmente, hay muchas personas que han tomado conciencia de la situación planetaria y dedican todas sus energías a salvar el planeta. Hacen esfuerzos en el campo de la educación, en la conservación, en el reciclado, en la reforestación. Hay una necesidad de volver a las raíces. Según Dora Kunz, la primera tarea de los devas es transmitir y dirigir fuerza. Aunque su objetivo principal es la tierra y no la humanidad específicamente, esa fuerza la dirigen a aquellos cuya energía particular está sintonizada con la de ellos y que están preparados para recibirla. Dice que cuantos más humanos estén trabajando por la protección medioambiental, mas oportunidades habrá par que los devas comuniquen con ellos. Como los devas son claros y potentes canales de la sabiduría de la tierra, pueden proporcionarnos las perspectivas, los enfoques y la información necesarios para vivir en armonía con la naturaleza y para desarrollar estrategias viables a largo término que ayuden a la conservación y a la recuperación de la Tierra. Constituyen un recurso no reconocido e infrautilizado en nuestros esfuerzos por salvar el planeta. En realidad, pueden ser nuestro aliado más poderoso para que aprendamos a conocer lo que la Tierra necesita y cómo pueden satisfacerse esas necesidades. Dicen que en la nueva era las evoluciones humana y angélica se acercarán y que será posible una mayor cooperación y un trabajo al unísono para establecer en la tierra (o sea, externamente) lo que todos anhelamos: la armonía prevalente entre los ángeles en los reinos internos del cosmos. 8

9 De hecho, el conocimiento acerca de los dioses menores y mayores no es esencial en el descubrimiento de la unidad inseparable y de la identidad del espíritu del hombre con el espíritu de Dios, que es nuestra meta. Recordemos las palabras de uno de los Grandes Seres: la humanidad viene a Mí por múltiples caminos, y sea cual sea el camino por el que se acerque a Mí, siempre será bienvenido; pues todos los caminos que el hombre emprende son Míos (Bhagavad Gita). 9